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La hiperactividad y la relajación en las clases de Educación Física

 

Profesor en Educación Física

I.E.S Salduba

San Pedro de Alcántara, Marbella

Gonzalo Domínguez López

gonzalo_dominguez_lopez@hotmail.com

(España)

 

 

 

Resumen

          Este artículo tiene como objetivo proponer algunas orientaciones metodológicas para trabajar durante las sesiones de educación física con alumnos hiperactivos (Trastorno de TDAH) que suelen tener problemas a la hora de adaptarse al entorno escolar. La Educación Física es un marco idóneo para que el alumnado mejore en aspectos fundamentales como la relajación e inhibición muscular, el control postural y la autoestima. También se presentan actividades que se pueden realizar durante las sesiones que dediquemos la relajación dentro del bloque de contenidos de Condición física y salud.

          Palabras clave: Hiperactividad. Relajación. Educación Física. Enseñanza Secundaría

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 142 - Marzo de 2010

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1.     Delimitación conceptual

    Eric Taylor (2000), define la hiperactividad como un estilo permanente de comportamiento. Los niños/as afectados son desorganizados y caóticos, no persisten mucho tiempo en la misma actividad como la mayor parte de los niños/as de su edad y se distraen con mayor facilidad. Son inquietos y tienden a ser impulsivos, metiéndose con frecuencia en situaciones problemáticas.

    La hiperactividad (TDAH) es un patrón de comportamiento caracterizado por la vehemencia y la inquietud. Los niños/as hiperactivos están siempre en movimiento, no se quedan quietos ni siquiera en situaciones que requieren una calma relativa, como es la clase. En casos extremos, pueden llegar a ser incapaces de entretenerse solos; parecen estar buscando constantemente algo que nunca llega.

    Barkley, Biederman (1997), y Quay (1997) consideran que los síntomas que constituyen el grupo hiperactivo-impulsivo, que da lugar al TDAH con predominio hiperactivo o/y impulsivo, son un conjunto de problemas evolutivos, con una causa y un curso diferentes, muestran pautas conductuales y emocionales distintas, y una interacción social y funcionamiento cognoscitivo también distinto, si los comparamos con los síntomas que caracterizan al TDAH con predominio del déficit de atención.

    El síndrome de hiperactividad es bastante frecuente en la infancia y ha sido estudiado desde hace tiempo pero sus causas no están bien delimitadas. Entre las posibles causas más investigadas destacan:

  1. Factores biológicos.

  2. Retraso madurativo.

  3. Factores pre y perinatales.

  4. Influencias genéticas.

    Otras variables propias del ambiente del niño

2.     Manifestaciones del alumno/a hiperactivo

    Las conductas que presenta son: impaciencia, impulsividad, parece no escuchar nada de lo que se le dice, distrae a los demás, tiene problemas para relacionarse con sus iguales, le cuesta permanecer sentado y quieto…

    La hiperactividad en algunos niños/as suele ser transitoria, y su génesis puede partir de problemas familiares que les hayan afectado: padres que se divorcian, la muerte de una persona querida; una preparación insuficiente para la llegada de un nuevo hermanito.

3.     Diagnostico de la hiperactividad

    Es necesario hacerlo en edades tempranas de la educación primaria. Algunos datos apuntan a que entre un 3% y un 5% de niños menores de 10 años padecen TDAH. (Orjales, 2002) En el caso de las niñas esa incidencia es menor, aunque también debemos reflexionar si no pasarán más inadvertidas en el aula porque su problemática es más de inatención en comparación con los varones.

    Si un niño con TDAH no recibe la intervención adecuada desde edades tempranas su sintomatología se acentúa, viéndose acompañada de otra problemática como bajo rendimiento académico, aislamiento social.

4.     Tratamiento y protocolo de actuación con alumnos/as hiperactivos

    Es una enfermedad que se debe abordar desde distintas perspectivas:

  • Tratamiento farmacológico, si existe la disfunción neurológica.

  • Tratamiento psicopedagógico: técnicas de relajación (expuestas posteriormente); potenciar actividades de atención y de concentración; técnicas de condicionamiento; técnicas de auto control, etc.

  • Tratamiento e intervención de los padres para paliar la conducta causa efecto del comportamiento de los padres y respuesta de los hijos.

5.     Protocolo de actuación del profesorado

    Dentro de la práctica escolar nos encontramos en el aula con niños y adolescentes con TDAH sin que los profesores tengamos información sobre ello fundamentalmente por dos razones. La primera, aún existen muchos chicos y chicas sin diagnosticar, por desconocimiento del trastorno por parte de padres y profesorado. En segundo lugar existe un número de casos que aun habiendo sido diagnosticado no se informa al centro para evitar rechazo escolar y social, se trata de un trastorno que aunque no es grave si cuenta con «mala prensa» dentro del ámbito escolar debido nuevamente al desconocimiento de los profesores al respecto.

