La importancia del ejercicio físico en el periódico costarricense ‘El Artesano’ (1889) |
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Maestría en Ciencias Sociales (Costa Rica) |
Chester Urbina Gaitán |
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Resumen El periódico El Artesano se interesó en la difusión de la importancia del ejercicio físico entre los obreros y artesanos de Costa Rica a finales del siglo XIX, lo que lo convierte en un medio pionero de la democratización de la práctica del deporte. Palabras clave: Ejercicio físico. Gimnasia. Educación. Estado. Artesanos. Obreros. Periodismo. Costa Rica.
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http://www.efdeportes.com/ EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 149, Octubre de 2010. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Al entrar en contacto Costa Rica en una forma estable con la economía mundial y el sistema de consumo de masas – lo cual se logro a mediados del siglo XIX por medio del cultivo y comercialización del café – el costarricense comenzó a identificarse con la práctica de las diferentes disciplinas deportivas.
La introducción del deporte en el país se relaciona con las principales colonias extranjeras radicadas en San José y Puerto Limón – europeas y estadounidenses – ya que debido a sus lazos socioafectivos a la burguesía nacional y a sus intereses comerciales en torno al café y al banano, es lógico que los primeros clubes deportivos se fundaran en aquellos dos lugares, reforzando así la identidad de clase de esos sectores. De lo anterior se deriva el hecho de que las primeras asociaciones deportivas se dedicaran a actividades que solo estaban al alcance de sus integrantes, debido a que ellos tenían el suficiente tiempo libre, dinero y preocupación por su salud y apariencia física, aspectos que le permitirán sostener sus asociaciones, las cuales tenían un carácter clasista y exclusivo. Basta con observar los nombres de las disciplinas a que se dedicaban: hípica, beisbol, ciclismo y esgrima. A partir del surgimiento del fútbol en 1899, el deporte comenzara a perder su carácter clasista, porque el elemento trabajador comenzó a tomar participación en su práctica, dejando de ser un espectador pasivo.1
A finales de los años ochenta del siglo XIX, en Costa Rica se da un proceso de expansión de las organizaciones de trabajadores por medio de la creación de sociedades mutualistas, cooperativas, sociedades de artesanos y clubes políticos. Entre 1880 y 1930, el movimiento obrero se preocupó por la preparación intelectual de los trabajadores; impulsó la creación de escuelas nocturnas, de centros de tertulia y bibliotecas. En 1889 se establecieron las primeras bibliotecas populares formadas por los trabajadores, como la de la Sociedad de Artesanos de San José y la de la Sociedad de Artes y oficios. Estas bibliotecas albergaban revistas y periódicos nacionales y extranjeros, así con una escogida colección de libros.2
El objetivo de este artículo es estudiar la importancia que el periódico “El Artesano” le daba a la práctica del ejercicio físico para los sectores trabajadores de Costa Rica a finales del siglo XIX.
