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El movimiento natural de nuestro cuerpo: el Método Alexander

 

Licenciado en Educación Física

Profesor de Educación Física en Educación Secundaria

(España)

Francisco José Castro Blanco

fran2791@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          Es un método de reeducación psicofísica para utilizar cuerpo y mente de una forma mejor, reduciendo las tensiones excesivas en la postura y el movimiento. Se trata de observar y preguntarnos qué hacemos mal para dejar de realizar ese movimiento y utilizar nuestro cuerpo en el modo que está diseñado para moverse. Aprendemos a identificar hábitos incorrectos y buscamos la forma natural de realizar el movimiento. De este modo mejora nuestra postura corporal y se armoniza mente y cuerpo. Con el método Alexander descubrimos la importancia de la actitud en nuestra vida cotidiana.

          Palabras clave: Alexander. Postura. Movimiento.

 

Abstract

          This is a reeducational method which aims at both body and mind, thus allowing us to use them in a more efficient way. It reduces the extreme tensions that are inherent to any body position and movement. Observation and awareness of what is being wrongly done are paramount in order to stop that movement and use our body the way it should by nature. We learn how to spot wrong habits and to move in a natural way. As a consequence, our body position improves and both our mind and body come together in harmony. Through the Alexander method we discover the importance of attitude in daily life.

          Keywords: Alexander. Posture. Movement.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - Nº 130 - Marzo de 2009

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    En nuestra sociedad una gran cantidad de personas sufren habitualmente dolores de espalda y cabeza. La solución en la mayoría de los casos no está en tomar más o menos pastillas sino en modificar hábitos posturales incorrectos que provocan una tensón excesiva. Reeducar nuestro cuerpo, esto es lo que propone la técnica Alexander.

    Se trata de una forma de mover nuestro cuerpo más natural y según está diseñado para hacerlo.

    Esta técnica la desarrolló Frederick Matthias Alexander. Nació en Tasmania en 1869, en una familia humilde; de pequeño fue un niño enfermizo con problemas asmáticos. Se mostró interesado por el teatro. A los 16 años busca trabajo y comienza a actuar. Empieza a tener problemas de voz, concretamente una afonía que mejoraba con el descanso pero no se solucionaba y los médicos no acertaban con el remedio. Empezaba la actuación bien y a la mitad de la misma se quedaba sin voz.

    Probó a mirarse en un espejo mientras practicaba a ver si realizaba algo mal. Observó que al comenzar a recitar, tensaba su cuello. Inclinaba la cabeza atrás y los músculos de la garganta se estiraban. Utilizó varios espejos para observarse en todas las posiciones. Concluyó que si cambiaba esos hábitos su voz mejoraría.

    Empezó por la tensión en el cuello para tratar de corregirla. Descubrió que si dejaba de tensar el cuello y se paraba, o sea, “no actuaba” para corregir los otros problemas, éstos desaparecían.

    Si movía su cabeza demasiado hacia delante o atrás se tensaban los músculos. Tenía que moverla arriba y adelante. Alexander observa que la posición de la cabeza es fundamental, por ello la denomina “control principal”. La relación de la cabeza-cuello y cuerpo incidía en la posición de todo el cuerpo

    Aplica lo que descubre a diversos aspectos cotidianos posturales como caminar y sentarse. Descubre que a veces sus sensaciones o percepciones son falsas respecto a lo que él creía realizar “sin tensión”. Piensa entonces que si actúa de un modo erróneo tendrá que darle más importancia a “no actuar”, a inhibir el movimiento y analizar la situación antes de moverse.

    Alexander difunde su trabajo en Londres. No era una persona amante de los actos sociales así que su método no alcanzó una gran difusión. Sin publicidad su técnica no tenía excesivas posibilidades. El método lo utilizan sobre todo músicos y actores para disminuir esta tensión, para corregir problemas posturales.

    En la actualidad se extiende su demanda entre personas con dolores de espalda en general, problemas derivados de una excesiva tensión y cantantes, jinetes, modelos, bailarines, conferenciantes, deportistas… personas que necesitan un dominio importante de su cuerpo para un desempeño óptimo de su actividad.

Principios del Método Alexander

    El “control principal” (relación entre la cabeza, cuello y tronco) repercute en todo el cuerpo. Alexander sugiere que nuestra cabeza debe dirigirse arriba y adelante para estar colocada de modo correcto. Un ejercicio de Alexander para conseguirlo es imaginar que una cuerda tira de nuestra cabeza hacia arriba.

    Debemos ser capaces de darnos cuenta de cómo cambia nuestro cuerpo cuando el cuello se libera (Conable 2001: 37.)

    Alexander habla de “proyecciones conscientes” a modo de pensamientos que debe repetir la persona: cuello libre, cabeza hacia arriba y adelante, espalda sin tensión.

    Solemos movernos como si estuviéramos en situación de amenaza de tal forma que el cuerpo recoge esa tensión. Debemos cambiar la forma de reaccionar. No actuar, analizar la situación antes de movernos y centrarnos en cómo hacer las cosas más que en hacerlas en sí. En ocasiones vamos de un lugar a otro y no nos fijamos en lo que hacemos durante el trayecto cuando resulta que ver a nuestro alrededor nos relaja ya que nuestra cabeza no va adelantada.

