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Análisis del perfil del animador deportivo y sus estilos de liderazgo

 

Ldo. en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Doctorando Universidad de Granada.

Profesor de Enseñanza Secundaria. Educación Física

Esteban Fuentes Justicia

fuentes_justicia77@yahoo.es

(España)

 

 

 

Resumen

          En el presente artículo se intenta hacer un recorrido por la figura del animador deportivo, como principal estimulante y dinamizador de los grupos haciendo especial hincapié en las relaciones interpersonales establecidas en los participantes para que disfruten con la actividad. Además se desarrollan los diferentes estilos de animación deportiva en relación al liderazgo: autoritario, democrático, permisivo y paternalista.

          Palabras clave: Animación deportiva. Animador. Liderazgo. Recreación. Tiempo libre

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 139 - Diciembre de 2009

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1.     Introducción

    El animador deportivo representa a una profesión relativamente reciente en nuestro país. Sus funciones no se centran exclusivamente en el rendimiento deportivo como es el caso del entrenador tradicional, sino que trata de estimular y dinamizar a los participantes para que disfruten con la actividad.

    Por todo ello al animador no le vale solamente tener conocimiento de tipo técnico, sino que además debe tener unos conocimientos y aptitudes que le capaciten para el tratamiento de los grupos.

    El ámbito de intervención del animador es variable, va desde niños, adultos, adolescentes hasta personas de la 3ª edad y en cada uno de estos colectivos con sus características particulares.

    El animador deportivo es un profesional que desempeña una labor multifuncional, posee unos conocimientos básicos concretos de actuación de la actividad y adecua los objetivos a los principios generales de la animación deportiva y muy especialmente atenderá las relaciones interpersonales.

2.     Funciones de un animador deportivo

    El animador como agente social, interviene de forma profesional sobre el tejido social intentando establecer, mejorar y modificar actitudes sociales. Como agente social también transmite conductas, actitudes y valores que son observados, interpretados y reproducidos por los participantes, es decir, es una fuente de imitación social. En este proceso de imitación intervienen varios factores:

  • Estatus social atribuido por la institución.

  • Factores propios del monitor como persona: Existen otros factores que favorecen esta imitación que son por ejemplo:

    • La interacción afectuosa del animador y el participante, contra más sea el afecto mayor será la imitación.

    • Edad: Tanto el hecho de que la edad sea parecida o muy diferente puede ser usado como motivo de imitación.

    • Mayor conocimiento de la actividad

    • Por otra parte las participantes también concurren algunos hechos que favorecen la imitación social: como el carácter de independencia y la inseguridad en la tarea

    El animador como agente relacional: Su función es potenciar los vínculos sociales, emocionales y afectivos que surgen en el grupo, así como la integración de las personas en su contexto socio cultural.

  • El animador debe reconocer cuáles son las características de esas vivencias (emocionales). Las cuales son potenciadas individualmente por el animador, pero deben ser cedidas progresivamente a los propios participantes.

  • Respetar los vínculos creados, no intentar cambiarlos, aceptando y comprendiendo sin prejuicios lo que el grupo y el individuo sienten y experimentan en las sesiones, así como aceptar al grupo y a los individuos que lo componen permitiendo que se relacionen como quieran.

    Desde el punto de vista relacional, sus funciones se agrupan en 4 apartados:

  • Ser el soporte relacional del grupo. El animador es el que va marcando las pautas de la relación y va poniendo recursos para que éstos se desarrollen.

  • Saber escuchar las demandas y motivaciones explícitas e implícitas del grupo y del individuo y en consecuencia modificar lo que crea necesario, siempre que no interfiera de forma significativa en el programa.

  • Escuchar y atender los conflictos que surjan de forma directa e indirecta.

  • Potenciará y apoyará las acciones que surjan del propio grupo para fomentar y desarrollar las relaciones.

    En definitiva el animador es responsable de clima del grupo.

    El animador como técnico deportivo

    El animador utiliza la actividad física y el deporte con fines educativos y formativos, debe conocer los límites de su actuación y tener en cuenta el carácter recreativo frente al competitivo. Sus objetivos serán entre otros:

  • Dar una formación global y equilibrada. Ofertando un amplio abanico de posibilidades motrices para que el participante encuentre su propia forma de recreación y de cumplir sus objetivos.

