La relación entre la obesidad y el ejercicio físico | |||
Diplomada/o en Educación Física por la Universidad de Murcia (España) |
Francisco Javier Campillo Almela Piedad López Ruiz |
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Resumen En el presente artículo se pretende analizar la relación existente entre la realización de ejercicio físico y su repercusión para la salud, centrándonos en los efectos que produce sobre la obesidad en niños y adolescentes en edad escolar. Lo que se persigue es tratar el problema de la obesidad desde edades tempranas, ya que ésta deriva en otras enfermedades perjudiciales para la salud. Para ello, hemos analizado diferentes estudios realizados con niños, referidos al ejercicio físico y el efecto que de él se desprende sobre la salud. Mostraremos como la realización de ejercicio físico ayuda a combatir la obesidad, con mayor importancia en la infancia y en la adolescencia. Palabras clave: Obesidad. Ejercicio físico. Salud.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 150, Noviembre de 2010. http://www.efdeportes.com/ |
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1. Introducción
Vivimos en una sociedad marcada por las nuevas tecnologías. Hoy en día, los niños utilizan continuamente los ordenadores, pasan tardes enteras jugando con videoconsolas o viendo televisión. Todas estas acciones repercuten de manera directa sobre la salud, ya que el tiempo empleado en la utilización de estos medios tecnológicos resta dedicación a la actividad física, derivando en el exceso de peso, principalmente en los niños, dando lugar a la obesidad.
La obesidad es un problema que preocupa a la sociedad actual, en parte por los ideales de “cuerpo perfecto” que podemos observar en modelos de pasarela y en anuncios de televisión. Pero, la obesidad, también deriva en problemas relacionados con la salud. Por ello, a pesar de las dificultades en su tratamiento, es necesario insistir en él, debido a las consecuencias tan negativas que tiene la obesidad, tanto en la salud médica como psicológica del niño y del adolescente. De esta manera, es necesario actuar cuanto antes y estar convencidos de que el niño obeso pierda el exceso de grasa y aprenda qué es una alimentación y estilo de vida saludables. En este sentido, es esencial trabajar en la prevención de la obesidad, concienciando a los pediatras, enfermeras, educadores (donde maestros de Educación Física principalmente, toman importancia tratando de inculcar a sus alumnos unos hábitos hacia el ejercicio físico-salud) y padres, de la importancia de la educación nutricional de los niños desde las edades más tempranas.
2. Obesidad
¿Qué es la obesidad?
La obesidad puede definirse como la acumulación de grasa en los tejidos, fenómeno que suele ir acompañado de un aumento del peso corporal. Una de sus principales causas es el estilo de vida de las personas (hábitos alimenticios, sedentarismo, etc.).
¿Cómo medimos la obesidad?
Con el fin de estimar la proporción de grasa corporal se han empleado diversos índices que relacionan el peso y la talla. El más conocido de ellos es el Índice de Masa Corporal (IMC), que se define mediante la siguiente fórmula:
IMC: Peso (Kg.) ÷ Talla2 (m)
El resultado obtenido de la siguiente fórmula se compara dentro de unos valores, que se presentan en la siguiente tabla:
Clase |
IMC (kg/m2) |
Riesgo |
Peso insuficiente |
< 18,5 |
Bajo |
Normal |
18,5 – 24,9 |
Medio |
Sobrepeso |
≥ 25,0 |
Moderado |
Preobesidad |
25,0 – 29,9 |
Mayor |
Obesidad I |
30,0 – 34,9 |
Importante |
Obesidad II |
35,0 − 39,9 |
Grave |
Obesidad III |
≥ 40,0 |
Muy grave |
3. Estudios sobre el ejercicio físico en relación con la obesidad
3.1. Ejercicio aeróbico e intervención
La mayoría de los estudios, se han centrado sobre todo en niños y adolescentes, y apuestan por la realización de ejercicios aeróbicos para ayudar a reducir los niveles de obesidad. Dichos estudios afirman que los ejercicios apropiados para esta patología son los ejercicios aeróbicos, ejercicios repetitivos o de larga duración que requieren el trabajo de grandes grupos musculares. Hills y Parker (1988) han demostrado con un programa de 16 semanas, que con 20 minutos de actividad aeróbica, con una frecuencia de 3-4 veces por semana, además de un asesoramiento nutricional, se reduce los niveles de obesidad y el tejido adiposo en 20 de los sujetos, niños y preadolescentes obesos, comparado con otro grupo que recibió asesoramiento nutricional.
