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Educación en valores y transversalidad en el área de Educación Física

 

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. UCAM. Murcia

Maestro Especialista en Educación Física. Universidad de Cádiz

(España)

Antonio Rafael Corrales Salguero

corralesgastor@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          La educación en valores dentro del currículo son un conjunto de contenidos de enseñanza esencialmente actitudinales que deben entrar a formar parte en las actividades planteadas en todas las Áreas. Siguiendo a Lucini (1994) su incorporación supone formalizar una educación en valores y actitudes no de forma esporádica sino constante a lo largo de cada curso. Es importante ser conscientes que los valores no se pueden imponer de forma autoritaria, sino que son un cúmulo de actitudes autoimpuestas por la propia voluntad. Coincidimos con Contreras (1998) en que la Educación Física es un área idónea para fomentar y conseguir estos valores y actitudes. Este autor considera que el clima de las sesiones, las interacciones profesor-alumno, las situaciones afectivas que se dan en los juegos, el contacto con el medio natural, etc. van a favorecer la socialización y el asentamiento del sistema de valores.

          Palabras clave: Valores. Temas transversales. Educación Física

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 142 - Marzo de 2010

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Introducción

    La importancia de la Educación en Valores o también denominados Temas Transversales exige un compromiso por parte de los docentes para trabajar, programar y desarrollar un verdadero proceso de enseñanza-aprendizaje de dichos contenidos transversales, de ahí la gran importancia de conocer las principales características de éstos.

    Los temas transversales constituyen un aspecto clave de las intenciones educativas, que se recogen en el currículum de educación infantil, primaria y secundaria. Se refiere a determinadas necesidades sociales, consideradas de gran trascendencia, reclaman una atención prioritaria. La enseñanza de estos temas, se quiere desarrollar en los alumnos, una dimensión ético-moral, una formación integral, fundamentalmente, a través de la educación de valores. No existe un catálogo cerrado de estos temas, por definición, están abiertos a incorporar nuevos aprendizajes.

    Con el tratamiento de los temas transversales se pretende que el alumnado sea capaz de elaborar de forma racional y autónoma los principios de valor, tales como la paz, la verdad, la justicia, el respeto y la cooperación. Dichos principios les permitirán el desarrollo de conductas y hábitos socialmente admitidos.

    De forma general, entendemos por Temas Trasversales, al término que otorgamos a unos contenidos surgidos a partir de la reforma educativa de la LOGSE, en 1990. Se trata de unas materias dispuestas a lo largo del itinerario educativo, vertebrándose sin límites en las diferentes, áreas, asignaturas del recorrido escolar. Muestran caracteres conceptuales y procedimentales, como todas las materias pero su rasgo distintivo es que están ligadas inequívocamente a una dimensión ética y por tanto relacionadas con valores y actitudes, que la escuela debe fomentar para el desarrollo autónomo-moral del alumnado.

    Estos contenidos no se encuentran insertos en una sola materia, asignatura, curso o ciclo, carecen de límites espacio-temporales, desarrollándose durante todo el currículo educativo.

Justificación de su importancia dentro del marco educativo

    Según Pedro Sáenz-López Buñuel, profesor de la Universidad de Huelva, la educación escolar tiene como finalidad básica la de contribuir a desarrollar personas con capacidad para desenvolverse en la sociedad. Camps (1993), citada por Contreras (1998, p.111), define la educación como “formar el carácter para que se cumpla un proceso de socialización imprescindible y formarlo para promover un mundo más civilizado, crítico con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales”. Para tal fin, además de los conocimientos de diversas disciplinas hay ciertas cuestiones en la época actual que reclaman una atención prioritaria. Los grandes conflictos contemporáneos del mundo como la violencia, las desigualdades, la escasez de valores éticos, el despilfarro, la degradación del medio ambiente o hábitos que atentan contra la salud, no pueden pasar desapercibidas para el sistema educativo (MEC, 1993).

