El mimo en la escuela | |||
Diplomada en Magisterio de Educación Física en la Universidad de Murcia (España) |
Aránzazu García Gutiérrez Isabel Gómez Abellán Clara Cascales Campuzano |
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Resumen En este artículo desarrollaremos una de las maneras de trabajar la expresión corporal, más concretamente el mimo, con los alumnos de los centros escolares de Primaria. Debido a que es un contenido difícil de tratar para muchos de los docentes en el ámbito educativo, creemos que este artículo será de utilidad para ayudar a otros docentes a desarrollar dicho contenido en su aula. Palabras clave: Educación física. Expresión corporal. Mimo.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 154, Marzo de 2011. http://www.efdeportes.com/ |
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1. Concepto de mimo
Es muy común en nuestras calles, toparnos con jóvenes artistas que permanecen horas y horas inmóviles, aguardando a que los transeúntes depositen en sus cestas algunas monedas.
En ese instante, el artista nos regala alguna cabriola o una serie de gestos graciosos que terminan por arrancar la sonrisa de los paseantes. Son ellos los mimos actuales.
Es verdad que también en ciertos teatros muy concretos podemos encontrar espectáculos de mímica.
Los mimos son esos personajes estrafalarios que vemos cada día en nuestras ciudades.
Sin embargo debemos saber que la mímica es un arte de representación dramática muy antiguo que intenta manifestarse mediante gestos y movimientos corporales.
Según la RAE, el concepto “mimo” tiene las siguientes acepciones, de las cuales, es evidente que a nosotros la que nos interesa es la segunda:
Mimo:
m. Cariño, halago o demostración de ternura.
m. Cariño, regalo o condescendencia excesiva con que se suele tratar especialmente a los niños.
m. Ñoñería, actitud o estado propio de una persona que quiere que la mimen.
m. Cuidado, delicadeza con que se hace algo.
Mimo:
m. Actor, intérprete teatral que se vale exclusiva o preferentemente de gestos y de movimientos corporales para actuar ante el público.
m. Entre griegos y romanos, farsante del género cómico más bajo, bufón hábil en gesticular y en imitar a otras personas en la escena o fuera de ella.
m. Entre griegos y romanos, farsa, representación teatral ligera, festiva y generalmente obscena.
2. Técnicas del mimo
a. Analítica
Se estudia cada movimiento separado, independientemente del resto. La idea de conjunto viene después, una vez que se es capaz de disociar cualquier pequeño movimiento del resto.
b. Global
Es la técnica opuesta, en esta el movimiento se entiende como un todo, es decir, como el conjunto de pequeños movimientos que al unirse dan sentido al mismo.
c. Improvisación
Para improvisar es necesario conocer la técnica más analítica (y cuánto más mejor) El juego creativo y el trabajo intelectual son dos columnas que deben sostener simultáneamente el entrenamiento en la técnica del mimo.
d. Ideación (imitación e interpretación)
Mientras unos realizan un ejercicio siguiendo una pauta, los otros tratan de interpretar y (sin explicar) tratan de mejorar, desarrollar o modificar la historia del anterior y así sucesivamente… Unos comienzan una acción o figura y otros deben complementarla sin interpretarla, luego hacer la opuesta. Lo aconsejable en este caso es no partir de una idea conceptual (y pretender mimarla) sino en todo caso descubrirla como significados posibles, es decir, como interpretación de lo hecho espontáneamente.
e. Conciencia y proyección
Emocionarnos, sentir y liberar ideas que ya estaban en nuestro inconsciente, dándonos el permiso de “proyectarlas” es decir, otorgándole un sentido a aquello que supuestamente estoy “interpretando”, por medio de consignas como las que acabamos de mencionar. Este es uno de los caminos de creación y recreación de argumentos dentro del arte del mimo.
3. Elementos a trabajar
Localización
Movimientos asociados y disociados
Equilibrios:
Movimiento autoconducido
Desestructuración:
Restructuración:
Ser postural
4. Aspectos del mimo a trabajar en la escuela
Formas básicas que adopta el cuerpo
Abierta:
Desde el centro del cuerpo todas sus partes tienden a extenderse en dirección a
la periferia. Es una postura dinámica.
Cerrada
Aspectos que trabajan los niños con el mimo
a. El movimiento humano: El movimiento que nos interesa abordar en primaria es el movimiento cargado de significado, el gesto que se ejecuta con una intención comunicacional.
