Metodología y evaluación en un programa de intervención motriz adaptado |
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Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Granada Profesor de Educación Secundaria. Educación Física |
Roberto López-Cózar Ayala (España) |
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Resumen La metodología y evaluación son dos elementos fundamentales en cualquier programa de intervención (en este caso motriz). La primera recoge el modo de actuación con el alumnado y las interacciones que se producirán entre los sujetos que requieren de nuestra atención. La segunda nos permitirá ver en qué medida ha sido eficaz todo el conjunto de acciones llevadas a cabo. Estos dos elementos van a ser analizados durante el artículo tratando de clarificar los aspectos claves en cada uno de ellos. Palabras clave: Metodología. Intervención motriz. Evaluación. Necesidades específicas de apoyo educativo. |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - Nº 130 - Marzo de 2009 |
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I. Introducción: secuencia y temporización
Las sesiones seguirán la estructura que es habitual en una clase de educación física, esto es: Calentamiento, Parte Principal y Vuelta a la calma.
En lo concerniente a la temporización, dado que el tiempo ha de estar en función de los contenidos y la actividad propuesta, hemos de procurar que exista un equilibrio entre la capacidad de aprendizaje de la persona o del grupo y la capacidad de adaptación de la enseñanza por parte del profesional. Se trataría, en definitiva, de llevar a cabo un cronograma de tareas que tenga en cuenta el nivel de competencia de las personas con las que estamos interviniendo.
Debemos destacar que para las personas con necesidades específicas de apoyo educativo, cuyo ritmo de aprendizaje sea más lento, habrá que dejar más tiempo en la enseñanza-aprendizaje, o se requerirá la ayuda de personal de apoyo.
En cuanto a la planificación y tiempo de realización de la actividad motriz, lo ideal es que se lleve a cabo de una manera lo más normalizada posible, y con un tiempo real de ejecución de entre 30 y 45 minutos por sesión, dependiendo de la práctica, la complejidad de la tarea, el tipo de deficiencia, etc.
Por tanto y a modo de resumen diremos que respecto a la secuencia será muy importante tener en cuenta que:
Las sesiones deben seguir la estructura habitual de la clase de educación física.
La secuencia de las sesiones debe estar planificada debiendo respetar en cada uno de los contenidos:
Y que respecto a la temporización será fundamental no olvidar que:
El tiempo debe estar en función de los contenidos y la actividad propuesta.
Debe existir un equilibrio entre la capacidad de aprendizaje de la persona y su capacidad de adaptación al proceso de enseñanza-aprendizaje (la persona debe avanzar acorde a su ritmo).
Las personas con NEAE (necesidades específicas de apoyo educativo) tienen un ritmo de aprendizaje más lento y habrá que dejar más tiempo para dicho proceso.
El tiempo dedicado a la sesión será de 30-45 minutos realizándola de la forma más normalizada posible.
Asimismo es necesario tener en cuenta dos aspectos destacados que se recogen a continuación en dos tablas explicativas:
Analizar el juego en la sesión (objetivos, tipo de juego, fase de la sesión donde se puede aplicar).
Conocer en todo momento la función del educador.
El juego en la sesión |
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Fases |
Objetivos |
Tipo de juego |
Calentamiento |
· Animación y motivación. · Preparación física y psíquica. · Tonificación de los sistemas. |
Locomotores de pequeña y media intensidad. |
Parte principal |
Según los objetivos concretos de la sesión. |
Motores. De desarrollo anatómico y orgánico. De alta intensidad. |
Vuelta a la calma |
· Recuperación psíquica y física. · Relajación y vuelta a la calma. |
Sensoriales y motores, de baja intensidad. |
Funciones del educador |
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1. Preparación |
· Selección de los juegos a utilizar. · Preparación del material. · Preparación del terreno de juego. |
2. Presentación |
· Disposición de los participantes. · Explicación y aclaraciones. · Demostración. · Formación de equipos y distribución de papeles. · Distribución del material. |
3. Ejecución |
· Animación. · Arbitraje. |
4. Evaluación |
· Recabar opiniones. · Solicitar variantes. · Reflexión final. |
II. Estilos de enseñanza que podemos emplear
Los métodos de enseñanza están en función de las características de los sujetos, los objetivos planteados y los contenidos establecidos. Pudiendo ser una enseñanza programada (a corto, medio o largo plazo), individualizada (con un ritmo de progresión individual)...etc.
