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‘Cuando suda el corazón’

 

Metodólogo del Entrenamiento Deportivo

(Cuba)

Dr. C. Armando Forteza de la Rosa

forteza51@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          ¿Es la metodología del entrenamiento deportivo, patrimonio exclusivo de la Era contemporánea? Cuando hablamos de sesión de entrenamiento; de microciclos como unidad cíclica pequeña de organización; de planificación del entrenamiento; de preparación psicológica para la competencia o de nutrición del deportista, y otros aspectos más de todo el sistema de la preparación y competición deportiva, debemos saber como proemio que muchos siglos antes, en una de las regiones del mediterráneo más desarrolladas del mundo antiguo, muchas personas se dedicaban a desarrollar al hombre para que este demostrara de lo que era capaz de realizar, para demostrar que las manos de los dioses podían tocar a los humanos y hacerlos diferentes del resto de la sociedad.

          Palabras clave: Entrenamiento deportivo. Historia. Cultura Helénica.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 147, Agosto de 2010

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Proemio

    ¿Es la metodología del entrenamiento deportivo, patrimonio exclusivo de la Era contemporánea?

    Cuando hablamos de sesión de entrenamiento; de microciclos como unidad cíclica pequeña de organización; de planificación del entrenamiento; de preparación psicológica para la competencia o de nutrición del deportista, y otros aspectos más de todo el sistema de la preparación y competición deportiva, debemos saber como proemio que muchos siglos antes, en una de las regiones del mediterráneo más desarrolladas del mundo antiguo, muchas personas se dedicaban a desarrollar al hombre para que este demostrara de lo que era capaz de realizar, para demostrar que las manos de los dioses podían tocar a los humanos y hacerlos diferentes del resto de la sociedad.

    Pensemos que nos separan entre XXIV y XXVII siglos de aquellos grandiosos momentos históricos.

Ciudades Helénicas. Años 776 al 394 A. C.

    Esta Ciudad de Elide, joya sagrada de la costa oeste del Peloponeso acogen, continuamente durante 1168 años desde el año 776 hasta el 394 A. C. y 293 Olimpiadas, a los atletas que perseguían la Gloria del Olimpo.

- “Mira esto Filemón, mira este grabado, aquí en esta pared del Stadium”.

- “A ver, que quieres que vea ahora Herminio, desde que hemos entrado a la ciudad de Elide camino a Olimpia no has dejado de asombrarte”.

- “Pero Filemón, como no me voy a asombrar ahora, si estoy viendo el nombre de Coroebo de Élide, primer campeón Olímpico en las pruebas de carrera; o ver caminando por esta hermosa y espléndida ciudad a Milón de Crotona, vencedor de cuatro Juegos Olímpicos seguidos”. ¡Disfrutar de esta Paz! , después de tantas guerras por la codicia de los políticos.

- “!Oh!, bendito y grande seas mi Dios Zeus, por concedernos a nosotros, hombres libres, helénicos de estas tierras del Peloponeso, esta bendita “ekecheria”, esta paz sagrada que nos permite ver a los grandes hombres, a los grandes Campeones que han sido bendecido por ti, mi gran Zeus!.

- “Tienes toda la razón, mi buen amigo Herminio; desde que presenciamos en Elide como el gran Señor, representante de todos los hombres libres le hablaba a los deportistas, con esa fuerza de voz y les decía;:

- "Hacia Olimpia; id al estadio y mostraos como hombres capaces de vencer; en cuanto al que no esté preparado que vaya donde quiera".

    Y es que para poder participar en las competencias de los Juegos Olímpicos de la antigüedad, además de haber estado entrenando por espacio de largos meses, era necesario una concentración de 30 días en la ciudad de Elide, allí eran supervisados y sometidos a toda la disciplina Olímpica, esta ciudad estaba a 57 Km de la Ciudad de Olimpia y poseía las instalaciones deportivas necesarias para la preparación de los deportistas.

    El decir de un gran filósofo de la época al dirigirse a la juventud deportiva que competir en Olimpia:

- “Piensen primero en los preparativos y después en los resultados”. ¿Qué es lo que quería significar este personaje? Pues, que primero hay que entrenarse por un tiempo para poder en un momento ir a competir – del preparatorio al competitivo-.

