Profesionales de la Educación Física: necesidades actuales de la profesión |
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Académico. Universidad de Atacama (Chile) |
Jorge Valdivia Díaz jorge.valdivia@uda.cl |
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Resumen El presente artículo describe las necesidades actuales que debe enfrentar el profesional de la Educación Física en Chile y en muchos países de Latinoamérica. La evaluación del desempeño profesional y los cambios que ha sufrido la sociedad, se convierten actualmente en aspectos que influyen en las prácticas profesionales actuales. De esta manera, el desarrollo de las sociedades, repercuten en las demandas y expectativas de realización del profesional de estos tiempos. Palabras clave: Encargo social. Evaluación del desempeño docente. Necesidades profesionales |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 139 - Diciembre de 2009 |
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El encargo social esta supeditado en su lógica por dos vertientes yuxtapuestas, la primera corresponde a la política estatal a través de El Marco para la Buena Enseñanza, Reforma Curricular y Evaluación del desempeño Docente.
La segunda dice relación a las características y necesidades vigentes de la cultura escolar actual. Esto tiene estrecha relación con el desarrollo evolutivo, social y cultural de la época, principalmente el reconocimiento en las instituciones escolares de niños y jóvenes con características diversas y motivaciones diferentes.
Cuando se logran articular estas dos vertientes surgen las necesidades del profesional contemporáneo, y en la cual convergen los cambios paradigmáticos que imperan en la profesión a nivel nacional e internacional, que a su vez determinan las necesidades laborales traducidas en el espectro ocupacional del profesional de la Educación Física.
Las políticas estatales a través de su accionar implementan mecanismos que favorecen la medición del comportamiento de algunas dimensiones estructuradas para estos efectos por el Ministerio de Educación (MINEDUC), con el intento de objetivar los procesos de evaluación del desempeño docente.
“Las políticas nacionales no alimentaron un discurso más preciso sobre calidad del desempeño docente, sobre el modo de aprender de los docentes y sobre sus necesidades, para desde allí examinar las estrategias existentes y/o estimular la emergencia de otras apropiadas a los requerimientos que se hubiesen establecido”. (Cox, 2003, pp. 559-560).
A pesar de lo planteado, las Dimensiones que actualmente evalúa el MINEDUC corresponden al Marco para la Buena Enseñanza y determinan además de estos aspectos, los descriptores que específicamente detallan lo que debe demostrar saber y saber hacer el docente evaluado.
Tabla 1. Dimensiones Evaluadas en el Portafolio y Escala de Valoración
Dimensiones Evaluadas en el Portafolio |
Resultados |
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Módulo 1 |
Dimensión A: Organización de los elementos de la unidad |
I |
B |
C |
D |
Dimensión B: Calidad de las actividades de clase |
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Dimensión C: Calidad de la evaluación de término de la unidad |
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Dimensión D: Reflexión a partir de los resultados de la evaluación |
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Dimensión E: Reflexión sobre el quehacer docente |
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Módulo 2 |
Dimensión F: Ambiente de clase |
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Dimensión G: Estructura de la clase |
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Dimensión H: Interacción pedagógica |
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Niveles de desempeño: I: Insatisfactorio B: Básico C: Competente D: Destacado |
Fuente: (Marco para la Buena Enseñanza, 2003)
Según consta en la Tabla 1, el proceso de evaluación del desempeño docente debe ceñirse a ocho dimensiones posibles de cualificar en su cumplimiento en cuatro categorías de desempeño. Se puede distinguir, que el docente es evaluado por su comportamiento durante el desarrollo de sus clases y por el dominio que exprese en su lenguaje escrito, manifieste que es capaz de sostener sus juicios de evaluación y por medio de los resultados que el considere sobre la gestión general de su docencia, entendiendo que esta supeditada a tres grandes aspectos la: planificación, ejecución y evaluación del proceso docente educativo. Además, el docente es evaluado por la calidad que demuestre en sus actividades y la evaluación que efectúe al término de la unidad respectiva.
De acuerdo a lo último expuesto, se precisan indicadores más específicos y especializados para responder a los aspectos observables y medibles durante el desarrollo de la profesión docente en Educación física.
Cultura Laboral, conjunto de maneras de ser, hacer, conocer e interactuar con la realidad circundante (sujetos u objetos), los cuales en esencia conforman un desarrollo interactivo consecuente con su lógica interna, de acuerdo a lo específico y especializado de cada oficio o profesión.
