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Efecto de una estrategia de intervención educativa en el desarrollo

de competencias saludables y estilo de vida 

en jóvenes universitarios chilenos

 

*Dr. en Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada

Mg. en Administración Educacional UPLACED

Profesor de Educación Física

Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile)

**Dr. en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

Universidad de Granada (España)
***Dr. en Ciencias de la Educación Física

Profesor Titular Universidad de Playa Ancha

de Ciencias de la Educación, Valparaíso (Chile)

****Dr. Laboratoire d'Etudes de la Motricité Humaine

Faculté de Sciences du Sport et de l’Education

Physique Université de Lille 2 (Francia)

Luis Espinoza Oteiza*

lespinoz@ucv.cl

Jesús Viciana Ramírez**

jviciana@ugr.es

César Oliva Aravena***

coliva@upa.cl

Patrick Pelayo****

pelayo@hp-sc.univ-lille2.fr

 

 

 

 

Resumen

          La presente publicación, es producto de un estudio desarrollado en universidades del Consejo de Rectores de Valparaíso. Su propósito principal fue Evaluar el efecto, que una Estrategia de Intervención Educativa, tiene sobre el desarrollo de Competencias Saludables y en el Estilo de Vida de la población estudiantil universitaria. Metodológicamente se aplicó la Estrategia de Intervención Educativa (EDIE), durante un semestre académico, a una muestra de 150 estudiantes universitarios sedentarios a través de un programa de curso denominado Autocuidado y vida saludable. EDIE, implicó inducir el desarrollo de Competencias Saludables, estimulando el compromiso personal en los sujetos, para alcanzar un Estilo de Vida más sano. En el proceso, se trataron como contenidos de aprendizaje cuatro determinantes de la salud declarados por el Ministerio de Salud de Chile. La experiencia involucró teoría y práctica en sala, laboratorios, medio ambiente natural y urbano de la ciudad, utilizando como estrategias de logro, la reflexión, auto y co-evaluación e incorporación de compromisos personales de cambio. Los resultados del estudio demostraron que EDIE fue eficaz en el desarrollo de Competencias Saludables y en la modificación del Estilo de Vida de los estudiantes.

          Palabras clave: Asociatividad. Actividad física. Autocuidado. Competencias saludables. Deporte. Educación Física. Estilo de Vida. Intervención educativa. Vida activa

 

Abstract

          This research is a consequence of a study developed within the Universities of Directors of Valparaiso’s Council. The aim was to verify the effect of an Educative Intervention Programme on the development of Healthy Competencies and students’ Style of Life. During six months, the Strategy of Teaching Intervention (STI) was applied to a sample of 150 sedentary college students through a program called ‘Self-care and Healthy Life’. We induce and develop the Healthy Competencies, stimulating the personal commitment of the sample to reach a healthier Style of Life. During the process, four determinants of health, as learning contents declared by the Ministry of Health of Chile, were developed. Theory and practice, laboratories and natural-urban environment sessions were developed within the process. We used reflection, personal commitments of change and evaluation as training strategies. Results of the study demonstrated that STI was effective and enhance Healthy Competencies. The Style of Life of college students was modified as well.

          Keywords: Associability. Physical activity. Self-care. Healthy competition. Sport. Physical Education. Lifestyle. Active intervention

 

          El presente artículo, constituye un segmento de la Tesis Doctoral del candidato y está basado en parte de una investigación financiada con fondos del concurso
público 2007 de Proyectos FONDEPORTE, área de Ciencias del Instituto Nacional de Deportes de Chile.


 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 144 - Mayo de 2010

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Introducción

    Los factores que influyen sobre el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), como el sedentarismo y una nutrición inadecuada (MINSAL 2001), se ven aumentados en el proceso de educación universitaria, (Macmillan; Aranguiz; Espinoza y cols. 2007), generando el desarrollo de potenciales adultos profesionales con sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Por lo cual las estrategias de intervención con un objetivo preventivo y profiláctico en salud, toma una importancia fundamental sobre el impacto que puede provocar en los jóvenes. Una de las formas de establecer compromisos sobre el propio autocuidado de los alumnos, radica en las actividades que involucren mayor adherencia, (Espinoza, 2008), como actividades al aire libre, de interés personal y con un alto nivel de asociatividad.