Entre el alumno y el entorno se establecen unas continuas relaciones donde es el cuerpo el gran intermediario. Dado que esta función mediadora tiene un carácter de reacción gestual (expresiva o significativa), será preciso descomponer y analizar el conocimiento del cuerpo y un control de éste.
b. Toma de conciencia del cuerpo: Trata de investigar lo corporal en su forma y estructura, en sus áreas. Es un ejercicio de atención y concentración sobre sí mismo, de observación y análisis del movimiento en su comportamiento habitual y en su relación expresiva o no con el entorno. Es así como podemos adquirir la imagen de nosotros mismos. La imagen del cuerpo significa una percepción viva de los continuos cambios que se producen en nuestro organismo.
La conciencia del cuerpo y de su movilización está ligada al conocimiento de las diferentes partes del cuerpo y su función y del control y dominio del mismo, que permitirá llegar a la independencia de los movimientos y a su disponibilidad con vistas a la acción expresiva.
c. El cuerpo articulado, segmentado, global: Tenemos que concienciar que el cuerpo no es un bloque rígido, sino que se compone de módulos articulados.
Movimiento articular. A partir de la posición de pie, iniciamos la movilidad por articulaciones aisladas, desde los dedos de las manos a los de los pies, pasando por la muñeca, codo, hombro, columna, cuello, cintura, rodilla, tobillo.
Movimiento segmentado. Un segmento es una parte del cuerpo que puede incluir una o más articulaciones (brazo, cabeza, mano...). Ejercitarse en la movilidad consciente de cada uno de los segmentos corporales, teniendo en cuenta que, al mover uno, hay que concentrarse también en la inmovilidad del resto de los segmentos.
Movimiento global. Consiste en la movilidad de todo el cuerpo. Comenzar por mover una articulación e ir añadiendo el resto gradualmente hasta que estén todas activas.
d. La lateralidad: Que nuestros alumnos interioricen que nuestro cuerpo está dividido en dos partes iguales y, debido a ello, somos bilaterales, podemos mover los dos lados, izquierdo y derecho, de múltiples formas: en simetría o asimetría, simultánea o alternada, sin cruzar o cruzada etc.
e. Área de base y equilibrio: Comprobamos que el ser humano, dada su condición de homo erectus, está en contacto con la tierra por medio de los pies. El lugar o espacio que ocupan los pies en el suelo lo llamamos polígono de sustentación, y es fundamental para el equilibrio, tanto en posición estática como dinámica.
El área de base es formada por las piernas o miembros inferiores. Ellas sustentan la estructura y el peso del cuerpo. Gracias a sus articulaciones, podemos sentarnos, cruzar las piernas, agacharnos, arrodillarnos, acostarnos, trasladarnos en el espacio de varias formas: andando, corriendo, saltando, patinando, bailando, escalando etc. Aunque no sea la zona más importante para la expresión del mimo, no debe olvidarse ya que colabora en la construcción de un personaje, de un carácter, de un estado de ánimo, etc.
La expresividad de las diferentes partes del cuerpo
El tronco: Es el bloque central del cuerpo, un fuerte motor de propulsión. Es también la fuente de la energía emocional. Podemos dividir el tronco en zonas o módulos, aunque no de una manera absoluta, ya que no existe entre ellas una clara separación. Tronco bajo (caderas y abdomen) y tronco alto (busto y tórax).
Cabeza: sede de la inteligencia, de la razón, del poder, cuyo símbolo es la corona. Gracias al Atlas y al Axis, puede realizar desde los movimientos más cotidianos como: arriba-abajo o izquierda-derecha (sí-no).
Cuello: Podemos alargar, estirar el cuello o acortarlo, hundiéndolo entre los hombros; desplazarlo adelante, a los lados, inclinarlo, rotarlo. Dependiendo del uso que hagamos del cuello, así serán nuestras expresiones.
Brazos: son las partes más flexibles y de más fácil motricidad del cuerpo, debido a sus articulaciones multidireccionales (hombro + codo + muñeca). Por los movimientos de los brazos proyectamos al exterior los sentimientos y emociones que se originan en el tronco. Los movimientos de los brazos refuerzan, clarifican la expresión de todo el cuerpo. Así, en un estado de alegría al ver a un ser querido, normalmente se elevarían el tronco, la cabeza, pasaría la expresión a los hombros, a los brazos, que se alzarían o se abrirían lateralmente para abrazar o acoger con las manos. En caso contrario, el disgusto o enfado ante la presencia de alguien no querido o no deseado, se expresa por el repliegue, el encogimiento del cuerpo, los brazos se cruzan como para esconderse o protegerse etc.
Manos: Aunque actúan frecuentemente con los brazos, son en sí mismas extremadamente delicadas y sensibles, tanto en su función transmisora como receptora. Las manos pueden tomar contacto con el mundo exterior fácilmente: recogiendo, apretando, presionando, y un gran número de acciones más.
