Importancia de la formación de los padres para una mejora de la participación de las familias en la escuela |
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*Profesor titular de la Universidad de Murcia **Diplomado en Magisterio de Educación Física Licenciado en Periodismo y en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Murcia y Diplomado en Magisterio de Inglés por la Universidad Pontificia de Salamanca Maestro de Educación Física del C.P. Nuestra Señora de Fátima de Molina de Segura, Murcia. Doctorando en E.F. por la Universidad de Murcia |
Pedro Luís Rodríguez García* Eliseo García Cantó** (España) |
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Resumen El propósito de esta investigación parte de la necesidad que se tiene en las escuelas, de conseguir una mayor participación de las familias en la educación de sus hijos como un elemento fundamental para mejorar la calidad de la educación y fomentar una democracia participativa. Para ello, hay que tener en cuenta que la participación no es sólo aquello que establecen las administraciones educativas para una mejor organización de los centros sino que también es un elemento básico que debe estar presente en el proceso de enseñanza-aprendizaje de cualquier institución educativa. Palabras clave: Familia. Escuela. Participación. Educación.
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 146 - Julio de 2010 |
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1. Introducción
1.1. La familia
El concepto de familia ha sido objeto de numerosas definiciones por autores y estudiosos, y desde muy diversos ámbitos del conocimiento humano como la Gramática, Antropología, Psicología, Antropología, Etnología, Biología, Filosofía, etc.
Desde la Pedagogía, se habla de la familia como "educador", siendo éste todo elemento que está capacitado para educar. Para los sociólogos, la familia es la piedra clave de la creación social, el filtro de la socialización más definitiva. La familia efectúa no sólo la socialización primaria de los hijos e hijas sino que también establece marcos en los que se configuran los sistemas de interacción y de construcción de identidad de los adultos.
La familia en la sociedad española ha sufrido numerosos cambios en los últimos 30 años, siendo el año 2005 con la aprobación del matrimonio entre homosexuales, cuando este cambio se ha hecho más relevante cambiando todos los preceptos arcaicos sobre la familia que todavía perduraban de la era predemocrática.
De esta manera, en la actualidad las familias tienen diferentes funciones:
Función educadora; La familia es, en todas las sociedades, la primera escuela del ser humano. Es el lugar donde se adquieren conocimientos básicos sobre la cultura, los primeros hábitos, conductas, etc.
La función socializadora; Educar y socializar son acciones difícilmente separables en la realidad. Ambas se dan simultánea y conjuntamente en la educación familiar. La familia se encarga de la "socialización primaria" del sujeto, mediante la transmisión de valores, normas, conductas, etc., necesarios para desenvolverse en la sociedad. Esta primera socialización, a la que Savater (1997) describe críticamente como la estandarización social del sujeto servirá de base al siguiente nivel de integración comunitaria: la "socialización secundaria", en la que intervendrán la escuela, los amigos y, en menor medida, la familia. Teniendo esto en cuenta, la familia mediante su función socializadora va a influir sobre la vida presente del sujeto y, también, sobre la futura.
En los últimos años han aparecido nuevos contratos familiares, todos estos nuevos modelos de familia han coincidido con los cambios en la sociedad que afectan a la familia como:
La socialización primaria no puede ser atendida por la nueva estructura familiar
La incorporación de la mujer a la vida social y laboral. Ha generado un hecho cada vez más frecuente, el que los padres no puedan estar con sus hijos todo el tiempo necesario y participar en el proceso de su aprendizaje y educación social.
Los horarios laborales. La heterogeneidad de horarios dificulta cada vez más la coincidencia de los horarios laborales de padres con el horario escolar.
Se ha reducido el tiempo libre que disponen los padres para hablar, opinar, intercambiar información, pensamientos y sentimientos con los hijos.
El niño recibe una sobreabundancia de información de los medios que no puede procesar, que no puede integrar en su pensamiento para comprender mejor la realidad, por lo que se deja seducir por lo que, aun no comprendiendo, se le presenta como atractivo.
La multiculturalidad. Nos encontramos ante una realidad para la cual la sociedad no esta preparada, ya que en la educación ciudadana ha faltado ese aspecto cultural.