    No todos los problemas son por la dificultad para concentrarse, además puede tener dificultades para analizar los requisitos de una tarea, generar estrategias de solución de problemas y evaluar su propio rendimiento. Por ello son muy beneficiosos los métodos basados en la autorregulación o aprendizaje autoinstruccional, con los que aprende a usar su propio lenguaje interior para organizar las tareas y llegar a las mejores soluciones. Se consideran muy apropiadas la realización de actividades de relajación y las que mejoren su nivel de atención.

    Antes de tomar decisiones, debemos de tener en cuenta el informe del alumno/a y las orientaciones educativas que nos den los profesionales encargados de estos casos (psicopedagogo o psicólogo del E.O.E., el profesor de Educación Especial, los asistentes sociales, los pediatras, los psicoterapeutas, el psiquiatra infantil…..).

6.     Pautas de actuación docente

  • 1º Actuar como si no hubiera ningún problema con el alumno/a, salvo cuando la conducta sea alborotadora o peligrosa. En ningún caso establecer un enfrentamiento verbal entre profesor-alumno.

  • 2º Cada vez que se pelee o amenace, empuje o moleste, tener siempre la misma actuación; no se debe en algunas ocasiones  permitir la conducta y en otras castigarlo, recriminarlo o expulsarlo.

  • 3º Buscar reforzadores sociales (alabanzas, comentarios positivos, felicitaciones, reconocimiento colectivo) o reforzadores de situación  (ser el encargado de..., abrir el gimnasio, sacar y repartir el material)  que puedan ser agradables cuando el alumno se porte bien y así también no tenga que esperar durante mucho tiempo en la fila, aspecto que agrava su problema

  • 4º No darle excesivas órdenes a la vez. Plantear ejercicios no muy dinámicos, pero que no existan eliminados, pues no podemos desprender al niño hiperactivo de situaciones en las que realmente pueda desahogarse. Darle las instrucciones de forma breve, clara y concisa. Si es necesario darle las instrucciones por escrito haciendo que nos repita la propia instrucción.

  • 5º Hacer adaptaciones curriculares motivadoras adecuadas a sus intereses. Plantear actividades con varios niveles de dificultad.

  • 6º Cuando se le regañe, hacer los comentarios negativos a la situación, nunca a la persona, hacerlo con calma y a ser posible a solas, con ello reforzaremos su autoestima. Si le hemos de castigar, los castigos deben ser cortos e inmediatos.

  • 7º Cuando tenga conductas agresivas jamás tocarle, ni gritarle en ese momento. Es necesario dejar unos momentos para que se tranquilice y después tomar las medidas que se consideren necesarias. El profesor debe mantener la calma y dominar la situación tanto la verbal como la comunicación gestual. El alumno debe conocer las consecuencias negativas de sus comportamientos, ya que siempre se actuará de la misma manera. Es más importante tratar que logren éxitos en sus aprendizajes que en "reeducar" sus malas conductas, pues (aunque éstas no se deben desatender) a medida que mejoren los aprendizajes irán disminuyendo los malos comportamientos.

  • 8º No permitir en ningún caso conductas auto lesivas ni poner en peligro a los demás compañeros. Mediaremos ante sus conflictos, haciendo de modelo de resolución de problemas.

  • 9º Debemos anticiparnos constantemente a las consecuencias que tendrá su conducta.

  • 10º Trabajar mucho a partir del juego, estableceremos juegos cooperativos (actividades por parejas y grupos reducidos) en los que el alumno participe activamente. Eliminar en todo momento las situaciones de espera, para ello eliminar las filas y plantear actividades de ejecución simultánea, variantes en las actividades.

  • 11º No etiquetar ni hacer juicios de valor sobre su comportamiento, ser conscientes de que no lo hacen adrede. Debemos tener un conocimiento mínimo sobre este trastorno. Lograremos mejores resultados con estos alumnos/as si el profesor tiene conocimientos previos sobre este problema.

  • 12º Trabajaremos la mejora de sus conductas sociales, como hacer peticiones, pedir ayuda, reconocer dificultades, admitir errores, saber demostrar sus sentimientos de enfado, rabia, etc.

  • 13º Dividir las actividades en pequeños pasos para que puedan hacer aprendizajes breves que su capacidad atencional pueda asumir. Las tareas cortas le permiten no cansarse y que no entre en la monotonía y no se distraiga, programarle períodos de descanso donde se pueda mover; conforme lo vaya consiguiendo ir aumentando el número de tareas, la cantidad de esfuerzo, y el tiempo para su realización..

