Grasa corporal subcutánea de funcionarios y beneficiarios de la salud pública en relación al IMC |
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Profesor de Educación Física, Universidad de los Lagos Licenciado en Educación, Universidad de los Lagos Egresado del Magíster en Entrenamiento Deportivo, Universidad Mayor Diplomado en Ejercicio, Nutrición y Salud, INTA Universidad de Chile Profesor Actividad Física Centro de Salud Familiar Los Lagos, XIV Región de Los Ríos |
Cristian Gabriel Álvarez Lepín profecristian.alvarez@gmail.com (Chile) |
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Resumen Objetivo: El primer objetivo del presente estudio fue evaluar y describir la cantidad de grasa corporal subcutánea través de la técnica de pliegues cutáneos entre un grupo de funcionarios mujeres de la salud pública (GFm), un grupo de funcionarios hombres (GFh) y un grupo de beneficiarios mujeres de este sistema de salud (GBm). El segundo objetivo fue relacionar los valores de pliegues cutáneos de sujetos con IMC normal en versus IMC en sobrepeso, a modo de estimar la magnitud de las probables diferencias entre un estado y otro. Métodos: Se aplicó el método de evaluación cineantropométrica para conocimiento de la mesomorfia a través de tres pliegues cutáneos 1) Suprailíaco (PSI), 2) Subescapular (PSE) y 3) Tricipital (PT), además de medirse los pliegues 4.Bicipital (PB), 5.Abdominal (PAb) y 6.Muslo medio (PMM). Treinta y cuatro sujetos (n=34) aceptaron y firmaron un consentimiento compartido siendo evaluados en el centro de salud familiar público de la comuna de Los Lagos, Chile. Resultados: Se observó una corta diferencia (Dif) en la cantidad de grasa subcutánea entre GFm clasificadas con IMC “Normal” y GBm clasificadas con IMC en “Sobrepeso”. Conclusiones: La acumulación de grasa corporal subcutánea medida a través de pliegues cutáneos puede no presentar mayores diferencias entre sujetos con IMC “Normal” vs. sujetos con IMC en “Sobrepeso”, de manera que los primeros podrían sufrir las mismas enfermedades que el segundo grupo y mucho más si esto se asocia a otros factores de riesgo.Palabras clave: Acumulación de grasa subcutánea. Pliegues cutáneos.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 154, Marzo de 2011. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
La grasa corporal es considerada el sustrato más utilizado para la elaboración de ATP en la célula muscular, en condiciones de reposo y ejercicio, almacenándose en distintos compartimientos anatómicos y en diferente forma:
Acidos grasos libres (AGL),
Triglicéridos intramusculares (TGIM) y
Triglicéridos intramiocelulares (TGIMC), encontrándose esta acumulación a nivel subcutáneo y a nivel ectópico.
Ante el actual panorama de obesidad, enfermedades crónicas y de orden metabólico en la sociedad moderna y a vista de abundantes estudios de prevalencia (Berríos et al 1990, 1997; Jadue et al 1999; Minsal 2004), pareciera ser que la grasa corporal fuera el “sustrato energético enemigo” más terrible en la vida diaria y a pesar que varios autores han tratado de poner en evidencia que el origen de estas enfermedades que aumentan día a día los costos de la salud pública radica al margen de la ingesta, en el gasto energético a través del movimiento y la mejora de la capacidad funcional muscular (Saavedra, 2003, 2006, 2010) la población beneficiaria de la salud pública continúa preocupándose por la ingesta, por cuanto no ingerir energéticamente y no así por el gasto.
“El hombre ya no se mueve como antes y eso está claro”, ya no corremos tras nuestro alimento, ahora pasamos al supermercado y lo depositamos en el carro hasta llevarlo al auto (más aún no nosotros, “el funcionario encargado del empaque de productos”), además la evidencia que argumenta sobre la “inactividad física” como principal responsable de esta situación, es abundante y contundente respecto al origen de varias enfermedades como obesidad, diabetes mellitus, hipertensión, etc. (Booth, F.W., et al, 2002). El problema lo tenemos ahora, ¿cómo saber? si con tanta tecnología, sociedades que se encuentran ad portas del desarrollo, al parecer con abundante acceso a la información empírica como científica ¿Se moverá más con fines de aumentar el gasto energético y así prevenir el exceso de acumulación de grasa corporal y al mismo tiempo aumentar el gasto de estas reservas para mejorar la salud?