    Para centrar el marco legal de la Educación en Valores y comenzando en su punto más general con la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), en su artículo 26, apartado 2 declara: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, tolerancia y la amistad entre las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”.

    Pasando ya a un marco legal nacional encontramos dentro de la Constitución Española (1978) en el artículo 27.2 que: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”.

    Relativo a la normativa educativa los Temas Transversales no han estado incluidos hasta la entrada en vigor de la LOGSE (1990). Anteriormente a dicha ley la Educación en Valores formaba parte del currículum oculto, aquel que era transmitido de forma inconsciente y no programada y siempre era dejada a la iniciativa del profesorado.

    A partir del desarrollo de la LOGSE se normaliza la importancia y la necesidad de trabajar estos aspectos al igual que se impartían los otros tipos de contenidos propios de cada área y que ya estaban legislados en las anteriores leyes educativas.

    Ya en la actualidad y haciendo mención a la LOE (2006), los Temas Transversales no aparecen de forma explícita, sino que aparecen como Educación en Valores, tal es el caso en su Artículo 1 donde ya se informa que “También ocupa un lugar relevante, en la relación de principios de la educación, la transmisión de aquellos valores que favorecen la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, que constituyen la base de la vida en común”, en su artículo Artículo 24.7. Organización de los cursos primero, segundo y tercero, “Sin perjuicio de su tratamiento específico en algunas de las materias de la etapa, la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, las tecnologías de la información y la comunicación y la educación en valores se trabajarán en todas las áreas.”. Así como en su Artículo 121, “El proyecto educativo del centro recogerá los valores, los objetivos y las prioridades de actuación. Asimismo, incorporará la concreción de los currículos establecidos por la Administración educativa que corresponde fijar y aprobar al Claustro, así como el tratamiento transversal en las áreas, materias o módulos de la educación en valores y otras enseñanzas”.

    Aparte de legislativamente, la inclusión de los temas transversales en el currículum se justifica por otros factores. Tal y como indica Orsini (2004), “la crisis generalizada de valores que se percibe en nuestras sociedades, reflejada en los problemas, necesidades y carencias... han llevado a incluir en las nuevas reformas educativas los temas transversales”.

    Díaz (2005) nos indica que la transmisión tradicional de valores de la generación adulta a la joven, experimenta una ruptura, similar a la que han padecido las economías locales por los procesos de globalización. Esa ruptura es el resultado de la invasión de las tecnologías de la comunicación y de las nuevas tecnologías de la información, los programas de televisión, los nuevos centros de reunión en particular de los jóvenes , que pregonan un pragmatismo exacerbado, un estado de “placer” o “satisfacción” inmediato y una visión de lo útil. Por tanto, se necesita recuperar esta transmisión tradicional mediante una actuación conjunta entre la escuela y sociedad para la resolución de los problemas existentes. Siempre partiendo de que la escuela se encuentra en un entorno social que no le favorece y que la complejidad de la situación requiere de una atención minuciosa y considerada.

    Otro de los factores que justifican la inclusión en el currículum de los Temas Transversales o Educación en Valores es el histórico. Díaz (2005) establece que desde los orígenes de la escuela tal y como la conocemos, ya estaba presente una educación en valores de una manera u otra. Concretamente se planteaban un conjunto de recomendaciones explícitas sobre el tema de los valores. Por lo que podemos decir que siempre han estado presentes y que son parte de la educación.

    Por otra parte, se debe considerar a los docentes como un intelectual comprometido en la mejora social, que habrá de ser capaz de fomentar y promover aprendizajes relevantes en las aulas, necesarios en una sociedad como la nuestra, en constante proceso de avance y cambio (Alcalá del Olmo, 2005)

Conceptualización: Temas Transversales y Educación en Valores

    Como dice Gavidia (1996), la evolución del concepto “transversalidad” ha sido una evolución rápida, llegando a simbolizar lo novedoso del sistema educativo actual.

