Lecturas: Educación Física y Deportes
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PUEBLOS AUTOCTONOS VS. DEPORTISTAS.
ANALISIS DE LOS FACTORES CULTURALES
QUE RIGEN SUS HABITOS ALIMENTARIOS

Valeria del Castillo (Argentina)
delcast@unsa.edu.ar

Universidad Nacional de Salta

Resumen
Nuestros hábitos alimentarios están condicionados por una serie de factores, entre ellos la cultura, que es de los más importantes.
La alimentación varia de un pueblo a otro, incluso de una franja de población a otra (adultos, jóvenes, ancianos), de un grupo de personas a otras (deportistas, obreros, etc.).
El presente articulo intenta mostrar las diferencias o similitudes entre dos poblaciones totalmente distintas, unos pobladores del norte argentino, y otro deportistas en general, con marcadas pautas alimentarias.
Palabras claves: Cultura. Hábitos alimentarios. Deportistas.


El hombre es un ser biológico, espiritual, social, con una idiosincrasia particular y dueño de un bagaje cultural propio del pueblo al que pertenece.

La cultura es dinámica y con el paso del tiempo va incorporando elementos que la enriquecen o como también pueden debilitarla. La alimentación forma parte de esa cultura, es mas, la alimentación, de toda agrupación humana es un verdadero reflejo y una especie de síntesis de sus pautas culturales.

La alimentación, como necesidad vital y parte del hombre, se ve influenciada por múltiples factores (geografía, historia, tradiciones), los cuales deben ser considerados a fin de lograr una mas cabal comprensión e interpretación del fenómeno.

La conducta alimentaria de los distintos grupos humanos, es uno de los rasgos culturales más arraigados y de difícil modificación, quizá porque cada cultura genera una serie de ideas y creencias respecto de supuestas virtudes o propiedades que poseen los alimentos de sus dietas. Al referirnos a hábitos de alimentación, destacamos que estos atañen no solo a la calidad y cantidad de alimentos ingeridos, sino también a la forma de prepararlos, la frecuencia de comidas, las ocasiones apropiadas para el consumo de determinados alimentos, etc.

Cada una de las comunidades presenta una cultura diferente de acuerdo a las costumbres, creencias y modos de comportamiento humano, las cuales forman el marco dentro del cual, el grupo social desarrolla sus hábitos alimentarios, entendiéndose por estos, los actos aprendidos por el ser humano, como producto de su cultura, que se convierten en patrones y rutinas de conductas que se refuerzan con la repetición e imitación.

Por ello, para poder realizar un estudio de las pautas que condicionan la alimentación del individuo, es necesario partir de un diagnostico amplio de los factores que influyen en la vida de la comunidad y las actitudes que de ella resultan.

La perduración de una estructura tradicional en las culturas, incluyen también lo referente a la conducta alimentaria por ser uno de los rasgos culturales más arraigados y de más difícil modificación.

Existen diversos trabajos que abordan los distintos aspectos de la alimentación de la gente del norte, y de que manera la cultura influye para que ellos tengan ese modo de alimentarse. Y es en realidad, y como pusiera en los primeros párrafos de este articulo, que la cultura esta influenciando continuamente nuestras formas de alimentarnos, y también influye en muchos, por no decir en todos, los aspectos de nuestra vida.

Los deportistas no se escapan de esta situación. La cultura influye en ellos continuamente, aunque luchen muchas veces contra ella, defendiendo el deporte que practican y las formas de alimentarse que adoptaron.

En el Valle Calchaquí, el sistema económico vigente se basa fundamentalmente en la agricultura y el pastoreo.

Como actividades económicas subsidiarias se practica la caza de diferentes tipos de aves, roedores, armadillos y felinos y la recolección de frutos silvestres y miel.

En la agricultura, coexisten la practica de cultivos industriales (vid, comino, anís), y tradicionalista con tecnología rústica (maíz, trigo, habas, papa, zapallo, etc.).

En el área de la puna la alimentación es escasa tanto cualitativamente como cuantitativamente ya que la mayor parte de las comidas es consumida en muy pocas ocasiones durante el año.

La dieta se caracteriza por la ausencia casi total de verduras, hortalizas y frutas. Todo esto permitiría afirmar que la dieta de los vallistos y puneños es muy deficitaria, o muy desequilibrada, por lo que inevitablemente desembocaría en desnutrición o mal nutrición.

Del mismo modo podríamos afirmar, que la dieta de muchos deportistas cae en la misma monotonía y deficiencia (aquellos deportistas que consumen únicamente clara de huevo con avena, o lechuga todo el día) como en el exceso (empanadas, asado, vino, etc.), determinando también estados de mal nutrición.

En la practica deportiva los referentes a los cuales dirigirse para pedir consejos sobre alimentación son generalmente los entrenadores, directores de gimnasios, atletas avanzados o atletas reconocidos por los logros deportivos, o hasta incluso, revistas poco científicas que se pueden adquirir en cualquier revistería en la vía pública. Los alimentos que se consumen son aquellos que se indican como mejores para cada etapa, como ser entrenamiento, competición, etc.; aquellos que se creen mejores para tamaño muscular, para aumentar el rendimiento, etc. y en estas categorías se incluyen muchas veces los suplementos alimentarios con toda la magia y los efectos maravillosos que se cree que poseen. Así también muchos alimentos se excluyen totalmente de las dietas por considerarse que son perjudiciales para el deporte.

Para el hombre del valle o de la puna, la persona encargada de la alimentación es la madre, pero siempre limitada por la poca disponibilidad de alimentos, por los mitos y tabúes con referencia a determinados alimentos (los que dan aires, o los que no son fuertes) o por las leyes que rigen la distribución intra familiar de alimentos (la que muchas veces no responde a las necesidades reales de cada miembro) generalmente se da mas comida al jefe del hogar o los varones de la familia, relegándose a los niños y mujeres embarazadas.

De una manera u otra nuestras pautas culturales influyen, en mayor o menor grado, sobre nuestro modo de comer. Pero en uno u otro caso de los planteados en este articulo, resultan algunas concordancias. Por un lado, unos toman algunos de lo pocos alimentos disponibles para consumirlos habitualmente y relegan otros para consumirlos únicamente con motivo de alguna festividad (religiosa por ejemplo), mientras que otros eligen los alimentos en función de lo que deseen obtener de ellos y dejan otros para ser consumidos por ejemplo, en etapa de competición.

Ambos poseen ciertos tabúes y mitos con respecto a los alimentos (concientes o no de ello), ambos tienen dietas disarmónicas, unas insuficientes o en exceso, con la consecuente mal nutrición. La dieta de los vallistos, puneños, indígenas, etc. es muy difícil de ser modificada puesto que el analfabetismo, la inestabilidad laboral, la escasa disposición de alimentos, el aislamiento, las condiciones geográficas adversas, la pobreza y hacinamiento, la falta de agentes de salud (médicos, enfermeros, nutricionistas), son factores que juegan en contra.

Los jóvenes deportistas, los deportistas de fin de semana, los deportistas amateur, etc., pueden sumar al placer y los beneficios de la practica deportiva, una alimentación equilibrada, variada, sana, sabrosa, etc., consultando a profesionales capacitados.

La cultura siempre va a estar presente en cada uno de nuestros actos. Está en nosotros hacer el esfuerzo para contrarrestar aquellos aspectos que influyan negativamente sobre nuestra alimentación, nuestra salud y sobre nuestra práctica deportiva.


Bibliografía

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Año 4. Nº 14. Buenos Aires, Junio 1999