Lecturas: Educación Física y Deportes http://www.efdeportes.com/ · revista digital |
Me referiré en este artículo a una reseña del origen de la supervivencia como materia de estudio, técnica y ciencia, que nos permite salir airoso de situaciones límites ante accidentes, siniestros y catástrofes. Pero el que practica deportes en íntimo contacto con la naturaleza, también debería estar preparado para saber como actuar en el momento que la situación cambia inesperadamente a la planeada, aunque no ocurra un accidente. Por otra parte, estas técnicas ¿ pueden llegar a asumirse como una disciplina deportiva con entidad propia?
Esta materia se inicia con la creación misma, toda especie lucha por su supervivencia. El hombre prehistórico parte de la naturaleza virgen, y así descubre el fuego, se viste y usa armas. La humanidad continua evolucionando, se facilitan cada vez más sus necesidades, y el ser humano se va despojando de sus instintos, para dominar sólo las técnicas de supervivencia en el nuevo medio que ha creado, casi todo acero, cemento y sintético.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, a causa de la gran cantidad de buques hundidos y aviones derribados, en donde los sobrevivientes deben debatir su vida en el medio natural que casi habían olvidado, se vuelve a vislumbrar la necesidad de retomar la SUPERVIVENCIA como una verdadera materia de estudio. Sobre la base de los relatos de los sobrevivientes se difunden y enseñan - en principio sólo a los militares- las formas que utilizaron para salir con vida en desiertos, selvas, montaña y mar.
Muchos son, en la década del '50, los que se someten voluntariamente a grandes privaciones para determinar la capacidad física y psíquica del ser humano en situaciones límites. Alain Bombard en 1952 logra cruzar el océano Atlántico desde Canarias a Santa Lucia – aprovechando la corriente ecuatorial del norte y los vientos Alisios- en un bote neumático de 4 metros de eslora, fueron 65 días solo, y sin provisión de agua ni alimentos. En 1956 nueve jóvenes franceses en las cavernas del Valle Dordogne viven tres semanas como el hombre prehistórico, sin más que unos cueros de cordero, unos arcos y flechas y un par de vasijas de barro.
El australiano Bill Penman pasa más de dos meses encerrado en una pequeña gruta subterránea, con agua y alimentos, demostrando que era posible sobrevivir refugiado ante un ataque nuclear. Se obtienen en esta década conclusiones categóricas que con el tiempo han servido para salvar muchas vidas.
En los EE.UU., en la década del 60, es donde comienzan a prosperar organizaciones y grupos, que congregan a personas a quienes les interesa realizar con regularidad experiencias, practicar y descubrir nuevas técnicas, para estar listos en casos de emergencias. La Convención Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar reglamenta importantes avances, entre los que se destaca la incorporación de las balsas salvavidas neumáticas autoinflables en reemplazo de los botes rígidos.
Pero la supervivencia también puede asumirse como una actividad deportiva. El Comité Francés de la Academia de los Deportes, que ha dado al término "deporte" una definición amplia y categórica, lo define como un juego que consiste en el cumplimiento coordinado, lo más perfecto posible, de esfuerzos físicos y morales, según un tema arbitrariamente determinado llamado "reglas de juego" y que debe tender al perfeccionamiento físico, intelectual y moral del individuo. La supervivencia asumida como deporte lo puede cumplir clara y sobradamente. Como deporte no convencional, no federado las "reglas de juego" serán impuestas por los organizadores de ejercicios y competencias.
Para practicarla a nivel competitivo, se requiere una buena preparación atlética, técnica, intelectual y psíquica para poder llegar al final de las pruebas con buena performace. Agilidad, para trepar un árbol, cruzar por una tirolesa o hacer un rappel. Fuerza, para transportar un herido, cortar un tronco o remar en una balsa improvisada. Resistencia, para un trekking prolongado, la ascensión a un monte, controlar el hambre o dormir en un refugio. Conocimientos y habilidades, para encender un fuego sin los elementos convencionales, buscar alimentos, saber orientarse o señalizar un siniestro.
