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Actividades en un programa de intervención motriz adaptado

 

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

por la Universidad de Granada

Profesor de Educación Secundaria. Educación Física

Roberto López-Cózar Ayala

roberto_lca@hotmail.com

(España)

 

 

 

Resumen

          La elaboración y puesta en práctica de un programa de intervención motriz adaptado requiere de una correcta selección de actividades que respondan con idoneidad a la demanda de las necesidades específicas de apoyo educativo que el alumnado presenta en cada momento.

          El objetivo de este artículo es recoger de la manera más clara posible algunas actividades interesantes para determinados alumnos y alumnas que se encuentran en desventaja con sus semejantes.

          Palabras clave: Educación Física. Intervención motriz adaptada. Necesidades educativas específicas de apoyo educativo. Actividades.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - Nº 128 - Enero de 2009

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I.     Introducción

    La actividad física y el deporte forman parte integrante de las fases educativas y terapéuticas en cualquier programa que tenga como finalidad la integración en todos los ámbitos de la sociedad de aquellas personas con necesidades específicas de apoyo educativo. Además, la actividad física es utilizada como método de mantenimiento de las condiciones de recuperación y prevención, cumpliendo así su triple papel fisiológico, psicológico y preventivo (Martín Vicente, 1996).

    Antes de poner en marcha un programa deportivo hay que tener en cuenta que generalmente muchas de las actividades que se presentan para estas personas son, básicamente, las mismas que en las de cualquier programa de educación física bien preparado. Sin embargo, debido a las características especiales del sujeto, a veces estas actividades requieren cierta modificación y hay que adaptar ejercicios y métodos de enseñanza para presentar la actividad siguiendo unas normas pedagógicas:

  • Las actividades deben seleccionarse de acuerdo con la base y nivel de desarrollo del grupo, relacionándose con las características físicas, mentales y emocionales de los sujetos.

  • Las diferencias individuales presentes en el grupo deben incidir en la selección de actividades.

  • Se debe cuidar al máximo el factor “socialización”, tanto su comportamiento individual, adaptación social y sensibilización al mundo de una manera colectiva.

    Autores como Depauw/Sherrill (1994), citados por Doll-Tepper (1996), han definido la actividad física adaptada como “un cuerpo de conocimiento interdisciplinario dirigido hacia la identificación y la solución de problemas psicomotores a través del ciclo vital; la defensa del acceso igualitario a un estilo de vida activo al ocio, instrumento de educación física de alta calidad, e implicación en el deporte, la danza y deportes acuáticos a lo largo de toda la vida; y los servicios de distribución en la comunidad escolar que apoye la integración y la inclusión”, definición que nos clarifica que la actividad física adaptada no tiene que ver exclusivamente con poblaciones que históricamente se han etiquetado como “disminuidos” o “especiales”. Más bien hoy, se pone énfasis en las diferencias individuales e interacciones medioambientales que se manifiestan en problemas físicos, mentales, sociales o emocionales y que afectan a la consecución de un estilo de vida y ocio activo y sano, la integración y la inclusión. Por otra parte, entienden la actividad física adaptada no sólo como un término usado para describir un cuerpo interdisciplinar de conocimiento sino también como “un marco de investigación teórico para la investigación y estrategias que proporcionan programas de actividad física”.

    Nos dice Doll-Tepper (1996) que la integración y la inclusión han llegado a ser, en la actualidad, temas clave de investigación en la actividad física adaptada. A pesar de la diversidad del tema y el diseño, la investigación sobre actividad física adaptada refleja el creciente interés social sobre individuos con necesidades específicas de apoyo educativo con el propósito de aportar igualdad a las poblaciones que fueron, y en algunos aspectos, siguen siendo desfavorecidas.

    En todos los esfuerzos futuros, se debe prestar atención especial a llevar a cabo una investigación con sentido y apropiada; esto debe hacerse en colaboración con individuos con minusvalía (Doll-Tepper, 1996). Estos desarrollos se dirigen a ofrecer más opciones y mejores oportunidades de participación a personas con necesidades únicas de actividad física y deporte proporcionando así una mejor calidad de vida a todas las personas.

    Las actividades físicas adaptadas, nos dice Hernández (1994), “constituyen un término amplio y generalista que pretende recoger todos los ámbitos de intervención que no acoge la actividad física normal”. Si los diferentes enfoques de la actividad física tienen como referencia la edad, el rendimiento motriz, el ocio y la recreación, las actividades físicas adaptadas tienen el mismo objeto de estudio, pero éste se materializa y lo hace de diferente forma al ser dirigido a personas con determinadas particularidades.

