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Edad y formación deportiva. Un enfoque epistemológico

 

Profesor de Educación Física. Licenciado en Cultura Física

Doctor en Ciencias. Preparador Físico F.B.F.

(Cuba)

Dr.C. Luis Daniel Mozo Cañete

luisdaniel18@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          La multiplicidad de factores, variables e indicadores que inciden en el logro de altos niveles de eficiencia, eficacia y efectividad del macro proceso del Entrenamiento Deportivo, resulta altamente significativa en cuanto a cantidad se refiere. Dentro de este amplio espectro se localiza a la edad, que se clasifica de varias formas al interior de referido proceso entre las que destacan la edad cronológica, biológica, óptima de selección, de iniciación deportiva, de consecución de los máximos rendimientos – resultados deportivos, etc. Pero en cualquier caso, más allá de su denominación, la edad, pasa a ser un elemento de vital importancia en el sentido de garantizar la manifestación óptima de los procesos de planificación, dirección, control y evaluación sistemáticas de la preparación deportiva en todas y cada una de la etapas que conforman este proceso formativo, todo lo cual coadyuva inexorablemente a la preservación de la calidad de vida del deportista.

          Palabras clave: Entrenamiento deportivo. Edad. Calidad de vida

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 138 - Noviembre de 2009

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    Muchos son los factores o variables que inciden en mayor o menor grado en la consecución exitosa de los propósitos inherentes al complejo Proceso de Formación Deportiva, la inmensa mayoría de ellos abordados a partir de concepciones científicas, entre las que destacan las provenientes de la Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo.

    La Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo, centra su objeto de estudio precisamente en las particularidades científico – metodológicas inherentes al complejo proceso de Formación Deportiva, el cual se caracteriza por ser un proceso perspectivo o a largo plazo en el cual se distinguen varias etapas o estadios con características muy bien marcadas propias de cada una de ellas.

    Consecuentemente con este planteamiento, pretendemos abordar el tratamiento de una de las variables o indicadores que de hecho posee un alto grado de incidencia en el Proceso de Formación Deportiva, al estar presente en cada una de sus etapas y siendo en ocasiones la condición determinante para orientar acertadamente este proceso. Nos referimos a la Edad.

    La edad como tal es un término sumamente conocido y sencillo desde la perspectiva de la vida cotidiana, sin embargo para el Proceso de Formación Deportiva, esta variable alcanza matices muchos más complejos en correspondencia con las particularidades del mencionado proceso.

    En principio habría que manifestar que dentro del Proceso de Formación Deportiva, la edad se encuentra debidamente clasificada, delimitando a través de esta clasificación las etapas por la cual se encuentra transitando el deportista, su grado de desarrollo desde el punto de vista biológico, así como el nivel alcanzado por el mismo en cuanto al logro de rendimientos deportivos.

    Es así, que dentro del Proceso de Formación Deportiva, se distinguen entre otras los siguientes tipos de edades.

  • Edad Cronológica: Se refiere a la cantidad de años que va acumulando la persona durante el transcurso de su vida hasta llegar a un límite.

  • Edad Biológica: Según Manso (1996), es la edad establecida sobre la base del grado de expresión de determinados indicadores biológicos. Se establece comparando el nivel de desarrollo de estos indicadores en cada edad cronológica. El grado de desarrollo de los huesos es un importante indicador de la maduración esquelética del individuo. Las desviaciones respecto a la edad cronológica marcan los estados de aceleración o desarrollo del sujeto.

    Las formas de determinar la edad biológica, que más se utilizan, son:

  • La determinación de la edad esquelética.

  • Los caracteres sexuales secundarios.

  • Aparición de la menarquia (Primera Menstruación).

La determinación de la edad esquelética

    Los huesos no crecen a la misma velocidad en cada sujeto, por lo que realizando un seguimiento del crecimiento esquelético, podemos valorar la madurez de una persona durante la edad evolutiva. La edad esquelética consiste en determinar la edad a partir del estado de desarrollo de algunas estructuras del esqueleto. El crecimiento óseo se manifiesta por el aumento de la circunferencia y longitud de los huesos largos.

    No podemos olvidar que desde el nacimiento a la edad adulta, el desarrollo del esqueleto atraviesa tres fases principales (De Toni, 1970).

  • Aparición de los centros de osificación.

  • Sustitución del cartílago por el tejido óseo.

  • Fusión de las extremidades epifisiarias.