Un estudio realizado por Hayashi y cols (1987), señalaron que el peso corporal se redujo significativamente después de un año de intervención con ejercicio en niños obesos. Por el contrario, un grupo de niños con peso normal que participaba regularmente en sus clases de Educación Física ganó peso después del año, posiblemente, a causa del aumento de la masa corporal. Este estudio no incluyó a los sujetos obesos inactivos.
Gutin y cols (2002) demostraron con un programa de 4 meses duración, que contenía 40 minutos de ejercicio aeróbico durante 5 días a la semana, que los niveles de obesidad disminuyeron en un 4.1% en obesos de entre 7 y 11 años.
Owen y cols (1999) examinaron los efectos en 4 meses de entrenamiento aeróbico durante 5 días a la semana en 74 niños obesos de entre 7-11 años. Este programa de entrenamiento consiste en 40 minutos de ejercicio aeróbico con una intensidad aproximada entre el 70-75% de la frecuencia cardíaca máxima. Comparado con un grupo inactivo, se demostró que este entrenamiento físico redujo considerablemente los niveles de grasa corporal y el tejido abdominal subcutáneo.
En resumen, podríamos establecer un patrón general de ejercicio físico en relación con la obesidad:
Tipo
Ejercicios aeróbicos.
Volumen
30-50 minutos de actividad.
Frecuencia
2-5 días a la semana.
Intensidad
60 – 75% de la Fc. Máx.
3.2. Efectos del ejercicio físico
El ejercicio físico produce ciertas mejoras en relación con la obesidad, algunas de las cuales son las siguientes:
El ejercicio físico ejerce un efecto beneficioso sobre la composición corporal. Ayuda a reducir el índice de grasa corporal.
El ejercicio físico aeróbico se asocia con una mejora en el consumo máximo de oxígeno, produciendo a su vez una mejora de la capacidad pulmonar y esto se traduce en una mayor capacidad para realizar esfuerzos.
Mejora de la función cardiovascular, reduciendo así el riesgo de padecer enfermedades tales como la hipertensión arterial o el infarto de miocardio, disminuyendo así las tasas de mortalidad por enfermedades de este tipo.
Reduce los niveles de colesterol en sangre, disminuyendo así los niveles de “LDL” o colesterol malo, y aumentando los niveles de “HDL” o colesterol bueno.
Reducción de los pliegues cutáneos, produciendo así una reducción de la grasa corporal.
El ejercicio puede mejorar o reducir la existencia de anormalidades asociadas a la obesidad, como la sensibilidad a la insulina, la intolerancia a la glucosa o el perfil de lípidos en sangre.
4. Conclusiones
La obesidad constituye un grave problema para la salud. Por ello, es importante su tratamiento desde la infancia y la adolescencia, ya que si no se actúa en estas etapas, los problemas en la edad adulta pueden ser de mayor gravedad.
Es misión de los educadores inculcar en los niños unos hábitos de realización de ejercicio físico que les permita mantener unas buenas condiciones saludables, evitando así enfermedades como la obesidad.
Bibliografía
GUTIN B.; BARBEAU, P.; OWENS, S.; LEMMON, C. R.; BAUMAN, M.; ALLISON, J. Y COLS. (2002). Effects of exercise intensity on cardiovascular fitness, total body composition, and visceral adiposity of obese adolescents. Am J Clin Nutr, 75, 818-26.
HAYASHI, A., M. G.; JOHNSTON, W.; NELSON, N. G.; MCHALE. y HAMILTON, S. (1987). Increased intrinsic pumping activity of intestinal lymphatics following hemorrage in anesthetized sheep. Circ. Res. 60: 265–272.
HILLS, A. P. Y PARKER, A. W. (1988). Obesity management via diet and exercise intervention. Child Care Health, 14, 409–416.
OWEN, S. ; GUTIN, B. y ALLISON, J. Y cols. (1999). Effect of physical training on total and visceral fat in obese children. Med. Sci. Sports Exerc, 31, 143–148.
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