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Introducción

    Partiendo de que la preparación física constituye un componente fundamental no solo para desarrollo deportivo del individuo, sino también, como parte se su formación de la personalidad, es punto vital que los contenidos que se aplique durante su carrera sean aquellos los cuales necesita para tal fin.

    Cada vez es mayor el consenso en torno a la idea de que los equipos de baloncesto, cualquiera que sea la edad de los jugadores que lo forman, deben realizar una preparación específicamente pensada y planificada de las principales capacidades físico-motrices y psico-motrices de sus deportistas (es decir: resistencia, coordinación, fuerza, equilibrio, velocidad, agilidad, flexibilidad, ritmo, etc.) para poder alcanzar cotas más altas de rendimiento. (Fernández Río, 2001)

    Los jugadores se afianzan en sí mismo y en sus potencialidades en la medida que sensibilizan la utilidad de su aprendizaje y desarrollo motriz. Al decir de, Mechling (1990, citado por Refoyo, 2001) “...la optimización deportiva se relaciona con el entrenamiento y el aprendizaje, en los que debe controlarse una gran multitud de variables de influencia por lo que respecta a su interacción para alcanzar un resultado óptimo...”. La gran virtuosidad del entrenador radica precisamente en ofrecer a sus atletas medios diversos y divertidos que aumenten las posibilidades de aprovechamiento del contenido propio del baloncesto; teniendo en cuenta la armonía imprescindible entre la evolución de las capacidades física, la asimilación y uso de los elementos técnicos y situaciones tácticas, sobre la bases de las particularidades propias del accionar en el juego de baloncesto.

    Mantener este equilibrio según Ulloa López (2001) es una cuestión básicas que se debe aclarar cuando nos enfrentamos a la delicada tarea como pedagogos del deporte y la educación física, puesto que están en juego, no sólo los éxitos del futuro deportista sino que al mismo tiempo se marcará el futuro de la persona que tomará su propia actitud en la sociedad que le corresponda vivir.

    Este artículo pretende de alguna forma acercarnos a los contenidos específicos que determinan la efectividad de las acciones en el juego de baloncesto, y que sin lugar a dudas, deben tenerse en cuenta a la hora de realizar la programación del entrenamiento. Pues su análisis sistémico nos permitirá determinar cuales son aquellos contenidos que sirven de base para condicionar físicamente a los atletas.

Desarrollo

    Las repetidas intervenciones provocadas por árbitros, entrenadores y jueces en general provocan que el tiempo real de juego exceda al tiempo reglamentario en más de 8 ó 12 minutos, dando un tiempo total de 48 ó 52 minutos aproximadamente, durante los cuales es preciso mantener un ritmo de juego estable, con una intensidad que permita constantemente vencer al oponente. Por tanto, se hace imprescindible contar con una gran resistencia aeróbica. Serrabona (citado por Díaz, 2000) es del criterio que, los niveles de resistencia deben permitir el mantenimiento de una intensidad variable de carga durante el tiempo de partido. También debe buscar la recuperación rápida entre las fases variables de esfuerzo y descanso. Por otro lado, el entrenamiento de la resistencia debe estar enfocado al objetivo de aumentar la capacidad de soportar las cargas técnico-tácticas de los entrenamientos y/o la competición.

    Debe tenerse en cuenta que, aunque los partidos tienen una duración prolongada (más de 40 minutos), existen muchas pausas, que atenúan la magnitud de los esfuerzos. Siendo así, estos pueden catalogarse como de intensidad variable. Ahora bien, aunque los tiempos de descanso son superiores a los de trabajo y los atletas pueden soportar esa dinámica, la recuperación no es totalmente completa, lo que obliga a sintetizar los sustratos energéticos a partir de la glucólisis anaeróbica.