Rostro: la cara es la marca o el sello de fábrica, es imposible imitarla. Los rasgos, el diseño del rostro permanecen durante toda la vida. Es manifestación del carácter del individuo.
Los sentidos como la vista, el gusto, el olfato toman su sede en la cara y, en ambos extremos, el oído. Todo esto mantiene al rostro despierto, en estado permanente de alerta, para captar todos los mensajes del mundo exterior y, como consecuencia, devolverle las impresiones, producto de las vivencias experimentadas interiormente (agrado, desagrado, etc.).
Es preciso conocer, dominar y controlar la musculatura facial, hasta sus mínimos grados, para que, en el trabajo del mimo, los movimientos de las cejas, ojos, boca, mejillas, sean fieles a la expresión deseada, clara y comprensible para el público.
Para aprender a usar los músculos de la cara, se debe trabajar con cada uno independientemente.
f. La respiración: Consideramos que es fundamental la toma de conciencia de la respiración en cuanto que aporta dinámica y lirismo al gesto. La respiración es un medio constante de relación vital entre el interior y el exterior del ser humano. También se encuentra entre el inconsciente, por ser controlada automáticamente por los centros nerviosos del bulbo raquídeo, y la conciencia, al poder ser modificada por la voluntad, aunque de manera limitada.
La respiración completa o la gran respiración, debe ejecutarse inspirando lentamente por la nariz y ocupando los pulmones de aire en todas sus zonas (de abajo a arriba) de forma continua, encadenada, sin brusquedades ni esfuerzos. A continuación, se expulsa el aire por la nariz, vaciando los pulmones de arriba-abajo.
g. El tono muscular: Continuando con nuestro objetivo en primaria, la toma de conciencia del propio cuerpo, fijamos nuestra atención en los elementos que hacen posible el movimiento voluntario del esqueleto humano: los músculos estriados.
El músculo recibe constantemente excitaciones nerviosas del cerebro o del entorno y lo mantienen en un grado de contracción más o menos alto. Por otra parte, el organismo procura mantener el tono en un estado de equilibrio tan bajo como sea posible, pero, en ocasiones, esto no se consigue y nos podemos encontrar en un estado hipertónico o hipotónico.
Por nuestra parte, debemos responder a las siguientes preguntas: ¿Cómo se encuentran nuestros músculos? ¿Cuáles están demasiado tensos o demasiado blandos? En el caso de que encontremos alguna anomalía en nuestro alumnado, debemos poner los medios, con ejercicios correctivos, para encontrar un equilibrio tónico, que procure una vida dinámica eficaz.
El ser humano se encuentra en la sociedad de hoy día, en un estado permanente de fatiga, de excesiva tensión física y mental y es preciso volverlo a su integridad. Poniendo en práctica unas reglas de relajación, muchos conflictos pueden evitarse y se puede conseguir un estado de equilibrio, de armonía, de bienestar, imprescindible para emprender un trabajo específicamente corporal, como es el del mimo.
La primera etapa para la relajación es el punto cero, donde las tensiones se reducen al mínimo y en ese estado es posible percibir los bloqueos en diversas posiciones del cuerpo. Esta inicial toma de conciencia consigo mismo, de observación interior y escucha atenta, permite la recuperación energética y la renovación de fuerzas. Podemos hacer una especie de inventario de diferentes puntos del cuerpo en contacto con el suelo, cambiando de posturas. Cualquiera que sea la posición, al tomar conciencia de los soportes, se reduce el tono muscular. Este ejercicio permite sentir las tensiones allí donde las haya y relajarlas.
h. La improvisación: Este apartado es importante para los alumnos de primaria ya que: obliga a pensar, a reflexionar; remueve al subconsciente; enriquece la imaginación y la despierta; canaliza los sentimientos; ayuda a revivir emociones; aumenta la libertad y coordinación en los movimientos; faculta una mejor comunicación; da seguridad y autoconfianza; potencia la capacidad de observación y comprensión etc.
En la improvisación se produce el momento de experimentación creativa, ya que a partir de un tema concreto (una situación, un personaje, un objeto, una idea...) que actúa como estímulo desencadenante, lo que se pretende es lograr respuestas creadoras.
I. El movimiento: El gesto se puede entender como asociación de gestos o como desplazamiento del cuerpo en el espacio. Para que el gesto sea correcto se necesita:
Precisión. La realización de un gesto o de un movimiento cualquiera puede secuenciarse o dividirse en pequeños fragmentos o instantes de acción que lo conforman. Es muy útil hacer este, podríamos llamar, microanálisis con frecuencia para comprender exactamente el proceso vital del gesto, suprimir lo innecesario, acentuar o destacar el punto más importante, ajustar el ritmo, delimitar el diseño espacial exacto, etc.