Regeneración física del trabajador y exclusión educativa en El Artesano (1889)
Para el 9 de junio de 1889 se publicaba en San José –la capital de Costa Rica– el primer número del periódico El Artesano, el cual se declaraba como el órgano de los intereses de la sociedad de artesanos de la ciudad en mención. Su lema era el siguiente: “Buscar en la educación la disciplina moral para que ella engendre la libertad en todas su fuerzas, en todos sus esplendores, es nuestro símbolo, nuestro programa, nuestra aspiración y nuestra esperanza”. Asimismo agregaba: “Para un hombre de bien, ser periodista es la primera de las profesiones. Amamos tanto la clase obrera, que a ella dedicamos nuestra consagración y cariño”. Su redactor y administrador era don Alejo Marín J. y sus oficinas se ubicaban en la oficina No.10 Oeste de la calle del Seminario.3
Para Patricia Vega en Costa Rica entre 1870 y 1890 periódicos como La Hoja y El Artesano, son impresos que surgen, igual que la mayoría, como voceros de un grupo social interesado en defender sus tesis políticas, sociales, económicas y/o culturales. Tales características, a pesar del apoyo de la venta de espacios para avisos comerciales, implican un compromiso que a la postre, impide desarrollar una labor de más de 12 meses.4 El Artesano es un impreso político de carácter reivindicativo laboral y los interesados publican allí sus ideas sobre esos aspectos.5
El 17 de agosto de año antes citado don José Moreno – profesor de gimnasia en varias instituciones de enseñanza secundaria – continuaba con una serie de artículos titulados “Gimnástica pedagógica”, donde señala la importancia de los combates de gladiadores en la antigüedad. Continúa señalando el esfuerzo de Ling en la fundación del instituto real y central de gimnástica de Estocolmo en 1814. Las materias que eran objeto de los cursos de esta institución eran la anatomía en sus relaciones con los movimientos del cuerpo humano, la fisiología, los principios teóricos de la gimnástica, la teoría de la esgrima y la gimnástica de aparatos y la gimnástica sin ellos, la gimnástica médica, la esgrima de bayoneta, de florete, de sable, etc. La institución antes señalada era el primer gimnasio científico europeo.
Los discípulos de Ling lo llevaron a Inglaterra y Alemania donde fundaron varios gimnasios. En Francia fue Amoros quien llamó la atención sobre la importancia del ejercicio físico. Amoros dividió los ejercicios desde movimientos graduados de las extremidades superiores e inferiores, marchas, carreras sobre terrenos fáciles y difíciles, saltos, ejercicios de equilibrio, luchas saltos, natación, carga de pesos, tiro al blanco, esgrima, equitación y danzas militares y de sociedad.6
En torno al papel educativo del señor Moreno debe señalarse que los docentes de uno y otro sexo, al enseñar a los hijos e hijas de campesinos, artesanos y trabajadores a leer, escribir, pensar, reflexionar, defecar; lavarse las manos, bañarse diariamente y otras practicas por el estilo, configuraron una red de alta tensión, que atravesaba el universo oficial y las culturas populares. El espacio social y profesional propio, que los educadores consolidaron en el curso de este proceso, expresaba la percepción que tenían de si mismos: un estamento prestigioso, que tendía a reproducirse en términos consanguíneos y con una particular capacidad para articularse políticamente.7
Don José continúa señalando que la gimnasia en Costa Rica había tomado un incremento extraordinario desde la reforma educativa del Lic. Mauro Fernández de 1884. Aunque faltaba mucho para llegar al nivel de desarrollo deportivo de las naciones europeas los esfuerzos del gobierno iban dirigidos a establecer un gimnasio donde pudieran asistir todos los grupos sociales. Además apunta las condiciones que debían reunir un gimnasio, las máquinas de ejercicios que se tenían que usar y su colocación. El local debía construirse para ejercicios de agilidad, destreza y fuerza. También indica las horas en que deben hacerse los ejercicios de gimnasia tanto para civiles como para militares y la forma correcta de llevarlos a cabo.8
Lic. Mauro Fernández Acuña (1843-1905)
El señor Moreno indicaba la importancia de un atuendo especial para la ejecución de ejercicios físicos, y la importancia que el gobierno del General Bernardo Soto (1884-1889) le había dado a la práctica de la gimnasia como un medio necesario para que la generación costarricense de ese momento llevara desde que se levanta, fuerza, robustez, destreza. Con la gimnasia se formarían buenos soldados que llevarían en germen el sentimiento patriótico y militar. Don José aconsejaba que era necesario que se impulsara la práctica de la gimnasia hasta hacerla costumbre en el país. Esta ayudaría a que los niños no padecieran de anemia y la nervisodad por falta de ejercicio. Las mujeres, por su parte, debían dedicarse como en Europa a la gimnasia doméstica. La gimnasia facilitaba a los niños el estudio pues el cuerpo fatigado es incapaz de soportar las tareas intelectuales que proporciona la instrucción.9
Sobre el papel del Estado costarricense en la formulación de una política deportiva se tiene que a pesar de la pobreza económica del Estado, los liberales costarricenses construyeron una red de instituciones en campos como la salubridad, la educación y la beneficencia con el fin de "civilizar", supervisar y controlar a los sectores populares, los cuales no estaban circunspectos dentro de su ideal de progreso. El Estado durante los años analizados invirtió gran parte de sus recursos en obras públicas y ferrocarriles, fomentando un proceso de unificación económica donde fue cristalizándole el establecimiento de un sistema de control social.
