El clima social en el aula de Educación Física | |||
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte Maestro especialista en Educación Física Profesor de Educación Física en Bachillerato en la Escuela de Arte y Superior de Diseño. Mérida, Badajoz |
Jesús Carrizosa Casares (España) |
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Resumen Disponer de un clima social positivo en el aula de Educación Física resulta ideal si queremos que esta asignatura se lleve a cabo de una forma agradable y fructífera tanto por el docente, como por el discente. Tradicionalmente, las clases de Educación Física, más conocida como “gimnasia”, eran similares a entrenamientos, donde lo único que interesaba es que el alumno/a realizara los ejercicios correctamente y con un nivel determinado (en función de un baremo propio de su grupo de edad). Todo ello, ocasionaba que sólo unos pocos pudieran alcanzar esos objetivos totalmente cuantificables, mientras que el resto sufría y se lamentaba de no poder llegar a esos niveles. Esta situación generaba una serie de consecuencias negativas en la mayor parte del alumnado como bajo nivel de autoestima, autoconcepto negativo, tan relacionado con el fracaso escolar, y lo que es peor, rechazo y aborrecimiento ante cualquier forma de actividad física. Por ello, es labor del profesor crear un clima positivo y adecuado en el aula y lograr que sus alumnos/as aprendan a la vez que disfruten de los múltiples beneficios psicológicos, físicos y sociales de la actividad física. Palabras clave: Clima social positivo. Aprendizaje. Educación Física |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 140 - Enero de 2010 |
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A continuación, expongo una serie de cuestiones que debería realizarse cualquier docente en Educación Física para comprobar el clima social de su aula:
1. ¿Por qué es importante que los alumnos expresen sus emociones?
Deben expresar sus emociones positivas porque es una buena manera de establecer contacto con los demás y con el resto de la clase. Bueno para el alumno porque comparte sus experiencias, y bueno para el profesor porque reconoce su mérito. También las malas deben expresarlas, porque es una forma de desahogarse; y el profesor así se da cuenta y le intenta ayudar (mediante progresiones para que no tenga miedo, modificando la tarea...).
2. ¿Qué conductas del grupo de alumnos nos muestra que exista un clima social positivo?
Algunas conductas que muestran un clima social positivo, son:
Los alumnos/as no piden la hora al final de la clase, no están aburridos y no se distraen continuamente. Actitud positiva frente a los ejercicios que se le plantean: que muestra interés. Colaboración con el material, preguntar o proponer determinadas tareas. Actitud relajada, criticar conductas destructivas de los demás componentes. Ante estas situaciones, el alumnos muestra confianza con el profesor, pero siempre unido al respeto.
Formas eficaces de crear un clima social positivo:
Limitar las exigencias de aprendizaje.
Exigir cooperación mínima en tareas organizativas.
Permitir interacciones sociales entre los alumnos.
Si siempre se da esto percibirán la Educación Física como agradable, y valorarían al profesor como una persona que les enseña.
3. ¿Cómo debe ser la apariencia, la conducta no verbal y el discurso del profesor?
La apariencia sí influye: el profesor debe tener una actitud agradable y de apariencia tranquila.
La conducta no verbal: debe siempre, en la medida de lo posible, incluirse en las prácticas y en las tareas. Debe servir como buen modelo.
El discurso del profesor: que hable correctamente. Que sepa expresar con palabras lo que quiere hacer ver a sus alumnos.
Debe ir en ropa deportiva a la hora de Educación Física, ya que es un modelo a seguir. Con respecto a las marcas deportivas hay que tener en cuenta la clase social de los individuos. No ir con una marca Nike si los alumnos son de baja condición social.
El aspecto físico del profesor: no favorecer el que el deporte es sólo para cuerpos esbeltos. Si es así, no favorecerá la actitud de los menos aptos.
4. ¿Es posible conocer la apariencia del profesor y modificarla?
La apariencia del profesor es algo que no se debe ocultar, pues al principio, podemos engañar a los alumnos/as, pero cuando se enteren de que el profesor no es así, le perderán el respeto, y con ello el clima del aula no será positivo.
Es posible modificar la apariencia del profesor, pero siempre para bien, sin irse mucho de la realidad. ¿Cómo debe de ser la interacción verbal del profesor?
