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El factor tiempo en el gesto deportivo

 

Departamento de Educación Física y Deporte

Universidad de Sevilla

(España)

Ana Pérez Reinoso

ana_pr85@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          En el contexto deportivo, a menudo los deportistas se encuentran inmersos en multitud de situaciones en las que la toma de decisiones son determinantes para obtener un resultado satisfactorio. El entrenamiento del foco atencional y de las respuestas motoras ante los diversos estímulos es muy importante. A lo largo de este trabajo, veremos cómo el factor tiempo es determinante para la consecución de una meta deportiva influyendo en la eficacia y el éxito de la acción o del gesto deportivo.

          Palabras clave: Gesto deportivo. Preíndices. Anticipación. Tiempo de reacción

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 139 - Diciembre de 2009

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Introducción

    Las situaciones de reacción, denominadas respuesta de reacción, están compuestas por dos parámetros:

  • El tiempo de reacción que es el tiempo transcurrido desde la presentación del estímulo hasta el comienzo del movimiento.

  • El tiempo de movimiento que es un factor motor, la medida temporal del gesto realizado. Se puede medir desde la aparición del movimiento hasta su finalización o la finalización del gesto principal o de su primer fragmento.

    En multitud de actividades deportivas se presenta un aviso para la aparición del estímulo, como en la salida de atletismo, donde en “listos” el atleta ya sabe que posteriormente sonará el disparo. A este espacio de tiempo que transcurre se le denomina preperíodo.

    Antes de que el movimiento del sujeto sea aparente se da una contracción muscular. El tiempo transcurrido desde la aparición del estímulo hasta la primera contracción muscular se llama tiempo de reacción premotor. Desde la contracción muscular hasta la aparición del movimiento se produce una pérdida de tiempo que denominamos tiempo de reacción motor.

    Debido a las diferentes características de las habilidades deportivas, la incertidumbre no es la misma en todas las situaciones, provocando una mayor complejidad para elaborar la respuesta motora, afectando por consiguiente al tiempo de reacción y a la respuesta de reacción.

    Existen actividades deportivas en las que las situaciones de reacción disponen de un breve intervalo de tiempo para realizar un gesto, obligando al deportista a actuar previamente a la aparición del estímulo. Esto ocurre en las habilidades motoras abiertas debido a que la respuesta está condicionada por en el entorno.

    La eficacia de la acción depende tanto de la destreza del sujeto que reacciona como del carácter espacio- temporal que determina la posibilidad o imposibilidad física para intervenir. En esas situaciones abiertas, la única opción es actuar antes de finalizar la acción, ganando tiempo para poder realizar un gesto completo y eficaz. Esto es lo que llamamos anticiparse a la acción del entorno, normalmente representado por un oponente que es sometido a revisión para determinar qué modalidades existen y qué trabajos o técnicas se han desarrollado en su entrenamiento.

Modalidades de anticipación

    Se considera como anticipación aquellas respuestas que se producen previamente a la aparición del estímulo principal, lo que tiene 2 consideraciones:

  1. La respuesta puede producirse antes de la aparición del estímulo aunque se haga patente después de éste.

  2. El estímulo principal es aquel que causa la modificación en el medio o que lo altera, requiriéndose una intervención del deportista.

    Poulton diferencia 3 tipos de anticipación:

  1. La anticipación efectora; es la predicción por parte del ejecutante del tiempo e va a conllevar su propia acción, debiendo de ajustar el tiempo de su acción al tiempo que ésta acción le va a costar.

  2. La anticipación receptora; es la predicción de la duración de la acción del adversario o de la alteración del medio desde su comienzo hasta el momento en que él debe actuar.

  3. La anticipación perceptiva; es la identificación por parte del ejecutante de cierta regularidad en la aproximación de estímulos que traen como consecuencia la acción final y así predecir la aparición de dicha acción antes de que suceda.

    Otra clasificación es la de Schmidt, que diferencia entre:

  1. Anticipación temporal; ésta supone predecir la duración del preperíodo y ajustar su acción al espacio de tiempo. Estas estrategias son validas en situaciones de Tr simple, en las que aparece un sólo estímulo que conlleva una sola respuesta, permitiendo predecir el momento de la aparición del estímulo y ajustar la respuesta.

  2. Anticipación espacial; ésta conlleva la predicción del tipo de estímulo que va a mostrarse, su localización y la acción que conlleva.

    En aquellas situaciones de juego que sean abiertas, se van a ver involucradas estrategias de anticipación espacio-temporal debido a la incertidumbre del entorno, ya que se presenta una gran variedad de estímulos y las respuestas pueden ser múltiples.

    Las variaciones del entorno y la aparición de estímulos se dan en un breve lapso de tiempo y el sujeto no es capaz de percibir tal cantidad de estímulos. Por ello, hay que reducir la información redundante, la que no aporta datos relevantes para anticiparnos ala acción. Así, hay que desarrollar n los sujetos la destreza para eliminar esta información redundante (Abernethy, 1987).

    Hay experimentos sobre la anticipación perceptiva o espacial mediante la técnica de oclusión, donde sólo les permiten ver los movimientos iniciales del oponente eliminando el resultado de su acción (fase final). Esta técnica desarrolla la capacidad de reconocer índices válidos para anticipar la acción.

    Además, la técnica de preíndices da información al deportista sobre los índices previos al estímulo principal (preíndices) a través de los cuales puede predecir el comportamiento del oponente o del medio.

    Rosenbaum (1980) utilizó el tiempo de reacción de elección en un experimento, de forma que dio información a los sujetos del lugar por el que iba a aparecer el estímulo así como las características del mismo. De esta forma, reducía los valores de tiempo de reacción.

    El efecto “costo de la anticipación incorrecta” es el reconocimiento erróneo de los preíndices o de preíndices falsos, y esta información errónea sobre los preíndices aumenta el tiempo de reacción.