  • 14º Reforzaremos sus conductas adecuadas como ir despacio pero haciendo bien las actividades (la calidad frente a la cantidad).

  • 15º Se les debe tratar cariñosamente y siempre de forma calmada, sin gritos ni gestos de desesperación. Es muy importante no hacer comentarios negativos sobre su conducta que él pueda oír.

  • 16º No se debe obligar al niño a estar sentado más tiempo del que realmente puede mantenerse. Es preferible que esté poco tiempo interesado en una actividad, que hacerlo permanecer mucho rato en lo mismo sin atender a nada de lo que se está haciendo e incluso, a veces, perturbando a los demás. Es importante que no vean las actividades pasivas como un castigo, sino que trataremos de que se interese por ellas.

  • 17º Es conveniente que se ayude a estos niños en las actividades en las que tengan que concentrar la atención; primero despertaremos su interés por la actividad, para luego sentarse con ellos y guiarlos por los pasos necesarios para su realización, para así formarles el hábito de concentrarse.

  • 18º Para lograr que se tranquilicen, es fundamental proporcionarles un ambiente de calma; hay que evitar las conductas alteradas y los ruidos fuertes a su alrededor.

7.     Aumento de la motivación de este alumnado

  • No tienen auto motivación, por eso es importante recompensarles en el entorno Inmediato, diciéndoles cuales serán esas recompensas por concluir correctamente sus tareas. Propiciar situaciones de éxito para que ellos vean que “este es debido a su esfuerzo y no al azar”.

  • Proporcionarles actividades que no le resulten monótonas ni aburridas dentro de un funcionamiento diario de clase estructurado. Presentarles las tareas con materiales atractivos para él.

  • Reforzar y premiar las conductas adecuadas como el estar atento en el entorno inmediato, “ganando el doble”: que sería el terminar una tarea aparte del premio como consecuencia de la conducta adecuada.

  • Darles más feedback, darles información sobre su acción de manera frecuente alabándolos (“muy bien lo estas intentando”, “estas siguiendo tu plan...muy bien sigue así…”, “lo estás haciendo bien o mal...”) y así motivarlos en la realización de tareas.

  • Comenzar por los premios no por los castigos. De por sí, son unos niños que están más castigados que otros. Este sólo funciona si es muy inmediato.

  • Pedirle que piense en voz alta, que cuente lo que hace, o tiene que hacer, para posibilitar la producción del lenguaje interno que medie en la conducta, aquí favoreceremos el uso de auto instrucciones como factor importante en la dirección de las conductas.

  • Favorecer su papel de “ayudante del profesor”.

  • Trabajar con la imaginación, ayudarle y obligarle a recordar hechos pasados, cual ha sido su actuación y cual la consecuencia y que pasara en el futuro en esa actividad o tarea.

  • Trabajo específico en psicomotricidad: recortar, colorear, calcar, plegar, contornear figuras, hacer rompecabezas, pintar con los dedos….

8.     Orientaciones metodológicas dentro de la sesión de Educación Física

    En cada sesión de tratamiento se les deben asignar a los alumnos tareas y responsabilidades individuales que les permita una mayor participación dentro de la dinámica grupal. Para trabajar el movimiento se deben utilizar diversas formas organizativas tales como: caminar dispersos por la pista de deportes, unirse en parejas, tríos, círculos, etc.

    El profesor en la aplicación del tratamiento debe priorizar aquellas técnicas, ejercicios y actividades que vayan destinadas a erradicar o disminuir la excesiva intranquilidad, agresividad y violencia que pueden traer consigo trastornos de la personalidad. De igual modo propiciaremos un nivel óptimo de relajación en el niño lo que le permitirá sentirse más ecuánime y tranquilo en su relación con los demás alumnos y amigos.

    La forma de realización de los ejercicios y actividades debe cumplir el principio del aumento gradual y progresivo de las cargas (de lo sencillo a lo complejo), donde se pongan de manifiesto la cooperación y ayuda mutua, la comunicación, el trabajo en grupos en el cual todos se sientan parte integrante del mismo.

    En relación a los juegos, primero deben utilizarse los juegos de movimiento, los que propiciaran en el niño un incremento del Gasto Energético y después utilizar Juegos encaminados al desarrollo de la expresión corporal, para mediante estos ejercitar el ritmo, la coordinación, las dramatizaciones y después incluir la realización de los juegos pasivos, los cuales influyan en la relajación de los mismos.