    Destacando de la transversalidad su consideración curricular de la noción de complejidad, encontramos a Pujol y Sanmartí (1995), los cuales afirman que “educar en la transversalidad implica un cambio de perspectivas mucho más amplio, que afecta a la misma visión del mundo y de la ciencia y, en consecuencia, a la selección de contenidos y su jerarquización y estructuración”.

    Por otro lado también hemos visto como de la concepción de Temas Transversales con la LOGSE se ha pasado al concepto de Educación en Valores con la nueva ley educativa LOE.

    El término transversal hace referencia a la educación moral y cívica, para la salud, para la paz y la convivencia, para la igualdad de oportunidades entre los sexos, del consumidor, ambiental y vial. Sin embargo, la concepción de su término ha pasado por diferentes momentos con distintos significados, hasta llegar a lo que representa en estos momentos. “Transversal” ha pasado de significar ciertos contenidos que deben considerarse en las diversas disciplinas escolares (higiene), a representar un conjunto de valores y actitudes que deben ser educados. Es símbolo de innovación, e incluso en ocasiones se utiliza como paradigma de la actual reforma educativa. (Gavidia, 1996).

    Los temas transversales dentro del currículo son un conjunto de contenidos de enseñanza esencialmente actitudinales que deben entrar a formar parte en las actividades planteadas en todas las áreas. En cuanto a la conceptualización de este elemento curricular, hay diversos autores que entienden los temas o ejes transversales de diferentes maneras. Uno de ellos es Yus Ramos (1998), entendiéndolos como “un conjunto de contenidos educativos y ejes conductores de la actividad escolar que, no estando ligados a ninguna materia en particular, se puede considerar que son comunes a todas, de forma que, más que crear disciplinas nuevas, se ve conveniente que su tratamiento sea transversal en el currículum global del centro”.

    Siguiendo a Lucini (1994) su incorporación supone formalizar una educación en valores y actitudes no de forma esporádica sino constante a lo largo de cada curso. Es importante ser conscientes que los valores no se pueden imponer de forma autoritaria, sino que son un cúmulo de actitudes auto-impuestas por la propia voluntad.

    Los Temas Transversales son un contenido educativo valioso que responde a un proyecto válido de sociedad de educación (Contreras, 1998). Están relacionados con la transmisión de valores y de conocimientos menos científicos.

    Blanco y Escamilla (1996) los definen como “Conjunto de contenidos referidos a sectores de conocimiento caracterizados por su alta relevancia social (están vinculados a la fuente sociológica del currículo) y por su relación con la educación en valores. Son los siguientes: educación moral y cívica, educación para la salud y educación sexual, educación del consumidor, educación para la igualdad de oportunidades de ambos sexos, educación ambiental, educación para la paz y educación vial. La idea de transversalidad sintetiza la forma en que están recogidos en los programas actuales: atravesando y recorriendo el currículo de las diferentes áreas y materias. Esta forma de abordarlos y tratarlos se considera renovadora en tanto que los planteamientos tradicionales parecían encomendar la responsabilidad de su tratamiento a las Ciencias Sociales, la Religión, la Ética, etc.”.

    Baena y cols. (2008) caracterizan a los contenidos transversales entendiéndolos como “un conjunto de contenidos que interactúan en todas las áreas del currículum, y que surgen para dar respuesta a las demandas sociales”.

Principales características de los Temas Transversales

    A continuación veremos según varios autores, las principales características que poseen los Temas Transversales y que son atribuibles hoy día a la Educación en Valores.

    Las características comunes según Celorio (1992), son:

  1. Ponen el acento sobre cuestiones problemáticas de nuestras sociedades y de nuestros modelos de desarrollo: violación de derechos humanos, deterioro ecológico físicosocial, sexismo, racismo, discriminación, violencia estructural, subdesarrollo, etc.

