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El deporte moderno y el ejercicio físico antiguo. 

Comentarios sobre sus diferencias

 

Egresado de la Maestría en Historia de México

Universidad de Guadalajara

(México)

Miguel Ángel Esparza Ontiveros

mcoyter2000@yahoo.com.mx

 

 

 

 

Resumen

          Este trabajo pretende evidenciar por medio de un análisis comparativo entre los modos de producción esclavista y capitalista de la Grecia clásica y la época moderna respectivamente, que el ejercicio físico practicado por los griegos en la antigüedad no es el antecedente del deporte moderno, sino que ambas actividades (aunque comparten similitudes) son totalmente diferentes, pues sus características, valores, sentidos, usos y objetivos respondían a factores y condiciones reinantes de los contextos históricos de estas dos épocas.

          Palabras clave: Ejercicio físico. Deporte. Esclavismo. Capitalismo

 

Abstract

          This study aims to demonstrate through a comparative analysis between the modes of production slavery and capitalistic of classical Greece and modern times respectively, that physical exercise practiced by the Greeks in the antiquity is not the precedent of the modern sport, but both activities (although they share similarities) are totally different, because their characteristics, values, meanings, uses, objectives responding to factors and prevailing conditions of the historical contexts of these two periods.

          Keywords: Physical exercise. Sport. Slavery. Capitalism

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 144 - Mayo de 2010

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Introducción

    Una creencia muy arraigada en la actualidad respecto al deporte en general es la que manifiesta que su origen se remonta directamente al mundo de la Grecia clásica. Sin embargo, esta creencia es un rotundo error debido a que en torno a estas dos prácticas corporales (el deporte moderno y el ejercicio físico practicado por los griegos antiguos), existen hechos, prácticas, ideologías, sistemas de comportamientos, perspectivas y objetivos que marcan una diferencia abismal entre una y otra.

    Utilizando como elemento de análisis al contexto histórico que dio luz a estas actividades, realizaré una comparación que ayude a demostrar que estas dos prácticas no están emparentadas como tradicionalmente se ha creído, es decir, mediante la comparación del modo de producción existente en cada una de estas dos diferentes épocas (la época moderna y la época de la Grecia antigua), evidenciaremos que el deporte moderno no es una herencia resultante del ejercicio físico practicado por los griegos en la antigüedad.

    Considero importante llevar a cabo este trabajo porque me parece que se ha realizado una errónea interpretación de los hechos y de los datos empíricos de la historia deporte. Creo que se ha realizado una interpretación anacrónica del concepto deporte, de sus hechos y su historia, es decir, los datos y hechos pertenecientes al deporte han sido interpretados como iguales, filiales o afines a prácticas similares practicadas y surgidas en la antigüedad. De esta errónea contextualización ha surgido la creencia de que el deporte moderno es un producto directo de las actividades físicas practicadas en la Grecia clásica.

    el anacronismo, o incongruencia que resulta de presentar algo como propio de una época a la que no pertenece, es un error habitual (…) Este fenómeno refleja las deficiencias de la enseñanza de la historia y obedece, entre otros aspectos, a la ya señalada falta de contexto de los acontecimientos. El aprendizaje memorístico de hechos y personas, sin que se explique el momento histórico y social en el que se producen, provoca un aprendizaje en el “vacío”, sin conexiones, que dificulta su recuerdo y su ubicación en una determinada época.1

    Un punto sumamente importante que se debe establecer antes de iniciar nuestro análisis, es la definición de dos de los conceptos que vamos a utilizar para desarrollar este trabajo y los cuales tienden a ser interpretados erróneamente como sinónimos, me refiero a los términos ejercicio físico y deporte. El ejercicio físico según lo señala Gabriel Flores Allende es: “una actividad planificada, estructurada y repetida, cuya intención es hacer trabajar el organismo y tiene como prioridad lograr una buena salud”2

    El ejercicio físico es aquel que se lleva a cabo bajo una estructura de entrenamiento planificado con un fin en concreto, por ejemplo, los antiguos griegos se entrenaban con un fin en particular: la guerra. A diferencia de lo que tradicionalmente se ha creído, los griegos de la antigüedad no realizaban deporte sino ejercicio físico, el cual, era utilizado para mantener en buena forma a las tropas pues el entrenamiento fue ideado con la finalidad de simular las condiciones que un soldado podía encontrar en el campo de batalla.

    Las pruebas realizadas en las Olimpiadas de la antigüedad tenían esa connotación y esa intención, pues el programa atlético básicamente estaba constituido de eventos que exigían las demostraciones de fuerza, destreza y resistencia físicas muy habituales en las batallas y guerras, ejemplo muy claro de lo anterior son las carreras de hoplitas, una carrera a campo traviesa de más o menos tres kilómetros de distancia donde los atletas competían con toda su indumentaria bélica excepto la lanza. Como ya se mencionó, este tipo de eventos tenían como objetivo final preparar a los soldados para la guerra y acostumbrarlos a correr con el peso de su armadura que oscilaba entre los 20 y 25 kilogramos.3

    La intención de preparar de manera constante a las tropas en carreras pedestres, era la de agilizar la transportación hacia el campo de batalla por sus propios medios, ya que resultaba sumamente costoso equipar y dotar de caballos o carros a todos los soldados, por lo tanto, enfáticamente se buscaba desarrollar estas habilidades en los cuerpos armados griegos.

    El más claro ejemplo de lo dicho lo encontramos en la mítica leyenda del soldado/mensajero Phiddípides, quien después de combatir ferozmente en contra de los persas en la localidad de Maratón, fue encargado de llevar las buenas nuevas hasta la ciudad de Atenas realizando un recorrido de entre 30 y 40 kilómetros.4 La fábula termina de manera trágica puesto que al llegar este soldado Phiddípides o Filipides ante los gobernantes griegos y una vez que les mostró la rama de olivos señal inequívoca de la victoria griega, cayó muerto por el esfuerzo realizado y por las heridas del combate.5

    Finalmente, cabe señalar que los griegos no se referían a sus actividades físicas y ejercicios físicos como deporte (pues este término es bastante tardío tal y como lo veremos y pertinentemente haremos mención), sino que simplemente hablaban de practicar la gimnasia,6 actividad que implicaba ejercitar las habilidades del cuerpo mediante la repetición de movimientos organizados y conducidos.

