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La diabetes y el ejercicio físico

 

Licenciado en Educación Física

Profesor de Educación Física de Secundaria

en el IES Punta del Verde de Sevilla

José María Latorre Muela

heliopolis15@telefonica.net

(España)

 

 

 

Resumen

          En este artículo se trata el tema de la diabetes, ¿en qué consiste esta enfermedad?, ¿qué tipos de diabetes hay?, ¿cómo se diagnostica?, ¿por qué falla el páncreas en el diabético?, que tipo de ejercicios son los recomendables para una persona diabética y que beneficios y efectos adversos puede tener a la hora de realizar ejercicio físico.

          Palabras clave: Diabetes. Ejercicio físico

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 136 - Septiembre de 2009

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    Antes de hablar de la diabetes y su relación con el deporte, y para poder comprender bien en qué consiste esta enfermedad, debemos conocer algunos conceptos básicos, que pasaré a explicar.

    Las sustancias que habitualmente conocemos como alimentos están formadas por distintos componentes denominados nutrientes. Los principales son los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Cada nutriente puede ser representado por una cadena. Estos alimentos lo masticamos y con la acción de la saliva, empiezan a romperse las cadenas que lo componen. Una vez tragado, el alimento llega al estómago, donde continúa la rotura de cadenas en trozos más pequeños. Cuando los alimentos están casi digeridos pasan al intestino, donde culmina la separación de los eslabones de las pequeñas cadenas que quedaban. Todos ellos tienen un tamaño tan pequeño que atraviesan sin dificultad la pared intestinal para pasar a la sangre. Pues bien, uno de estos nutrientes, los hidratos de carbono, cuando la cadena se descompone en eslabones sueltos, dan lugar a una sustancia fundamental para el organismo denominada glucosa.

    La glucosa es utilizada por todas las células del organismo como combustible y de ella depende su buen funcionamiento. Se podría decir que la glucosa es para el cuerpo humano como la gasolina para el coche. Para poder cumplir esta misión es preciso que la glucosa penetre en el interior de las células de los diversos órganos (corazón, pulmones, cerebro, etc.), por lo que necesita una llave que abra las puertas de las células. Esta llave es la insulina.

    La insulina es una hormona que se fabrica en el páncreas, una glándula situada en la parte izquierda el abdomen, detrás del estómago. Esta hormona es segregada por el páncreas, cuando el organismo detecta glucosa en la sangre, para que pueda entrar en las células y estas se puedan alimentar. Este sistema funciona con equilibrio perfecto, para que, por un lado, todas las células estén bien alimentadas y, por otro, la sangre mantenga unos niveles de glucosa que se consideran normales: entre 60 y 110 mg/dl antes de las comidas y hasta 140 mg/dl dos horas después de estas.

    Así pues, para mantener las cifras de glucosa dentro de los límites normales, la cantidad de insulina que ha de segregar el páncreas será proporcional a los hidratos de carbono ingeridos en las comidas. La alteración de este equilibrio da lugar a la enfermedad conocida como diabetes.

    El glucógeno es la forma en que la glucosa está almacenada, siendo una reserva de energía de organismo, formada por muchas unidades de glucosa unidas entre sí, listas para ser utilizadas en aquellos periodos de tiempo en los que o no comemos o consumimos mucha energía, por ejemplo hacer ejercicio físico. Esta reserva de energía es almacenada en el hígado.

¿Qué es la diabetes?

    Es una enfermedad en la que se produce una mala utilización de los azúcares (hidratos de carbono) como consecuencia de una falta de insulina.

Tipos de diabetes

    Hay dos tipos de diabetes:

  • Diabetes mellitas tipo 1

  • Diabetes mellitas tipo 2

Diabetes mellitas tipo 1

    Este tipo de diabetes, que generalmente aparece en personas jóvenes, se presenta cuando las células beta del páncreas, las que producen la insulina, son destruidas por el propio organismo.