    Así, los preíndices en deportes con habilidades abiertas con oponente, conlleva un análisis previo de la acción de este oponente para ver los movimientos que pueden considerarse preíndices válidos y los que no.

    La detección de preíndices supone un estudio de las condiciones del entorno previas a la aparición del estímulo. Por tanto, hay que detectar qué movimientos o acciones realiza el oponente con una significativa frecuencia antes de terminar la ejecución del gesto, determinando esta acción. Cada análisis es diferente según cada sujeto.

    Puede que la táctica individual del oponente esté basada en un engaño o simulación de un preíndice para realizar un movimiento contrario. Así, el movimiento donde el tiempo es determinante de la eficacia, debe realizarse a una velocidad que permita obtener superioridad sobre el oponente. Un objetivo secundario podría ser obligar al oponente a modificar una técnica de gran eficacia.

    Por ello es necesario desarrollar sistemas que permitan el entrenamiento de habilidades motoras abiertas en situaciones de reacción que requieran anticipación

Análisis crítico

    Instrumentos de medida

  • Uso de un electromiógrafo (EMG), para reflejar la contracción muscular que se ha dado previamente al desplazamiento.

  • Uso de la técnica de oclusión, aplicada a los deportes de enfrentamiento, donde solo se les permite a los deportistas la observación de los movimientos iniciales del oponente, eliminando la secuencia de la fase final que supone el resultado de su acción, con lo cual el sujeto tiene que anticipar su respuesta a partir de esa información ofrecida y no desde la culminación de la acción del oponente. Parece ser que comparando entre deportistas noveles y expertos, esta experiencia desarrolla la capacidad reconocer unos índices que son válidos para anticipar la acción.

  • Uso de técnicas de preíndices, en las cuales se les da información al deportista sobre los índices previos al estímulo principal a través de los cuales puede predecir el comportamiento del oponente.

    Este articulo tiene de innovador el uso de determinadas técnicas como la de oclusión, donde a los jugadores sólo se les deja ver los movimientos iniciales que realiza el oponente, no dejándoles ver la parte final, obligándole a que se anticipe a la acción, a que de respuesta a partir de esa información.

    En el texto se dan pautas para trabajar situaciones deportivas donde el tiempo es un factor que determina la eficacia, donde el jugador tiene que anticiparse, centrándonos en el desarrollo sobre la anticipación espacio-temporal.

    Muestra

  • Se hizo un trabajo sobre el saque de tenis con deportistas que habían sido instruidos en los preíndices de un oponente simulado por una computadora.

    En este ensayo participaron cuatro sujetos, dándoles información sobre el lugar por el que iba a aparecer el estímulo y las características del mismo, para reducir los valores de TR (anticipación a través de preíndices en estos sujetos tensitas), e hicieron un total de 15 series durante el entrenamiento. De ellos se obtuvo diferentes resultados:

  • Los resultados fueran bastante positivos ya que todos los sujetos redujeron su tiempo de reacción ante el estímulo, aunque hubo bastantes variantes. El primer sujeto al principio del entrenamiento tenía un TR (tiempo de reacción) de aproximadamente 365-370 ms. y terminó los ensayos con un TR de 250 ms. ( -110 ms. )

  • El segundo sujeto comenzó con un TR de 425 ms. aproximadamente y acabó con 250 ms. ( -175 ms. )

  • El tercer deportista empezó con 295 ms. y terminó con 225 ms. ( -70 ms. aproximadamente)

  • Y el cuarto sujeto comenzó con un TR de 290 ms. y acabó con 100 ms. ( -190 ms. aproximadamente)

    Proceso utilizado en esta muestra

  • Lo primero que se hizo fue una medida inicial de los parámetros temporales de las respuestas de los sujetos ante diversos saques simulados en laboratorio durante varias series de ensayos.

  • Tras esto, los deportistas reciben una información inicial en cada serie sobre los preíndices a los que tendrán que atender. Se observa que con esta información, los sujetos han hecho mejoras, las cuales se ven reflejadas en el descenso de la RR (respuesta de reacción) hasta niveles que determinan la aparición de habilidades anticipatorias.

  • Los preíndices más significativos utilizados en el deportista han sido: la trayectoria final de la raqueta, la angulación de los hombros y la trayectoria de la pelota previamente al golpeo.

    Análisis del marco teórico

    En este artículo se muestra cómo el factor tiempo es fundamental y determinante de la eficacia y el éxito de muchos gestos y movimientos que se dan en situaciones deportivas.

    Podemos ver que la respuesta de reacción que se da ante los diferentes estímulos esta a su vez compuesta por el tiempo de reacción, entendiendo este como el tiempo transcurrido desde la presentación del estímulo hasta el comienzo del movimiento o como la rapidez con que se inicia una respuesta frente a estímulos de diferente tipo; o como el tiempo que se requiere para identificar el estímulo adecuado y dar la respuesta más eficaz. El tiempo entre el comienzo del estímulo ante el cuál se reaccionará y la iniciación de la respuesta (Bryant Cratty, 1982).

    Según la Ley de Hick, el tiempo de reacción se establece como un factor determinante del rendimiento. Esta ley está basada en que el TR se incrementa a medida que es mayor el número de alternativas por tiempo de elección: + alternativas → + TR. Se incrementa constantemente el TR al duplicarse el número de alternativas a las que hay que atender.

    Es una función de la facilidad con que el estímulo se integra a la respuesta en el sistema nervioso central, así como de la velocidad con que los impulsos que entran y salen viajan por las vías nerviosas que intervienen.

    Se ha estudiado que cierto número de factores aceleran o demoran el tiempo de reacción (TR) (las señales luminosas o sonoras, por ejemplo, se perciben mejor o más rápido si para ellas deben darse una respuesta más simples que si son más complejas). Así, cuanto más intenso es el estímulo, más rápido se inicia la acción.