    En lo que respecta al deporte, a pesar de que éste es una actividad con mucha presencia en el imaginario de la sociedad actual, su definición conceptual representa un intrincado problema y difícilmente podría establecerse una definición consensuada pues desde su acuñación “gestó la construcción de varias prácticas diferentes bajo formato similar, pero distantes en cuanto al contenido o la significación respecto del deporte…” 7 En otras palabras, el deporte ha sido usado y entendido como actividad multifuncional y multivalente cuya característica medular es la polisemia.

    El deporte según palabras de José María Cagigal,8 es una actividad difícil de definir porque evoluciona constantemente y día a día se le adhieren nuevos valores, significados, sentidos, sistemas de comportamientos y usos, derivando en una vasta cantidad de planteamientos y posibles definiciones de dicho concepto, de hecho, se podría escribir un libro de puras definiciones del concepto deporte donde se podrían encontrar algunos planteamientos muy similares entre sí y otros diametralmente opuestos.

    El surgimiento y la acuñación del término “deporte” ha sido un proceso que ha dado algunos saltos y tumbos a través de la historia y de un idioma a otro. Miguel Piernavieja establece que el concepto deporte etimológicamente se deriva de algunos vocablos del francés antiguo o del provenzal del siglo XII (“desport” y “desporte”), cuya referencia más antigua se localiza en un poema del duque de Aquitania Guillermo de Poitiers, quien por supuesto no fue quien lo acuñó, sino que lo retoma del léxico de la época.9

    Estos vocablos en este período significaban tanto diversión como ejercicio físico, Por tanto, la expresión “se está desportando” podría interpretarse como “se está divirtiendo” o “se está ejercitando”, Piernavieja por su parte concluye en una síntesis de ambas expresiones considerando que estos vocablos hacían referencia a la diversión que proporciona la práctica del ejercicio físico.10

    A partir de estos vocablos en el período que va del siglo XII al XV comienzan a surgir formas y usos muy similares en varias lenguas romances que de manera constante se utilizaron en la literatura para referirse a una forma particular de juegos, diversiones y prácticas físicas que en varias regiones de Europa como Francia, Italia y España, se llevaban a cabo bajo la forma de rituales caballerescos de preparación para la guerra como la llamada lucha leonesa o los juegos de cañas y la cacería, los carnavalescos como las corridas de toros, los de juego y ejercicio físico como el frontón y los competitivos como las carreras de caballos.11

    Finalmente, la variación etimológica de los términos “desporte” y “desport” que deriva en el concepto castellano “deporte”, aparece hasta el siglo XV conteniendo dentro de sí un cúmulo extenso de actividades, todas ellas con una tendencia muy marcada hacia la recreación (conversación, burla, juego amoroso, canto, tocar un instrumento, reposar y ejercitarse físicamente).12

    Sin embargo, siguiendo a Gonzalo Ramírez, el término deporte utilizado en el siglo XV tendría corta duración, puesto que para el siglo XVI simplemente desapareció “y no vuelve a aparecer (sino) hasta el XIX como sustituto (y traducción) del sport inglés, y por tanto con un nuevo contenido semántico.”13 Según lo postulado por este autor los conceptos donde se desprende etimológicamente el término deporte, por razones y circunstancias poco claras caen en desuso y paulatinamente desaparecen de las lenguas romances o serían sustituidos por el concepto de juego, el cual fue y sigue siendo utilizado como un sinónimo del concepto deporte.

    Posteriormente el curso histórico del deporte (de su concepción) inicia en su versión anglosajona. Juan José Lozano señala el concepto “desport” (por medio de las invasiones) es recogido y llevado a Inglaterra por los normandos en el siglo XIII, donde de nueva cuenta cambia semánticamente pues ahora aparece bajo la forma del neologismo “disport”.14 Con los ingleses el concepto se modifica radicalmente ya que por principio de cuentas el término pierde las dos primeras letras convirtiéndose en monosílabo “Sport”, esto con la intención de hacer un uso más práctico y ágil del concepto, patrón característico de los ingleses aplicado a otros tantos conceptos y palabras.15

    De la misma forma que en los países y en las lenguas romances, poco a poco el uso de este nuevo concepto fue utilizado (en Inglaterra) para referirse a una variada gama de prácticas recreativas, lúdicas y competitivas (como las actividades ecuestres, la cacería, los pasatiempos populares, las danzas, los juegos y las acrobacias), además, comenzó a figurar a partir del siglo XVI en textos de Chaucer, Shakespeare y Byron, así como en el new english dictionary definido como a game of a particular form of pastime “un juego de una forma particular de pasatiempo”.16

    En última instancia a partir del establecimiento de la modernidad de nueva cuenta el concepto deporte cambiaría y perdería un gran porcentaje de la parte lúdica característica de los dos siglos previos, para dar paso a la forma meramente competitiva que es una de las cualidades más distintivas del deporte tal cual y lo conocemos. Esta nueva cualidad (entre otras), sería alimentada por los intereses y las ideologías derivadas de la Revolución Industrial y de la situación prevaleciente de la llamada modernidad.