    El tratamiento consiste en que el paciente se inyecte varias veces al día la cantidad de insulina adecuada a su situación.

Diabetes mellitas tipo 2

    En este tipo de diabetes el páncreas sí es capaz de producir insulina, a veces incluso en exceso. El problema se encuentra en las cerraduras de las puertas de las células, que están estropeadas, lo que hace que la insulina, que es la llave, las abra con dificultad. Por eso el tratamiento adecuado en estos pacientes no consiste en administrar insulina, sino en arreglar las cerraduras estropeadas.

    ¿Cómo se pueden arreglar las cerraduras de las células? Muchas veces están alteradas por motivos de obesidad. En este caso con una dieta adecuada y ejercicio físico suficiente para perder peso la cerradura se arregla y la insulina – la llave – puede abrir la puerta con facilidad. A partir de ese momento, el organismo vuelve a funcionar correctamente, los niveles de glucosa en sangre se normalizan y desaparece la diabetes.

    Pero otras veces no es suficiente sólo con seguir una dieta y hacer ejercicio físico, sino que es preciso tomar unos comprimidos llamados antidiabéticos orales.

Diagnóstico de la diabetes

    Lo primero que puede llamar la atención es que la persona a pesar de comer mucho adelgaza. En otras ocasiones, aunque menos frecuente la persona pierde apetito y también adelgaza. También orinará y beberá mucho. Y además se encontrará más cansado de lo habitual, pudiendo incluso producirse cambios de carácter, volviéndose mas irritable.

    Si esta persona, con algunos de los síntomas mencionados anteriormente tiene la posibilidad de realizar un control de glucemia y supera los 200 mg/dl en cualquier momento del día se puede afirmar con seguridad que tiene diabetes mellitas.

¿Por qué falla el páncreas en el diabético?

    A esta pregunta en el momento actual no se puede responder con exactitud. Sin embargo, se supone que existen una serie de factores combinados entre si:

  • Factor genético: Una predisposición de la persona que hereda la posibilidad de ser diabética.

  • Factor ambiental: Especialmente las infecciones producidas por virus que van a lesionar el páncreas.

  • Factor auntoinmune: Una agresividad del propio organismo que lesiona el páncreas.

El ejercicio físico en las personas diabéticas

    El ejercicio físico junto a una dieta y la insulina son los pilares básicos del tratamiento de la diabetes.

    La actividad física es útil y necesaria para todas las personas, pero sobre todo para el niño y el adolescente diabético.

    Los beneficios del ejercicio físico son:

  1. Disminuye los niveles de glucemia durante y después del ejercicio.

  2. Disminuye los requerimientos de insulina al mejorar la sensibilidad.

  3. Aumenta el gasto calórico.

  4. Mejora el perfil lipídico.

  5. Disminuye los factores de riesgo cardiovascular.

  6. Mejora la sensación de bienestar.

  7. Puede favorecer la integración social.

    El trabajo muscular provoca un aumento de las necesidades energéticas. La energía que se necesita durante el ejercicio se obtiene de la glucosa y la sangre. Las fuentes de energía se encuentran en los músculos, el hígado y la grasa corporal.

    En una primera fase a los 5-30 minutos de iniciar el ejercicio se utiliza la glucosa que tiene el músculo y la circulante en la sangre.

    En una segunda fase pasados los 30 minutos se recurre a las reservas de glucosa almacenada en el hígado.

    En una tercera fase a los 60-90 minutos ya se han agotado las reservas de glucosa y se obtiene la energía de las grasas. En los niños y adolescentes diabéticos que no tengan suficiente insulina esta alteración se iniciará mucho antes, apareciendo hiperglucemia.

    Antes de realizar el ejercicio hay que tener una serie de precauciones:

  1. Es necesario valorar como está la glucemia antes de iniciar el ejercicio.

  2. Plantearse el tipo de ejercicio a realizar, la insulina y la alimentación previa.

  3. Hay que poner la insulina previa al ejercicio fuera del área que va a ser activada durante este. Por ejemplo en los brazos si se va a correr o el abdomen si es natación.

