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Génesis del karate (I)

 

Maestro, especialista en Educación Física

por la Universidad Complutense de Madrid

Licenciado en Antropología Social y Cultural por la UCM

Estudiante de Ciencias de la Actividad Física y Deporte

por la Universidad de Alcalá de Henares

Doctorando en Antropología Social y Cultural por la UCM

Emilio Franco Serrano

efrancoserrano@yahoo.es

(España)

 

 

 

Resumen

          Este trabajo aborda los antecedentes, así como los inicios, que forjaron las estructuras prístinas del Karate-do. Además se aportan algunos datos sobre las influencias que permitieron estructurar dicho método de combate, evolucionado con posterioridad a deporte de combate y que aspira a ser incluido en las competiciones olímpicas. 

          Palabras clave: Deportes de lucha o combate. Kempo. Toudi. Karate. Ryu-kyu. Okinawa

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 133 - Junio de 2009

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1.     Introducción

    Parece lógico pensar que los sistemas de combate sin armas se han podido desarrollar en cualquier punto del planeta de forma imprevista, al menos en una primera instancia, aunque por los logros posteriores conseguidos ha tenido que existir una reelaboración de sus técnicas para conseguir la funcionalidad de la que disfrutan.

    Por definición, un método de combate sin armas representa un modo sistemático e ingenioso de emplear el cuerpo humano en combate a fin de lograr los mismos objetivos estratégicos que pueden obtenerse mediante el uso de armas.

    Cuando un neófito hace referencia al sistema de combate llamado Karate lo primero que piensa es que es un arte marcial cuyo origen está situado en el antiguo Japón. Nada más peregrino y falso, al menos en parte, ya que como veremos más adelante el Karate, como actualmente lo conocemos, tiene su origen en diversas fuentes y culturas, y las prístinas no se encuentran en el país del Sol Naciente.

    A diferencia de las demás artes marciales propias de Japón, este sistema de combate posee una génesis propia y diferente, mientas que el resto tienen unas fuentes y maestros propios de las islas niponas. Esto se debe a que los lugares donde se desarrolló inicialmente las técnicas de combate no pertenecían a las estructuras políticas y geográficas propias del estado japonés.

    Los primeros métodos de lucha japonesa parecen indicar que originalmente la lucha incluía, cuando no consistía enteramente, terribles golpes propinados con todas las armas anatómicas disponibles. Esto puede recordarnos al Pancracio de la antigua Grecia, que se hizo famoso en todo el mundo helenístico.

    Estas técnicas de percusión o golpeo, bajo el nombre de atemi-waza, han continuado ocupando una posición de cierta importancia en las principales derivaciones del bujutsu sin armas, al menos en sus versiones modernas (Jujutsu, Judo, Aikido...), aunque ritualizado en gran medida. Sin embargo, esta posición se ha vuelto claramente secundaria en las aplicaciones modificadas en estos tres sistemas de combate, es decir, como ejercicios de actividad física o coordinación, como formas de autodefensa limitada y como deportes de lucha regulados.

    No obstante, en el autentico combate para defender la vida, cuando se suma el dominio en atemi-waza a un conocimiento de técnicas de lanzamiento, estrangulación o dislocación, el experto en cualquiera de estas artes se convierte en un luchador indómito con un gran abanico de posibilidades estratégicas a su disposición. Por consiguiente, es lógico percibir la importancia ocupada por el atemi-waza en las antiguas escuelas, a partir de las cuales derivaron las versiones modernas de estas artes: en las formas antiguas de Jujutsu practicadas en el Japón feudal y en el igualmente antiguo Aikijujtsu practicado por luchadores profesionales de todas las clases sociales y, en particular, por los guerreros (bushi) del Japón feudal.

    Hoy en día, las atemi-waza del bujutsu sin armas, casi nunca se estudian, ni practican, por sí solas en Jujutsu, Judo y similares. En lugar de ello, generalmente forman parte de un programa de instrucción que parece poner mayor énfasis en las técnicas de combate que pretenden lanzar al oponente contra el suelo, inmovilizarlo vertical u horizontalmente, con técnicas de estrangulamiento o de dislocación anatómica. Como técnicas que solas y por sí mismas pueden lograr el propósito principal del combate (sometimiento del oponente), las formas de atemi-waza, quienes las practican con mayor asiduidad son los estudiantes del sistema de combate conocido como Karate.

