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Diferencia entre hombres y mujeres 

entrenados a una carga de fuerza dinámica

 

*Director

**Alumno

Universidad del Aconcagua

Facultad de Ciencias Médicas, Mendoza

(Argentina)

Dr. Manuel Parajón Viscido*

Lic. Miguel Augusto Aranda**

arandaledesma@gmail.com

 

 

 

Resumen

          Se han publicado diversos trabajos de investigación con base teórica y empírica que apoyan la hipótesis de diferencias en la resistencia muscular entre géneros. (Day, 2008; Hicks, Kent-Braun and Ditor, 2001). Este trabajo analiza las diferencias funcionales en resistencia muscular en ejercicios con sobrecargas. Además establece comparaciones segmentarias o parciales entre miembros superiores e inferiores entre hombres y mujeres. La hipótesis principal plantea que la resistencia muscular en las mujeres es mayor que la de los hombres. Las hipótesis secundarias derivan en comparación intragénero según diferencias de grupo establecidas por consumo de hormonas anticonceptivas. Las mujeres que ingieren hormonas anticonceptivas son más resistentes que las que no toman y las mujeres que no ingieren hormonas son más fuertes que las que si toman. Muestra: Se utilizó una muestra de 50 personas, 25 hombres y 25 mujeres, del grupo de mujeres 12 toman hormonas anticonceptivas. La edad promedio de los hombres fue de 29,41±10,14 años, intervalo máximo 46,34 años-intervalo mínimo 16,13 años; la edad promedio de las mujeres fue de 27,25 ± 8,35 años, intervalo máximo 45,99-intervalo mínimo 16,07 años. Método: Se realizaron dos pruebas para evaluar la MCV, Luego se realizaron los respectivos test al 50% de la MCV determinando el número de repeticiones alcanzadas. Resultados: Con una significancia de a = 0,05 se encontró diferencias en: Número de repeticiones al 50% en press de banca (hombres ‹ mujeres); y 1RM en press de banca y 1 RM en extensores (mujeres que toman anticonceptivos ‹ mujeres que no toman anticonceptivos). Conclusiones: En la comparación entre géneros las mujeres resultaron más resistentes que los hombres a una intensidad relativa del 50% de la RM sólo para el tren superior. En la comparación intragénero las mujeres que no toman anticonceptivos muestran mayor fuerza en tren superior e inferior, pero no se encontraron diferencias en la resistencia muscular desde el punto de vista estadístico.

          Palabras clave: Fuerza. Resistencia. Hombres. Mujeres

 

Abstract

          Different Works of investigation with theoretical and empirical basis whitch support the hyphothesis about differences in muscular resistance between genders have been published (Day, 2008; Hicks, Kent-Braun and Ditor, 2001). This work analyses the functional differences in muscular resistance of overloaded exercises. This work also establishes segmental or partial comparisons between superior and inferior members (between men and women). The main hypothesis raises that the muscular resistance of women is higher than of men. The secondary hypotheses derive from intragender comparison according to group differences established by the consumption of contraceptive hormones. Women who consume contraceptive hormones are more resistant than those who do not take these hormones and women who do not consume hormones are stronger than those who cosume them. Sample: A sample of 50 people, 25 men and 25 women was used. In the group of women, there are 12 who take contraceptive hormones.The overage age of men was 29,41±10,14 years old, maximum interval 46,34 years old-minimum interval 16,13 years old; Women´s overage age was 27,25±8,35 years old, maximum interval 45,99-minimum interval 16,07 years old. Method: Two tests to evaluate the MCV were done. Then the respective tests were done at 50% of the MCV, determining the number of repetitions achieved. Results: With the significance of a = 0,05 differences were found in: Number of repetitions at 50% on bench press (men ‹ women) and 1RM on bench press and 1 RM on extensors (women who take contraceptives ‹ women who do not take contraceptives). Conclusions: In comparison between genders, women resulted to be more resistant than men to an intensity of 50% of the RM only for the superior train. In the intragender comparison, women who do not take contraceptives show higher resistance to superior or inferior train, but differences in the muscular from the stadistical point of view were not found.

          Keywords: Resistance. Men. Women

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 132 - Mayo de 2009

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I.     Introducción

    Por muchas décadas y hasta la actualidad se sigue sosteniendo que el hombre supera a la mujer físicamente. Tras la revisión de diferentes trabajos de investigación sostienen que esto no es tan cierto como se creía, parece ser que la mujer tiene la capacidad de resistir la fatiga durante tiempos prolongados, a esto se lo conoce como resistencia muscular la cual se puede definir como la forma especifica en que se desarrolla la fuerza en actividades que requieren una duración relativamente prolongada de tensión muscular con una disminución mínima de la eficacia. (Siff y Verkhoshansky, 2000).