  • No tiene el monopolio de la organización de las actividades, no debe imponer sino proponer, informar de los objetivos y aconsejar sobre las posibles soluciones. En definitiva debe dar al participante la posibilidad de que tome decisiones si no afectan a la programación.

3.     Cómo lograr ser un animador de éxito

A.     El animador animado

    El término de animador nos remite a la persona que anima y la acción de animar viene a ser como infundir ánimo y energía, dar movimiento y alegría a un conjunto de gente, hacer agradable el lugar.

    El animador debe ser un mensajero de felicidad, aunque la afirmación puede parecer exagerada a algunos. Pero ¿acaso podremos negar que la persona que transmite alegría y que hace agradable un lugar no está produciendo felicidad?

    La función de animar se convierte en una función necesaria en algunos segmentos y momentos de la vida social y que, por lo tanto, adquiere una dimensión de oficio.

    Bien es cierto que algunas personas entran en el oficio, como en cualquier oficio, con la sola intención de “ganarse la vida”. Esto es obvio y lícito. Pero pensamos que para ejercer este oficio se requiere además algo más que estar movido por la necesidad de ganarse la vida y que ha de haber algo de vocacional para lograr el éxito y para disfrutar con la profesión.

    El animador tiene algo de ilusionista, algo de formador, algo de vendedor, algo de malabarista, algo de médico, algo de psicólogo, algo de líder, algo de transformador de estados de ánimo, algo de amigo, algo de… Y bastante o mucho de mensajero de felicidad, como hemos dicho.

    Sin caer en utopías que nos alejen de lo cotidiano, podemos afirmar que el primer beneficiado en esa misión de transmitir felicidad es el propio animador, ya que resulta casi imposible transmitir alegría si no se está alegre. Sólo los payasos o los actores muy buenos son capaces de hacer reír mientras ellos están en un estado de tristeza o de depresión.

    La sonrisa sincera y franca, por ejemplo, es una de las manifestaciones de buen estado interno. Diríamos que es una consecuencia del mismo y la psicología tradicional así lo reconoce. Pero algunos estudios actuales han demostrado que también funciona al revés, es decir, que la sonrisa influye y modifica el estado de ánimo, o sea, que no sólo es consecuencia, sino causa del estado de buen humor y que cuando uno sonríe por norma su estado de ánimo es más positivo.

    No se puede estar de buen humor y de mal humor al mismo tiempo. Al pensar en algo que te haga estar muy enfadado es imposible sonreír.

    Y como no se puede transmitir ánimo si no se está animado, los animadores prácticamente firman un seguro de garantía sobre su estado de ánimo y de buen humor, que atrae a las personas. Basta mirar el éxito y la aceptación social con los que suelen contar.

    El animador animado es un favorecedor de relaciones humanas, se constituye un estimulador de la amistad. Los animadores fraguan normalmente gran cantidad de amistades, conocen muchas culturas y formas de pensar, han oído relatos de diferentes países, han viajado con frecuencia, han movido permanentemente su círculo de relaciones, han ampliado su capacidad de miras y de entender el mundo desde diferentes posturas y con visión mas plural que los que se han mantenido en su círculo cerrado.

Los síntomas de que el animador deportivo está animado son los siguientes:

  • Llega al lugar de la actividad antes de la hora de inicio.

  • Hace las cosas y enseña hacerlas sin fanfarronear.

  • Ayuda a solucionar problemas.

  • Conduce, no maneja.

  • Prefiere poner medallas a ponérselas él.

  • Hace del trabajo una diversión.

  • Contagia su entusiasmo.

  • Dice “vamos” en lugar de decir “tienen que ir” o “vayan”.

B.     El animador formado

    Aquí identificaremos los conocimientos básicos, a partir de los cuales el animador deportivo puede hacer más asequible el desarrollo de su profesión. Gracias a esos conocimientos iniciales y a sus aptitudes personales podrá ejecutar unas destrezas y habilidades que de buen seguro le serán requeridas por la persona que lo contrata para que ejerza como tal animador.

    Aunque no bastará con tener unos conocimientos y aptitudes iniciales, sino que tendrá que mostrar unas actitudes adecuadas a cada situación en el ejercicio de su trabajo, a veces delicado y comprometido.

    En la animación deportiva, como en otras profesiones que tienen como eje de actuación el contacto con otras personas, se requieren esos tres niveles de preparación.