Regularmente para determinar la composición corporal de la población se ha utilizado desde ya muchos años al índice de masa corporal (IMC) o más bien conocido desde el siglo XVIII como índice de Quetelet, donde el peso corporal total (PCT) dividido por la talla y elevada esta última al cuadrado permite clasificar a una persona ya sea en estado de 1) Enflaquecido, 2) Normal, 3) Sobrepeso, 4) Obesidad grado 1, 5) Obesidad grado 2, 6) Obesidad grado 3 y 7) Obesidad mórbida (World Health Organization, 2003). Según (Wang, Z.M., et al, 1992), se sabe que el peso corporal total (PCT) implica varios niveles y compartimientos;
Nivel atómico (oxigeno, carbobo, hidrógeno, nitrogeno, calcio y otros).
Nivel molecular (Agua, lípidos, proteinas y otros).
Nivel celular (masa celular conectiva epitelial, nerviosa y muscular, además de fluidos y sólidos extracelulares).
Nivel de Sistemas y tejidos (Músculo esquelético, tejido adiposo, hueso, sangre y otros).
Todo el cuerpo y su intercción (Talla, imagen y características fisicas).
De manera que el IMC es una variable que no mide ni separa el valor o la cantidad determinada entre un compartimiento y otro, únicamente nos entrega una visión a la población general (no a deportistas, pues generalmente dependiendo del deporte tienen más tejido muscular y podrían clasificar con IMC en sobrepeso).
Existen dos métodos más rigurosos en la medición de la composición corporal;
Método directo: consiste en al análisis químico de cadáveres humanos.
Métodos indirectos: como tablas de peso y estatura, medición de volumen y densidad corporal (peso hidrostático o bajo el agua), mediciones antropométricas o de pliegues cutáneos, análisis de impedancia bioeléctrica, interacción de rayos infrarrojos.
También existen otros métodos como: absorciometría dual de rayos X, hidrometría (agua corporal total), ultrasonido, resonancia nuclear magnética, tomografía computarizada, potasio corporal total, que son razonablemente exactos, pero son excesivamente de un alto costo económico y requieren de personal técnico altamente capacitado para su realización y aplicado en atención primaria de salud (APS) es “utópico” a la actualidad al menos en salud pública.
En ausencia de material tecnológico, la medición de pliegues cutáneos para calcular la “mesomorfia” o grasa corporal subcutánea propuesta por Sheldon y modificada posteriormente por (Heath-Carter, 1990) en su aporte del “somatotipo” corporal, puede ser un método práctico para estimar la cantidad de este sustrato en sujetos en sanos, en riesgo un con presencia de enfermedades crónicas.
Para el establecer del componente “mesomorfia” del somatotipo, Heath-Carter establecieron la medición de tres pliegues cutáneos 1) Pliegue tríceps (PT), 2) Pliegue subescapular (PSE) y 3) Pliegue suprilíaco (PSI), además otros pliegues cutáneos igualmente pueden servir para estimar la acumulación de tejido graso en otros compartimientos anatómicos como el muslo medio (PMM), parte abdominal (PAb) y bíceps (PB).
