Periodización del entrenamiento del futbolista II | |||
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Castilla La Mancha Profesor de Educación Física en el IES Beneche (Yeste) Entrenador Superior de Natación. Preparador físico de equipos amateurs Autor de diversos artículos relacionados con la Educación Física y sus valores |
Arturo González Segura (España) |
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Resumen El presente artículo supone la continuación de otro con el mismo título, la Periodización del entrenamiento del futbolista, complementándolo. Tras considerar los parámetros que condicionan el rendimiento en el fútbol, qué niveles de entrenamiento corresponden a cada momento de la temporada y qué capacidades se han de desarrollar en cada momento de la misma, consideraremos qué formas existen de organizar las cargas a lo largo de ella. Tradicionalmente son dos los modelos utilizados para planificar en el fútbol aunque, al igual que ha ocurrido en el resto de modalidades deportivas, ha prevalecido una sobre otra. Intentaremos dar respuesta a éste y otros interrogantes. Palabras clave: Periodización. Entrenamiento. Fútbol. Rendimiento. Factores. Capacidades. Niveles. Componentes |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 139 - Diciembre de 2009 |
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Breve introducción a los modelos de planificación: clásicos vs contemporáneos
Como ya comentamos, conseguir mayores niveles de rendimiento dependerá en gran medida de si hemos periodizado correctamente el entrenamiento. Como dijo Navarro (2001), si siempre entrenáramos lo mismo, el organismo se adaptaría solo a lo que efectuábamos y el rendimiento se estancaría
La teoría clásica está basada en las leyes biológicas y del entrenamiento deportivo, que condicionan un mantenimiento de la forma, a un periodo relativamente reducido y localizado de la temporada. Siendo más válido, por tanto, para deportes individuales, con competiciones más localizadas en el tiempo, en un momento determinado de la temporada, con una competición principal que destaca sobre las demás.
La estrategia actual consiste en concentrar el trabajo en períodos relativamente cortos de tiempo, resultando un proceso de adaptación más intenso, caracterizado por una alteración de la homeostasis y que produce una disminución de los niveles de rendimiento (García Manso, M.; Navarro Valdivielso, M; y Ruiz Caballero, P., 1996). De tal manera, que una vez terminamos el trabajo concentrado de entrenamiento se produce un aumento acentuado de los índices funcionales a niveles superiores a los valores iniciales (Verjochanski, 1990). Esta forma de entender el entrenamiento es más apropiada para deportes como el fútbol.
Así aparecen dos modelos de planificación del entrenamiento aplicables con más o menos éxito. La validez de cada uno de ellos para los deportes de equipo se refleja a continuación.
Ejemplo de modelo convencional o tradicional
En primer lugar, se ha de considerar que en los deportes de equipo el proceso de periodización convencional implica notables inconvenientes para el logro de elevado rendimiento (López López, M.; López López, I.; Cárdenas Vélez, D., 2000). No obstante y sin pretender ser redundantes, la búsqueda de rendimiento no se dirige a un momento determinado de la temporada, si no a mantener cotas elevadas de rendimiento durante un periodo más o menos largo de tiempo.
Los principios de este tipo de modelo (cuyo precursor es Matveiev en los años 50), son:
Unidad de la formación especial y la formación general del deportista, ésta crea las bases para la especialización deportiva
Carácter continuo del proceso de entrenamiento aunque en él se alternan carga y recuperación (todas tienen que estar relacionadas)
Aumento progresivo y aumento máximo de los esfuerzos de entrenamiento, el volumen y la intensidad son los parámetros de la carga inseparables y contrapuestos.
Variación ondulante de las cargas de entrenamiento
División de la temporada en ciclos: preparatorio, competitivo y transitorio. Donde cada ciclo es una sucesión de estructuras que se repite cada cierto tiempo.
