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La indumentaria deportiva en la modernidad y en la posmodernidad

 

Egresado de la Maestría en Historia de México

Universidad de Guadalajara

(México)

Miguel Ángel Esparza Ontiveros

mcoyter2000@yahoo.com.mx

 

 

 

 

Resumen

          Este estudio se enfoca en describir y explicar las particularidades y características que dieron origen al surgimiento de la indumentaria deportiva. La vestimenta deportiva surge en la modernidad como una innovación para tener un mejor desempeño deportivo y en la posmodernidad ha sido usada como una vitrina para difundir mensajes comerciales y políticos.

          Palabras clave: Cultura material. Moda deportiva. Modernidad. Posmodernidad.

 

Abstract

          This study focuses on describing and explaining the particularities and characteristics that give origin to the emergence of sport wear. The sport wear emerge in the modernity as an innovation for better athletic performance and the postmodernity has been used as a showcase to disseminate commercial and political messages.

          Keywords: Material culture. Sport wear. Modernity. Postmodernity.

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 145 - Junio de 2010

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“El deporte permea diversos aspectos de nuestra cultura global.

El deporte no es mero deporte: es negocio, política,

arte, cine, televisión, publicidad, moda, diseño.”

R. Shishoo

Introducción

    No se tiene plena certeza ni se puede precisar con exactitud cuándo ni en qué momento el ser humano optó por cubrir la desnudez de su cuerpo con telas o pieles de animales para protegerse de las inclemencias del tiempo, sin embargo, según revelan los hallazgos arqueológicos esta práctica se remonta hasta tiempos muy antiguos y hoy en día se ha convertido en una vertiente de estudio histórico enfocada a vislumbrar cuál ha sido el papel del vestido a lo largo del tiempo entre las diversas sociedades.

    El análisis de la vestimenta, de su historia, se encuentra inmerso dentro de la corriente historiográfica denominada como historia de la cultura material. La historia de la cultura material y por ende de la vestimenta se define como una historia del apropiamiento, de la percepción e interpretación que las sociedades en distintos momentos tienen sobre ciertos objetos, para el caso que nos ocupa hablaremos brevemente de cómo ha evolucionado y cómo se ha percibido la indumentaria deportiva en dos épocas históricas: la época moderna y la posmodernidad.

    La vestimenta se percibe como una construcción simbólica puesto que desde el momento del nacimiento, de inmediato se nos reviste de ropajes que definen algunos aspectos de nuestra personalidad, en función de que las prendas se encuentran impregnadas de códigos, valores, ideologías y políticas. La ropa es parte de lo que somos por tanto puede definir los aspectos sociales y económicos de los seres humanos en un momento histórico determinado.

    La ropa básicamente ha sido concebida como un medio para clasificar socialmente a las personas, según Daniel Roche, en el París del siglo XVIII comparando los ropajes se podía distinguir quienes vivían en las ciudades y quienes lo hacían en las zonas rurales, incluso, es posible establecer los tiempos de crisis y bonanza mediante el análisis de los registros de venta de varios tipos de telas basados en la oferta y la demanda de éstas.1

    La historia de la indumentaria reúne tres elementos indispensables que convergen entre sí, el hombre, los objetos y las significaciones dadas a éstos últimos por los primeros y que al analizarlos nos permiten observar los gustos estéticos, las tendencias y los patrones más visibles de las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales de la ropa a través de las épocas.

    En su mayoría las tendencias de la ropa son derivadas de los gustos de las elites y ésta es en sí una línea de investigación de la historia de la vestimenta, sin embargo, para este estudio analizaremos la indumentaria deportiva como un medio de comunicación, como el lenguaje en el que “las cosas y las palabras, lo enseñado y lo dicho, lo visible y lo oculto, dan cuenta de prácticas culturales dictadas por el dialogo sostenido entre normas y medios, entre códigos cambiantes y costumbres selectivas”.2

    En adición a lo anterior y tomando en cuenta lo establecido por Clifford Geertz, la indumentaria deportiva puede ser considerada como un conjunto de símbolos que articulan diálogos y transmiten diversos mensajes, los cuales son entendidos (en este caso) por quienes se encuentran inmersos en el modo de vida del particular grupo concerniente al mundo deportivo.3