    Según lo anterior, en el presente artículo se plantean cuatro ideas fundamentales como problemas a desarrollar; en primer lugar en qué medida se comprometen los estudiantes en mejorar su estilo de vida cuando participan en programas educativos sistemáticos de autocuidado; en segundo lugar, si es posible avanzar en el desarrollo de competencias saludables; verificar que factores mediatizan el desarrollo de estilos de vida en la población estudiantil y finalmente contrastar diferencias por género con el propósito de atender de manera diferenciada o sin distinción a los diferentes grupos poblacionales.

Marco conceptual

    En el marco del programa de universidades chilenas saludables, estudios previos realizados en población universitaria, confirman la tesis que la salud depende más de los efectos preventivos que de los terapéuticos, así como también se reportó que la intervención educativa sistemática, inducida y fundamentada en el desarrollo de competencias saludables, fue efectiva en la disminución de los factores de riesgo y daño en la salud en los sujetos de la muestra. (Espinoza y cols. 2007).

    Entre los distintos factores de riesgo evaluados, el que mostró mayor sensibilidad al efecto de la variable independiente fue la obesidad, padecimiento informado en múltiples publicaciones, que afecta a la mayoría de los países desarrollados y que actualmente en Chile se ha venido constituyendo en una enfermedad que aflige tanto a la población infantil, así como también a hombres y mujeres adultos.

    En el “estudio prospectivo de obesidad, condición física y hábitos de actividad física en estudiantes universitarios de la 5º y 8º Regiones” (Aranguiz y Cols. 2007), en la región de Valparaíso se evaluó la condición nutricional y los factores de riesgo para la salud de una muestra aleatoria de 371 estudiantes. Entre los resultados obtenidos se encontró que el IMC era más alto en varones que en mujeres. Del total de los varones evaluados, el 32% presentaba sobrepeso u obesidad, a diferencia de las mujeres en donde los resultados reportaron que el 19% presentaba sobrepeso y obesidad.

    Un elemento importante observado en este estudio fue constatar que existía un porcentaje, no menor de sujetos (27.3%) en que su apreciación personal no concuerda con su condición nutricional según IMC, indicando que muchos de ellos han dejado de preocuparse por sus factores condicionantes de riesgo, como la nutrición, encontrándose con la sorpresa de sus IMC más elevados. Los resultados de la encuesta nacional de salud MINSAL (2003), muestra resultados similares, lo que se contrasta con estudios en escolares, en donde el sobrepeso y obesidad es mayor en mujeres que en varones.

    Con respecto a variable sedentarismo en el estudio universitario, se encontraron valores de 73% para las mujeres y 51% para los varones. Según una encuesta del MINSAL (2001) el 79% de los adolescentes entre 15 y 19 años es sedentario. El mayor motivo que se expresa porque los alumnos de la PUCV, no realizan actividad física es por falta de tiempo (50.6%), también se puede inducir indirectamente una mala organización del tiempo por parte de los sujetos. (Macmillan; Aranguiz; Espinoza y cols. 2007).

    El sobrepeso y la obesidad, es un trastorno nutricional, que como tal, se encuentra asociado a estados de angustia y depresión, en un estudio realizado en 100 adultos con sobrepeso y obesidad, se determinó que el 61% de los individuos poseía algún trastorno de ánimo (Tapia A. & Masson L. 2006). Por su parte, el estudio AVENA realizado en cinco ciudades y en una muestra de 2.000 jóvenes españoles, el reporte de Marcos A. (2005), informa que los adolescentes con índices de sobrepeso y obesidad presentaron marcadores inflamatorios, un indicador de riesgo cardiovascular y aunque probablemente durante su juventud no sufrirán de infarto, los investigadores recomiendan prevenir el daño cardiovascular incipiente, dado que sería reversible si se actúa sobre la actividad física y la dieta. Los mismos indicadores fueron descubiertos en adolescentes extremadamente delgados, indicando que los trastornos de alimentación ya sea favoreciendo la obesidad o la anorexia incidirían de igual modo en desarrollar patologías coronarias.

