Teorías sobre el origen del juego | |||
*Doctor Europeo en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Licenciado como número 1 de la promoción en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Licenciado en Ciencias Empresariales. Licenciado en Derecho. Diplomado en Fisioterapia Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid **Doctora con Mención Europea en CC. de la Actividad Física y del Deporte Máster en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Profesora de la Universidad de Alcalá y de la Universidad Complutense de Madrid Campeona de España de baloncesto |
Antonio Monroy Antón* Gema Sáez Rodríguez** (España) |
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Resumen El juego es una actividad ligada al ser humano desde su nacimiento. El niño tiende a jugar prácticamente sin estímulo alguno, lo cual ha hecho plantearse desde hace dos siglos cuál es el origen de ese deseo o necesidad. Existen teorías muy diversas, que van desde las eminentemente relacionadas a lo físico a las partidarias de un origen psíquico, y pasando por las de corte sociocultural. En este artículo se hará una recopilación de todas ellas, agrupándolas en ocho bloques principales. Palabras clave: Juego. Fisiología. Sociedad. Psicoanálisis. Movimiento.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 153, Febrero de 2011. http://www.efdeportes.com/ |
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El juego es tan antiguo como la vida misma ya que, desde que nace, el ser humano comienza a jugar. Las teorías sobre el origen del juego son múltiples, según se dé más preponderancia a uno u otro aspecto. La realidad es, posiblemente, que todos los factores que en ellas se relatan pueden tener alguna influencia en mayor o menor medida en el origen del juego.
Posiblemente, la recopilación más exhaustiva sobre las teorías del origen del juego sea la que realizó Munné1 hace casi dos décadas. A continuación se realiza una recopilación de dichas teorías, partiendo de la de este autor pero ampliándola e introduciendo matices importantes.
1. Teorías sobre el exceso de energía
Vienen a reafirmar la vieja tesis de Platón de que “en los jóvenes el juego se debe a que no pueden mantenerse en reposo por lo que les es placentero saltar, gritar, danzar y jugar unos con otros”.2 El juego se entiende, por tanto, como una forma de liberación de la energía excedente. Uno de los máximos exponentes de esta visión fue Herbert Spencer, en el siglo XIX.
Herbert Spencer (1820-1903)
2. Teoría teleológica del ejercicio preparatorio
Según los autores de esta corriente, el juego tiene un matiz educativo para los niños, sirviendo de preparación para la vida a la que, posteriormente, tendrán que enfrentarse. Uno de los defensores de esta teoría es Karl Gross, quien afirma que el juego contribuye al desarrollo de ciertas funciones que serán básicas para el niño cuando se convierta en adulto, así como a su autoafirmación como persona. Estas teorías son las precursoras de los principios funcionalistas de la etiología moderna.
Karl Gross (1861-1946)
3. Teoría de la recapitulación
Stanley Hall, pedagogo y psicólogo estadounidense, señaló que el juego no es más que una recogida de datos provenientes de las costumbres de culturas anteriores, convirtiéndose así en una “recapitulación breve” de la evolución de la especie. De este modo, se convierte en una actividad que persiste generación tras generación.
Granville Stanley Hall (1844-1924)
4. Teorías fisiológicas
Similares en cierto modo a las citadas en primer lugar, de las que se pueden considerar sus antecedentes directos, defienden que el juego responde a una necesidad vital que viene predeterminada biológicamente, y que por tanto está en mayor o menos medida presente en todo ser humano. Sin embargo, dentro de ellas se pueden distinguir dos corrientes claramente diferenciadas:
la del recreo, defendida por Schiller, para quien el ser humano necesita un movimiento que le dé placer, lo cual encuentra en el juego
la del descanso, postulada por Lazarus, para quien el juego es básicamente un mecanismo de economía energética.
Moritz Lazarus (1827-1903)
5. Teorías de la autoexpresión
Según estas teorías el juego sirve al niño como vía para representar distintos roles sociales, creando respuestas a los mismos. Manson y Mitchel defendieron esta teoría, propugnando el valor del juego como medio de manifestar la personalidad ante los demás.
6. Teorías psicoanalíticas
De las más complejas y basadas sobre todo en los escritos de Freud, establecen que el juego produce una catarsis liberadora de emociones reprimidas, dejando al individuo en condiciones de poder expresarse libremente. El juego es un medio de expresar impulsos sociales no aceptados.