    Como líneas arriba se externó, desde la prehistoria el ser humano ha cubierto su cuerpo de los elementos con ropajes, pero además, los ha utilizado como signos de expresión y en el caso de la indumentaria deportiva, se considera que ésta surge en la modernidad como resultado del establecimiento de la sociedad de consumo. Según se ha dicho, la revolución de las apariencias comienza a desarrollarse cuando aparece lo que Thorstein Veblen denomina como el “consumo conspicuo”,4 caracterizado por un consumo desmedido de valores abstractos, suntuosos e improductivos, este hecho contribuyó “a la transición de la sociedad de costumbres a la sociedad moderna donde se disparan los deseos, las necesidades y las posibilidades.”5 Es en la modernidad y en la posmodernidad donde resulta evidente la diseminación y difusión de ideas políticas, mensajes y emblemas ideológicos de clubes y equipos nacionales través de la indumentaria deportiva.

    Ahora bien, ¿qué es la indumentaria deportiva? De forma simple podemos establecer que es la ropa utilizada para la práctica del deporte y surge como una respuesta de innovación que permitiría y facilitaría un mejor desempeño deportivo al ofrecer confort y ventaja al deportista, aunque cabe aclarar que la vestimenta deportiva ha estado condicionada por las reglas de los deportes y las restricciones morales de las diversas épocas.

    En las Olimpiadas de la Grecia antigua (sin que esto signifique que las actividades físicas que los antiguos helenos desarrollaban fueran realmente deportes), los participantes llevaban a cabo la práctica de actividades y ejercicios físicos sin ningún tipo de vestimenta, pues al parecer la idea era mostrar el vigor, la belleza y la estética del cuerpo humano y la mejor forma de mostrar estos elementos del cuerpo fue estando totalmente desnudo. La única prueba donde se utilizaba una clase de ropa era en la llamada carrera de hoplitas, pero en este caso, la indumentaria representaba una resistencia para el competidor, pues la prueba consistía en correr una distancia de más o menos tres kilómetros a campo traviesa con el peso de la armadura -alrededor de 25 kilos- pues estaba constituida en su mayoría de bronce.

La indumentaria deportiva en la modernidad

    En lo que respecta a la modernidad (período caracterizado por una racionalización e industrialización de la gran mayoría de las esferas de la vida y que abarca temporalmente todo el siglo XIX y hasta la década de los 60’s del siglo XX), es en esta etapa cuando se inician las primeras innovaciones en la ropa de uso cotidiano para adecuarla y hacerla apta para la práctica deportiva (esto aconteció inicialmente en Inglaterra a mediados del siglo XIX y se extendió hasta fines de la década de 1960). La ropa de uso habitual confeccionada de lana o algodón mayoritariamente fue adaptada para la práctica del deporte, pues aún no se habían desarrollado las fibras sintéticas y estas modificaciones realizadas a la vestimenta “común” para transformarla en indumentaria “deportiva”, consistieron básicamente en recortar los pantalones hasta arriba de la rodilla y suprimir las mangas. También el calzado como complemento de la indumentaria deportiva, sufrió cambios significativos para adecuarlo a la práctica de los deportes. En este caso, las zapatillas perdieron el tacón y en algunas circunstancias se le agregaron aditamentos especiales (de metal) en la suela para ofrecer un mejor agarre con la superficie.

    En adición a lo anterior, algunas fuentes empíricas como el diario jalisciense El Regional, publicó algunas recomendaciones a los deportistas para que vistieran la ropa adecuada para llevar a cabo la práctica de los deportes. En ese entonces se consideraba ideal usar “vestidos confeccionados con telas malas conductoras de calor, la franela, por ejemplo: y convenientemente amplios, para que no dificulten de modo alguno la circulación.” En lo correspondiente al calzado se recomendaba que éste fuera “suficientemente ancho y desprovisto de clavos, a fin de prevenir las caídas, conviene hacer uso del calzado provisto de tacones bajos de caucho.”6

    Ahora bien, en este punto es importante señalar que el deporte como coto eminentemente masculino y teniendo en cuenta las normas morales tan restrictivas en el período de fines del siglo XIX y principios del XX no permitieron que la mujer tuviera una significativa participación en el deporte, ni tampoco, que la vestimenta utilizada para la práctica del deporte por parte de las féminas haya tenido significativas innovaciones como la ropa de sus pares masculinos. Las mujeres en su mayoría vestían ropas que moralmente no dejaban al descubierto partes concebidas como pudorosas de su economía corporal (las piernas o el escote del busto), por lo que usaban la ropa habitual como indumentaria deportiva.

