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Redes y modelos de la comunicación en el contexto deportivo

 

*Universidad de Málaga

**Universidad del País Vasco

(España)

Antonio Hernández Mendo*

Oscar Garay Plaza**

mendo@uma.es

 

 

 

Resumen

          Se ha escrito mucho y diversos sobre los elementos de la comunicación y, quizás, mucho menos, sobre sus modelos. El sentido de la comunicación lleva a pensar los diferentes modos de entenderla y los modelos explicativos que han desarrollado este concepto. En este sentido, la importancia del reconocimiento de estos distintos modelos comunicativos se relaciona con la posibilidad de hacer visibles procesos comunicacionales supuestos y naturalizados. Entender las concepciones de sujeto (ya sea el emisor o el receptor), de mensajes, de poder, de saber que subyace en cada uno de ellos aporta la posibilidad de poder pensar y estructurar no solo la realidad del proceso comunicativo sino también los entornos en los cuales se produce.

          Palabras clave: Redes. Modelos de comunicación. Deporte

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 143 - Abril de 2010

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    Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpa­ba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes am­bonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él pro­curaba relamar las incopelusas, se enredaba en un gri­mado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergoma­ninaal que se le han dejado caer unas fílulas de caria­concia. y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y para­movía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convul­cante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una su­brehumítica agopausa. jEvohé! iEvohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balparamar, perli­nos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las mario­plumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

  Julio Cortazar. Rayuela (Capítulo 68) 1

Introducción

    El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española al definir el término comunicación, afirma que proviene del término latino communicātio (-ōnis) que significa poner en común, hacer común, hacer partícipe. Este será el sentido que se ha intentado infundir a este trabajo.

    El interés por la comunicación humana supone un esfuerzo metanalítico2 que se origina con el proceso comunicativo. En un principio, la comunicación estaba enfocada hacia la vida pública. Actualmente, aunque esta área es importante, no es el único centro de interés para los investigadores de la comunicación. Actualmente, es posible considerar cuatro ámbitos de comunicación desde el punto de vista psicosocial: (a) comunicación intrapersonal, (b) comunicación interpersonal, (c) comunicación organizacional, y (d) comunicación de masas. Por oto lado, el estudio de la comunicación se ha realizado a tres niveles distintos: físico, semántico y sociocultural. El primer nivel es característico de los físicos, con un amplio desarrollo en el terreno de las telecomunicaciones; el segundo se refleja en el progreso de la lingüística y sociolingüística; el tercero, es característico de las Ciencias Sociales (Lucas Marín, García Galera y Ruiz Román, 1999).

    También es necesario resaltar el incremento notable en las interrelaciones entre la Comunicación y la Psicología. Actualmente el hombre puede ser considerado como una fuente de información, o un canal por el cual puede existir un flujo de información (Miller, 1980). Al respecto, Caille (1984, p. 23), propone reemplazar el clásico postulado “Pienso, luego existo” por el de “Comunico, luego existo (soy)”. Sin embargo, de acuerdo con Miller (1980), el hombre es un lamentable elemento en el interior del sistema de comunicación, ya que posee escasa amplitud de banda, un alto nivel de ruido, su mantenimiento es caro y su período de sueño es de ocho horas de cada veinticuatro, generalmente. Otra posición a tener en cuenta es la mantenida por Vayer y Roncin (1986, p. 33), al expresar que “la persona humana es un conjunto de redes de comunicación, integrado y vivo en el seno de otros conjuntos, pero igualmente identificable en tanto en cuanto a polo de ciertas interacciones específicas”.

    Desde el punto de vista de los grupos, Tajfel (1984) afirma que cuando se produce el aumento de los aspectos cuantitativos y cualitativos de las comunicaciones interpersonales aparece una facilitación de dos atributos tales como la cohesión del grupo y el incremento de los procesos de identificación de las personas como componentes del grupo del que forman parte.

    Desde distintas áreas del ámbito de las Ciencias del Deporte se han realizado importantes aportaciones a la investigación de la comunicación: Teoría de la comunicación (Watzlawick, Weakland y Fisch, 1982, 1983; Bernstein, 1988), dinámica de los grupos (Maissoneuve, 1985; Vayer y Roncin, 1986, 1989), teoría general de sistemas (Sanvinsens, 1984; Colom, 1982) y didáctica aplicada (Flanders, 1977, Delamont, 1984; Hargreaves, 1979; Stubbs y Delamont, 1978). Asimismo, son muy importantes los estudios realizados por Parlebas (1977) relativos a la Praxémica.

    La importancia del fenómeno comunicativo se establece por las funciones que cubre en los diferentes ámbitos donde se produce. Diversos autores (Bird, 1977; DiBerardinis, Barwind, Flaningam, y Jenkins, 1983; Martens y Peterson, 1971; Nixon, 1976), han estudiado el nexo entre las habilidades comunicativas o la cohesión de equipo y el éxito deportivo atlético. Desde un punto de la Psicosociología del Deporte, Weinberg y Gould (1996) analizaron el proceso de la comunicación, señalando la existencia de tres tipos: intrapersonal, interpersonal y no verbal. En un trabajo anterior, Weinberg y Gould (1995), señalan cinco propósitos significativos de la comunicación: convencimiento, evaluación, información, motivación y resolución (de problemas), expresando la posibilidad de la existencia simultánea de varios de estos propósitos.

    Sullivan (1993), señala que en los deportes de equipo con carácter interactivo, las habilidades comunicativas efectivas desempeñan un papel significativo en el éxito y el rendimiento de un equipo.

    En el marco del entrenamiento deportivo son abundantes los estudios con respecto a la comunicación del entrenador con los deportistas. Tutko y Richards (1984) realizaron un amplio estudio referente a este tema. Estos autores señalan las diferentes maneras3 de que dispone el entrenador para aportar información al deportista. Con respecto a la toma de información por parte de los deportistas indican una serie de perspectivas4 que precisan utilizar los entrenadores. En su estudio abordan la comunicación desde dos niveles: (a) la comunicación con el individuo, y (b) la comunicación con el grupo. Con respecto al primer nivel, señalan que el respeto y la confianza recíproca son fundamentales en la comunicación. En el segundo nivel, el entrenador dedica una parte fundamental de su tiempo a la discusión de problemas con el equipo, afirmando que el carácter del equipo sufre modificaciones en función de los cambios de los deportistas componentes del mismo.