    Otro estudio del grupo AVENA, en cuanto al hábito del consumo de tabaco y su relación con la práctica de actividad física (Tercedor y cols. 2007), informa que de acuerdo a datos del European School Survey Project on Alcohol and Drugs2, a los 15 años el 30% de los escolares europeos fumaron al menos un cigarrillo, proporción que llega hasta el 38% en los países del Este. En el análisis de la relación entre la práctica de actividad física y el consumo de tabaco se muestra una tendencia a fumar en menor cantidad o incluso a no hacerlo por parte de los sujetos físicamente activos. Un 80,9% de los activos dicen no fumar frente al 71,4% de los no activos. Este hallazgo, según los investigadores citados, muestra la relación significativa existente entre la práctica de actividad física y el consumo de tabaco, coincidiendo con otros estudios nacionales.

    Se sabe que el tabaco, es la segunda droga de mayor consumo después del alcohol y además la puerta de entrada para el consumo de otras drogas. La prevalencia en diciembre 1999 era de 43%, con una variación entre 27.5% en 8° básico y 54.1% en 4° medio (Mineduc, Minsal, Conace, 2000), al respecto la encuesta sobre calidad de vida y salud CVS2006, presenta algunos datos alentadores aunque de baja significancia estadística. En este sentido las referencias del Consejo Nacional para la Promoción de la Salud (2006), nos alertan que el aumento de los indicadores de riesgo, generan como consecuencia directa, mayores gastos médicos, baja autoestima, problemas de adaptación y deficiencias en las relaciones interpersonales.

    Por su parte como es sabido, nuestro país ha suscrito como desafío gubernamental para el 2010, el desarrollo de una política de estado en promoción de salud de carácter intersectorial y participativa, que impulse el cambio de estilo de vida, genere ambientes saludables e involucre activamente a la población. Al respecto el MINSAL, reconociendo que la calidad de vida es central para un desarrollo integral y que requiere la incorporación de diversas miradas, ha asumido la tarea de readecuar las acciones de salud pública con el objeto de responder a las demandas del actual perfil epidemiológico, demográfico y social del país, reforzada por la abundante evidencia que la salud depende más de los determinantes que de la atención terapéutica.

    Experiencias exitosas de programas de intervención, como el “Desafío Canadiense en la Promoción de la Salud”, y los efectos del impulso dado a la “Promoción de la Salud y actividad física en Chile como política prioritaria” (Salinas y Vio, 2003), a nuestro juicio, valida el presente problema de investigación que se informa, el cual se focaliza en determinar el nivel de influencia que ejerce la estrategia de intervención educativa, en el desarrollo de Competencias Saludables y en la modificación que esta produce en el estilo de vida de los estudiantes universitarios chilenos.

    Lo expresado se fundamenta en un propósito preventivo y de promoción de la salud, donde su objetivo principal es dotar a la comunidad estudiantil de herramientas amigables que permeabilicen el curriculum educativo con un modelo de formación ecológica, capaz de estimular transformaciones sociales cuyo horizonte sea el desarrollo de hábitos perdurables de vida activa y sana en la población estudiantil.

    La Estrategia de Intervención, aplicada se entiende como ayuda, respaldo, colaboración y mediación en el proceso formativo de los sujetos durante el tratamiento experimental, de esta forma, EDIE, como tecnología educativa para facilitar el logro de los aprendizajes, entre otros aspectos implica interactividad entre el docente y el alumno sujeto del estudio. Es decir el proceso inductivo requiere de la participación del alumno de manera activa y comprometida con el logro, buscando en conjunto con el profesor y su grupo de pares, una de las características principales de la intervención: posibilitar los aprendizajes significativos y el desarrollo de competencias personales saludables (Espinoza, 2008).

    Para propiciar tales condiciones, el método de conducción pedagógica e interacción profesor – sujeto, aplicado en el presente estudio como parte de la estrategia de intervención educativa, se construyó a partir de las directrices didácticas recomendadas por Ahumada (2001) y Viciana (2002), respecto al uso de la evaluación en una concepción de aprendizaje significativo y a las competencias interactivas que debe manejar el docente durante el proceso de enseñanza respectivamente. (Figura 1)

Método de intervención pedagógica e interacción profesor estudiante para el desarrollo de competencias saludables (*)

Didáctica de la intervención

que realiza el profesor (**)

Participación e intervención del estudiante durante el proceso (*)

Se anticipa a las dificultades que presentan las tareas y contenidos de aprendizaje.

