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La rotura del tendón de Aquiles en el deporte 

y su protocolo de recuperación

 

Diplomado en Magisterio de Educación Física por la Universidad de Almería

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte 

por la Universidad de Granada

(España)

Antonio Manuel Manzaneda Martínez

manzanedachili@hotmail.com

 

 

 

Resumen

          Las lesiones en el campo de la actividad física y el deporte, constituyen uno de los factores que restringen la práctica deportiva del sujeto durante un cierto periodo de tiempo hasta su recuperación. Hay que decir, que cuando se producen daños graves en las partes lesionadas, las cuales no se pueden recuperar de forma total. Se produce una limitación en la actividad físico-deportiva que puede llevar a reducir los niveles de rendimiento del atleta, acortando o terminando en el peor de los casos con la vida deportiva de éste.

          La fisioterapia actualmente ocupa un papel importante en la recuperación de lesiones, puesto que contribuye a que estas se curen, acortando los plazos de recuperación y minimizando la posibilidad de reincidencia lesiva. En el presente trabajo nos centramos en una lesión que es la rotura del tendón de Aquiles, haciendo hincapié en la patología, prevención, medidas diagnósticas y protocolo de recuperación.

          Palabras clave: Tendón de Aquiles. Prevención. Rotura. Protocolo de recuperación.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - Nº 127 - Diciembre de 2008

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a.     Reseña anatómica

    Los músculos gastronemios se unen al sóleo en su porción distal para insertarse en el calcáneo formando el denominado tendón de Aquiles. Los músculos gastronemios tienen la particularidad de ser biarticulares, es decir, que sobrepasan dos articulaciones (la rodilla y el tobillo). La disposición de este grupo muscular bajo una extrema y rápida contracción excéntrica (rodilla en extensión y tobillo en dorsiflexión) produce una sobrecarga de distracción, la cuál ha sido referida como causante de la disfunción del tendón.

    En las áreas medias del tendón (lejos de sus sitios de inserción distal), éste rota internamente antes de llegar al hueso, es decir, que las fibras más posteriores se vuelven externas. Todo lo anterior resulta en un torque de tensión localizado, que puede ser el causante del proceso traumático.

    El tendón está rodeado de una estructura denominada paratendón y no posee vaina sinovial. El paratendón es un tejido conectivo peritendinoso que rodea por entero al tendón. Esta vaina peritendinosa consta de dos hojas: una interna o visceral y una externa o parietal, y que presenta ocasionalmente puentes o uniones entre ellas, denominadas mesotendones. Cuando existe fluido sinovial entre las dos hojas, se le denomina tenosinovia; si no, se le denomina tenovagina.

    El tendón se inserta distalmente en la porción inferior del calcáneo en la tuberosidad postero-superior. La bursa retrocalcánea es una estructura lubricadora normal, localizada entre el tendón y el hueso proximalmente a su inserción, existiendo frecuentemente una segunda bursa de ubicación subcutánea entre el tendón y la piel y que puede igualmente verse comprometida. Por lo tanto, las bursas como la tuberosidad calcaneana estarían involucradas como procesos inflamatorios en la disfunción distal del tendón.

    La tuberosidad postero-superior del calcáneo puede encontrarse marcadamente prominente, lo que ha sido denominado como Deformidad de Haglund. Esta prominencia ósea asociada a una inflamación crónica de la bursa retrocalcánea puede mecánicamente horadar y químicamente erosionar el tendón de Aquiles en su inserción.

b.     Patología

    La rotura parcial o completa del tendón de Aquiles es una lesión relativamente rara entre la población atlética joven, aunque cada vez se dan más casos debido a la práctica deportiva con fines de ocio y sin calentamiento previo y adecuado. Esta lesión es mucho más frecuente entre las personas mayores que hacen deporte como una forma de ocio.

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Rotura total del tendón

    Los dos mecanismos más claros de rotura del tendón de Aquiles son la flexión dorsal violenta del pie y un golpe directo mientras el músculo está contraído.