    Buceta (1998) señala que en aquellos deportes en que es importante transmitir información e interaccionar de forma coordinada entre los componentes de un equipo deportivo, resulta evidente la relevancia de las conductas influyentes en la comunicación interpersonal. Para un deportista la consecución de conductas relevantes de carácter no verbal como verbal, en la situación preliminar conveniente, ayuda a una mejora de su rendimiento. Asimismo, si se logra la exclusión de comportamientos frecuentes de comunicación interpersonal negativos, y se remplazan por conductas idóneas se provocará también un aumento del rendimiento.

    Con respecto al proceso de comunicación en el tenis de dobles, Loehr (1990, p. 149-150) expresa la relevancia de la misma mediante este texto: “La definición estándar de un buen jugador de dobles no suele incluir ninguna referencia a habilidades emocionales o comunicativas, aunque sean factores críticos para el éxito. (...)Un buen jugador de dobles es aquél que puede leer en su compañero y que es capaz de comunicar con efectividad a éste los mensajes, tanto verbales como tácitos que mejoren su rendimiento. La comunicación de mensajes correctos a un compañero exige una comprensión básica del mismo”.

Las redes de comunicación

    “La red de comunicación define el conjunto de canales existentes en el grupo organizado, por los cuales son transmitidos los mensajes. (...) . La red es, por tanto, una estructura a priori de las comunicaciones en un grupo” y define la estructura de la comunicación como la “organización de los intercambios reales entre miembros del grupo, con vistas a realizar una tarea dada” (Martínez Torvisco, 1998, p. 118). Mann (1997, p. 48) afirma que la estructura de comunicación hace referencia a “la red o patrón de canales de comunicación entre los miembros del grupo”.

    En la Teoría de las redes, (Jáñez, 1989, p.139) aporta una definición de red de comunicación en función de sus posibilidades, exponiendo que:

    Si A = {a1, a2, ..., an}es un grupo de n personas, se denomina red de comunicación a una relación binaria que s define de este modo:

    Para todo ai, aj, Є A, ai R aj <=> ai (ai “puede dirigirse a” aj)

    La característica fundamental de cualquier red de comunicación es la irreflexividad5. La representación gráfica de una red se realiza utilizando una grafo direccional (dígrafo), donde las personas se simbolizan mediante puntos, y la posibilidad de que una persona se dirija a otra empleando una flecha que va de aquel a éste último. Por ejemplo, en el caso de las dos díadas existentes en el tenis de dobles, si la primera es A = {a1, a2} y la segunda es B = {b1, b2}, la red de comunicación de estos cuatro jugadores, dependiendo de las posibilidades de comunicación, si a1 es posible que se dirija a a2, b1 y b2, y a2 y b1 pueden hacerlo a b2, se tendría la siguiente Figura 2. Esta red de comunicación obtenida se denomina de “adyacencia”. En la figura 2, a1 es adyacente a b2, pero b2 no es adyacente a a1.

Figura 1. Relación de adyacencia según Jáñez (1989)

    Leavitt (1951), llevó a cabo un estudio comparativo de las distintas redes de comunicación advirtiendo sus consecuencias en el comportamiento grupal. El número de redes de comunicación utilizadas en investigaciones de naturaleza experimental es de 23. De ellas, cuatro corresponden a las redes de tres6 personas, seis a las redes de cuatro7 y doce a las redes de cinco8.

    A continuación se presentan las redes comunicativas (Figura 2). Siguiendo el ejemplo anterior, hemos considerando las que son de aplicación en el tenis de dobles.

Figura 2. Redes de comunicación utilizadas en investigaciones experimentales. Shaw (1981, p. 163).

    Otro aspecto importante para el establecimiento de las diferentes redes comunicativas en los grupos son los diferentes criterios utilizados para su establecimiento. Al respecto, Hernández Mendo (1998) plantea los tres criterios siguientes: dirección, presencia o ausencia de simetría9, y el contexto. De este modo, surgen los siguientes tipos generales de redes dados por la Tabla 1.

Dirección

Simetría

Situación

Ejemplo

Unívoca

No

Grandes grupos

Un entrenador famoso de tenis dando un curso sobre los fundamentos técnicos a un auditorio numeroso de monitores y jugadores de este deporte en un pabellón polideportivo

Biunívoca

Interpersonal

Dos jugadores de un equipo de tenis de dobles dialogando sobre la táctica a seguir en el siguiente punto de un partido

Biunívoca

Grupal

Dos parejas de tenis de dobles reclamando un punto

Tabla 1. Posibilidad de establecimiento general de redes de comunicación atendiendo a los criterios de dirección, simetría y contexto (Hernández Mendo, 1998)

    La red de comunicación motriz que se presenta, por ejemplo, en el tenis de dobles es una red circular con sentido único. Esta red de comunicación motriz aparece dibujada en la Figura 3.

Figura 3. Red de comunicación del tenis en la modalidad de dobles (red circular con sentido único). Parlebas (1990, p. 50)

    De acuerdo a la Teoría de la Comunicación Humana, siguiendo a Ruesch y Bateson (1984), todos los tipos de red existen simultáneamente. Sin embargo, los fines del participante establecerán la pertinencia de cada tipo de red.

    De acuerdo a Mann (1997), existen ciertos factores referentes a los canales de comunicación que afectan al funcionamiento del grupo:

1.     La cantidad.

2.     La capacidad.

3.     La distribución.

    En el ámbito deportivo, resulta diferente la comunicación fijada entre los componentes de una pareja de un equipo de tenis dobles y la existente entre los miembros de un equipo de fútbol, debido a los tres factores relacionados con los canales de comunicación expuestos por Mann (1997).

    En la Teoría de la comunicación Humana, se pueden diferenciar cinco tipos de redes de comunicación: (a) red intrapersonal, (b) red interpersonal, (c) red grupal, (d) red cultural, y (e) pequeños circuitos en redes más amplias (Ruesch y Bateson, 1984).

    Para Ruesch y Bateson (1984), el primer tipo, la red intrapersonal posee las siguientes características:

  1. Una participación completa del observador.

  2. Los puntos de procedencia y destino de los mensajes se encuentran en el interior del organismo. En consecuencia, la tarea de corregir los errores es difícil, si no imposible.

