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El desarrollo del niño según la escala de desarrollo 

psicomotor y el test de Goodenough en la Educación Física

 

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Por Universidad de León, España y University of Wollongong, Australia

Maestro de Educación Física por la Universidad Pontificia de Salamanca

Premio fin de carrera Universidad de León

Profesor de Educación Física en Secundaria en la Región de Murcia

Jorge Garrote García

jorge.garrote@hotmail.com

(España)

 

 

 

Resumen

          El desarrollo cognitivo y psicomotor del niño ha sido ampliamente estudiado. Sin embargo, no existen apenas trabajos que relacionen distintos tipos de test y pruebas. Además, muchas de estas pruebas no son del todo fiables y con el tiempo se van quedando obsoletas. En este estudio se compararon dos tipos de pruebas, una de inteligencia y otra de desarrollo psicomotor, tratando de dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Son ambos test igual de válidos? ¿Concuerdan entre sí en sus resultados? El objetivo de este trabajo es mostrar una forma más de observar el desarrollo del niño y correlacionar el desarrollo psicomotor e intelectual.

          Palabras clave: Desarrollo psicomotor. Desarrollo cognitivo. Test. Perfil

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 133 - Junio de 2009

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1.     Introducción

    En primer lugar, resulta esencial definir conceptos clave en el desarrollo de este estudio, para lo que nos basaremos en la terminología propuesta por Rigal (2006), quien distingue y aclara conceptos tan similares como perfil, test, batería, etc.:

    Test: es una prueba concreta que permite medir una característica precisa del comportamiento del individuo. El sujeto efectúa la tarea según unas instrucciones y un protocolo estrictos (por ejemplo: el test de Goodenough-Harris).

    Prueba: hace referencia a varias actividades propias de una edad concreta, lo que nos permite identificar, en función de los resultados, si el sujeto se encuentra en la media, por encima o por debajo de ésta. Una prueba se considera pertinente cuando la completa el 75% de los niños de esa edad sin problemas.

    Batería: es el conjunto de tests o de pruebas complementarias empleadas con miras a evaluar varios aspectos o la totalidad del comportamiento de un sujeto.

    Escala de desarrollo motor: incluye un conjunto de pruebas muy diversas y de dificultad gradual que lleva a explorar minuciosamente diferentes aspectos del desarrollo. Así, el adelanto o el retraso psicomotriz del niño se calcula según su éxito o su fracaso en la prueba que precede o sigue a la que corresponde a su edad cronológica, teniendo en cuenta sus logros y sus fallos. Estas escalas se apoyan en el principio de que el desarrollo tiene lugar siguiendo el mismo orden en todos los niños (escalas de desarrollo de Gesell, escala motriz de Ozeretzki…).

    Balance: es el resultado del uso de un grupo de pruebas elegidas para determinar el desarrollo máximo que alcanza el niño en un conjunto de habilidades (por ejemplo, el equilibrio estático, psicomotor, lateralidad, etc.). Permite establecer la edad motriz alcanzada por el niño o el funcionamiento de su aparato neurológico a partir de las dificultades a la que se ha enfrentado (el balance psicomotor de Vayer, por ejemplo).

    Perfil: consiste en una reproducción gráfica de los resultados obtenidos en varios tests analíticos que se considera que evalúan varios aspectos de la competencia motriz del niño. Son muy útiles porque facilitan la comparación rápida de los distintos aspectos que condicionan dicha competencia, así como determinar las deficiencias y puntos fuertes del sujeto (un ejemplo podría ser el perfil psicomotor de Vayer).

    De este modo, tests y baterías de tests pretenden determinan la eficiencia de un sujeto cuando ejecuta una o varias tareas; las pruebas y las escalas de desarrollo sitúan dicha ejecución con respecto a la del conjunto de la población corriente de la misma edad que el sujeto estudiado. Los primeros dan un rendimiento absoluto y las segundas, un rendimiento relativo (Rigal, 2006).