Cuando emita mensajes:
Utilizar primera persona, ya que transmite conciencia e identificación con el mensaje.
Mejor describir que juzgar: la crítica ahoga la comunicación. Ej.: “debes abrir más los brazos al defender”, y no: “defiendes fatal”.
Tratar de incorporar el punto de vista del alumno. Enfocar el mensaje teniendo en cuenta que le motiva / molesta / es indiferente...
Ser consciente de los propios sentimientos, para que no interfieran. El tener un mal día no debe interferir en el clima del aula.
“Escuchar” también la comunicación no verbal: para que apoye y no contradiga la verbal. Es importante mantener contacto visual directo.
Cuando reciba mensajes:
Parafrasear para aclarar los mensajes (aclarar la explicación del alumno/as):
Ayuda a percibir un mensaje correcto.
Proporciona feedback al emisor sobre cómo ha sido emitido su mensaje.
Confirma al emisor que se le ha atendido.
Ayuda a profundizar en el punto de vista del emisor.
Utilizar correctamente el lenguaje corporal: el gesto y la postura puede demostrar interés / desinterés.
“Escuchar” también el lenguaje no verbal.
Considerar los propios sentimientos y su efecto sobre el mensaje: si se está emocionalmente distraído en la situación, se puede producir una mala interpretación.
5. ¿Son inevitables las interacciones sociales en la clase?
Sí, porque se mantiene un contacto profesor-grupo, tanto verbal como físico. Al explicarles un tema ya estás interaccionando con ellos. También en la organización estás interaccionando.
6. En el caso de que aparezcan esas interacciones, ¿cuál es la mejor técnica?: eliminarlas, ignorarlas o canalizarlas. ¿Cómo se llevaría a cabo y qué consecuencias puede tener?
Lo ideal es canalizar las positivas, motivándolas para que se produzcan; mientras que las negativas hay que intentar evitarlas. Pero en otros aspectos, dependiendo de la situación, puede ser mejor ignorarlas o eliminarlas.
Si se prohíben ciertas conductas, unos cuantos se someten a dichas prohibiciones, pero ya no se divierten en la clase de Educación Física (se ríen cuando no deben, acaban por no hacer caso, y se produce una falta de control).
Si no las tienes en cuenta, pueden aumentar las interacciones negativas o producirse con más frecuencia. Como consecuencia se reduce el tiempo de práctica.
7. ¿Cómo se podía hacer más agradable, más motivador y más seguro el espacio físico donde se desarrolla la clase de Educación Física?
El espacio físico donde se desarrolla el programa de Educación Física, depende de cada centro. No obstante, podemos hacer más agradable el clima del grupo si tenemos en cuenta una serie de aspectos:
Evitar dar las clases siempre en el mismo espacio (ej.: todo el trimestre en el gimnasio).
Variar el espacio físico: gimnasio, pista polideportiva, patio, aula...
Utilizar espacios exteriores como parques, recintos al aire libre... para realizar contenidos que les resultan más aburridos (ej.: resistencia). Siempre que sea viable y que la seguridad esté garantizada (pedir autorización a los padres).
Modificar el uso habitual de ciertos espacios e instalaciones con el objetivo de aumentar el clima social positivo. Ej.: juegos cooperativos en el gimnasio, acondicionar el patio para trabajar las actividades en el medio natural (rastreo...).
Para concluir el tema, tengo que decir que es muy importante cuestionarse las actuaciones que tienen lugar en el aula de educación física, con el fin de reflexionar sobre ellas e intentar mejorar el clima social en nuestras clases. Existen instrumentos útiles para recoger todas esas impresiones: diario del docente, cuestionarios anónimos para nuestros alumnos/as, entrevistas con delegados o representantes...
Bibliografía
PIERÓN, M. (1999). “Para una enseñanza eficaz en las actividades físico-deportivas”. Inde. Barcelona.
RUSCH, H. y
SIEDENTOP, D. (1998). “Aprender a Enseñar la Educación Física”. Inde. Barcelona.
ZARCO RESA, J.A. (1992). “Desarrollo infantil y educación física”. Ediciones Aljibe. Archidona (Málaga).
revista
digital · Año 14 · N° 140 | Buenos Aires,
Enero de 2010 |