A nuestra actualidad ya se han aclarado muchos inciertos respecto a los objetivos prioritarios de un programa de ejercicio físico (p.e., que la disminución del peso corporal no es lo más importante, sino que el descarte y disminución de factores de riesgo asociados al sobrepeso y obesidad como lipoproteínas LDL, pues un obeso activo puede encontrarse en mejores condiciones de salud que un sujeto delgado pero con un elevado nivel de estas lipoproteínas LDL, situación ejemplo que haría mucho más saludable al sujeto obeso activo. El ejercicio aeróbico u “endurance” (ejercicio de baja intensidad, alto volumen y de carácter continuo) ha sido la modalidad clásica de ejercicio utilizada tanto en la disminución de la grasa corporal como en factores de riesgo y sus resultados han sido descritos desde muchos años a la actualidad (William, E., et al., 2002; Fernandez, M.L., et al., 2004; Butcher, L.R, et al., 2008; Álvarez, C., et al, 2010, 2011). También se ha argumentado al entrenamiento de sobrecarga como una alternativa potente para la mejora de la funcionalidad muscular (Perna et al., 1999; Powell et al., 2001; Schjerve et al., 2007; Álvarez, C., 2011) tanto en personas sanas como en aquellas con enfermedades metabólicas. Hoy en día ya vemos incluso al entrenamiento de intervalado de alta intensidad (Burgomaster, et al, 2005, 2006, 2007, 2008; Gíbala, et al, 2006, 2010) con objetivos de mejorar tanto la salud como la performance, debido a los efectos de aumento en la transcripción de genes y aumento de actividad de proteínas señales que colaboran con el proceso de biogénesis mitocondrial en el músculo esquelético (proceso de formación de nuevas mitocondrias).
Nuestro problema a plantear en el siguiente estudio nace cuando las personas a la actualidad continúan argumentando una “Errónea buena salud” al encontrarse clasificadas con in índice de masa corporal (IMC) “Normal”, donde algunos sujetos a pesar de no practicar actividad física ni practicar ejercicio regular acusan no necesitar de ello producto de esta clasificación en base al IMC, pero las evidencias clínicas e investigativas desde ya varios años acusan lo contrario, que personas aparentemente delgadas pueden tener igual u mayor riesgo de sufrir algunas enfermedades relacionadas con obesidad.
“La atención primaria de salud pública requiere intervención y presencia de profesores de educación física capacitados, que busquen por medio del ejercicio físico, la mejora de la capacidad funcional muscular con fines ya no sólo de Promoción de la salud (Como tratamos de hacerlo con fines de prevenir la debacle de la obesidad) si no que también con fines de Rehabilitación de la salud, pues son los sujetos ya enfermos los que aumentan día a día los costos de la salud pública y no así los sujetos que aún están sanos”
Ello podría repercutir positivamente en: 1) Evitar que las personas se enfermen, 2) Reabilitar total u parcialmente a las personas ya enfermas, 3) Disminuir los costos de la salud pública, logrando disminuir la prevalencia de estas enfermedades y evitando la administración temprana de fármacos, 4) Disminuir las dosis de fármacos como en el caso de los pacientes hipertensos y otras patologías. Es necesario insistir a los distintos profesionales de la atención primaria de salud y sobre todo a las autoridades de gobierno, que el ejercicio actúa a nivel sistémico (que trabajan varios sistemas p.e., cardiovascular, linfático, osteo-muscular, respiratorio) y no localizado (únicamente a un órgano, como funcionan los beta bloqueadores en el tratamiento de la hipertensión arterial).
Es por ello que el personal de un centro de salud, no importando su profesión (médicos, enfermeros (as), paramédicos (as), matrones (as), kinesiólogos (as), nutricionistas y psicólogos) entre otros puedan manejar información básica pero actualizada acerca del Rol del ejercicio en la atención primaria de salud (APS), en el rol del mismo en la consecución de metas sanitarias y profesionales además de colaborar con la erradicación de la predica del IMC “Normal” en los beneficiarios, pues a pesar de encasillarse “normales” ante el IMC, pueden tener iguales y mayores riesgos de desarrollar otras enfermedades cuando no existe practica regular de ejercicio, alta ingesta de sustratos grasa, glucosa, elevada ingesta de sal, lo que lleva a un estado de glucoliponatotoxicidad (Saavedra, 2010).
El primer objetivo del presente estudio fue evaluar y describir la cantidad de grasa corporal subcutánea través de la técnica de pliegues cutáneos entre un grupo de funcionarios mujeres de la salud pública (GFm), un grupo de funcionarios hombres (GFh) y un grupo de beneficiarios mujeres de este sistema de salud (GBm). El segundo objetivo fue relacionar los valores de pliegues cutáneos de sujetos con IMC normal en versus IMC en sobrepeso, a modo de estimar la magnitud de las probables diferencias entre un estado y otro.
