Lecturas: Educación Física y Deportes
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EL DEPORTE Y LOS ESPACIOS PUBLICOS
Reflexiones sobre el desarrollo del básquetbol en la Argentina.

Eduardo de la Vega


E inicio

La Liga Nacional de Básquetbol en la era del deporte-espectáculo-negocio
Nos interesa indagar ahora la transformación del espacio social-deportivo tras la creación de la Liga Nacional de Básquetbol . Rastrear qué modificaciones se han operado en los antiguos localismos y regionalismos; en los rituales y ceremoniales allí instituidos; en el imaginario deportivo, sus ilusiones y utopías, su mitología, etc. Finalmente poner en conexión el sentido de estas transformaciones con los procesos culturales e histórico-sociales que se despliegan en nuestras sociedades periféricas y globalizadas.

La Liga Nacional de Básquetbol, creada en 1983, modificó radicalmente la estructura de este deporte. Copiada del modelo vigente en algunos países de Europa occidental tuvo como objetivo fundamental incorporar el basquet nacional a la nueva economía de mercado, a través del desarrollo y mediatización del mismo.

Para la transformación del deporte en un atractivo espectáculo-negocio se creó una competencia de duración anual -tomando como referencia a las ligas europeas y a la NBA norteamericana- que estimuló la creación de equipos-empresas, y se permitió la importación de jugadores norteamericanos para nivelar la competencia y desarrollar el nivel de la misma.

Resulta interesante analizar alguno de los supuestos que guiaron el diseño de la nueva estructura, en especial la utilización de jugadores extranjeros.

Muchos especialistas han puesto en duda la utilización de los norteamericanos para el desarrollo del basquet nacional6 . Los principales argumentos apuntan a señalar que si bien, en ciertos casos permiten a algunos equipos nivelarse con los más poderosos y constituir un espectro competitivo más amplio, en mucho otros -posiblemente la mayoría- esto no ocurre, debido fundamentalmente a las dificultades recurrentes de integración de los jugadores extranjeros en los equipos locales. Por otro lado, la contratación de norteamericanos resta lugar a jugadores argentinos.

Sin embargo, más allá de estas críticas bastante coherentes, nos interesa profundizar con relación a los efectos de la Liga Nacional, en cuanto a la transformación del escenario deportivo, anterior a la misma. Nos referiremos especialmente a dos de ellos: la destrucción de los escenarios locales y regionales, y -estrechamente ligado con este fenómeno- las características de la nueva estructura, con relación a las transformaciones micro-sociales y su inserción en marcos globalizados.


La destrucción de los localismos y regionalismos
El desarrollo del profesionalismo en el ámbito del fútbol sirvió como instrumento para el extraordinario despliegue de la práctica aficionada del mismo, fundamentalmente en el interior del país.

Una primera aproximación, podría dar la impresión de que la nueva liga impulsó el desarrollo de los localismos y regionalismo, presentes -como vimos anteriormente- desde antes de su creación. Muchos equipos de pequeñas y medianas ciudades del interior integraron y siguen integrando la liga nacional -algunos de ellos con éxito deportivo.

Sin embargo, si miramos más de cerca, veremos que en realidad la participación de estos equipos ha sido fugaz, dejando tras de ella, en gran cantidad de casos, la devastación -no solo económica- de los clubes en cuestión.

La posibilidad de armar un equipo competitivo tras la contratación de jugadores norteamericanos estimuló el aventurerismo de muchos dirigentes -la mayoría de ellos se acercaron al deporte atraídos por la novedad de la liga extranjerizada- quienes encontraron en el basquet la oportunidad de satisfacer aspiraciones personales, económicas, políticas, etc.

El nuevo aventurerismo empresarial-deportivo -que no fue patrimonio sólo del interior- desarticuló la mayoría de los localismos y regionalismos vigentes, y tuvo efectos radicales de destrucción del espacio social construido con relación al club y a la práctica de estos deportes aficionados. Ocurrió en Firmat, en Cañada de Gómez, posiblemente también en Esperanza, en Santa Fe, en Bahía Blanca, en Pergamino, en Tucumán, en San Luis, etc.; está ocurriendo en Venado Tuerto y Comodoro Rivadavia; y puede ocurrir en La Rioja y General Pico cuando el poder político les quite el apoyo económico.

Este fenómeno no alcanzó solo a los clubes de la elite. La posibilidad de incluir a los norteamericanos en los distintos niveles de la liga indujo a la profesionalización de prácticamente toda la estructura, por lo que los efectos recién señalados alcanzaron a muchas otros equipos y asociaciones menores no tan conocidos como los anteriores.