    El movimiento de ojos es importante en la posición de la cabeza y en la posición del cuerpo. Cuando caminamos si miramos al suelo provocamos tensión. Es necesaria una forma de caminar diferente. Debemos tener presente que hay muchos modos de caminar, pero lo hacemos siempre de la misma forma. En el método Alexander es importante, antes de actuar, preguntarnos qué hacemos y cómo. Ante un estimulo, pararnos y decidir una respuesta adecuada, ésta es mejor solución que reaccionar de golpe.

    Debemos aprender la inhibición, analizando la situación antes de actuar (Craze, 2002: 48). Sabemos que las emociones pueden influir en la postura. Si por ejemplo nos enfadamos adoptamos una postura tensa pero si ocurre esta circunstancia emocional también podemos decidir si llevamos esta emoción a nuestra postura o no.

Postura correcta de pie

    Pero ¿cuál es la postura correcta de pie?, normalmente no solemos adoptarla sino que tendemos a sacar pecho y a arquear la columna. Podemos comprobar nuestra postura de pie, de la siguiente forma, nuestros pies a 5 cm de la pared y separados 45 cm entre sí. Nos inclinamos suavemente hacia la pared y entonces los glúteos y omoplatos deberían tocar la pared a la vez. Si notamos un hueco entre la pared y nuestra espalda flexionamos ligeramente piernas y nos deslizamos por la pared dejando que, los brazos cuelguen. Si conseguimos tocar la pared con esos puntos sin doblar las rodillas puede que nos sintamos un poco raros al principio pero estaremos erguidos.

Mobiliario y postura

    En nuestra vida diaria solemos colocarnos en posturas que no son naturales: sillas sofás, asientos de automóviles…contribuyen a ello ya que no están diseñados para nuestro cuerpo.

Sofá

    Para levantarnos fácilmente nos desplazamos al borde anterior del sofá y desde ahí pasar a la posición de pie nos cuesta menos trabajo.

Sillas

    Si nos sentamos, nuestras piernas no están colocadas en la posición más relajada pues los músculos están colocados en ángulo recto con la espalda. Con una ligera inclinación los asientos serian más compatibles. Si las patas delanteras fueran más cortas que las traseras sería más fácil levantarse, bastaría con una pequeña inclinación adelante. Todas las sillas suelen tener forma de ángulo recto pero las personas son diferentes. Si inclináramos ligeramente sillas y sillones hacia delante estaríamos más cómodos (Craze, 202: 62).

    Por otro lado, si al sentarnos utilizamos los brazos y justo un instante antes los soltamos y caemos de pronto en la silla, se activa el reflejo corporal que provoca tensión porque el cuerpo se cae. Si en lugar de eso, nos movemos despacio y llevamos el cuerpo suavemente adelante, no se activa el reflejo pues estamos en equilibrio hasta el final del movimiento. No existe situación de amenaza que provoque la tensión del cuerpo.

    Para levantarnos podemos movernos ligeramente hacia delante y utilizar un suave movimiento de cabeza adelante y arriba para incorporarnos a partir de ahí utilizando las piernas.

Actividades cotidianas

    A la hora de barrer o pasar la aspiradora solemos utilizar más fuerza de la necesaria y llevar la cabeza hacia abajo, también sujetamos la aspiradora demasiado lejos (mal). Es más favorable adoptar una postura más erguida.

    La altura de la almohada ha de ser la que permita la alineación de la cabeza y el tronco por ello no debe ser alta y provocar molestias en el cuello.

    Si trabajamos con ordenador, la pantalla del mismo debe estar a la altura de los ojos. Si está por debajo o por encima tenemos que inclinar la cabeza y como resultado se tensan los músculos del cuello.

    Nuestra espalda está mejor recta por lo que debemos buscar la forma de que este así en actividades cotidianas

Las piernas

    Las suelas de nuestros zapatos a veces interfieren en nuestra actitud ya que nuestros pies están preparados para estar horizontales en el suelo, deberíamos pasar más tiempo descalzos cuando sea posible, así fortaleceríamos los músculos de los pies. Por otro lado es necesario limitar el uso de tacones ya que trasladan el peso del cuerpo a la parte delantera de los pies creando un desequilibrio postural.

En el servicio

    La posición del retrete no favorece la evacuación intestinal, de hecho las enfermedades intestinales son más frecuentes en occidente que en Asia donde existen otros hábitos. Si nos colocamos en cuclillas vaciamos por entero el intestino. Para conseguirlo basta colocar un taburete para apoyar los pies.

    Para llevar objetos pesados debemos mantener la espalda recta y permanecer equilibrados, por ejemplo repartir el peso en dos bolsas, recoger objetos en cuclillas, etc.

Bibliografía

  • CONABLE, B. CONABLE, W. (2001): Cómo aprender la técnica Alexander. Obelisco, Barcelona.

  • CRAZE, R. (2002): La Técnica Alexander. Paidotribo, Barcelona

  • DZIEMIDKO, H (2002): El libro completo de la medicina energética. Blume, Barcelona.

  • FRERES, M. MAIRLOT, M.B. (2000): Maestros y claves de la postura. Paidotribo, Barcelona.

  • PAYNE, R. (1996): Técnicas de relajación. Paidotribo, Barcelona.

  • VARIOS (1992): El arte del masaje. Integral, Barcelona.

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revista digital · Año 13 · N° 130 | Buenos Aires, Marzo de 2009  
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