El espectro de estilos de enseñanza es muy variado, encontrándonos con la posibilidad de utilizar alguno de los siguientes que se muestran en los cuadros adjuntos (Delgado Noguera, 1991):
Modificación del mando directo |
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Asignación de tareas |
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Enseñanza recíproca |
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Descubrimiento guiado |
Es un estilo de enseñanza cognoscitivo muy eficaz con las personas que adolecen de discapacidad motora ya que las alienta a descubrir, a través de consignas dadas por el educador, los movimientos de que son capaces y cómo adaptar en forma óptima éstos a la ejecución de una habilidad específica. |
Resolución de problemas |
Al igual que el anterior, es un estilo de enseñanza cognoscitivo de los más creativos dado que plantea una actividad a modo de problema que la persona habrá de resolver (por ejemplo, “¿cómo saltar un banco sueco sin tocarlo?”). |
Aunque existen otros muchos estilos de enseñanza, estos son los más adecuados para trabajar con personas con necesidades específicas de apoyo educativo. Ahora bien, a la hora de diseñar una sesión y secuenciar un número determinado de ellas no sólo tenemos que tener en cuenta el estilo de enseñanza a aplicar sino que es fundamental no olvidar algunos aspectos metodológicos.
Para aplicar una metodología adecuada debemos conocer los estilos de enseñanza más adecuados para cada caso. Además es importante tener en cuenta los siguientes aspectos metodológicos cuando diseñamos una sesión o una secuencia de ellas:
Rigurosa progresión de los ejercicios, lenta y minuciosa, lo cual evitará las experiencias negativas en dicha actividad. También, conviene incluir ejercicios que conlleven resultados rápidos parciales, para incrementar progresivamente la confianza de la persona en sí misma, ya que con ello aumentará la receptividad.
Utilización de juegos expresivos que generen motivación y proporcionen grandes sensaciones; también, deben lograr un máximo de participación, al objeto de conseguir la integración y conocimiento del sujeto en el grupo.
Programación de ejercicios con diversidad de grupos y modificación de sus componentes a lo largo de la sesión.
Manifestar a la persona las habilidades particulares que posee, referidas a la actividad física que realice.
Estas medidas y otras que dicte nuestra creatividad son necesarias si queremos que el programa de intervención motriz sea positivo.
Por tanto y a modo de resumen diremos que la metodología a utilizar dependerá de las características de los sujetos, los objetivos planteados, los contenidos y el contexto.
III. Recursos
Básicamente podemos clasificar los recursos de la actividad motriz adaptada en dos tipos:
Personal o humano.
Material.
Estos recursos condicionan y determinan el discurrir de las sesiones dirigidas a personas con necesidades específicas de apoyo educativo.
La organización de los recursos personales y materiales es necesaria para posibilitar la integración real de los educados y condición indispensable sin la cual resultarán inútiles los otros medios, por numerosos que sean.
Recursos humanos
Dentro de este tipo de recursos, vamos a hacer una nueva clasificación, en relación con los posibles factores que podemos modificar como personas participantes en procesos de enseñanza-aprendizaje de actividades motrices adaptadas.
Adaptaciones pedagógicas
Podemos determinar algunas de las adaptaciones pedagógicas susceptibles de ser llevadas a cabo en nuestro alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo dependiendo de sus características personales:
Apoyo verbal: tipo de palabras empleadas, su número y elección; explicaciones concretas y breves; atraer su atención sobre las fases importantes del gesto.
Apoyo visual: demostración previa del movimiento, utilización simultanea de varios estímulos (colores y ritmo), etc.
Apoyo manual: situar al alumnado en posición ideal para el movimiento.