1.2. La escuela y la educación en la actualidad
Hoy es necesario que la escuela se modifique y reestructure para que pueda seguir siendo eficaz y eficiente en una misión que, rebasa ampliamente casi la única función para la que fue creada: instruir e informar. Los diferentes enfoques ideológicos e intereses sociales, políticos y religiosos que presionan, desde dentro y desde fuera de la Enseñanza, en la mayoría de las ocasiones no tienen en cuenta al niño y a la niña, como individuo, cuyo derecho y necesidad es una formación integral, en donde se le faciliten instrumentos máximos, para un análisis critico y democrático del mundo que te rodea. Las demandas que la sociedad le pide a la escuela no han sido siempre las mismas; sino que han ido evolucionando.
La sociedad demanda a la escuela que cumpla la función social de servir como “guardería” donde sus hijos permanezcan el mayor tiempo posible. Es una evidencia que son cada vez más las familias que necesitan este servicio de la institución escolar. Por este motivo, hay una tendencia a plantear la apertura de los centros muchos más días y más horas. Esto que no ocurría en la escuela de hace pocos años, ha empezado desde el momento en que desaparece la familia extensa y los padres o padre o madre, si es familia monoparental, tienen que estar la mayor parte del día fuera del hogar y llevar a los hijos desde los primeros años a la institución escolar. La escuela cuyo trabajo primordial era la enseñanza como complemento a la labor educativa de la familia, se ha encontrado progresivamente con alumnos que carecen de la socialización primaria que antes desarrollaba la familia. Hoy día, la falta de convivencia prolongada por las razones expuestas, impiden que la familia pueda transmitir una serie de hábitos y valores que antes se iban adquiriendo por ese contacto prolongado de la familia y los niños. Como dice Bolívar (2002) ". . . los déficits en los procesos de socialización primaria, vuelve más difícil la tradicional socialización secundaria de la escuela, que se ve obligada a asumir también la primera". La socialización, evidentemente se debe dar de forma conjunta por familia y escuela, empezando por la primera.
1.3. Importancia de la participación de las familias en la educación de sus hijos
La participación de la familia en la escuela tiene importantes fundamentaciones:
Porque sólo conjugando el papel formativo de las escuelas, con las responsabilidades de las familias, es posible garantizar a todos una buena educación.
Porque la escuela y educación pública se definen en torno al valor de la participación y la democracia y en ese terreno, a las familias les corresponden sus propios derechos y sus deberes.
En general, tanto padres como profesores coinciden en la necesidad de complementar su participación en la tarea educativa. Por nuestra parte, los maestros/as sabemos que nuestra actuación con los niños/as debe estar en conexión con sus experiencias fuera del centro educativo, para asegurar la personalización y para que lo vivido y aprendido en la escuela tenga apoyo y continuidad dentro de las familias. La familia junto con la institución escolar y la comunidad en general deben trabajar por una educación de los niños más integral, que tenga en cuenta muchos más factores que ayuden a su desarrollo. Debido a esta responsabilidad es importante que los padres se formen y se informen sobre todo lo relacionado con la educación con el fin de poder actuar.
Es un tópico fuertemente arraigado entre el común de la docencia, tanto dentro del ámbito escolar primario como del secundario, el hecho de la escasa implicación de los padres y madres en las tareas de educación de sus propios hijos. Aunque evidente y afortunadamente esto no es así en todos los casos. Sólo podemos generalizar si nos referimos al progenitor masculino. Entonces, el desinterés alcanza niveles desmoralizadores. En cuanto a esto podemos pensar que el horario de trabajo, puede ser el causante de esta falta, pero si analizamos que hay muchas madres que trabajando con el mismo horario que los padres, si acuden y están pendientes de los aprendizajes de sus hijos, entonces podemos llegar a la conclusión que en las familias el rol de cuidar de la educación de los hijos e hijas, es implícitamente y explícitamente en algunos casos, de las madres. Con lo cual, en la mayoría de los casos, ya estamos perdiendo de entrada la implicación de una parte de la familia.
La tasa de padres adscritos, con cuota de pago, a las asociaciones, es igualmente bajo. Con relación a la implicación de las familias en la escuela, no podemos ni debemos generalizar tanto. Por un lado se encuentran aquellas madres que están pendientes y atentas a la educación de sus hijos: la relación con el tutor o tutora es cordial, asisten a las citas, sin ser llamadas acuden al centro para saber de sus hijos, actúan con predisposición y colaboración con el tutor o tutora, informando y dejándose informar. En la mayoría de estos casos los hijos e hijas van muy bien en clase, son respetuosos, y están motivados para aprender. Un indicador claro de este resultado positivo en los alumnos y alumnas es la implicación de la familia en su proceso de enseñanza y aprendizaje (García Correa, 1985). La conducta personal y académica del escolar siempre suele ir en proporción directa a la unión de fines y medios que él conoce que hay entre padres y profesores. La desunión de docentes y familia sólo acaba en prejuicio de la motivación por el aprendizaje de los hijos.
