La Educación Física y el juego tradicional como apoyo a proyectos europeos. El Proyecto Comenius |
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*IES El Palmeral de Vera (Almería) **Universidad de Murcia (España) |
Juan Luís López Anaya* Antonio Granero Gallegos** |
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Resumen En este artículo se expone la contribución que desde la Educación Física se ha hecho para el desarrollo y consecución de los objetivos planteados en el Proyecto Europeo Comenius, entre cuyos fines está ahondar en la manifestación de valores interculturales positivos entre jóvenes, comprometidos y participativos, que intercambian ideas y experiencias a la vez que se enriquecen personalmente y adquieren habilidades y capacidades que mejoren sus relaciones sociales. Para ello, hemos hecho celebrado una jornada de juegos tradicionales en los que han participado cinco países (España, Bélgica, Italia, Alemania y Rumanía), con participación de alumnado y profesorado de los mismos. Palabras clave: Movimientos migratorios. Interculturalidad. Multiculturalidad. Proyecto Comenius. Educación Física |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 138 - Noviembre de 2009 |
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I. Introducción
Siempre han existido desplazamientos de la población a nivel mundial. Las distintas culturas se han nutrido de ellos a lo largo de los siglos. En la actualidad estos movimientos se siguen produciendo, aunque en situaciones muy diversas; en Europa, por ejemplo, favorecidos y estimulados por la apertura de fronteras y la libre circulación de sus ciudadanos, o en la modalidad de turistas con otros países y continentes. Pero existe también otro peregrinar más oscuro y entorpecido, a la vez que imparable, derivado de una necesidad tan básica como la supervivencia. Todo ello tiene como resultado un babel de personas (culturas) viviendo y conviviendo en una misma población que en muchos de los casos tiene como consecuencia choques culturales y sociales poco deseados. Cuestión que viene propiciada no por lo nuevo de la situación, sino, como expone Lovelace (1995), por la intensidad con la que se está produciendo.
Pero no debería ser así, sino que la diversidad debería enriquecernos, complementarnos. Como subraya Velázquez (2000), la diversidad, lejos de atentar contra la propia identidad cultural, enriquece nuestra cultura y se convierte en un factor positivo para el desarrollo de individuos y sociedades, habiendo de basar convivencia en el respeto por la identidad cultural y las relaciones positivas, de manera que se pueda alcanzar la integración plena. Percibir al “otro”, aceptarlo y respetarlo, rechazando el predominio de una cultura sobre otras, concibiendo la interculturalidad como algo positivo y enriquecedor.
Entendiendo la multiculturalidad como la situación de las sociedades, grupos o entidades en la que muchos grupos o individuos que pertenecen a diferentes culturas viven juntos, cualquiera que sea el estilo de vida elegido. Este término a nivel educativo, según Banks (1981), se aplica a los programas educativos destinados a mejorar el rendimiento escolar del alumnado perteneciente a minorías étnicas, siendo el idioma el objetivo prioritario; nosotros, como indica Aguado (1991), debemos caminar hacia la interculturalidad, entendida como el enfoque, procedimiento o proceso dinámico de naturaleza social en el que los participantes son positivamente impulsados a ser conscientes de su interdependencia. Asimismo, tal y como señala Muñoz (1997, p. 34), “la educación Intercultural no es ni debe confundirse con la educación de los inmigrantes, sino que es la educación de todos para convivir y colaborar dentro de la sociedad multicultural”. Es decir, un proceso activo de comunicación e interacción entre culturas para su mutuo enriquecimiento.
Para facilitar que ello sea así, los distintos gobiernos y administraciones ofrecen diferentes posibilidades de manera que las diferencias que aportan los inmigrantes sean atendidas teniendo presente, como principio fundamental del modelo educativo, la atención a la diversidad (Gómez & Vicente, 2002). Desde la Consejería de Educación y Ciencia, en un intento de paliar estos choques y conseguir una convivencia que enriquezca a todos los pueblos desde el primer ámbito, el educativo, ha ido promulgando leyes y experiencias que inviertan el proceso de choque en un enriquecimiento de todos. Ya sea en forma de Reales Decretos, experiencias o proyectos, existe un amplio marco que da cobertura a la intervención educativa en contextos multiculturales desde una perspectiva intercultural.