Como vemos, la nueva estructura deportiva del básquetbol presenta todos las característica de los productos de la globalización: su producción en los principales centros industriales y la circulación por la "aldea global", a través de su imposición por los medios de comunicación; los efectos de desterritorialización del espacio social -propias del flujo globalizante- parecen verificarse en aquellas zonas del país dónde el basquet había creado fuertes núcleos locales de identidad y sociabilidad.

Daría la impresión que existe una radical diferencia entre los procesos histórico-sociales que instituyeron a la liga profesional de fútbol y a la del basquet.

Si con respecto a los primeros podemos afirmar que contribuyeron enormemente en la configuración de espacios sociales esenciales en la construcción de la subjetividad moderna y sus anclajes locales, regionales y nacionales, con relación a la segunda asistimos al borramiento y desarticulación de una gran cantidad de dichos espacios.

Si la primera estructura profesional del fútbol apuntó al desarrollo interno a partir de implementar medidas reglamentarias y financieras que estimulaban el nacimiento de los clubes y fortalecían su crecimiento, la liga nacional de básquetbol, en cambio, utilizó una herramienta de mucho costo -no solo económico- para estimular el despliegue de este deporte: la utilización de jugadores norteamericanos y la profesionalización de todos los niveles de la competencia, con el objetivo primordial de captar el interés de los medios.

Parece apresurado afirmar, como hace G. Gil7 , que la liga nacional de básquetbol permitió la redefinición de los espacios deportivos en este deporte -caracterizados hasta entonces por el dominio de la Capital Federal- y el surgimiento de nuevos regionalismos que expresarían la cultura y la identidad del interior, en oposición a la hegemonía porteña.

Hemos visto que el basquet ha sido históricamente un fenómeno de las pequeñas y medianas ciudades del interior del país -los equipos capitalinos que se destacaron en los inicios de la liga o en los años anteriores a la misma estaban constituidos por un 80% de jugadores formados en las provincias. Muchas de esas ciudades y las regiones que éstas nucleaban quedaron privadas, luego de fallidos y audaces intentos para acceder al mundo del deporte-espectáculo, de la riqueza cultural y social de sus antiguas estructura deportivas.

Tampoco es posible sostener -como lo hace el texto citando a García Canclini- que la hibridación cultural en nuestro país adquiere, con relación al basquet, la posibilidad de una apropiación de productos desterritorializados y la coproducción de nuevas identidades, asentadas -entre otros espacios- en los conglomerados deportivos.

Que los campesinos guatemaltecos, brasileños y mexicano utilicen el fax, el video o el correo electrónico para enviar informaciones sobre violación de derechos humanos y transmitir su defensa a las formas alternativas de vida; que combinen las medicinas autóctonas con las modernas, la producción artesanal con el crédito internacional y la computadora son tal vez ejemplos de la apropiación local de los recursos que brindan las sociedades globalizadas, como sugiere García Canclini.

Sin embargo, es algo absolutamente alejado del su planteo pretender que la creación de un producto a todas luces inspirado en el modelo del show-business norteamericano y europeo -acompañado por la difusión al nivel mundial del básquetbol de la NBA a través de la televisión por cable, y la incorporación en los equipos de jugadores norteamericanos- representa un escenario con características locales8 .

Resulta difícilmente aceptable la tesis de Gil cuando propone que la nueva estructura del basquet nacional constituye un instrumento propicio para articular "una serie de significados de inclusión territorial importantísima en la Argentina", o también "una identidad regional cada vez más sólida"9 .

Sería tal vez más útil, para comprender el proceso de transformación de los espacios deportivos en nuestro país, leer en Consumidores y Ciudadanos los párrafos que sitúan aquellos ámbitos en donde los efectos de la globalización tienen mayor eficacia en el desdibujamiento de las identidades nacionales y regionales. Estos destacan, en primer lugar, el circuito "de los medios masivos dedicados a la difusión de mensajes recreativos e información para las mayorías (radio, televisión, video)" donde la dependencia latinoamericana se acentúa, "no tanto respecto de la cultura global sino de la producción norteamericana." Pero donde más se agudizan los efectos citados son en los circuitos de "la computación, los satélites, las redes ópticas y todas las tecnologías de información vinculadas a la toma de decisiones, así como a los entretenimientos de más expansión y ganancias. (...) Los actuales discursos sobre productividad competitiva, los rituales de integración entre obreros y empresas, la subordinación de la iconografía de los entretenimientos a códigos deslocalizados son algunos de los procesos en los que las identidades locales están siendo remodeladas desde matrices globales."10


Globalización y desterritorialización del deporte
El encuentro entre el deporte y las nuevas tecnología de comunicación han dado origen al negocio más importante de la nueva industria cultural electrónica. En los Estados Unidos la televisión capturó, desde hace ya varias décadas, los tradicionales deportes locales y modificó radicalmente sus condiciones de producción y circulación, así como también, los espacios sociales articulados por los mismos. El surgimiento de la televisión por cable y de los canales específicamente deportivos estableció definitivamente las bases para la espectacularización deportiva de la vida cotidiana a nivel mundial. El fútbol europeo, brasileño o argentino, la NBA, la fórmula 1 Internacional, el boxeo, etc., llega a través de la pantalla a millones de consumidores ubicados en las más diversas regiones del planeta.