El clima organizacional y las formas de interrelacionarse profesor –alumnos pasan a ser elementos significativos al momento de ponderar la calidad de las clases, ya que cuando los patrones de comportamiento social y las formas de relacionarse son conocidas y aceptadas por todos los miembros del colectivo pedagógico, las posibilidades de éxito, la optimización del tiempo pedagógico y el aprendizaje en los escolares será más significativo y significante para proyectar una buena actuación en el resto de responsabilidades que acompañan la vida del adolescente chileno.
Con esto se sostiene, que los modelos de interacción, jerarquizaciones conceptuales, principios y las intencionalidades educativas, son comunes, cuando son consensuadas, valoradas, juzgadas y aceptadas por cada colectivo social.
De esta manera, es posible identificar a cada colectivo social de acuerdo al nivel que se encuentre arraigado en el patrimonio cultural de cada integrante, los patrones culturales y sociales deseables para concretar los propósitos de la institución laboral.
Cada Establecimiento Educacional debe orientar sus propósitos bajo una cultura escolar que permita que los patrones de socialización, los patrones de conducta, las normas sociales, los reglamentos, la disciplina en general, etc., deban ser abordados sin interrupciones durante todo el proceso de permanencia del escolar, la institución debe hacerse responsable tanto de instruir, desarrollar y educar a los futuros adultos en la búsqueda de convicciones sólidas que lo hagan ser autónomo, auténtico, responsablemente libre y socialmente constructivo.
La Cultura Académica, en su esencia regula un conjunto de elementos que orientan las instancias de planeación, ejecución, control, y evaluación del proceso de enseñanza aprendizaje, llevado a cabo por los formadores de profesores.
En este mismo sentido, los cambios paradigmáticos de los docentes sobre las características contextuales que deben hacer de su servicio social más eficaz, crean la urgente necesidad de considerar los cambios que provoca la globalización y la rapidez del cambio tecnológico, como elementos que actúan con un doble estándar sobre la calidad de las prácticas pedagógicas en el aula, esto se debe a que la vorágine de estímulos que sacuden al adolescente contemporáneo, lo conducen a construir su propia cultura bajo motivaciones ajenas a la escolarización adecuada, sin embargo creemos que a pesar de los constantes desafíos, la responsabilidad del pedagogo es la de potenciar sus habilidades contextuando su rol social, considerando los cambios y las necesidades emergentes.
Actualmente las necesidades se han ampliado, la sociedad chilena se ha visto vulnerada por los aspectos negativos que acompañan el desarrollo vertiginoso de la tecnología y la globalización.
En general es una situación nueva, sin precedentes, que las bases mismas de la didáctica, de la relación entre el que enseña y el que aprende en la institución escolar, se ve en ocasiones alterada. La cultura que posee el escolar en muchos contextos de este país, es completamente ajena a los intereses de la institución escolar, haciendo la labor docente más compleja.
“Es posible pensar que el cambio social rápido, no solo en Chile sino en toda América Latina, ha creado una crisis de inserción para los grupos juveniles. Esta crisis está directamente ligada a un conjunto de problemas sociales más amplio, pero su repercusión entre adolescentes y jóvenes lleva, muchas veces, a consecuencias negativas para la salud: la vulnerabilidad a las conductas de riesgo aumenta en situaciones de crisis, tanto sociales como familiares e individuales”. (Florenzano & Valdés, p. 16, 2005)
En los estudiantes en formación como profesor, es indispensable intensificar las diferentes actividades que deben operacionalizarse adecuadamente para enfrentar una gama de estudiantes con motivaciones o carentes de ellas. El pretender que sean buenos interventores de la clase, es también un reto para la Unidad Académica, procurando ampliar progresivamente las experiencias in situ con la praxis de la profesión docente.
A su vez, el Área disciplinar de la Educación Física tiene en su esencia algunas características que la individualizan como rama del conocimiento. Educar a través del movimiento, con la manipulación de objetos en forma estática o en desplazamiento, comprende una responsabilidad profesional que requiere de conocimientos específicos y especializados. A su vez, la estimación de cargas de trabajo individualizadas frente a grupos heterogéneos, será el principal problema a sortear durante el tránsito de una clase de educación física y/o entrenamiento deportivo.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, el profesional de la Educación Física que la Unidad Académica pretende formar e insertar al campo laboral requiere de las siguientes características:
Profesores/as competentes: Profesional de la Intervención Eficaz, con Conocimientos Específicos y Especializados, provisto de Procedimientos Efectivos, con Habilidades Eficientes y Actitudes Consecuentes con la Profesión Docente.