La educación se convierte, por tanto, en un instrumento indispensable y la escuela en un lugar ideal, reflejo de la sociedad, en el que fomentar esas actitudes de aceptación y justicia social que ayuden a aprovechar la relación intercultural de los pueblos. La Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), refrendado en la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) define a la escuela pública como un espacio de convivencia y aprendizaje, que ofrece un servicio público que garantiza el derecho a la educación de todos los ciudadanos y ciudadanas. La LOGSE, en sus fines y principios, opta por un modelo de persona y de sociedad que se fundamentan en un conjunto de valores -justicia, tolerancia, libertad, paz, cooperación, solidaridad, no discriminación, etc. y en los principios democráticos de convivencia: pluralismo, participación y respeto.
En el Decreto 148/2002 de 14 de mayo (que modifica el Decreto 106/1992) por el que se establecen las enseñanzas mínimas en Andalucía, se sostiene que hay que garantizar los derechos humanos y su extensión progresiva a los pueblos y a las minorías. Y para ello nos señala los objetivos y contenidos indispensables para conseguirlo, además de añadir los objetivos y contenidos transversales, que son los que mejor pueden ayudar a alcanzar los objetivos relacionados con la convivencia, la tolerancia, el respeto a la diversidad y todos aquellos que deben recogerse en una educación intercultural que potencie el conocimiento y el acercamiento de diferentes culturas. Y es que como dice Franco (2006, p.1), “los valores no se enseñan independientemente del resto de las cosas, ni a través de grandes explicaciones o dando una lista con aquello que consideramos correcto y lo que no. Los valores se transmiten a través del ejemplo práctico, a través de la cotidianidad, de nuestro comportamiento día a día”. Es fundamental, por tanto, ser capaces de fomentar el desarrollo de la identidad cultural propia a través del conocimiento y valoración de nuestra cultura y la de otras identidades en el día a día, como algo cotidiano y no como un elemento añadido sin sentido en un momento puntual de nuestro quehacer diario.
Dentro de los diversos proyectos, existen a su vez proyectos Europeos, como el Comenius, que trata de la Europa sin fronteras: jóvenes y ciudadanía europea, en el que nos hemos visto inmersos y entre cuyos objetivos encontramos el patrimonio cultural, historias, tradiciones, la ciudadanía europea, la democracia y la identidad regional.
La Educación Física es un pilar básico y fundamental para la creación de valores pues a través de la práctica deportiva se producen una serie de relaciones interpersonales que se constituyen en oportunidades únicas para el desarrollo de las cualidades personales y sociales (Miles, Bredemeier & Shields, 1997; Cutforth & Parker, 1997;) ya que contiene, para su desarrollo, uno de los principales puntos en común del alumnado de diferentes culturas y elemento integrador, el juego, medio de normas culturales y de valores de una sociedad. Es decir, los juegos son un reflejo de la cultura en la que viven.
Y dentro del juego, como afirma Parlebas (1989), los juegos populares son de alguna manera la memoria de una región, el testimonio de una comunidad. O como expresa Trigo (1994), en relación al juego tradicional y su importancia, aproximarse al juego tradicional es acercarse al folklore, a las tradiciones, costumbres, usos, creencias y leyendas de una región. Resulta difícil disociar el juego tradicional del comportamiento humano, el estudio del juego folklórico, de la etnografía o la etología.
O como también se ve reflejado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en uno de sus instrumentos normativos relativos a los juegos y deportes tradicionales donde afirma que revisten un carácter universal, cumpliendo el objetivo de integrar la dimensión sociocultural en la educación física y el deporte para reflejar mejor la adquisición de los valores necesarios para la cohesión social y el diálogo intercultural en una época en que la mundialización constituye una amenaza para las identidades culturales y en que aprender a vivir juntos en paz y armonía es un requisito esencial. El público, en general, conoce muy poco, y aún ignora la amplitud y la riqueza de los patrimonios culturales en materia de juegos y deportes tradicionales. Su protección y promoción contribuyen a la diversidad cultural.