    En las postrimerías del siglo XVIII y albores del siglo XIX el mundo en general comenzaba a vivir sucesos y procesos significativos que a la larga cambiarían por mucho el rumbo de la historia. Una gama de hechos políticos y sociales se suscitaron llevando a la humanidad a dar un salto enorme en el tiempo. Atrás, muy atrás quedaban las viejas usanzas y el modo de vida de la antigüedad, ahora, se daba el salto hacia la era moderna. El avance tecnológico ofrecía novedosas y fantásticas maquinas que paulatinamente fueron facilitando la vida del hombre, una de ellas (la máquina de vapor) fue la que impulsaría la Revolución Industrial que llevaría a Europa a extender sus relaciones comerciales por casi todo el orbe.17

    La consolidación de ciertos órdenes políticos y económicos permitió al hombre hacerse de más y mejores bienes, además, de obtener mayor tiempo libre, que de igual forma, le permitieron realizar y enfocarse a desarrollar otras actividades entre ellas la práctica del deporte. En el siglo XIX se consolida un modelo de sociedad, de desarrollo, de vida, de política, de gobierno, de modo de producción y de consumo donde los deportes siguiendo ese mismo proceso, desarrollan ciertos patrones vinculados a la Revolución Industrial.

    Aunque tradicionalmente se crea que el deporte moderno es una herencia directa de la Grecia Clásica esto no es así y tal y como afirma Jean Marie Brohm, “los hombres se han dedicado siempre a hacer ejercicios físicos, pero no es suficiente la práctica de los ejercicios físicos para considerar que se hacía deporte.”18 Pues se carecía del sentido de competencia actual. Además, “El deporte, aunque practicado aparentemente desde siempre (se conocen, en efecto, prácticas lúdicas y competitivas en las sociedades llamadas primitivas), no se convierte en una realidad histórica, práctica y social, más que como encarnación efectiva de la categoría de rendimiento, que es, en sí misma, una categoría tardía, de la época industrial.”19

    Resulta importante tener en cuenta lo anterior pues

    Estas reflexiones metodológicas son importantes para la comprensión histórica del deporte en tanto que categoría práctica. El <deporte antiguo>, al que los ideólogos del deporte gustan presentar como el ancestro directo del deporte olímpico moderno, no puede ser comprendido en su forma elemental, embrionaria, más que por comparación con las formas evolucionadas y modernas del deporte industrial capitalista y postcapitalista.20

    Según el autor, ciertos elementos como la competencia y el mercantilismo deportivo ya existían en las antiguas representaciones del ejercicio físico que se ha confundido con “deporte”, pero, fue el desarrollo y el despegue definitivo del capitalismo como modelo económico regidor, que hizo posible que surgiera la forma que actualmente mantiene la actividad cultural que conocemos como deporte, con sus ideales y elementos de valor conformados por la influencia directa del entorno social que le dio origen.

    Por tanto y después de haber hecho un breve recuento histórico de su evolución, podemos definir el término deporte de la siguiente manera: el deporte es el desarrollo de la actividad física normada, regulada y homogénea que representa una competencia entre iguales, basada en valores cuantitativos mesurables como lo son el peso, la altura, la distancia, el tiempo o los puntos que surge en el ámbito de la modernidad donde toma los valores que le han dado la forma que actualmente conocemos.

    Las anteriores definiciones de cada uno de los conceptos que se van utilizar en este trabajo tienen la finalidad de evitar confusiones al lector, pues es algo común que estos términos sean utilizados indistintamente como sinónimos. Como líneas arriba se mencionó, este trabajo se enfocará a describir comparativamente los modos de producción prevalecientes que les dieron origen, con la intención de evidenciar las diferencias que guardan estas dos prácticas corporales. Consideré hacerlo de esta manera debido a que fue la economía la que dio pie y permitió a estas dos actividades que en sus respectivos contextos históricos tuvieran origen y desarrollo.

El ejercicio físico en la Grecia antigua: su carácter bélico y su religiosidad

    Fue gracias al desarrollo de una estructura económica exitosa lo que permitió a los antiguos griegos cultivar actividades como el arte o la ciencia, pues a fin de poder llevar a cabo estas acciones, fue necesario contar con una notable producción de excedentes alimenticios y de riqueza que le permitieran al ser humano un mayor goce de tiempo libre para ocuparlo en la práctica de actividades que poco o nada tuvieran que ver con el trabajo. La base de la economía griega tal y como ocurrió en otras latitudes del mundo antiguo, se basaba principalmente en el modo de producción esclavista, un modelo de producción que utilizaba como fuerza de trabajo, como fuerza productiva, al hombre mismo.21

    En palabras de E. Ciccotti el modo de producción esclavista en la Grecia antigua tiene sus orígenes en la guerra. Aunque cabe mencionar que en un principio los griegos no utilizaban este modo de producción, pero debido a que se comenzó a vivir bajo el sistema de las polis (ciudades estado) fue necesario el desarrollo del sistema de agricultura fija e intensiva que solventara pertinentemente las necesidades básicas de alimentos, lo que a su vez hizo necesaria la apropiación de la tierra y la implementación de las condiciones de la propiedad privada. Entonces, junto con estos factores surge la necesidad de mano de obra y por tanto se dan los comienzos de la instauración del modo de producción esclavista. Según este autor, los griegos en los inicios del modo de producción esclavista, compraban sus esclavos a otros pueblos. “Teopompo atribuía la introducción del uso de comprar esclavos a los chiotas…” que usualmente traficaban con esclavos de origen bárbaro.22

    Conforme fue creciendo la sociedad griega y conforme fueron expandiéndose las ciudades, sus necesidades inmediatas también fueron incrementándose, así que necesariamente tuvieron que aprovisionarse de mano de obra por el medio que fuera para que se trabajase la tierra, la cual, representaba el modo de obtener riqueza, así que, además de la compra se inicia la obtención de esclavos mediante la guerra. “La guerra antigua era, a la vez, caza de esclavos; llevaba sin interrupción material humano al mercado de esclavos, y de esta suerte fomentaba el trabajo servil y la acumulación de hombres… Toda guerra significa apropiamiento de tierras destinadas a la colonización (…) la guerra tiene por finalidad cazar hombres y confiscar tierras para su explotación...”23