2.     Test de Goodenough-Harris

    Es en 1926 cuando Florence Goodenough estableció las bases de un test de inteligencia apoyándose en la representación del monigote. La técnica era muy simple y el test podía ser pasado a varios sujetos a la vez. Cada niño debe disponer de una hoja de papel y lápiz y se les pide: “Dibujad un monigote (persona) de frente lo mejor que podáis”. A cualquier pregunta se contesta: “Hacedlo como os parezca mejor”. Se precisa que no exista ningún límite temporal. Lo que importa, sobre todo, es que el niño entregue el dibujo lo más completo que pueda hacerlo. La interpretación del test se lleva a cabo a través de un sistema de cotación que tiene en cuenta todos los detalles y todos los elementos que el niño hace figurar en su dibujo. Cada elemento cuenta un punto, por ejemplo:

  1. Presencia de la cabeza: 1 punto

  2. Presencia de las piernas: 1 punto

  3. Presencia de la boca: 1 punto

    Originalmente había 52 rúbricas numeradas de 1 a 18b. Se hace la suma de los puntos obtenidos y se obtiene una cifra de 0 a 52. Un estudio estadístico ha permitido establecer un baremo de edad: para tres años, la cifra media es de dos puntos, para 7 años de 18 puntos, para 13 años de 42… Sin embargo, es Dale B. Harris, de la Universidad de Pennsylvania quien adapta el test de Goodenough a los últimos estudios de psicología del dibujo infantil. Harris (1991) amplió el número de ítems a 71 para ser aún más exhaustivo en su evaluación. Sin perder su simplicidad y valor originales, el test de Goodenough obtiene de este modo una actualización que le confiere un nuevo impulso y una fundamentación más sólida.

    Este sistema de notación permite una evaluación objetiva puesto que cada ítem de la escala está explicado perfectamente. Estudios comparativos hechos por Goodenough han demostrado que el test está estrechamente relacionado con los otros tests de inteligencia. Puede ser repetido tantas veces como se desee y así poder llevar a cabo un control periódico del desarrollo intelectual de los alumnos.

    Incluir por último algún ejemplo de la explicación de cada ítem y su puntuación:

  1. Presencia de cabeza: Cualquier método claro de representar la cabeza. La sola indicación de las facciones sin el contorno de la cabeza no se asigna el punto.

  2. Presencia del cuello: Cualquier indicación clara del cuello como algo diferenciado de la cabeza y el tronco. La mera yuxtaposición de cabeza y tronco no se asigna el punto.

                    

Ejemplos de dibujos de un alumno de 1º (19 puntos) y una de 3º (48 puntos) respectivamente.

3.     Balance de psicomotricidad

    Las asociaciones españolas de psicomotricidad han convenido que “basado en una visión global de la persona, el término "psicomotricidad" integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial”. La psicomotricidad, así definida, desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad. Partiendo de esta concepción se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico. Estas prácticas psicomotrices han de conducir a la formación, a la titulación y al perfeccionamiento profesionales y constituir cada vez más el objeto de investigaciones científicas (Berruezo, 2008).

    Los principales objetivos de una buena educación psicomotriz (Latorre y Herrador, 2003) son:

  • Ayudar al niño a conocer su propio cuerpo y sus posibilidades de acción respecto a sí mismo y a su entorno

  • Aumentar su potencialidad en los aspectos físico, intelectual y afectivo.

  • Mejorar su autocontrol y sus relaciones personales y con el medio.

  • Colaborar en la educación de niños con problemas de aprendizaje o de relación.

    A la hora de valorar el desarrollo psicomotriz del niño existen infinidad de pruebas, test y otros tipos de mediciones como por ejemplo: Test de orientación izquierda-derecha de Piaget-Head, Test del pato y el conejo de Pret, Escala de Brunet-Lezine de desarrollo motor, batería de aptitud física de Fleishman y otros muchos (González, 2003). Hay muchos tipos de pruebas. Sin embargo, tras consultar gran cantidad de ellas decidimos incorporar la escala de evaluación de la psicomotricidad propuesto por De la Cruz y Mazaira (1990) por su claridad, aplicabilidad y facilidad de utilización, puesto que es colectiva, objetiva y de fácil entendimiento. En ella se realiza una evaluación de la aptitud psicomotora en aspectos como: locomoción, equilibrio, posiciones, coordinación de piernas, brazos y manos, esquema corporal en sí mismo y en otros. Las puntuaciones se asignan como “2” si lo hace bien, “1” si lo hace con dificultad y “0” si no lo hace o tiene muchas dificultades. Consta de 40 ítems distribuidos en los ocho subgrupos citados antes.

4.     Metodología

    Es necesario concretar como se implementaron estas tareas, a quién se le pasaron dichas pruebas y qué material fue utilizado.

    Respecto a la actuación didáctica, se decidió utilizar una metodología tradicional, cercana al mando directo propuesto por Delgado Noguera (1991), colocando a los niños en filas y siempre en el mismo orden para facilitar la recogida de datos. Sin embargo, se flexibilizó en parte puesto que los alumnos tenían ciertas dudas a la hora de comprender las tareas que el profesor se encargaba de explicar.