No obstante, y aunque Huizinga (1984) indicaba que el juego está provisto de un fin en sí mismo, nosotros vamos a utilizarlo como un medio para educar (Blázquez, 1993, Le Boulch, 1991; Sánchez, 1994), de tal manera que el uso que le demos será lo que determine su utilidad. De cualquier modo queda claro de su uso y necesidad en todas las sociedades, independientemente de su grado de desarrollo, jugando conseguimos divertirnos, aprender, movernos, crecer, relacionarnos y es que es algo consustancial al ser humano y a cualquier colectivo sociocultural.
Para terminar, podemos decir que el uso del juego tradicional no es un grito de melancolía por un pasado que no vuelve, sino que implica ahondar y profundizar en nuestras raíces y poder comprender así mejor nuestro presente. Como expone Trautmann (1995), los juegos tradicionales son indicados como una faceta –aun en niños de ciudad- para satisfacer necesidades fundamentales y ofrecer formas de aprendizaje social en un espectro amplio.
En este trabajo nos planteamos exponer la manera en que desde la Educación Física se ha contribuido al desarrollo y consecución de los objetivos de participación del centro (IES) en un proyecto a nivel europeo, el Comenius, mediante la celebración de una jornada de juegos tradicionales de distintos países.
II. El Proyecto Comenius
Dentro de los distintos programas y proyectos educativos que existen a nivel Europeo, el Comenius ofrece un gran abanico de posibilidades a nivel docente. En este caso, se trata de un proyecto escolar titulado: ”Europa sin fronteras: los jóvenes y la ciudadanía europea” y cuyos principales ámbitos temáticos son:
El patrimonio cultural.
Historias / tradiciones.
Lenguas extranjeras.
Ciudadanía europea / democracia / identidad regional.
Tecnologías de la información y comunicación.
El principal objetivo del proyecto es fomentar en los estudiantes la conciencia de ser miembros activos de una comunidad amplia, la Unión Europea, basada en valores comunes como la democracia, la paz y la justicia, pero que al tiempo se ve enriquecida por la diversidad y peculiaridad de cada país miembro (Mendoza, 2006).
Son diferentes los aspectos tratados para la consecución del proyecto y alcanzar los objetivos planteados. La ciudadanía activa, que es uno de los temas prioritarios del Libro Blanco de la Comisión, Un nuevo ímpetu para la juventud europea, depende, principalmente, del compromiso, la participación y la formación, adquiriendo las instituciones educativas un importante papel en el fomento de estos valores entre la juventud. Sólo si los jóvenes aprenden a estar comprometidos, a tomar iniciativas y ser responsables de sus actos la ciudadanía activa puede convertirse en un objeto realista. Con este proyecto, expone Mendoza (2006), se pretende promover el intercambio de ideas y experiencias en torno a la ciudadanía europea entre los estudiantes de las diferentes instituciones participantes, con la idea de dotarles de experiencias innovadoras que les permitan sentir su conexión con los jóvenes de otros países de la Unión Europea, sin perder la conciencia de la peculiaridad de su propio país. También debe servir para que adquieran nuevas habilidades y capacidades que mejoren sus relaciones sociales, su sentido de la responsabilidad y el mutuo entendimiento, fomentando el respeto hacia las diferencias de opinión, lengua y cultura.
Para la consecución de los citados objetivos se disponen de tres años, a lo largo de los que se van a ir realizando distintos encuentros en los que se plasme la consecución de los diferentes objetivos planteados, entre los que encontramos:
Respecto a las instituciones asociadas:
Estar abiertos a diferentes realidades por medio del diálogo intercultural con otros países, miembros o no de la Unión Europea.
Reforzar en la comunidad educativa la conciencia de la ciudadanía europea.
Mejorar las capacidades lingüísticas de todos los miembros de la comunidad educativa y ampliar sus horizontes culturales mediante el contacto con otras leguas y culturas.