Además, en los últimos años con un fuerte acento en la promoción de la salud. Devís & Peiró (1997) plantean al respecto, la profesión docente se enfrenta a un importante cambio de la mano del movimiento de educación física y salud, afectando al menos a una parte importante del currículo de asignatura. Se trata de un cambio que pretende superar el énfasis de la condición física y el deporte a la hora de abordar las relaciones que la salud tiene con el ejercicio físico, para hacer de ella una verdadera empresa educativa. Con esto se requiere que el profesional en formación sepa que hacer, para favorecer a través del movimiento la estimulación de las cualidades condicionales y coordinativas que se relacionan con la salud de las personas.
Este profesional en su etapa de formación debe fundamentalmente “aprender a enseñar la Educación física”, ya que su función principal tiene directa relación con la praxis profesional, que se traduce en la “realización de clases de educación Física o deporte”. De acuerdo a esto, el futuro profesional debe tener una alta capacidad de transposición didáctica, considerando las experiencias de aprendizaje adquiridas en su etapa de formación, como referentes para construir puestas de acción solicitantes que permitan implicar, adquirir y aprender a todos los escolares a su cargo.
“La capacidad de transposición didáctica no se limita al mero aprendizaje de estrategias adecuadas para enseñar un contenido específico, sino que supone previamente un proceso de reconocimiento de los temas generativos, de las conexiones del contenido disciplinario relevantes para el currículo escolar y la capacidad para convertirlo en diseños de enseñanza comprensibles para los alumnos y alumnas”. (Ávalos, 2002, p. 68).
Pasa a ser fundamental la aprehensión de los estudiantes de los significados que devienen de la lógica de las instrucciones del docente, esto permitirá una apropiación de la progresión del contenido, las formas de utilizar y transferir ese contenido, es decir que sea contextuado y posible de transferir. Además, los contenidos y las formas de organizarlos definirán las formas de actuación de todos los partícipes de la sesión.
De esta manera, las secuencias didácticas deben estar diseñadas considerando los conocimientos, experiencias y necesidades de los educandos. Además de contextualizar sus intervenciones de acuerdo a la realidad social y cultural del grupo curso y el de la Institución Escolar. Lo último, es interpretado por la Unidad Académica, como la Cultura Escolar que es “el contexto que explica y comprende la interacción didáctica de la sala de clases que se da al interior de la institución y, a la vez, es el contexto en el cual se dan los intercambios verbales entre profesor y alumnos que sostienen dicho sistema de significados”. (Villalta, 2000, p. 206).
Al mismo tiempo, el docente debe identificar las características definitorias de esa cultura escolar, sino se toman en consideración estas providencias las posibilidades de éxito pedagógico son muy limitadas. La selección arbitraria de procedimientos, estrategias, actividades, etc., impiden articular simbióticamente las necesidades de enseñanza y los estímulos de aprendizaje.
El profesional de la educación, tiene que evaluar objetivamente su realidad contextual, procesar y objetivar sus dificultades, poner en juego los talentos profesionales, puede mostrar también buenos desempeños de acuerdo a su realidad.
Las formas de interacción deben estar sometidas a las necesidades emergentes, considerando que los contenidos disciplinares y los elementos de orientación sirvan para una mejor inserción social, éstos deben ser abordados estratégicamente, a veces en forma instrumental directiva y otras debe ser más dialógica - no directiva.
Necesidades actuales de la profesión
De acuerdo a lo expuesto, el profesional de la Educación Física debe responder a ciertos requerimientos, que se convierten en necesidades profesionales. La siguiente tabla sintetiza estas necesidades.