    Las actividades en las que es frecuente la rotura del tendón de Aquiles abarcan el baloncesto, el fútbol, el ciclismo, el esquí de fondo, el ballet, el patinaje artístico y las carreras.

Causas que pueden producir la rotura

  • Errores de entrenamiento: sobrecarga repetitiva en el deportista de competición o sobrecarga aguda en el que practica un deporte recreativo; especialmente en corredores, aumento de la frecuencia de entrenamiento, superficies de entrenamiento duras y resbaladizas etc.

  • Disminución de la fuerza y la flexibilidad de los músculos de la pantorrilla.

  • Pies cavos, que provocan una menos absorción del impacto, y pie plano y flexión dorsal del tobillo, cuya consecuencia es el efecto de torsión del tendón por el exceso de pronación resultante.

  • Envejecimiento, que se asocia a una disminución de la fuerza y la flexibilidad de los músculos, así como de la irrigación del tendón.

    Los principales síntomas que se pueden apreciar en la rotura del tendón de Aquiles son los siguientes:

  • En el momento de la rotura se produce un chasquido audible, con dolor no muy intenso que permite al deportista girarse para averiguar la causa de su traumatismo, e impotencia funcional, tampoco excesiva porque se puede mantener la marcha, con cierta cojera, desplazando el punto de apoyo de las cabezas de los metas a los primeros dedos, utilizando los flexores. Esta falta de gravedad en las manifestaciones clínicas hace que en ocasiones no llegue a diagnosticarse una rotura completa.

  • Debilidad e impotencia funcional inmediata (imposibilidad de realizar flexión plantar).

  • Dolor no muy intenso, incrementándose al subir pendientes.

c.     Medidas diagnósticas para la lesión

    El diagnóstico se lleva a cabo fundamentalmente con la historia clínica, la exploración, las pruebas diagnósticas y las pruebas complementarias:

  • Historia clínica del deportista, es importante recoger:

    1. La edad del paciente, ya que como se ha mencionado anteriormente es más frecuente en los individuos de edad media.

    2. Enfermedades o tratamientos previos.

    3. Intensidad y localización del dolor, que suele ser un dolor brusco a nivel del tendón de Aquiles, que los pacientes describen "como si hubiera recibido un puntapié" en la pierna.

    4. Percepción de crujido.

    5. e. El mecanismo de producción que suele ser la consecuencia de una contracción muscular brusca del músculo tríceps sural (como saltar o correr) al realizar una flexión plantar súbita del pie. 

  • La exploración de la rotura del tendón de Aquiles es mejor realizarla con el paciente en decúbito prono y con los pies colgando por el borde de la camilla, observándose:

    1. En la inspección el "signo del hachazo", que es un defecto del contorno del tendón y tumefacción.

    1. En la palpación, se observa en las roturas parciales, en la localización del tendón de Aquiles una zona inflamada dolorosa a la palpación y también se observa una discontinuidad respecto al talón contralateral al realizar flexión plantar contra resistencia, aunque este último signo se aprecia más claramente en las roturas totales; tanto en uno como en otro caso no se aprecia dolor a la palpación de ningún punto óseo.

    2. En cuanto a la movilidad presenta una debilidad de la flexión plantar contra resistencia, al indicar al paciente que comprima el pie contra nuestra mano, e imposibilidad para ponerse correctamente de puntillas o no pudiendo andar de puntillas si la rotura es total. La maniobra de Thompson consiste en la aparición de una flexión plantar del pié al apretar la pantorrilla. Esta maniobra distingue entre las roturas completas, en las que esta maniobra es anormal o positiva al no aparecer la flexión plantar, y las roturas parciales en las que es normal, a pesar de tener un defecto palpable. Esta maniobra sería recomendable realizarla en todos los dolores de tobillo. 

Rotura tendón Aquiles pie izquierdo

Maniobra de Thompson

  • Las pruebas complementarias que se pueden utilizar para confirmar el diagnóstico son:

    • La ecografía.