Material y métodos
Características de los sujetos
El presente estudio es de tipo descriptivo y es de tipo transversal. La muestra correspondió a tres grupos elegidos de manera intencionada. Los primeros dos grupos fueron invitados y elegidos en el mismo centro de salud pues correspondieron a funcionarios médicos, paramédicos, psicólogos, nutricionistas, auxiliares paramédicos, auxiliares de servicio y personal administrativo del centro de salud, por otra parte el tercer grupo se conformó con un grupo de beneficiarias de la salud recién incorporadas al programa de actividad física.
Los sujetos correspondieron a tres grupos, los dos primeros conformados por funcionarios de la salud pública pertenecientes a un centro de salud familiar (CESFAM) de la comuna de Los Lagos subdivididos en un grupo de mujeres (GFm) y otro de hombres (GFh), y un segundo grupo constituido por un beneficiarios mujeres pertenecientes al mismo centro de salud (GBm). Tanto el grupo de funcionarios como de beneficiarios fueron invitados a participar al estudio de manera personal, a través de una carta de invitación en donde se detallaron los objetivos, tipo de evaluaciones y duración entre otros acerca de los procedimientos y normas básicas de consentimiento propuestas por el (American College in Sport Medicine). Las características de los tres grupos evaluados se pueden ver en la tabla 1:
Tabla 1. Características de tres grupos de sujetos (1.grupo funcionarios mujeres=GFm, 2.grupo funcionarios hombres=GFh y 3.grupo
beneficiarios mujeres=GBm, de diferente estado nutricional. Los valores se presentan en MEDIA ±DS y valores mínimos y máximos (min-máx.).
Variable |
GFm (n=11) |
GFh (n=7) |
GBm (n=16) |
Edad (años) |
30±8 (23-44) |
31,4±4 (25-35) |
37,4±12,4 (20-60) |
PCT (kg) |
59,3±8 (46,2-72.8) |
81,6±9,1 (71-99,5) |
67,2±7,6 (55,5-81) |
Talla (cm) |
1,61±0.07 (1,49-1,68) |
1,69±0.04 (1,65-1,74) |
1,59±0,06 (1,49-1,71) |
IMC (peso/talla2) |
22,6±1,8 (19,9-25,7) |
28,4±2,8 (25,1-33,6) |
26,7±2,9 (21,9-33,8) |
PCT=Peso corporal total (kg), IMC=índice de masa corporal (peso/talla2), clasificado según: Normal=18,5-24,9, Sobrepeso=25-29,9 y
Obesidad grado 1=30-34,9, Obesidad grado 2=35-39,9, Obesidad grado 3=40-44,9 y Obesidad mórbida=≥45. (World Health Organization, 2003).
Protocolo de la evaluación
Se evaluaron seis pliegues cutáneos, de los cuales 1) PB=pliegue bicipital, 2) PT=pliegue tricipital, 3) PSI=pliegue suprailíaco, 4) PSE=pliegue subescapular, 5) PMM=pliegue muslo medio y 6) PAb=pliegue abdominal).
Cada evaluación se llevo a cabo en el transcurso de cinco días, desarrollándose tres evaluaciones por día, las que se realizaron entre las 9:00 am y las 12:00 pm. Cada sujeto posterior a la firma de un consentimiento informado en donde se señalaban los objetivos de la medición y los procedimientos a intervenirse, pudo concurrir a un box de procedimientos clínicos al interior del centro de salud en donde se desarrolló cada evaluación aplicada por un educador físico y en compañía de una profesional nutricionista. Todos los sujetos evaluados fueron mayores de edad (>18 años) según la nacionalidad Chilena, en donde los Criterios de inclusión: 1) Mayor de edad, 2) Funcionario o beneficiario de la salud pública, 3) Fumador y no fumador, 4) Sexo femenino o masculina y 5) Firma de consentimiento previo y Criterios de exclusión: 1) No poder participar de todas las evaluaciones y 2) Tener algún motivo de salud física no apta para someterse a la evaluación el día programado.
