La disciplina y la motivación en las aulas de primaria | |||
Diplomados en Educación Física por la Universidad de Almería (España) |
Miguel Ángel Martínez Cuenca Antonio David García García |
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Resumen En este artículo vamos a tratar la disciplina y la motivación como armas indispensables para conseguir una buena educación en nuestras aulas. Nuestra meta consiste en que nuestros alumnos aprendan, de manera amena y divertida, a trabajar en grupo, a respetarse a sí mismo y a sus compañeros, a ayudarse entre ellos para conseguir un objetivo común, etc. Estos elementos son aspectos que pueden mejorar la calidad en nuestras aulas. Palabras clave: Disciplina. Motivación. Rendimiento. Conductas. Aula |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 139 - Diciembre de 2009 |
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1. Introducción
Todos sabemos lo importante que es mantener la atención de nuestros alumnos en clase o fuera de ella, por este motivo debemos, como profesionales de la educación que somos, buscar la técnica o aptitud que nos ayude a mejorar como docentes, ya que los alumnos en cualquier momento de relajación, intentan distraerse con otras cosas, como hablar entre ellos, meterse con el compañero, etc.
Por este motivo, no debemos dejar en nuestras clases nada a la improvisación, ya que el hecho de no captar la atención de los alumnos adecuadamente va a provocar el murmullo y la conversación, y sobre todo si tenemos 25/27 niños en clase.
Pero lo que debemos de conocer con detenimiento, es el por qué de los comportamientos de los niños y cuáles son sus causas, ya que empezando desde la raíz, podemos averiguar con más detalle el problema. Es recomendable hacer este tipo de comprobaciones antes de diseñar cualquier estrategia de cambio.
Por último, debemos de tener presente los distintos indicadores que van a determinar las conductas en los alumnos: la edad, el sexo, aptitud, factores socioeconómicos y el entorno cultural en el cual se desarrollen.
2. Factores determinantes en las conductas de los alumnos
La conducta es el respeto de las normas o reglas establecidas, realizadas correctamente. Si existe algún tipo de problema respecto a estas normas, es porque existen dificultades en la conducta de los niños.
En la edad hay que recordar que en niños pequeños muchas conductas problemáticas surgen porque no han aprendido a realizar de manera correcta determinadas aptitudes. Y al contrario, si estos niños son más grandes, es menos probable que los problemas se deban a la ignorancia de conductas ya establecidas, lo normal es que los motivos de esta causa sea el olvido, despistes, el aburrimiento, problemas con los compañeros, falta de aptitud, etc...
Por lo tanto, el profesor debe de tener siempre en cuenta la edad del niño para adaptarse a sus características y motivaciones, para así crear la estrategia más ajustada a sus necesidades. Destacamos una serie de aspectos relacionados con la edad, y que el profesor debe de tener en cuenta, como:
Las necesidades y características del alumno suelen cambiar con el tiempo, y se suele ajustar la edad cronológica con la edad madurativa.
El egocentrismo se suele incrementar con la edad.
La relación que tienen los alumnos con otros suele cambiar con la edad, ya que van teniendo más conciencia de la aptitud de sus compañeros.
Conforme van creciendo, suelen tener una conducta más negativa hacia los adultos, debido al rechazo de algunas conductas de los niños, por parte de los adultos.
La realización de actividades suele ser más compleja a medida que su coeficiente intelectual va creciendo, para así adaptarnos a sus necesidades más inmediatas.
También, encontramos una serie de aptitudes que determinan la conducta de los alumnos como:
La tarea suele ser un factor que va a despertar una mejor aptitud en algunos niños que en otros, debido a su compromiso y atención por la actividad a realizar.
El profesor debe de intentar ajustarse a todos los niveles de aptitud de los niños, para conseguir una correcta transmisión de la tarea. Con ello conseguiremos una educación individualizada.
Debemos de conocer los distintos problemas que tienen los niños, para así corregir el problema, como por ejemplo, no es la misma aptitud del niño que sufre un fracaso escolar como el que tiene buen rendimiento dentro del aula.
La predisposición de los niños debe ser buena, así como mostrar interés por lo aprendido y dado.