Caracteres sexuales secundarios

    La utilización de los caracteres sexuales secundarios para determinar la edad biológica es uno de los más utilizados en el mundo de la actividad física y el deporte, por su facilidad y economía, pero conlleva el problema de ser un método demasiado invasivo para la intimidad de los niños.

    Evolución de los rasgos sexuales secundarios con la edad. Adaptado de Ruíz Pérez (1987)

Edad Cronológica

Varones

9 – 11 años

Primer crecimiento de los testículos y el pene. Actividad prostática.

11 – 12 años

-

12 – 13 años

Vello púbico. Rápido crecimiento del pene y testículos. Nódulo subareolar de los pezones.

14 – 15 años

Pelo axilar y en bigote.

15 – 16 años

Cambio de voz. Espermatozoos maduros (variación entre los 11 a 17 años)

16 – 17 años

Pelo facial y corporal

21 años

Final del crecimiento esquelético.

    Para Volkov y Filin (1989), la edad de calendario (cronológica), puede no coincidir con la edad biológica. Así la edad biológica en los adolescentes con bajos índices de desarrollo físico puede rezagarse de la certificada en 1 a 2 años y en los adolescentes con un elevado desarrollo físico la edad biológica puede aventajar a la certificada en 1 a 2 años.

Aparición de la menarquia (Primera Menstruación). Fuente: www.jenner.galeon.com

    Se llama menarquia, a la fecha en que aparece el primer periodo menstrual. Esto indica el comienzo de la capacidad reproductiva. El desarrollo de las características sexuales secundarias se asocia a desarrollo mamario, aparición del vello púbico y axilar y aumento de la estatura. El estirón de la pubertad produce un incremento de la estatura de 8 a 9 cm. anuales durante unos dos años.

    El comienzo de la menstruación se produce entre los 10 y 16 años de edad en la mayoría de las muchachas de países desarrollados.

    El ejercicio intenso, como el Atletismo, la Gimnasia y el Ballet, se asocia a un retraso de la menarquia. Se ha sugerido que cada año de entrenamiento antes de la menarquia la retrasa cinco meses. No obstante, no se conocen completamente los mecanismos implicados, aunque un físico más estilizado puede ser significativo…

    A pesar de la complejidad para su determinación, el control de la edad biológica del deportista por parte del entrenador (con apoyo de un equipo multidisciplinario), se convierte en un elemento que garantiza la efectividad del proceso de entrenamiento, al mismo tiempo que contribuye al logro de la longevidad deportiva.

  • Edad Psicológica: En una primera dirección se refiere a las diferentes transformaciones que se van advirtiendo en los diferentes rasgos que conforman la personalidad del deportista (cambios en la conducta). En este sentido juegan un papel fundamental a favor del rendimiento de éste, la manifestación de rasgos positivos como la autovaloración, la perseverancia y la auto - reflexión. Por otra parte la edad psicológica también se relaciona con el desarrollo de las diferentes estructuras cognitivas a partir del desarrollo y manifestación de las operaciones lógicas del pensamiento, antecedente idóneo para la interpretación coherente y ejecución exitosa de su actividad deportiva específica.

  • Edad Óptima de Selección: Manso, 1996… La edad óptima de selección es diferente para cada modalidad deportiva, a pesar de la similitud que se pudiera encontrar entre bloques de deportes que se sustentan en capacidades condicionales similares. Para poder determinarla, se hace preciso conocer con profundidad la duración que debe tener cada fase o etapa de la formación deportiva en cada modalidad. Este estudio sólo puede realizarse a partir de la evolución atlética de los mejores especialistas de cada modalidad.

  • Edad de Iniciación Deportiva: Se relaciona directamente con la edad óptima de selección, pues a partir del establecimiento primario de las posibilidades del niño (físicas – motrices, orgánicas y psicológicas), para incursionar en una determinada modalidad deportiva, se le introduce precavidamente en la misma. En este estadio es muy importante tener en cuenta el grado de predisposición positiva del niño hacia la práctica del deporte para el cual ha sido seleccionado, no hay que olvidar que se pueden tener las condiciones óptimas, pero sino existe la identificación con el deporte, definitivamente el camino se truncará. De igual manera en esta etapa hay que tener en cuenta que el entrenamiento debe desarrollarse de forma “muy divertida”, es decir con una significativa presencia de actividades de carácter lúdico (juegos).