Es desprovisto de prejuicios y ofrece ayudas cada vez que sea necesario.

Presenta tareas desafiantes y motivantes, capaces de ser alcanzadas por los alumnos.

Transmite entusiasmo.

Gradúa el tipo de exigencia en función de los propósitos de la tarea y de las capacidades individuales de los sujetos.

Empatiza con los contenidos tratados y con las dificultades y logros de los estudiantes.

Promueve la autoevaluación y co-evaluación de los procesos de comprensión de los contenidos.

Estimula la reflexión en torno a lo personal, al concepto de Sí Mismo y en vinculación a las tareas resueltas o por resolver.

Acepta los desafíos que implican los contenidos de aprendizaje.

Internaliza y vivencia los contenidos de vida sana.

Reflexiona en torno al autoconcepto físico.

Internaliza que los aprendizajes significativos implican el desarrollo personal de competencias saludables.

Pregunta y estimula la enseñanza del profesor.

Investiga.

Se autoevalúa y participa en procesos de co-evaluación.

Debate y argumenta fundamentándose en sus investigaciones.

Acepta las críticas y sugerencias.

Se fija metas factibles de alcanzar.

Se compromete con el logro.

Logra competencias saludables.

Modifica hábitos de vida.

Figura 1. Directrices didácticas del programa de intervención educativa

(*) Espinoza L. (2008). Efecto de una estrategia de intervención educativa basada en competencias 

saludables sobre el autoconcepto físico en estudiantes universitarios de Chile. Proyecto de Tesis Doctoral.

(**) Ahumada P. (2001). La evaluación en una concepción de Aprendizaje Significativo. Modelo adaptado.

El problema

    En el I Congreso Internacional de Calidad de Vida y II Encuentro Nacional de Universidades Promotoras de la Salud realizado en Concepción - Chile, el estudio referido al “Efecto de EDIE en la formación de hábitos de vida activa y saludables en estudiantes de la PUCV”, Espinoza (2007), reporta una correlación positiva entre intervención educativa y logro de aprendizajes en los determinantes de la salud observados.

    En este sentido, se concluyó que el programa de intervención educativa fue sensible a las modificaciones conductuales de los sujetos en el corto plazo, aunque no fue posible con este estudio preliminar, asegurar si los cambios pueden tener permanencia en el tiempo. No obstante, se observó inicialmente en los sujetos, bajos conocimientos en cuanto a los factores protectores y de riesgo en salud, los que una vez adquiridos durante el proceso, ejercieron influencia positiva en la disposición hacia la actividad física y la alimentación sana.

    En consecuencia y en la misma línea de indagación, el problema que se intentó abordar a través del presente estudio, se resume en las siguientes preguntas de investigación:

  • ¿En qué medida se comprometen los estudiantes universitarios en mejorar su estilo de vida?

  • ¿Es posible avanzar en el desarrollo de Competencias Saludables en el estudiante universitario?

  • ¿Qué factores mediatizan el desarrollo de los estilo de vida de la población en estudio?

Objetivo del estudio

    Evaluar el Estilo de Vida que presenta la población universitaria y el efecto que en ella produce la aplicación de una Estrategia de Intervención Educativa, especialmente sobre la obesidad y el sedentarismo como factores de riesgo en la salud.

    Identificar las variables que mediatizan el desarrollo de hábitos de vida saludable.

    Evaluar el impacto, que una Estrategia de Intervención Educativa, tiene sobre el desarrollo de Competencias Saludables en los estudiantes universitarios.

    Evaluar el nivel de compromiso que asumen los estudiantes universitarios al incorporarse a programas sistemáticos orientados a la prevención de la salud.