Si partimos de una estructuración convencional de la temporada, encontramos unas características diferentes a la hora de afrontar el trabajo de los diferentes contenidos determinantes del rendimiento de la especialidad. Así, si consideremos el trabajo aeróbico en los diferentes periodos de la temporada tendrá en cada uno de ellos un fundamento diferencial.
El ejemplo que se presenta, se corresponde con el modelo de periodización tradicional de Matveiev (Gráfico 1) Se trata solo de media temporada, puesto que la otra mitad, se corresponde con el modelo contemporáneo de microestructuración de Seirul-lo (1987)
Ejemplo de modelo contemporáneo basado en la microestructuración de Seirul-lo (1987)
Ahora bien, si nos atenemos a un microciclo dentro de la planificación contemporánea que nos propone Seirul-lo (1987) para los deportes de equipo, el tratamiento de la resistencia será diferente.
Según Zeeb (1994) "el microciclo describe la planificación y realización de los entrenamientos para una semana". Cada microciclo, ya sea semanal o no, se estructura en función de la supercompensación, que debe coincidir con la fecha de competición (generalmente los domingos). Los días del microciclo que reciben mayor nivel de carga serán el miércoles, a través del propio entrenamiento, y el domingo por medio del partido. El trabajo aeróbico encontrará su fundamento como sustento complementario a estos entrenamientos fuertes, unas veces como rendimiento (trabajo de potencia aeróbica) y en otras ocasiones como recuperación de cargas intensas (capacidad aeróbica).
Son los días apropiados para este trabajo de capacidad o potencia, los lunes y los viernes, y el sábado, para un trabajo de vivacidad con carga muy baja. Seirul-lo (1987) establece que el inicio del microciclo siguiente debe ser de carga mínima en pos de una adecuada recuperación. Los partidos deben ser sucedidos por sesiones de recuperación bien ubicadas los lunes o los martes, según el día de comienzo del microciclo. Si se colocan en el primer día de la semana, se privilegia la recuperación física sobre la psicológica; si por el contrario, elegimos el lunes como día libre y el martes para ejercicios de regeneración, quizás estemos dando demasiado espacio de actuación a los tóxicos incitadores de la fatiga.
En un microciclo de dos competiciones la idea cambia. Se debe utilizar el día posterior a la competición una carga de nivel medio para generar una reacción que se aproveche en la próxima competición.
Las características del modelo de Seirul-lo son (1987):
Tiene en cuenta las características del sistema de competición de los deportes de equipo
Se intenta mantener a los jugadores en un estado de alta forma deportiva durante la temporada, para alcanzar 6 – 8 estados de forma óptima en los momentos claves de la competición
Tipos de microciclos: microciclos de estructuración de pretemporada, microciclos de estructuración de competición y microciclos de estructuración de descanso.
El microciclo se divide en dos partes: una primera de carga (primeros días de la semana (martes, miércoles y jueves), donde se produce una pérdida momentánea del estado de forma, ocasionada por la fatiga del trabajo concentrado y una segunda de regeneración (últimos días de la semana: viernes, sábado y domingo), donde se supercompensa esta pérdida momentánea de la forma (Seirul-lo, F., 1987)
En pretemporada se intenta adaptar al jugador a los procesos de carga agresiva y concentrada característica de la competición. En esta fase existe un elevado volumen concentrado de condición específica, tras el cual se plantea una fase de trabajo técnico – táctico denominada volumen técnico – táctico
En pretemporada el diseño es el mismo que el de pretemporada, pero diseñado en días de la semana: el lunes, martes y miércoles se trabaja el volumen concentrado de condición específica, mientras que el jueves, viernes y sábado se plantea una fase de trabajo técnico – táctico denominada volumen técnico – táctico, con el fin de garantizar el día de la competición un estado de alta forma.
Ejemplo de modelo de periodización contemporánea (gráfico 2): microestructuración de Seirul-lo (1987):
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digital · Año 14 · N° 139 | Buenos Aires,
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