    Diferentes estudios han demostrado que las mujeres en general muestran una mayor resistencia relativa a la fatiga que en los hombres (Fulco, 1999; West, 1995). Este fenómeno ha sido observado en una variedad de músculos con el uso de varios protocolos de la fatiga y, sin embargo, los mecanismos de las diferencias aparentes entre sexo no se conocen.

    Como se ha mencionado, la ventaja de la mujer en la resistencia a la fatiga se ha documentado bastante bien, sobre todo en los protocolos de fatiga que incorporan contracciones submáximas. Las Mujeres han demostrado tener resistencia a la fatiga significativamente mayor que en los hombres en los protocolos de contracciones submáximas sostenidas como ser: extensores de la rodilla (Maughan, 1986), los flexores del codo (Millar, 1993) músculos del antebrazo (West, 1995), y el aductor (Fulco, 1999). Cada uno de estos estudios usaron intensidades de entre el 20 y 70% de la máxima contracción voluntaria, pudiendo ser superiores las mujeres en este rango de intensidad, y a medida que la intensidad aumentaba la resistencia de la mujer a la fatiga muscular disminuía (Hicks, Sent and Ditor, 2001).En la literatura referida a las diferencias entre sexos y ejercicio y más precisamente en la PubMed entre 1970 y 1980 se encontraron sólo 12 artículos de investigación. Este número incremento a 100 artículos en el año 1990, y a 575 en la siguiente década y ya para el 2007 se encontró un registro de 1344 artículos referidos sobre este tema. (Day, 2008).

Estudio

Edad

Músculo/

ejercicio

Protocolo

Resistencia a la fatiga

Ditor and Hicks

24.4-70.6

aductor/ isométrico

3 min.

intermitente MCV

no hubo diferencias entre sexos. Adultos > jóvenes

Fulco et al.

24

aductor/ isométrico

Intermitente 5x5 seg. Al 50% MCV

mujeres >hombres

Hicks and McCartney

68.2

flexor del codo, dorsiflexión de tobillo / isométrico

3 min. intermitente MCV

mujeres >hombres

Laforest et al.

28.9-64.8

extensión de rodilla/ isométrico

50 MCV

no hubo diferencias entre sexos ni en edad

Lindstrom et al.

28-73

extensión de rodilla/

isométrico

100 MCV

mujeres mayores

>hombres mayores

Maugham et al.

25

extensión de rodilla/ isométrico flexor codo/dinámico

isométrico (20-80% MCV);50-90% 1RM; 60% 1RM

mujeres >hombres al 20% MCV y 50-70% 1RM

Miller et al.

24.1

extensor rodilla, flexor del codo/dinámico

60 % 1 RM

mujeres > hombres sólo en

flexores del codo

Semmler et al.

18-45

flexor del codo/ isométrico

15% MCV

mujeres >hombres

West et al.

21.7

antebrazo/

isométrico

30-75% MCV

mujeres > hombres en todas

las intensidades

Cuadro comparativo de trabajos realizados por diferentes autores entre hombres y mujeres 

a diferentes intensidades (Extraído de la Exercise and Sport Sciences Reviews, 2001).

    Si a lo largo de los años revisamos los records del mundo de las mujeres en distintas especialidades deportivas en la que participa y la comparamos con los hombres, observamos en general un menor rendimiento de la mujer. Cabe preguntarse si los menores rendimientos obtenidos en las distintas pruebas son el resultado de las diferencias biológicas de la mujer con respecto al hombre si por el contrario pudieran ser consecuencias del distinto papel que ha jugado la mujer a lo largo de la historia, hecho que condicionaría a no poder desarrollarse al mismo nivel que los hombres.

    Aunque a lo largo de la historia son innumerables los documentos que avalan las restricciones sociales y culturales sufridas por la mujer, existen diferencias biológicas que pueden llegar a afectar el rendimiento en determinados deportes. De la igualdad entre hombres y mujeres se habla cada vez más.

    En muchas variables, las diferencias entre hombres y mujeres son estadísticamente significativas, pero relativamente pequeñas. Es decir, aunque existen muchas diferencias entre ambos sexos, hay más similitudes que diferencias. Por ejemplo, aunque la mujer promedio es más baja y más pequeña que el hombre promedio, muchas mujeres son más altas y más grandes que muchos hombres, así, la frecuencia de distribución en la muestra humana evidencia que son mayores las diferencias entre los sujetos del mismo sexo que la diferencias entre dos sujetos de sexo opuesto (Wells, 1992).

    El propósito de este estudio es investigar las diferencias de fuerza y resistencia muscular que pueden existir entre hombres y mujeres en dos ejercicios, uno de tren superior y otro para tren inferior, con sujetos que realizan actividad física regular.

Discusión

    En base a los resultados obtenidos encontramos que las mujeres son más resistentes que los hombres en miembros superiores. Según la literatura este fenómeno puede estar dado por las siguientes causas:

  • Masa muscular: Al aplicar una menor fuerza y por ende menor tensión muscular (fuerza por mm2 de músculo) hay menor oclusión de capilares y mayor aporte de oxígeno. (Miller, A.E.J., MacDougall J.D, Tarnopolsky M.A and Sale D.G 1993).