    Principalmente en modalidades deportivas donde no hay tiempo suficiente para dar una respuesta al oponente (déficit de tiempo) se trabaja a nivel de identificación de estímulos, de indicadores en los gestos (qué tipo de movimientos realiza), que permiten el inicio de la respuesta lo antes posible.

    Un TR muy bajo ante un estímulo, desencadena una respuesta automática, anticipación al estímulo.

    El otro componente de la respuesta de reacción es el tiempo de movimiento siendo este un factor motor, la medida temporal del gesto realizado, y se puede medir este desde la aparición del movimiento hasta su finalización o hasta la finalización del gesto principal o del primer fragmento.

    Existe un intervalo de tiempo llamado preperíodo que se da, por ejemplo, entre la señal de preparados y el estímulo principal en una salida de velocidad; esta señal de advertencia representa que se va a dar un estímulo ante el cual el sujeto debe reaccionar, y esta reacción será más rápida que si no se da esa advertencia al deportista. Podemos decir, en general, que se reacciona antes ante una señal de tipo sonoro que de tipo luminoso, al igual que la mano dominante reacciona antes que la no dominante, más rápido, y la ejercitación en la situación de reacción provocará sólo un ligero mejoramiento.

    Es tras este preperíodo cuando empieza a considerarse el tiempo de reacción hasta que el movimiento del sujeto se hace visible.

    El tiempo que transcurre desde que aparece el estímulo hasta que se contrae el músculo por primera vez se denomina tiempo de reacción premotor. Y desde que se contrae el músculo hasta que aparece el movimiento hay un retraso, un intervalo de tiempo, llamado tiempo de reacción motor.

    Gilbert comprobó que el TR de los niños disminuye con la edad, y que el TR selectivo decrece más rápido que el TR simple. También la variabilidad de las respuestas de los niños disminuye a medida que crecen. Según Rogers Elliot, esto puede deberse a que los niños tienden aprestar menor atención a los estímulos, por lo que están menos preparados para responder, a diferencia de los niños más mayores. Según Surwillo, la maduración neurológica determina las diferencias en el procesamiento de la información, que disminuye el TR en niños de mayor edad que en los más pequeños.

    El reconocimiento de estímulos y su relación con el tiempo de ejecución motora puede hacerse determinando un patrón estímulo- respuesta (E-R) concreto sobre otros, medido con el TR, manipulando la cantidad de información presentada a través del número de estímulos. Todo ello en condiciones de TR de elección, en la que a cada estímulo la correspondía una respuesta diferente.

    A toda situación hay que sumar siempre la incertidumbre, que provoca mayor complejidad a la hora de elaborar una respuesta ante un estímulo. En las habilidades motoras abiertas, el entorno es cambiante y condiciona la respuesta. La eficacia de la acción depende de la destreza del sujeto que reacciona y del carácter espacio- temporal, que determina la posibilidad o imposibilidad física de su intervención. Así, muchas veces la única opción es actuar antes de que se culmine la acción, ganar tiempo para lograr realizar un gesto completo y eficaz, y a esto lo llamamos anticiparse a la acción del entorno, debiendo revisarlo para conocer qué se entiende como dicha anticipación, qué modalidades existen y qué trabajos o técnicas se han desarrollado para su entrenamiento.

    Podemos definir, por tanto, la anticipación, como la acción propia originada en una interpretación perceptiva correcta de los estímulos ocasionados en el entorno antes de que el resultado de esos se materialice. Por tanto, son las respuestas que se producen antes de la aparición del estímulo principal. Debemos tener en cuenta que la respuesta ante los diferentes estímulos puede producirse antes de la aparición de dicho estímulo, aunque se haga patente después de éste. Por tanto se requiere un tiempo de procesamiento y de puesta en marcha tras la aparición del estímulo.

    Otra definición de anticipación podría ser. La capacidad para predecir a partir de una información externa o de varias informaciones externas, los acontecimientos posteriores. Debemos trabajar con los jugadores, con los niños, para hacerlos capaces de anticiparse a la acción. Debemos disminuir los tiempos de reacción, para sacar antes el gesto puesto que hay movimientos que suceden tan rápido que si no te anticipas no da tiempo a reaccionar (por ejemplo el boxeo, un penalti…)

    La velocidad en la anticipación se considera uno de los parámetros más importantes, si no hay capacidad de anticipación, el sujeto se ve limitado. Así podemos decir que la anticipación es “ la acción propia originada en una interpretación perceptiva correcta de los estímulos ocasionados en el entorno antes de que el resultado de estos se materialice” (Sánchez, 1992) Capacidad de un sujeto para adaptarse a una señal.

    La anticipación supone la percepción de trayectorias, supone la predicción sobre el comportamiento futuro y la sincronización con el movimiento de uno a varios miembros corporales para coincidir en un momento temporal. Esta predicción constituye un fenómeno muy común en el ámbito de la Educación Física y el Deporte.

    La percepción de la trayectoria es la base para la interceptación de móviles, y se basa en la calidad de la información, teniendo en cuenta: la duración del estímulo, el momento crítico de la percepción del estímulo (al inicio, en la zona media o al final), la velocidad del mismo y la dirección en la que vaya, por ejemplo, un móvil u objeto.

    Se diferencian tres periodos en la percepción de la trayectoria o la anticipación: el lanzamiento, por ejemplo del objeto que será el estímulo, la visión, y la oclusión del mismo (tras el periodo visual se da este, para codificar). Hay una serie de momentos de oclusión destinados ala decisión y ejecución e incluso a identificar parámetros externos.

    Con la técnica de oclusión, se eliminan los índices relativos al estímulo principal, se fomenta la orientación atencional seleccionando la información relevante, se estudia o se compara entre noveles y expertos, y se usan recursos audiovisuales (esto es, se graba un gesto en un vídeo y se tapa una parte para que el jugador sea capaz de identificar el gesto. Con lo que ve, tiene que identificar los preíndices asociados al movimiento.