Respecto al alumnado:
Promover el conocimiento y el interés por la Unión Europea.
Reforzar la conciencia de su papel como ciudadanos europeos.
Descubrir y comprender los derechos fundamentales de los ciudadanos europeos mediante el intercambio de información.
Descubrir y comprender los principales valores incorporados en el tratado Constitucional europeo.
Comprender y utilizar las posibilidades que ofrecen el conocimiento y relación con otros países.
Capacitar para la vida en una sociedad multicultural aceptando las diferencias con tolerancia.
Promover el desarrollo autónomo de una cultura basada en los Derechos Humanos.
Facilitar el conocimiento de los cambios sociales que se desarrollan en el contexto global internacional y europeo.
Reforzar la capacidad de establecer relaciones de cooperación mutua con personas de diferentes países.
Fomentar el conocimiento de las lenguas extranjeras como elemento enriquecedor en el terreno personal y laboral.
Desarrollar el conocimiento y manejo de las nuevas tecnologías de la información.
Promover un uso cívico y activo de Internet.
III. El primer encuentro en España, "La unión en la diversidad": contribución desde la Educación Física
Tras un primer encuentro en Gesualdo (Italia), que significaba el inicio oficial del proyecto y la planificación y organización de las tareas a desarrollar durante el primer año, se produjo un segundo encuentro en Vera (España), del 7 al 11 de mayo de 2007. Dentro de esta visita se plantearon diversas actividades: recepción en el Ayuntamiento de la localidad, visita a la ciudad de Granada, exposición de logotipos del proyecto y diversos carteles, presentación multimedia de los distintos centros y países integrados en el proyecto, y por parte del Departamento de Educación Física del IES El Palmeral, unas jornadas de Juegos Populares.
Se pretendió así colaborar y contribuir, desde la Educación Física, y a través de los juegos populares, a la consecución de los objetivos del proyecto:
Conseguir jóvenes comprometidos, responsables y participativos
Para la realización de esta jornada de Juegos Tradicionales además de la participación activa que supone jugar a los mismos, planteamos que el propio alumnado se comprometiera en la creación del material y la elaboración de fichas que facilitaran la comprensión del juego, que se responsabilizaran de la organización y control de los juegos a los que habían sido asignados y que participaran con sus opiniones e ideas en la modificación del reglamento de forma que los juegos fueran más dinámicos y divertidos.
Adquirir valores comunes como la democracia, la paz y la justicia, pero que al tiempo se ve enriquecida por la diversidad y peculiaridad de cada país miembro
Cada país se encargó de aportar juegos conocidos en sus diversos lugares de procedencia, algunos de los cuales son conocidos a nivel global, conteniendo similitudes y peculiaridades propias de la idiosincrasia de cada país. La utilización del juego y su desarrollo se utilizó como un medio en el que las actitudes y formas de enfrentarse a la vida se desarrollan de forma espontánea, y en el que surgen y se ven reforzados la adquisición de valores como el uso y adecuación de las normas para una interrelación pacífica y justa.
Intercambio de ideas y experiencias
Como hemos resaltado en el punto anterior cada país aportó unos juegos representativos de los que se escogieron los más relevantes y factibles a la hora de llevar a la práctica. No obstante, sus reglas debían ser comprensibles en cinco idiomas y llevados a la práctica por un gran número de personas en un espacio de tiempo reducido.
Dotarles de experiencias innovadoras que les permitan sentir su conexión con los jóvenes de otros países de la Unión Europea
Junto al concepto de intercambio de ideas quisimos, desde el departamento de Educación Física, sorprender con el juego tradicional, ya que supone una experiencia innovadora en tanto que aúna juegos olvidados pero cuyo desarrollo recuerda y se relaciona fácilmente con juegos y deportes totalmente actuales para todos.