Metodología

Tipo de estudio

    Estudio de diseño cuasi-experimental con muestreo de conveniencia de grupos de estudiantes equivalentes. Se decidió adoptar este tipo de diseño, por la dificultad de conformar de manera aleatoria los grupos que reciben el tratamiento. Además las características del estudio, precisan trabajar con estudiantes en situaciones reales de dinámica universitaria, considerando un elemento relevante de la investigación garantizar que los sujetos se mantengan fieles al tratamiento por el período (un semestre) que dura la experiencia.

    La estrategia de intervención, (aplicada y validada en dos estudios previos, realizados en población universitaria), está constituida por un programa de carácter inductivo, estructurado en sesiones de clases/taller, de 45 minutos de duración cada una. Se realizan dos sesiones a la semana, separadas o secuenciales según las características de la unidad de aprendizaje tratada en la(s) sesión(es) respectiva(s). En estas sesiones, se tratan sistémicamente los cinco determinantes de la salud declarados por el MINSAL, Alimentación; Vida activa/actividad física; asociatividad; ambientes libres de tabaco/drogas y respecto por el medio ambiente.

    Por otra parte el programa, como estrategia de intervención educativa, implica que los sujetos logren aprendizajes de autocuidado y desarrollen competencias saludables. El método está basado en el constructivismo y en la significancia que alcancen las experiencias vividas por los sujetos del estudio. Por tanto se estimula la participación activa de los sujetos, a través de diferentes perspectivas y medios, como ser: auto y co-evaluación; reflexión, vivencia y experimentación; uso del medio ambiente natural y urbano de la ciudad para las experiencias prácticas, entre otras posibilidades. En síntesis los participantes asimilan el conocimiento; saben hacer sobre la base de este conocimiento; valoran y en consecuencia modifican actitudinalmente su comportamiento; finalmente adquieren habilidades interpersonales para convivir, enfrentando a través del autocuidado las dificultades propias presentes en la realidad.

Población y muestra

    Estudiantes de 2° a 4° años de carreras no vinculadas a la enseñanza de la actividad física y el deporte. Hombres y mujeres sedentarios sanos de entre 20 y 24 años, de dos (2) universidades del Consejo de Rectores de las universidades de la Región de Valparaíso.

    Se conformaron cuatro grupos de trabajo para el proceso de intervención o experimento; tres grupos de la PUCV y uno de la UV. En el primer caso se trabajó con tres cursos paralelos del plan de estudios generales denominado “Autocuidado y vida saludable” cada uno de ellos integrado por 50 estudiantes, hombres y mujeres, que participaron de la experiencia.

    En la U.V. fue seleccionado un curso del programa de actividades extracurriculares de dicha institución universitaria, integrado por 30 estudiantes distribuidos en hombres y mujeres pertenecientes a diferentes carreras de esa universidad. En total el grupo experimental estuvo conformado por 180 sujetos.

    El grupo control se conformó con una selección aleatoria de 30 estudiantes extraídos de cursos de estudios generales por cada universidad, aislando a los estudiantes que tienen las características del grupo experimental. Lo anterior, con el propósito de disminuir al máximo posible los factores de invalidez interna. En este mismo sentido, se consideraron las recomendaciones de Wiersma, citadas por Hernández (2003), en el sentido de homogeneizar los grupos en todas aquellas características relacionadas con las variables estudiadas de forma de equipararlos en cuanto a edad, años de estudio, sexo, nacionalidad y en general en todas aquellas cualidades que generan diferencias entre los grupos y posible contaminación de los resultados.

Procedimiento de recolección de la información

    Aplicación del procedimiento en grupos de estudio conformados previamente.

    El grupo experimental, que recibe el tratamiento, fue conformando por estudiantes de distintas carreras. Se les ofertó curso-taller, denominado “Autocuidado y vida activa saludable” el cual se administró por el equipo de investigadores durante el segundo semestre académico 2007.

    Durante la ejecución del protocolo de intervención educativa, se procedió a las mediciones en concordancia a lo expresado en la programación del estudio.

Instrumentos de recogida de datos

  • Cuestionario: “Estilo de vida saludable”. Instrumento canadiense adaptado por el programa Vida Chile y denominado ¿tienes un estilo de vida fantástico?

  • Cuestionario de evaluación de “Competencias Saludables” denominado “Aprendizajes de Vida” (ADV) elaborado por el investigador principal del presente estudio.