    También debemos saber que al hablar de estímulo principal nos referimos al estímulo causante de la modificación en el medio o de la propia alteración del medio que requiere una intervención del deportista. Así, no serán considerados estímulos principales aquellos que puedan dar información sobre la posterior acción del oponente, o sobre la modificación que se va a producir en el entorno del deportista.

    Poulton, en 1957, expresó ciertas conclusiones sobre la anticipación, diferenciando tres tipos:

  • Anticipación efectora consistente ésta en predicción por el ejecutante del tiempo que va a conllevar su propia acción. Para que esta acción sea eficaz, debe ajustar el tiempo de dicha acción o movimiento al tiempo que le va a costar la misma. De esta forma, el deportista debe comenzar su acción considerando el tiempo que va a tardar en realizarla.

  • Anticipación receptora es la predicción de la duración de la acción del oponente o de la alteración del medio desde su comienzo hasta el punto en el que el propio sujeto debe actuar.

    La unión de estos dos aspectos a la anticipación sobre su propia acción (efectora) y sobre la duración de ciertos eventos externos (receptora) se denomina anticipación coincidente, intercepción o coincident timing.

  • Anticipación perceptiva, se refiere a la identificación por el ejecutante de cierta regularidad en la aproximación de estímulos que traen como consecuencia la acción final, y a través de estos predecir la aparición de dicha acción antes de que suceda.

    Un ejemplo de esto último puede ser el caso de u portero de fútbol, que debería observar las acciones que realiza el lanzador previas al golpeo con objeto de poder predecir la dirección o trayectoria del balón una vez golpeado.

    Schmidt (1988), hace otra clasificación de anticipación y diferencia entre la anticipación temporal y la anticipación espacial.

    La anticipación temporal es para él el ajuste de la respuesta motora al momento de la aparición dele estímulo. Esto es predecir la duración del preperíodo y ajustar su propia acción a dicho espacio de tiempo. Así, el estudio de los preperíodos es fundamental, y podemos observar cómo los preperíodos aleatorios tienes valores de tiempo de reacción superiores a los de los preperíodos constantes (Quesada y Schimdt, 1970) y son el resultado de estrategias anticipatorias que permitan predecir el momento de la aparición del estímulo (martines, 1994). Estas estrategias, por tanto, son válidas en situaciones de TR simple, en las que puede aparecer un solo estímulo que conlleva una sola respuesta, permitiendo predecirlas.

    La anticipación temporal puede ser a su vez:

  • Estable: cuando el tiempo de reacción disminuye por cuenta atrás, tras un periodo de práctica. Es capaz de saber cuándo se va dar ese estímulo después de mucha práctica. (ejemplo: las series de atletismo de velocidad, las salidas)

  • Variable: cuando el tiempo de reacción se incrementa. Si el intervalo de tiempo de espera no es el mismo, no es estable, y a demás es superior a 12 segundos, el tiempo de reacción aumenta, porque disminuye el estado de alerta y de atención.

    La anticipación espacial conlleva la predicción del tipo de estímulo que va a mostrarse, su localización y la acción que conlleva. El sujeto anticipa la localización futura del estímulo y su clase. Está relacionada con la anticipación perceptiva ya comentada, pues considera las acciones previas para conseguir información por adelantado que pueda ayudar a predecir las circunstancias de la situación de reacción y por tanto anticiparse, dejando otros aspectos sin especificar para la llegada del estímulo (Rosenbaum, 1980).

    En acciones donde se dan las habilidades motoras abiertas podemos encontrar estrategias de anticipación espacial, o espacio- temporal, dada la incertidumbre del entorno, la variedad de estímulos que se presentan y las múltiples respuestas que se requieren en función de las condiciones del medio y de sus variaciones. En estos casos, las técnicas de índices y preíndices y las diferencias entre los deportistas para identificar la información relevante son aspectos claves en la anticipación y su entrenamiento.

    Esta anticipación espacio- temporal está compuesta por la localización futura del estímulo y la clase del mismo, y por la identificación de los preíndices, que es fundamental.

    Se trata de identificar preíndices para saber cuándo va a aparecer el estímulo. Esta suele ser en situaciones con oponentes, donde se intenta captar los preíndices asociados al índice principal, que será el que determine la respuesta, mi respuesta. Aunque sea más frecuente en los deportistas de oposición, también se da en deportes individuales.

    En el entrenamiento de la anticipación, tenemos varios objetivos: reducir la información redundante no significativa, seleccionar la respuesta adecuada, iniciar la respuesta antes de la aparición del estímulo principal basándose en los preíndices.

    La importancia del trabajo de anticipación viene determinada por: la posibilidad de predicción del estímulo, la velocidad con que se presenta el estímulo, el tiempo en el que ese estímulo está presente, la cantidad y calidad del entrenamiento, y de dicho estímulo, y de la complejidad de la respuesta.

    El contexto es un conjunto de experiencias pasadas que contribuyen a la interpretación de unos determinados datos sensoriales (Tudela, 1983), lo que facilita el reconocimiento de patrones. El aprendizaje, en los deportes, en gran medida, supone adquirir los patrones específicos de eficacia del entorno del juego.

    Las modalidades sensoriales para elaborar patrones más específicos y relevantes para el movimiento propio, junto a la visión, son los que se elaboran a partir de los estímulos provenientes de nuestro propio cuerpo, a través de los receptores sensoriales específicos (propioceptores).

    El reconocimiento de patrones muestra la interacción entre los procesos comportamentales, y su relación con la memoria, la forma de almacenamiento, la permanencia y la recuperación, es clara, así los índices usados para elaborar patrones motores son también índices de codificación para la memoria.

    Los índices motores más estudiados han sido lo espaciales del movimiento de nuestro propio cuerpo.

