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El fútbol costarricense en el semanario deportivo ‘Cancha’ (1979-1980)

 

Maestría en Ciencias Sociales

(Costa Rica)

Chester Urbina Gaitán

chesterurbina@yahoo.com

 

 

 

 

Resumen

          Hacia principios de los años ochenta del siglo XX el fútbol de Costa Rica tenía un carácter artesanal, producto del aprovechamiento político-económico de la clase que controlaba esta actividad.

          Palabras clave: Fútbol. Costa Rica. Explotación laboral. Dominación política. Capitalismo.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 150, Noviembre de 2010. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En un trabajo anterior he señalado que a partir de las dos últimas décadas del siglo XIX, los gobernantes comenzaron a establecer su proyecto político-cultural de creación de la nación, utilizando el fútbol como un elemento continuador del nacionalismo oficial, relevo y complemento de iconos como la Virgen de los Ángeles, Juan Santamaría y la Campaña Nacional de 1856, estrechamente ligado a la promoción del mito del "campesino humilde y sencillo" y de características del ser costarricense como igualdad, paz, democracia y libertad.

    La participación del fútbol dentro de la conformación de la identidad nacional culmina en este período en 1921, año en que se institucionalizó, al fundarse la Liga Nacional, -posterior FEDEFUTBOL- adquiriendo también el carácter oficial de representación nacional a nivel internacional, al enviar Costa Rica la primera selección nacional que ganó en forma invicta el primer campeonato centroamericano de fútbol. Este triunfo fue utilizado por la prensa escrita para transmitir un discurso patriotero en el que se demostraba la supuesta "superioridad" del país sobre el resto de Centroamérica, idea que ha persistido hasta el presente.

    En 1954 se declara al fútbol como “profesional”, lo que le permitió al futbolista negociar su permanencia en los clubes, firmando con el que le diera la mejor oferta económica. Asimismo, el tipo de vínculo que se había mantenido entre jugadores y directivos se interrumpe, ya que el futbolista se vuelve interesado, supeditando a un segundo plano la defensa de la identidad local o regional. Además, se abrió la puerta para que los equipos comenzaran a adquirir jugadores foráneos.

    A partir de esta época se comienza a gestionar como empresa, pero no funcionó como tal, debido a que los clubes de primera división enmarcados dentro del formato de asociaciones deportivas no podían penalizar judicialmente la corrupción de algunos directivos, amén de que estos centros deportivos han sido administrados por personas sin preparación en gerencia deportiva. Este último punto comenzará a desaparecer en el país en 1978 cuando el checo Iván Mraz se encargue de la administración de La Liga Deportiva Alajuelense. En gran parte el atraso futbolístico del país se explica por la utilización político-económica que esta disciplina experimentó a lo largo de su historia.1

    En este artículo se pretende hacer un estudio exploratorio sobre el nivel deportivo y organizativo del fútbol costarricense a partir de las impresiones de los técnicos y entrenadores físicos de origen extranjero que trabajaban en el país y de los comentarios que los balompedistas nacionales y extranjeros brindaban sobre el nivel técnico del fútbol nacional y su situación laboral como jugadores. Para ello se analizaran los artículos que “Cancha” publicó al respecto entre 1979 y 1980.

Control político y atraso futbolístico en Costa Rica

    Para el lunes 24 de setiembre de 1979 salía a la luz el semanario deportivo “Cancha”, este medio pretendía informar al lector nacional sobre la trayectoria en el país de los partidos de fútbol de la primera y segunda división, béisbol, softbol, atletismo ciclismo y deportes de motores. A un nivel internacional se dedicaría a informar sobre el béisbol de grandes ligas y el fútbol internacional.

    Este medio deportivo ofrecía dedicarse a realizar entrevistas con jugadores, entrenadores, directores técnicos, directores de clubes, federativos y funcionarios públicos dedicados al manejo de la actividad deportiva. Además tendría una sección denominada “Página técnica” la cual estaría a cargo de profesionales en las diferentes materias del mundo de la medicina deportiva, preparación física, entrenamiento deportivo, arbitraje, etc.2

    A finales de 1978 el checoeslovaco Iván Mraz llegaba al país para asumir su papel como técnico de la Liga Deportiva Alajuelense. En octubre de 1979 señalaba que con respecto al avance deportivo de este club que en el fútbol no hay milagros, y que lo que existe es un plan de trabajo, conciencia del jugador, responsabilidad y continuidad.