Los datos se registraron al mismo momento de cada evaluación en una planilla de Microsoft Excell del sistema operativo de Windows 2007. Las variables se registraron en el siguiente orden:
Edad
Peso corporal total (PCT)
Talla
Indice de masa corporal (IMC)
Pliegue bicipital (PB)
Pliegue tricipital (PT)
Pliegue suprailíaco (PSI)
Pliegue subescapular (PSE)
Pliegue muslo medio (PMM)
Pliegue abdominal (PAb).
Medición de pliegues
El pliegue Bíceps (PB) fue tomado en el punto medio, en sentido longitudinal de la cara anterior del brazo.
El pliegue Tríceps (PT) fue medido en punto mesobraquial en a cara posterior del brazo, en sentido longitudinal.
El pliegue suprailíaco (PSI), para medir este pliegue el dedo pulgar tomo como referencia el borde anterosuperior de la cresta iliaca y el dedo índice toma como referencia el borde inferior del último arco costal, después el dedo se desplaza hacia el dedo pulgar, formado el pliegue en orientación diagonal.
El pliegue Subescapular (PSE) fue medido a 1 o 2 cm abajo del ángulo inferior de la escápula, en orientación formando un ángulo de 45 grados con la línea paravertebral.
El pliegue muslo medio (PMM) se midió en el punto medio entre el trocánter y el borde superior de la patela o rótula, sobre la cara anterior del muslo, en sentido longitudinal.
El pliegue Abdominal (PAb) se midió a 5 cm lateralmente en relación a la cicatriz umbilical, en orientación vertical, con el abdomen en posición ventral.
Instrumentos
Para guardar y sistematizar los datos se utilizó un computador notebook Marca Acer® Modelo 5320 incorporado con el sistema operativo de Windows Profesional y el programa de Microsoft Office 2007. Para medir la talla (cm) y el peso corporal total se utilizó una balanza de palanca marca Health o Meter® Profesional, USA, para medir los pliegues cutáneos se utilizo un cáliper Marca Sanyo, USA, el que mostraba valores en centímetros, milímetros y decímetros.
Análisis estadísticos
Todos los datos fueron ingresados a una planilla Microsoft Excel 2007 para posteriormente ser analizados mediante el programa SPSS® versión 15 para el sistema operativo Windows Profesional®, obteniéndose valores en media, desviación Standard (±SD), valores mínimos y máximos (min-máx.) y las varianzas de cada variable en estudio.
Resultados
El grupo de funcionarios mujeres (GFm) presento un valor de 2.80 cm en el pliegue abdominal (PAb), considerado como el valor más alto entre los seis pliegues medidos y más de un 200% del valor presentado por el pliegue bicipital (PB), ver tabla 2:
Tabla 2. Resultados de seis pliegues cutáneos medidos en un grupo de Funcionarios mujeres (GFm) de un
centro de salud público. Los valores se presentan en MEDIA, ±DS y valores mínimos y máximos (min-máx.).
Variable |
Media ±DS (min-máx.) |
Varianza |
PB |
1.01±0.41 (0.61-1.82) |
0.16 |
PT |
1.84±0.46 (1.33-2.98) |
0.21 |
PSI |
1.66±0.30 (1.19-2.17) |
0.09 |
PSE |
2.06±0.50 (0.93-2.67) |
0.25 |
PMM |
2.53±0.72 (1.41-3.48) |
0.52 |
PAb |
2.80±0.62 (1.91-3.91) |
0.38 |
PB=pliegue bicipital, PT=pliegue trícipital, PSI=pliegue suprailíaco, PSE=pliegue subescapular, PMM=pliegue muslo medio y PAb=pliegue abdominal.
El grupo de funcionarios hombres (GFh) presentó un valor de pliegue abdominal (PAb) de 3.37 cm, el valor más bajo correspondió al pliegue bicipital (PB) 1.24 cm, ver tabla 3:
Tabla 3. Resultados de seis pliegues cutáneos medidos en un grupo de Funcionarios varones (GFh) de un
centro de salud público. Los valores se presentan en MEDIA, ±DS y valores mínimos y máximos (min-máx.)