Adquirir nuevas habilidades y capacidades que mejoren sus relaciones sociales
El juego es un pegamento ideal para las relaciones sociales, y la forma en la que se desarrolló fomenta aún más esta idea puesto que se crearon grupos mixtos, con alumnos y alumnas de distintos países y con un profesor o profesora dentro del grupo. Además este tipo de relación potencia el diálogo y la búsqueda de un entendimiento común por el uso de una o varias lenguas distintas.
Promover un uso cívico de Internet
Todos los juegos y reglamentos, así como las fichas finales de los juegos, se realizaron por medio del uso de las nuevas tecnologías, aprovechando estas mismas para la presentación de esta jornada, la visualización de las fotos finales del desarrollo de los juegos y los materiales, etc. Además, la página Web del centro sirvió como enlace en el que dar cabida a los diferentes documentos relacionados con la actividad.
IV. Juegos y deportes tradicionales para el desarrollo de la interculturalidad: diario de la experiencia.
Primera fase
El diario de esta experiencia comienza cuando se nos pide colaboración en el proyecto Comenius por parte de su coordinador en el centro educativo. Una vez informados de sus pretensiones, objetivos, necesidades, etc., decidimos que queríamos participar en él, pero para ello debíamos dar respuesta positiva a varias cuestiones clave;
Establecer si desde nuestra materia, la Educación Física, podíamos aportar algo para alcanzar los objetivos previstos en el proyecto.
Cómo hacerlo, qué tipo de actividades utilizar en función de los objetivos y de las premisas espaciales, temporales, materiales y humanas.
Material humano con el que contamos, batería de juegos inicial e instrucciones pertinentes.
¿Desde la Educación Física podíamos ayudar a la consecución de los objetivos?
Decidir si el Departamento de Educación Física podía colaborar en la consecución de los objetivos que plantea el proyecto Comenius fue uno de nuestras principales prioridades, no queríamos ser una jornada de juegos y deportes como medio de entretenimiento en un día festivo pero sin relación ninguna con dicha celebración como ocurre en muchas ocasiones.
¿Pero, cómo crear una actividad en la que nuestro alumnado se comprometiera de manera responsable y participativa, en la que se vivenciaran valores comunes como la democracia, la paz y la justicia, a la vez que compartiesen y se enriquecieran de su diversidad y peculiaridad, bajo el intercambio de ideas y experiencias diferentes pero comunes, y que les permitieran mejorar sus relaciones sociales como reza en el proyecto?.
Obviamente creando una dinámica de trabajo en la que nosotros fuéramos promotores, guías y apoyo, pero no los únicos artífices de un día de juegos en el que el resto de la comunidad educativa jugara.
Ahora se nos planteaba el cómo hacerlo, qué tipo de actividad utilizar teniendo en cuenta las premisas y condicionantes temporales, materiales y humanos; dos horas para el desarrollo de la actividad y sobre 150 alumnos/as y profesores/as dispuestos, o no, a participar, a lo que hay que añadir unas mínimas instalaciones (dos pistas deportivas, una con porterías y otra con canastas).
¿Qué tipo de actividades utilizar?
Bajo las premisas impuestas hubo que pensar entre las distintas posibilidades y decidir que lo ideal era hacer uso del juego popular y/o tradicional, y más concretamente de los juegos populares de precisión.
Las razones:
La facilidad de ser jugados por cualquier persona sin necesidad de una preparación previa, ni de vestuario, ni de condición física.
La posibilidad de ser jugados por muchas personas en un espacio de tiempo relativamente breve, ello supuso modificar sensiblemente el reglamento, que es una característica típica de estos juegos, tener reglas negociables según diversos condicionantes.
La posibilidad de ser jugados por todas las edades y sexos en igualdad de condiciones.
Por lo motivador que siempre ha sido acertar a dar, golpear, tirar nuestro objetivo, sólo hay que ver esos juegos eternos de feria en los que se debe tumbar unas latas con unas bolas, pinchar un globo con un dardo, disparar con una escopeta de aire comprimido, etc.
La novedad que supone para toda la comunidad educativa estos juegos.