Algunos criterios en cuanto a las Edades para llevar a cabo la Iniciación Deportiva (Adaptado de Filin y Volkov, 1989)

Deportes

Edad de Inicio

Atletismo

8 – 11 años

Baloncesto

8 – 10 años

Fútbol

8 – 10 años

Gimnasias (Artística y Rítmica Deportiva)

5 – 7 años

Natación

5 – 7 años

Halterofilia o Levantamiento de Pesas

13 – 15 años

  • Edad de Manifestación de los Máximos Rendimientos: Viene a convertirse en la cima de la pirámide del Proceso de Formación Deportiva, de hecho se constituye en la principal aspiración tanto del deportista como del entrenador, su consecución por lo general conlleva un trabajo de muchos años y sólo se manifiesta cuando están creadas equilibradamente una serie de condiciones desde el punto de vista físico, técnico, táctico, psicológico y teórico, por mencionar sólo las de mayor peso.

    A continuación algunos ejemplos que ilustran la relación entre el Proceso de Formación Deportiva y la Evolución de la Edad.

Características Psicomotrices de las Edades (Volkov y Fillin, 1989)

Capacidades

Desarrollo

Inicio (edades)

Óptimo (edades)

Fuerza

4 - 5

14 - 15

Rapidez

Frecuencia máxima de movimiento

4 - 6

7 - 9

Velocidad de reacción

2 - 3

9 - 12

Velocidad de movimiento

9 - 13

13 – 14

Resistencia Anaerobia

14 - 15

16 - 18

Aprendizaje

Orientación espacial

4 - 6

7 - 10

Movimientos complejos

9 - 12

11 - 14

Auto – evaluación

-

16 – 17

    Colectivo de Autores. Criterios acerca de las transformaciones psicobiológicas que tienen lugar en la adolescencia y la primera juventud y su relación con la actividad deportiva específica.

Autores

Criterios

Vygotsky

Durante la adolescencia y la primera juventud se produce un notable avance en la formación y desarrollo de la auto - conciencia.

Leóntieva

El mayor crecimiento del cuerpo en longitud se alcanza por término medio entre los 17 y 18 años.

Arshavski

Hacia los 17 años la masa muscular aumenta en forma considerable a través del crecimiento de los músculos en espesor y longitud. Este crecimiento también se manifiesta en las dimensiones absolutas del corazón, posibilitando un mejor aporte sanguíneo a los tejidos de los órganos en funcionamiento.

Motiliánskaya

La frecuencia cardíaca entre los 17 y 19 años, disminuye atestiguando la adaptación a la carga de entrenamiento.

    El volumen de conocimientos en cuanto a teorías, concepciones, leyes, etc., en el espectro del Entrenamiento Deportivo, es sumamente amplio y contrastante en correspondencia con los postulados científicos a los cuales se adhieren cada una de las escuelas existentes en este campo, siendo precisamente la contrastación de estas opiniones o criterios una de las principales fuentes de desarrollo de la actividad científica al interior del proceso de Formación Deportiva.

    Esta contrastación de conocimientos sustentada sobre la base de la percepción específica de cada tendencia o corriente con relación a las particularidades científico – metodológicas del proceso de Formación Deportiva, son las que precisamente nos conducen a la presentación de la temática abordada desde un inicio a partir de un enfoque epistemológico.

    Antes de presentar algunas definiciones de Epistemología, nos aproximaremos a los orígenes de este término tan utilizado en la actualidad en las distintas áreas del conocimiento, para ello tomaremos como referencia los aportes que en esta dirección realiza el Profesor Henry Pórtela Guarin, en su trabajo titulado “La Epistemología en la Educación Física”.

    La epistemología surge en su etimología de dos raíces griegas: Epistheme - conocimiento y Logos - tratado, estudio, en lenguaje denotativo significa "Tratado del conocimiento" sin embargo, entre los griegos tenía aún otra significación "erguirse por encima de" (epi-istemi), para contemplar las cosas para saber qué son, que la constituyen y cómo son.

    A partir de sus orígenes y evolución la Epistemología, ha dispuesto de varias y variadas definiciones, veamos algunas de éstas.

    Para Bejarle, la epistemología como una ciencia general se puede entender como una búsqueda de conocimientos a partir de ciertos mecanismos lógicos, los cuales permiten llegar a una serie de hipótesis o afirmaciones generales sobre el conocimiento en general.