    • La resonancia magnética (RM)

    La ecografía es más segura en determinar el espesor del tendón y el tamaño de la solución de continuidad después de una rotura completa. Por el contrario la RM es más fiable en el diagnóstico de las roturas incompletas y la evaluación de los distintos estadios de los cambios degenerativos crónicos. Generalmente el tendón es inicialmente valorado con ecografía debido a que es una técnica fácil, barata y que permite el examen dinámico, aunque necesita una importante experiencia del ecografista; y si los hallazgos encontrados son dudosos se debería realizar una RM. 

    En la mayoría de los casos la rotura del tendón de Aquiles puede ser diagnosticada por la historia clínica y la exploración, pero en las siguientes situaciones el diagnóstico puede ser difícil:

  • Hematoma en la zona de la rotura.

  • Presencia de cierto grado de flexión plantar realizada por los músculos extrínsecos flexores del pie y maniobra de Thompson falsamente positiva al actuar los músculos flexores accesorios del tobillo (tibial posterior, flexor largo de los dedos y del pulgar). 

f.     Protocolo de fisioterapia

    El principal objetivo del tratamiento es devolver al tendón de Aquiles su fuerza y flexibilidad anteriores a la lesión. Inmediatamente después de la lesión el tratamiento debe incluir hielo, compresión, elevación e inmovilización. Si se sospecha que hay una rotura del tendón de Aquiles, hay que enviar al deportista a un médico para que éste haga un diagnóstico específico y establezca el tratamiento adecuado.

Fase I. (24 -48 h)

1.     Crioterapia

    Durante la fase I se aplicará frío. Ejemplo: Bolsas de hielo directamente sobre la piel y se sujetará con una venda para facilitar el efecto coadyuvante o de ayuda de la compresión. Las aplicaciones pueden oscilar entre 20-40 minutos sobre el área lesionada. Se pueden repetir aplicaciones cada 2 o 3 horas las primeras 24-48 horas de la lesión aguda para disminuir los procesos metabólicos e inflamatorios, esto dependerá de la temperatura que varía en función de la actividad y el tiempo (verano o invierno).

2.     Compresión

    Puesto que estamos en la fase aguda de la lesión, aplicamos al deportista un vendaje que sea flexible para que se adapte al posible incremento de volumen. Al aplicar la compresión y frío disminuye el volumen y la compresión va a ser insuficiente, lo suyo es cambiar el vendaje y apretarlo un poco más para que se adapte.

    Con la lesión se produce una extravasación de líquidos: sangre y linfa. Estos dos líquidos salen fuera y no están acostumbrados al contacto directo con los tejidos. Con este contacto extraordinario, el organismo reacciona con una inflamación aumentando el foco inflamatorio. El líquido, si no se contiene se extiende. La compresión controla que el líquido extravasado quede controlado (de ahí la justificación del vendaje).

    Su objetivo es reducir la extravasación del líquido y la linfa. La compresión sustituye a la acción muscular, la sangre venosa es vehiculizada a niveles superiores para que no se estanque. Suple la acción muscular que no se puede realizar.

3.     Elevación

    Una vez vendada la lesión, se eleva el miembro lesionado por encima del nivel cardiaco tumbando boca abajo al deportista. Para favorecer el retorno venoso. Si no comprimo ni elevo la sangre se coagula, se solidifica ocupando más espacio, más deshechos por lo que el periodo catabólico se alarga.

4.     Estabilización

    Estabilizar la estructura lesionada, es decir, el tendón de Aquiles. Se consigue a través de vendajes funcionales que buscan la estabilización sin afectar al resto de la estructura. Facilita, por tanto, la actividad del resto de la estructura, también garantiza el reposo absoluto de la misma.

Pasos para realizar el vendaje funcional

Paso 1

    Para realizar el vendaje en un paciente con tendinitis aquílea o pequeña rotura pediremos al paciente que se coloque en posición de decúbito prono con la pierna libre en el borde de la camilla. El tobillo se sitúa entre 20 y 30º de flexión plantar.