Según esto, los gestos del mimo han de ser limitados:
En el espacio: despojarlos de todo acompañamiento superfluo, sobrante.
En el tiempo: buscar cuál es el tiempo mejor, su duración concreta y su velocidad precisa, con el ritmo más adecuado.
En la energía: economizar la energía al máximo, de forma que la fatiga no sea excesiva.
Soltura: Que es la continuidad armoniosa, evitando la brusquedad, la inestabilidad, siempre que éstas no sean exigidas. Es necesario suavizar y enlazar la gesticulación y los movimientos.
Coordinación: Siempre que haya que hacer dos o más gestos o movimientos diferentes a la vez.
La acción es la pieza clave del lenguaje del mimo, y también lo es la quietud.
Espacio: Es el lugar donde el cuerpo puede moverse, desplazarse. Los seres humanos actuamos de horma distinta, según estemos en un lugar o en otro, por ejemplo, no nos comportamos igual si estamos en clase, que si estamos en nuestra casa. Por lo que el espacio y el contexto condiciona nuestra actitud, y a la vez es el lugar donde se desarrollan los afectos las relaciones, no tenemos el mismo trato hacia nuestros padres que hacia un compañero/a de clase, por tanto podemos decir que es el medio a través del cual se desenvuelven las personas con sus sentimientos, intereses,…En el mimo el espacio que se utiliza es el escenario, el cuál debe ordenarse para saber dónde va cada cosa y cómo es mejor colocarse en él.
Tiempo: Es un elemento fundamental en la construcción del mimo, de la pantomima. A cada acción corresponde una organización o estructura temporal que da al movimiento unidad y significado, de forma que un mismo movimiento, ejecutado con alguna variación de esa estructura temporal, cambia de significado y puede producir en el plano expresivo un efecto opuesto, por ejemplo, pasar de ser trágico a cómico.
La estructuración temporal del movimiento se compone de: velocidad, duración, ritmo.
Velocidad: La diferencia de velocidad de la acción está representada por las distintas intensidades de las emociones.
El movimiento es el único lenguaje con el que se expresa un contenido para comunicar algo y en muchas ocasiones ese contenido es esencial, metafórico, simbólico, por lo que la acción o movimiento debe ser realizado con una cierta lentitud.
Duración: Existen dos clases de duración:
Dramática: Es el tiempo real de la representación, es decir, lo que dura la historia desde el comienzo hasta el final. Es un tiempo que puede ser percibido objetiva y directamente por el público.
En este sentido la duración de la pantomima puede ser:
duración objetiva, que se puede cronometrar, es el tiempo real, por ejemplo: (1’ 25’’).
- , que es individual, es la impresión que tiene el espectador de la duración total o parcial. Depende de varios factores:
duración subjetiva
: más o menos interés, atención, conocimiento de la materia...
personales
- si tiene fuerza, tensión, si es interesante, si está bien construido, está bien interpretado, o lo contrario.
del tema en sí:
Ficción: La pantomima es un discurso narrativo que expresa un contenido de duración temporal distinto de la realidad. Algo que ha ocurrido en un tiempo histórico o que ocurre en ese momento y tiene una duración.
Este tiempo, al ser descrito por el discurso del mimo, está sujeto a todo tipo de cambios, en función de los fines, el estilo, la estética...
Se puede representar en cuatro minutos, por ejemplo, toda la vida de un ser humano (el nacimiento, la adolescencia, la vejez, la muerte). Se condensa en un tiempo muy breve, en síntesis, la esencia de toda una vida.
Ritmo: se puede entender como acentuación; un gesto tiene una duración precisa y se acentúa en un instante determinado. Esa acentuación puede hacerse alargando el tiempo de la acción, aumentando la energía, con un impulso, con una puntuación, mediante una parada, etc. Si no hay acentuación la acción será monótona, aburrida. La ausencia de acentos es una excepción y debe ser un hecho consciente, con un determinado propósito, para conseguir un efecto especial.
La acentuación o énfasis puede encontrarse en un gesto, en un movimiento y en una secuencia de movimiento:
al principio: acento inicial.
- : acento intermedio.
en el medio
- acento final.
al final:
Bibliografía
AUBERT, C. (1997). El arte mímico. México: Col. Escenología.
CAÑAL, F. y CAÑAL, C. (2004). El mimo en la escuela. Sevilla: Junta de Andalucía, Conserjería de Educación y ciencia.
CASTILLO, C. (1991). Mimo. El grito del gesto. Valencia: Víctor Orenga.
IVERN, A. (1990). El arte del Mimo. Buenos Aires: Edicial.
ROBERTS, P. (1990). Mimo: El arte del silencio. San Sebastian: Tarttalo.
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