    Por eso el animador debe estar formado en los tres rangos del saber:

  • Los conocimientos, todo aquello que el animador debe saber para el ejercicio correcto de su trabajo. Para ello debe formarse y estos apuntes pretenden ser una ayuda en ese empeño de los que quieran dedicarse a la animación deportiva.

  • Las Habilidades, todo aquello que se debe saber hacer. Poseer unos conocimientos y unas capacidades innatas para una determinada actividad profesional no garantiza el éxito. Es necesario ejercitar esas capacidades para adquirir una destreza,, en algunos casos semiautomatizada, que permite un dominio de técnicas y de recursos y que deja vía libre a la creatividad y a la improvisación, cuando estas tengan que salir a la palestra.

  • Las actitudes o predisposiciones para llevar a cabo lo que se tiene que hacer, es decir el saber estar, que al final resulta ser lo más visible para las personas que tienen delante el animador deportivo. Porque el saber ser o estar aglutina y manifiesta todo lo bueno o malo que se haya incorporado en el ejercicio de la profesión.

    La persona que haga de animador deberá cumplir una serie de requisitos que viene exigidos por el puesto de trabajo y estará dotado de unas cualidades que le permitan realizar con éxito su trabajo. Resumiremos estos requisitos siguiendo la categorización en los tres niveles del saber enunciados anteriormente:

  1. Conocimientos

    • Conocedor de las técnicas de animación, formado bien sea a través de la Formación Reglada (técnico de grado superior en Animación), de la formación ocupacional, de la formación privada o de los cursos de formación continua.

    • Hablar idiomas: sobre todo en el ámbito del animador turístico.

  2. Habilidades

    • Imaginativo y creativo, capaz de improvisar y aportar nuevas ideas que permitan enriquecer el programa y sacar el mayor rendimiento posible a las instalaciones de que dispone.

    • Showman, con facilidad para presentarse y actuar ante diferentes colectivos; que le guste actuar e implicar al alumno en diversas actividades con gracia y soltura.

    • Observador y psicólogo. El animador deportivo debe saber en todo momento qué es lo que el cliente quiere y debe actuar en consecuencia. De be conocer a su audiencia para saber qué ofrecerles.

    • Capaz de conducir y dinamizar diferentes grupos. Dentro de un mismo grupo puede haber personas de diferentes edades, estratos sociales, etc. El animador deber ser capaz de integrarlos a todos en un mismo grupo de manera que se sientan cómodos y disfruten por igual.

    • Tener facilidad y ciertas condiciones para el deporte, para la expresión verbal y corporal, con el objetivo de poder desarrollar todas las actividades del programa con la mayor eficacia y profesionalidad. No se espera que sea un número uno, un atleta o un consumado deportista, pero ha de gozar de buena salud y estado físico, ya que la mayoría de las actividades que realiza le exigen estar en continuo movimiento y la jornada tan intensa exige una gran resistencia física.

  3. Actitudes

    • Adaptable y camaleónico: el animador deportivo debe estar dispuesto a “hacer feliz” a todo tipo de clientes, adaptándose a ellos y mimetizándose con sus gustos y costumbres. También tiene que amoldarse a sus compañeros de grupo y a los de otros departamentos dentro del centro de trabajo.

    • Amante del público. La relación del animador con el cliente debe ser constante, ya que éste necesita de su apoyo y colaboración. A su vez el animador se estimula y alimenta sus actitudes con el refuerzo que recibe de los clientes de que su labor es aceptada y reconocida (sentimiento recíproco de ambos).

    • Ser carismático, tener don de gentes, en otras palabras, que su personalidad, sea cual sea, ofrezca a los otros empuje, iniciativa, arrastre y entusiasmo.

    • Amable y paciente. El animador deportivo se convierte en el mejor aliado del cliente. Es a él a quien suele explicar en primera instancia algunas de las carencias del servicio. De él quiere obtener una información de primera mano sobre el entorno de trabajo, por lo tanto, debe saber escuchar y demostrar predisposición para ayudarle en todo momento.

C.     El Animador comunicador

    El trato con los clientes no exige al animador convertirse en un erudito o en un charlatán. Se precisa cada vez más ejercitar una escucha activa, como facilitadora de una comunicación que genera confianza e incrementa la conexión con las necesidades del cliente. Por reciprocidad, es más fácil que el cliente se preste a escuchar.