    Esta manera de aprovisionamiento de mano de obra y este modo de producción, conllevó a que

    por esta causa, la industria libre quedó condenada a estacionarse en la fase del trabajo a jornal y de encargo, realizado por los hombres sin propiedad. Esto impidió que (…) se originase la prima o ventaja económica que disfrutan las invenciones que ahorran trabajo, como ha ocurrido en los tiempos modernos. Sólo los propietarios de esclavos podían proveer a sus necesidades mediante el trabajo de sus esclavos, y producir más de lo necesario a su conservación. Sólo el trabajo de los esclavos podía producir para cubrir las necesidades propias y para el mercado, cada vez en mayor escala.24

    Fue el apropiamiento de la vida y la fuerza de trabajo de otros hombres lo que permitió a la sociedad griega fundar su modo de vida y florecer como civilización. Esto fue posible gracias al uso de las armas, por lo que se implementó el desarrollo de una fuerza militar de planta al servicio del Estado altamente preparada y cuya preparación se basaba en la constante práctica del ejercicio físico, del ejercicio bélico al que se ha confundido con el deporte.

    Fue por medio de la milicia que los griegos antiguos pudieron hacerse o mantener el control de su territorio, recordemos que en esta época la tierra representa riqueza, su control y trabajo conlleva a su obtención. Así pues, la milicia proveyó la mano de obra requerida para trabajar la tierra y obtener la riqueza. Fue por medio de conquistas y batallas que los griegos se aprovisionaron de los esclavos necesarios para producir los bienes, los alimentos, los servicios y la riqueza que les permitieron dedicar su tiempo a otras actividades.

    Por tanto, el ejercicio físico practicado por los griegos tenía como fin principal preparar a los soldados para la guerra, prepararlos para las condiciones que podían encontrar en batalla (resulta obvio siendo que por medio de la violencia podían hacerse de la mano de obra necesaria para solventar sus necesidades, además, de controlar el territorio y el comercio), por lo que desde niños se les instruía y adiestraba militarmente bajo la tutela de un paidotribes (tutor o entrenador).25

    Por otro lado y a la par de la guerra fue necesario implementar una justificación para el uso de las armas, un discurso ideológico que le diera sustento al modo de producción esclavista y nada mejor que la religión, nada mejor que el discurso religioso para lograr este fin. Fue mediante la celebración de rituales y ceremonias religiosas (como las Olimpiadas), que se justificó el uso de las armas para emprender las distintas guerras de conquistas. Los rituales fueron usados para reforzar la ideología del Estado (el modo de producción y el orden político establecido), el rito era necesario llevarlo a cabo a fin de mantener el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza y el favor de los Dioses, una práctica o una interpretación religiosa muy difundida y encontrada en todos los pueblos del mundo.

    De ahí que se implementaran rituales metafóricos y/o alegóricos que del mismo modo funcionaran en el mundo físico así como en el más “allá”. Un ejemplo claro de lo que decimos lo encontramos en los denominados juegos funerarios, celebraciones con un carácter y un sentido altamente religioso de las cuales tenemos conocimiento por el poeta Homero, quien describe en la Ilíada en el canto XXIII, los juegos que organizó Aquiles en honor de su amigo Patroclo. Estos juegos tenían un sentido evocativo e invocativo, tanto para los dioses como para los muertos y vivos.26

    Recordemos que en esta época la religión tiene una profunda afectación en la vida de los hombres. Estos juegos funerarios en sí eran rituales representativos, debemos tener presente que en la antigüedad se pensaba de manera mítica, las explicaciones a los fenómenos de la naturaleza se explicaban de esta forma pues la religión era la respuesta más sencilla a los fenómenos de la naturaleza y al celebrar estos rituales se buscaba a través y por medio del mito, entender el porqué de la muerte y otros sucesos poco claros y difíciles de entender.

    Las Olimpiadas de la antigüedad surgen de una celebración religiosa, surgen de los rituales y prácticas funerarias, surgen de las competencias que se organizaban cuando un guerrero (como el caso de Patroclo) moría en batalla. Estos concursos continuarían y evolucionarían hasta convertirse en las Olimpiadas de la antigüedad, que del mismo modo, fueron rituales alegóricos (dedicados en honor a sus deidades) que buscaban justificar el uso de la violencia que tanto les había facilitado la vida a los griegos, proveyéndoles de esclavos y de nuevos territorios que potencialmente representaban una futura riqueza, argumentando que era de suma importancia continuar ofrendando a los dioses para agradecerles sus favores en las batallas y en las guerras, lo que hizo posible establecer ese modo de vida del cual gozaban. La forma que encontraron para ofrendar a los dioses fueron las demostraciones de fuerza y destreza físicas en competencias establecidas e impregnadas con un profundo carácter religioso y bélico, pues se creía que la fuerza y destreza física que un guerrero ostentaba, era un favor dado por los dioses.27

    Así que los concursos practicados en la antigua Grecia que conocemos como olímpicos (denominados así porque se celebraban en la ciudad de Olimpia), también mantenían ese sentimiento y sentido religioso muy por encima de lo que algunos autores actuales pretenden denominar como sentimiento “deportivo”. Las Olimpiadas antiguas poco o nada tienen que ver con el sentido actual del deporte y de la competencia, para empezar, las competencias (toda la gama de concursos realizados en la Grecia antigua en los que encontramos a los píticos dedicados a Apolo, los ítsmicos, dedicados a Poseidón, los neméicos, en honor a Zeus, los heráticos en honor a la diosa Hera,28 los olímpicos en honor a Zeus y otros juegos menores de carácter local como los Ateneos y los de Delia29), todos ellos, mantenían el mismo formato: congraciar a sus dioses, puesto que tenían “un carácter ritual sacro, para agradecerles las continuas victorias obtenidas…”30 Las Olimpiadas fueron instaurados para conmemorar la victoria del Dios Zeus en la batalla contra los titanes y donde éste logra derrotar a su padre Cronos, es decir, se conmemora el triunfo de su deidad en una batalla cósmica, por ende, las Olimpiadas vistas como rituales ejemplifican batallas simbólicas y esto a su vez, justifica y permite a los griegos el uso de las armas.