En la década del 80, comienzan las primera actividades como deporte - en principio a mi criterio un poco limitado- privilegiando exclusivamente al atleta más fuerte y sólo poniendo en practica técnicas de manejo de cuerdas. Así prosperan competencias, como la famosa "Supervivencia del más Apto", que da posibilidad de llegar al podio, a quien más resiste, al más arriesgado, al más intrépido, y realmente no premia el dominio de la totalidad de las artes, habilidades y técnicas de supervivencia, la intuición, la inteligencia y la iniciativa; parámetros que seguramente pesarán más ante una emergencia real.
Nuestro país, no permanece ajeno a esta actividad, y se crean escuelas, grupos y agrupaciones, que difunden la supervivencia. A comienzos del 90, se forman gran cantidad de ellas, pero lamentablemente fueron desapareciendo debido a que su principal objetivo era el lucro. Un deporte amateur solo se desarrolla por afición, es decir, sin que su razón de ser sea la rentabilidad económica. Crece por la pasión de hallarse en el más íntimo contacto con la naturaleza que pone de manifiesto las fuerzas individuales del hombre.
Inspirado en este concepto fundo el 12 de octubre de 1991 en la cuidad de Mar del Plata el "Centro de Adiestramiento en Supervivencia Deportiva" C.A.S.De., como una Asociación Civil sin fines de lucro legalmente constituida. Rápidamente encontré gente que apoyó el proyecto y hoy la institución avanza conducida por una Comisión Directiva a la cual no pertenezco pero que mantiene el mismo ideal de deporte amateur de alto sentido social.
La "supervivencia", es una verdadera multidisciplina que apoya a otras tantas actividades (turismo aventura, campismo, trekking, escalada, andinismo, yachting, canotaje, enduro, mountain-bike, etc.). Es una importante herramienta ante el desastre (terremotos, huracanes, tornados, inundaciones, atentados). Es hacer "medicina preventiva", pasando a ser algo más que un pasatiempo, para transformarse en una verdadera filosofía, que en convivencia con la naturaleza, eleva el nivel de ética, moralidad, y estimulación hacia el esfuerzo en grupo, lo que genera un solidario estilo de vida. La supervivencia, necesita hoy de la difusión para que surjan otras asociaciones como el C.A.S.De. que promuevan esta actividad que ofrece un generoso aporte a la comunidad. Finalizo con el Credo del asociado al "Centro de Adiestramiento en Supervivencia Deportiva". ya que sintetiza nuestra pasión.
Aquí me encuentro porque he oído hablar de un grupo de locos como yo, que mantienen la idea de practicar técnicas de supervivencia como deporte y complemento de toda actividad de aventura.
Sé que las actividades que realizaré combinan oportunidades y elecciones únicas para experimentar la libertad individual, el placer de ayudar y el uso inteligente de nuestro entorno natural. Sé que muchas veces se requerirá mi iniciativa, mi entusiasmo, mi optimismo, mi solidaridad, mi vitalidad, mi honradez y mi compromiso para llevar adelante la Institución y las actividades que de ella emanen. Aquí también aprenderé a conocer mis limitaciones, a entender mejor al necesitado, al sediento y al hambriento.
También hago propia la aceptación de los riesgos implícitos e integrados a estas actividades. Caminaré con precaución, porque acepto bajo mi exclusiva responsabilidad todos los peligros inherentes a nuestras experiencias, incluyendo, sin limitaciones el riesgo de herida o muerte. Sé y lo ratifico, estoy aquí porque quiero vivir esta "VIVENCIA SUPER" , mi seguridad es mi responsabilidad, pero mis ojos estarán en la seguridad de todos.
revista digital · Año 4 · Nº 16 | Buenos Aires, octubre 1999 |