Paso 2

    En primer lugar se colocan las tiras de anclaje distales y proximales siguiendo las mismas indicaciones que en el vendaje del esguince de tobillo. Los anclajes distales se colocan en torno a la cabeza de los metatarsianos y los proximales aproximadamente en el tercio proximal de la pierna.

Paso 3

    Las tiras activas se colocan comenzando desde el anclaje distal hacia el talón ejerciendo desde aquí una tracción suave y pegándolas al anclaje proximal de forma que la tira quede separada de la piel en la cara posterior de la pierna; colocaremos al menos 3 tiras dispuestas en abanico, una en el lado lateral del pie hasta la cara interna de la pierna, otra en la porción central y otra en la cara interna del pie hasta el lado externo de la pierna.

    En todo momento se debe comprobar que es posible realizar una dorsi-flexión de unos menos 10º.

Paso 4

    A continuación procederemos a colocar las tiras de cierre sobre los anclajes distales (de color verde) y seguidamente colocaremos las tiras de cierre proximales, teniendo la precaución de cubrir la pierna hasta la transición músculo-tendinosa del tendón de Aquiles. Acto seguido realizamos un pequeño corte en el borde medial y lateral de las tiras activas y la doblamos sobre sí misma pegándola por la cara inferior; volvemos a comprobar que es posible llegar aproximadamente a menos 10º de flexión del tobillo.

    Por último realizamos el cierre del vendaje con una venda continua elástica adhesiva.

    En grandes roturas de los tendones que necesiten una inmovilización estricta la aplicación del vendaje funcional está contraindicado.

Fase II (de 2 a 3 meses) Tratamiento

Tratamiento ortopédico o conservador: inmovilización durante 2 ó 3 meses.

    Inmovilización con botina de yeso por un periodo de 8 a 10 semanas, dejando libre la rodilla. Durante las primeras 4 ó 6 semanas, el pie debe estar en posición equina y se prohíbe el apoyo del pie. La reeducación se inicia después de 90 días. Durante las siguientes 4 ó 6 semanas, se disminuye la posición en equino y se tolera el apoyo del pie con una botina de marcha. Después de retirado el yeso, se inician un programa de recuperación funcional.

    Está indicado en deportistas aficionados sin necesidad urgente de retomar los entrenamientos. En rupturas recientes detectadas en los primeros días.

Tratamiento quirúrgico

    Consiste realizar suturas con enlazamiento de los cabos seccionados. Estas suturas se refuerzan a menudo por:

  • Un enlazamiento con ayuda del plantar delgado (Chigot).

  • Una plastia por inversión de la aponeurosis del tríceps.

  • Sutura de la vaina sinovial.

    En el postoperatorio debe continuar con una similar a la del tratamiento ortopédico durante 4 a 6 semanas y después fisioterapia.

    Está reservado para pacientes con actividad deportiva habitual y para deportista de élite.

4.1. Ventajas e inconvenientes de ambos tratamientos

 

Ventajas

Inconvenientes

Tratamiento conservador

- Ausencia de anestesia general.

- Ausencia de complicaciones cutáneas o sépticas.

- La incorporación a la vida cotidiana es más lenta.

- Proceso de rehabilitación muy largo.

- Un riesgo mayor de re-ruptura.

- Disminución de la fuerza del tendón. 

- Marcha sobre la punta de los pies posible no antes de 5 ó 6 meses

Tratamiento quirúrgico

- Incorporación más rápida a su vida habitual.

- Indicado para pacientes jóvenes con altos requerimientos físicos.

- Menor tasa de re-ruptura

- Mayor recuperación de fuerza del tendón.

- Mayores complicaciones (infecciones).

- Hipertrofia del tendón.

- Riesgos inherentes a la anestesia general.

- Necrosis tendinosa.

Fase III (de 2 a 3 meses)

Ultrasonido

    Aplicación 2 minutos sobre metro cuadrado, siempre en movimiento nunca estático, para evitar quemaduras. Lograremos tratamientos superficiales con intensidades bajas y tiempos de aplicación cercanos a los 10 minutos, si buscamos tratamientos profundos, utilizaremos intensidades elevadas con tiempos no superiores a 5 minutos El deportista no siente nada, como beneficios señalar la regeneración de los tejidos cicatriciales y la mejora del tejido muscular.