    No saber callar es no saber hablar. “El hombre tarda 3 años en aprender a hablar y 50 en aprender a callar” (Hemingway).

    Los elementos básicos de la comunicación interpersonal:

  • Emisor: Persona que en un momento determinado expresa su pensamiento en forma de palabras o gestos.

  • Mensaje: contenido de la información que expresa el emisor.

  • Receptor: Persona o personas que reciben el mensaje.

  • Filtros: Los ruidos externos o las incidencias ambientales que repercuten sobre la emisión a modo de barreras y que impiden una correcta llegada del mensaje al receptor.

  • Retroalimentación: Señales que llegan desde el receptor al emisor mientras éste envía su mensaje. Su función es la de alimentar de vuelta el proceso comunicativo para que el emisor pueda ajustarse mejor a las características del momento y al nivel de recepción. También solemos denominar este efecto su terminología inglesa “feedback”.

    El feed-back actúa como alimentador de la comunicación y como indicador de corrección. Así el emisor capta si es correcta la recepción del mensaje facilitando:

  • Mayor interacción entre ellos.

  • Aportación de nueva información, si fuera necesario.

    La capacidad de poner el mensaje en forma de código lingüístico (codificar) por parte del emisor juega un papel destacado en la transmisión informativa, así como el conocimiento del código por parte del receptor (recomunicar).

    El animador debe dominar especialmente la comunicación no verbal, mucho más ligada a la dinamización de actitudes, emociones, entusiasmo, etc., que son propias de la animación.

    Los interlocutores pueden tener un dominio perfecto del lenguaje e incluso de la gramática que emplean en sus construcciones verbales, pero esto no asegura que los dos estén entendiendo exactamente lo mismo del mensaje, ya que la comunicación es cuestión de significados y las palabras tienen diferentes significados para cada persona.

    Esto explica la cantidad de malentendidos que se producen en la mayoría de comunicaciones humanas. Los significados siempre difieren de una persona a otra, porque cada una se representa la realidad internamente según programas internos.

D.     El animador vendedor

    El animador no sólo se encarga de divertir. Cuando se le encarga que los clientes se lo pasen lo mejor posible, se le está encomendando la labor de vender el producto de diversión y de entretenimiento, mediante las activi­dades de animación y mediante su saber hacer como animador; es decir, que está haciendo de vendedor, aunque el término suene mal a algunos oídos.

    La interpretación correcta de las necesidades de los clientes determina el éxito del servicio de la animación, o de cualquier otro servicio, por lo que es conveniente conocer el mayor número posible de características prin­cipales de la personalidad del cliente y cuáles son sus motivaciones principales respecto a las actividades de animación.

    Podemos preguntamos:

  • ¿Cuál es la necesidad del cliente respecto a su tiempo de ocio?

  • ¿Qué otras necesidades y deseos puede tener?

  • ¿Cuáles deben ser sus aficiones?

    Todo dato trascendente que él revele debe ser tenido en cuenta para la acción posterior, lo cual contribuye notablemente a:

  • No cometer errores de planificación.

  • Crear buenos hábitos de trabajo.

  • Persuadido para que participe en otras actividades.

  • Facilitar el trabajo de otros compañeros del equipo.

    También pueden orientamos en este conocimiento del cliente otros datos de su persona, como su apariencia física. Algunos estudios intentan rela­cionar los rasgos físicos de las personas con rasgos de su personalidad. Lo importante es conocer al cliente en su integridad, porque mientras mejor conozcamos su forma de ser, mejor podremos ajustar nuestras estrategias a sus necesidades como clientes exigentes y mejores resultados obtendre­mos de nuestros esfuerzos de animación.

    Cuando queremos averiguar lo que desea un cliente disponemos de las siguientes estrategias:

  • Preguntando: Es posible que el cliente conteste con sinceri­dad, pero no es seguro, porque como sabemos, los clientes tienen tendencia a «enmascarar» sus propias intenciones por otras causas particulares.

  • Observando: Mirando su apariencia física, su cara, sus gestos, su modo de vestir y de hablar. «La cara es el espejo del alma», hemos oído en más de una ocasión. Gracias a la observación muchas veces se puede deducir lo que el cliente va buscando en realidad, que lógicamente siempre será un beneficio para su persona, pero que nosotros no siempre conocemos.