Tabla 2. Espectro de Necesidades instrumentales del Docente en Educación Física
Comportamientos eficaces Preparación y elaboración de progresiones de ejercicios. Transformación de la progresión de Enseñanza. Enseñar a los escolares a autoevaluarse. Promover el diseño en el cual cada uno aprenda a su ritmo, individualizando la enseñanza. Explicación sencilla y esquemática del por qué de la progresión de ejercicios. |
Organización de sus clases Organización pedagógica. Preparación del material. Transmisión de consignas durante la sesión. Conducir la sesión a través de correctas intervenciones pedagógicas. |
Herramientas de la Regulación Preparar y elaborar su enseñanza. Evaluar a sus alumnos. Organizar sus sesiones. Conducir sus intervenciones. |
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Competencias operacionales Preparar y elaborar. Organizar. Conducir. Evaluar. Regular. |
Competencias relacionales Atención al alumno/cliente. Comunicación. |
Fuente: (Adaptado de Target & Cathelineau, 2002)
El/a profesor/a debe ser un líder ante sus alumnos. Poseer conductas pertinentes para cada momento. Esto visto desde una visión transaccional, “yo como profesor/a ofrezco unas alternativas interesantes de aprendizaje, sin embargo pido a cambio un compromiso de parte del estudiante hacia el aprendizaje”.
De acuerdo a lo señalado, el profesional que se permite analizar sus prácticas pedagógicas, potenciar su crecimiento personal y profesional por las vías de la autorreflexión crítica sobre su propia praxis en el aula, favorecerá el desarrollo particular y el de su entorno pedagógico.
Como una colocación didáctica, se presenta la siguiente tabla, en la cual se aprecian las características que el educador debe regular para que se cumplan durante la interacción en el aula.
Tabla 3. Características del profesor, la enseñanza y el currículo en el aula actual
Características en el Aula |
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Comportamiento del profesor |
Gestión de enseñanza |
Calidad del currículo |
- Generación de ambientes ordenados y estimulantes para el aprendizaje. - Altas expectativas. - Formulación clara de metas. - Estructuración de estrategias de enseñanza a partir de conocimientos previos de los alumnos. - Alto conocimiento de los contenidos. - Claridad de presentación. - Formulación de preguntas. - Realización de ejercicios. - Evaluación, retroalimentación |
- Aprendizaje cooperativo. - Material diferenciado - Evaluación, retroalimentación. |
- Explicitación y ordenación de metas y contenidos. - Estructura y calidad de los contenidos - Criterios para planificación y secuenciación - Evaluación, retroalimentación. |
Fuente: (Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Gestión Escolar, 2005, p. 43)
De acuerdo a lo señalado, las necesidades del profesional surgen del análisis del encargo social, en primer lugar, lo que plantean las políticas estatales, principalmente lo relativo a la evaluación del desempeño docente y la identificación de la cultura laboral y principalmente la escolar. Ambas, influyen significativamente en la detección de las necesidades profesionales actuales y que la Unidad académica describe como el/a profesor/a contemporáneo debe tener un carácter situacional, capaz de adoptar una conducta adecuada para el momento adecuado y por lo tanto no es el profesor que siempre es igual, sino que este profesor es adaptativo y en ese sentido hay conductas instrumentales que tienen una condición adaptativa. Además de interpretar
el lenguaje que debe sostenerse dentro del aula, es delimitado por circunstancias pedagógicas y orientadoras, tanto en el aprendizaje de conceptos propios del área disciplinar de la educación, sino también a las formas de relacionarse que deben asumir los distintos actores del proceso pedagógico.Resumiendo, el profesional docente que se debe pretender formar dice relación a un/a profesor/a accesible y comunicador/a, técnico/a y didáctico/a, un/a profesional de la intervención.
Bibliografía
Avalos, B. (2002). Profesores para Chile. Historia de un proyecto. Santiago: Edit. Bárbara Larrain. p. 68.
Cox, C. (2003). Políticas Educacionales en el cambio de siglo. La Reforma del Sistema Escolar en Chile. (1ª Edic.), Santiago: Edit. Universitaria.
Devís, J. & Peiró, C. (1997). Nuevas perspectivas curriculares en educación física: La salud y los juegos modificados. (2ª ed.). Barcelona: INDE Publicaciones.
Florenzano, R. & Valdés, M. (2005) El Adolescente y sus Conductas de Riesgo. (3ª Edic.) Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile. p. 16.
Ministerio de Educación (2003). Marco para la Buena Enseñanza.
Target, C. & Cathelineau, J.
Villalta, M. (2000). Prácticas pedagógicas del docente y cultura escolar en la interacción didáctica. Tesis para obtener el grado de Doctor en Ciencias de la Educación. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Educación, Noviembre, Santiago. Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación, (CIDE). p. 206.
revista
digital · Año 14 · N° 139 | Buenos Aires,
Diciembre de 2009 |