Empero, este proyecto de dominación de la clase política dominante se vio limitado económicamente – principalmente por la fragilidad que representó el monocultivo y su dependencia de los precios del mercado mundial – produciendo de esta forma que el Estado nacional fuera débil y vulnerable a nivel fiscal. A un nivel general, la hacienda pública se mantenía con rentas provenientes del tabaco, licor y aranceles aduaneros. Además, el Estado al no gravar a su clase detentadora, se sustentó con la percepción de exiguos ingresos obtenidos de la tributación indirecta.10
El desarrollo de la política deportiva por parte del Estado costarricense se vio limitado en su impacto entre la población por los ingresos que percibía por la venta de licores. Este monopolio ha sido perjudicial para la salud pública nacional, lo que llevo a finales del siglo XIX a que el país experimentara un alarmante consumo de licor producto de la indiscriminada concesión de patentes.11 Pese al interés de los gobernantes por promocionar la práctica deportiva a un nivel nacional, estos no pudieron superar la pobreza de la hacienda pública, y las crisis económicas, las cuales incidieron en la escasez de instalaciones deportivas adecuadas y el suficiente número de maestros de educación física.
A finales del siglo XIX las dos principales instituciones de enseñanza secundaria de San José, el Colegio Superior de Señoritas (1885) y el Liceo de Costa Rica (1887) – el primero para señoritas y el segundo para varones – incluían en sus planes de estudios un curso de calistenia para las primeras y de ejercicios militares para los segundos. Para el caso del Liceo la enseñanza de ejercicios militares se fundamentaba en la necesidad de formar soldados que defendieran la patria. La educación secundaria era elitista, ya que para acceder a estos centros era necesario contar con cierta capacidad tanto académica como económica. Esto provocó que gran parte de los estudiantes provinieran de sectores acomodados del Valle Central y de sus alrededores.12
El señor Moreno continúa sus comentarios acotando que se debía evitar en los centros de enseñanza la existencia de aulas reducidas al número de alumnos, sin ventilación y sin la cantidad de aire necesario para que este fuera puro y dañino a la salud. Las casas de particulares tenían que contar con un patio suficientemente amplio para que los niños corrieran y desarrollaran su locuacidad.13
Sobre los beneficios de la gimnástica don José cita lo que el Dr. Eduardo U. Wilde describe: la nutrición se hace mejor, las secreciones se hacen por completo, la piel se pone blanda y suave, de color uniforme y se desprende de depósitos sebáceos, granos, etc., adquiere su dirección normal, la respiración se verifica espléndidamente, el pecho de los jóvenes se levanta, la sanidad y la amplitud llega a los pulmones, la circulación activa de la sangre llega a todos los órganos, los capilares se llenan, y coloran agradablemente el rostro, el organismo se convierte en foco de calor suave, ligeramente húmedo, el apetito se despierta y el sueño profundo se apodera del cerebro a horas oportunas, pero causando al cuerpo un descanso completo.
Lo anterior atestiguaba la pobre idea que había concebido el señor Moreno cuando practicaba la gimnasia en el Instituto Nacional, cuando lo dirigía el Dr. Valeriano Fernández Ferraz. La idea que había notado era que debido a la práctica de gimnasia en las escuelas públicas, los estudiantes tenían una pesantez y un modo de andar desagradable y poco airoso.14
Dr. Valeriano Fernández Ferraz. Destacado filólogo español que llegó en 1869 a Costa Rica a desempeñarse en campo de la pedagogía.