  4. El ejercicio permite que la glucemia descienda, cuando se practica, repercutiendo hasta 12-24 horas después de haberlo realizado.

    Además de tomar precauciones hay que saber que no todo son beneficios, sino que también tiene efectos adversos sobre el control metabólico. Estos son:

  1. Posibilidad de aparición de hipoglucemia precoz y/o tardía hasta 24 horas después de practicarlo.

  2. Hiperglucemia inducida por el ejercicio: en el niño diabético la respuesta al ejercicio intenso e inhabitual es anormal y puede producir hiperglucemia.

  3. Hiperglucemia y cetosis, especialmente en niños con déficit de insulina o mal controlados.

    Los tipos de ejercicios aconsejados para practicar a las personas diabéticas son los de baja resistencia (aeróbica) porque favorecen la circulación sanguínea periférica, mejorando la oxigenación y nutrición de todas las células. Ejemplo: “footing”, bicicleta, natación, fútbol, saltar a la cuerda, etc.

    No son aconsejables los ejercicios de alta resistencia (anaeróbica) porque disminuyen la oxigenación de los tejidos en actividad y aumentan la tensión arterial. Ejemplos: culturismo, levantamiento de pesas, etc. Y aquellas en la que un desvanecimiento por un descenso de la glucemia podría ser fatal como los deportes de motor, el alpinismo de gran altura, el paracaidismo o el windsurfing. También se deben descartar (por el riesgo asociado de lesión vascular) los deportes con traumatismos violentos y repetidos como kárate, taekwondo o boxeo. En el caso del submarinismo, está permitido siempre que salgan con un compañero adiestrado para actuar ante una hipoglucemia.

    Para que el ejercicio sea más eficaz precisa ser:

  1. Diario o a días alternos

  2. Regular es decir: a la misma hora, intensidad y duración

  3. Aeróbico, no debe llegar al agotamiento

  4. Debe ser estimulante y divertido (se consigue mejor en grupo que individualmente)

    Si se práctica algún tipo de ejercicio poco habitual, conviene que se sigan una serie de consejos:

  1. Es bueno realizar el deporte en compañía.

  2. Es deseable realizar deportes que permitan establecer duración e intensidad para valorar el gasto energético y poder modificar el tratamiento.

  3. Cada diabético debe aprender a conocer los cambios de glucemia con determinados ejercicios y de esta manera poder ajustar el tratamiento. La modificación de la insulina y la ingesta en cada ejercicio debe ser controlada.

  4. El ejercicio debe realizarse preferentemente tras la ingesta de alimentos (hidratos de carbono).

    A pesar de todo, como se ha visto anteriormente, llevando una planificación adecuada los diabéticos pueden practicar actividades físicas sin ningún tipo de problema. En los Juegos Olímpicos de Sydney se volvió a demostrar que los deportistas diabéticos ya no compiten con desventajas insalvables ante sus rivales. El llamativo caso del británico Steve Redgrave, diabético insulinodependiente, que obtuvo en tierras australianas su quinta medalla de oro olímpica en remo ha servido para derribar los últimos mitos existentes en torno a la incapacidad de los diabéticos para el deporte de alto nivel.

    Redgrave no fue el único deportista diabético que triunfo en Sydney. Además de este remero de 38 años –que se inyecta insulina seis veces al día–, Gary Hall un deportista estadounidense que padece la misma enfermedad se adjudico la medalla de oro en natación, precisamente en la prueba más corta de las que se disputan en la piscina.

    En España del millón y medio de diabéticos que existen, aproximadamente el 10% presenta diabetes tipo 1 (necesitan inyectarse insulina a diario). La recomendación del ejercicio llevada a cabo por los endocrinólogos ha contribuido a un espectacular aumento en la actividad deportiva de los jóvenes diabéticos en nuestro país y a un cambio radical en la mentalidad de los enfermos.

Bibliografía recomendada

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