Pero, en otro término, se encuentran aquellas familias que tienen muy poca implicación en la educación de sus hijos (desgraciadamente, en la actualidad superan en número a las otras), no asisten a las citas y menos aún solicitarlas por propia voluntad, no están pendientes de las tareas escolares de los niños, etc. Un dato que serviría para evidenciar esto sería medir el índice de visitas que cualquier tutor escolar tiene de los padres de sus alumnos a lo largo de todo el curso académico. Tal índice es muy bajo en las visitas solicitadas por los padres, en torno a un 24% de media, aunque es mejor en las reuniones solicitadas por el tutor, en torno a un 79% de media. Algo a debatir por otra parte sería la capacidad del profesor o profesora de motivar a esos padres y madres que no se implican. O reorientar las entrevistas con padres y madres, así como las reuniones, eliminando la muy extendida creencia, desgraciadamente, algunas veces, conforme con la realidad de que llamada del profesor-tutor equivale a quejas por el comportamiento académico o conductual del hijo correspondiente. Para la mayoría de los padres, la reunión de padres con profesores es una reunión cuya existencia sólo se entiende, hoy por hoy, para arreglar algo, algo que sólo se puede arreglar con medidas de castigo hacía el alumno. Debemos sensibilizar a los padres y madres de la importancia de participar en las escuelas, por el beneficio de la educación de sus hijos, el problema es, la manera efectiva de llevarlo a cabo. Hay que lograr que las reuniones padres-profesores, referidas a alumnos individualizados, sean irrelevantes, por cotidianas. Y una vez conseguido esto ampliar objetivos implicando cada vez más y de diferentes maneras a las familias en los centros (Día de la salud, semana cultural, día de convivencia, día de la multiculturalidad, etc.).
1.4. Mecanismos de participación de las familias
Basándonos en la idea de la escuela moderna "La transformación de la escuela debe buscar el establecimiento de nuevas relaciones con la realidad social que permitan: (entre otros) Una escuela para todos, abierta a la diversidad y con un alto nivel de respeto a la individualidad de cada persona. Una escuela hecha para todos, que facilita la acción y compromiso de los colectivos que conforman la comunidad educativa. Una escuela que participa de la educación como servicio público, que se extiende a todos los ciudadanos y que reconoce el derecho a la educación como un derecho de carácter social" (Gairín y Darder, 1994).
La acción participante de la familia en la vida de los Centros se hace cada día más importante, ya que no se trata tan sólo de participación, sino más bien de colaboración. Dicha contribución de los padres en los centros educativos la podemos analizar desde diferentes niveles: por un lado, de política educativa y de gestión escolar, a través de la participación formal de los padres, como miembros representantes en los diversos órganos donde se define la estructura y la implementación de la política escolar y por otro, de voluntariado. La participación de los padres y madres de alumnos en la comunidad educativa supone un factor de especial trascendencia para la mejora de la calidad de la educación impartida en los centros, al introducirse en los órganos de gobierno de los mismos, los enfoques y los puntos de vista que sobre los problemas escolares tiene un sector educativo de particular importancia, como es el representado por los padres y madres del alumnado.
La “Escuela de Padres y Madres” es una estrategia de formación que se ofrece desde el campo de la Educación para Personas Adultas y que ubicamos dentro del campo de la Educación No Formal Socio-Participativa. Se trata de un proceso formativo organizado que suele ir dirigido a un colectivo determinado y preferente de padres y madres fundamentalmente, o personas que tengan proyectado serlo, y que podría abrirse a agentes sociales que aborden temáticas relacionadas con este campo. Su desarrollo se proyecta de forma continuada o con intervalos, durante un periodo de tiempo, procurando incidir sobre la formación en conocimientos, valores, creencias, actitudes, habilidades, conductas del grupo, etc. Es decir, un plan sistemático de formación para padres en los aspectos psicopedagógicos y ambientales, que se desarrolla a lo largo de un periodo relativamente extenso de tiempo” (Brunet y Negro, 1985).
Entre las acciones prioritarias de una Escuela de Padres y Madres, están, las siguientes:
Ser un espacio de debate.
Recibir y analizar información de interés o actualidad.
Reflexionar sobre nuestras conductas y ensayar reacciones frente a los problemas y conflictos cotidianos previsibles en el núcleo familiar.