Influyó notablemente en la vida intelectual de fines del siglo XIX donde ayudó a organizar la enseñanza secundaria
Don José ilustra con un caso la importancia de la gimnasia en prevención de ciertas enfermedades que se deben a la inacción que trae como consecuencia la anemia y otras enfermedades. El caso se refiere al del joven Alberto Herrera quien padecía del mal de sambito y que los médicos no le aconsejaban la práctica de ejercicios ya que su enfermedad no tenia remedio y se desarrollaría aún más. Don José lo sometió a un programa especial de ejercicio, los cuales le quitaron los ahogos que padecía el muchacho. Con esos ejercicios graduados la válvula del corazón que motivaba la respiración forzada se abrió, y la sangre podía pasar perfectamente, el movimiento nervioso desapareció de la misma manera, y al cabo de ocho meses el joven estaba fuerte, sano, robusto, ágil y había adquirido conocimientos de natación, pugilato, etc.15
Nuestro cuerpo puede compararse a un edificio que, bien cimentado, será de duración mientras que, por el contrario, no durara nada cuando son débiles sus cimientos. Así nuestro cuerpo necesita que sus piernas, brazos y tejidos estén bien constituidos, para que pueda resistir el trabajo de la inteligencia. Si nuestro cuerpo está por mucho tiempo sin movimiento y si se abandonan las partes de que está compuesto, cada día estas irán siendo más débiles llegándose a su deterioro completo.16
Sobre el desarrollo del deporte en Costa Rica hasta 1889 se sabe que para el 20 de diciembre de 1873 el secretario del Jockey Club de Costa Rica, don J. B. Campuzano informó que la directiva de esta asociación acordó transferir las carreras anunciadas para el 25 de diciembre al 6 de enero de 1874. Posteriormente el Club de Carreras publicó que sus primeras competencias las daría el domingo 5 de setiembre de 1875 en La Sabana. Se invitó a los aficionados a este deporte a que se reunieran a las once de la mañana del día indicado, en la esquina del palacio Nacional de donde partiría la comitiva.17
A principios de enero de 1878 el gobierno del General Tomas Guardia (1870-1882) acordó que era urgente para la conservación de la salud y para el desarrollo de las fuerzas físicas de los alumnos del Instituto Nacional establecer en esta institución la práctica de ejercicios gimnásticos.18
Es ante esto que el interés de El Artesano de publicar los artículos de don José Moreno referentes a la importancia de la practica del ejercicio físico entre los sectores trabajadores de Costa Rica, hacen de este periódico un medio de comunicación pionero en la democratización del deporte en el país.
Notas
Urbina Gaitán, Chester. Costa Rica y el deporte (1873-1921). Un estudio acerca del origen del fútbol y la construcción de un deporte nacional. Heredia: EUNA, 2001. p.59.
Para más información véase: Oliva Medina, Mario. Artesanos y obreros costarricenses 1880-1914. San José: Editorial Costa Rica, 1985; _________________. “La educación y el movimiento artesano-obrero costarricense en el siglo XIX”. En: Revista de Historia. Heredia: EUNA. No.12-13 (julio1985-junio 1986). pp.129-149; Acuña Ortega, Víctor Hugo. “Clases subalternas y movimientos sociales en Centroamérica (1870-1930)”. En: Historia General de Centroamérica. Tomo IV. Las repúblicas agroexportadoras. Madrid: Ediciones Siruela, S.A., 1993. PP.255-323; ______________________. Los orígenes de la clase obrera en Costa Rica. Las huelgas de 1920 por la jornada de ocho horas. San José: CENAP/CEPAS, 1986; Acuña Ortega, Víctor Hugo y Molina Jiménez, Iván. El desarrollo económico y social de Costa Rica: de la colonia a la crisis de 1930. San José: Editorial Alma Máter, 1986; y, ______________________________. Historia económica y social de Costa Rica (1750-1950). San José: Editorial Porvenir, 1991.