  2. Impugnan un modelo global que se rechaza por ser insolidario y reproductor de injusticias sociales.

  3. Destacan la importancia de introducir toda esta problemática en la escuela no como materia curricular, sino como enfoque orientador crítico y dinámico.

  4. Propugnan una profunda renovación de los sistemas de enseñanza-aprendizaje que, desde la reflexión crítica, sea capaz de transformar las visiones tradicionales que se ofrecen del mundo y de sus interacciones, con una decidida voluntad de comprensión-acción.

  5. Se enmarcan en la educación en valores, en los que los planteamientos de problemas desempeñan un papel fundamental, como medio para reconocer el conflicto y educar desde él.

  6. Intentan promover visiones interdisciplinares, globales y complejas, pero que faciliten la comprensión de fenómenos difícilmente explicables desde la óptica parcial de una disciplina o ciencia concreta.

  7. Pretenden romper con las visiones dominantes que son las que acaban por justificar el etnocentrismo, el androcentrismo y la reproducción de injusticias y desigualdades.

  8. Expresan la necesidad de conseguir aulas plenamente cooperativas, en las que el alumnado se sienta implicado en su proceso de aprendizaje y donde el profesorado sea un agente creador de currículum, intelectual y crítico.

  9. Reconocen la importancia de conectar con elementos de la vida cotidiana, provocar empatía, recoger las preocupaciones socio-afectivas de nuestros alumnos.

    Por otro lado, Gavidia (1996), nos dice que los temas transversales son contenidos curriculares que responden a las siguientes características:

  • Reflejan una preocupación por los problemas sociales, representan situaciones problemáticas vividas actualmente en nuestras sociedades y que conectan fácilmente con las informaciones, las inquietudes y las vivencias de los propios alumnos.

  • Conectan la escuela con la vida, con la realidad cotidiana. La educación escolar debe promover el cruce entre la cultura pública y la cultura experiencial de los alumnos. En la escuela, además, la de ser posible la síntesis entre las capacidades intelectuales de los alumnos y sus capacidades afectivas, sociales y éticas.

  • Son una apuesta por la educación en valores, como uno de los ejes fundamentales de la educación integral. La importancia de la educación moral se ha convertido últimamente en un clamor frente al relativismo moral postmoderno, a la inhibición de los agentes tradicionales de socialización y a la emergencia de los agentes educativos informales.

  • Permiten adoptar una perspectiva social crítica frente a los currículos tradicionales que dificultan las visiones globales e interrelacionadas de los problemas de la humanidad.

    Existen unas características que son atribuidas a los temas transversales y que sirven para facilitar su comprensión y aplicación en el currículum de las diferentes materias (Ureña, 1996). A continuación quedan explícitas algunas de ellas, como pueden ser:

  • Contenidos no configurados como áreas o disciplinas y por tal motivo deben desarrollarse dentro de los contextos de las diferentes áreas.

  • Presencia en las distintas etapas educativas.

  • Conllevar un cambio de orientación en el tratamiento y objetivos que se pretenden con dichos temas.

  • Incidencia directa de su enseñanza sobre la vida cotidiana.

    Alcalá del Olmo (2005) propone una serie de características definitorias de los Temas Transversales:

  • Se trata de una educación en valores puesto que éstos junto con las actitudes, se convierten en instrumentos que dotan de coherencia y fundamento a los factores que intervienen en procesos de enseñanza, propiciando, además, la vida en sociedad

  • La Transversalidad, por otra parte, apunta a una educación global, en la que, además de confluir en plano de igualdad la vertiente afectiva e intelectual (Yus en 1997, citado por Alcalá del Olmo ,2005), se otorga un tratamiento interdisciplinar a los contenidos de enseñanza.

  • Con la aplicación de los temas transversales, el rol del profesorado se modifica considerablemente debido a que, es considerado un profesional reflexivo, centrado en la revisión de tareas emprendidas y metodología seguida. Además debe ser capaz de crear situaciones estimulantes de aprendizaje, que inciten al alumnado a investigar, indagar y aprender, y en las que éste pueda manifestar rasgos de afectividad, sensibilidad e interés hacia las dimensiones tratadas.