Para Freud, a través del juego el niño consigue dominar los acontecimientos, pasando de una actitud pasiva a intentar controlar la realidad. Al igual que sucede en el sueño, el juego manifiesta fundamentalmente dos procesos: la realización de deseos inconscientes reprimidos y la angustia que producen las experiencias de la vida misma. El juego es para el niño un instrumento mediante el cual logra dominar ciertos acontecimientos que en su día fueron angustiosos para él.
Winnicott ofrece una explicación distinta: el juego es un área intermedia entre la pura subjetividad y la experiencia de relación con el otro. Es lo que denomina como un “objeto transaccional”, algo interno y externo a la vez y que, además de constituir un proceso fundamental de encuentro con la realidad en la niñez, ha de jugar un papel muy importante en la edad adulta.
Sigmund Freud (1856-1939) Donald Winnicott (1896-1971)
7. Teorías antropológicas, culturales y sociales
En este caso, lo más importante es la función socializadora y cultural del juego. Vygotsky considera que el juego no nace del placer, sino de las necesidades y frustraciones del niño, las cuales en gran parte vienen dadas por su situación social. El niño siente una necesidad de acción siempre que hay una necesidad no cubierta. Por el contrario, en una sociedad en la que lograse satisfacer todos sus deseos de forma inmediata, nunca tendría lugar la aparición del juego. Esta teoría, sin embargo, no ha de confundirse con las psicoanalíticas de la represión, pues Vygotsky subraya la importancia del deseo de conocer y de las necesidades no cubiertas por los aspectos sociales, sugiriendo la posibilidad de utilizar el juego de forma educativa y no sólo como medio de satisfacción de deseos frustrados.
Dentro de estas teorías culturales, también hay que hacer mención también al neozelandés Sutton-Smith, que defiende que el juego nace en cada cultura como medio para asegurar la transmisión de sus valores e ideologías propias.
Lev Vygotsky (1896-1934) Brian Sutton Smith (1924-)
8. Teoría cognitiva
Uno de los autores más conocidos en la bibliografía existente sobre los juegos es Piaget. Para él, el juego tiene como función la de consolidar las estructuras intelectuales del hombre a medida que se van adquiriendo. El niño comienza a jugar como medio de desarrollarse psíquicamente, y las distintas etapas por las que pasa su inteligencia se relacionan ineludiblemente con las etapas del juego.
Jugar se convierte, por tanto, en un medio para comprender el funcionamiento de las cosas. Una función similar a la que defiende Bruner, para quien el juego es una especie de guía del desarrollo.
Jean Piaget (1896-1980) Jerome Bruner (1915-)
9. Teoría ecológica
Bronfenbrenner defiende que el juego está condicionado por los distintos niveles ambientales o sistemas existentes en el entorno del niño. La persona es para él un sistema que encaja dentro de otro, y así sucesivamente, estableciéndose relaciones recíprocas entre todos esos sistemas de forma que, si cambiase un solo elemento, cambiaría todo el conjunto.
Urie Bronfenbrenner (1917-2005)
Conclusiones
La existencia de tal diversidad de teorías sobre el origen del juego indica claramente la complejidad del objeto de estudio, así como la repercusión que el juego ha tenido, tiene y tendrá en el futuro en las diferentes esferas de la actividad humana.
Lo que sí parece claro es que, de acuerdo con todas ellas, el juego revela en el hombre una manifestación de libertad. La conducta lúdica es la que permite al hombre expresar libremente su personalidad, por más que tenga que estar sujeto a una serie de normas, las cuales en ningún modo coartan dicha libertad. El individuo, al abandonarse a la realización de una actividad placentera, olvida sus tensiones y exterioriza su más profundo sentir y, en definitiva, su modo de ser, sus emociones y sentimientos más ocultos.
En la actualidad existe una tendencia muy clara a destacar la función del juego consistente en reparar o compensar al individuo tras el trabajo o la tensión diaria. Sin embargo, hay opiniones en contra de ello, señalando que el tener que practicar el juego como actividad reparadora quebraría uno de los principios del mismo, que es precisamente el de ser una actividad libre.
Notas
Munné, F.: Psicología del tiempo libre: un enfoque crítico, Trillas, México, 1992.
Platón: Las Leyes, Editorial Gredos (Biblioteca Clásica Gredos 265), Madrid, 1999.
Bibliografía
Caillois, R.: “Teoría de los juegos”. Ed. Seix Barral, S.A., Barcelona, 1958.
Munné, F.: “Psicología del tiempo libre: un enfoque crítico”. Trillas, México, 1992.
Platón: “Las Leyes”, Editorial Gredos (Biblioteca Clásica Gredos 265). Madrid, 1999.
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