A lo que se puede añadir algunas de las características que se vislumbran en el concepto de juego y que como señalamos en la introducción lo valida para todos aquellos aspectos que implican relación social y creación de hábitos y actitudes:
Incierto; al ser una actividad creativa, espontánea, original, el resultado final del juego fluctúa constantemente, lo que motiva la presencia de una agradable incertidumbre que nos cautiva a todos para seguir jugando.
Gratuito; es una manifestación que tiene fin en sí misma, es desinteresada e intrascendente.
Ficticio; es un mundo aparte, es como un cuento narrado con acciones, alejado de la vida corriente, es un continuo mensaje simbólico que según lo ofrezcamos puede trasladarnos con naturalidad a la cultura que lo originó.
¿Cómo crear una dinámica de trabajo activa, participativa y con responsabilidad para el alumnado y que muestre cultura propia de cada lugar?
La participación y el compromiso la buscamos de dos maneras, de forma que cada uno aportara según sus propias capacidades y compromiso personal.
Una primera, más pasiva, era ser partícipe en el día en que se desarrollara el juego, posteriormente veremos que además de jugar activamente cada uno elegía su recorrido, el orden de los juegos, su relación con determinados grupos en juegos colectivos, es decir, tenía ciertas responsabilidades y elecciones que tomar, parte importante de los objetivos del proyecto.
La otra forma de participar era más comprometida y activa y requería de personas voluntarias para:
Reordenar la información relativa a los juegos populares de precisión que el departamento de Educación Física consideró adecuados, además de abrir la posibilidad de incorporar juegos distintos. Para ello se les dio en formato tecnológico toda la documentación precisa para crear una ficha en la que se reflejara el origen del juego, el material necesario, su reglamento, la modificación del mismo para hacerlo comprensible para 5 nacionalidades distintas y para el tiempo del que se dispone en una clase. Y fotografías del mismo.
Crear o buscar el material necesario para poder llevar los juegos a la práctica, se potenció para ello el uso de materiales de desecho.
Llevar a la práctica dentro de las clases de Educación Física los juegos, para poder decidir posibles modificaciones, adecuación del material, dinámica del juego, comprensión de las reglas por parte de los alumnos y alumnas, y elección de tres de ellos para la práctica final.
Controlar el desarrollo de los juegos el día del encuentro.
Además, se pensó en la posibilidad de enriquecer la experiencia por medio del desarrollo de juegos aportados por el resto de países. De esta forma cada país podría mostrar parte de sí mismo, de su cultura.
Material humano y batería de juegos a repartir
Contamos con la inestimable ayuda de veinte alumnos y alumnas de primero de bachillerato a los que en este artículo agradezco su colaboración.
Determinamos comenzar con una batería de diez juegos que debía quedar en tres, ya que el resto de países aportaría un juego cada uno, obteniendo al final siete juegos para llevar a la práctica. La cuestión de aportar nosotros tres juegos y el resto de países sólo uno fue una cuestión operativa, conocíamos los espacios de los que disponíamos, teníamos un elevado número de alumnos para echar una mano y nos era más fácil conseguir y aportar el material, de hecho nosotros nos encargamos de facilitar el material para el resto de países.
Los juegos fueron los siguientes;
Distintas modalidades de bolos; Bolos Huertanos, Bolos Leoneses, Bolos de Palma o Santanderino, Bolos Serranos.
Juegos variados de lanzamiento; El Caliche, La Herradura, La Tuta y la Chave, El Pasabolo, La Calva y La Malla Portuguesa.
Los alumnos y alumnas se repartieron en grupos de tres, y tuvieron que trabajar cuatro juegos entre ellos. Esto hizo que cada juego tuviera al menos dos puntos de vista diferentes, dos formas de trabajar las reglas y de llevarlo a cabo.
En el reparto se entregó información sobre los juegos y una breve explicación de las necesidades y posibilidades de modificación. Así como los aspectos claves sobre los que fijar su atención a la hora de modificar los juegos;
Los juegos debían ser fácilmente entendibles por un amplio grupo de personas que además tenían diversos idiomas.
Su duración debía ser lo suficientemente corta para que por el pasaran alrededor de ciento cincuenta personas por ellos en dos horas de tiempo, pero lo suficientemente largo como para disfrutar de ellos.