Programa de Instrucción en Karate

Técnicas de ataque y contraataque

Con las manos y los brazos

Golpes directos (tsuki-waza)

Golpes indirectos (uchi-waza)

Con los pies y las piernas (keri-waza)

Técnicas de defensa

Bloqueos (uke-waza)

Evasiones (kawashi-waza)

Otras técnicas

Inmovilización (katame-waza)

Luxación (kangetsu waza / osae waza)

Barridos y proyecciones (nage waza)

Estrangulaciones (shime waza)

Control del adversario (gyaku waza)

Ejercicios formales (kata)

Combate (kumite)

2.     Un origen remoto

    La evolución de las artes marciales, ya sea de una forma civil o militar, de Okinawa se vio moldeada por diversos factores antropológicos e históricos. Para comprender cómo el Karate se convirtió en el arte que es hoy se necesita conocer algo de la historia, la cultura y la sociedad de Okinawa.

    Desde tiempos inmemorables, además de ser expertos en el manejo de la espada, la lanza, el arco y la caballería, los guerreros de Okinawa contaban con una forma primitiva de combate cuerpo a cuerpo sin armas, que incluía golpes, patadas, llaves rudimentarias y maniobras evasivas que les permitían someter a sus adversarios, incluso cuando quedaban desarmados.

    Okinawa está situada aproximadamente a mitad de camino entre la costa meridional de Japón y la costa oriental de China. El lugar geográficamente privilegiado del reino de la isla de Okinawa, llamado entonces Ryu-kyu, instauró unos florecientes intercambios comerciales y culturales con China durante el período Gen (1260-1368); cuatro años después, y ya en el periodo Ming (1368-1644), el emperador chino Hong Wu envía al embajador Yang Zai a la corte okinawense del rey Satto. Unos pocos años después, en 1372, se confirma un acuerdo de reconocimiento en calidad de súbditos por parte los habitantes de Ryu-kyu:

  • El pequeño país seguiría las indicaciones políticas del grande.

  • El emperador de China habría designado al mandatario del reino de Ryu-kyu.

    Este acuerdo se consagró con una ceremonia acorde con los rituales chinos, aceptado por ambas partes y respetado largamente hasta la restauración imperial en Japón, mediante la etapa Meiji.

    La condición de Okinawa, tributaria de China, comprendía también el acuerdo para enviar a jóvenes a estudiar al continente, de forma que pudiesen conocer la cultura china y llevarla a su patria. Es probable que existiese un programa de ejercicios lúdicos y de entrenamiento en sistemas de combate a manos desnudas, así como con armas. Estos estudios se desarrollaban en varias sedes, las más importantes estaban ubicadas en Nanking, Shanghai, Fuzhou y Beijín. Cada estudiante disponía de un asistente o acompañante que, durante el viaje o la residencia, debía protegerlo de las posibles adversidades. En un principio, se prefirió enviar a China a los hijos de los nobles, pero más tarde se dirigió hacia muchachos de inferior extracción social, siempre que hubieran demostrado poseer una inteligencia notable.

    La dinastía Ryu-kyu envió barcos cada dos años con delegaciones de nobles a China continental hasta 1874. Estos navíos contenían preciosos tributos para la corte imperial.

    Por lo que podemos inferir la relación e influencia cultural, social, política y comercial que ejerció el Imperio Chino sobre el reino de Ryu-kyu no fue baladí, llegando a ser total cuando el intercambio se efectuó en el sentido contrario y emigrantes artesanos chinos se desplazaron, en 1392, a la isla de Okinawa para desarrollar sus actividades, ubicándose en la aldea de Kume; o asesores y oficiales chinos, en delegación oficial cada dos años, fueron enviados por la corte imperial para ayudar a la aristocracia okinawense. Aún en 1609, cuando el clan Satsuma procedente del sur de Japón, invadió las islas Ryu-kyu siguiendo las indicaciones del recién ascendido Shogún Tokugawa, continuó existiendo esta dependencia de la cultura y el poder chino. Las delegaciones chinas fueron enviadas regularmente a Okinawa hasta 1866.

    Entre los delegados había muchos maestros de kempo chino (gong fu o kung fu), junto con otras personas cualificadas. Durante su estancia en Shuri y Naha, los maestros de kempo chino enseñaron su arte a la nobleza de Ruy-kyu, así como a algunos miembros de otras clases sociales.

3.     Teorías sobre el desarrollo del karate

    Existen cuatro teorías, principalmente, para explicar el desarrollo del Karate, y son las siguientes:

  • Las tradiciones de lucha sin armas fueron desarrolladas por campesinos.

  • Las artes de lucha de Okinawa recibieron la influencia, en primer lugar, de las artes chinas, que fueron enseñadas por las llamadas “Treinta y seis familias” de inmigrantes chinos, que se asentaron en el pueblo de Kuninda (también conocido como Kume), en el siglo XIV.