  • Con la Transversalidad, finalmente, asistirnos a una concepción constructivista del aprendizaje, no sólo ante la implicación de los discentes en procesos de enseñanza, sino al propiciarse el desarrollo de un aprendizaje significativo

    Para finalizar, para incluir los temas transversales en la enseñanza, debemos tener en cuenta una serie de principios y características, los propuestos por Orsini Puente (2004), son:

  • La formación en valores éticos, que lleven a solucionar los problemas o necesidades detectados, está muy ligada a los temas transversales.

  • Han de ser trabajados desde la interdisciplinariedad, utilizando estrategias para la consecución tanto conceptual, procedimental y actitudinal.

  • Llevan a una educación integral, debido a que están dirigidos al área cognoscitiva, afectiva y biológica.

  • Facilitan que el currículum escolar se aproxime a la vida y a las problemáticas actuales.

  • Deben de llevar al cambio de conducta, a la transformación del entorno y al compromiso con el cambio social.

  • En el trabajo de los temas transversales no sólo deben estar implicados todos los profesores y alumnos, sino también los padres y madres de familia para que realmente se dé un cambio cualitativo de la persona y la sociedad.

  • Para el correcto trabajo de los temas transversales, se debe vivenciar el problema, reconocerlo y sentirse comprometido con el cambio.

  • Es muy importante tener en cuenta el currículum oculto transmitido por los docentes.

El trabajo de la Educación en Valores y los Temas Transversales en el área de Educación Física

    En relación al currículum establecido desde el Real Decreto 1513/2006, se percibe que el área de Educación Física va más allá de la adquisición y el perfeccionamiento de las conductas motrices, mostrándose sensible a los acelerados cambios que experimenta la sociedad y pretende dar respuesta, a través de sus intenciones educativas, a aquellas necesidades, individuales y colectivas, que conduzcan al bienestar personal y a promover una vida saludable, lejos de estereotipos y discriminaciones de cualquier tipo. (Baena, 2009).

    De la gran variedad de formas culturales en las que ha derivado la motricidad, el deporte es una de las más aceptadas y difundidas en nuestro entorno social, aun cuando las actividades expresivas, los juegos y los bailes tradicionales siguen gozando de un importante reconocimiento. Con ello, la complejidad del fenómeno deportivo exige en el currículo una selección de aquellos aspectos que motiven y contribuyan a la formación del alumnado, tanto desde la perspectiva del espectador como desde la de quienes los practican. Asimismo el área contribuye de forma esencial al desarrollo de la competencia social y ciudadana Las características de la Educación física, sobre todo las relativas al entorno en el que se desarrolla y a la dinámica de las clases, la hacen propicia para la educación de habilidades sociales, cuando la intervención educativa incide en este aspecto. Las actividades físicas y en especial las que se realizan colectivamente son un medio eficaz para facilitar la relación, la integración y el respeto, a la vez que contribuyen al desarrollo de la cooperación y la solidaridad (Real Decreto 1537/2006).

    En el ámbito de la Educación Física, Contreras (1998) destaca lo adecuado que es esta área para conseguir los valores y actitudes que se aporta cada uno, considerando que el clima de las sesiones, las interacciones profesor-alumno o las situaciones afectivas que se den en los juegos entre otros favorecerán la socialización y el asentamiento del sistema de valores que fundamenta la transversalidad.

    Así, en lo que respecta al área de Educación Física, tenemos que destacar la importancia que tiene educar al alumno no solo desde el punto de vista motriz o cognitivo, sino también fomentar y desarrollar toda una serie de actitudes positivas en torno a las prácticas, de ahí que se destaque la necesidad de asumir actitudes, valores y normas en torno al cuerpo, el movimiento y la salud, practicar ejercicio físico y deporte sin que su participación se someta a las características del sexo, habilidad u otros rasgos discriminatorios.

