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Cómo mejorar la capacidad de salto en el baloncesto

 

*Doctora Europea en CC. de la Actividad Física y del Deporte

Master en CC. de la Actividad Física y del Deporte

Profesora de la Universidad de Alcalá y de la Universidad Complutense de Madrid

Campeona de España de baloncesto. Entrenadora de baloncesto

Preparadora física de baloncesto de diversos equipos de Primera División Nacional

**Doctor Europeo en CC. de la Actividad Física y del Deporte

Licenciado como número 1 de la promoción en CC. de la Actividad Física y del Deporte

Licenciado en CC. Empresariales. Licenciado en Derecho. Diplomado en Fisioterapia

Preparador físico de baloncesto de diversos equipos de Primera División Nacional

Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid

Gema Sáez Rodríguez*

g.saez@uah.es

Antonio Monroy Antón**

antonio.monroy@uam.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          El baloncesto es uno de los deportes en que la capacidad de salto es básica. La captura del rebote, el tapón, el tiro en suspensión y muchas otras acciones no pueden realizarse con éxito sin una capacidad de salto adecuada. Por ello, el entrenamiento de esta cualidad se torna fundamental si se quiere practicar este deporte a un cierto nivel. En este artículo se propondrá un plan de preparación física para mejorar el salto, basado en la experiencia de los autores como preparadores físicos de diversos equipos de esta especialidad.

          Palabras clave: Baloncesto. Preparación física. Salto. Potencia.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 148, Septiembre de 2010. http://www.efdeportes.com/

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1.     Introducción

    No cabe duda de que el salto es una de las cualidades básicas que debe ejercitarse continuamente por el jugador de baloncesto. La lucha por el rebote, el tiro en suspensión, las entradas a canasta, el intento de taponar al jugador contrario que tira, incluso el propio salto inicial que da comienzo al partido así lo demuestran.

    Por su incidencia en todas esas jugadas mencionadas, el salto debe ser objeto de una especial atención por parte del preparador físico. Sin embargo, hay que destacar que, aunque la preparación del salto se debe trabajar con todos los jugadores, debe hacerse de forma especial con los pívots y aleros. Según la estimación de Lorenzo (1), el promedio de saltos en un partido sería de 100 para los pívots, 71 para los aleros y tan sólo 25 para los bases.

    El presente artículo pretende ofrecer una guía de consulta básica para preparadores noveles o para los más veteranos que deseen variar sus métodos u ofrecer a los jugadores una mayor diversidad de ejercicios en relación con la mejora de la capacidad de salto en el baloncesto. Se basa en la experiencia de los autores como preparadores físicos de diversos equipos senior –tanto masculinos como femeninos- de este deporte a lo largo de los diez últimos años, y en él se plasma lo que la experiencia ha ido mostrando como más adecuado en relación con el desarrollo de esta cualidad.

2.     Consideraciones previas

    Antes de pasar directamente al plan de preparación física del salto, hay que señalar una serie de premisas o consideraciones iniciales que se seguirán en este análisis para su mejor entendimiento. Estas consideraciones previas son:

  • el presente trabajo se realiza partiendo de la situación de un equipo con una disponibilidad de solamente tres días semanales, y durante una hora aproximadamente, para la preparación física, por lo cual sólo una de esas sesiones se destinará al desarrollo de la capacidad de salto, y sobre todo en la primera parte de la temporada

  • la preparación expuesta no ha de ser un plan rígido e inamovible, sino que se puede variar –es más, debe hacerse- en función tanto de las necesidades de los jugadores como de las circunstancias del equipo en la clasificación y de sus objetivos a conseguir.

    Por otro lado, respecto de una cuestión tan discutida sobre si la preparación física debe hacerse dentro del propio campo de juego o fuera de él, hay multitud de opiniones divergentes. Así, Manzano piensa que este tipo de trabajo no debe sacarse de la cancha ya que, según él, “A los jugadores, es difícil convencerles de la importancia del trabajo de cualidades que se realiza fuera de la cancha”, porque “como no lo han hecho en su vida, no creen en ello(2). Un argumento muy pobre, en nuestra opinión, ya que precisamente una de las labores del preparador físico será la de convencer a esos jugadores de la utilidad de dicho trabajo. Utilidad que, por otro lado, comenzarán a apreciar cuando observen resultados positivos, lo cual será la segunda labor del preparador físico. Por otro lado, la frescura y amenidad que aporta el trabajo fuera de la cancha está fuera de toda duda, y son en ocasiones los propios jugadores los que lo solicitan, bien sea en la piscina, al aire libre, en el gimnasio o en cualquier otro recinto.