  • La relación con la prohibición de portar armas, en 1507, ordenada por el rey Shin Sho, que condujo a que los campesinos y propietarios de tierras se vieran en la necesidad de establecer medios eficaces para defender su integridad, así como sus propiedades.

Corte del rey Shin Sho

  • Los sistemas de combate sin armas fueron desarrollados, en primer lugar, por personas encargadas de la seguridad doméstica y el mantenimiento de la ley, a los cuales no se les permitía llevar armas, después de la invasión de Okinawa por el ejército de Satsuma en 1609.

4.     Influencias chinas en el desarrollo del karate

    Parece ser que fue en el año 607 d. C. cuando ocurrió el primer contacto de Okinawa con los chinos, pero al no comprender el idioma correctamente, por parte de los enviados chinos, de Okinawa, regresaron a su tierra sin poder establecer un acuerdo comercial estable. Como se ha mencionado anteriormente, no fue hasta el año 1372, en la dinastía Ming, cuando el emperador Hong Wu envió a un representante personal, Yang Zai, al reino de Chuzan, el más importante de los tres reinos rivales de la isla de Okinawa, para poder establecer una alianza tributaria.

    Tras desembarcar en el puerto de Maki durante el reino de Satto (1350-1395) el enviado imperial hizo una apasionante descripción de la omnipotencia del Imperio Chino. Seguidamente Yang Zai recomendó que Chuzan se convirtiese en colonia tributaria e hiciese las preparaciones para acomodar a los enviados chinos.

    El rey Satto, y su reino, ya habían disfrutado de un comercio limitado, aunque sin autorización imperial, con la provincia de Fujian, por lo que aprovechó la oportunidad que se le presentaba y aceptó la petición del representante de los Ming. El hermano del rey, Maki, como enviado especial del reino de Chuzan, condujo a la Corte Imperial el tributo, donde se ratificó ritualmente el acuerdo.

4.1.     Los Bin Yin (Las Treinta y seis familias)

    Fue en Kuninda, distrito de Naha, y en 1393, cuando se estableció permanentemente una misión china, los Bin Yin. A este hecho importante, actualmente, se le conoce como las Treinta y seis familias. Esto demuestra cómo fueron transmitidas por primera vez las tradiciones de combate chinas en Okinawa.

    Cuando se tradujo el Informe Takanoya (1896), al inglés, proporcionó una valiosa información:

    “... El pueblo de Kume... fue fundado en 1393 por inmigrantes de China y sirvió de lugar de residencia para los diplomáticos chinos y era donde los nobles de Okinawa podían aprender la lengua y las costumbres chinas. Las relaciones formales con China duraron desde 1372 hasta la adhesión japonesa de las Ryukyu en la década de 1870; la última misión tributaria de Okinawa fue enviada a China en 1873. Durante cinco siglos Kume sirvió como centro de transmisión cultural china en las Ryukyu. Los jóvenes de Okinawa se educaban en hablar y escribir la lengua china en Kume; los que sobresalían eran aceptados para educarse en la capital de China y recibían subvenciones del gobierno chino. El enriquecimiento de la cultura okinawense a través de Kume fue excepcional...” 

    Al asentamiento de Kume (Kuninda) se le ha venido a llamar la ventana de Okinawa a la cultura china. Nos parece más que probable que junto con las formas culturales antes mencionadas, también los sistemas de combate chinos fueron introducidos en la isla de Okinawa

4.2.     Los Ryugakusei

    Gracias a la anteriormente mencionada alianza tributaria de Okinawa con el Imperio Chino un gran número de uchinanchu ryugakusei, o estudiantes de intercambio, hicieron largas y numerosas peregrinaciones por diversas partes de China; por supuesto para recibir instrucción y educación en cultura china.

    No sólo Okinawa, Japón también buscó conocimientos culturales en China a cambio de tributos especiales enviando a sus kentoshi, o enviados especiales del emperador nipón. Acompañados de séquitos de proporciones muy considerables, entre los años 630 y 894, realizaron dieciséis viajes al Imperio Chino en busca de conocimientos y tecnología para poder mejorar y hacer avanzar a su propia sociedad.

    Los centros donde se formaron tanto los ryugakusei, como los kentoshi, fueron Nanking, Shanghai, Fuzhou y Beijín, para luego regresar a sus lugares de origen con estos valiosos conocimientos. Y es más que probable que estos estudiantes aprendieran algún sistema de combate chino, como hicieran años más tarde algunos maestros del karate primitivo de Okinawa.