    Por otra parte, partiendo del tiempo en que se realiza la mayoría de las acciones en el juego (0 a 10”) y la alta velocidad con que se ejecutan, manteniendo la explosividad de los esfuerzos a lo largo del partido, es imprescindible la resistencia a eventos de fuerza rápida. Además, la necesidad de dar respuestas específicas a determinadas acciones como el tiro, el pase, y el dribling, demandan una máxima velocidad y una coordinación especial, es decir, no es suficiente con identificar los esfuerzos, es preciso considerar su duración y frecuencia durante el encuentro. En tal sentido, Fernández Fraga, C. Lago Peñas, (s/f) refieren que el baloncesto se caracteriza por el desarrollo de acciones de juego breves y de intensidad máxima intercaladas con otras de intensidad submáxima y ligera; razón por la cual la expresión condicional más importante a estimular en el entrenamiento de los deportistas resulta ser la potencia anaeróbica aláctica

    Estas consideraciones permiten inferir que el contenido capaz de satisfacer esas exigencias, debe incluir esfuerzos anaeróbicos, tanto lácticos como alácticos.

    Estudios precedentes de autores como: Colli & Faina (1987); Hernández (1988); Brandão (1991); Cañizares y Sampedro, (1993); Janeira (1994), McClay et al. (1994), Olivera (2001) y Díaz (2007), plantean que cada tres acciones ofensivas o defensivas que se realizan una de ellas tienen a los saltos como parte del movimiento que se ejecuta, de ahí que este tipo de acción para el baloncesto tenga un carácter muy relevante tanto para jugadores interiores como exteriores. Acciones como botar el balón, los diferentes tipos de tiros, rebotes, tapar el balón, intercepciones entre otras, son la base de estos movimientos. Estas acciones corroboran la importancia de un elevado desarrollo de la relación entre la fuerza y la rapidez.

    Valorando aspectos más generales, como los que se ponen de manifiesto en el contexto del juego, entiéndase relaciones de colaboración y oposición que se evidencian entre compañeros y oponentes; limitaciones espaciales y temporales, relación con el móvil, (balón) teniendo en cuenta la referencia, (aro) es posible apreciar los cambios de ritmo, las acciones combinadas y poliestructuradas que tienen lugar sin un aviso o información previa.

    Estas situaciones permiten asegurar sin duda, que entre los contenidos necesarios para solucionarlas, cuentan la velocidad de reacción compleja, fundamentalmente de carácter visual, sobre objetos que se mueven en el espacio, el sentido de anticipación y la coordinación.

    De cualquier forma, a continuación, se esboza una relación entre las exigencias físicas del juego y el contenido de entrenamiento capaz de respaldarlo:

Conclusiones

• Se hace imprescindible en el baloncesto moderno en cualquier categoría, establecer parámetros para el entrenamiento teniendo en cuenta la actividad competitiva que se realiza.

• Los contenidos que se determinaron guardan una relación estrecha con las acciones propias de la actividad competitiva del baloncesto.

• La resistencia aerobia, las distintas manifestaciones de la velocidad, la fuerza rápida y explosiva, la flexibilidad, la coordinación y la resistencia anaerobia van a constituir los contenidos específicos que determinan la calidad de las acciones en el baloncesto moderno.

Bibliografía

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• Cañizares, J. y Sampedro, J. (1993) Cuantificación del esfuerzo, Clinic, 22, 13-15.

• Díaz E. (2000). La preparación física en el baloncesto, Apuntes del Máster Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo, Versión internacional. ISCF. “Manuel Fajardo”.

• Díaz González, A. (2007). Análisis de indicadores físicos para la organización de la preparación física en atletas escolares 15 – 16 años (m) de baloncesto. Revista Deportiva EIEFD.

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• Refoyo, I. Sampedro J. Lorenzo, A. Jiménez, S. (2001) Congreso iberoamericano de baloncesto. INEF Madrid; U.P.M.

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• Soriano, A y Galiano, D. (1998). Valoración inicial del jugador de baloncesto, Archivos de Medicina del Deporte, XV, pág. 68, 463-469.

• Ulloa López J. (2001). Carácter metodológico del entrenamiento con niños. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 7 - N° 39 http://www.efdeportes.com/efd39/entren.htm

• Zaragoza, J. (1996). “Análisis de la actividad competitiva I”, Clinic, nº 34, 4-7, Barcelona España.

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revista digital · Año 15 · N° 143 | Buenos Aires, Abril de 2010   © 1997-2010 Derechos reservados