    Así, cuando describimos la actividad física de los ancianos, describimos la adecuación de la actividad física a personas de la tercera edad, es decir, las actividades físicas adaptadas a las personas de determinada edad. Cuando intervenimos mediante las actividades físicas en personas con discapacidad, hablamos de actividades físicas adaptadas a personas con disfunciones, por tanto la contextualización de la actividad física determina en gran medida la intencionalidad de la misma. Así, podemos referirnos, en el ámbito educativo, a las actividades físicas o a las actividades físicas adaptadas con la denominación de Educación Física Adaptada. También podemos describir las actividades físicas en un ámbito hospitalario; entonces las denominaremos actividades físicas adaptadas de connotaciones terapéuticas (fisioterapia) o con matizaciones educo-recreativas, o bien actividades físicas adaptadas al ocio y a la recreación. También podemos describir actividades en el ámbito competitivo cuyo máximo exponente es el deporte adaptado y el deporte de integración.

    A partir de estas premisas es necesario señalar que las actividades físicas adaptadas presentan numerosas opciones, dependiendo del marco en el que se ubiquen. Desde el desarrollo lúdico al rendimiento motor del deporte profesional al deporte-salud, el objetivo de las actividades físicas adaptadas es alcanzar la óptima competencia motriz. Es lógico pensar que existen excepciones de las actividades físicas adaptadas en el marco hospitalario cuyo objetivo es la rehabilitación y la recuperación funcional, pero no hay duda de que el rendimiento motriz también está presente en este ámbito.

II.     Actividades en un programa de intervención motriz adaptado

    El programa de actividad motriz, en base al tipo de necesidades específicas de apoyo educativo que estemos tratando, y a los objetivos y contenidos formulados en el mismo, deberá comprender algunas de las siguientes actividades:

1.     Expresión corporal (de carácter lúdico y que mejore el lenguaje del cuerpo)

    El teatro, entendido como ocio, es el mejor útil para la integración social de las personas con este tipo de necesidades y el desarrollo en distintos campos como la mejora del lenguaje. La escena obliga al sujeto a forzarse, a vocalizar mejor para que el público le entienda, con lo cual se potenciarán la capacidad verbal y expresiva. Por otra parte, se fuerza a manejar objetos y elementos que encuentra en la vida diaria aprendiendo habilidades sociales difíciles de adquirir dentro de otros sistemas como ponerse a la cola de un cine, manejar dinero o mantener el turno en una conversación, sobre todo las personas que están institucionalizadas y con problemas para acceder a la calle (Comanerejo, 1996).

2.     Juegos de sensibilización perceptiva

    Nos referimos a juegos que desarrollen los sentidos, fundamentalmente los exteroceptivos (vista, oído, tacto,...) y los propioceptivos (posición, actitud corporal,...).

3.     Ejercicios y/o juegos de motricidad básica

    Se refiere a juegos de conocimiento corporal (lateralidad, esquema corporal, postura, actitud, ajuste, conducta respiratoria, control segmentario), desplazamientos (marchas, carrera, cuadrupedias, reptaciones, trepas, descensos, deslizamientos, transportes, propulsiones en medios habituales), saltos (en longitud, en altura, con apoyo intermedio, sin apoyo intermedio, desde alturas diferentes, con diferentes tipos de batida, introduciendo diferentes habilidades en el aire, con diferentes caídas), giros (en el eje longitudinal, eje transversal, eje sagital, con diferentes combinaciones de ejes), lanzamientos (en velocidad, de precisión, de fuerza, con diferente trayecto del móvil, en apoyo, en suspensión, estáticos, dinámicos), recepciones (estáticas, dinámicas, con un sólo segmento corporal, con varios segmentos corporales), equilibrio corporal (estático intentando mantener una posición, dinámico), coordinación dinámica general y manual, rapidez de movimientos, percepción espacial (organización espacial, orientación, estructuración), percepción temporal (de la duración, del silencio, acentos, nociones de orden, de intervalo…) y percepción espacio-temporal (deportes colectivos).

4.     Ejercicios que desarrollen la capacidad física de la persona (fuerza, potencia, resistencia, velocidad, flexibilidad, agilidad)

    Con la actividad física y el entrenamiento deportivo en personas con necesidades específicas de apoyo educativo se es capaz de desarrollar distintas cualidades musculares y mejorar diversos órganos y sistemas del cuerpo. Así, cuando una de estas personas se enfrenta con una situación de esfuerzo, por pequeña que sea, se establece un cansancio que de otra manera no se produciría y que influye negativamente sobre su rendimiento. Se ha demostrado que, simplemente con cambiar de un trabajo sedentario a otro más intenso, se produce al cabo de seis meses una apreciable disminución en el consumo de oxígeno para la realización de una nueva tarea que se explica por el mejor rendimiento muscular consecutivo al entrenamiento.