    Apuntaba que en el momento de hacerse cargo de la asociación deportiva, había un puñado de jugadores, pero no existía un equipo. Al club le faltaba organización, vida deportiva y sistema preparatorio. Además, se encontró, con la forma de ser del jugador costarricense, los cuales carecían de disciplina propia, no sabían dominarse y las ideas sobre la forma de jugar se les olvidaban a la hora de ponerlas en práctica.

    A un nivel general, Mraz decía que el fútbol costarricense estaba supeditado al área centroamericana. Era necesario pensar con claridad y recordar que también perdiendo se aprende. En cuanto a la calidad del fútbol nacional, este todavía no había hecho nada de cara a un campeonato mundial, a unos juegos olímpicos y a unos juegos deportivos panamericanos. Para el checoeslovaco la culpa de esto recaía en esa “idea centroamericana” que no sabían como quitársela de encima. Había que salir al exterior, comparar sistemas tácticos, comparar actuaciones, para poder sacar las mejores enseñanzas en beneficio del fútbol del país.3

    A Costa Rica le faltaba organización, planificación y calendarización internacional. Aquí el técnico no contaba para nada. No se podía jugar martes, jueves y domingo, porque luego se criticaba que el equipo no rendía al máximo. Estas cosas las llevaban a cabo los directivos, sin el criterio del entrenador.4

    El fútbol – al igual que el deporte en general – se inserta en una doble estructura significante. En el primer ámbito, en la del dinero y el salario y en el segundo en un sistema cibernético, entendido este como el código corporal en el que se involucran los récords, tiempos, marcas, distancias, rendimiento, tomando así el deporte las características del behaviorismo simbólico y del maquinismo industrial. Con referencia a la ideología burguesa, esta se ve reflejada en la jerarquía y promoción social, en el trabajo, la patria y el juego limpio -fairplay- entre las clases sociales. El deporte contemporáneo tiene además, un componente importante, el deporte–espectáculo, con un ceremonial parafascista que moviliza a las masas y a través de esta movilización lograr el objetivo de instaurar unos valores mercantiles, culturales y políticos.5

    Según se evidencia el balompié nacional a principios de los ochenta del siglo XX se encontraba en un nivel artesanal, su principal avance estaba en la organización asociativa y federativa, no en su modernización técnica y táctica, por lo que ofrecía un espectáculo de regular calidad tanto a un nivel local como internacional.

    Los comentarios de Mraz son reforzados con lo indicado por el jugador “Pavas” Alfaro de la Asociación Deportiva Limonense, quien decía que al futbolista nativo de la provincia de Limón le “cansaba” el entrenamiento. Pero con la llegada del húngaro Ferenc Mezaros como técnico de este club balompedista, esta situación se había terminado y era muy raro que a una sesión de entrenamiento faltara algún jugador.6

    Según Mezaros cuando el asumió la dirección técnica de la asociación deportiva en mención esta era un cuadro con jugadores caprichosos, a los que no les gustaba el entrenamiento, era una asociación con bastante indisciplina. Lo primero que hizo fue una “limpieza” de ciertos jugadores que no servían para los planes de trabajo que el tenía Ante esto algunos jugadores se fueron o se prestaron.7

    Una entrevista reveladora sobre la situación del balompié nacional fue la realizada al jugador de la Asociación Deportiva Ramonense Derbín Barboza a finales de 1979. Cuando se le preguntó sobre si le molestaba algo del fútbol nacional, el se refirió a la incapacidad de algunos directivos que trabajaban en puestos relevantes, sin tener conocimiento para ello. Estaban a ciencia cierta en esos cargos por orgullo, porque sí; sin saber a ciencia cierta cuales eran los problemas que tenía el fútbol.

    Al interrogársele sobre si había algo bueno en el fútbol costarricense, indicó que era el jugador. Este era el esclavo de los clubes. Lo llevan y lo traen como si fuera una valija y sin derecho a protestar. Por último, al planteársele la interrogante sobre si lo había tratado mal el fútbol, Barboza dijo que este le había dado lo justo para vivir. Ni un céntimo más. El pertenecía al club Ramonense desde hacia 15 años – en ese momento Barboza tenía 26 años – sin embargo; cuando llegaba un jugador extranjero cualquiera, el sueldo del foráneo era como el de tres jugadores nacionales.8

    Las críticas hechas por Barboza revelan que el atraso del fútbol nacional radicaba en la politización que había recibido, donde los directivos y federativos que pertenecían a la clase política dominante lo que buscaban era hacer buena imagen política y mantener una jerarquía de clase.9 En la época de este jugador era corriente que al futbolista se le irrespetara sus derechos laborales y humanos, lo que demostraba el abuso y la explotación hacia estas personas, lo que incidía en su bajo rendimiento deportivo.10