La globalización de los productos deportivos produce múltiples efectos de transformación en las configuraciones sociales vigentes.

El fútbol en nuestro país ha sido alcanzado -como lo demuestra una investigación recientemente publicada- por tales efectos y comienza a configurarse en función de los requerimientos del nuevo producto mediatizado: "Por un lado, se da una reorganización de la hegemonía de los cuadros grandes a partir de que son los más televisables. Por otro, se registra un crecimiento de los equipos de ciudades grandes del interior en desmedro de los cuadros medianos y chicos de Buenos Aires y alrededores. (...) Marchamos hacia un fútbol nacional, con hegemonía porteña, donde sólo sobrevivirán los exitosos. Muchas instituciones centenarias se encuentran al borde de una extinción casi segura."11

Posiblemente -por razones ya expuestas- esta tendencia no logre romper con las identificaciones masivas más amplias que se articulan con relación al fútbol. En este sentido, el ingreso del mismo al mercado globalizado se ha realizado en forma exitosa y con indudable impronta nacional.

No ocurre lo mismo en el fútbol español -una de las ligas más poderosas y publicitadas del mundo- que utiliza en forma masiva el recurso de la importación de jugadores extranjeros.

J. Valdano, refiriéndose a la misma como "la mejor Liga extranjera de España", describe los efectos de este modelo deportivo sobre los distintos ámbitos del imaginario social español. Afirma que la utilización masiva de los extranjeros no logró destruir las identificaciones locales a los principales clubes y su iconografía. En cambio, parece haber contribuido a instituir una especie de colonialismo deportivo, cuya expresión más cruda se encuentra en el fracaso mismo del fútbol español: "...acaso el mejor ejemplo de que no hay un gran sentido futbolístico nacional sean los emblemas históricos de los grandes clubes: Alfredo Di Stéfano en Real Madrid (argentino) y Johan Cruyff en Barcelona (holandés).

"El jugador nacional (los mejores están siempre bajo sospecha) parece resignado al papel de actor secundario y acepta mansamente el liderazgo del último extranjero que llega como salvador. Cuando en su selección se queda solo defendiendo el prestigio del fútbol español parece desamparado, sin una historia de la que enorgullecerse, sin un estilo que defender y sin un astro en el que descargar presiones."12

El fracaso de la selección española de fútbol en sus presentaciones internacionales de los últimos años parece confirmar las interpretaciones de Valdano. Estas aportan herramientas de fundamental importancia para ser aplicadas al análisis de otros contextos similares.

No en el caso del basquet argentino: es imposible hacer una comparación global entre esta estructura y la del fútbol español. Sin embargo, el fenómeno de colonialismo y sus efectos de desdibujamiento de las identidades nacionales parecen producirse en la liga argentina en forma similar a las que describimos con relación a la española.

Un indicador de este fenómeno puede estar dado por el rendimiento de la selección nacional de basquet en el último campeonato mundial jugado en Grecia. Tanto el periodismo especializado como algunos protagonistas del evento -incluido el director técnico del equipo- coincidieron en atribuir al equipo argentino una misteriosa desorientación, falta de motivación y "espíritu de sacrificio".13

Sería una falta de rigor absoluto interpretar el clima grupal del equipo de basquet -que contrasta fuertemente con el clima ilusionante que suele generarse en las selecciones argentinas de fútbol- como una consecuencia directa de la utilización de los norteamericanos en la competencia local. No obstante, creemos que -más allá de otras mediaciones grupales, institucionales, históricas y coyunturales- esta hipótesis no puede quedar fuera del análisis.