Exigencias personales
Comenzamos resaltando la formación inicial y permanente del profesorado (de todo el profesorado) en este campo y en el diseño curricular, de modo que esté capacitado para realizar la adaptación del currículo apropiada a cada alumno y alumna con necesidades específicas de apoyo educativo que tenga en su grupo-clase.
El profesorado de apoyo en el centro es otro requerimiento que se hace sentir, pues tendrá funciones directas con el alumnado (individuales o en grupo) relativas a su avance curricular; con el profesorado (orientación, necesidad de otros servicios, elaboración de programaciones, evaluación, etc.) con el claustro, como órgano colegiado de gobierno, participando en sus decisiones pedagógicas; con los padres, para intentar la máxima continuidad y coherencia entre la labor educativa escolar y familiar.
La intervención de otros profesionales especializados para el tratamiento de determinadas necesidades es también precisa. Nos referimos a logopedas o fisioterapeutas, por ejemplo. Los cuidadores constituyen, igualmente, un apoyo imprescindible en muchos casos para el profesorado.
Como personal externo al centro, pero necesario, los equipos psicopedagógicos y multiprofesionales resultan elementos claves en este proceso integrador. Tanto la valoración o diagnostico inicial que determine, más que el déficit, las necesidades educativas y, por tanto, la respuesta que debe ofrecer la escuela al alumnado, como la orientación al profesor o la prestación de apoyos concretos al sujeto, constituirán ejes de la actuación educativa sistematizada que conduzca a buen término el proceso evolutivo de los niños y adolescentes.
Recursos materiales
La importancia de la actividad física en sujetos con necesidades específicas de apoyo educativo es cada vez mayor, por cuanto que nos encontramos ante un medio que va a facilitar y potenciar el proceso de “normalización” de dichos sujetos, al mismo tiempo que proporcionarles una mejora en su calidad de vida y su integración en el contexto social.
El material didáctico es un elemento importante en toda tarea educativa pero de modo especial en la educación del niño con alguna problemática ya que le permite, partiendo de su propia experiencia y manipulación, la educación de los sentidos y le lleva poco a poco al descubrimiento e interiorización de los conceptos.
Adaptaciones del medio de aprendizaje
Con ellas nos estamos refiriendo a adaptaciones de tipo metodológico, fundamentalmente en los recursos materiales y de organización de espacios y tiempo, como por ejemplo:
Variación de los ingenios: adaptación del tipo de material empleado. Por ejemplo, modificar la altura de la red de juego ya que más alta, posibilita un ritmo de juego más lento y más baja, facilita el gesto.
Utilización de material que permita la creatividad: pelotas de tenis, aros, bastones, etc.
Eliminar las fuentes de distracción: ruido, fatiga, material que no se va a usar, etc.
Utilizar un ritual: una rutina, una estructura.
Variación permanente de la forma del grupo: trabajo en círculo, despliegue, fila, individual, pareja, pequeño grupo.
Adaptaciones del material didáctico en las actividades físicas
Las adaptaciones de materiales educativos y afines tienen por finalidad que el alumnado del que estamos hablando pueda incorporarse a las actividades escolares ordinarias. También se adaptan materiales para cumplir finalidades propias de la Educación Física Adaptada.
La adaptación del material pretende hacer accesibles todos los elementos de la escuela a todo el alumnado, aunque tengan necesidades específicas generadas por una deficiencia o discapacidad.
Se pueden clasificar las adaptaciones de materiales por materias de enseñanza: juegos, lecturas, escrituras, cálculo, expresión plástica, trabajos manuales, ciencias sociales, educación física, etc. A su vez estos pueden subdividirse de acuerdo con diferentes discapacidades (visión, audición, aparato locomotor, diferencias intelectuales...).
El material puede ser un medio facilitador de aprendizaje si sabemos disponer de los factores necesarios y utilizados como recursos pedagógicos. En cierta medida la disposición del material y las adaptaciones en función de los factores expuestos son las que nos ofrecen una amplia gama de posibilidades para facilitar el aprendizaje.