  3. No existe posibilidad de examinar el sistema de codificación empleado.

    De acuerdo a estos autores, en el interior de la red intrapersonal se pueden diferenciar tres grupos diferentes de funciones:

  1. La recepción: Comprende la propiocepción y la esterocepción.

  2. Transmisión: Engloba la propiotransmisión y la esterotransmisión.

  3. Las funciones centrales: Abarca la coordinación, la interpretación y almacenamiento de la información.

    La comunicación intrapersonal es aquella que se desarrolla dentro de las personas. Se trata de un proceso de naturaleza cognitiva. Este tipo de comunicación se utiliza como técnica de intervención psicológica (Meichembaum, 1982).

    Siguiendo a Ruesch y Bateson (1984), el segundo tipo de red, la red interpersonal posee las siguientes características:

  1. Existe una distribución equitativa de la capacidad de recepción, transmisión y evaluación de mensajes, tal que los componentes del sistema son dos partes que presentan potencialidades iguales: los individuos participantes. Aparece la posibilidad de corregir la información, ya que los emisores y los receptores poseen conocimiento tanto del punto de procedencia como del de destino de los mensajes.

  2. Se cumple que la persona que realiza la observación de otras de forma obligatoria es parcialmente participante y parcialmente observadora. La participación y la observación forman parte de una misma experiencia y, en consecuencia, modos de recogida de la información. Ambos tipos de información son complementarias, aunque esta complementación en ninguna ocasión es completa.

  3. Es necesario que el individuo efectúe la elección entre uno u otro modo de experiencia de forma constante, existiendo, en consecuencia, pérdida de información cuya recogida podría haber sido llevada a cabo de otra manera.

  4. Debido a la existencia de esta relación complementaria y al hecho de la imposibilidad de conseguir una información total, se infiere que no existe la posibilidad de que el ser humano nunca se perciba de forma completa en su relación con las otras personas.

    Desde un punto de vista sociológico, El interés por la comunicación interpersonal en esta área es antiguo. El ser humano no tiene la posibilidad de decantación libre sobre la tarea de comunicación debido a que su misma naturaleza social le empuja obligatoriamente a ella. En consecuencia, ser es comunicarse. Scott y Powers (1985), proponen tres principios al respecto de este asunto. Primeramente, afirman que las personas se comunican porque necesitan esa comunicación para su bienestar psicológico. Asimismo, estos autores, en segundo lugar, exponen que la comunicación además de cumplir la función anterior, también es un medio de satisfacer otras muchas necesidades. El tercer principio afirma que la capacidad de comunicación interpersonal no se debe medir únicamente por el nivel en que la conducta comunicativa es auxiliar de la satisfacción de las necesidades particulares, sino asimismo por el nivel en que facilita a los otros la satisfacción de las suyas.

    Ruesch y Bateson (1984), al describir la red grupal como el tercer tipo de red, consideran que reúne las siguientes características:

  1. Existe una distribución equitativa de las posibilidades de recepción y de transmisión de mensajes entre las diferentes personas.

  2. En grandes grupos organizados los participantes únicamente pueden diferenciar y conocer o la fuente, o el destino de los mensajes. La faceta no conocida está asociada a una doble actuación de los individuos: (a) como origen y destino, o (b) como canales para pasar exclusivamente el mensaje a otros individuos. Esto produce un retraso en la corrección de los mensajes, pudiendo superar esto mediante el uso de un atajo de las vías determinadas.

    Fundamentalmente, se pueden encontrar dos clases de mensajes:

  1. Comunicación de “una persona a muchas”.

  2. Comunicación de “muchas personas a una”.

    Debido a lo expresado anteriormente sobre complementariedad se deduce que el grado en que la información adquirida por un individuo determinado sea completa, disminuye con cualquier incremento en la complejidad y diferenciación del sistema. La atribución a cada individuo de funciones especializadas, bien sea de observador, transmisor o coordinador, aparece en los grupos organizados. Esta especialización conlleva un empobrecimiento en la percepción. Asimismo, se ha de subrayar que donde entran en contacto dos grupos, la información sobre la que fundamentan la descripción del otro grupo (o exogrupo) es de carácter rígido, estereotipado y proyectivo.

Figura 4. Grupos de referencia en el deporte. Setzen (1984, p. 285).

    En la Tabla 2 aparecen expresados los diferentes niveles grupales junto con las características de los elementos de la comunicación según Ruesch y Bateson (1984).

Nivel

Origen del mensaje

Transmisor

Canales

Receptor

Destino del mensaje

I. Intrapersonal, “dentro de uno”

Órganos sensorreceptores o centro de la comunicación

Conductos neurales o humorales y sendas contiguas

Centro de la comunicación u órganos efectores

II. Interpersonal,

“uno a uno”

Centro de comunicación de la persona que emite el mensaje

Órgano efector de la persona que envía

Las vibraciones acústicas, de la luz, el calor, el olor, que viajan por l espacio; además, el contacto químico o mecánico con materiales o personas

Los órganos sensoriales de la persona receptora

Centro de la comunicación de la persona que recibe el mensaje

III. A. Grupo

“De uno a muchos” (mensaje centrífugo)

Centro de la comunicación del grupo: cabeza directiva o comité

Persona especializada en ser el portavoz o ejecutivo del centro comunicativo

Multiplicación de los mensajes a través de la prensa, la radio, sistemas de altoparlantes, cine, circulares, etc.

Personas encargadas de recibir e interpretar para el grupo los mensajes que llegan –lectores, oyentes, espectadores teatrales, críticos

A muchas personas que son miembros de un grupo no se las conoce por el nombre, tan sólo por el rol. Se enfatiza el rol

III. B. Grupo

“De muchos a uno”

(mensajes centrípetos)

Muchas personas que pertenecen a un grupo, su identidad no se especifica por medio del nombre re, sino por el rol. Se enfatiza el grupo

Vocero que expresa la voz de la gente, familia o cualquier otro pequeño grupo de la periferia

Correspondencia, transmisión oral u otras acciones instrumentales de la gente

Especialistas profesionales que se ocupan de recibir mensajes: analistas de noticias, servicios de inteligencia. Secretarías de estado. Resumen e interpretación de los mensajes

Centro de comunicación del grupo – ejecutivo, comité o persona que lo dirige

Tabla 2. Especificación de los tres primeros niveles de comunicación, de acuerdo a Ruesch y Bateson (1984 p. 229)