    Como ya se dijo, en la modernidad comenzaron las innovaciones físicas a la indumentaria habitual para transformarla en ropa deportiva, pero además, se inició la etapa ideológica del uniforme deportivo, es decir, es cuando se comenzó a investir de valores ideológicos y políticos a la vestimenta que los deportistas usaban.

    Los uniformes, dejaron mostrar emblemas representativos de un club deportivo o un Estado-nación, por ejemplo, cuando una persona se adhiere a un club o asociación deportiva tiende a sentir que “forma parte” de una red social compartida “porque en ellas hay un nexo común entre sus asociados (deporte, distinción, integración, nacionalismo...)”7 y todos estos rasgos y elementos derivan en que al momento de llevar a cabo la práctica deportiva los atletas busquen diferenciarse de todos los demás deportistas a su alrededor, propiciando el diseño y confección de uniformes que portan emblemas y símbolos representativos de la ideología y objetivos del club o equipo y que tanto a los socios o a los contrarios y público en general, transmiten diversos mensajes, dando pie a lo que Pierre Bourdieu ha denominado como la distinción. Por ejemplo, al asistir a un encuentro deportivo, es posible constatar a qué equipo apoyan los fanáticos con el simple hecho de observar las camisetas que portan. Los colores y los emblemas en los uniformes son vestigios evidentes de lo propuesto por Bourdieu, pues son elementos que logran una diferenciación de las ideologías a partir de la vestimenta.8

    Por su parte los atletas que representan a un equipo nacional portan indumentaria que es la representación abstracta de una nación, por ejemplo, los atletas canadienses portaban en sus uniformes la hoja de maple símbolo nacional del Canadá, los ingleses por su parte portaban su bandera. En ambos casos estos dos emblemas son de muy alta estima por los ciudadanos de ambos países, son símbolos muy representativos para ellos y tomando en cuenta lo propuesto por Hayden White, un individuo u objeto puede ser representado por una de sus partes o por un signo o símbolo que de forma metafórica engloba y encierra sobre sí rasgos que lo definen o identifican, para el caso de Canadá, la hoja de maple es un emblema que guarda toda la historia compartida por un grupo social, cultural, étnico, político o religioso en específico que se denominan como canadienses. La idea de propagar mensajes políticos a través de la vestidura deportiva fue puesta en práctica para cohesionar y crear consenso entre los habitantes de una sociedad, teniendo como punto de convergencia a un deportista y los símbolos que viste, porque el atleta gracias a sus logros y éxitos deportivos, ha sido considerado como lo mejor de una sociedad o nación, como el modelo a seguir por todos los demás y que sobre sus hombros portaba los ideales de una nación entera en abstracto, en sus colores y en sus emblemas más significativos.9

La indumentaria deportiva en la posmodernidad

    Dicho por David Frisby, si algo caracterizó a la modernidad (al menos en lo tocante en el rubro de la indumentaria deportiva y los deportes) fue su efímera duración, pues tan pronto como llegó se fue y, asimismo, una nueva etapa llegaría a sustituirla: la posmodernidad. En esta nueva época, la idea del progreso eterno como finalidad de la historia se rompe definitivamente y de la misma manera en diversos rubros y áreas de la vida, la concepción anterior tomaría una nueva forma.10

    En la posmodernidad muchos de los patrones característicos de la modernidad continúan y siguen siendo la base de las actividades deportivas, sin embargo, algunos de ellos caen en una exacerbada radicalización y en definitiva se alejan de los elementos y patrones característicos de la modernidad. Por ejemplo, la concepción que sobre el cuerpo se tenía como un templo sagrado de la salud desaparecen y hoy en día el cuerpo es interpretado y concebido como una máquina, como un medio de expresión política y económica, como un repositorio de valores abstractos y como un laboratorio de pruebas de los avances científicos.11