Existe un tipo de material complementario para personas con torpeza motriz y/o personas discapacitadas necesario para evitar que las caídas, lesiones o bien pequeños accidentes puedan tener trascendencia. Estos materiales son generalmente para proteger, como: rodilleras, almohadas, cojines, cascos, gafas, o bien para facilitar la movilidad: sillas de ruedas, prótesis, modificaciones de determinado material deportivo (raquetas de bádminton, silla de montar) o bien materiales que aumenten las percepciones para facilitar la actividad (cascabeles, bandas rugosas en el suelo, etc.).
Para la relación pedagógica entre el docente y el discente es necesario contextualizar el material didáctico; para ello es necesario observar el centro educativo, el alumnado y sus edades evolutivas, el profesorado, la tradición deportiva del centro, etc.
Exigencias materiales
En primer lugar hay que eliminar las barreras arquitectónicas que existen en los centros actuales (escaleras de entrada, puertas estrechas, falta de ascensores, lavabos altos, inodoros sin amplitud ni apoyos, etc.), y construir sin ellas las de nueva creación.
La segunda exigencia en este apartado es contar con recursos didácticos de todo tipo adaptados para las diferentes necesidades educativas.
Es importante destacar aquí la creación en España, en mayo de 1968, del Centro Nacional de Recursos para la Educación Especial (C.N.R.E.E.), donde trabaja profesorado y técnicos especialistas en educación especial para informar, investigar, crear y adaptar materiales en este campo. Su ayuda y orientación se dirige tanto a centros educativos específicos como a centros de integración, a las aulas especiales en centros ordinarios y a las familias.
Entorno
El entorno debe estar formado por espacios que recojan percepciones con un grado más elevado de informalidad, calidez, no privacidad, familiaridad y libertad que el resto de los ámbitos escolares. Estos espacios han de ser capaces de proyectar en el sujeto estimulación, bienestar y seguridad, los cuales son factores imprescindibles para el acto didáctico de la Educación Física.
La diferencia entre aula y aula para la actividad física adaptada se encuentra en la persona que recibe esta enseñanza y por tanto en la adaptación a su entorno.
Según López González (1988), las funciones de este espacio son múltiples: funciones de relación, funciones de protección, funciones integradoras, funciones estimulantes, funciones de autonomía, etc.
El espacio arquitectónico determina las condiciones básicas de iluminación, de acústica, de temperatura, de color y de estructura espacial.
Se trata de crear un ambiente agradable, flexible a veces, con espacios pequeños y grandes, cerrados o abiertos, cambios de nivel, alturas diferentes, muros rectos y curvados, tejados planos e inclinados, diferentes colores zona de luz y sombras, materiales porosos y lisos, etc.
Se debe ofrecer al sujeto con torpeza motriz posibilidades diversas con terrenos planos, inclinados, duros, blandos, irregulares, rampas, escaleras, etc. El sujeto con torpeza motriz es más sensible a las agresiones del exterior, es más frágil y detecta más influencias.
El sujeto con torpeza motriz tiene una necesidad imperiosa de seguridad, por tanto, debe proporcionársele un espacio arquitectónico adecuado. Las dimensiones de estos no deben ser reducidas pues pueden producir agresividad ni tampoco demasiado grande porque les harían sentirse inseguros y perdidos.
Por tanto, el espacio arquitectónico es la unidad física básica donde la luz, el color, la temperatura, el sonido y la estructura espacial van dirigidas a la eliminación de todo tipo de barreras.
Material propiamente dicho
Sabemos que el material favorece un determinado tipo de percepciones que facilitan la relación profesorado-alumnado, alumnado-alumnado, alumnado-profesorado. Sabemos que el material es un elemento más que favorece el proceso de enseñanza aprendizaje.
El material didáctico, como medio facilitador de aprendizaje, debe fundamentarse en los siguientes factores: movilidad y manejabilidad, generador de estímulos, facilitador de aprendizaje motor y capaz de optimizar el rendimiento motriz (Hernández Vázquez, 1990).