    No se puede hablar del mismo modo a una persona colérica que a una apacible, por lo que nos facilitaríamos mucho el trabajo si pudiéramos determinar la personalidad de nuestros clientes a partir de una simple observación. Esto nos dará la seguridad en nosotros mismos, nos permi­tirá enfocar la conversación, encontrar un mejor clima en la relación y nos facilitará la obtención de buenos resultados.

    En ocasiones nos enfrentamos a una persona que nos grita y cree­mos que se trata de una persona siempre intratable, aunque resulta que en realidad está alterado por un motivo puntual y no frecuente. En otras ocasiones, creemos estar frente a una perso­na que duda en la elección y pensamos que es dubitativa e inde­cisa en todo, cuando en realidad sólo existe un motivo parali­zante o de desconcierto momentáneo.

Estereotipos corporales y psicológicos

    Presentamos algunos conceptos básicos sobre los estereotipos corpora­les y psicológicos que pueden orientamos en el conocimiento de los clientes.

    Tenemos tendencia a inferir rasgos psicológicos a partir de los datos fisio­lógicos de las personas, de manera parecida a como deducimos el grupo étnico al que pertenece una persona (los estereotipos sociales de los que ya hemos hablado) por sus rasgos corporales.

    Diferentes estudios a lo largo de este siglo han intentado definir unas cate­gorías físicas asociados a los rasgos de personalidad, aunque esta idea es tan antigua como el pensamiento humano.

    El norteamericano Sheldom buscó las mayores garantías científicas en su estudio y para ello fotografió a 4.000 personas de cara, de espaldas y de perfil para trabajar con las siluetas de esas 12.000 fotografías que, una vez agrupadas por semejanzas, le sirven para determinar los tres tipos cor­porales humanos básicos, según que se haya desarrollado más una capa celular u otra del embrión:

  • Endomórfico: Cuerpo corto, ancho, miembros cortos y bas­tante vientre.

  • Mesomórfico: Tipo muscular y atlético, con huesos fuertes y salientes.

  • Ectomórfico: Tipo ligero, fino y delgado, con mayor desarrollo nervioso.

    Para determinar los tipos psicológicos actuó del mismo modo. Tras obser­var a estas personas durante un año, midió 650 rasgos característicos, que posteriormente redujo a 50, con los cuales pudo establecer tres grupos psicológicos:

  • Viscerotónicos: Gusto por el comer, sociables, tolerantes, extrovertidos.

  • Somatotónicos: Amantes de la actividad física, el riesgo, la competición.

  • Cerebrotónicos: Amantes de la actividad mental, algo introvertidos.

    Estudiando 200 estudiantes durante 5 años y más de 100 casos clínicos y de delin­cuencia pudo establecer la correlación entre los tipos somáticos y psicológicos que definía de manera clara a los endomorfos como personas sociables y extravertidas, a los mesomorfos como hiperactivos y materialistas y a los ectomorfos como cerebrales e introvertidos.

    Estudios posteriores han demostrado que la correlación no es tan clara y, aunque no se pueda afirmar que cuando una perso­na tiene determinado cuerpo dispone de una personalidad con­creta, está más claro al menos que cuando tenemos una figura determinada los demás nos atribuyen la personalidad que pare­ce ir asociada a esa figura, cosa que adquiere una importancia relevante cuando el servicio que se presta al cliente está de algu­na manera ligado a los conceptos de estética, como en algunos actividades de animación donde el cuerpo y la figura son muy visibles.

    En este sentido, otros estudios actuales demuestran que la mayoría de nosotros percibimos a las personas gordas como amables, maternales y tranquilas, aunque blandas, acomplejadas y a veces desaliñadas. Por el contrario, percibimos a los delgados como inteligentes, soñadores y dis­cretos, aunque cerrados y tímidos, estrechos y enfermizos. Las personas musculosas son dinámicas, deportivas y seguras de sí mismas, pero algo pretenciosas o altivas.

4.     Recorrido por los diferentes estilos en la animación deportiva

    Los estilos de animación son posibles modelos de actuación, que son conocidos por todo aquel que trata a grupos regidos por un líder.

    Este liderazgo que tiene el técnico constituye el centro del grupo ya que las actividades son controladas por él, se pueden adoptar 4 formas de liderazgo.