    Podemos decir que había una muy íntima relación entre la guerra y la religión, considero que una actividad justificaba a la otra y viceversa pues el sentido de competencia que tenían estas celebraciones, estaba entremezclado con lo religioso y lo militar. Se buscaba ganar en primera instancia por el favor de los dioses buscando ser recompensado por ellos y traer la buena fortuna a su ciudad, por eso antes del inicio de las pruebas se levantaban ofrendas a diversas deidades solicitando la ayuda divina, el triunfo representaba buenos augurios para el competidor y para su ciudad.

    Las Olimpiadas fueron un escenario más donde se podía demostrar las capacidades bélicas de los soldados, con la particularidad de no tener que llegar a morir, sin ser necesario perder elementos valiosos, o sea, que los atletas triunfadores de las Olimpiadas fueron héroes de guerra en tiempos de paz. Héroes que con su triunfo aseguraban la buena fortuna y el favor de los dioses para sus ciudades en futuras campañas bélicas, que potencialmente hablando, representan la conquista de nuevas y futuras riquezas.31

    Las antiguas Olimpiadas fueron entonces una celebración religiosa más que una celebración “deportiva” tal y como hoy en día se lleva a cabo, en ese sentido, podemos decir que los “juegos olímpicos” de la antigüedad eran un rito representativo, eran una alegoría de lo que en batalla se quería que pasara, los griegos tenían objetivos muy concretos en la guerra, en la victoria de las armas, por tanto destinaron una ardua preparación de sus ejércitos para llevarla a cabo con éxito (la implementación continua del ejercicio físico como educación) y crearon además, un discurso de justificación y validación del uso de las armas.

    Fue la justificación religiosa la mejor solución a esta cuestión ya que fue por medio de la representación de un ritual simbólico y significativo de la guerra (de sus favores y sus usos), que se le hizo comprender a la población la importancia de desarrollar esta actividad y la máxima expresión de este discurso de justificación fue la instauración y continua celebración de las Olimpiadas, un ritual elitista donde sólo los hombres libres podían participar en ellos, ni los esclavos, ni los extranjeros, ni las mujeres.

    Por tanto, queda claro que el ejercicio físico practicado por los griegos en la antigüedad tenía como objetivo el desarrollar un ejército que siguiera manteniendo el modo de producción esclavista, que para esos momentos resultaba propicio como forma de producir riquezas. Las Olimpiadas fueron rituales muy impregnados de simbolismo religioso que buscaba justificar el uso de las armas y perpetuar el modelo de producción esclavista que permitió a quienes lo llevaban a cabo beneficiarse del trabajo de otros y tener mayor goce de tiempo libre para dedicarlo a la práctica de otras actividades.

El deporte moderno: sus implicaciones económicas

    En lo que respecta al deporte podemos ubicar el origen de estas actividades en la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX. La aparición del deporte moderno en este país se debió a una serie de factores sociales derivados de la Revolución Industrial que en gran medida permitieron a la sociedad inglesa tener y mejorar su modo de vida. “El primero y más importante factor del desarrollo deportivo ha sido la aparición del tiempo libre y el ocio gracias al impetuoso desarrollo de las fuerzas productivas.”32

    Definitivamente la revolución industrial influyó profundamente en el modo de vida de la sociedad inglesa de la segunda mitad del siglo XIX, a tal grado que muchas de sus tradiciones culturales adquirieron complejidad al intensificarse y difundirse su práctica. El deporte fue una de ellas y esto fue posible debido a que surgen “diversas innovaciones reales, en la agricultura, transportes, industria, comercio y finanzas…”33

    La bonanza económica de la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX permitió, en primera instancia, la consolidación del deporte y su conversión en práctica profesional. A medida que crecía el número de practicantes y aficionados, también crecieron las posibilidades de éxito comercial, empresarial e industrial del deporte, situación que en la antigua Grecia no encontramos porque como líneas arriba mencionamos, el trabajo estaba estancado en la fase del trabajo a jornal.34

    Algunos teóricos como Carl Diem.35 Proponen que los ingleses tenían peculiaridades afectivas a las apuestas, a los juegos, a la competencia y a las demostraciones de fuerza física. Fue por medio de las apuestas que inicia la inversión económica en el deporte, pues, se montó toda una organización que buscaba a toda costa recuperar el dinero y el tiempo invertidos, además, de una considerable ganancia, aunque en ocasiones esto no fuera tan fácil de conseguir ya que por momentos, obviamente, se tuvieron pérdidas y derrotas.

    Tenemos además el surgimiento de las reglas y la noción de la ética de la competencia deportiva como una medida utilizada para frenar los excesos del comportamiento al momento de practicar deporte, ya que los ingleses, eran asiduos a los excesos del alcohol, la innovación de normar las prácticas deportivas condujo a lo que Norbert Elias denomina como el proceso de deportivización, un proceso inmerso dentro del proceso de civilización que condujo a la transformación de las sociedades preindustriales hacia la modernidad y consistente en la regularización y reglamentación más estricta de las prácticas de ocio como la caza de la zorra o el folk football, a fin de eliminar y disminuir en medida de lo posible los roces violentos. Las regulaciones a los divertimentos, de acuerdo a Elias, es una derivación directa de una misma corriente civilizadora que buscaba tener un íntegro y efectivo control de los medios de violencia por parte del Estado.36

    Richard Mandell por su parte les reconoce a los ingleses la creación de las reglas escritas para los diversos y distintos deportes, además, de la instauración del concepto “récord”, del trabajo en equipo, del juego limpio y la planificación del entrenamiento.37 Jean Marie Brohm establece otra idea acerca del génesis del deporte, Brohm propone rechazar en primer lugar los planteamientos que remiten el origen del deporte al origen mismo del hombre. Brohm plantea que el deporte surge como producto directo del naciente capitalismo implantado en la Inglaterra del siglo XIX.38

    El deporte no es herencia histórica de la antigüedad, las antiguas representaciones obedecían a situaciones específicas como práctica militar y juego ritual y no como práctica competitiva. Para Brohm los clubes y las asociaciones son entidades comerciales que compiten entre sí, mercantilizan tanto con la práctica como con la figura del deportista y junto con el Estado buscan obtener beneficios económicos y políticos pues el deporte es un objeto de mercado, un objeto de consumo, tanto para los practicantes como para los aficionados.