Por otro lado, de acuerdo al modelo geométrico de que simboliza la estructura de comunicación grupal, los grupos se representan por un conjunto de individuos que forman los nodos de la red, pudiendo presentar conexión cada uno de ellos con uno o varios nudos de la red, de un modo unidireccional o bidireccional. La red establece el sujeto con posibilidad de transmisión a otro sujeto. El esquema de la red aparece simbolizados por medio de flechas que conectan un conjunto de nodos. Las flechas señalan los posibles flujos informativos, mientras que los nodos esquematizan las ubicaciones potenciales de los miembros del grupo dentro de la red. Además, las redes de comunicación presentan un conjunto de propiedades cuyo conocimiento permite un mejor entendimiento del fenómeno comunicativo. Un concepto previo necesario es el de distancia entre dos nodos A y B o “número mínimo de pasos o actos de comunicación necesarios para que un mensaje circule de A hacia B” (González, 1997.y que se utilizan para determinar ciertas propiedades de las redes de comunicación tales como:

  1. El índice de centralidad: En una red determinada representa la posición más cercana a todas las restantes. También, el índice de centralidad de un nodo es “la suma de las distancias entre A y cada uno de los demás nodos” (González, 1997), es decir,

Centralidad de A = ∑ d (A, X)

  1. El índice de conexidad: Se define como el número mínimo de canales cuya retirada implica que la red quede desconectada.

  2. El índice de periferia relativa de un puesto: Capacita para la medición de las propiedades de un puesto dentro de una red. Este índice se obtiene restando el índice de centralidad de un puesto del índice de centralidad del puesto más central de la red.

  3. El índice de dispersión de una red es la suma de distancia entre todos sus nodos (González, 1997), o lo que es lo mismo, en forma matemática,

Dispersión = ∑ d(X,Y)

    El cálculo de los indicadores de dispersión y centralidad permite realizar el análisis y comparación entre los distintos patrones de comunicación grupal. Generalmente, para una red específica, el índice de dispersión decrece según se incrementa el número de canales abiertos.

Modelos teóricos en el proceso comunicativo

    Hervás (1998) señala tres modelos que explican el fenómeno de la comunicación tales como la Teoría de la Información o Teoría de la Comunicación, que se ocupa de la transmisión física de las señales, aparte de otros conceptos, la Semiología de la Comunicación, que examina los códigos y los sistemas de signos, y la Pragmática de la Comunicación, cuyo propósito principal es el análisis de la dinámica de las relaciones emisor-receptor.

    Millar (1989) establece una diferencia significativa entre el concepto de comunicación tradicional y el de la Pragmática, la importancia diferente atribuida al emisor y al receptor. La ubicación del foco para la decisión de la existencia de comunicación se convierte en una cuestión totalmente diferenciadora de las dos ópticas de la comunicación. Así, en la primera perspectiva, comunicación tradicional, el foco estaría colocado, de forma fundamental, en el emisor, siendo los propósitos de conciencia de este órgano los determinantes de la posibilidad de hablar de comunicación. Por el contrario, en la segunda óptica, la Pragmática, se subraya el receptor, las consecuencias del mensaje en este órgano. Álvarez Núñez (1999), señala que esto supone una verdadera revolución, centrar el foco de atención en el receptor, determinante de la valía real y significado de lo transmitido.

    Desde el punto de vista de la Pragmática, el papel primordial del receptor en el proceso de comunicación se muestra en los dos aspectos siguientes:

  1. Su percepción e interpretación dirá “lo que “realmente es” aquello que (el emisor) transmitió”.

  2. Su reacción acota el tipo de patrón transaccional generado: simétrico (la respuesta es de la misma clase de comportamiento) o complementario (la respuesta es una conducta diferente y contraria).

La Teoría de la Comunicación

    El origen de la Teoría de la Comunicación data del final de la década de los años cincuenta del siglo XX. Diversas matizaciones han sido aportadas de otros campos (Filosofía, Psicología, Antropología-Sociología, Lingüística, Matemáticas, Ingeniería de las Telecomunicaciones) previamente a su sistematización teórica. Hervás (1998) indica que el objeto de la Teoría de la Información es el estudio de la capacidad que poseen algunos seres vivos de relacionarse con otros intercambiando información. Está interesada en explicar cómo el ser vivo controla su entorno mediante la información.

    De acuerdo con esto, las características de esta teoría son las siguientes:

  1. Se considera un “saber”, a través de la investigación en el conjunto de las interacciones existentes entre los seres vivos.

  2. Se trata de una “teoría” posible, que se está construyendo, cuestionándose temas como el objeto, el modo y la causa de la comunicación.

  3. Representa un “proceso” complejo, donde actúan elementos de distinta índole como por ejemplo, los agentes, las herramientas de la comunicación.

  4. Los “componentes” determinan relaciones mutuas y precisas (tanto en el espacio como en el tiempo) con vistas a posibilitar la comunicación.

    La Teoría de la Comunicación presenta preferencia por los aspectos del contenido (y el modo de decirlo) más que por el deseo y el propósito de la persona que comunica. No obstante, también trata de la ambigüedad y la entropía10 del mensaje.

    Dentro de la Teoría de la Comunicación Humana se abordará el estudio de los individuos y los grupos. Según Ruesch y Bateson (1984), las diferencias existentes entre la supuesta realidad y la realidad percibida se esclarecen mediante la asignación a las particularidades y limitaciones del observador humano. A la hora de llevar cabo el estudio de la comunicación es difícil, incluso se presenta imposible, establecer la diferencia entre aquello tenido por supuesto y aquello que el ser humano percibe verdaderamente. Desde un punto de vista psicosocial, solamente se posee un método que tenga por objeto deducir la existencia del mundo real, y es realizar el cotejo entre la visión de un observador con la de otros observadores.