    Posee un efecto térmico, analgésico y antiinflamatorio.

    La frecuencia de 3 MHz se utiliza para tratamientos superficiales y la frecuencia de 1 MGz para tratamientos más profundos.

Electroestimulación TENS

    El TENS (estimulación neuronal eléctrica transcutánea).Se adhieren a la piel una serie de electrodos que se pegan sobre la parte que queremos trabajar. La electroestimulación produce disminución del dolor y es utilizada también en la reeducación funcional del tendón Aquiles como medio para reemplazar el ejercicio voluntario tras la operación de rotura parcial o total. Debemos utilizar un aparato de baja frecuencia (de 1 a 120 impulsos por segundo -Hz-) que nos asegure una contracción muscular potente, visible y fisiológica, exenta de sensaciones eléctricas desagradables y que no produzca irritaciones o quemaduras en la piel como pueden llegar a hacer algunos aparatos.

    En función del tipo de rotura hay que decir:

Afecciones agudas o dolores superficiales

    Usaremos la modalidad convencional, fijaremos la frecuencia en 80 Hz y subiremos la intensidad hasta la indicación del paciente. Pasados unos 5 minutos ajustaremos la intensidad y la mantendremos ya hasta el final del tratamiento que para que sea realmente efectivo será superior a los 45 minutos.

Afecciones crónicas o dolores profundos

    Usaremos la modalidad de trenes de impulsos, ráfagas o burst. Se producirá dos impulsos por segundo y cada estallido tendrá 9 impulsos. Seleccionamos para su aplicación una frecuencia baja (se usa habitualmente la de 2 Hz) y una amplitud elevada lo que va a producir numerosas contracciones musculares marcadas por el ritmo seleccionado en el TENS. El efecto de analgesia tarda en aparecer unos 45 minutos, es lento, respecto a los 15 minutos de la modalidad convencional. La duración de estas sesiones no debe pasar de la hora de duración debido al posible exceso de fatiga muscular.

Laserterapia

    Posee un gran efecto antiinflamatorio, se aplica de forma puntual y superficial teniendo un grado de penetración sobre el tejido de 1cm o 1,5 cm, activa el metabolismo. Hay que hacer una protección de retina durante la duración de su aplicación.

Calor

    Se puede aplicar directamente sobre la lesión a través de altas frecuencia como la onda corta y el microondas con lesiones agudas el tiempo de exposición es de 5 minutos y en lesiones crónicas de 10-15 minutos, decir también que la aplicación es intermitente por intervalos. También se puede aplicar el calor a través de medias y bajas frecuencias.

Masaje (cyriax)

    Produce el efecto de lesión terapéutica de forma más clara sobre los tendones siendo muy utilizada en el tratamiento de estos cuando se produce una lesión.

    Sobre un plano corporal, aplicamos una presión y a la vez un movimiento en la superficie de presión sin que haya desplazamiento.

    Utilizamos esta maniobra de fricción con el objetivo de favorecer la instauración de la lesión terapéutica para conseguir la orientación de las fibras de colágeno y así contribuir a una recuperación más rápida de la rotura del tendón de Aquiles de nuestro deportista.

Alzas (para disminuir la tensión ejercida sobre el tendón de Aquiles)

    De entre las alzas que podemos utilizar los tacos en el talón de silicona para suelos duros y semiduros para evitar recaídas, colocan al tendón de Aquiles en posición más corta y absorben las ondas de choque.

Ejercicios de amplitud de movimiento pasiva y activa

Son vitales para una buena reeducación propioceptiva de la parte lesionada, ejemplo de ello son los diferentes ejercicios que hemos seleccionado más abajo para poder conseguir este objetivo.

  • Ejercicios de resistencia progresiva y fortalecimiento.