    Por su parte Pierre Bordieu,39 considera que la transición de pasatiempo-rural a deporte se dio en las escuelas públicas inglesas (escuelas de las altas esferas sociales). Estas instituciones le adhieren a los pasatiempos-juegos sus propios valores, sus reglas, su sello particular: “las buenas costumbres” propias de las clases altas buscando transmitirlas a los alumnos y ayudar en su formación, buscando inculcar en ellos el respeto a las reglas, a desarrollar el temple y el coraje, la mentalidad ganadora pero sin olvidarse de las leyes y de que se es un aristócrata ante todo y así diferenciarlo de las clases bajas quienes fácilmente pierden el control de sí y buscan ganar a toda costa, incluso con trampa.

    Fue en los clubes, en las instituciones que expresaban o denotaban alto estatus y que se conformaban por aristócratas, nobles o caballeros lo que llevó al surgimiento del deporte moderno y a la organización de eventos y competencias con las características que conocemos en la actualidad, ya que se estableció una unificación de criterios, conceptos y reglas, además, de instaurar organismos reguladores y visores encargados de supervisar la correcta práctica de la actividad con apego a las reglas y su estricto cumplimiento, al proporcionar árbitros o jueces.

    Los clubes privados primero y luego las escuelas públicas apoyadas por el gobierno, se enfocaron en difundir el deporte, ya que se vislumbró la posibilidad de utilizarlo como medio de control social y como negocio. Fue un instrumento para las organizaciones, federaciones, asociaciones, clubes, escuelas y para el Estado mismo, para en mayor o menor medida influir en las masas, para difundir ideologías y para llevar a cabo fines y objetivos concretos (algunos de ellos muy alejados del deporte).

    En la modernidad cambia la concepción del deporte, ahora su práctica se concibe como un medio de movilidad social, esta situación fue el detonante de masificación en Europa. En cambio, para las elites el significado que tenía el deporte era como actividad de tiempo libre que le brindaba honor y respeto, las clases bajas por su parte, lo interpretaron como un medio para acceder al dinero y como una forma de salir de la pobreza, una forma de cambiar de estatus.40

    Con la modernidad y con el capitalismo se da el definitivo surgimiento del profesionalismo deportivo y a partir de esta nueva concepción, se establece un replanteamiento de la práctica, en función de que se requiere de una optimización sistemática y dosificada de la teoría del entrenamiento, la cual, permite un rendimiento más eficaz y un desempeño atlético superior en la competencia que acerca al atleta a la victoria, al éxito o récord y por ende al dinero. De esta misma premisa surge el aprovechamiento tecnológico disponible en las diversas épocas, a fin de mejorar en medida de lo posible el equipamiento y así facilitar la práctica.

    El entrenamiento debe verse como una inversión trabajo-tiempo que a la larga producirá ciertos beneficios. Los obreros gracias al dinamismo del industrialismo inglés del siglo XIX, poco a poco fueron teniendo mayor tiempo libre que fue utilizado para entrenarse. La modernización de la Inglaterra del siglo XIX permitió el desarrollo urbano, mejores medios de transporte, una estabilidad política, menos guerras, más educación y mayor tiempo de ocio. La modernidad propició un campo fértil para la consolidación del deporte, el cual, pasó de pasatiempo a deporte amateur y de deporte amateur a deporte profesional-espectáculo.41

    El ofrecer un espectáculo intenso, divertido y de alto nivel competitivo atrajo a las multitudes hacia los eventos deportivos quienes estuvieron dispuestos a pagar una entrada a fin de presenciar un encuentro deportivo. Pero a fin de poder ofrecer un espectáculo de alto nivel competitivo, hubo que invertir importantes sumas de dinero en la “materia prima”, es decir, los deportistas, quienes ofrecen su máximo esfuerzo y llevan al máximo sus habilidades corporales como si fueran éstas su mano de obra y ven al deporte como un trabajo más y se consideran a sí mismos como obreros especializados. Por tanto y a cambio de su trabajo exigen un salario, un sueldo y una manera de percibir el suficiente dinero para pagar los sueldos a los deportistas fueron las apuestas y las quinielas “Cabe, por tanto, afirmar que hacia mediados del siglo XIX apuestas y deporte caminaban de la mano, en estrechísima asociación.”42

    Hoy en día a diferencia del ejercicio físico practicado por los griegos en la antigüedad, la noción que se tiene del deporte es la de una actividad más de trabajo enfocada a producir riqueza o valores interpretados de esa manera, “hemos subsumido al sistema deportivo y todos sus fenómenos observables bajo el concepto de proceso de producción deportiva para significar, por un lado, que el sistema deportivo depende de un modo de producción económico dado (capitalista) y, por otro, que el propio sistema deportivo produce mercancías muy particulares: campeones, espectáculos, récords y competencias.”43

    No podemos hablar de deporte si falta el elemento científico, las reglas, la táctica, las mediciones, el entrenamiento o la organización racional, en función de que “El deporte se ha convertido en una actividad seria que moviliza todo el arsenal de los conocimientos teóricos y técnicos del hombre hacia una misma meta. El deporte se ha convertido en la ciencia experimental del rendimiento corporal”, exige medicina, organización y estructura administrativa, negocio y emblema nacional.44

    El deporte por tanto, se basa en el progreso, en batir o imponer una marca, es lo que denominamos como progreso deportivo, pero para que éste sea constante el deporte ha hecho uso de elementos de registro como el cronómetro el cual cambio el sentido y la noción que tenía el deporte en sus orígenes, pues en definitiva, transformó el paradigma y los objetivos, pues si antes sólo se pensaba en ganar con el cronómetro se pensó en ganarle a todos. Recordemos que la medición del tiempo representa competir contra los mejores de la historia comparando los registros “El récord es un idioma que une al deportista debutante con el campeón de todos los tiempos…”45

    Es precisamente la noción de imponer un nuevo registro, un nuevo record, la medida o el valor cuantitativo con el cual se mide el esfuerzo de cada deportista, de cada hazaña, es el modo de calcular el valor de la hazaña realizada. Todos los atletas en la línea de salida son iguales, pero en la llegada es donde se dan las diferencias. Esto lleva a la selección de los mejores deportistas por un principio básico: la marca.