    Las variaciones del entorno y la aparición de estímulos relevantes en situaciones de reacción se dan en un breve intervalo de tiempo, y la capacidad del sujeto para percibir todos los estímulos está limitada. Así, podemos reducir la información que no nos aporta datos válidos para anticiparnos a la acción.

    Cuando existe déficit de tiempo hay que trabajar en base a la identificación de estímulos, de índices y preíndices.

    Estos indicadores orientan hacia la probabilidad de la conducta del oponente, aunque no debe darse el error. Hay que reducir la posibilidad y el margen de error para dar una respuesta eficaz, un tiempo de reacción óptimo, hay que anticiparse.

    La práctica/ experiencia influye, de modo que la práctica hace que la capacidad que el sujeto tiene de identificar, mejore, y esto conlleva a que no se cumpla la ley de Hick, porque el tiempo de reacción no se incrementa de forma constante con el aumento del número de estímulos o alternativas, manteniéndose el TR estable.

    Las técnicas de preíndices dan información al sujeto deportista sobre los índices previos al estímulo principal (preíndice) a través de los cuales puede predecir el comportamiento del oponente o del medio en general. Así, vemos que los preíndices son variaciones en el entorno que nos informa sobre lo que va a ocurrir posteriormente. Podemos aplicar aquí todos los principios para la anticipación temporal, como elementos a tener en cuenta en el entrenamiento.

    Pero cómo se detectan esos preíndices: analizando al entorno y al oponente mediante los medios audiovisuales, la observación y la experiencia; mediante la potencia del preíndice en un oponente (relevancia de la cadena cinética, evidencia perceptiva, proximidad al estímulo principal, posibilidad de correspondencia…)

    Cómo se elabora y se aplica un protocolo de entrenamiento: debemos seleccionar la información relevante, que aporte instrucción relativa a los preíndices, que aporte conocimiento de resultados en relación a la eficacia en la respuesta.

    Cómo se aplica un protocolo de entrenamiento en situaciones simuladas: presentando el estímulo, la información, simulando la situación, registrando la respuesta, administrando feedback.

    Para el reconocimiento de los gestos principales del oponente, se procede a un análisis sobre un número determinado de acciones que informan de qué gestos o acciones se realizan con mayor frecuencia antes de la acción final, determinando ésta. Esto es un análisis de los patrones motores del oponente.

    El movimiento es una acción coordinada, sincronizada, de contracciones musculares (niveles tensión/ relajación), de diferente intensidad, ajustadas a un esquema temporal de músculos agonistas y antagonistas o unidades musculares. Esto es un patrón temporal de movimiento.

    Existe un patrón neuromuscular de referencia a partir del cual se puede producir la variabilidad (desviación o error), tanto entre los sujetos, como de ensayo a ensayo dentro del mismo sujeto. Si la variabilidad es excesiva, el gesto será eficaz o se estará realizando otro programa motor. A partir de un número suficiente de ensayos en un grupo de sujetos de un mismo movimiento ya automatizado se obtiene las medidas de cada variable en momentos relevantes, a lo que se denomina patrón de referencia empírico.

    Otra forma es a través de índices de eficacia dado por los análisis biomecánicos, llamado patrón de referencia teórico o patrón óptimo. Aquí, el elemento crítico es la alternancia en amplitud, ajustada temporalmente, entre músculos agonistas y antagonistas. Así establecer patronas óptimos universales es una tarea compleja y difícil. Sin embargo, puede ser útil evitar los errores muy claros en la eficacia del gesto y ayudar al aprendizaje a través del feedback.

    Este último patrón óptimo sería aplicable a gestos cerrados (lanzamiento de peso) donde las situaciones ambientales se encuentran normalizadas de ensayo a ensayo. En movimientos abiertos (tiro a canasta durante un partido de baloncesto) donde en cada ensayo las exigencias del medio pueden ser diferentes, la idea de patrón óptimo debe ser más abierta exigiendo sólo unos mínimos, ya que si el patrón variara en algún elemento, como la duración, se vería afectado en las magnitudes de las distintas variables que lo constituyen.

    Sin embargo, también se da en la anticipación el “costo de la anticipación errónea o incorrecta”, que se da tras un reconocimiento erróneo de los preíndices o de preíndices falsos.    

    El error es un aspecto presente e incluso necesario en el aprendizaje. Las conclusiones que se obtienen de él permiten realizar modificaciones en ejecuciones futuras para alcanzar progresivamente los objetivos previamente establecidos.

    Los errores que se producen en el aprendizaje en función de los niveles de asentamiento del mismo se dan en dos situaciones diferentes:

  • Situación inicial del aprendizaje: ocurre cuando el error se encuentra poco asentado, por lo que los niveles de adquisición de la habilidad son aún elementales.

  • Situación del error ya aprendido: se produce en errores ya asentados y cuando la habilidad está en proceso de automatización.

    Woodworth concluyó que el control de un movimiento dirigido hacia un objetivo responde a dos procesos fundamentales. El primero es que se da un primer impulso inicial que provoca un movimiento en dirección al objetivo, y un segundo proceso de control, a través del feedback predominantemente visual, ajusta el movimiento hacia el objetivo conforme se acerca a este, rectificando el error derivado del primer proceso de impulso inicial. (Estos dos procesos han sido interpretados posteriormente como un doble control por un bucle abierto y otro bucle cerrado).

    Fitts, tras su experimento, interpretó sus resultados desde un punto de vista comportamental, observando que las mayores demandas de análisis de información después del impulso inicial provocan la reducción en la velocidad de desplazamiento del segmento corporal. El sistema va ajustando su movimiento a través del feedback que recibe de su trayectoria para aproximar el segmento corporal al blanco o al objetivo de su movimiento.

    Keele, en 1968, apoyándose en las ideas expuestas anteriormente, realizó unos trabajos para valorar la capacidad del ser humano para analizar la información procedente de su movimiento y de su propio entorno. Cuanto menor sea el tiempo que el sistema invierte en analizar las unidades de información procedentes del feedback, mayor número de correcciones se podrían realizar para corregir el movimiento y sería más eficaz.