Temas transversales y su relación con la Educación Física

    A continuación veremos su tratamiento, aplicación y posibilidades dentro de éste área; haciendo referencia a autores como Busquets (1993), Lucini (1994), Contreras (1998), Baena (2005) y Sáenz-López (2009), tenemos:

Educación Ambiental

    Los alumnos tienen que comprender las relaciones que se dan en el medio en el que estamos inmersos y conocer los problemas ambientales y las soluciones individuales y colectivas que pueden ayudar a mejorar nuestro entorno. Hay que fomentar la participación solidaria personal hacia los problemas ambientales que están degradando nuestro planeta a un ritmo preocupante.

    En las clases de Educación Física las relaciones con el entorno son muy ricas. En primer lugar, el ambiente es todo lo que nos rodea: el patio, la pista o el gimnasio; y todos los materiales (balones, cuerdas, aros, colchonetas, porterías…). La valoración de lo que tenemos y su cuidado han de ser objetivos prioritarios de nuestra actuación. La correcta utilización y la limpieza de los vestuarios y duchas favorecerán actitudes participativas que no atenten contra el medio ambiente.

    Las actividades en la naturaleza suponen una oportunidad inigualable de desarrollar la Educación Ambiental. Desde un senderismo hasta una acampada, ofrecen la posibilidad de conocer, valorar y respetar los espacios que nos rodean.

    Otro recurso para fomentar la educación ambiental es llevar a clase materiales de desecho que puedan ser utilizados en lugar de convertirse en basura.

Educación para la Paz

    En la escuela conviven muchas personas con intereses no siempre similares por lo que es un lugar idóneo para aprender actitudes básicas de convivencia: solidaridad, tolerancia, respeto a la diversidad y capacidad de diálogo y de participación social.

    La Educación Física vuelve a ser un área privilegiada para promover actitudes de respeto, diálogo y participación en situaciones sociales bastante complejas.

    A modo de ejemplo, a través de los juegos de cooperación-oposición en los que se plantean y relucen situaciones de enfrentamiento que hay que aprender a resolver con el diálogo. Como se observa estos están íntimamente relacionados con este tema transversal.

Educación Moral y Cívica

    Es el eje referencial en torno al cual se articulan el resto de los temas transversales ya que sus dos dimensiones engloban el conjunto de los rasgos básicos del modelo de persona que participa activamente para solucionar los problemas sociales. La dimensión moral promueve el juicio ético acorde con unos valores democráticos, solidarios y participativos, y la cívica incide sobre estos mismo valores en el ámbito de la vida cotidiana (MEC, 1993).

    En Educación Física la gran mayoría de contenidos a trabajar, aportan su granito de arena en lo referente a la asimilación y desarrollo por parte del alumno de este principio actitudinal.

    Por ejemplo, en los contenidos relacionados con la iniciación deportiva, los juegos en general, el conocimiento del cuerpo, etc., ponen de manifiesto valores como aprender a ganar, aprender a perder, respetar reglas y adversarios, respetar su cuerpo y el de los compañeros, comportarse correctamente, etc.

Educación Sexual

    Se trata, no sólo de conocer los aspectos biológicos de la sexualidad, sino informar, orientar y educar sus aspectos afectivos, emocionales y sociales, entendiéndola como una actividad plena de comunicación entre las personas.

Educación para la Igualdad de Oportunidades

    La Constitución Española comienza con el derecho a la igualdad sin distinción de sexos, razas o creencias. Sin embargo, una parte de la sociedad sigue siendo machista, racista e intolerante, por lo que se hace imprescindible transmitir al alumnado este derecho de la humanidad. Las discriminaciones derivadas de la pertenencia a un determinado sexo son de tal envergadura social que justifica plenamente su entidad como tema propio. Las mujeres dejarán de estar marginadas en la medida en que todas las personas sean educadas para ello.