  • Autoritario

  • Democrático

  • Permisivo

  • Paternalista

Estilo Autoritario

    Características: Se limita a mandar, prohibir, amenazar, castigar, exigir, etc. Su autoridad esta basada en su condición de experto, las decisiones son tomadas por el técnico sin contar con el grupo, anula cualquier iniciativa que salga del grupo. El técnico es la única fuente de información mientras él no diga lo contrario. Es la forma más tradicional de dirigir al grupo.

    En consecuencia las relaciones o no existen o no son de igualdad, el grupo no puede actuar cuando el líder no esta, provoca en el usuario sumisión, rebeldía y pasividad.

Estilo Democrático

    Características:

  • Favorece la aparición de otro liderazgo

  • Distribuye el poder de decisión

  • Crea un buen clima de libertad de comunicación e integración ya que no cohíbe a los demás.

  • Las relaciones que se establecen son naturales y autenticas

  • Fomenta la participación

  • El técnico es flexible con la programación

  • Fomenta la madurez del grupo

  • Es solidario con los triunfos y los fracasos

Estilo Anárquico, permisivo o Laissez Faire

    Siempre se ha considerado el menos recomendable. La técnica consiste en dejar “hacer” excesivamente a las personas que el debe dinamizar, no adquiere la responsabilidad de organizar y dirigir, la presencia del técnico es casi invisible, el técnico es inseguro e inflexible y frecuentemente se encuentra desligado del grupo, no muestra criterios ni objetivos claros, provoca apatía, aburrimiento y desinterés que conducen al conflicto. A menudo cuando no hay líder el más fuerte puede ocupar su puesto, como consecuencia de esto se produce abandono del grupo e incluso su desaparición.

  • Su actitud consigue:

    • Crear situaciones de conflicto

    • No muestra sus ideas

    • No se cuestiona, ni se reflexiona

    • Crea desilusión

  • Crea diferentes actitudes e sus alumnos

    • Desorden

    • Agresividad

    • Se impone el más fuerte

Estilo Paternalista

    Si el líder autoritario mantiene al grupo en dependencia a través de la dominación, el paternalista obtiene el mismo resultado a través de la sobreprotección.

  • Dos errores comunes en este estilo son:

    • La sobre actuación

    • El exceso de protagonismo

    El líder quiere hacerlo todo, no valorando la iniciativa ajena, centrándose en sus propias actuaciones y haciendo él todas las demostraciones, con esta actitud impide cualquier otro nacimiento de liderazgo, crea individuos infantiles, inseguros e indecisos. Como consecuencia todos deben acudir a él para encontrar la solución a todo.

Ventajas e inconvenientes de los estilos de animación

    El estilo democrático parece ser el mejor por dos razones:

  • Porque las decisiones se toman por consenso y no unilateralmente, de forma que favorece la motivación, participación e integración.

  • Porque el grupo es capaz de seguir funcionando cuando el animador no esta

    Por estas dos razones se considera este estilo como el más idóneo para el desarrollo integral.

    Aunque también existen opiniones contrarias, en su mayoría erróneas.

  • Hay quien piensa que el técnico no tiene suficiente control sobre los usuarios, las tareas, etc. y que este control solo se consigue con disciplina y autoridad

    En realidad el estilo democrático implica una educación hacia la responsabilidad individual, que lleva un trabajo y un tiempo conseguirle, por ello el control que se ejerce es de mayor calidad, en el sentido de que el nivel de independencia y participación del usuario esta en relación del grado de responsabilidad adquirido.

    En situaciones concretas sin embargo es necesario adoptar otros estilos:

  • El modelo autoritario puede proporcionar ciertas ventajas en grupos de baja organización y escaso dominio de la actividad.

    Cuando en un grupo no existe ningún componente con la suficiente formación o conocimientos necesarios para valerse por si mismo, es importante tener una persona que ejerza la autoridad y tenerlo todo muy claro, es importante porque ahorra tiempo en organizarse y tomar decisiones así pues es un método eficaz y productivo.

Errores más comunes que suelen tener los técnicos

    La improvisación: Consiste en intentar solucionar sobre la marcha las dificultades que se pueden presentar en el transcurso de nuestro trabajo. Esta forma de actuar supone siempre un riesgo y normalmente provoca a su vez más dificultades que tienen que volver a ser solucionadas con nuevas improvisaciones. La improvisación es un error cuando es consecuencia de la falta de planificación y de no considerar los puntos oscuros de una actividad.

    La planificación y la improvisación pueden afectar a las actividades, organización, participación, etc.