    Shmidt y Gordon (1977) mostraron que con información anticipatoria errónea se incrementa el TR, incluso con respecto a una situación aleatoria (preperíodo).

    La anticipación esta basada en la técnica de índices y preíndices, en la que varios elementos relevantes de la respuesta pueden ser especificados por adelantado. Es muy importante la identificación de estos elementos, por tanto, debemos enseñar a ver diferentes índices. Para desarrollar unos tiempos de reacción más bajos hay que desarrollar:

  • La atención selectiva y el reconocimiento de “redundancias” (repetitividad de acontecimientos)

  • Conocimiento de secuencias antes de que sucedan en determinadas circunstancias (importancia del trabajo orientado y repetido; análisis de índices del oponente y del juego)

    Sabemos que un estímulo rara vez es unitario, como en una tarea de TR simple, normalmente, el sistema deberá extraer un patrón del estímulo presentado, a partir de unos índices identificadores. Ese patrón se define por los aspectos de síntesis que unifica el conjunto estimular presente en ese momento (por ejemplo, la velocidad de un compañero durante un partido).

    El contexto se interpreta como el conjunto de experiencias pasadas que contribuyen a la interpretación de unos determinados datos sensoriales, lo que facilita el reconocimiento de patrones.

    Piaget utilizó el término esquema perceptivo, que podemos considerar sinónimo de patrón, un esquema es un elemento común a diferentes objetos o situaciones, que puede ser traspuesto de uno a otro y que diferencia a unos objetos de otros. A partir de esquemas muy elementales que son para él genéticos, se elaboran esquemas más complejos a través del aprendizaje y fundados en la acción del sujeto. Así, el uso de estos patrones o esquemas depende en gran medida del aprendizaje previo del sujeto.

    El esquema es una representación abstracta en la memoria de habilidades almacenadas como una regla, un concepto o una generalización. Bartlet (1932), estableció una noción que es decisiva para entender la idea de programa motor generalizado y con ello la de esquema motor, mantiene que “una persona nunca produce un movimiento absolutamente nuevo, ni nunca repite absolutamente el mismo movimiento”.

    Una vez que el sujeto ha recibido toda la información, identificada y almacenada, ha de elaborarla para programar la respuesta motora que deberá ejecutarse. Esta programación consiste en un conjunto integrado de órdenes que se enviarán al sistema efector para que las unidades neuromusculares actúen en juego sincrónico tensión- relajación, a lo largo de un patrón temporal (patrón neuromuscular). Este conjunto integrado de órdenes puede denominarse programa motor.

    Cuando el gesto está en las primeras fases del aprendizaje y no está automatizado, o no ha utilizado los criterios adecuados, se produce un solapamiento, donde la acción de los músculos agonistas coincide en intensidad con la de los antagonistas, pudiendo observarse un movimiento excesivamente rígido e impreciso, que hace que de ensayo a ensayo haya una gran variabilidad en el patrón neuromuscular, cada ensayo parece que se correspondiera a un gesto diferente. Esa variabilidad entre los ensayos nos da el grado de estabilidad o consistencia del gesto, una mayor consistencia supone un patrón neuromuscular similar de ensayo a ensayo.

    Así, la consistencia de un gesto se toma como índice de su grado de automatización, donde se emplean con mayor frecuencia variables externas como el tiempo de movimiento o la precisión a un blanco, para medir la variabilidad entre los ensayos.

    Como ya hemos comentado anteriormente, el aumento de la complejidad del movimiento supone una mayor duración y extensión espacial cuya consecuencia era una mayor duración del TR.

    Relacionemos esto con la variabilidad en la práctica. Se ha estudiado que los sujetos aprenden a adaptarse mejor a situaciones nuevas, propias de los deportes abiertos, mediante la práctica variable. Parece que lo importante es la mezcla de las variaciones más y no el orden que sigan.

    Existen dos hipótesis más significativas para el intento de explicar el efecto de la práctica variable sobre las habilidades abiertas, la de los niveles de procesamiento y la del olvido.

    En la de los niveles de procesamiento, la práctica fuerza al sujeto a un procesamiento más profundo a nivel conceptual de los índices relevantes de la tarea. Cuando el movimiento se cambia en cada ensayo, el sujeto realiza operaciones cognitivas adicionales que implican unas representaciones más significativas de un movimiento y unas distinciones más elaboradas entre las distintas variaciones de la tarea. Por el contrario, la práctica en bloque tiende a realizar el movimiento sin pensamiento, automáticamente.

    La hipótesis del olvido mantiene que la práctica variable provoca el olvido de una solución previa concreta, teniendo que buscar una solución nueva cada vez, el alumno desarrolla la habilidad de adaptarse permanentemente a nuevas soluciones. La práctica en bloque provoca, por el contrario, que siempre se aplique la misma solución aunque cambien las situaciones.

    Ambas hipótesis no son contradictorias y podían integrarse bajo la explicación general del esquema motor, el sistema a través de la práctica variable aprende a elaborar programas más abiertos y relacionados, mientras que con la práctica en bloque los elabora más cerrados y aislados. Así, la práctica variable provoca el aprendizaje de reglas más que de ejecuciones concretas.

    Hablemos ahora de la automatización. Según Henry, a través de la automatización se conseguía establecer el programa motor, por tanto en cierta medida era sinónimo del concepto de aprendizaje motor.

    La noción tradicional de automatización en que se apoyó, consideraba que la reducción de atención sobre un gesto era el mejor índice de su grado de automatización. Para esta explicación, un movimiento estaría automatizado cuando no fuera necesaria la atención para realizarlo.

    Otro concepto de automatización la considera como el proceso por el que se sustituyen los índices externos, la visión normalmente, por índices internos.