En cuanto al sexo, se tiene diversidad de opiniones (por la multitud de casos diferentes que nos encontramos en las aulas), ya que suele suceder que las niñas tienen más ímpetu al realizar las actividades dentro del aula, mientras que los niños buscan realizarlas fuera del aula. Así que debemos de destacar que la aptitud de nuestros alumnos y alumnas en clase, suele ser igualitaria, pero depende de otros factores como la cultura, la educación, el respeto a los demás, el trabajo en equipo, etc.
Haciendo mención al aspecto socioeconómico en nuestros alumnos, nosotros como docentes, debemos de saber que las personas con un índice económico bajo, no suelen tener autoconfianza, y su desmotivación proviene de casa, ya que es donde se debería haber trabajado, para que fuera de allí el niño pueda enfrentarse a sus problemas. La escuela está preparada y adaptada para cualquier tipo de alumno con necesidades económicas, como para aquellos que no tienen ningún tipo de problema económico, ya que el clima que existe en la escuela, favorecerá la eliminación de conductas peligrosas y el mantenimiento de aquellas consideradas adecuadas.
Y por último vamos a destacar los aspectos culturales, que también afecta a la conducta del niño, dependiendo de una cultura u otra, nuestro alumno, actuara de diferente manera, por lo cual esto suele ser más susceptible y ponderable.
3. Los problemas de conducta
Encontramos en algunos alumnos diferentes problemas frente a la conducta correcta. Nosotros como docentes debemos saber de dónde proviene el problema, cual es su origen, y qué medidas podemos aplicar, ya que con eso vamos a intentar que nuestros alumnos confíen en sí mismos y en nosotros, consiguiendo ventajas inigualables, que le harán trabajar y actuar de una manera correcta.
Normalmente muchos de estos problemas provienen de casa, es decir, llegan con ellos a la escuela, y suelen ser los siguientes:
No obedecen a sus padres y profesores.
Los conflictos con los demás alumnos suelen ser frecuentes.
Tendencia a un carácter agresivo.
No suele realizar las actividades diarias.
Debemos de saber que la disciplina debemos de llevarla a la práctica, pero de una manera sosegada, ya que vamos a intentar que el alumno se sienta identificado con los que se esta realizando en el aula, y que tenga conciencia de lo que está realizando, y el por qué de las cosas. Esta sería una buena manera de empezar a erradicar el problema. A continuación vamos a destacar una serie de actos disciplinarios, para intentar certificar lo dicho anteriormente:
Corregir conductas peligrosas, dándole explicaciones de por qué debe ser de una manera y no de otra.
El niño debe tener conciencia de lo que está haciendo.
Debemos de intentar que muestre atención por lo que esta aprendiendo.
El razonamiento debe ser una pieza clave.
Como maestros debemos de evitar las amenazas, para conseguir el objetivo.
Sería importante que muchas de las conductas que trabajamos en la escuela, sean trasladadas al ámbito familiar, para certificar y grabar la conducta trabajada. Si no es así, será más difícil llegar a conseguirlo.
4. Conductas en el aula
Muchas de las conductas que realizan nuestros alumnos en clase, tienen como único objetivo, el llamar la atención del maestro, y así conseguir su propósito. Debemos de tener presente que es lo que va buscando el alumno, sus preocupaciones, sus intereses, motivaciones, etc., con la intención de adaptarnos a sus carencias y necesidades.
Es curioso, pero el alumno sabe, cuando un maestro o profesor, es nuevo dentro de la docencia, ya que puede ser que se le noten muchas carencias y no sepa actuar como un docente, con muchos años de experiencia. Por lo tanto debemos saber que el alumno nos va a poner a prueba e intentará que le sigamos la corriente, para así conseguir su objetivo. Para tratar de erradicar esto desde la raíz, el maestro con poca experiencia debe realizar un estudio a fondo del caso, a través de libros, propuestas, información que nos proporcione otros docentes y nos ayude a mejorar como maestros. Gracias a nuestras ganas de mejorar y aprender acerca de cómo solucionar los distintos comportamientos de nuestros alumnos en clase, haremos de nuestra educación una bonita herramienta para trabajar en la sociedad.
Los conductistas siempre tenían unas condiciones universales para todos nuestros alumnos, como:
Cualquier conducta se puede describir.
La conducta se aprender a través de la observación.