  • Utilización de sustrato: las diferencias entre sexos en el metabolismo han sido estudiado a fondo (Tarnopolsky, 1999), la mujer utiliza en mayor medida los sustratos oxidativos y en el hombre glucolíticos generando así una fatiga metabólica temprana.

  • Morfología muscular: se encontraron una mayor proporción de fibras tipo II en el vasto lateral en hombres más que en mujeres. (Miller, MacDougall, Tarnopolsky and Sale, 1993), estas diferencias no se encontraron en otros músculos.

  • Activación neuromuscular: no se debería dejar de ignorar la activación neuromuscular como contribuyente en la resistencia a la fatiga entre hombres y mujeres. Este tema no fue todavía estudiado en profundidad. En una investigación se encontró un decrecimiento de la fuerza en estudios con electromiograma (EMG) en hombres pero no en mujeres. (Hakkinen, 1993).

Posibles causas de la fatiga muscular en la mujer (extraído de la Exercise and Sport Sciences Reviews, 2001)

    Por otro lado estos resultados pueden deberse a diferencias culturales (¿fenotípicas?), en la aplicación de fuerzas en cotidianas.

    También podrían deberse estas diferencias por la aplicación de estímulos de menor intensidad en el miembro superior desde edades tempranas tanto por el tipo de juegos, como actividades espontáneas, desplazamientos de objetos y trabajos manuales.

    Además puede considerarse como observación de campo el prejuicio social sobre la menor capacidad de la mujer para ejercer fuerza física. Esta idea solamente puede limitar las posibilidades de desarrollo de fuerza como una profecía autocumplida.

    En esta muestra la mujer presenta menor masa muscular y perímetros musculares lo que implica menor fuerza absoluta. Por eso decimos que puede haber diferencias genotípicas y genotípicas en el desarrollo de la fuerza muscular en la mujer. Siendo la correlación entre perímetro muscular y fuerza superior a r=0,60 podemos inferir que a mayor perímetro mayor fuerza absoluta.

    En esta investigación no encontramos diferencias en resistencia muscular de los extensores del muslo. Sin embargo al igual que en miembros superiores esta muestra presenta mayor masa muscular y fuerza absoluta en hombres pero no hay diferencias en la aplicación de fuerza en repeticiones entre los grupos. Podría plantearse que en la fuerza de miembros inferiores, la mujer alcanza un reclutamiento y niveles de fuerza más cercanos a los del hombre y del máximo fisiológico para la sección muscular, lo cual disminuye su capacidad de resistir las repeticiones ¿Por qué esta diferencia?, una posibilidad concreta es que en personas no deportistas el uso corriente de las extremidades inferiores es similar y el modelo cultural genera desarrollo de músculos mas involucrados en miembros inferiores en la mujer, (por ejemplo trabajo de glúteos, isquiotibiales, cuadriceps); Mientras que en mujeres la aplicación de trabajos de fuerza en miembros superiores es de menor intensidad.

    También puede plantearse diferencias en el aprendizaje motor entre los segmentos analizados en este trabajo al exponerse a estímulos que se van diferenciando a través del crecimiento (juego), esto refuerza la idea de diferencias culturales adquiridas.

    Si las mujeres fueran estimuladas de igual manera que los hombres durante su desarrollo ¿responderían de la misma manera fisiológica? Además puede tenerse en cuenta la idea preestablecida (precientíficas), de que la mujer ejerce menor fuerza.

    Los resultados obtenidos en la comparación intragéneros muestran diferencias sólo en la fuerza absoluta. No se encontraron diferencias antropométricas ni de resistencia.

    Estos resultados concuerdan con otros autores (Laforet et al, Miller et al) que encontraron diferencias sólo en miembros superiores y no en miembros inferiores en resistencia muscular.

    No tenemos evidencia fisiológica que justifiquen las diferencias a la fatiga entre miembros superiores entre hombres y mujeres, ni las diferencias entre mujeres que ingieren AO. Esto plantea la necesidad de ajustes metodológicos en los trabajos de resistencia con sobrecargas en mujeres.

Conclusión

    Como conclusión, la mujer evidencia mayor resistencia muscular en miembros superiores, menor fuerza absoluta tanto en miembros superiores como en miembros inferiores que el hombre, y una respuesta similar en resistencia de miembros inferiores.

    Esta respuesta diferencial a una carga relativa de trabajo entre miembros superiores y miembros inferiores en la mujer debería ser tenida en cuenta en la metodología de entrenamiento de la fuerza. Sin embargo, no se establece aún un consenso en la literatura de entrenamiento. También es de esperar un mayor aporte desde la investigación básica que apoye o refute esta hipótesis de trabajo.

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