  • Instrumento de Registro y Seguimiento de Compromisos Personales. (RYSC)

  • Peso y Talla para cálculo del IMC.

Resultados

1.     Estilo de vida y factores de riesgo asociados a la salud

1.1     Estilo de vida

    En figura 1, se observa que el 66% del grupo de estudio presenta una buen o excelente “Estilo de vida” y por otro lado, un 16 % se ubica en la categoría bajo la normalidad. En cuanto a la distribución por género observado de la figura 2, comparativamente se aprecia que las mujeres tienen un estilo de vida más saludable que los hombres, aunque son equivalentes en la zona denominada de “riesgo”.

1.1.     Efectos de la estrategia de intervención sobre el estilo de vida

    Los valores porcentuales observados en la figura 5, y el gráfico de dispersión de la figura 6, indican que el grupo con intervención educativa, presenta un cambio con tendencia hacia un estilo de vida más favorable en comparación del grupo testigo que no recibió el tratamiento. En el primer caso, se observa que el grupo experimental modifica en 12.16% la curva desde un nivel de normalidad hacia un nivel de excelente estilo de vida, reduciéndose además el nivel bajo y la zona de riesgo.

    Los valores del grupo experimental, se ven reforzados al observar las variaciones del grupo control, en donde, por una parte, el promedio de los valores entre normalidad y excelencia no presenta cambios (figura 7) y por otra parte (grupo testigo), la curva tiende hacia el factor de riesgo (figura 8)

1.2.     Obesidad y sobrepeso

    Si bien los promedios de peso y talla en su conjunto, reflejan que el grupo de estudio se encuentra en normalidad en una observación detallada en categorías, se aprecian características diferenciadoras. En primer lugar, mayoritariamente el grupo de estudio se encuentra en la categoría de normalidad respecto a este factor de riesgo, no obstante en el análisis se visualiza que cerca del 50% del grupo de estudio se encuentra con alteraciones nutricionales, ya sea ubicadas en niveles de sobre peso o bajo peso.

    En segundo lugar otra característica diferenciadora de la población se establece en el género, en donde por una parte el bajo peso es mayoritariamente problema de las mujeres, en cambio el sobre peso se da en mayor medida en los hombres.

    Finalmente, en el grupo de estudio, se observa obesidad tipo 1 sólo en las mujeres.

1.2.1.     Efectos de la estrategia de intervención sobre la obesidad y el sobrepeso

    Sobre el análisis de la observación de las categorías del IMC, el grupo intervenido reduce en cerca de 10 puntos porcentuales el nivel de sobre peso y aumenta en 7.32% el nivel de normalidad. No obstante el cambio positivo en dichas categorías, se observa un aumento perceptible en el bajo peso y el nivel de obesidad tipo 1 se mantiene inalterable (figura 11). Por otra parte el grupo testigo mantiene los valores inalterables entre las dos mediciones.

1.3.     Sedentarismo y práctica deportiva

    Los datos observados en figura 13, reportan que más del 50% de los sujetos presentes en el estudio, nunca o rara vez realizan actividades deportivas o vinculadas con su práctica. Del mismo modo, los valores se acercan a la tendencia del sedentarismo a nivel nacional. En este caso, el 88% de los sujetos evaluados, realizan menos de tres veces a la semana práctica deportiva (sedentarios).

    La figura 14, también muestra una tendencia nacional con relación a las diferencias de género en la práctica deportiva. Es posible observar que en cada uno de los grupos que practica deporte, los hombres presentan perceptiblemente, una tendencia porcentual mayor que las mujeres. Esta diferencia se revierte en la misma proporción a favor de las mujeres, entre quienes nunca o rara vez se ejercitan.

1.3.1.     Efectos de la intervención sobre el sedentarismo y la práctica deportiva

    En la figura 15 se observa que el grupo que recibió el programa de intervención, aumentó en 9 puntos la variable práctica deportiva, reduciéndose por tanto en la misma proporción la incidencia de sedentarios.