Y todo sin que el juego perdiera su identidad.
Para facilitar su trabajo se les dio una ficha realizada en un folio por las dos caras en las que se debía señalar el nombre del juego, origen, reglas básicas, material, reglamento, modificación del reglamento y fotos del juego.
Segunda fase
Tras responder a las preguntas que nos hacíamos al principio, y marcar los primeros pasos que el alumnado iba a seguir, entramos en una segunda etapa en la que se desarrolla de forma teórica cómo se iba a desarrollar el día de los juegos.
Esta etapa se caracteriza por las primeras y lógicas indecisiones por parte del alumnado, las reuniones periódicas donde plantear y dar, de forma conjunta, solución a diversos problemas, sobre todo aquellos que tenían que ver con la modificación del reglamento de manera que se ajustara a las premisas antes citadas y que además fuera divertido. Valorar por donde iba el trabajo, exponer las primeras experiencias dentro de las clases de educación física, entregar las primeras fichas, los primeros materiales, y sobre todo, aprovechar esas informaciones para replantearnos las cuestiones oportunas.
Entre estas decisiones debíamos ir dejando cerradas cuestiones como:
Forma de llevar a cavo la actividad de forma motivadora, con una dinámica activa que ayudase en la consecución de los objetivos.
Formas de control de los distintos juegos, carteles anunciadores y explicativos de los juegos, etc.
Modificación final de los juegos.
El número de juegos que realmente debíamos realizar. Y cuáles iban a ser estos.
Cuáles iban a ser los juegos aportados por el resto de países y como encajarlos en la actividad.
Dinámica de la actividad motivadora
Cómo hacer que el desarrollo global de la actividad, además de enriquecedora para profesorado y alumnado, enganchara y tuviera una dinámica activa en su desarrollo, ¡sin que se crearan colas (largas filas)!, cómo motivar a la participación y a la finalización de todos los juegos, cómo controlar los mismos, de qué manera conseguir relaciones sociales diferentes a las que se originarían habitualmente. En definitiva, cómo conseguir que la semilla que estábamos plantando brotara fuerte y sana.
Los juegos van a estar distribuidos en el patio del centro, señalizados por carteles explicativos y controlados cada uno de ellos por dos alumnos y alumnas de bachillerato que apoyarían las explicaciones de los carteles. Los profesores de Educación Física, junto a algún compañero más, se encargarían de agilizar la distribución y el movimiento de los equipos, además de solucionar posibles problemas.
Para evitar colas los juegos no tienen un orden preestablecido, cada equipo seguía su itinerario en función de la cantidad de gente que en cada momento estuviera jugando o por preferencias personales.
Además, los juegos españoles estuvieron duplicados, además del belga. Esto suponía que de siete juegos iniciales pasábamos a once.
Los juegos de Alemania e Italia se prepararon para ser jugados por dos equipos de nueve jugadores, es decir debían unirse tres equipos para formar uno sólo.
Y el juego Rumano era jugado por nueve jugadores, tres equipos a la vez.
Todo ello nos proporcionaba unos números excelentes, noventa y tres personas jugando a la vez e interaccionando entre ellos.
Pero cómo sumar a esas relaciones momentáneas otras más duraderas.
Los equipos eran obligatoriamente de tres personas, se aconsejó que fueran lo más heterogéneos posible y que lo formaran profesores-as y alumnos-as de distinto país y sexo. Esto sólo es probable que no hubiera hecho que los alumnos y alumnas cambiaran a sus amigos para formar el grupo, así que para favorecer esta unión se otorgó diez puntos por característica cumplida al equipo, es decir, se podía empezar los juegos con treinta puntos.
La competición, la obtención de puntos, fue en este caso utilizada como factor motivador.
El control de los puntos lo tenían los alumnos y alumnas que vigilaban los juegos. Para ello, cada grupo llevaba un carnet de los juegos tradicionales.