    Se ha pretendido establecer un concepto excesivamente teórico de automatización, relacionándolo con procesos psicológicos básicos, como la atención, en lugar de considerarlo de una forma operativa, como el grado de adquisición de una habilidad, medida mediante el valor de la consistencia entre ensayos, en un mismo sujeto, de algún parámetro significativo (fuerza- tiempo).

    En la actualidad, podemos comprobar que la distinción entre procesos automáticos y controlados es difusa y no exclusiva. Ambos podrían operar conjuntamente, adaptándose en función de la tarea y el momento de aprendizaje. Podría ocurrir que el sujeto utilice respuestas automatizadas, mientras su puesta en acción, selección y organización requiera operaciones controladas.

    La mejora del tiempo de movimiento (™) con la orientación a la respuesta (OR), a pesar de la automatización del gesto, así como las correlaciones positivas y significativas halladas entre los distintos segmentos del TM en situaciones de OR, podrían tratarse bajo una explicación sobre el proceso atencional, que podemos denominar como diacrónica y polifuncional. Esto es, la atención puede cambiar su función en razón del tiempo y la tarea, a través del aprendizaje.

    Así, podemos ver que la situación personal y contextual pueden variar la función de la atención haciéndola mutable a pesar del aprendizaje exhaustivo previo. Ello permitiría interpretar la relación entre atención y conducta motora como diacrónica y polifuncional, lo que significaría su adaptación de forma variable en razón del contexto, pasando de un control corrector en gestos prolongados y en fases iniciales del aprendizaje a una función dinamizadora de acentuación e integración de las claves de eficacia en tareas discretas, rápidas y automatizadas.

    Han existido diversas interpretaciones sobre el papel de la atención en el control y el aprendizaje del movimiento. Se pueden agrupar estas interpretaciones en dos modelos, el tradicional, representado por la teoría del memory- drum, y el comportamental definido por los principios de la psicología cognitiva.

    El modelo básico se basa en principios biológicos, mecánicos y pasivos del funcionamiento del procesamiento, su referencia son los modelos generales de filtro y de canal único. El modelo comportamental se basa en la actividad constructiva del sujeto, la relación interactiva de la atención con otros procesos cognitivos, y el valor del aprendizaje para configurarla.

    El modelo clásico que explica la función de la atención en el control motor, lo representa la teoría del memory- drum de Henry y Rogers. Esta teoría explica el efecto de la atención en la eficacia motora a través de su constructo programa motor. Para este constructo, la atención no sería necesaria y su uso interferiría el proceso y perjudicaría la eficacia motora, una vez aprendido el gesto.

    El aprendizaje de habilidades motoras concretas establece en la memoria neuromotora un programa motor, que son una serie de sentencias o comandos neuromusculares organizados en dicha memoria neuromotora y que permanecen inmutables para su futuro uso (Henry, 1981).

    El modelo restringido de programa motor, utilizó como referencia empírica el incremento del procesamiento en función del incremento de complejidad.

    Cada gesto expresado en un patrón neuromuscular se almacenaría como un programa independiente, cualquier variación, como ocurre en deportes de gestos abiertos, darían patrones neuromusculares nuevos que corresponderían a programas diferentes.

    Así, este modelo se apoyaba en un modelo concreto de procesamiento de la información y atencional. Para ello debemos apoyarnos en un modelo de procesamiento serial, para el que todo el proceso desde la llegada del estímulo hasta la producción de la respuesta, ocurre serial y automáticamente, a través de estadios diferentes e independientes entre sí.

    El modelo atencional es el de canal único de Welford (1952), que limitaba el procesamiento humano a un transcurrir serial de las unidades de información por un canal único y restringido.

    Las explicaciones de este modelo parecen, pues, asignar a la atención en un gesto automatizado un pequeño valor localizado en el primer estadio del procesamiento (identificación de estímulo), desapareciendo en el de selección, programación y ejecución de la respuesta.

    Este modelo de Henry y Rogers se incluye entre los modelos atencionales de capacidad fija, donde la atención actúa como un filtro físico que obliga a limitar el procesamiento y lo convierte en serial a través de un canal único por el que transcurre automáticamente. Este modelo de canal único fue el que sirvió de apoyo a la teoría de los autores anteriormente citados.

    Sobre estos modelos generales de atención, más actualmente, Neisser (1967) consideró el filtro como un constructo superfluo, la atención, para él, es un proceso activo y constructivo y no una mera recepción pasiva de información, el sujeto elabora esquemas anticipatorios y expectativas que se coordinan con las entradas de información.

    Para Kahneman (1973), consiste en un conjunto de recursos indiferenciados, sin una localización específica, donde es posible tanto el procesamiento en paralelo de los componentes estimulares o de respuesta, como la no secuencialización de los diferentes estadios de procesamiento.

    Frente a la concepción serial del procesamiento atencional, donde los procesos están exclusivamente guiados por los datos, los modelos de recursos limitados admiten los procesos guiados conceptualmente, lo que significa su control mediante las expectativas y los esquemas anticipatorios y, por tanto, de las instrucciones previas para la orientación atencional.

    Estos modelos facilitan la visión polifuncional y diacrónica de la atención en la ejecución motora, así como un acercamiento más interactivo y dinámico a la explicación del procesamiento motor.

    Los modelos atencionales flexibles suponen una perspectiva dinámica de la atención donde el aprendizaje y no los aspectos genéticos juegan un papel primordial. A través de la práctica se pueden configurar, de distintas formas, las funciones atencionales, en la línea del modelo de atención como capacidad aprendida. La orientación atencional podría modificarse con el aprendizaje, pudiéndose instalar en el sujeto una habilidad propia que permite adaptar la atención a las necesidades de una tarea motora concreta.

    La Ley de Hick (1952) trató de establecer una relación funcional exacta entre cantidad de información expresada en el número de estímulos de elección presentados. Pero Mowbray y Rhoades consiguieron obtener los mismos tiempos de reacción con independencia del número de estímulos presentados. La práctica parece, de este modo, afectar no sólo a la mejora mecánica de la habilidad empleada sino también a los procesos cognitivos concominates.