4.3.     Los Sapposhi

    Los enviados especiales del emperador, los sapposhi, fueron la influencia cultural más profunda y directa que realizó China en las islas Ryu kyu. Viajaban a los lugares más remotos del los dominios del emperador, portando y transmitiendo comunicaciones, nombramientos, correspondencia y despachos imperiales, y regresando con informes sobre la situación requerida.

    Por petición de los mandatarios de las islas Ryu Kyu, los sapposhi fueron emplazados y enviados en más de veinte ocasiones, durante un periodo de quinientos años. Estos funcionarios permanecían entre cuatro y seis meses e iban acompañados de un séquito de cuatrocientas o quinientas personas, que incluían expertos en sistemas de combate y especialistas en seguridad.

    La reforma política de los gobernantes de Okinawa en varias ocasiones, así como el mandato oficial japonés, al invadir el clan Satsuma, prohibiendo le tenencia y almacenamiento de todo tipo de armas, incluyendo el funcionariado oficial, provocó la adopción de los sistemas de combate, con y sin armas, chinos.

5.     Influencias japonesas en el desarrollo del karate

    En el siglo X, en las islas mayores japonesas, se produjeron luchas generalizadas por el poder militar, forzando a algunos aristócratas (daimyo) indiferentes a buscar refugio bajo la protección de aliados más poderosos o el traslado a provincias fronterizas. Varios viajaron a las islas vecinas, incluyendo el archipiélago de las Ryukyu.

    Al llegar con personal de seguridad fuertemente armados, los daimyo japoneses, eran venerados y terminaban por contratar los servicios de algunos guerreros locales. El lógico resultado fue que las tradiciones de combate japonesas propias del periodo Heian (794-1185) fueron introducidas a los uchinanchu (habitantes del archipiélago de las islas Ryukyu); incluyendo la lucha sin armas, la esgrima y el manejo del arco, la alabarda y la lanza.

    Es famosa la descripción que se hace en las Crónicas de la Guerra Hogen (Hogen Monogatari) de un guerrero feroz, corpulento y muy fuerte, llamado Tametono. Este bushi llego a las islas Ryu kyu, después de estar recluido en la isla de Oshima por el clan Taira, al ser vencido por sus rivales. Este guerrero logró casarse con la hermana de un importante aristócrata okinawense. Tuvieron un hijo llamado Shunten, que se convirtió en el aristócrata más importante de Okinawa y fundo una dinastía propia, logrando perpetuar las tradiciones de combate introducidas por su padre y sus bushi.

    Por entonces las islas Ryu kyu estaban divididas en tres pequeños reinos, y las disputas territoriales continuaron hasta que Hashi Sho unificó los tres territorios rivales y formó un gobierno centralizado en 1429. Más tarde, fue Shin-O Sho, en 1507, el que dio por acabado el feudalismo en el reino de las islas Ryu kyu al promulgar la Ley de las Once Distinciones. Este decreto incluía la prohibición de posesión privada de armas y su almacenamiento. Este hecho parece importante, ya que es a partir de este momento cuando los uchinachu comenzaron a cultivar intensamente un método propio de combate sin armas.    

    Por otro lado, y años más tarde, en febrero de 1609, el clan Satsuma comenzó la campaña militar contra el reino de las islas Ryu kyu. En mayo alcanzaron sus objetivos, tomando el castillo de Shuri, haciendo dimitir al rey Nei Sho. El control del clan Satsuma, y por tanto del shogunato Tokugawa, de Okinawa duraría casi tres siglos, hasta 1879, cuando abdicó el rey Tai Sho y el archipiélago se convirtió en prefectura del imperio japonés.

    Durante los 270 años de ocupación japonesa evolucionaron diversas tradiciones de lucha, algunas de las cuales aplicaban los principios de combate de herramientas domesticas: es el llamado kobudo.

    Durante este periodo algunos funcionarios okinawenses viajaron a las tierras originales del clan Satsuma, formándolos en los métodos de combate de los samuráis de Satsuma (Jigen-ryu ken-jutsu).

6.     Antecedentes al karate: el toudi (tote)

    Etimológicamente, los ideogramas originales de estas tradiciones de combate sin armas, propias de Okinawa, significaban la mano china. El primer ideograma se puede pronunciar tou o kara, representando a la dinastía china Tang (618-907), que posteriormente vino a representar a la propia China, y el segundo ideograma que significa mano, se pronuncia te o di.

    Existen evidencias de que los maestros de Karate hasta la Segunda Guerra Mundial se referían al Karate como toudi. Todo esto nos hace inferir sobre la influencia, y el gran alcance a través del tiempo, de la cultura china en los diferentes estadios políticos y culturales de las estructuras de la sociedad okinawense.