Variable |
Media ±DS (min-máx.) |
Varianza |
PB |
1.24±0.60 (0.52-2.31) |
0.36 |
PT |
1.78±0.36 (1.13-2.28) |
0.13 |
PSI |
2.48±1.05 (1.25-4.15) |
1.10 |
PSE |
2.42±0.93 (1.39-3.88) |
0.87 |
PMM |
2.53±0.66 (1.79-3.56) |
0.43 |
PAb |
3.37±0.87 (2.72-5.21) |
0.75 |
(PB=pliegue bicipital, PT=pliegue trícipital, PSI=pliegue suprailíaco, PSE=pliegue subescapular, PMM=pliegue muslo medio y PAb=pliegue abdominal).
El grupo de beneficiarios mujeres (GBm) presento como valor más alto al pliegue abdominal (PAb) 3.02 cm, seguido por el pliegue muslo medio (PMM) 2.82 cm y pliegue suprailíaco (PSI), ver tabla 4:
Tabla 4. Resultados de seis pliegues cutáneos medidos en un grupo de beneficiarias (GBm) de un centro
de salud público. Los valores se presentan en MEDIA, ±DS y valores mínimos y máximos (min-máx.)
Variable |
Media ±DS (min-máx.) |
Varianza |
PB |
1.30±0.48 (0.56-1.96) |
0.23 |
PT |
2.04±0.45 (1.21-2.84) |
0.20 |
PSI |
1.96±0.67 (1.05-3.85) |
0.45 |
PSE |
2.55±0.73 (1.46-3.91) |
0.54 |
PMM |
2.82±0.87 (1.42-4.58) |
0.76 |
PAb |
3.02±0.76 (1.88-4.44) |
0.57 |
(PB=pliegue bicipital, PT=pliegue trícipital, PSI=pliegue suprailíaco, PSE=pliegue subescapular, PMM=pliegue muslo medio y PAb=pliegue abdominal).
Considerando los tres grupos estudiados y no excluyendo las diferencias de índice de masa corporal (IMC), la medición de 6 pliegues cutáneos presento un valor más alto en el pliegue abdominal (PAb) del grupo de funcionarios hombres (GFh) 3.37±0.87 cm, en tanto el pliegue muslo medio (PMM) obtuvo un valor más alto el grupo de beneficiarios mujeres (GBm) 2.82±0.87 cm y el menor valor del pliegue bicipital (PB) lo presento el grupo de funcionarios mujeres 1.01±0.41 cm, ver gráfico 1:
Gráfico 1. Comparación de la grasa corporal medida en 6 pliegues cutáneos y en tres grupos de sujetos
1) Grupo de Funcionarios mujeres (GFm), 2) Grupo de Beneficiarios mujeres (GBm) y 3) Grupo Funcionarios hombres (GFh).
Los valores se presentan en centímetros (cm)
(PB=pliegue bicipital, PT=pliegue trícipital, PSI=pliegue suprailíaco, PSE=pliegue subescapular, PMM=pliegue
muslo medio y PAb=pliegue abdominal). Los tres grupos medidos comprenden IMC normal, sobrepeso y obesidad.
En la comparación entre hombres con mujeres GBm vs. GFh clasificados todos con IMC sobrepeso, se presenta una relación más estrecha en la acumulación de grasa subcutánea como en el pliegue abdominal (PAb) Dif=0.02 cm, pliegue bicipital (PB) Dif=0.06 cm y pliegue muslo medio (PMM) Dif=0.10 cm.
Gráfico 2. Comparación de la grasa corporal subcutánea medida en 6 pliegues cutáneos en dos grupos de sujetos 1) Grupo de Beneficiarios
mujeres (GBm) con IMC “Sobrepeso” y 2) Grupo de Funcionarios hombres (GFh) con IMC en “Sobrepeso”. Los valores se presentan en centímetros (cm).