Analizar los valores y pautas de comportamiento que sustentan nuestras conductas de relación y protección familiar.
Establecer de forma socio-participativa estrategias de prevención y de protección, potenciación y promoción de la infancia.
La formación de las familias y de los centros educativos implica un enfoque democrático de las interacciones y relaciones, así como de los objetivos y fines a conseguir. “La educación ha de formar a individuos capaces de aprender por sí mismos, que han aprendido a aprender" (Mayor Zaragoza, 2001). Por ello la formación de padres y madres, va unida a la formación continua o la formación permanente de las personas y de los adultos. Se precisa la adquisición de contenidos, actitudes y estrategias para ejercer la tarea educadora de madre o padre en los tiempos que corren, con satisfacción y eficacia, en toda la etapa formativa del alumnado anterior a la Universidad. La educación es un derecho de carácter social, nuestros padres y madres tienen que tener la posibilidad de poder educarse y a la vez de ayudar positivamente en la educación de sus hijos, para que, entre todos, podamos hacer un sistema educativo abierto, flexible y muy participativo. La formación a padres y a madres, debe ser más un apoyo, una colaboración, un mantenimiento sutil, un acompañamiento, encaminado al refuerzo de las tareas que conlleva la figura de padre o madre, en las edades de la infancia y la adolescencia de sus hijos e hijas.
2. Objetivos
Conseguir una mayor implicación de los padres en la organización y gestión de los centros educativos y en el proceso enseñanza-aprendizaje de sus hijos.
Conseguir que los padres conozcan los distintos cauces de participación que existen en el sistema educativo actual.
Formar a los padres/madres en aquellos problemas que más preocupan a las familias.
3. Material, método e instrumentos a utilizar
La investigación se va a llevar a cabo en el C.P. Nuestra Señora de Fátima de Molina de Segura, obteniendo como muestra 20 padres/madres de alumnos de 5º A y 5º B de primaria. Para la selección de esta muestra se va a enviar una notificación a todos los padres/madres de 5º y aquellos que devuelvan la notificación firmada por estar interesados, de forma aleatoria, se va a realizar la elección de los padres que van a participar en esta experiencia pedagógica. La decisión de elegir 20 padres esta motivada por la amplitud de las clases en las que se van a llevar a cabo los grupos de trabajo, los seminarios, las charlas coloquio, etc. En todas las sesiones van a asistir algún maestro del colegio con la intención de fomentar esta unidad padres-profesores.
Antes de llevar a cabo la experiencia se le va a pasar a los padres elegidos un cuestionario previo en el que detallarán determinados aspectos sobre la implicación y participación en la organización y gestión del centro, las reuniones con los tutores u otros docentes del centro, etc. Este cuestionario se pasará en la primera quincena del mes de junio para que de este modo ya este cercano el final de curso. Para llevar a cabo esta experiencia se tienen previstas 8 sesiones para formar a los padres en la mejora de la participación educativa. Estas sesiones se van a desarrollar una vez cada quince días desde la segunda semana de septiembre hasta mitad de diciembre. A la finalización del curso se le volverá a pasar a los padres el cuestionario previo del año anterior con el objetivo de observar los resultados de esta experiencia pedagógica.
Los materiales que se van a utilizar van a ser paneles de expertos, para la evaluación inicial y para obtener datos de lo que se va a tratar en sesiones posteriores (ideas previas de los participantes, expectativas, barreras que se encuentran, etc.), cuestionarios para evaluar cada una de las sesiones y las personas que intervengan en cada sesión y un cuestionario de evaluación final.
Los aspectos a trabajar en cada sesión son los siguientes:
Sesión 1; Evaluación inicial de cada uno de los padres/madres participantes en esta experiencia, a través de paneles de expertos.
Sesión 2; Charla coloquio y panel de expertos.
Sesión 3; Grupos de trabajo.
Sesión 4; Mesa redonda.
Sesión 5; Charla-coloquio, debate y grupos de trabajo acerca de los problemas que más preocupan a las familias y como resolverlos.
Sesión 6; Mesa redonda.
Sesión 7; Seminario.
Sesión 8; Evaluación final del curso, propuestas de mejora para cursos posteriores y que aspectos se han quedado fuera de la organización de la experiencia creen que sería útil considerar para años posteriores.
4. Análisis y resultados
Para la obtención de resultados vamos a realizar una comparativa entre los datos obtenidos en el test previo, antes de la experiencia pedagógica, y el obtenido después de dicha experiencia.