    Para estos autores, sin embargo, suele ser de mucha utilidad suponer una “realidad”. En el área de la comunicación, una forma de obtención de un acercamiento significativo a la realidad de los físicos es realizar la suposición de que un observador “extrahumano” efectúa la observación de las comunicaciones humanas desde una ubicación externa a los sistemas sociales que se investigan. La Figura 1 esquematiza la imagen posible desde esa posición. De esta manera, se supone que el observador humano puede focalizar su atención en los diferentes asuntos comunicativos poseyendo gran ampliación, aunque con su aparato perceptivo siempre igual. Es posible asociar este hecho con la analogía relativa al campo visual observado en un microscopio al mirar a su través. Dependiendo de la ampliación empleada existirá un mayor o menor detalle del campo, disminuyendo el área del campo conforme al incremento del ensanchamiento. Análogamente, al examinar la comunicación, un ser humano puede poseer un campo determinado únicamente en cada instante. Dependiendo de si focaliza en colectividades de tamaño reducido o extenso observará un mayor o menor detalle en las funciones. En consecuencia, la inferencia extraída es que los procesos de recepción, evaluación y transmisión son posibles de observar a cuatro niveles de organización (personal, interpersonal, de grupo y cultural). El esquema de estos distintos procesos de comunicación se presenta en la Figura 1 mediante los sectores del cono. De este modo, a nivel intrapersonal (primer nivel), las demarcaciones de la visión son ella misma y las diferentes funciones comunicativas de su interior. A nivel interpersonal (nivel segundo) dos personas se extienden en el campo perceptivo, mientras que a nivel grupal (nivel tercero) muchas personas lo ocupan y a nivel cultural (nivel cuarto) una multitud de grupos lo hacen.

    De acuerdo a Ruesch y Bateson (1984), el foco de atención del observador humano no está estático, sino que es, más bien, un fenómeno oscilante. La comunicación se manifiesta con una dinámica extrema, poseyendo una elevada rapidez tanto en la transformación de niveles como en el de funciones que parten de la evaluación llegando hasta la transmisión y conducción. Según estos autores, es necesario que la ubicación del científico como observador esté establecida de modo continuo, lo que conlleva el esclarecimiento de los niveles operativos, así como una identificación de las funciones que tiene en el interior de un sistema de comunicación. La situación social o el contexto de la comunicación estará establecido por el lugar donde se ubica el observador.

Figura 5. Los niveles de comunicación. Extraído de Ruesch y Bateson (1984, p. 227)

    Con respecto al contexto de la comunicación, Reusch y Bateson (1984) exponen que la divergencia o acuerdo relativo a la interpretación del mismo están subordinados a los siguientes procesos:

  1. “La “percepción de los otros” o el establecimiento de una unidad de comunicación.

  2. La posición de cada participante y de su función como relator observante.

  3. La identificación de las reglas pertenecientes a la situación social.

  4. La identificación de los roles de una situación dada”.

    Características Técnicas de la Comunicación. Ruesch y Bateson (1984), realizan una descripción desde el punto de vista técnico de la comunicación. Esta se englobará los siguientes aspectos: (a) los enunciados sobre el aparato comunicativo, (b) los métodos de codificación de datos y los efectos producidos por tales datos sobre el comportamiento del sistema, y (c) una teoría general de la naturaleza de la información.

    Enunciados referentes a la codificación. En cualquier comunicación que utilice cualquier clase de red se debe realizar la descripción de la transformación (codificación) a través de la cual los datos relativos a los acontecimientos y objetos de diferente género van a representarse en el interior de la red por otros hechos (mensajes). A pesar de que actualmente, el enunciado exacto del carácter técnico de la codificación interna no es posible debido al estado del conocimiento, existen propuestas sobre el funcionamiento de índole primordialmente digital del cerebro. Como en el apartado anterior expondremos solo el caso de los tres primeros niveles que son significativos en la investigación:

  • A nivel intrapersonal: La descripción de la codificación consiste en la determinación de la relación presentada entre señales de diferente naturaleza (neural, químicas, u otras) y los sucesos interiores o exteriores a los que hacen referencia.

  • A nivel interpersonal: Describir la codificación se pondrá de manifiesto tanto en el ámbito de la comunicación verbal (los procesos de simbolización del lenguaje) como en el de la comunicación no verbal (los más ligeros simbolismos).

  • A nivel grupal: Aparte de considerar los procesos de naturaleza verbal y no verbal del nivel interpersonal, con frecuencia se presentan nuevas clases de simbolización a las que no se les suponía que fueran tales. Las personas que intervienen en este nivel poseen unas marcas proporcionadas por los patrones de la organización grupal. En este nivel la codificación precisa un mantenimiento intacto de la organización, como entidad unitaria, en tanto en cuanto que la actuación de estas personas se desarrolla, a menudo, exclusivamente como canal y no como estaciones de salida o destino de los mensajes.

    Con respecto a los enunciados cuantitativos referentes a la red de funcionamiento, Reusch y Bateson (1984: página 234-235) expresan que en este asunto están encuadrados contenidos enunciados relativos a:

  1. La capacidad del receptor, el transmisor y los canales.

  2. Problemas de umbral.

  3. Características temporales del relevo.

  4. Consideraciones referentes al mantenimiento, metabolismo y reemplazo de partes del sistema.

  5. Enunciados referentes a la estabilidad y adaptabilidad del sistema.

    El estado de información del sistema. Reusch y Bateson (1984), afirman que fijado un instante determinado en la vida de un sistema, se observa que los hechos previos establecen muchas de sus características. Además, es adecuado contemplar esos rasgos a modo de información añadida, debido a que estas características aprendidas se encuentran completamente englobadas en la descripción íntegra de la red. Al describirla de esta manera característica, se alude a los hechos como “experiencias”, y además se realiza la conjetura de que se codificarán en forma de mensajes o signos los efectos de la experiencia determinada Asimismo, puede útil juzgar como información un gran número de las características del sistema, establecidas preferentemente por los genes más que por el ambiente. Únicamente mediante la observación de sus actividades autocorrectivas es posible la consecución de los datos referentes al estado de información de un organismo por parte del observador, e incluso del autoobservador. Además, según esto autores, la valoración del estado de información de redes más extensas, como lo son los grupos organizados, presenta gran dificultad. Sin embargo, se puede juzgar las variaciones habidas en la red social como producto de la experiencia grupal. Esta clase de información se puede encontrar en la topología variable de las líneas de comunicación.

    El conocimiento y sus efectos. Es necesario realizar la consideración de que cualquier mensaje es una declaración referente al pasado, pero en el interior de un sistema autocorrectivo, que presenta obligatoriamente consecuencias ulteriores, de manera señalada para la futura acción del receptor. Cualquier mensaje es simultáneamente de carácter indicativo e imperativo. Las características indicativas de un mensaje, consideradas desde el lado del observador, resultan aumentadas estudiando el sistema de origen, en tanto que la naturaleza del sistema sobre el que ejerce su acción establece su efectividad imperativa.