    Dicho por José María Cagigal, a partir de la década de 1960 el deporte sufre un cambio drástico en su práctica, desarrollo y concepción. Este nuevo deporte, no es el mismo que los ingleses inventaron, en este punto el deporte -en consonancia con la posmodernidad y la globalización- se caracteriza por ser un fenómeno de escala global puesto que algunos eventos deportivos como las Olimpiadas o la Copa Mundial de Fútbol son eventos que atrapan la atención de una gran cantidad de personas alrededor del mundo a través de los medios masivos de comunicación, por este furor, es que el deporte y los deportistas se han transformado en instrumentos y aparatos del Estado, de las empresas y marcas comerciales quienes los utilizan para engrandecerse política y económicamente.12

    El deporte en la posmodernidad ha entrado en una dinámica que ha dejado muy atrás esa concepción romántica de practicar deporte solo por amor al arte, la edad de la inocencia deportiva se ha perdido y hoy en día el deporte se rige por valores netamente materiales y económicos. La indumentaria deportiva no se quedó atrás y sufre una radicalización en lo que se refiere a la innovación en su diseño y en su expansión mediática y comercial.

    Todo esto se deriva del desarrollo de nuevos materiales y diseños basados en análisis biomecánicos que dan como resultado ropa y calzado más “sofisticados y específicamente diseñados para diferentes usuarios, categorías, desempeños deportivos y actividades de ocio.”13 En la actualidad la indumentaria deportiva debe ser capaz de ofrecer extremo confort, casi como una segunda piel o como si no se usara nada, además, de ofrecer ventajas al usuario para protegerlo de todos los elementos externos como el calor, el frío, la lluvia o la nieve.14

    El deporte de alta competencia y el ocio se han fusionado y ahora las innovaciones en pro del mejoramiento del desempeño deportivo no solo van encaminadas para los atletas de alto rendimiento, sino que también, van dirigidas a los aficionados quienes son percibidos como potenciales compradores, estos cambios en los diseños de la indumentaria utilizada para la práctica del deporte han dado lugar al surgimiento de la moda deportiva.

    La innovación en la moda deportiva se enfoca en dos niveles básicos: la perspectiva técnica con nuevos textiles que mejoran el desempeño deportivo y que además brindan una mejor protección al atleta y la concepción estética de la ropa y calzado donde nuevos estilos, colores y diseños lucen atractivos a la vista de los consumidores.15

    Las mayores influencias a la indumentaria deportiva actual surgen en el seno de la milicia en los años posteriores a la segunda guerra mundial. Estas innovaciones se comenzaron a desarrollar cuando las tropas británicas enviadas a combatir en la guerra de Corea (en el más crudo invierno de esos años), se vieron en la necesidad de vestir un mejor uniforme, pues vestían un uniforme diseñado en la década de los 40’s, el cual no ofrecía la protección ni el confort necesario para el combate en una situación de frío extremo por ser obsoleto para las condiciones en las que en Corea se estaba guerreando, por lo que fue necesario diseñar innovaciones que cubrieran las necesidades que el soldado encontrara en el campo de batalla.16

    Los resultados derivaron en la introducción de la séptima versión del uniforme de combate británico, el cual incluía entre otras prendas camisola, camiseta de franela, pantalones, chaleco de lana, ropa interior de lana y jersey. El concepto de capas de ropa para el combate se mantiene hasta el día de hoy, sólo que este principio ha sido adoptado y adaptado por los civiles para diversos órdenes, uno de ellos el deportivo.17

    Los primeros desarrollos de indumentaria netamente deportiva se realizaron en los años 50’s, cuando inició el auge del campismo, las actividades al aire libre, los deportes de montaña y las primeras expediciones que buscaban conquistar las cumbres más altas del planeta como el Everest.18

    El auge del campismo derivó en el surgimiento de las primeras empresas dedicadas al diseño de indumentaria deportiva como la casa Pindisport, la cual comenzó a desarrollar ropa térmica a prueba de viento y nieve para los montañistas combinando materiales como el algodón y el nylon. Estas innovaciones redujeron el número de prendas de lana que un escalador usualmente portaba, haciendo más práctico y ligero un ascenso y sobre todo más seguro, pues estas nuevas telas sintéticas aislaban mejor del viento, la nieve o la lluvia que la lana. El incremento en el desarrollo de equipo, ropa y calzado especializado para actividades deportivas de montaña, destapó un boom que permeó un cambio en la actitud que las personas tenían hacia los deportes, inmiscuyéndolas más en ellos hasta convertirlos en asiduos practicantes y permanentes compradores, lo que mantiene en vigencia la dinámica de seguir en constante mejoría la tecnología y los diseños de la moda deportiva.19