IV. Actuación del docente
Actitud del dinamizador |
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Forma de dirigirse al grupo |
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IV. Evaluación
Según Pedro Linares en su manual para la asignatura de “Actividad Física y Psicopedagogía de la motricidad en personas con necesidades educativas especiales” de la Universidad de Granada, la evaluación es un sistema para captar información sobre el nivel de competencia de la persona en cualquier medio donde ésta actúe; siendo necesaria aquella, más que para dar una etiqueta diagnóstica, para poder intervenir de forma correcta y adecuada según las características y necesidades de la persona.
Para un desarrollo acorde de cómo se debe de evaluar un programa de intervención motriz adaptada vamos a responder a las siguientes tres cuestiones:
¿Con qué realizamos la evaluación?
Esta evaluación se debe realizar con las mismas pruebas que nos sirvieron para conocer el nivel de motricidad que tiene nuestros sujetos inicialmente:
Valoración de la aptitud psíquica: En función de las siguientes áreas psicológicas: cognitiva, personalidad, socio-afectiva y psicomotora.
Aptitud física: Anatómica, fisiológica y motora.
Examen psicomotor: Adaptado por Linares para personas con retraso mental, estando compuesto por 9 subtests (lateralidad, conducta respiratoria, control segmentario, equilibrio corporal, coordinación dinámica general, coordinación dinámica de las manos, rapidez, organización espacial y organización espacio-temporal).
Pruebas psicomotoras: Mediante pruebas de control tónico y postural
¿Cuándo evaluamos?
Como profesionales de la actividad física y el deporte debemos conocer que es necesario evaluar antes, durante y después del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La evaluación inicial pretende conocer el nivel de aprendizaje de la persona que se va a someter al programa de intervención motriz adaptada, no sólo para conocer el punto de partida, sino también para disponer de la metodología más adecuada para lograrlo.
En la evaluación final disponemos de las mismas pruebas que se hicieron en la valoración inicial, para conocer cual ha sido la mejora, sirviéndonos de feedback informativo, acerca de lo conseguido en nuestra intervención.
Con la evaluación de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje pretendemos valorar todos los elementos del programa de intervención.
¿Para qué efectuamos todo este proceso de evaluación?
Por supuesto todo este proceso de evaluación se dirige a buscar una mejora en próximos programas de intervención motriz adaptada, así como detectar problemas o posibles mejoras durante el proceso de intervención motriz adaptada.
V. Conclusión
Los programas de intervención motriz adaptada es la respuesta para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo que requieren de importantes ayudas y no de meras adaptaciones curriculares. No los cura, pero sí les enseña, corrige, educa y hace progresar en todo su desarrollo y, además, les proporciona una conducta de ajuste social más adecuada, la cual les permitirá vivir con sus familias y ser aceptados por la sociedad. Es una educación en la cual hay mucha repetición, repaso y refuerzo.
En definitiva, a través de ella es necesario lograr una educación y una formación de acuerdo con las necesidades del alumnado como ser que vive en sociedad, haciendo énfasis en cuatro aspectos importantes:
Que logre su independencia personal.
Que pueda expresar y comprender el lenguaje del entorno.
Que se adapte a su familia y sociedad a la que pertenece.
Que aprenda un oficio manual.
Todos estos aspectos complementándose entre sí cubren las necesidades del alumnado necesitado de ayuda.
Para lograr esta educación es preciso tener en cuenta cuatro aspectos de vital importancia:
Educación por el ejemplo (el alumnado aprende lo que vive).
Educación por el ambiente (el alumnado responde a lo que observa).
Educación por la convivencia (el alumnado es agresivo si son agresivos con él, es cariñoso si lo son con él).
Educación por la imposición de hábitos (el hábito se logra mediante el ejercicio diario).
Para los padres que llevarán a cabo una ayuda educativa con sus hijos en el hogar es muy importante conocer cómo aprenden y bajo qué circunstancias para facilitar dicho aprendizaje.
Esta información les permitirá guiar su acción educativa en forma más ajustada a las posibilidades del alumno o alumna y, a la vez, comprender en ocasiones qué pasa y por qué se presenta la respuesta esperada.
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revista
digital · Año 13 · N° 130 | Buenos Aires,
Marzo de 2009 |