Los modelos teóricos básicos de comunicación

    Siguiendo a Cuesta (2000), desde el punto de vista de la Psicología de la Comunicación existen dos grandes vertientes de estudio atendiendo a un nivel epistémico-metodológico:

  1. Modelos de orientación empírico-analítica: Las explicaciones que ofrecen son estrictamente causales con unos sistemas inflexibles muy semejantes a los modelos utilizados en Física.

  2. Modelos teórico-sistemáticos (también denominados teórico-interaccionistas): El propósito primordial de estos modelos es desarrollar análisis funcionales.

    A partir de la revisión de los modelos de comunicación realizada por Cuesta (2000), hemos elaborado ha elaborado la Tabla 1, en la que se refleja un amplio panorama de modelos que pertenecen a las dos tendencias generales de estudio en el ámbito de la Psicología Social.

Corrientes

Modelos Generales

Ejemplos de Modelos Particulares11

Descripción Básica

1. Empírico-analítica

Modelo de uso y gratificaciones

 

Los receptores son sujetos que presentan actividad, capaces de emplear los medios en función de “sus intereses”

Modelo de la espiral del silencio o modelo de Noelle-Neuman (1974)

 

Se fundamenta en la noción de equilibrio cognitivo, relativa a la inclinación presentada por las personas para eludir el aislamiento de sus contenidos cognitivos con relación a los grupos de los cuales son miembros o están referidos

Modelo de la agenda

 

Es el proceso anterior preciso para a creación de la emisión del mensaje y el acto de la comunicación o incomunicación.

El objetivo es realizar un sesgo del flujo de estímulos que por los medios de comunicación alcanza los receptores

Modelo de la hiperespecialización y el distanciamiento

 

Los sujetos están supeditados a campos topográficos de información desiguales, implicando que la información procesada, almacenada y retenida no es igual en un proceso acumulativo, que crea una desigualdad cada vez mayor y, por tanto, una separación en los aspectos relativos al conocimiento e información comparando los diversos grupos sociales entre sí

2. Teórico-sistemáticas

Modelos básicos

 

 

Modelos derivados de la fórmula de Lasswell* (1948)

 

 

 

Modelo de Shannon y Weaver* (1949)

 

Modelo de DeFleur *(1966)

Modelo de Osgood y Scramm* (1957)

Modelo de Dance* (1967)

Modelo de Gerbner* (1956)

Modelos derivados del equilibrio cognitivo

Modelo de Heider (1946)

 

Modelo de Newcomb* (1953)

Modelo de Osgood y Tannenbaum (1955)

Modelo de Festinguer (1957)

Modelo de McLeod y Chaffee (1973)

Modelos sociológicos

Modelo de Riley y Riley (1959)

Dentro del modelo organiza el fenómeno de la comunicación vinculado con facetas psicológicas y sociales

Modelo de Maletzke (1963)

 

El modelo se caracteriza por dos componentes peculiares: la amplitud (grado de detalle del modelo) y la interacción existente entre el medio (características psicosociales) y su receptor (características psicosociales)

Tabla 3. Resumen de los principales modelos existentes en la Psicología de la Comunicación (Cuesta, 2000)

    Desde un punto de vista social se puede hablar de la existencia de dos clases de modelos de comunicación: los circulares y los lineales. Se trata de dos concepciones muy distintas de la comunicación. Por un lado, la responsable de la efectividad, en el caso de los modelos lineales fundamentalmente es una “perfecta expresión” del emisor, mientras que en el del modelo circular, se considera, sin embargo, que es una “perfecta comprensión”, que el emisor tiene la obligación de garantizarla (Lucas Marín y col., 1999).

    De acuerdo a McQuail y Windhal (1997), a la hora de la utilización de los modelos se observan ciertos riesgos. Cuando se lleva a cabo el análisis, no existe un modelo utilizable para todos los objetivos y todos los niveles. Por ello, la elección del modelo conveniente es una cuestión significativa para la investigación que se pretenda desarrollar.

    Por otra parte, según McQuail y Windhal (1997), en el seno de una estructura específica de relaciones los actos de comunicación asumen formas predecibles o recurrentes, y acarrean efectos para esta estructura. Además, no son susceptibles de ser observadas en un modo fácil. Para estos autores, resulta una labor atrayente la posibilidad de la elaboración del “dibujo” de las líneas que simbolizan las uniones, y de empleo de otras herramientas que pongan al descubierto cualidades tales como la estructura, topografía, fuerza y dirección de las relaciones

    Básicamente, los modelos que se establecen a continuación se ubican dentro del grupo de los denominados “modelos funcionales”, puesto que en cierta medida toda comunicación posee una naturaleza dinámica y conlleva elementos de proceso o variación.

El modelo de Laswell

    Laswell (1948) expresó la siguiente frase que tuvo una repercusión muy notoria en la investigación referente a la comunicación: Un modo adecuado para describir un acto de comunicación consiste en responder a las preguntas siguientes: ¿Quién dice qué en qué canal con qué efecto? A la anterior frase se la denomina como la Fórmula de Lasswell, y que en forma gráfica da como resultado la Figura 6:

Figura 6: La Fórmula de Lasswell con los elementos correspondientes del proceso de comunicación (Lasswell, 1948)

    Primordialmente el uso de esta fórmula ha sido dirigido a la organización y estructuración de los estudios relativos a la comunicación (Riley y Riley, 1959), citados por McQuail y Windhal (1997).

    Bradock (1958) perfecciona el modelo de Laswell, añadiéndole los dos aspectos siguientes del acto de comunicación: “(a) las circunstancias en las que se envía un mensaje, y (b) el propósito con que el comunicador dice algo” (McQuail y Windhal 1997). La representación gráfica sería la Figura 7.

Figura 7. Perfeccionamiento del modelo de Laswell realizado por Braddock (1958). (McQuail y Windhal, 1997, p.42).

El modelo de Shannon y Weaver

    El modelo de Shannon y Weaver (1949) ha sido empleado analógicamente en el estudio de temas tales como la conducta y la lingüística. En este modelo, la descripción de la comunicación se realiza considerándolo como un proceso lineal, unidireccional. El modelo señala cinco funciones que se tienen que cumplir, apareciendo el factor disfuncional “ruido”. La representación gráfica de este modelo se refleja en la Figura 8.