    Las actividades musicales y recreativas se recomienda que al inicio se realice el movimiento corporal sin música mediante la imaginación y creatividad del niño/a para después incorporar la música donde el alumno/a pueda combinar la expresión corporal con la canción infantil y a la vez que logre cantar la misma.

    La utilización de una serie de ejercicios tipo Taichí nos va a permitir de forma general, la relajación del niño con este trastorno de la conducta y enseñarle al mismo a controlar su intranquilidad en momentos de crisis

    Desarrollar antes y después de la práctica de la actividad física ejercicios de respiración y relajación. (Cherry, 1993).

9.     Introducción a la relajación

    Cuando se inicia el programa de relajación, el alumno debe haber tomado conciencia de sus dificultades en autocontrol corporal. Ésta es, con diferencia, una de las partes del tratamiento más difíciles de entrenar.

    Iniciar el entrenamiento en relajación, parte de la toma de conciencia de la tensión muscular y la respiración.

Práctica de una sesión de relajación (Orjales, 2005):

    Sentado en una silla, realizamos una relajación general progresiva contrayendo y relajando las partes del cuerpo. Ponemos música y hacemos que el alumno tome conciencia de cada una de las zonas del cuerpo que tocan con el suelo. Posteriormente recorreremos todo el cuerpo tal y como se explica seguidamente:

  1. Estás sentado tranquilamente. Estás con lo ojos vendados, no ves nada y no te preocupa ver nada. Estás tranquilo y a gusto.

  2. Te voy a ir diciendo algunas cosas que tienes que hacer. Cada vez que contraigas alguna parte del cuerpo que yo te diga, concéntrate en sentir la diferencia entre esta situación y la anterior. Es muy importante.

  3. Aprieta tu puño izquierdo, nota la tensión en la mano y el antebrazo, relájate.

  4. Aprieta tu puño derecho, nota la tensión en la mano y el antebrazo, relájate.

  5. Flexiona el brazo izquierdo hacia arriba, levantando la muñeca y estirando los dedos levantados hacia el techo.

  6. Lo mismo con el brazo derecho

  7. Tócate lo hombros con lo dedos, levanta los brazos, nota la tensión de los brazos. Relájate.

  8. Arruga la frente todo lo que puedas. Relájate.

  9. Aprieta los ojos con fuerza. Nota la tensión en toda la cara. Relájate.

  10. Aprieta los labios con fuerza. Nota la tensión en el cuello y la barbilla. Relájate.

  11. Coloca la cabeza hacia atrás. Presiona con fuerza y relájate.

  12. Arquea la espalda. Relájate.

  13. Toma mucho aire. Retenlo dentro y nota la presión en el pecho y en la espalda. Déjalo ir suavemente.

  14. Tensa el estómago, con fuerza. Relájate.

  15. Tensa los glúteos, haciendo presión sobre la silla. Nota la tensión. Relájate.

  16. Estira las piernas y contráelas con fuerza. Relájate.

  17. Levanta hacia arriba los dedos de los pies. Nota cómo la tensión sube por la pierna. Relájate ahora.

Conclusión

    Existen grandes dificultades a la hora de paliar la hiperactividad pero, si se puede mejorar su progreso enseñando al alumnado hiperactivo a practicar actividades encaminadas a la relajación, ejercicios físicos para hacer disminuir el nivel de adrenalina en sangre, y estrategias para aumentar la atención en las actividades que presenta el profesor. Debemos resaltar la importancia de la comunicación entre padres y profesores para que tengan actitudes positivas hacia sus hijos y alumnos, y se lleven a cabo normas de actuación adecuadas que ayuden a la interrelación entre los mismos.

Bibliografía

  • Bonet, T, Solano, C y Soriano, Y. Aprendiendo con los niños hiperactivos. Un reto educativo. Editorial. Thomson. Madrid.

  • Cherry, C. (1993). Como mantener tranquilos a los niños. Ediciones Ceac. Barcelona

  • Orjales, I (2005). Déficit de atención con hiperactividad. Manual para padres y educadores. Editoral CEPE. Madrid.

  • Palma López, Manuel J. Casos prácticos en el área de Educación Física, relacionados con alumnos problemáticos y con comportamientos no habituales. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 13, Nº 123, Agosto de 2008. http://www.efdeportes.com/efd123/alumnos-problematicos-y-con-comportamientos-no-habituales-en-educacion-fisica.htm

  • Sánchez Álvarez, P. Protocolo de actuación para alumnos hiperactivos, entregado a los tutores al comenzar el curso. http://www.copoe.org/node/184

  • Taylor, E. (2000). El niño hiperactivo. Editorial Edaf. Madrid.

  • VV.AA (2004). Aprender a atender.  Editarial CEPE. Madrid.

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