    Mediante la actividad física controlada se pueden alcanzar buenos niveles de entrenamiento capaces de desarrollar efectos muy beneficiosos en el organismo. Según estudios realizados en un grupo de parapléjicos, se produce un aumento de la capacidad respiratoria cercana a un 35% consecutiva al entrenamiento, de igual modo, se establece una elevación de un 15% del gasto cardíaco, mejorando a su vez la diferencia arterio-venosa de oxígeno y su aprovechamiento por el sistema muscular.

    Por otra parte, la redistribución de la sangre a lo largo de todo el territorio muscular mejora en gran manera, gracias sobre todo, a que se va produciendo poco a poco una vascularización más efectiva, también la coordinación neuromuscular se va haciendo más precisa afectando tanto a cada músculo individualmente como al conjunto de aquellos que están integrados para la realización de un movimiento.

    El entrenamiento deportivo en los minusválidos, al igual que en el resto de la población, aumenta la masa muscular, con disminución de la grasa corporal y eleva las inmunoglobulinas presentes en el plasma. La actividad física es un poderoso agente de prevención contra gran número de enfermedades, especialmente coronarias disminuyendo las cifras de presión sanguínea elevada y mejorando la respiración bronco-pulmonar (Martín Vicente, 1996).

5.     Juegos pre-deportivos (que introduzcan a un deporte) y juegos deportivos adaptados

    Nos pueden servir de ejemplo el tenis de mesa o el bádminton con adaptaciones.

6.     Deportes de base (individuales o de grupo), y/o de competición (ordinarios o adaptados)

    En muchos casos la práctica deportiva y la actividad física es un buen motivo para ampliar el círculo de amistades, frecuentar centros deportivos, inscribirse en clubes y compartir experiencias con otras personas con problemas similares. Mediante el juego y el deporte se generan situaciones agradables en las que no falta el afán de superación para sobreponerse a las dificultades. Por ello, lo que se pretende es que las personas con estas necesidades tengan acceso al deporte como todos los demás, con independencia de que cada cual tenga sus limitaciones. La práctica del deporte aporta tanto beneficios físicos como mentales (Marco, 1996).

    Para colectivos como los minusválidos el deporte es esencial para su condición física, social y emocional. El deporte es una escuela de convivencia que obliga a aceptar normas y reglas de comportamiento, potencia la relación y el respeto entre compañeros y compañeras. Con la práctica deportiva el minusválido psíquico desarrolla y mantiene las funciones disminuidas, así como una forma natural de fisioterapia, rehabilitación y de afianzamiento de la personalidad, como ocurre con los discapacitados físicos y sensoriales. Para todos es una atractiva vía de integración sensorial. La sociedad civil debe fomentar que los minusválidos puedan hacer deporte, destruyendo las barreras arquitectónicas y fundamentalmente las psicológicas que tanto han marginado y han impedido el “Deporte para Todos”. Los padres y familiares de las personas afectadas deben olvidar los planteamientos de superprotección y pensar que toda persona puede conseguir todo aquello que se propone: esquiar con una sola pierna, hacer escalada con silla de ruedas, jugar al fútbol siendo ciego, etc. Las empresas privadas no sólo deben apostar por el Deporte Espectáculo y productivo, sino también el “Deporte para Todos” y entre esos todos están incluidas las personas con necesidades específicas de apoyo educativo. Para que las personas con estas circunstancias se inicien cuanto antes en la práctica deportiva y consigan una pronta recuperación física y anímica instamos a los responsables políticos y técnicos de los grandes hospitales con lesionados medulares y traumáticos que ayuden y permitan que las personas afectadas opten cuanto antes por cambiar una silla de ruedas por una deportiva, el pijama del centro sanitario por una chándal deportivo y un estado deportivo por un espíritu de superación (Palau Francas, 1996).

    El deporte puede ser contemplado desde un aspecto lúdico o participativo (que busca la mejora de la salud y la calidad de vida mediante la práctica de la actividad física) o desde la óptica de la competición, que implica una superación de los retos personales en competencia con las metas de otros deportistas (Marco, 1996).