    Parece demás que la parte premotora del tiempo de reacción (TRP) es la más modificable por el aprendizaje una vez automatizado el gesto; vemos con esto que vuelven a ser los procesos centrales, menos ligados a la ejecución mecánica del gesto, los más afectados por el aprendizaje.

    Sobre la orientación atencional, se demuestra primero el valor de la práctica en la mejora del tiempo de reacción (TR). Sin embargo, esta mejora es más sensible en el tiempo de reacción premotor (TRP), que sesga más directamente el TR total.

    Por otra parte, el efecto de la práctica (aprendizaje) también parece evidente dentro de cada orientación atencional. Así, la orientación atencional a la respuesta (OR) ofrecía en los primeros momentos valores muy pobres en TR, pero cuando la práctica se acumulaba de forma exhaustiva, se producía también en esta orientación una clara mejora en este parámetro, consiguiendo casi igualar en los últimos bloques a las otras orientaciones. Podría interpretarse que el sujeto por sí mismo aprende a procesar en paralelo (contra el paradigma del canal único), aunque se le exija la orientación hacia el movimiento con exhaustividad.

    En segundo lugar, parece evidente la necesidad de cuidar la manipulación experimental, usando instrucciones de orientación hacia el movimiento que guíen de forma específica hacia sus claves de eficacia y no de forma globalizada.

    Deben diferenciarse los niveles experimentales, mediante la utilización de condiciones de control (orientación neutra) y condiciones de atención mixta (orientación integrada).

    Fitts y Posner, que hacen planteamientos sobre automatización y cognición, piensan que el movimiento automatizado se realiza más eficazmente cuando se aisla de todo proceso cognitivo. Por el contrario, tras experimentos actuales, los resultados parecen apoyar entre otros la teoría de Schmidt, que considera el efecto actualizador de la atención sobre el gesto, a pesar de su automatización.

    En cuanto a la condición de orientación integrada (OI), es posible procesar en paralelo, siendo su acción más equilibrada sobre el movimiento: mejores respuestas de reacción y resultados buenos en todos los componentes.

    De esta forma, podríamos considerar la atención como una habilidad que se aprende y se mejora con la práctica, al igual que cualquier otra habilidad verbal o motora.

    Los resultados de varios experimentos muestran que a pesar de estar automatizado el gesto, cuando se orienta la atención hacia las claves de eficacia del gesto (OR y OI), los tiempos de movimientos (TM) continúan mejorando con la práctica. Así, parece que los procesos cognitivos podrían tener una función reguladora relevante.

    Un modelo flexible de atención y en general del procesamiento de la información es el más adecuado para explicar la función de la atención y la automatización en el comportamiento motor.

    Este modelo debería aceptar la posibilidad del procesamiento en paralelo de la información, como alternativa a los modelos seriales clásicos, y considerar la atención como una habilidad polifuncional que precisa de la práctica para adaptarse a nuevas situaciones.

    Debería también soportar un constructo específico que explique el comportamiento motor, y que acepte una interpretación abierta de la automatización motora, en la que el aprendizaje motor se entienda como un proceso relacional que implique integradamente los aspectos mecánicos, neuromusculares y comportamentales, sin que ninguno de ellos tenga sentido de forma aislada, y donde ciertos procesos básicos de control motor, como el almacenamiento y la actualización de un gesto aprendido, no sean interpretados como algo inerte que cumple invariablemente un proceso rígido a partir de las órdenes dadas al sistema neuromuscular para la ejecución del movimiento.

    Por el contrario, deberá permitir comprender este proceso como algo adaptable a las nuevas condiciones, en la línea del constructo de los esquemas, para el que lo almacenado en la memoria sólo son principios generales no cerrados que se actualizarán según las condiciones comportamentales, donde la atención, en un sentido polifuncional, tiene un valor central y donde el aprendizaje de esas condiciones podrá adaptar el gesto ilimitadamente.

Conclusión como profesional de deporte

    Este artículo nos aporta conocimientos sobre la respuesta de reacción, compuesta por el tiempo de reacción y el tiempo de movimiento, y sobre como debemos y podemos interferir sobre estos parámetros con el fin de alcanzar un logro en el deportista.

    Se debe tener en cuenta que el ambiente es cambiante, y eso crea cierta incertidumbre que puede ser de un complejidad mayor y menor y sobre lo cual nosotros debemos de trabajar, con el fin de que nuestros deportistas realicen un determinado gesto, en respuesta a un cambio provocado en el medio, de manera eficaz.

    En muchas ocasiones los deportistas se ven obligados a actuar en situaciones donde el tiempo es escaso e insuficiente para poder realizar una acción con eficacia, viéndose obligados a actuar antes de que el estímulo aparezca, lo que obliga a que se realice un trabajo encaminado al trabajo de percepción espacio-temporal.

    Este artículo nos da unas pautas en cuanto qué modalidades existen, qué trabajo y técnicas se han desarrollado en los entrenamientos, con el fin de trabajar con los deportistas determinadas situaciones donde tengan que anticiparse a la situación del entorno.

Referencias bibliográficas

  • Callejas, A. (2005). Técnicas cognitivo conductuales aplicadas a atletas de alto rendimiento. EFDeportes.com, Revista Digital, Buenos Aires - Año 10 - N° 89. http://www.efdeportes.com/efd89/cognit.htm

  • Cruz, J. (1991) Psicología del Deporte. Ed. Martínez Roca. Barcelona, España.

  • Núñez, F. J.; Bilbao, A.; Raya, A. & Oña, A. (2004). Valoración del comportamiento motor y preíndices de movimiento del portero de fútbol durante el lanzamiento de penalti. European Journal of Human Movement, 12, 21-38.

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