Pregunta 1. ¿Formas parte o has formado parte alguna vez del Consejo Escolar del Centro?
No se observa ninguna diferencia en la participación en el Consejo Escolar antes y después, debido principalmente a que los cargos electos para dicho consejo tienen una permanencia de 4 años y no ha dado tiempo a que se produzca este relevo.
Pregunta 2. ¿Conoces los acuerdos que se toman en el Consejo Escolar del centro?
En la cuestión 2, podemos observar como se ha producido una notable mejoría en la preocupación de los padres por conocer las decisiones tomadas en el Consejo Escolar, bajando el porcentaje del desconocimiento y subiendo el número de padres/madres preocupados por saber que acuerdos se han tomado en dicho Consejo.
Pregunta 3. ¿Con qué regularidad sueles asistir a las reuniones del AMPA del centro?
La asistencia a las reuniones del AMPA ha experimentado una notable mejoría como podemos observar en la gráfica superior, siendo el 60% de los padres/madres los que asisten normalmente o siempre a dichas reuniones frente al 15% del test previo.
Pregunta 4. ¿Conoces los acuerdos que se toman en el AMPA del centro?
Al igual que sucede en la pregunta anterior, al mejorar la asistencia de las reuniones del AMPA, también se ha producido una mejora en el conocimiento de los acuerdos, pasando de un 15% en el test previo a un 805 en el test posterior.
Pregunta 5. ¿Con qué frecuencia acude al colegio para reunirse con el tutor de su hijo o con otros maestros?
En la cuestión 5, al igual que las anteriores se produce una mejora en el número de reuniones con el tutor de sus hijos, sin embargo, al ser habitual que el maestro cite a los padres, podemos comprobar como los datos son ya muy similares a los del test previo.
Pregunta 6. Cuando acude es porque……
En la cuestión 6, podemos observar como la experiencia realizada ha provocado un mayor interés de los padres en reunirse con el maestro y por ello ha aumentado del 15% en el test previo al 50% en el test posterior. Otro de los datos destacables es que han desaparecido los padres que sólo se reúnen con el maestro para recoger el boletín de su hijo.
Pregunta 7. ¿Conoce los cauces de los que disponen los padres para la participación en la organización y gestión del centro?
En la última cuestión, podemos observar como casi el 75% de los padres conocen los cauces de participación en la organización y gestión del centro frente al 5% del test previo. Estos resultados nos muestran los enormes beneficios de la experiencia realizada y como ha permitido a los padres acercarse un poco más al centro y al equipo docente. Así mismo, es importante destacar que han desaparecido los padres que no conocen los cauces de participación frente al 50% que aparecía en el test previo.
5. Conclusiones
A las conclusiones que hemos llegado tras la experiencia realizada son las siguientes:
Que “la escuela de padres” contribuye a mejorar la participación educativa de los padres.
Que el resultado han sido positivo con padres que estaban sensibilizados hacia este tema, porque los padres que no estaban interesados, renunciaron a participar en cualquier experiencia de este tipo.
Que los padres están deseosos de recibir información y formación para mejorar la educación de sus hijos.
Que para mejorar la implicación de los padres es muy importante la buena comunicación, colaboración y confianza con los docentes.
Que han conocido cauces de participación en la escuela que antes desconocían.
Bibliografía
BOLÍVAR BOTÍA, A. (2002). Juntos podremos: Reconstruir la alianza entre familias y escuelas ante los nuevos desafíos. Revista Electrónica ESCUELA PÚBLICA, de la Asociación para la Mejora y Defensa de la Escuela Pública en la Región de Murcia (AMYDEP), 2, 2.
BRUNET, J. y NEGRO, J. L. (1985). ¿Cómo organizar una Escuela de Padres? Vol. 1 y II. Ediciones San Pío X.
GAIRIN, J. y DARDER, P. (1994). Organización y gestión de Centros Educativos. Barcelona: Praxis.
GARCÍA CORREA, A. (1985). Relación familia-centro educativo. En Jornadas Nacionales de Educación. Madrid: Universidad Complutense.
MAYOR ZARAGOZA, F. (2001). Un mundo nuevo. Barcelona: Círculo de lectores.
NAVARRO PERALES, M.J. (2002). Análisis de distintas estrategias para la participación de los padres en la escuela. Revista Profesorado. Universidad de Salamanca.
SAVATER, F. (1997). El valor de educar. Barcelona: Ariel.
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