    Los sujetos a los que se les pasaron los tests explicados fueron alumnos de:

  • 1º primaria: 3 chicos y 9 chicas de 6 y 7 años

  • 3º primaria: 9 chicos y 8 chicas de 8 y 9 años

  • El material a utilizar estaba formado por: escaleras, bancos suecos, tablas, cuerdas, pelotas y balones, tijeras y papel.

    El procedimiento constó de varias fases: en primer lugar se estableció un marco teórico que nos acercara a las diferentes pruebas, test y métodos en general de determinación del desarrollo evolutivo del alumno en los dos primeros ciclos de primaria. En este punto, recordar que fueron escogidos los dos instrumentos de evaluación antes explicados por su versatilidad, facilidad de aplicación y sobre todo, por la objetividad a la hora de extraer los resultados de los test, ya que así evitaríamos posibles desviaciones por la intervención del entrevistador.

    A continuación, se buscaron poblaciones a las que pasarles dichas pruebas y que se encontraran en una fase de desarrollo de dichas capacidades: tanto intelectuales, como afectivas, motrices y sociales (RD 1513/2006). El siguiente paso fue llevar a cabo las actividades y tareas propias de ambos test, comenzando por el balance psicomotor en el gimnasio del centro y realizando posteriormente en el aula el test de inteligencia de Goodenough. Una vez se obtuvieron los datos se procedió a la integración y comparación de los mismos para poder establecer conclusiones.

    Por último, se informó al centro de los resultados, y el proceso termina con este artículo en el que se pretende divulgar esta investigación para su aprovechamiento en otros centros, contextos y comparación con otras poblaciones.

5.     Resultados y discusión

    Por sexos, las puntuaciones en el test de Goodenough-Harris son:

Curso

Sexo

Valores individuales

Media

Femenino

23:30:29:38:23:35:22:24:25

27,6

Masculino

30:33:19

27,3

Femenino

33:48:42:39:30:49:35:45

40,1

Masculino

29:45:36:27:56:28:27:40:42

36,6

    En el balance de psicomotricidad son:

Curso

Locomoción

Posiciones

Equilibrio

Coord. Piernas

Coord. Brazos

Coord. Manos

Esquema Corporal (E.C.)

E.C. en otros

1º F

1,88

1,74

1,62

1,77

1,8

1,67

1,6

1,5

1º M

1,8

2

1,23

1,6

1,8

1,36

1,46

1,3

3º F

1,95

1,9

1,83

1,95

2

1,83

1,92

1,85

3º M

1,97

1,95

1,91

1,92

1,97

1,82

1,95

1,63

    Tras llevar a cabo la parte práctica de la investigación, es esencial explicar los resultados de la misma. Sin embargo, conviene resaltar que la representación del monigote depende no solamente del esquema corporal y de las aptitudes motrices, sino que además se expresa el carácter del niño (Harris, 1991). Ya decía Madamme Boutonnier que “este test nos informa del niño más o menos como un análisis gramatical nos informa sobre una frase, informes exactos pero esqueléticos y muy incompletos”.

    En general, se puede observar en el sexo femenino un mayor detalle y perfeccionismo, lo que les aporta mayor puntuación en el test de inteligencia (27,6 frente a 27,3 de los chicos en 1º, y 40,1 frente a 36,6 en tercero).

    También obtienen las féminas mejores resultados en la escala de psicomotricidad, debido a que se desarrollan más rápidamente que los niños, tanto física como psíquicamente. En este test se ha podido observar además que:

6.     Conclusiones

    Es conveniente resaltar que el test de psicomotricidad utilizado era, de forma muy probable, excesivamente sencillo para niños tan mayores; se adaptaba mejor a las características psicoevolutivas de los alumnos de primero.

    El tamaño de la muestra es aceptable pero no suficiente como para establecer afirmaciones categóricas. Sin embargo, esta investigación sí nos sirve para obtener unos valores promedios en poblaciones de 1º y 3º de primaria que podremos comparar con otros niños en otros contextos y así establecer comparaciones en su desarrollo intelectual y psicomotor.

    Con este estudio podemos observar cómo el desarrollo del niño es muy variable en función del test/prueba/balance con el que lo juzguemos, pero en este caso podemos responder a la principal cuestión del trabajo:

    Sólo cuando comprendamos en qué punto de desarrollo se encuentra el niño, en todos los ámbitos de su personalidad, podremos lograr llevar a cabo una intervención adecuada como docentes y un desarrollo integral (LOE, 2006) de sus capacidades y potencialidades.

Bibliografía

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