    Según Carreras Gargallo, la “Epistemología” ya no es una “ciencia de…” o una “Teoría de…”, sino que equivale a “Forma de percibir el mundo”. De la misma manera que la Geología o la Ética pueden significar ciencia de la tierra o de la conducta moral, pero también pueden significar los terrenos mismos de una región o las normas éticas de un individuo, el concepto de Epistemología ha comenzado a utilizarse como “manera de percibir y teorizar la realidad”. En este sentido todos somos epistemólogos, pues tenemos una epistemología, aunque pocos hagan teoría sobre ella. Tales formas de ver el mundo, o de construirse su propia realidad, pueden ser muy distintas: unos tienden a ver todo de color rosa y otros de negro, unos analizan las partes que componen las cosas, distinguiéndolas y aislándolas, perdiendo de vista el bosque a fuerza de fijarse en cada uno de los árboles; otros, por el contrario, tienden a ver las interrelaciones entre las cosas formando unidades mayores y más complejas; unos tienden a apreciar el conflicto, mientras que otros lo consideran un desorden que desdice de la armonía que reina en el cosmos. En resumen, tenemos muchas maneras de ver el mundo, a los demás y a nosotros mismos, y a veces pasamos de una a otra epistemología sucesivamente. Esta percepción del mundo es lo que constituye la realidad para cada uno. Esta “realidad” no es la misma para todos, aunque todos tengamos que compartir una misma realidad.

    Para Le Boulch (1997) por epistemología, se entiende la disciplina que tiene por objeto estudiar como se forman y se transforman los conceptos científicos, como se intercambian entre ciencias, como se constituye el campo de una ciencia, cuáles son las reglas según las cuales se reorganizan a través de mutaciones sucesivas y como en relación con sus propias reglas una práctica científica se hace consciente de su método.

    Según Panqueva (1998) en general se acepta que la epistemología es una reflexión profunda, un estudio crítico de los principios de las diversas ciencias, su valor, objetividad, su origen lógico, los procedimientos a través de los cuales se forma y se reproduce el conocimiento científico, es decir, implica una teoría, una metodología, una historia y una postura ética.

    Para Pórtela Guarin (2001) la epistemología entonces es una reflexión acerca de los problemas a indagar, de sus métodos y de su aplicación a la vida de los hombres y de la sociedad. Además induce a proponer soluciones claras y viables a dichos problemas, así como a asumir posiciones críticas con relación a lo que en cada momento histórico se concibe como la "verdad".

    La presentación de estas definiciones responden precisamente a la finalidad fundamental que persigue este trabajo, reflexionar en torno a la incidencia o importancia de los diferentes roles que desempeña la variable edad dentro del proceso de Formación Deportiva, en torno a la cual se presentan diferentes percepciones de diversos autores.

    Según Vygotsky, cada edad representa una etapa cualitativamente especial de la evolución psíquica y se caracteriza por la multitud de variaciones que constituyen, en conjunto, la originalidad de la estructura de la personalidad del individuo en la etapa dada de su desarrollo.

    La edad es una época determinada, ciclo o grado de desarrollo, como un determinado período relativamente cerrado cuya importancia la determina su lugar en el ciclo general y en la cual las leyes generales de desarrollo encuentran cada vez una expresión cualitativamente original.

    Las particularidades de la edad las determina el conjunto de muchas condiciones. Esto constituye precisamente el sistema de exigencias que se plantean al individuo en cada etapa de su vida y la esencia de las relaciones con los que le rodean, el tipo de conocimientos y de la actividad que él va dominando y los modos de asimilación de dichos conocimientos.

    En el conjunto de condiciones que determinan lo específico de la edad entran las particularidades de los diferentes aspectos del desarrollo del individuo (por ejemplo, la maduración de determinadas formaciones morfológicas en la edad primera, la particularidad de la reestructuración del organismo en la adolescencia, etc.). Las condiciones exteriores que determinan las particularidades de la edad, no actúan sobre el individuo directamente. Objetivamente, unos mismos elementos del medio influyen de modo diferente sobre cada individuo, según las propiedades psicológicas desarrolladas a través de las cuales se refractan. El conjunto de estas condiciones externas e interiores determinan lo específico de la edad, y la variación de la relación entre ellas condiciona la necesidad y las particularidades del paso a las siguientes etapas.

    Según Petrovsky (1988) la edad se caracteriza por las particularidades de las condiciones de vida y las exigencias que se plantean al individuo en cada etapa de su desarrollo, por las particularidades de sus relaciones con los que le rodean, por el nivel de desarrollo de la estructura psicológica de su personalidad, por el nivel de desarrollo de sus conocimientos y de su raciocinio, y por el conjunto de particularidades fisiológicas determinadas.