La conducta con un buen respaldo del maestro, se realizará más veces que la que no tenga ese respaldo del profesor.
Si queremos cambiar una conducta nefasta en el niño, debemos de cambiar la forma de premiarle.
El conductismo nos dice, que tenemos que tener en cuenta el contexto en el cual se desarrolla la conducta, ya que el niño cuando aprende esa conducta adecuada para un determinado momento y situación, puede ser que esa misma conducta propicia no sea la más necesaria para utilizarla en otro momento distinto. Cada momento requiere de un comportamiento diferente, y así lo deben entender nuestros alumnos.
Implicaciones del profesor
El maestro debe de tener en cuenta, el contexto o lugar en el cual el niño desarrolla esa actitud, sus consecuencias más inmediatas y la propia conducta de éste. Conociendo estos tres factores, podemos entender con mucha más nitidez, lo que está ocurriendo realmente, el por qué, el cómo y cuáles son las estrategias que vamos a utilizar.
Para todo esto, debemos de hacernos con una tabla o anecdotario, para plasmar lo que está ocurriendo, y no nos vale solo con apuntar si es hablador o si distrae la atención de la clase.
Esta lista, llevará datos detallados de la conducta y junto a ella, cada una de las respuestas que da el profesor ante esa situación que el niño nos ha ofrecido. Con ello vamos buscar la comparación, y observaremos sí, la respuesta que estábamos ofreciendo a nuestros alumnos era más adecuada o no.
Una vez terminado el anecdotario, el profesor estudiará el caso, para así abordar las conclusiones y poner fin, de una manera adecuada o sosegada a esa conducta que ha perjudicado al niño.
Estas herramientas nos ayudan a mejorar como docente y hacer de la educación un elemento indispensable de trabajo.
Recompensas y castigos
Una vez analizado todo esto, debemos de conocer la recompensa y el castigo, la recompensa, es algo deseado por la persona y el castigo sería algo indeseable.
Por lo tanto sabemos que las conductas deseadas son premiadas y como consecuencia son más arraigadas, y las que tienen un castigo tienen a desaparecer o a disminuirse en menor medida.
La recompensa más importante que debemos de aprovechar, es la cotidiana, como el calor humano, el acercamiento, el cariño, el tener buenas sensaciones con la persona con la que se está, tener una buena predisposición ante cualquier actividad, en cambio cualquier castigo, seria la negación de todo lo anteriormente dicho, ya que el placer que encuentra en ellos es muy bajo o nulo.
Sabemos que la conducta esta siendo un punto importante de trabajo dentro de la educación. Los niños que son víctimas de cualquier tipo de violencia, ya sean de naturaleza verbal, física o emocional, a la larga suelen tener algún tipo de problema social o de relación con los demás compañeros, de falta de confianza en sí mismo y sobre todo de pérdida de autoestima.
Si no controlamos estos problemas a tiempo, puede que desemboquen en el fracaso escolar, el rechazo a la escuela e incluso a la comunicación entre compañeros.
Para los profesores la disciplina no debe ser una imposición, sino un reto.
5. La conducta del profesor o maestro
Ante todo lo que se está investigando y lo que se sigue trabajando en materia educativa, sobre la formación del buen maestro, podemos observar que los factores externos son muy importantes. Entre estos factores encontramos: la edad del niño, la asignatura que se imparte, el clima que exista en el centro, el aspecto socioeconómico, la implicación del propio maestro hacia el área y el interés que muestre el docente hacia los niños para que ellos se sientan parte importante dentro de este proceso.
Pero lo que si debemos de saber, con detalle, es que lo que funciona con un grupo de clase, puede que no funcione con el otro grupo, en situaciones similares, ya que los diferentes momentos y situaciones, pueden tratarse de diferente manera.
Así, hay que destacar que, a pesar de lo anteriormente comentado, existen determinadas capacidades comunes a todo buen profesor como:
La formación.
El propio control
La asimilación de lo trabajado.
La puntualidad
El respeto hacia los demás y hacia el mismo.
La comprensión.
El ser riguroso.
Ser moderado.
Ser educado.
La estética.