    Los pueblos helénicos en toda la zona mediterránea, considerando hasta el sur italiano, tenían ya una cultura metodológica de organización del proceso de la preparación deportiva:

    A la sesión de entrenamiento, la nombraban “Kataskawe”; a los microciclos se les denominaba “tetrada”, con una organización bastante rígida de los días que componían dicha “tetra”: el primer día (1er.) era una especie de entrada a la preparación con intensidades medianas; el segundo día (2do.) se entrenaba a máxima o alta intensidad; el tercer día (3er.) o bien se descansaba o se entrenaba con carga baja, y el cuarto día (4to.) la intensidad del entrenamiento era media.

    Esta forma de dosificación de las cargas y el régimen estricto de las mismas fue muy criticada por grandes pensadores de entonces. Es el caso de “Lucio Flavio Filóstrato”, conocido como Filóstrato de Atenas, o el ateniense, o Filostrato el viejo, quien decía que dicha forma de trabajo quitaba iniciativa a los entrenadores y señalaba, incluso que las variaciones climáticas podían hacer variar los entrenamientos. Pero el propio Filóstrato explica la razón de dicha preparación, resaltando que el entrenamiento de preparación es un movimiento breve pero enérgico; la parte intensa, una irrefutable prueba de la constitución del deportista, de la fuerza que almacena su cuerpo, estimando que el descanso del tercer día de la tetra permitía reponer la capacidad de movimiento, en el cuarto día el esfuerzo enseña a huir del enemigo, en el sentido de esquivarlo.

    Otro crítico de la rigidez de las Tetras fue Platón quien explica en su “Política”, que no era correcto aferrarse a un único sistema de trabajo, dado que aquel que así lo hiciera, sería motivo “para que se rían de él”. El sistema de entrenamiento debía tener tantas variaciones como las mismas circunstancias lo impusieran.

    Muy demostrado por la historia es el período de concentración de 30 días de todos los atletas helénicos, antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos, en la Ciudad de Elide. Es lo que la metodología contemporánea reconoce como “PDC” (Período Directo a Competencias) que fuera un mesociclo ideado por el cubano Dr. Arístides Lanier Soto y muy demostrada su eficacia en la Escuela Cubana de Boxeo por los Profesores Doctores Enrique Galmuri y Alcides Sagarra.

    En cuanto a la alimentación podemos referirnos a Heródicos, Hipócrates y Galeno los cuales le dieron una gran importancia a la alimentación para el alto rendimiento.

    Heródicos de Selymbra, uno de los primeros investigadores científicos griego que se ocupó del problema de la alimentación de los deportistas señalaba: “la alimentación y los ejercicios se apoyan mutuamente teniendo como meta la salud”.

    Los griegos de la antigüedad le daban una vital importancia al Masaje para los deportistas, ya para aquel entonces igualmente era muy reconocido el efecto sobre la salud del deportista y su rendimiento de un buen “masaje”; Galeno definió 18 tipos diferentes de manipulaciones, la inicial, liviana, mediana, intensa y final. Los masajistas dosificaban la técnica de acuerdo al tipo específico de deportistas: atletas de constitución liviana, eran masajeados con menor intensidad que los corpulentos. El masaje se daba total o parcial y al aire libre, para los griegos la acción del masaje debía tener un efecto profundo, llegando a las vísceras y el diafragma.

    A medida que los Juegos Olímpicos antiguos fueron avanzando en años, muchos “científicos” empezaron a aplicar sus conocimientos en el deporte, imaginemos a la Física que dio origen a la actual “biomecánica”, ilustremos lo anterior con los siguientes dibujos que reflejan las distintas técnicas entre las carreras de velocidad y resistencia.

Ánfora que refleja la técnica de las carreras de velocidad

 

Ánfora que refleja la técnica de las carreras de resistencia

    Otro aspecto de la metodología del entrenamiento que queremos señalar es lo referido a la planificación del entrenamiento. Ya señalamos a los microciclos actuales que son la consecuencia de las tetras de la antigüedad. Pero resulta que en el juramento de los atletas en los Juegos Olímpicos estaba un aspecto referido al tiempo de entrenamiento sistemático antes de la participación competitiva, debiendo Jurar que entrenaron por 10 meses consecutivos, lo que significa un largo periodo preparatorio antes de la entrada precompetitiva por 30 días a la Ciudad de Élida para finalmente competir ente los ojos de Zeus, Dios Supremo al cual se le rendía tributo en estas celebraciones.