Figura 8. Modelo de Shannon y Weaver (1949). (McQuail y Windhal, 1997, p.45).

    Desde el punto de vista psicolingüístico, autores como Chomsky y su escuela, contribuyeron al desarrollo de los esquemas comunicativos. De este modo, basándose en el modelo de Shanon, Jakobson (1961), establece el modelo esquematizado en la Figura 9.

Figura 9. Esquema de comunicación de Jakobson (1961). (Loscertales y Gómez Delgado, 1998, p. 252)

Adaptación del modelo de Shannon y Weaver realizada por DeFleur

    DeFleur (1966) perfeccionó el modelo de Shannon y Weaver (1949) en el aspecto relativo a la correspondencia entre el significado del mensaje generado y el mensaje recibido. Este autor agrega una serie de componentes al modelo previo de Shannon y Weaver con el objeto de exponer el modo en que la fuente adquiere su retroalimentación. Ésta última proporciona la posibilidad de adaptación de un modo más efectivo en la forma en que comunica con su receptor. Este hecho acarrea el aumento de la posibilidad de consecución de la correspondencia entre los significados (isomorfismo). La aportación de la retroalimentación realizada por DeFleur (1970) aparece representada en la Figura. 10.

Figura 10. Adaptación del modelo de Shannon y Weaver por DeFleur (1970). (McQuail y Windhal, 1997, p. 46)

El modelo circular de Osgood y Schramm

    Schramm (1954) presentó este modelo tomando como base a Osgood (1957). Si se compara este modelo con el de Shannon, se advierten dos diferencias significativas. Por una parte, el modelo de Shannon es lineal, mientras que el de Osgood y Schramm (1954) es fundamentalmente circular. Por otra parte, el modelo de Osgood y Schramm trata de la conducta de los actores principales en el proceso comunicativo, a diferencia del modelo de Shannon que apunta a los canales que realizan la mediación entre emisores y receptores de forma primordial. A pesar de estas diferencias, se pueden observar analogías importantes entre ambos modelos.

    De forma general, en este modelo los actores que intervienen en la comunicación se consideran como iguales y ejercen las siguientes tres funciones idénticas: la codificación, la descodificación y la interpretación. La función codificadora es equiparable a la transmisión (del modelo de Shannon y Weaver) y la decodificadora a la recepción (del modelo de Shannon y Weaver). El modelo de Osgood y Schramm (1954) resulta esquematizado en la Figura 11.

Figura 11. Modelo de Osgood y Schramm (1954). (McQuail y Windhal, 1997, p. 47)

El modelo de la espiral de Dance

    El modelo de la espiral de Dance (1967) se trata de un desarrollo del modelo de Osgood y Schramm (1954). Una insuficiencia de este último modelo es señalada Dance (1967), exponiendo la idea de que el aspecto de la analogía de la comunicación circular en que ésta retorna al mismo punto exacto de salida después de realizar una circunferencia12 completa es equivocada.

    En las ocasiones que el círculo no posee validez, la figura de la espiral es un ayudante en el entendimiento en las mismas. Este modelo apunta a que el proceso comunicativo se desplaza hacia delante y al hecho de lo que se comunica en este momento poseerá influencia tanto en los aspectos estructurales como en los relativos al contenido de la comunicación posterior.

    Frente a una imagen “congelada” del proceso que se lleva a cabo en la comunicación en la mayoría de los modelos, Dance pone énfasis en el carácter dinámico de la comunicación en su modelo de la espiral. Este modelo se representa en la Figura 12.

Figura 12. Modelo en espiral de Dance (1967). (McQuail y Windhal, 1997, p. 49)

El modelo general de la comunicación de Gerbner

    La característica especial del diseño del modelo de comunicación de Gerbner (1956) es que, dependiendo de la clase de situación comunicativa que realice la descripción, permite ofrecer distintas configuraciones. La utilización de los componentes de este modelo se efectúa a modo de las piezas de un mecano. Este hecho permite describir tanto los procesos sencillos y complejos de la comunicación como los de generación (de mensajes) y de percepción (de los mensajes y de los acontecimientos sobre los que se asienta la comunicación). Este modelo ofrece la posibilidad de proponer cuestiones no solamente referentes a la naturaleza de la generación o producción y la percepción sino también sobre la relación entre ambas.

    El modelo verbal de Gerbner aparece de este modo:

  1. “Alguien

  2. percibe un acontecimiento

  3. y reacciona

  4. en una situación

  5. a través de unos medios

  6. con el fin de hacer disponibles algunos materiales

  7. con una cierta forma

  8. y en un contexto

  9. transmitiendo un contenido

  10. con ciertas consecuencias” (McQuail y Windhal, 1997, p. 51).

    Gráficamente, el modelo general en su forma fundamental se representa en la siguiente Figura 5.21.:

Figura 13. Modelo de la comunicación general de Gebrner (1956). M percibe A como A'. (McQuail y Windhal, 1997, p. 52)

    En la Figura 13 el símbolo A se refiere a lo percibido (el acontecimiento), mientras que A' es como lo percibe el perceptor, M, que puede o bien un ser humano o bien una máquina en otro contexto diferente al humano.

El modelo ABX de Newcomb

    El modelo ABX de Newcomb (1953), citado por McQuail y Windhal (1997) fue establecido perfeccionando un trabajo previo de Heider (1946), citado por McQuail y Windhal (1997). La teoría del equilibrio Heider formulaba que en el supuesto de que dos personas tuvieran una actitud de estima o menosprecio mutuos o con respecto a algún objeto externo, ciertas pautas de relación estarían equilibradas, mientras que otras estarían desequilibradas También, en el supuesto de equilibrio, existiría una resistencia al cambio por parte de ambos, mientras que en el caso de desequilibrio, se manifestaría un intento de restablecimiento del equilibrio “cognoscitivo”.

    El postulado de Newcomb establece una “tendencia a la simetría”, que conllevaría un ensanchamiento a través de la comunicación en el campo de concordancia. Este autor afirmó que La comunicación desempeña la función esencial de capacitar a dos o más individuos para que mantengan una orientación recíproca simultánea entre ellos y con respecto a los objetos del entorno exterior (Newcomb, 1953).

    Como consecuencia la comunicación es una respuesta que se aprende en una situación de tensión. Por tanto, cuando aparecieran condiciones de incertidumbre y desequilibrio, la presencia de una mayor actividad comunicativa sería más razonable.