    Es por ello que coincidimos más con la opinión de Mundina (3) de que el trabajo físico debe sacarse en la medida de lo posible de la cancha, trabajando en superficies blandas sí se puede, como la hierba o similar, para evitar la sobrecarga de articulaciones, liberando al jugador de las botas de juego y haciendo que se sienta cómodo. Y, precisamente, para hacer que se sienta cómodo, hay tres planteamientos que se antojan esenciales:

  • “formar” al jugador en lo que está haciendo, explicándole los motivos de los ejercicios y los beneficios que obtendrá de ellos

  • conceder ocasionalmente a los jugadores sesiones libres en las que puedan dedicarse a aquello que más les guste, bien sea jugar al fútbol, al voleibol, o al propio baloncesto (o incluso descansar), lo cual tendrá un efecto psicológico más que positivo

  • trasladar el trabajo dentro del terreno de juego sólo en aquellas ocasiones en que el hacerlo al aire libre pueda ser visto como una molestia extrema por parte del jugador, tales como lluvia intensa, frío insoportable, etc., pues no se trata de que el jugador sufra sino de que se divierta al tiempo que trabaja.

3.     Programa de mejora del salto

    En un programa de tres días a la semana de preparación física, se debería incluir siempre un día de multisaltos. Esta sesión, por lo general, no se debería dejar para el último día de preparación antes del partido, pues es frecuente la aparición de agujetas y otras molestias derivadas de la carga a la que se está sometiendo al tren inferior.

    A modo de ejemplo, estos multisaltos podrían ser:

  • saltar sobre las puntas de los pies sin flexionar apenas las rodillas (fortalecimiento de gemelos y sóleo)

  • partiendo con piernas y tronco flexionado, y brazos detrás de la cabeza, se realiza una extensión de piernas y tronco, buscando la máxima longitud de salto (fortalecimiento de cuadriceps y glúteos)

  • en el sitio, saltar llevando las rodillas al pecho (fortalecimiento de psoas, gemelos y cuadriceps)

  • en el sitio, saltar llevando los talones a los glúteos (fortalecimiento de isquiotibiales)

  • con los pies juntos, saltar intermitentemente a los lados de una línea (coordinación de salto y fortalecimiento de glúteos, gemelos y peróneos)

  • igual que el ejercicio anterior pero saltando adelante y atrás (coordinación y fortalecimiento de gemelos, soleo y tibiales)

  • saltos a la pata coja con la mayor longitud posible (fortalecimiento de cuadriceps y glúteo)

    Además de estas sesiones, se pueden introducir los ejercicios pliométricos un máximo de dos veces por temporada. Normalmente, estos ejercicios se realizarán cuando se busque el pico máximo de forma física, y nunca sin haber antes acostumbrado a los diferentes músculos implicados a soportar duras sesiones de multisaltos, por el riesgo de lesiones que conllevaría el hacerlo. Por el mismo motivo, deben intentar realizarse en un suelo no especialmente duro (podría servir la propia cancha de juego, el césped, arena, etc.), ya que de este modo se amortigua la caída y se ejerce menos presión sobre las articulaciones.

    Las características de estos ejercicios son:

  • se realizan con el propio cuerpo o con alguna ligera carga adicional

  • trabajan el músculo de manera peculiar, forzándole a una nueva contracción cuando aún está trabajando para frenar un movimiento

  • son fundamentales para la mejora de la fuerza explosiva del deportista.

    Estos ejercicios se realizarán muchas veces desde una posición de altitud, subidos a un cajón o a una de las gradas del campo. Algunos de estos ejercicios pliométricos son:

  • de pie sobre el borde del cajón (de unos 40 centímetros más o menos), dejarse caer, y una vez se contacte con el suelo, realizar una extensión de rodillas y tobillos, saltando e intentando alcanzar la máxima altura

  • de pie detrás del cajón, subirse con un salto vertical, extendiendo todo el cuerpo, y alcanzando la máxima altura

  • subir gradas con los pies juntos y rodillas prácticamente extendidas

  • subir gradas con los pies juntos y rodillas flexionadas.

    Una correcta planificación de estos ejercicios hará que el deportista mantenga un nivel bueno de salto durante toda la temporada y que lo incremente en unos 5-8 cm. en los momentos clave de la misma.

Referencias

  1. Lorenzo Calvo, A.: “Entrenamiento de la resistencia aplicada al baloncesto”, en Preparación física en baloncesto de formación y de alto nivel, Ed. Gymnos, Madrid, 2001, pág. 34.

  2. Manzano, A.: “Trabajo genérico de preparación física en la cancha”, en Preparación física en baloncesto de formación y de alto nivel, Ed. Gymnos, Madrid, 2001, págs. 91 y 92.

  3. Mundina, J.: “Transcripción de Javier Mundina”, en Preparación física en baloncesto de formación y de alto nivel, Ed. Gymnos, Madrid, 2001, págs. 54 y siguientes.

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