    Aquellos que participaban, lo hacían compitiendo, a diferencia de nuestros días, siempre a título individual y no como hoy representando a un país.

    A su regreso, los victoriosos recibían una bienvenida de héroes, con un desfile por las calles. También los podían recompensar con dinero, obsequios, se les condonaba el pago de impuestos, entre muchas otros beneficios; mientras que a los participantes que hacían trampa se les castigaba cobrándoles una multa que servía para financiar estatuas de bronce en honor de Zeus que se ponían en el camino al estadio Olímpico, en las cuales se escribía el nombre del tramposo y su ofensa.

    La verdadera competición estrella de los Juegos Olímpicos de la antigüedad, y la que más gloria proporcionaba al ganador era el pentatlón, es decir, cinco pruebas siendo proclamado vencedor el participante que más pruebas hubiese ganado.

    La primera prueba era el dromos, una prueba de velocidad en la que se daba una vuelta el estadio de alrededor de 200 metros, equivalente a los 100 metros lisos actuales, el premio para el vencedor era encender el fuego sagrado en el altar de Zeus, lo que hoy sería encender el pebetero. La segunda prueba era el salto de longitud o halma, probablemente similar al triple salto. El lanzamiento de disco o discobalia era la siguiente prueba, el disco podía ser de piedra o bronce y pesaba entre 1,5 y 5 kg., vencía el que sacaba mejor media en cinco intentos. La cuarta disciplina era el lanzamiento de jabalina o akontismo, a diferencia de ahora utilizaban un propulsor.

    La quinta y última prueba, la lucha, sólo tenía lugar en caso de haber empate entre los vencedores o entre el segundo y tercer puesto. Había que derribar al oponente y conseguir que sus hombros o espalda tocasen el suelo en tres intentos.

Pero lamentablemente los Juegos llegaron a un triste final

    Grecia comenzó a declinar como potencia mundial en el siglo III a. C. y surgió Roma, que la absorbió en el siglo II a. C. Se perdió poco a poco el espíritu de los aficionados y la atmósfera religiosa del pasado. Aristófanes, el comediógrafo ateniense, observó bien la declinación. Se quejó amargamente de que los jóvenes griegos habían abandonado el gimnasio por los lujos de los baños y tenían las caras pálidas y pechos estrechos. Era verdad. Los meses prolongados de entrenamiento riguroso que dieron gloria a sus padres, ya no atraían a los jóvenes. Las grandes ciudades comenzaron a contratar atletas profesionales en lugar de ellos. Muchos eran extranjeros, y según las reglas, no tenían derecho a competir. Entonces, los nacionalizaban. Los Juegos fueron decayendo hasta que el Emperador cristiano de Roma, Teodosio I el Grande los abolió por completo en el año 394 de nuestra era, un año después de la 293º olimpíada, aduciendo que era un festival pagano. Los juegos morían después de 1200 años de continuidad. Pronto invasores bárbaros saquearon los edificios y después, como si los dioses estuvieran coléricos, los terremotos los derribaron. Luego, el río Alfeo cambió su curso y cubrió con sedimentos el suelo consagrado.

    ¿Estaremos en los umbrales de una decadencia Olímpica como sucedió en el III siglo de la era actual?

    Tengamos confianza y fe en nuestras generaciones y en esta supuesta civilización.

- “Herminio y Filemón continuaban caminando por los senderos de la Ciudad de Elida, asombrados por los grandes héroes que veían a cada paso, asombrados por el riguroso entrenamiento de cada tetrada que los deportistas realizaban en los gymnasios y las palestras disponibles para tales fines”. Con todo ese asombro en sus rostros, se preguntan ambos en voz alta: ¿cuándo saben los preparadores y deportistas que ya se encuentran listos para el rendimiento?

Filóstrato que casualmente escuchaba, respondió a todos los presentes:

- “Cuando suda el Corazón”

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