    Ahora bien, otro tipo de mejoras en el diseño de la indumentaria deportiva que marcan una nueva visión de ella, es la que los deportistas por experiencia propia han tratado de implementar para solventar las deficiencias técnicas que la ropa tradicional generaba por no ser la más adecuada para la práctica deportiva. Una de las mejores innovaciones desarrolladas en el campo atlético, fue la realizada por el maratonista británico Ron Hill (1970), quien instauró una nueva moda en los shorts de correr a partir de una modificación realizada a los tradicionales pantaloncillos. En primera instancia, Hill optó por cambiar la tela con que estaban confeccionados los shorts (algodón) por fibras sintéticas (nylon), en seguida los recortó significativamente y por último, inventó la abertura a los lados para permitir mayor libertad de movimiento, esencial para una prueba tan larga y desgastante como la maratón.20

    Estas modificaciones no hubieran sido aceptadas por las normas morales existentes en la etapa de la modernidad, porque trasgredían por mucho las buenas costumbres del pudor y el recato, sin embargo, en la posmodernidad tanto los códigos morales como las reglas deportivas no tienen objeción alguna para que tanto hombres como mujeres usen este tipo de vestimenta.

    En la actualidad la indumentaria deportiva femenina no sólo se ha transformado en lo que se refiere al uso de nuevos materiales y telas, sino que además se ha recortado significativamente y de forma explícita despliega sensualidad y erotismo hacia todos los espectadores, el cuerpo de la mujer deportista ha pasado de coto prohibido a elemento de publicidad y mercadotecnia. La belleza que algunas deportistas poseen es explotada con fines comerciales y propagandísticos.

    El caso más conocido es el de la tenista Anna Kournikova, quien nunca ha ganado un solo torneo de grand slam, sin embargo, su belleza física le ha dado una gran popularidad que le ha asegurado un rotundo éxito como modelo, pues le sobran ofertas para realizar spots de televisión de diversos artículos relacionados con el mundo deportivo (como la propia ropa deportiva) pero también otros artículos muy alejados de él (refrescos, autos, etc.).21

    Esta tónica de “vender” publicidad a través de la indumentaria deportiva se debe al impacto e influencia que los medios de comunicación masivos como la televisión logran por medio de la imagen, el color y los gráficos. La gran difusión que alcanza este medio posmoderno, hace sumamente rentable las inversiones publicitarias incorporadas a los uniformes deportivos en forma de logos que requieren de poco espacio pero que son ampliamente reconocibles por los espectadores quienes son concebidos como potenciales compradores.

    Por ejemplo, se considera que el fútbol es un deporte que trasciende todas las fronteras y barreras culturales, pero además, “representa un enorme mercado no solo en términos de futbolistas, entrenadores, árbitros y jueces de línea, pero más importantemente, en términos de espectadores. En años recientes los clubes mayores de Europa se han dado cuenta del potencial de los aficionados al fútbol y su abrumadora pasión por apoyar a un específico club o a un específico deportista o ambos.”22

    Las hazañas deportivas invariablemente despiertan en el aficionado el deseo de emular y compartir con sus héroes deportivos la satisfacción que sus logros generan y una forma de lograr de manera figurada esta unión simbólica con el deportista es vistiendo la misma “piel” y teniendo empatía con los mismos intereses que pretende alcanzar el atleta o equipo en cierto momento o competencia. Esto es evidente porque por momentos la única relación entre el club y los fanáticos es el uso de la misma marca de ropa en vigencia que el club utiliza.

    En adición a lo anterior Shishoo señala que cuando un deportista atrapa la imaginación de los fanáticos, la reproducción de su playera con su nombre o número se puede comercializar por millones alrededor del mundo. “Cuando el inglés David Beckham comenzó a jugar para el Real Madrid en el 2003 se dijo que las ventas de las réplicas de su camiseta sobrepasaron el millón, más que el combinado total de las camisetas del resto de sus coequiperos.”23