7.     Actividades de ocio y tiempo libre

    Saber llenar el tiempo de ocio, también es importante y el deporte adaptado cumple perfectamente esta función. Tanto la actividad física como la práctica de deporte aporta tanto beneficios físicos como mentales y es capaz de lograr un equilibrio psicológico en todos los que la practican (Marco, 1996).

    Que el Ocio es “bueno” no necesita, prácticamente, justificación. Su propia naturaleza y características, al igual que la de, por ejemplo la salud física y mental o la calidad de vida, hacen del Ocio una realidad social y personalmente valorada como positiva. El Ocio es un ámbito de la experiencia humana caracterizada por la libertad, la voluntariedad y el disfrute personal. Existen numerosos estudios o experiencias que intentan demostrar los beneficios que un Ocio normalizado tiene para las personas con discapacidad y para otros colectivos desfavorecidos, defendiendo la idea de que el Ocio otorga los mismos beneficios a las personas de la tercera edad, los niños, las mujeres, los jóvenes o cualquier otro grupo de interés (Gorbeña Etxebarría, 1996).

    En el caso de las personas con discapacidad, las experiencias de ocio pueden resultar especialmente beneficiosas por diversas razones. En primer lugar, el ocio, a diferencia de otros ámbitos como el trabajo o la educación, no tiene unos cánones de excelencia o unos estándares que haya que cumplir para alcanzar una supuesta “normalidad”. La medida del ocio está casi siempre en uno mismo y en el sentido, significado y disfrute que uno sea capaz de derivar. Por otro lado, la acumulación de experiencias negativas, fruto de la discriminación, que muchas personas con discapacidad experimentan, puede verse compensada por las consecuencias positivas que conlleva al Ocio. Finalmente, para algunos colectivos que, por el alto grado de afectación a veces pueden acceder a la satisfacción derivada de determinados roles sociales, el ocio puede configurarse como un ámbito vital de extrema importancia (Gorbeña Etxebarría, 1996).

III.     Actividades concretas para casos concretos en alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo

    En líneas generales, y dependiendo del tipo de deficiencia y de la intensidad de la misma, las actividades motrices que se programen van a diferir. Así pues, De Potter, tal y como se recoge en Linares (1994), sugiere las siguientes actividades:

1.     Actividades para disminuidos mentales

  • Las personas con retraso mental ligero o moderado, pueden practicar ejercicios de coordinación dinámica general (desplazamientos, gateo, cama elástica,...) y manual (lanzamientos, recepciones,...), etc.

  • Las personas que adolezcan de un retraso mental severo, tienen como necesidades fundamentales la sensibilización motora y el desarrollo físico (estimulación sensorio-motriz, utilización del cuerpo, actividades de comunicación con el entorno, etc.).

    En función de la gravedad del niño disminuido mental, nos dice Potter (1996), presentará un retardo de 2 a 4 años en relación al niño normal de la misma edad, por lo que hace referencia a aptitudes físicas. De esta manera es necesario un entrenamiento especial y estimulante y muy especialmente contactos físicos con padres/madres y maestros/as durante los primeros años de la vida y posteriormente actividades apropiadas, para superar los retrasos motores (movimiento, equilibrio, fuerza, destreza) y para favorecer el desarrollo de las diferentes aptitudes, facultades y sentidos.

    La actividad física adaptada hace falta que se dirija a todos los deficientes mentales desde su infancia. La enseñanza necesita una renovación permanente, aportando materiales e información indispensable para un trabajo fructífero relacionado con el conocimiento de su cuerpo, la formación motriz general, la concepción del espacio y tiempo y las nociones de equilibrio. Todas estas nociones fundamentales que son la base de la competencia corporal para una mejor adaptación al medio social hay que adquirirlas a través del deporte.

    De manera paralela al desarrollo de la noción del “Deporte para todos” desde 1966, el “Deporte para disminuidos mentales” engloba actualmente todas las formas de actividad física adaptada. De ahora en adelante se prevén una serie de actividades variadas: gimnasia, natación, esquí, judo, juegos de pelota (tanto individuales como colectivos), atletismo, equitación, etc.

    En relación con el interés al deporte de competición, para los deficientes mentales parece que:

  • La competición pura tiene el peligro de someter a los participantes a una tensión excesiva si las pruebas no son adaptadas a la competencia de cada uno.

  • Es necesario limitar rigurosamente el número de pruebas.

  • Después de estar bien organizadas, las competiciones pueden constituir una experiencia emocionante.

    Sea como sea, no convendría dedicar demasiado tiempo al deporte de competición o al entrenamiento demasiado exigente. Para los deficientes mentales la competición debe consistir igualmente en batir sus propios récords. Recompensar la buena superación individual constituye un importante ánimo psicológico.