(PB=pliegue bicipital, PT=pliegue tricipital, PSI=pliegue suprailíaco, PSE=pliegue subescapular,
PMM=pliegue muslo medio y PAb=pliegue abdominal). Dif=Diferencia entre GBm y GFh en centímetros (cm).
Comparando sólo a dos grupos, funcionarios mujeres (GFm) con índice de masa corporal (IMC) “normal” y grupo de beneficiarios mujeres (GBm) con IMC en sobrepeso, los valores presentados por ambos grupos en el pliegue abdominal (PAb) presentan una (Dif) en 0.31 cm, el pliegue suprailíaco (PSI) una Dif=0.24 cm, ver gráfico 3:
Gráfico 3. Comparación de la grasa corporal medida en 6 pliegues cutáneos en dos grupos de sujetos 1) Grupo de Funcionarios mujeres (GFm)
con IMC “Normal”, 2) Grupo de Beneficiarios mujeres (GBm) con IMC en “Sobrepeso”. Los valores se presentan en centímetros (cm)
(PB=pliegue bicipital, PT=pliegue tricipital, PSI=pliegue suprailíaco, PSE=pliegue subescapular, PMM=pliegue muslo medio y PAb=pliegue abdominal). Dif=Diferencia
entre GFm y GBm en centímetros (cm). El grupo de funcionarios mujeres (GFm) presenta IMC=normal y el grupo de beneficiarios mujeres (GBm) presenta IMC en sobrepeso.
Comparando al grupo de funcionarios hombres (GFh) y al grupo de beneficiarios mujeres (GBm) en seis pliegues cutáneos, se presenta en el pliegue abdominal (PAb) una estrecha diferencia Dif=0.06 cm y en el pliegue bicipital (PB) Dif=0.21 cm, ver gráfico 4:
Gráfico 4. Comparación de la grasa corporal medida en 6 pliegues cutáneos en dos grupos de sujetos 1) Grupo de Funcionarios hombres (GFh)
con IMC “sobrepeso”, y 2) Grupo de Beneficiarios mujeres (GBm) con IMC en “sobrepeso”. Los valores se presentan en centímetros (cm)
(PB=pliegue bicipital, PT=pliegue tricipital, PSI=pliegue suprailíaco, PSE=pliegue subescapular,
PMM=pliegue muslo medio y PAb=pliegue abdominal). Dif=Diferencia entre GFh y GBm en centímetros (cm).
Discusión
Comenzando por los objetivos trazados, en primer lugar; la evaluación de seis pliegues cutáneos para estimar la grasa del tejido adiposo subcutáneo en los tres grupos 1) GFm, 2) GFh y 3) GBm se realizo sin mayor inconveniente alguno, realizándose cada evaluación dentro de un box (sala clínica) del centro de salud habilitado para ello y en horario acordado con los participantes donde también se logró registrar y describir la totalidad de los datos. El segundo objetivo indico que comparando a dos grupos GFm con IMC “Normal” y GBm con IMC en “Sobrepeso”, las primeras pueden tener igual proporción de grasa corporal subcutánea en relación al segundo grupo, lo que indicaría que sujetos mujeres clasificadas con IMC “Normal” pueden padecer los mismos riesgos cardiovasculares en relación a pares con IMC en “Sobrepeso”, mucho más si a la acumulación excesiva de este tejido se asocian otros factores de riesgo(dieta rica en grasa, azúcar y sodio, inactividad física y tabaco), ver gráfico 3.
Es necesario comenzar este análisis recordando al lector que grupos de diferente IMC no son comparables y que nuestros fines al describir esta relación se extienden exclusivamente a apreciar la magnitud en la grasa corporal subcutánea entre un grupo y otro.
De los seis pliegue subcutáneos medidos, en los tres grupos el PAb fue el que presento una valor más alto, seguido por el PMM, PSE y PSI, lo que evidencia que no importando la clasificación del IMC que tenga un sujeto, el compartimiento abdominal puede ser el mayor reservorio de grasa subcutánea y el PB el menor, razón evidente por el área que presenta la parte abdominal en relación al músculo bíceps.