    La desinformación a los usuarios: La falta de información y los mensajes escuetos hacen que el usuario se encuentre desorientado antes las actividades que se le proponen. Este error es muy frecuente cuando el técnico no ha tenido en cuenta los distintos niveles de aprendizaje o las capacidades de los usuarios.

    Burocratización en el trato: Se trata de un estilo de comportamiento por parte del técnico, distante, frió y despersonalizado que da origen a relaciones artificiales. Este comportamiento no genera intercambio de opiniones, provoca desconocimiento y desinformación ya que el lenguaje utilizado es tecnicista y excesivamente confuso y difícil. En este caso el técnico presupone que la información se ha dado y el ha cumplido con su obligación, pero en realidad no ha sido comprendida ni asimilada correctamente.

    Falta de atención despersonalizada: En esta situación el usuario piensa que el técnico no conoce ni sus dificultades sus avances, el usuario necesita saber el nivel alcanzado así como la forma para mejorar su actividad, cuando el técnico no avanza en esta tarea, el usuario se siente poco atendido, poco motivado y puede abandonar la actividad, por el contrario el seguimiento de los logros o retroceso proporcionan un refuerzo positivo importante para seguir mejorando.

    La insistencia en las mismas actividades: El técnico no tiene por que estar constantemente preocupado por innovar, pero si debe ser consciente de que la innovación es una fuente de motivación. La insistencia en las mismas actividades aburre y convierten al técnico en desfasado y antiguo.

    La actividad desmedida: Si el técnico se centra excesivamente en la práctica, sin evaluar la adecuación a los objetivos, con frecuencia se cae en este error. Si se afana en presentar actividades muy movidas, sudorosas e intensas, puede olvidarse de sus objetivos educativos y recreativos.

    Disciplina y orden como objetivos: Ambos objetivos son validos y necesarios, pero no deben convertirse en el objetivo principal y central, olvidando de que nuestro ámbito es la recreación, el disfrute, la socialización, etc.

    Falta de actualización científica: El técnico no debe considerarse un producto terminado y autosuficiente, a veces adoptamos posturas de superioridad ante los nuevos conocimientos, por el contrario deberíamos ser receptivos y evaluar con justicia y sin prejuicios.

Estilos de animación según la finalidad

    En toda animación existe un tipo de actividad que se pretende promover y unos grupos con los que se actúa, de estos dos elementos surgen los tipos de animación.

  • Animación del grupo:

    • Las acciones se centran en el funcionamiento del grupo

    • Desarrolla las relaciones humanas y de comunicación

    • Se pone especial énfasis en la creación de un clima favorable para estimular la acción e interrelación social.

    • Tiene por objetivo la maduración y el crecimiento grupal.

    Orientando socialmente al grupo se refiere a la actividad y a las cualidades necesarias para jugar el papel de animador adecuadamente, es decir, a sus actividades sociales

  • Animación de la actividad:

    • Las acciones se centran en la actividad, potenciando la participación y ejecución de los ejercicios por parte de todos los componentes.

    • Búsqueda de la máxima gama de actividades que resulten placenteras y satisfagan las necesidades,

    • La animación orientada a las actividades se refiere a las habilidades profesionales del animador:

      • A la transferencia de conocimiento

      • Presentación del ejercicio

      • Etc. (preguntar)

    En la práctica, las dos se encuentra muy ligadas, por lo que en realidad se trata de dónde se pone el énfasis prioritario, porque no podemos olvidar que:

  • Las actividades son una expresión del grupo y en función de la actividad pueden generarse diversos grupos (López, A. 1991).

Bibliografía

  • Berral de la Rosa FJ. El al (1999). "Somatotipo". Revista Uruguaya de Medicina del Ejercicio; 14:14-28.

  • Cabañas Mayoral, A y Soria, M.A (1991). La animación deportiva. Barcelona: Inde.

  • García Ferrando, M. (1993). Tiempo libre y actividades deportivas de la juventud en España. Madrid: Ministerio de Asuntos Sociales. Instituto de la Juventud.

  • López, A et al (1991). Aproximación al ocio y tiempo libre de los jóvenes andaluces. Sevilla: Consejo de la Juventud de Andalucía. C.E. de Ocio y Tiempo Libre.

  • Ortí, J. (2004). La animación deportiva, el juego y los deportes alternativos. Barcelona: Inde.

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