    Rodionov (1990) plantea que el deportista capaz se destaca por un conjunto de cualidades físicas y psíquicas, el alto nivel de las cuales determina la efectividad de la actividad deportiva. Este conjunto no es estático: en su seno son posibles el desarrollo irregular y las compensaciones que encuentran su expresión en diferentes correlaciones cualitativas y cuantitativas de algunas funciones. En particular, es eso lo que explica poca semejanza en el carácter de actuación de los deportistas que son, más o menos, de la misma clase y edad, incluso cuando la efectividad de dicha actuación es igual.

    Las referencias aportadas por los psicólogos han conformado la base para que un determinado grupo de especialistas de renombre internacional en la esfera del Entrenamiento Deportivo, establezcan fuertes nexos entre los elementos Edad y Formación Deportiva.

    Para Mishev, Kaitmazova, Jinchuk y Ozolin (1964), al elaborar un plan a largo plazo se debe esbozar el cuadro general del entrenamiento de muchos años, determinar sus orientaciones fundamentales, sus objetivos, tareas y medios fundamentales año por año. Al hacerlo hay que partir de cuatro factores primordiales: en primer lugar, de los años que, como promedio, harán falta para un entrenamiento regular, orientado a alcanzar la maestría deportiva en la especialidad practicada; en segundo lugar, de la edad en la cual, habitualmente se alcanzan los resultados superiores; en tercero, del nivel de preparación y de las capacidades naturales del alumno, y por último de la edad en que empezará el entrenamiento especial.

    Según Bee et al. (1975), el rendimiento motor se incrementa con la edad a medida que el cuerpo crece.

    Filin y Fomin (1980) plantean que los tiempos de desarrollo de las diferentes cualidades físicas no son iguales y alcanzan su máximo esplendor en diferentes períodos de edades.

    Para Rodríguez (1980) se recomienda estructurar correctamente el entrenamiento en las primeras edades debido a la disminución del promedio de edad para los altos progresos deportivos en la mayoría de los deportes.

    Vitor Da Fonseca (1984) plantea que la regulación y el control del desarrollo motor es alcanzado a través de los tiempos, es a su vez, condición a nivel ontogenético.

    Según Platonov (1986), la tendencia actual que se observa en la práctica deportiva, manifiesta en la intensificación de la preparación de atletas de alto rendimiento, encaminada a la creciente participación en competencias relevantes, ha traído consigo que algunos entrenadores en la preparación de jóvenes deportistas, introduzcan los medios y métodos más fuertes de entrenamiento moderno, que se aplican durante la preparación de maestros de edad superior. Lo anterior deriva en la pérdida de la perspectiva en alcanzar altos resultados en la edad óptima.

    Harre (1987) plantea que otro punto de partida para la división del proceso de entrenamiento a largo plazo es el período de alto rendimiento, que se define como el período de edades en el cual un deportista posee las mejores condiciones biológicas para alcanzar los máximos rendimientos deportivo.

    Para Forteza y Ranzola (1988) los planes de entrenamiento perspectivo a largo plazo, se conforman para varios años, en dependencia de la edad del deportista y de su nivel de preparación, en el mismo se determina por años, las tareas y los medios de la preparación. El objetivo principal de estos planes se concentra en el logro de altos ritmos en el crecimiento de la maestría deportiva, hasta el nivel de las exigencias actuales. La edad para el comienzo de la especialización deportiva, y el tiempo necesario para la obtención de los máximos resultados, son los puntos de partida fundamentales para la elaboración de estos planes.

    Para Zatsiorski (1988) la ontogénesis es la variación de los movimientos y de las posibilidades motoras, las cuales alcanzan su máximo en la juventud y disminuyen gradualmente a medida que se acercan a la senectud.

    Según Ozolin (1988) no es erróneo considerar la edad de los deportistas, en el año de su participación en los Juegos Olímpicos y de despliegue de los mejores resultados mundiales, lo cual evidencia, en gran medida, que se ha alcanzado el nivel de mayores posibilidades en relación con el deporte que se práctica. Estos datos tienen un carácter orientado.