    No obstante el informa reporta que el grupo con intervención educativa, mayoritariamente (51%) nunca o rara vez realiza práctica deportiva. Este dato, ratifica la dificultad de producir cambios rápidos y significativos en una población habituada a un estilo de vida poco o escasamente relacionada con la vida activa, el ejercicio físico o la práctica sistemática del deporte. Se refuerza este análisis al observar el comportamiento del grupo testigo, el cual perceptiblemente se mueve hacia el sedentarismo

2.     Variables observadas que mediatizan el estilo de vida

    “Familia y amigos”, “Alcohol y drogas”, así como también “Otras conductas” tales como: “Respetar la reglas y ordenanzas del tránsito”, son las variables que presentan un mayor peso en el nivel de estilo de vida saludable del grupo en estudio (Figura17). Esta tendencia se observa tanto en hombres como en mujeres de manera independiente, con una diferencia perceptiblemente mayor hacia el género femenino (figura 18).

    Por otra parte, las variables que representan menor peso dentro del estilo de vida saludable, es decir no hay una mayor preocupación del grupo de estudio, son “Actividad física & Asociatividad”, “Nutrición” y “Conducta sexual & Control de Salud”. De la misma forma, esta tendencia se observa de manera independiente en ambos géneros. En el caso de la variable “Actividad física y Asociatividad”, la tendencia o énfasis positivo está dada hacia el género masculino. Por otra parte, la variable “Nutrición” y “Conducta sexual”, representa en las mujeres, en comparación a los varones, una mayor tendencia hacia un Estilo de Vida más saludable.

3.     Efecto de EDIE sobre el desarrollo de competencias saludables

3.1     Competencia saludable vida activa - deporte

    Los datos que se observan en las figuras 19 a la 21, reportan que el grupo experimental presenta un perceptible incremento en la competencia saludable “Vida activa – Deporte”, a diferencia del grupo testigo en donde la pequeña diferencia observada es de tendencia al valor negativo. Estos resultados explicarían en parte el incremento positivo que sufrió la variable “Práctica deportiva” (figuras 15 y 16).

3.2.     Competencia saludable – libre de tabaco y drogas

    En las figura 23 y 24, es posible observar que en ambos grupos, tanto el que recibe el proceso de intervención como el grupo testigo, presentan un mayor nivel de desarrollo de la Competencia Saludable “Libres de Tabaco y Drogas”, aunque perceptiblemente en mayor medida en el grupo experimental.

    En un análisis detallado por áreas de competencia, los datos reportan que el grupo que recibió el tratamiento inductivo mejoró la competencia en cada uno de los saberes tratados. A diferencia del grupo testigo, que reporta una variación negativa en las dimensiones del Saber y Saber Hacer y positiva en las áreas del Ser y Saber Convivir. Al respecto, para este caso, tampoco es posible adelantar una explicación objetiva a dichos resultados, dado las variables exógenas que pueden estar influyendo en los aprendizajes alcanzados por los sujetos a través de otros medios, o de la amplia campaña publicitaria que refuerza los efectos negativos a la salud que conlleva el consumo de tabaco y otras sustancias adictivas.

4.     Observación de los niveles de compromiso asumidos por los sujetos en el desarrollo del estudio

4.1.     Dimensión: vida activa - deporte

    En las figuras 25 y 26 se observan los niveles de compromiso asumidos por los sujetos del estudio y que mantuvieron una mayor adherencia durante el proceso. Se destaca que en el área de las competencias cognitivas, los sujetos se comprometen mayormente con lograr aprendizajes de tipo técnico en el sentido de aprender a entrenarse, seguidamente con la capacidad de reconocer lesiones y el modo de tratarlas. En esa misma área, para los estudiantes, cobran importancia los aprendizajes respecto a conocer en mayor profundidad los beneficios de la actividad física y ser capaz de realizar maniobras de resucitación cardiopulmonar.

    En el área de competencias procedimentales o del Saber Hacer, los compromisos se focalizaron en la capacidad de entrenarse adecuadamente, Al respecto el ejercicio de caminar cobró mayor relevancia.

    En cuanto al factor actitudinal o compromiso con el Ser, los estudiantes mayoritariamente asumen la responsabilidad de desarrollar hábitos permanentes de práctica deportiva.