    En el análisis de Barboza existe la idea de que el futbolista nacional debe de vivir una vida limitada y sacrificada. Sobresale un discurso que Villena ha llamado “la economía moral del sacrificio”, esto es importante porque se considera, desde los sectores conservadores, que la sociedad costarricense está atravesando por una “crisis de valores”, por una etapa de dramática pérdida de valores y de sentimiento patriótico. Según este discurso, que se puede escuchar cotidianamente en Costa Rica – una suerte de crisis perpetua – en los medios de comunicación, los costarricenses estarían abandonando los míticos valores campesinos y serían cada vez menos sacrificados por la patria y solidarios entre sí.11

    Otro comentario interesante sobre la calidad deportiva del jugador costarricense la brindó el jugador peruano Manuel Lobatón Vesgas del Saprissa, quien al exponerle la pregunta sobre si encontraba mucha diferencia entre el fútbol nacional y el peruano, dijo que en Costa Rica se daban más patadas que en Lima. El defensor o el “secante” trataba de anular al delantero a base de brusquedades, en vez de hacerlo por facultades físicas.12

Conclusión

    El fútbol costarricense a principios de la década de los ochenta del siglo XX se encontraba atrasado con respecto a su calidad deportiva y profesional, ya que la clase dominante que manejaba esta disciplina sujetaba al jugador a un salario que le permitía satisfacer sólo sus necesidades básicas, lo cual incidía en su pobre alimentación y rendimiento deportivo. Las ganancias ofrecidas por este deporte y la posibilidad de hacer buena imagen política hacían del fútbol un excelente negocio para políticos y empresarios, muchos de los cuales no tenían reparos en abusar del jugador, ni demostrar un mayor interés en la modernización táctica y física de este deporte.

Notas

  1. Urbina Gaitán, Chester. “Cohesión social, desorganización y manipulación política. Historizando el fútbol en Costa Rica”. En: EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires: Argentina. Año 14. No. 133. Junio de 2009. http://www.efdeportes.com/efd133/historizando-el-futbol-en-costa-rica.htm

  2. Cancha. Lunes 24 de setiembre de 1979. Año I. Número 1. p.2.

  3. Ibid. Semana 8 al 14 de octubre de 1979. Año I. Número 3. p.15.

  4. Ibid. Semana 24 al 30 de marzo de 1980. Año I. Numero 26. p.7.

  5. Bolaños González, Francisco. “La ideología dominante en el sistema de cultura física y del deporte de Guatemala”. Tesis de Licenciatura en Sociología. Universidad de San Carlos de Guatemala. 2008. pp.87-88.

  6. Cancha. Semana 26 al 2 de diciembre de 1979. Año I. Número 10. p.15.

  7. Ibid. p.16.

  8. Ibid. Semana 3 al 9 de diciembre de 1979. Año I. Número 11. p.15.

  9. Sobre esto véase: Cubillo, Mayela. El fútbol: una perspectiva sociológica. San José: Alma Mater, 1986.

  10. Valerio Sánchez, Fernando. Algunas ideas en torno a la naturaleza jurídica del contrato deportivo: futbolistas profesionales. Tesis (licenciatura en derecho). 1965; Alvarado Ramírez, Carlos. Relación laboral del jugador de fútbol en Costa Rica. Tesis (licenciatura en derecho). 1976; Amador Zúñiga, Emmanuel. Política y deporte, algunas características de esta relación social en la Universidad de Costa Rica. Tesis (licenciatura en ciencias políticas). 1981; Quesada Ramírez, Ana Gabriela y Raven Odio, Alberto. La responsabilidad en los accidentes deportivos. Tesis (licenciatura en derecho). 1984; Sáenz Carbonell, Norma. El futbolista en Costa Rica y la violación de sus derechos humanos. Tesis (licenciatura en derecho). 1986; Castro Méndez, Mauricio. El tribunal de conflictos deportivos: su naturaleza jurídica y la renuncia de derechos laborales. Tesis (licenciatura en derecho). 1991; Esquivel Villalobos, Rita María. Naturaleza jurídica del derecho deportivo, especial referencia al deporte del fútbol. Tesis (licenciatura en derecho). 1991; y, Pérez Fonseca, José Mario y Quesada Barrantes, Carlos Enrique. Un análisis crítico-jurídico del derecho deportivo costarricense. Tesis (licenciatura en derecho). 1991.

  11. Villena Fiengo, Sergio. Golbalización. Siete ensayos heréticos sobre fútbol, identidad y cultura. San José: Ediciones Farben / Grupo Editorial Norma, 2006. p.136.

  12. Cancha. Semana 10 al 16 de diciembre de 1979. Año I. Número 12. p.14.

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