    El récord es la representación cuantitativa del esfuerzo individual, la medida de su potencial y conforme lo vaya desarrollando mostrará mayores valores cuantitativos. A diferencia de los griegos, que solo se enfocaban a ganar, hoy en día en el deporte moderno, no sólo se busca ganar, sino que se busca ser el mejor en el tiempo y en el espacio, se busca progresar constantemente, se busca trascender dejando un precedente cuantitativo que incluso puede perdurar más allá de la vida deportiva del atleta: el récord.

    Por tanto, el deportista, el atleta en la modernidad, representa la figura un trabajador más, un asalariado sujeto a explotación, porque sobre él se encuentran valores e inversiones impuestas que en cierta manera reproducen las formas de producción capitalista, por ejemplo, Rigauer dice “el principio de rendimiento se ha desarrollado históricamente a partir de la producción capitalista industrial, es decir, a partir de la búsqueda del máximo beneficio, en relación con los valores socioculturales y sociopolíticos y las reglas normativas.”46 A. Wohl afirma que “en la búsqueda, característica del deporte moderno, de la capacidad de marcas superiores, de récords de rapidez y del desarrollo completo de la capacidad motriz, se refleja simplemente el desarrollo de la técnica moderna industrial y de sus exigencias.”47 Estos elementos que actualmente se encuentran inmersos dentro del deporte, son los que a grosso modo diferencian el deporte moderno actual del ejercicio físico practicado en la antigüedad por los griegos.

Conclusión

    En los contextos históricos de la Grecia antigua y la época moderna, es posible observar como el ejercicio físico y el deporte se vieron favorecidos por la imposición, por la puesta en marcha de modelos económicos específicos (el esclavismo y el capitalismo) que les permitieron a sus respectivas sociedades hacerse de los excedentes necesarios para solventar las necesidades primigenias y esenciales para la vida, además, de permitir el goce de un mayor tiempo libre el cual les permitió ocuparlo en el cultivo y desarrollo de otras actividades.

    También, es importante recordar que los valores impuestos a cada una de las prácticas no eran los mismos: el ejercicio físico practicado por los griegos en la antigüedad estaba cargado de un simbolismo religioso y de valores bélicos, en cambio, el deporte actual se ve cargado de valores de producción, de plusvalía y de un muy arraigado culto al dinero que circula en torno a la instauración de nuevas y mejores marcas.

    Por último me resta decir que estas dos actividades corporales (el ejercicio físico y el deporte), tienen diferencias muy marcadas entre sí que no pueden pasar desapercibidas para los investigadores y sólo indagando a profundidad las afectaciones sociales que generaron y los objetivos que cada una de ellas buscaba en sus respectivos contextos, se podrá revelar claramente las desigualdades que las separan y así finalmente concluir que el ejercicio físico practicado en la antigüedad por los griegos no es el precedente directo del deporte moderno.

Notas

  1. Juan L. Hernández, María Eugenia Martínez, “Estudio sobre la historia de la educación física y el deporte que se enseña y que se aprende en el sistema universitario español”, Universidad Autónoma de Madrid.

  2. Gabriel Flores Allende, “La Actividad Física y su contexto”, La Gaceta, UDG, lunes 5 de febrero 2007, año 6, edición 469, sección deportes, p. 21.

  3. Basándome en la descripción que realiza Malet y Maquet de la armadura que portaban los hoplitas, he estimado que ésta tenía un peso relativo de entre 20 y 25 Kilogramos de peso ya que estaba constituida en su mayoritariamente de bronce. Alberto Malet, Carlos Maquet, Curso de historia universal, Grecia, Buenos Aires, Hachette, No. 49, 1943, p. 41.

  4. Herodoto, nunca menciona dicho mito lo único que refiere es que este mensajero recorrió la distancia de Atenas a Esparta (unos 230 K.), para solicitarles ayuda y batallar contra los persas. Herodoto, Los Nueve libros de la historia, libro sexto Erato, capítulo CV referente a las guerras médicas, México, Editorial Porrúa, Colección “sepan cuantos”, N 176, 2000, p. 287, 291.

  5. John Lucas, “A history of marathon race, 490 b.c. to 1975”, en Journal of sport history, Vol. 3, No. 2, 1976, pp. 120-138.

  6. Waldo E. Sweet señala que el término gimnasia se deriva del vocablo griego Gymnos que significa desnudez, forma en la que se llevaba a cabo tanto el entrenamiento como la práctica del ejercicio físico. Waldo E. Sweet, Sport and recreation in ancient Greece, a sourcebook with translations, New York, Oxford University Press, 1987, p. 111.

  7. Carlos Carballo, Néstor Hernández, Laura Chiani, “Acepciones del concepto deporte, polisemia e investigación”, en EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, año 8, N. 57, febrero 2003, fecha de consulta 21/09/08 http://www.efdeportes.com/efd57/deporte.htm

  8. José María Cagigal, El deporte en la sociedad actual, prensa española, magisterio español, Madrid, 1975, p. 21.

  9. Jesús Paredes Ortiz, El deporte como juego: una análisis cultural, tesis de doctorado, Universidad de Alicante, 2002, p. 45.