    En contraparte con la modernidad, en la posmodernidad la indumentaria deportiva ha sido concebida como una “vitrina” en donde las marcas comerciales pueden exhibir sus productos, todo esto gracias a que los medios masivos tienen la capacidad de hacer llegar a millones de personas los mensajes que en forma de imágenes comerciales están adheridos a los uniformes deportivos. En palabras de Shishoo “El deporte profesional es por definición un deporte jugado por dinero, dinero que proviene de los espectadores, patrocinadores o televisoras…” y todo esto es posible mediante la publicidad incrustada en la indumentaria deportiva.24

    Por otra parte, en lo referente a la concepción política del uniforme deportivo, ésta se mantiene en vigencia como en la modernidad pero al igual que en la cuestión publicitaria, se ha radicalizado pues en cada competencia entre naciones resalta lo político. Posterior a la segunda guerra mundial fue en el campo deportivo donde se libraron las nuevas batallas entre naciones, en este caso simbólicas, pues el éxito deportivo se ha interpretado como una manera de medir el éxito nacional (político, económico, cultural o social), pues en la actualidad las máximas competencias deportivas son entre países entre sus representativos individuales o colectivos. Las naciones y los gobiernos consideraban que

    El deporte tenía mucha utilidad. En el plano nacional podía servir para aglutinar, igualar y distraer al pueblo, siendo al tiempo una vía relativamente barata y rápida para lograr la forma física y la cohesión nacional requeridas por un gobierno que insistentemente repetía que la nación debería prepararse para la guerra. En el plano internacional, la participación en eventos deportivos y especialmente los triunfos al máximo nivel, podrían utilizarse para demostrar tanto las cualidades heroicas como la vitalidad de todos los ciudadanos bajo su nuevo y progresista estado.25

    Previo al inicio de los partidos de fútbol entre seleccionados nacionales, tiene a efecto la llamada ceremonia de los himnos, donde de manera protocolaria se entonan las himnos nacionales de ambos equipos. De igual forma, en las Olimpiadas una ceremonia similar se lleva a cabo durante la premiación y entrega de medallas a los vencedores. En esta ceremonia se izan las banderas de los ganadores de las medallas de oro, plata y bronce, pero, sólo se entona el himno del ocupante del primer lugar.

    Fue en una ceremonia de este tipo que se suscitó un hecho político muy comentado. En los Juegos Olímpicos de 1968 celebrados en México los atletas norteamericanos de raza negra Tommy Smith y John Carlos medallistas de oro y bronce respectivamente en la prueba de 200 metros planos, tras de ser premiados en el pódium de los vencedores, alzaron la mano derecha donde portaban un guante negro mientras se entonaba el himno nacional norteamericano, esto fue interpretado como un acto de rebelión del movimiento Black Power, en protesta por las restricciones raciales existentes en su país. Lo curioso es que todo esto lo realizaron mientras con orgullo portaban el uniforme de los Estados Unidos, pues precisamente ese era el mensaje que ambos atletas deseaban enviar al mundo, que pese al racismo imperante en la Unión Americana los dos corredores eran estadounidenses, estadounidenses negros y grandes deportistas campeones de las Olimpiadas.

    De manera lamentable, la intención de estos deportistas fue sancionada y ambos fueron suspendidos del equipo norteamericano y retirados de la villa olímpica por orden del entonces presidente del Comité Olímpico Internacional el señor Avery Brundage. Del mismo modo, al regresar a su país fueron criticados por la prensa y la opinión pública, de hecho, sus carreras deportivas llegaron a su fin pues el escándalo opacó sus oportunidades de seguir trascendiendo en el atletismo.26

    Finalmente, en lo tocante a las innovaciones que en la posmodernidad se han realizado al calzado, es de mencionar que la tecnología ha permitido que nuevos colores, diseños, modelos y mejoras se hayan hecho a la moda deportiva del calzado, rayando en algunos casos en lo extravagante pues hoy en día y tratándose de los zapatos que los más populares deportistas usan, no pueden pasar desapercibidos pues las zapatillas deportivas, también son repositorios de publicidad y de valores ideológicos que en la conciencia colectiva representan íconos de nuestra cultura posmoderna, pues muchas de las marcas publicitarias son concebidos como sinónimos de estatus, clase y estilo de vida.