    El modelo resultaría un triángulo (Figura 10), cuyos vértices respectivos simbolizan los individuos A y B y al objeto X que se encuentra en su entorno común. Existe una orientación mutua de un individuo hacia el otro. Asimismo, se observa una orientación de ambos con relación a X. De esta manera, la comunicación se comprende como un proceso que sustenta la estructura de la orientación, ya que se produce un mantenimiento o una mejora de la simetría de la relación entre los tres elementos al transmitir información sobre todo cambio producido, y al posibilitar la realización de reajustes. Fundamentalmente, el modelo expresa que en el caso de que las condiciones lo admitan, la tensión hacia la consistencia de la actitud realizará un desarrollo de la comunicación.

Figura 14. El modelo de Newcomb, en el que dos individuos (A y B) están 

orientados entre sí y en relación a otros. (McQuail y Windhal, 1997, p. 55)

    Las dos proposiciones más significativas que se pueden extraer de este modelo son:

  1. La existencia de discrepancias relativas a su orientación hacia el objeto X provocará un estímulo de la comunicación.

  2. Como consecuencia de esta comunicación existirá una tendencia al restablecimiento del equilibrio, entendido como el “estado normal” de un sistema de relaciones.

    Ciertos matices fueron agregados por Newcomb (1959) a su proposición primitiva, señalando que únicamente se llevaría a cabo una activación de la comunicación, con toda probabilidad, en las condiciones siguientes:

  1. En el caso de una atracción intensa entre las dos personas.

  2. En el caso de que el objeto resulte significativo, aunque solamente lo sea para una de las personas.

  3. En el caso de que el objeto sea importante para las dos personas.

Comparación de los modelos lineales y circulares

    Una comparación básica entre las dos grandes clases de modelos generales de comunicaciones: los modelos lineales y los circulares aparece reflejada en la Tabla 5.12:

 

Lineal

Circular

Asunción básica

Transporte.

Expresión efectiva = comunicación efectiva.

Ida y vuelta de contenido.

Comprensión =

Comunicación efectiva.

 

Ventajas

Hace precisos al dar la información.

Une comunicación y acción.

Conecta con una predisposición natural.

Es más precisa la comunicación.

Inconvenientes

Confunde la comunicación con la información.

Se ve al receptor como pasivo.

Se ven los mensajes como significados.

Hace creer que la comprensión lleva al acuerdo.

Hace a la comprensión el fin de la comunicación.

Lentitud.

Efectos

Sobre la audiencia:

Modelo E -> R

Sobre el emisor y receptor.

Modelo E <-> R

Autores

Lasswell (descriptivo).

Shannon y Weaver (matemático).

 

Schramm (personal y de masas).

DeFleur (simultáneo).

 

Tabla 2. Resumen de modelos de transmisión de información. Lucas Marín y col (1999, p. 76)

    Asimismo, se puede agregar la consideración de la vinculación del modo autoritario de participación con la puesta en práctica del modelo lineal, a la vez que el modo democrático queda asociado al circular (Lucas Marín y col., 1999).

    En general, y aun a riesgo de simplificar, según Winkin (1994), se puede realizar el símil de considerar a los modelos circulares como una orquesta, mientras que a los modelos lineales se les asociaría la imagen de un telégrafo.

    De este modo, si se trata de profundizar las clásicas relaciones duales, en la investigación sobre las diferentes formas de comunicación personal o en grupos de número reducido de miembros, de acuerdo a Rogers (1976), se pueden establecer cuatro importantes procedimientos como son los que reciben el nombre de circular, en rueda, en cadena y total.

    Debido a que cualquier sistema de comunicación tiene como destino final el sistema nervioso humano, no existirá ninguna teoría de la comunicación con carácter completo, a no ser que pueda tratar los elementos del sistema en un lenguaje teórico que sea tan general y poderoso que los seres humanos estén contenidos junto con los otros elementos (Miller, 1980).

Notas

  1. Acerca de este capítulo de Rayuela, Marina (1998) afirma: "el límite de la tolerancia semántica es que la palabra siga sirviendo para comunicarse. La literatura, que en cierta manera es siempre una transgresión lingüística, intenta ampliar todo lo posible su ámbito. Algunos escritores han jugado a estar en el límite como (...) Cortázar (en) Rayuela. (Este capítulo) (...) trata de una escena de amor físico, irónicamente evocada mediante habilidosas mezclas de sintaxis y palabras sabiamente deformadas" (p.45-46).

  2. Es un procedimiento cuantitativo que permite resumir o integrar los hallazgos obtenidos en una revisión sobre la literatura de un tema. El Meta-análisis estrictamente, es un tipo de síntesis del análisis. El meta-analista usa los resultados de las investigaciones individuales sobre un mismo tema (p.e. estudios que prueban la mismo hipótesis) y lo utiliza como punto de partida para un estudio estadístico del tema (Vogt, 1993).

  3. Para estos autores, los cuatro modos de suministro de información al deportista por el entrenador son los siguientes: orden directa, lectura, demostración y análisis.

  4. Para que tomen información los deportistas, estos autores mencionan las sugerencias y las discusiones.

  5. Según este autor, una persona no “puede dirigirse a sí misma”. No obstante cabe reflexionar acerca del tipo de comunicación que supone un autodiálogo que es usado en muchas ocasiones como técnica de intervención.

  6. Las redes de tres personas son: rueda-cadena, interconexión total, alfa, beta y girándula.

  7. Las ruedas que contienen cuatro personas son: rueda, cometa, cadena, círculo, tajo e interconexión total.

  8. Las redes de cinco personas son: rueda, cadena, Y, círculo, círculos con barra, círculos con doble barra, círculos con triple barra, interconexión total, cadena (X), círculo (X), girándula y alfa.

  9. La relación es simétrica en el caso de que los dos miembros posean a misma probabilidad de comunicación.

  10. Estos dos aspectos no son objetivos prioritarios de la Teoría de la Comunicación.

  11. El símbolo (*) indica que el modelo correspondiente se estudiará posteriormente en mayor profundidad.

  12. Dance (1967) señala que se realiza un círculo cuando, en realidad, estrictamente hablando es una circunferencia.

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revista digital · Año 15 · N° 143 | Buenos Aires, Abril de 2010  
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