    Finalmente en la dimensión Vida Activa y Deportiva, vinculada con el área de competencias del Convivir, los sujetos del estudio asumen como responsabilidad compartir a los amigos los beneficios de la actividad física seguido por el compromiso de integrase a grupos activos físicamente.

4.2.     Dimensión: ambientes libres de humo de tabaco/drogas

    En la Dimensión Ambientes libres de Humo de Tabaco/Drogas, en la figuras. 27 y 28, se observa que los estudiantes, concentran fuertemente el compromiso en el área de competencias del Saber en cuanto a reflexionar con los amigos en torno a sus hábitos negativos. De igual modo se concentran los compromisos en el plano actitudinal, los cuales son: no caer nunca en el hábito de fumar y mantener mi compromiso de no fumar. En este grupo de estudio, no se observan compromisos importantes en esta área de aquellos estudiantes que tienen el hábito de fumar.

    Por otra parte, se observa una mayor dispersión de compromisos en las áreas de competencias del Saber Hacer y Saber Convivir. En el primer caso, el mayor nivel de compromiso está dado por los sujetos que mantienen el hábito de fumar, quienes se responsabilizaron durante el proceso en cuanto a reducir el consumo diario de cigarrillos. El segundo mayor compromiso está dado por evitar ambientes habilitados para fumar. En tercer nivel se encuentra otro compromiso dado por quienes son fumadores, quienes buscaron permanentemente la forma de reducir el consumo hasta intentar dejarlo.

    En el caso del área de competencias del Saber Convivir, los participantes del estudio asumieron el compromiso de colaborar con amigos y otras personas para ayudarlas a dejar el hábito del consumo de tabaco.

Conclusiones

  1. EDIE demuestra ser eficaz en la reducción de dos factores de riesgo asociados con los problemas de salud, estos son Obesidad y Sedentarismo. En el primer caso, el grupo de estudio que recibió el tratamiento, reporta una disminución de 10 puntos porcentuales en la reducción del sobrepeso. Respecto al sedentarismo, este mismo grupo aumentó en 9 puntos porcentuales la práctica deportiva, reduciéndose en la misma proporción la incidencia de sedentarios.

  2. Al observar las diferencias que se producen en el desarrollo de las Competencias Saludables de los estudiantes, en conformidad a los contenidos tratados en el programa de intervención, los datos reportan variaciones positivas claramente perceptibles en comparación al grupo testigo. Al respecto, el desarrollo de Competencias Saludables de mayor sensibilidad al cambio fueron en las dimensiones de Vida Activa – Deporte y Ambientes Libres de Tabaco/Drogas.

  3. En las dos dimensiones analizadas en el presente artículo, los sujetos asumen compromisos de cambio en su Estilo de Vida en cada una de las áreas de competencia, lo que explicaría que el grupo con intervención educativa en el postest, presente un cambio con tendencia hacia un Estilo de Vida más favorable en comparación del grupo testigo que no recibió el tratamiento (Figuras 7 y 8).

  4. La disminución en los valores alcanzados por los factores de riesgo observados en el estudio: Obesidad & Sedentarismo, (Figs. 11, y 16) es concordante con el desarrollo de Competencias Saludables y compromisos de cambio personal, en la dimensión Vida Activa-Deporte. (Fig. 25). En este sentido el grupo control sin tratamiento, no presenta modificaciones observables.

  5. El análisis descriptivo de los resultados, reportan que el programa de intervención educativa (EDIE), ejerció un impacto con efecto positivo en el grupo de estudio. Esto se observa particularmente porque los indicadores presentan un nivel de desarrollo de Competencias Saludables en los sujetos mostrando un cambio con tendencia hacia un Estilo de Vida más favorable, en comparación del grupo testigo que no recibió el tratamiento.

  6. No obstante la tendencia positiva de los datos aportados por el presente estudio, sus resultados no son determinantes ni concluyentes, especialmente cuando se trata de modificar comportamientos sociales que deben mantenerse en el tiempo. Con lo cual es preciso profundizar en la presente línea de pesquisa comprobando las hipótesis.

Bibliografía

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revista digital · Año 15 · N° 144 | Buenos Aires, Mayo de 2010  
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