Al comparar a dos grupos con IMC “Sobrepeso” entre GBm y al GFh observamos datos interesantes, como la escasa diferencias de tejido adiposo subcutáneo en varios pliegues (PAb, PB, PMM) Dif=≥0.02 y ≤0.10 cm, donde a pesar que un grupo lo componen sujetos del género femenino donde la literatura ha argumentado una mayor tendencia a la acumulación de grasa corporal por una serie de factores (.....), éstas presentaron valores similares en PAb, PB y PMM en relación a sujetos hombres, ver gráfico 2.
Por otra parte al comparar a un grupo con IMC “Normal” GFm y otro de sujetos con sobrepeso GBm, las Dif entre un grupo y otro no se presentan mayores 1 cm, Dif=0.64 cm, donde el PAb Dif=0.31 cm de GBm respecto al GFm, pero es importante recordar que el GBm se encuentra clasificado en IMC sobrepeso mientras que el GFm clasifica en IMC Normal. Queremos mencionar que a pesar que ambos grupos son diferentes respecto a su clasificación en el IMC, sujetos con clasificación “Normal” pueden tener igual u muy similar cantidad de grasa subcutánea, sobre todo en algunos compartimientos corporales como el PAb, PMM y PSI, ver gráfico 2 y 3.
Nosotros nos remitimos exclusivamente a las variables (Edad, PCT, Talla, IMC, PB, PT, PSI, PSE, PMM, PAb), las cuales fueron evaluadas, descritas y posteriormente analizadas en relación a los tres grupos declarados GFm, GFh y Gbm. Queremos expresar que las relaciones entre un grupo con IMC normal y otro con IMC en sobrepeso las realizamos para constatar el hecho que un sujeto clasificado con un IMC “NORMAL” puede tener una similar cantidad de tejido adiposo que otro sujeto clasificado con IMC en Sobrepeso, ello se observa en la comparación entre el GFm y GBm, donde las diferencias en algunos pliegues cutáneos son mínimas en algunos (p.e., PSI, PB, PT y PAb).
El presente estudio intenta actualizar la conciencia a funcionarios y beneficiarios de la salud pública respecto a que el IMC “Normal” no exime de riesgos cardiovasculares, mucho menos si la cantidad de grasa de pliegues cutáneos es igual u similar a sujetos con IMC en sobrepeso, además si sumado a esto las personas no realizan actividad física, tienen una alta ingesta de grasa y azúcar, y se asocian con hábitos de ingesta de tabaco, muy probablemente los riesgos en la salud sean mucho mayores que un sujeto obeso activo.
De las obligaciones “morales” que tenemos los funcionarios de la salud pública acerca de “predicar con el ejemplo” a nuestros beneficiarios queremos expresar que esta acción podría ser potenciadora de nuestras recomendaciones hacia nuestros pacientes, pero muy probablemente implique diferencias y disgustos que sólo aquellos funcionarios que tienen conciencia y visión crítica del ejercicio de cada profesión pueden hacer.
Conclusiones
Comparando la cantidad de grasa corporal a través de la técnica de pliegues cutáneos entre sujetos con IMC “Normal” vs. Sujetos con IMC en “Sobrepeso”, ambos grupos pueden presentar valores similares de grasa subcutánea, sobre todo en el pliegue abdominal, apreciándose la misma tendencia hombres y mujeres clasificados con IMC en “Sobrepeso”, de manera que sujetos clasificados con IMC “Normal” podrían presentar similares riesgos de desarrollar enfermedades que sujetos clasificados con IMC en Sobrepeso.
Sería “adecuado y recomendable” que los funcionarios de la salud pública se preocupen por la práctica de ejercicio físico de manera “regular”, tanto e igual como los beneficiarios que tienen IMC “Normal”, pues ello podría mejorar además la salud mental, la disposición al trabajo en los meses de trabajo más agudo y aumentar la credibilidad los usuarios de este sistema a las consejerías en torno a alimentación saludable y ejercicio físico.
Bibliografía
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Digital · Año 15 · N° 154 | Buenos Aires,
Marzo de 2011 |