2.     Actividades para disminuidos físicos

  • Para las personas con deficiencias visuales, es importante el aprendizaje del equi1ibrio / desequilibrio y su transferencia al de las caídas. Dado que la persona ciega suele poseer una hipertonía frecuente, se aconsejan ejercicios de relajación en distintas actitudes, tanto estáticas como dinámicas. Además, convienen juegos en los que participe la estereognosis (reconocer la naturaleza de los objetos por su forma o consistencia, a través del tacto).

  • Para las personas con deficiencia auditiva, se pueden realizar, entre otras actividades: lanzamientos, tiro con arco, golf y en general cualquier actividad físico-deportiva en la que se cambien los signos acústicos (silbatos) por 1os visuales (pañuelos, gestos manuales,...).

  • Para las personas con deficiencia de tipo motor, se necesitará de una mayor adaptación de las actividades físicas y deportivas, adaptabilidad que claro está, va a estar en función del grado de discapacidad motora que tenga la persona.

    Siguiendo a Potter (1996) vemos que establece diferentes categorías entre los disminuidos físicos y nos aporta los diferentes deportes para los que se sería apto:

1.     Parapléjicos y Tetrapléjicos

    Se trata de una parálisis de los miembros inferiores que se remonta más o menos arriba del tronco; si la parálisis afecta los miembros superiores, se trata de una tetraplejia. Las causas son: traumatismos, mielitis, tumores que comprimen la médula espinal y alteraciones vasculares de la médula espinal.

    Aptitud para el deporte: atletismo, baloncesto, equi­tación, esgrima, halterofilia, natación, tenis de mesa, tiro.

2.     Hemipléjicos

    Es la parálisis de la mitad del tronco en sentido vertical debido a lesiones del encéfalo. Sus cau­sas son la hemorragia cerebral, traumatismo cra­neal o malformación vascular cerebral.

    Aptitud para el deporte: Atletismo, esgrima, te­nis de mesa, tiro con arco, natación.

3.     Enfermedad motriz cerebral

    Déficit neurológico que aparece en el momento o inmediatamente después del nacimiento. No es hereditario ni evolutivo.

    Aptitud para el deporte: Los más incapacitados practican sobre silla de ruedas deportes como el tenis de mesa, atletismo, natación o slalom en silla de ruedas. En bipedestación pueden practicar atletismo, equita­ción, tenis de mesa, esgrima, vela, lucha, fútbol, natación, tiro con arco y con carabina.

4.     Secuelas de Poliomielitis

    Parálisis definitivas que resultan de la afectación del cuerpo celular por el virus de la poliomielitis. Los músculos afectados son flácidos y la fragili­dad ósea es grande.

    La aptitud para el deporte es muy importante dado que todos los músculos no afectados pue­den ser utilizados y todos los deportes le son posibles.

5.     Parálisis radicular y troncular

    Ocurre por traumatismos, obteniendo una apti­tud para el deporte excelente dado que su déficit está localizado.

6.     Amputaciones congénitas o adquiridas

    Es una pérdida definitiva total o parcial de un miembro. Su aptitud para el deporte es excelente, sobre todo para los sujetos jóvenes. Alpinismo, baloncesto, ciclismo, canoa, equitación, esgrima, golf, natación, patinaje, tiro con arco, tenis de mesa, tenis, esquí, voleibol, vela.

7.     Deficientes visuales

    Se pueden distinguir dos categorías:

  1. Ciegos.

  2. Deficientes visuales: La afectación ha de ser como mínimo del 80% para cada ojo y con corrección óptima.

    El comportamiento es tanto más perturbado cuanto más precoz es la deficiencia.

    Aptitud para el deporte: Atletismo, remo, natación, equitación, gimnasia, judo, esquí.

IV.     Conclusión

    La introducción del deporte y la actividad física en personas afectadas por alguna de las situaciones recogidas en el artículo ha contribuido a desarrollar en ellos, en mayor medida: salud física y mental, confianza en sí mismos, sentido de la camaradería y mejora de las relaciones sociales. Esta introducción ha sido posible gracias a muchos factores:

  • Evolución de las mentalidades: después del importante número de incapacitados tras la segunda guerra mundial, se impusieron las modernas nociones de adaptación.

  • Progresos de la tecnología.

  • El deporte se ha convertido en uno de los medios populares de utilización del tiempo de ocio.

  • La evolución de la educación ha contribuido a crear el gusto por el deporte.

Bibliografía

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