  10. Miguel Piernavieja, citado en, Antonio Hernández Mendo, “Acerca del término deporte”, en EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, año 4, N. 17, diciembre 1999, fecha de consulta 21/03/07, http://www.efdeportes.com/efd17/deporte.htm

  11. Gonzalo Ramírez Macías, “Deporte en la edad media: reflexiones teóricas”, en EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, año 11, N. 96, mayo 2006, fecha de consulta 21/04/07, http://www.efdeportes.com/efd96/em.htm

  12. Gonzalo Ramírez Macías, “Deporte vs. Juego. A la búsqueda de un concepto integrador”, en EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, año 10, N. 94, marzo 2006, fecha de consulta 21/04/07, http://www.efdeportes.com/efd94/deporte.htm

  13. Id.,

  14. Juan José Lozano Pino, “reflexiones acerca de la construcción del concepto de deporte en España”, en Puertas a la lectura, revista, N. 4, 1996, pp. 11-15, Universidad de Extremadura.

  15. Paredes, op. cit., p. 134.

  16. Ramírez Macías, “Deporte vs…” op. cit.,

  17. T. S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, México, FCE, Breviarios, 1986, séptima reimpresión. Apud,

  18. Jean Marie Brohm, Sociología política del deporte, 1982, México, FCE, p. 27.

  19. Id.,

  20. Brohm, Ibid., p. 28.

  21. “La noción de fuerzas productivas surge cuando consideramos los elementos del proceso de trabajo –la fuerza de trabajo, por una parte; el objeto de trabajo y el medio de trabajo, que en conjunto forman los medios de producción, por otra-, en cuanto a su naturaleza, a sus dimensiones, a sus relaciones y a la intensidad de su uso en el contexto de un medio histórico determinado (lo que implica tomar en cuenta el medio ambiente, los conocimientos técnicos en un sentido amplio y las estructuras sociales).”, Ciro F. S. Cardoso, Héctor Pérez Brignoli, “Historia económica e historia de la agricultura: perspectivas metodológicas y líneas de investigación” en, Historia Económica de América Latina, Tomo I, capítulo uno, Barcelona, España, E. Grijalbo, cuarta edición, 1987, p. 27.

  22. Ettore Ciccotti, La esclavitud en Grecia, Roma y el Mundo Cristiano, apogeo y ocaso de un sistema atroz, Barcelona, editorial circulo latino, colección el árbol sagrado, 2005, p. 49.

  23. Max Weber, “La decadencia de la cultura antigua, sus causas sociales”, en A.A. V.V. La transición del esclavismo al feudalismo, Madrid, España, editorial Akal, 1989, p. 40.

  24. Id.,

  25. José María Blázquez Martínez, María Paz García-Gelabert, “El origen funerario de los juegos olímpicos”, en Revista de arqueología, No. 140, diciembre 1992, pp. 28-39.

  26. Homero, La Ilíada, canto XXIII, Madrid, Fraile, 1994, p. 59.

  27. Un ejemplo similar al practicado e implementado por los griegos en la antigüedad, lo encontramos en Mesoamérica y me refiero al juego de pelota que tal y como lo describe Florescano: “En el posclásico el juego de pelota está más vinculado con ritos militares…” es decir, un ejercicio físico que se ha interpretado tradicionalmente como juego, es en realidad un ritual que buscaba justificar el uso de las armas y buscaba mantener el orden político y económico establecido. El juego de pelota prehispánico, en cierta forma, mantenía un sentimiento muy similar al ejercicio físico practicado por los griegos en la antigüedad: el de una práctica física, religiosa y militar. Enrique Florescano, Quetzalcóatl y los mitos fundadores de Mesoamérica, México, editorial Taurus, 2004, p. 335.

  28. Estos juegos, eran los únicos en donde se permitía la participación femenina ya que estaban dedicados a una diosa. Ibone Lallana “La mujer y los Juegos Olímpicos: análisis a través de los medios de comunicación. Retos para Beijing 2008, Barcelona, Centro de Estudios Olímpicos, UAB, 2005, pp. 1-31.

  29. José María Blázquez Martínez, “Circo y fieras en la Roma antigua, pantomimas y naumaquias”, en Jano, Vol. 119, 1974, pp. 91-97.

  30. Blázquez Martínez, García-Gelabert, “El origen funerario…” op. cit., p. 29.

  31. Blázquez Martínez, “Circo y Fieras…” op. cit., p. 97.

  32. Brohm, op. cit., p. 75.

  33. T. S. Ashton, La revolución industrial, México, FCE, Breviarios, sexta reimpresión, 1987 p. 72.

  34. Ciccotti, op. cit., p. 51.

  35. Carl Diem, citado en Roberto Velásquez Buendía, “El Deporte Moderno. Consideraciones acerca de su génesis y de la evolución de su significado y funciones sociales”, en EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, año 7, N. 36, mayo 2001, fecha de consulta 21/04/07, http://www.efdeportes.com/efd36/deporte.htm

  36. Norbert Elias, Eric Dunning, Deporte y ocio en el proceso de civilización, México, FCE, 1995, pp. 27-34.

  37. Richard Mandell, Sport: a cultural history, New York, Columbia University Press, 1984, Apud

  38. Jean Marie Brohm, op. cit., p. 30.

  39. Pierre Bourdieu, “Sport and social class”, en Social science information, 17, 6 (1978), pp. 819-840.

  40. Bourdieu, op. cit., p. 823.

  41. Tony Mason, El Deporte de la Gran Bretaña, Madrid, editorial Civitas, 1994, Apud.

  42. Mason, Ibid., p. 131.

  43. Brohm, op. cit., p. 14.

  44. Brohm, Ibid., p. 34.

  45. Brohm, Ibid., p. 91.

  46. Bero Rigauer, Sport and Work, New York, Columbia University Press, 1981, p. 62.

  47. A. Wohl, citado en Brohm, op. cit., p. 111.

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Hemerografía

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