    Por otro lado, queremos indicar que este toudi no poseía un corpus técnico, ni espiritual o moral, uniforme y estricto. El poseer fuentes diversas, transferencias culturales y filosóficas heterogéneas, así como cosmologías múltiples, ha hecho que se dibujase un crisol de posibilidades variadas. Todo esto se traduce en tres formas de trabajo técnico diferenciado en áreas concretas del territorio okinawense.

    Dependiendo de las enseñanzas o transferencias de los maestros, sus escuelas, o líneas de trabajo, podemos señalar las siguientes:

  • Shuri-te; desarrollado en el área del castillo de Shuri, sede de los gobiernos propios de los reinados de las islas Ryukyu, así como de todos los funcionarios y aristócratas adecuados al estado de Okinawa. No sólo en sus áreas físicas, sino también el área lógica de estas clases sociales.

  • Naha-te; desarrollado en el área propia de la capital de la isla principal del archipiélago de las Ryukyu. Practicado principalmente por las clases medias sociales, así como algunos individuos imbuidos en sus círculos familiares, aunque no pertenecientes a sus familias.

  • Tomari-te; desarrollado en el área del puerto natural y principal de Okinawa, y practicado por todo tipo de personas que frecuentan dichos ambientes. La tradición oral, también, indica que tiene una gran influencia de la cultura china.

    Podemos señalar que las tres líneas de trabajo y sus áreas están ubicadas en un territorio muy próximo, lo que influyó en una gran competencia entre sus adeptos, así como entre los maestros representantes de sus sistemas de combate.

7.     Conclusión

    Por todo lo anteriormente dicho, podemos deducir que con respecto a las cuatro hipótesis, primeramente descritas, alcanzaríamos a asignar un tanto por ciento que cada una de ellas tiene sobre la responsabilidad en el desarrollo del Karate, o como acabamos de ver, del toudi.

    Al referirnos al desarrollo propio del toudi gracias a las influencias, con todas las atribuciones, de la cultura china podríamos asignarle, al menos, un 50% o 60% de esa supuesta responsabilidad del corpus técnico de las escuelas diversas de los sistemas de combate sin armas. Además, no podemos olvidar, el estudio etimológico de los nombres de la mayoría de los kata (ejercicios formales), los cuales presentan nombres chinos o derivados de estos. Por otro lado, la tradición oral, muestra el origen de estos kata al ser enseñados y trasmitidos por funcionarios chinos.

    Por consiguiente, a la tesis de las diversas prohibiciones de la posesión de armas, así como la práctica de sus sistemas de lucha, deberíamos asignarle un 20% o 25%, ya que lo más que podríamos reconocerle es la iniciativa e incentivo de una práctica escondida y velada para desarrollar sistemas de autodefensa ante adversarios armados. Como hemos indicado anteriormente, los sistemas de práctica de combate con herramientas cotidianas son los más acertados en el desarrollo de esta tesis. Lo que si podemos reconocer, y así lo hacemos, es la posible transferencia técnica entre unos sistemas de combate armados a otros de lucha sin armas.

    En cuanto a la tesis de transferencia técnica de los sistemas de combate japoneses a los propios del archipiélago de las islas Ryukyu, deberíamos asignarle un 20% o 30%, viendo los argumentos anteriormente descritos.

    Y por último, en cuanto a la tesis del desarrollo técnico de sistemas de combate sin armas por parte del campesinado okinawense, no podríamos, y haciendo un más que formidable atrevimiento, asignarle un 5% o 10%, ya que nos parece, y así estamos convencidos, que los miembros de esta clase social no poseen la suficiente formación inicial para desarrollar estos sistemas. Esto queda claro al pensar que los campesinos, al pertenecer a la clase social más baja, no tienen acceso a los sistemas formativos y educativos de las diferentes diacronías temporales que ocupan este análisis. Si podemos reconocer, como hemos hecho en otra tesis anterior, la posible transferencia técnica para el uso de herramientas cotidianas de su oficio para su defensa, aunque posiblemente de una forma muy tosca.

    Por consiguiente, y en conclusión, podemos afirmar que aunque existía un sistema de combate sin armas, en el archipiélago de las islas Ryukyu, tosco y rudimentario, fue la gran contribución de la cultura china, más refinada y depurada, la que con su actividad cultural, con sus enviados imperiales (sapposhi), en incluso la admisión de estudiantes uchinanchu en su territorio, impulsó de forma inequívoca el desarrollo del sistema de combate sin armas, en sus distintas versiones o líneas de trabajo, llamado toudi. El resto de hipótesis lo único que pudieron hacer es incentivar, de una forma más perspicaz, la práctica de estos sistemas de lucha.

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