    Concretamente en esta temática transversal, la actuación del docente es de vital importancia para no transmitir valores discriminativos. En el área de Educación Física, podemos potenciar estos valores positivos a través de organizaciones de grupos y equipos mixtos, utilización de materiales que históricamente han sido etiquetados como de “niños” o de “niñas”, es decir, eliminar actitudes estereotipadas.

Educación para la Salud

    La salud forma parte del desarrollo de la personalidad (autonomía y autoestima) y es objeto de la educación, orientando al alumnado a crear hábitos que sean saludables en su vida cotidiana y escolar. Su relación con el área de Educación Física es muy directa, puesto que como sabemos, uno de los bloque de contenidos de esta área se denomina Actividad física y salud.

    Aspectos como los hábitos de higiene corporal, de alimentación, posturales, etc.; las normas de seguridad, el conocimiento de contenidos teóricos propios del área como conocer las partes de una sesión y su importancia de respetarlas, etc., son los que contribuyen a trabajar esta temática de manera eficaz y positiva.

Educación del Consumidor

    Contreras (1998) apunta que lo más importante es valorar a las personas y al “ser” más que a las cosas y al “tener”. Hay que dotar a nuestros alumnos y alumnas hacia una actitud crítica sobre consumo desproporcionado, que nos hace adquirir muchos objetos innecesarios y de precios desorbitados.

    Desde el área de Educación Física, podemos combatir contra esta “tormenta consumista” haciendo hincapié en aspectos tales como la fiebre por utilizar material deportivo (zapatillas, ropa deportiva...) de marcas, que están explotadas publicitariamente, donde deportistas de élite y personajes públicos son su imagen; a través de la utilización de material alternativo, los cuales en la mayoría de los casos suelen ser igual de útiles que aquellos que pueden adquirirse en cualquier local comercial; resumiendo, debemos dotar al alumnado con los instrumentos necesarios de análisis que le permitan adoptar una actitud personal y crítica ante el continuo acoso a que están sometidos en estas edades por las ofertas del mercado.

Educación Vial

    Este tema transversal hay que tratarlo en la escuela desde dos puntos de vista: en primer lugar, para enseñar los comportamientos y reglas básicas de los conductores y peatones y, en segundo lugar, fomentar una educación para la convivencia, solidaridad en el entorno urbano (Contreras, 1998).

    La puesta en práctica de juegos expresión corporal relacionados con el entorno urbano, donde los niños asuman roles (peatón, conductor, etc.) será un medio ideal para trabajar esta temática.

    Las posibilidades para trabajar la Educación en Valores dentro del área de Educación Física son muy amplias, y ya el MEC (1993) nos planteaba ejemplos para desarrollar unidades didácticas relacionadas con temas transversales:

  • Unidades didácticas articuladas en torno a un tema de carácter general en el que se puedan desarrollar varios aspectos transversales. Por ejemplo, “Jugaban, jugamos, jugaremos...”

  • Unidades didácticas que se articulan en torno a un tema transversal. Por ejemplo: “Cuídate” (Educación para la Salud).

  • Programar un área tomando como eje organizador un tema transversal. Por ejemplo, “Educación para la Paz”.

    En todas las áreas de conocimiento se pueden desarrollar los temas transversales, coincidimos con Contreras (1998) en que la Educación Física es un área idónea para conseguir los valores y actitudes que se aporta cada uno.

    A modo de conclusión, afirmar que para la puesta en funcionamiento de estos temas transversales y desarrollar una educación en valores, es fundamental el papel y el comportamiento del docente, puesto que éste será en un gran número de ocasiones el punto de referencia del alumnado. Para ello debe:

  • Ser capaz de pedir disculpas y subsanar errores.

  • Potenciar el diálogo y escuchar a sus alumnos.

  • Valorar los esfuerzos de los alumnos, empleados en la realización de una tarea.

  • Una vez establecida una norma de manera democrática, exigir cumplirla.

Bibliografía

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