El Artesano. Junio 9 de 1889. Serie II. No.16. p.1.
Vega Jiménez, Patricia. “De periodista a literato. Los escritores de periódicos costarricenses (1870-1890)”. En: Anuario de Estudios Centroamericanos. Volumen 22 (I). 1996. pp.151-152.
ibid. p.152.
El Artesano
Molina, Iván y Palmer, Steven. Educando a Costa Rica. Alfabetización popular, formación docente y genero (1880-1950). San José: Porvenir, 2000. p.160.
El Artesano. Agosto 24 de 1889. Serie III. No.30. p.4.
ibid. Agosto 31 de 1889. Serie III. No.32. p.2.
Urbina Gaitán, Chester. “Orígenes de la Política Deportiva en Costa Rica (1887-1942)”. En: http://www.efdeportes.com Revista Digital. Buenos Aires: Argentina. Año 7. No. 34. Abril del 2001. Las obras sobre las que me fundamento son las siguientes: Palmer, Steven. “Adiós laissez faire: La política social en Costa Rica, 1880-1940”. Conferencia mimeografiada. Montreal. 1995; Molina Jiménez, Iván y Palmer, Steven, eds. Héroes al gusto y libros de moda. Sociedad y cambio cultural en Costa Rica (1750-1900). San José: Editorial Porvenir, 1992; ______________________________. El paso del cometa. Estado, política social y culturas populares en Costa Rica (1800-1950). San José: Editorial Porvenir, 1994; Molina Jiménez, Iván. El que quiera divertirse: Libros y sociedad en Costa Rica (1750-1914). San José: EUCR, 1995; Fumero Vargas, Patricia. Teatro público y Estado en San José 1880-1914. Una aproximación desde la historia social. San José: EUCR, 1996; Acuña, Gilbert, et. al. “Las exhibiciones cinematográficas en Costa Rica (1897-1950). Memoria de Seminario. Licenciatura en Historia. Universidad de Costa Rica.1996; Enríquez Solano, Francisco José. “Diversión publica y sociabilidad en las comunidades cafetaleras de San José: El caso de Moravia (1890-1930)”. Tesis de Maestría en Historia. Universidad de Costa Rica.1998; Marín Hernández, Juan José y Naranjo Gutiérrez, Carlos. “Historia de las telecomunicaciones en Costa Rica (1868-1962)”. Proyecto de investigación de la oficina de Patrimonio Histórico-Tecnológico del Instituto Costarricense de Electricidad. Octubre 1993-Junio 1994; Gil Zúñiga, José Daniel. “Controlaron el espacio hombres, mujeres y almas 1880-1941”. En: Repertorio Americano. No.7. Nueva Época (enero-junio 1999); y, Román Trigo, Ana Cecilia. Las finanzas publicas de Costa Rica: Metodología y fuentes (1870-1948). San José: Oficina de publicaciones de la Universidad de Costa Rica, 1993.
Urbina Gaitán, Chester. “¿Promoción o prevención? Alcoholismo, Estado e iglesia en Costa Rica (1850-1936)”. En: Repertorio Americano. No.7. Nueva Época (enero-junio de 1999). pp.34-46.
Para mayor detalle se recomienda: Barrantes Alvarado, Miguel, et.al. “La educación costarricense en el período liberal: Liceo de Costa Rica – Colegio Superior de Señoritas 1885-1940. Memoria de Seminario. Licenciatura en Historia. Universidad de Costa Rica. 1993.
El Artesano. Setiembre 14 de 1889. Serie III. No.34. p.4.
ibid. Setiembre 19 de 1889. Serie III. No.35. p.4.
ibid. Octubre 17 de 1889. Serie IV. No.42. p.4.
ibid. Noviembre 1 de 1889. Serie IV. p.4.
Urbina Gaitán, Chester. op.cit. 2001. p.52.
ibid. p.50.
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