La participación en todos los juegos, tener totalmente relleno el carnet de jugador tradicional otorgaba diez puntos más al equipo. Este factor, además de lo divertido de los juegos nos aseguraba la participación en todas las actividades.
A la vez que íbamos generando estas ideas se iba trabajando los juegos, modificando sus reglamentos y encajando las ideas que iban surgiendo a los juegos que finalmente íbamos a jugar. Unas cuestiones iban condicionando a las otras y viceversa, hasta completar el puzle, aunque aquí intentemos exponer sólo los resultados finales.
De esta forma llegamos a los siete juegos de los que hemos venido hablando, aunque como ya dijimos este número fue cambiando.
Por parte española: El Caliche, la Calva y la Herradura.
Por parte belga: la Petanca.
Por parte italiana: el Soga-tira.
Por parte alemana: el Matar también conocido como el Quema.
Por parte rumana: los Países.
Tercera fase
La podemos llamar el día de la verdad, el día en el que se realizó la jornada de juegos tradicionales y que bautizamos con “LOS JUEGOS TRADICIONALES: Una mirada al pasado y otra forma de jugar”.
Una vez todo preparado, cada juego en su lugar y los alumnos y alumnas que iban a controlar los mismos en su lugar, lo importante era conseguir que se asociaran profesores y profesoras con chicos y chicas de distintos países, y motivarlos hacia el juego, para ello:
En el recreo se organizaron las zonas de juego, creando cierta expectativa ante el despliegue de los caballetes con los carteles explicativos de cada juego, los materiales para jugar, las cinta de color que delimitaba cada zona de juego, y los alumnos/as encargados de cada uno ellos.
Finalizado el recreo, sólo los alumnos/as de bachillerato y los componentes del proyecto Comenius quedaron en el patio, justo en la puerta de salida al mismo, lugar donde se instaló el gran cartel anunciador con el lema de los juegos: “Los juegos tradicionales: Una mirada al pasado y otra forma de jugar”
Se explicó de forma breve las normas básicas y la dinámica de juego, en inglés y en español, se repartieron los carnés de juego tradicional y se comenzó a jugar.
Puntualmente, en el transcurso de las siguientes dos horas, hubo que explicar más concretamente alguno de los juegos a algún participante despistado y reordenar en algún momento la afluencia de los grupos a los juegos, de manera que no hubiera colas en ninguno de ellos.
V. A modo de conclusión
Consideramos que el desarrollo de esta experiencia contribuye a la formación integral de nuestro alumnado desde dos vertientes, el trabajo realizado dentro del aula de Educación Física y en el desarrollo de la experiencia en sí.
Dentro del desarrollo de las clases de Educación Física, porque favorece la implicación del alumnado en el desarrollo de su propia actividad física, objetivo primordial para bachillerato. Existe además una implicación cognitiva en la búsqueda y modificación de las normas, lo que además ayuda a una comprensión interna del juego que en otras ocasiones no se adquiere, contribuye a la posibilidad de modificar cualquier tipo de actividad física para favorecer su participación independientemente del número de personas a jugar, material que tenemos, etc.
La exposición de los trabajos frente a la clase favorece la comprensión de la labor del profesorado y genera actitudes favorables cuando vuelven a ser alumnos. Ayuda, asimismo, a trabajar otros aspectos como la desinhibición, el control corporal y la expresión.
Se conocen o recuerdan nuevos juegos que implican patrones motrices que en la actualidad parecen olvidados en el juego infantil como son los lanzamientos.
Desde el punto de vista de la propia experiencia creemos que el desarrollo ha servido como complemento hacia la consecución de los objetivos planteados, jóvenes comprometidos, responsables y participativos, que intercambian ideas y experiencias a la vez que adquieren habilidades y capacidades que mejoren sus relaciones sociales.
Personalmente, como profesores, la experiencia ha sido muy gratificante, nos aporta luz a nuestro quehacer diario y nos estimula a seguir trabajando en esta vía en la que nuestro alumnado va alcanzando la madurez.
Referencias bibliográficas
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digital · Año 14 · N° 138 | Buenos Aires,
Noviembre de 2009 |