Con relación al reordenamiento del espacio social-deportivo, un panorama similar al del fútbol nacional parece configurarse en relación del basquet. La transformación en este deporte apuntaría a consolidar también la hegemonía porteña y de las grandes ciudades del interior, tras el debilitamiento de gran parte de las competencias menores. Es posible, a partir de estas reflexiones, formular la hipótesis -que debería ser puesta a prueba por futuras investigaciones- de que las transformaciones operadas en el ámbito del basquet argentino no son específicas del mismo sino que formaran parte de un movimiento mayor que incluye al conjunto de las prácticas deportivas. Podemos ver como -tanto en un ámbito como en otro- se reproducen ciertas características y fenómenos: mediatización, borramiento de identidades locales y regionales, desarticulación del lazo social tal como fue configurado por las sociedades modernas, etc. Características que adquieren dinámicas distintas según las condiciones social-históricas de los ámbitos deportivos en cuestión. Sería ir más allá de los objetivos de este trabajo, reflexionar sobre las características del espacio social configurado a partir de los efectos de la globalización. No obstante, intentaremos trazar esquemáticamente algunos contornos del nuevo ordenamiento. Mas allá de las transformaciones en los funcionamientos económicos una nueva configuración del espacio social se dibuja en el horizonte de la post-modernidad. Habíamos visto cómo las sociedades del siglo XVIII en adelante desarticularon los intercambios sociales dominados por el parentesco y las alianzas. Los nuevos espacios públicos surgieron despojados del alto grado de protagonismo que poseía la familia en la sociedad medieval. El club constituía uno de estos nuevos ámbitos, y ya hemos visto el papel que desempeñó -junto al deporte- en el surgimiento del hombre moderno.

El reordenamiento actual del deporte transforma el espacio del club y toda la trama institucional, social y política construida en torno al mismo. Si en sus orígenes, estas instituciones contribuyeron a desactivar un espacio social fuertemente atravesado por las solidaridades medievales, no por ello dejaron de ser ámbitos fundamentales del despliegue de lo público, de la sociabilidad, del cruce siempre presente entre lo singular y lo colectivo.

La transformación del espacio público a través del deporte-mediatizado configura una especie de espacio público virtual, privado. La gran religión de la que hablan los antropólogos carece de los espacios públicos del encuentro, donde el contacto de los cuerpos programa siempre una proximidad y una potencialidad. La catedral o el club comienzan cada vez más a despoblarse mientras el video, el CD o la televisión balizan del camino en la creciente privatización de la vida pública.


Notas

  1. Aymard, Maurice: Amistad y convivencia social. En Historia de la vida privada. Tº 6. Taurus. 1992.
  2. Elías, Norbert: Deporte y ocio en el proceso de civilización. Fondo de Cultura Económica. Madrid. 1992.
  3. Ibid. Pág. 55.
  4. Donzelot, Jacques: La policía de las familias. Pre-textos. Valencia. 1990. Pág. 94.
  5. Frydenberg, Julio D.: Redefinición del fútbol aficionado y del fútbol oficial. Buenos Aires, 1912. En Deporte y sociedad. Eudeba. Bs. As. 1998. Pág. 56.
  6. de la Vega, Eduardo: Los basquetbolistas norteamericanos y su rol en el desarrollo del básquetbol en la Argentina. Facultad de Psicología. UNR. 1989.
  7. Gil, Gastón Julián: Rebotes de identidad: el basquet en la cultura urbana del interior. En Deporte y sociedad. Op. Cit.
  8. La extranjerización a que induce el proceso se expresa claramente en la transformacion operada también a nivel del lenguaje: pelota, partido, aro han sido sustituidos por sus equivalentes europeos de bola, juego, canasta; o también de sus rituales: "el más argentino de los campeonatos" ha sido sustituido por el "Juego de las Estrellas", copiado de la NBA. norteamericana.
  9. Gil, Gastón J.: Op. Cit. Pág. 175.
  10. García Canclini, Victor: Consumidores y ciudadanos. Grijalbo. México. 1994. Pág. 115.
  11. de Biase, Pablo: Pelota, pantalla y nuevos consumos culturales. En Deporte y sociedad. Op. Cit. Pág. 133.
  12. Valdano, Jorge: El Drama de la Abundancia. Clarín Deportivo. 17/8/96. Pág. 12.
  13. Un periodista especializado escribía en los siguientes términos su impresión sobre el equipo argentino: "Llegaron a Grecia con un objetivo común y se fueron ayer cada uno por su lado con destinos diferentes, algunos a Buenos Aires y otros a España, Italia o los Estados Unidos. No todos con la amistad reforzada, pero si con la idéntica ilusión de ser grandes en sus clubes, donde casi todos cobran buen dinero. (...) Se fueron con el octavo puesto deseado, pero nada más, sin gloria, eso es indiscutible. Muchas oportunidades desperdiciaron como para pretender mejor consideración. Escasa actitud anímica y mental expusieron en los momentos cumbres como para guardar una ramita de laureles entre sus ropas. Tal vez les faltó un motivador. Alguien que los indujera al máximo esfuerzo. Un conductor duro, que no absorbiera los problemas, al contrario, que los expusiera para limpiar las impurezas. Romano, M. Hijos del Rigor. En La Nación (Suplemento deportivo) 11/8/98. Pág. 8.

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Año 4. Nº 14. Buenos Aires, Junio 1999