Conclusiones

    A lo largo de estas páginas de manera breve se trató de evidenciar la manera en que ha sido percibida y concebida la indumentaria deportiva tanto en la época moderna como en la época posmoderna. Señalé que uno de los propósitos de la ropa es cubrir y proteger el cuerpo de las inclemencias del tiempo y que las primeras modificaciones e innovaciones físicas realizadas a la vestimenta común para transformarla en indumentaria deportiva se dieron debido a que no se alcanzaba el confort requerido para la práctica deportiva, porque la ropa en algunos casos, impedía o restringía el movimiento muy especialmente en el caso de la ropa que las mujeres usaban.27

    También di cuenta del hecho de que los equipos nacionales así como los clubes deportivos ya sea para una competencia local o un evento internacional tuvieron la necesidad de identificarse y distinguirse de los demás atletas por medio de la vestimenta que portaban y las ideologías imbuidas en ésta, este patrón surge en la modernidad pero continúa en la posmodernidad de una manera más radical puesto que en torno a la actividad deportiva se llevan a cabo ceremonias protocolarias donde elementos nacionalistas toman acto de presencia.

    Ya para la posmodernidad se estipuló que la diversificación de estilos en cuanto a diseño, colores y tendencias va de acuerdo a las demandas de la cultura material y la dinámica del consumo, donde también, se radicalizó la publicidad en los uniformes deportivos a través de los medios de comunicación. Asimismo, los actos políticos en torno y sobre los deportistas y sus respectivos uniformes siguieron estando en vigencia alrededor de todo el mundo y en todos los deportes, tomando vital importancia en el desarrollo de los encuentros deportivos, pues ahora, los encuentros y competencias son concebidos como batallas simbólicas entre naciones y donde la identificación y la distinción mediante signos que representan valores ideológicos e históricos que se encuentran impresos en la ropa deportiva, son cruciales para lograr tanto la cohesión social de los individuos como su distinción.

Notas

  1. Daniel Roche, “La cultura material a través de la historia de la indumentaria”, en Hira de Gortari, Guillermo Zermeño, Historiografía francesa, corrientes temáticas y metodológicas recientes, México, CIESAS, Instituto Mora, UNAM, Universidad Iberoamericana, 1994, p. 81.

  2. Id.

  3. Clifford Geertz, La interpretación de las culturas, Barcelona, Gedisa, 2005, p. 88, 89.

  4. Thoirstein Veblen, The theory of the leisure class, London, Kessinger Publishing, 2003, apud.

  5. Roche, op. cit. p. 85.

  6. “La higiene escolar. El ejercicio físico en las escuelas”, en El Regional, 14 de noviembre 1905.

  7. Puig N. Moreno, “Propuesta de marco teórico interpretativo sobre el asociacionismo deportivo en España”, en Revista Motricidad, 1996, 2, pp. 75-92.

  8. Pierre Bourdieu, La distinción: criterios y bases sociales del gusto, México, Taurus, 2002, pp. 205-222.

  9. Hayden White, Metahistoria: la imaginación histórica en la Europa del siglo XIX, México, FCE, 1992, pp. 40-53.

  10. David Frisby, Fragmentos de la modernidad. Teorías de la modernidad en la obra de Simmel, Kracauer y Benjamin, Madrid, Visor, 1992, Apud.

  11. John Bale, Running cultures, racing in time and space, London, Routledge, Taylor & Francis group, 2004, p. 88, 89.

  12. José María Cagigal, El deporte en la sociedad actual, Madrid, prensa española, magisterio español, 1975, p. 44.

  13. R. Shishoo, Textiles for sport, Cambridge, Woodhead Publishing Ltd, 2005, p. 6.

  14. Id.

  15. Ibid., p. 25.

  16. Ibid., p. 45.

  17. Id.

  18. Id.

  19. Ibid., p. 46.

  20. Ibid., p. 54.

  21. http://www.kournikova.com/

  22. Shishoo, op. cit. p. 22.

  23. Id.

  24. Ibid., p. 64.

  25. Tony Mason, El deporte en Gran Bretaña, Barcelona, Civitas, 1994, p. 187.

  26. Mel Watman, Olympic track and field history, WI, athletics international LTD., 2000, pp. 93-104.

  27. Shishoo, op. cit. p. 55.

Bibliografía

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  • White, Hayden, Metahistoria: la imaginación histórica en la Europa del siglo XIX, México, FCE, 1992.

Hemerografía

  • “La higiene escolar. El ejercicio físico en las escuelas”, en El Regional, 14 de noviembre 1905.

Internet

  • http://www.kournikova.com/

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