Nosotros como maestros o profesores debemos de tener siempre una actitud positiva hacia nuestros alumnos, ya que para muchos de ellos, la figura del maestro representa algo más, es un modelo a imitar, y por lo tanto debemos de dar ejemplo, y nunca bajar los brazos ante cualquier problema o adversidad que nos encontremos en el camino, sino involucrarnos y trabajar a favor de nuestros alumnos, ya sea buscando información, leyendo libros, consultando diferentes opiniones, etc., para conseguir que nuestro alumnos alcancen la meta perseguida.
Debemos de tener mucho cuidado en algunas acciones, ya que sin darnos cuenta o por propia ignorancia, reforzamos muchas de estas conductas no adecuadas, por varias razones, como: no saber actuar de la mejor manera, actuar de manera incorrecta, reforzar sin darnos cuenta cualquier actitud problemática en el niño o no preocuparse ante problemas que les conciernen.
Nosotros somos profesionales de la educación, por lo que debemos involucrarnos al máximo en los problemas que diariamente nos ocurren, debemos de observar cuál es la naturaleza del problema, tener siempre una buena predisposición ante los problemas, mostrar siempre interés en la mejora de los alumnos y utilizar de forma correcta la estrategia más acorde que se requiere cada momento, además como hemos comentado anteriormente un feecback afectivo puede servirnos como herramienta de trabajo y motivación hacia ellos.
6. La motivación
El papel del maestro en la motivación de los alumnos es indispensable, ya que debe concienciar a los alumnos del placer de la tarea bien hecha, debe conseguir que el niño se sienta involucrado en el trabajo con el profesor, debe sentir que le prestamos atención, que le corregimos y que le animamos las veces que sean necesarias. El feedback afectivo, es una herramienta importantísima, para que el niño sienta el acercamiento por parte del profesor.
Por todo esto, debemos destacar que el maestro o profesor debe:
Tener una actitud siempre muy positiva.
Adaptar la sesión a las características psicoevolutivas de nuestros alumnos.
Mostrar interés por la tarea bien hecha.
Evitar el lenguaje técnico, sobre todo en primaria. Adaptarse a la edad.
Utilizar estrategias que llamen la atención a los alumnos, para así evitar distracciones.
Plantear actividades en grupo, ya que son muy aconsejables, para establecer relaciones entre ellos.
Dar muchos mensajes positivos a los alumnos, así fomentaremos la confianza en sí mismo, el interés y la motivación hacia el área.
El maestro debe aplicar estas actividades a la realidad, para que ellos vean que lo que están trabajando tiene una actitud práctica.
Destacamos también que la motivación y el interés tienen un aspecto importante en los niños, sobre todo en el plano colectivo.
Si la motivación y el interés tienen una gran fuerza, el aprendizaje del niño será muy alto, y por lo tanto habrá una buena aceptación de lo que se imparte.
Lo difícil de todo esto, es cómo motivar a nuestros alumnos. La respuesta radica en lo que llamamos relevancia, ya que si conseguiremos que muestren interés hacia el área a impartir, obtendremos, un buen control de nuestro grupo-clase.
Si encontramos algún problema, lo que primero debemos de investigar, es por qué los alumnos muestran ese comportamiento y no muestran interés por el área. Y a continuación aplicar medidas que intenten frenar esta inhibición por parte del alumno, para así conseguir de manera correcta todos y cada uno de los objetivos propuestos al principio del curso escolar.
7. Conclusiones
Para terminar, debemos de saber que la disciplina y la motivación son aspectos indispensables para la educación.
No obstante, el maestro siempre será la pieza clave de este puzzle llamado educación. La profesionalización de los docentes, su continua formación y el estar actualizado en todos los cambios que se avecinan serán los pilares básicos de la educación, ya que como maestros nuestros alumnos nos consideran personas a imitar y seguir, debiendo dar ejemplo ante cualquier circunstancia.
Si es cierto que hemos superado adversidades para conseguir muchos de los logros propuestos hasta ahora, sabemos que nos queda un largo camino por recorrer y seguir mejorando. Nuestra actitud como docente debe ser de continua formación, ya que la experiencia y los libros nos ayudan a encontrar ese camino buscado por todos, intentando mejorar diariamente todas nuestras facetas.
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BELTRÁN Y COLS. (1987). “Psicología de la educación”. UNED. Madrid
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