    Saltnikov, Kimietsha y Nikitiuk (1989) plantean que la exactitud del pronóstico de los resultados deportivos puede incrementarse, cuando se tienen en cuenta los ritmos de incremento de las capacidades motrices, relacionados éstos a las diferentes maduraciones biológicas y mentales en determinados períodos de edades.

    Según Volkov (1989), el entrenamiento deportivo es un proceso de muchos años. Para asegurar un crecimiento exitoso de la maestría del atleta es necesario saber las leyes de la dinámica de sus resultados según la edad. Únicamente en este caso se puede planificar de manera racional el entrenamiento de muchos años y colocar oportunamente al deportista en la órbita de rendimientos superiores.

    Para Filin (1989), para poder pronosticar el futuro deportivo de una persona y su adecuada planificación es importante conocer la edad en que se alcanzan los máximos resultados deportivos en cada modalidad deportiva. Esta edad, posteriormente debe relacionarse con las etapas de maduración de las diferentes cualidades, condicionales y coordinativas y con las previsiones de futuro para cada modalidad y así poder planificar el proceso de entrenamiento a largo plazo.

    Para Platonov (1995) durante la formación deportiva existen diferentes objetivos didácticos (objetivos parciales), tareas y contenidos del entrenamiento para el atleta principiante, el avanzado y el facultado. Esta situación es común para todos los deportes; por el contrario lo que resulta ser diferente en cada uno de los deportes, debido a sus particularidades específicas es la edad en que se comienza el entrenamiento y en la que empieza a desarrollarse el alto rendimiento, también es diferente la duración del desarrollo de altos rendimientos deportivos y por consiguiente, también la edad en que terminan determinados períodos de formación.

    Según Sargeant (1995) la fuerza tanto isométrica como en forma de potencia muscular disminuye con la edad, debido fundamentalmente a una pérdida de masa muscular (atrofia) y por incapacidad del músculo de generar la fuerza de manera normal. También la potencia disminuye por una disminución de la velocidad de contracción de los músculos.

    Ortiz Cervera (1996) plantea que un programa de fuerza adecuado en edades puberales aumenta la densidad de la masa muscular ósea.

    Esta interrelación favorece notablemente los procesos de planificación y control de la preparación deportiva con carácter perspectivo o a largo plazo, ya que permite observar más profundamente el comportamiento de todo el sistema de entrenamiento, caracterizando a su vez cada etapa de la Formación Deportiva conjuntamente con el período de edades por el cual se encuentra transitando el deportista. Todo esto tiene un fin bien marcado la obtención de un rendimiento - resultado de máximo nivel en el período de edades considerado como óptimo, de acuerdo a las particularidades del deporte que se práctica.

    El no - cumplimiento de esta orientación provocaría un desfasaje en la dinámica de rendimientos por edades de los deportistas, colocándolos de esta forma a la zaga con relación a este particular, en comparación con el comportamiento de los mejores exponentes mundiales de su modalidad. En este sentido la labor del entrenador es fundamental, sobre todo la relacionada a la selección y aplicación de los métodos para el desarrollo de las capacidades físicas fundamentales, en correspondencia con las posibilidades reales desde el punto de vista orgánico de las que dispone el deportista, relacionadas éstas al período etáreo por el cual se encuentra transitando el mismo, pues si éstos son importantes, lo es aún más la durabilidad del deportista, importancia que se ve reforzada sí se tiene en cuenta la tendencia actual que de forma generalizada conduce a la especialización deportiva cada vez más temprana, trayendo consigo un acortamiento en la vida activa del deportista, ya que la mencionada especialización en forma anticipada lleva implícito la utilización de medios especiales que generalmente van acompañados de una notable exigencia en lo que a intensidades de trabajo se refiere para lo cual en muchos casos el organismo del deportista joven no se encuentra biológicamente preparado al no haber experimentado la maduración de está índole.

    Respecto a esto último, considero oportuno insistir en un llamado de alerta:

    La obtención de altos rendimientos - resultados deportivos, no puede significar de ninguna manera una agresión irracional a la salud física y mental del deportista.

    A modo de conclusión, somos de la opinión que la variable edad, independientemente de su clasificación, se constituye en uno, sí no en el elemento de mayor importancia para la concepción coherente del complejo y prolongado Proceso de Formación Deportiva, el mismo que dada su importancia debe ejercer certeros mecanismos de control sobre ésta, en correspondencia con las garantías que ofrece la mencionada variable en favor de la efectividad del referido proceso y en particular en cuanto a la preservación de la calidad de vida del deportista.

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