Ejercicios de fortalecimiento

Deslizamiento parado contra la pared

    Párese con su espalda contra la pared y sus pies separados de la pared entre 6 pulgadas (15 cm.) y 8 pulgadas (20 cm.) Lentamente baje su espalda y caderas a un tercio de la distancia entre la pared y el piso. Mantenga la posición durante 10 segundos hasta que usted sienta que la parte de arriba de los músculos de sus muslos se está cansando. Estire y repita. Haga 10 repeticiones cada día. Este ejercicio de fortalecimiento puede resultar útil para el síndrome patelofemoral o la tendinitis patelar.

Subidas laterales

    Párese con su pierna lesionada sobre un escalón o una plataforma que tenga de 4 pulgadas (10 cm.) a 6 pulgadas (15 cm.) de alto. Lentamente baje la otra pierna golpeando el talón en el piso. Estire la rodilla de la pierna lesionada permitiendo que el pie de la otra pierna se levante del piso. Repita. Haga 3 tandas de 10 repeticiones cada día. Este ejercicio de fortalecimiento puede resultar útil para el síndrome patelofemoral y la tendinitis patelar.

  • Crioterapia tras la sesión de ejercicios

La crioterapia en esta Fase III de tratamiento de la lesión no se utiliza de forma idéntica que en la fase aguda de la lesión, sino que se utiliza como una medida de complemento para rebajar algún tipo de inflamación puntual como consecuencia de la sesión de ejercicios de rehabilitación. Para establecer un tiempo de aplicación habrá que tener en cuenta el grado de inflamación y como responde el tendón tras la aplicación de la crioterapia.

Ejercicios de amplitud y fortalecimiento pasiva y activa

Tracción de la articulación Tibiotarsiana Masaje del tejido del tendón de Aquiles

Fortalecimiento dinámico de la musculatura de la pierna (flexión plantar- flexión del tobillo)

 

 Ejercicios de fortalecimiento dinámicos para la pronación-supinación.

 

Estabilización del eje de la pierna.

 

Tablas de equilibrio para los ejercicios estabilizadores de la art. tibiotarsiana y del eje del pie

 

Estabilización de la articulación tibiotarsiana en de tabla equilibrio.

 

Ejercicio coordinador de estabilización del eje de la pierna en el aparato de poleas. Ejercicios de fortalecimiento  Ejercicios de fortalecimiento

g.     Prevención de la lesión

  1. Efectuar estiramientos y buen calentamiento.

  2. El uso de calzado adecuado a cada disciplina y terreno, así como la amortiguación.

  3. Pulir y mejorar las técnicas deportivas, además de las pautas de entrenamiento.

  4. Evitar el calzado muy plano (albarcas, chinas, náuticas etc.) para terrenos llanos y rígidos, especialmente urbanos.

  5. Efectuar estudios de la marcha y el gesto deportivo por los especialistas en medicina deportiva o podología deportiva.

h.     Propuesta de entrenamiento

    Todo el programa de kinesioterapia debe estar orientado a la realización de ejercicios similares o comparables con los de su ejecución deportiva, para garantizar la recuperación del gesto deportivo. Todo procedimiento de entrenamiento predeportivo debe tener un planeamiento previo y permanente de flexibilidad, seguido al término del entrenamiento por una serie de ejercicios similares (acondicionamiento y reacondicionamiento).

    Antes del inicio de la disciplina deportiva. El paciente debe acomodar un diseño de condicionamiento aeróbico, que mejore su condición psicológica, su rendimiento físico-atlético y su adaptación cardio-respiratoria.

    Un enfoque no quirúrgico conservador implica una inmovilización prolongada. De dos a tres meses suele ser tiempo suficiente para una recuperación adecuada. La inmovilización debe ir seguida de un programa muy gradual de extensión y potenciación. Se deben colocar alzas en ambos zapatos para disminuir la tensión ejercida sobre el tendón de Aquiles.

    El deportista podrá reincorporarse a la actividad cuando el nivel de fuerza y la amplitud de movimiento hayan quedado restaurados. La rehabilitación debe realizarse de modo progresivo, efectuando un seguimiento minucioso del dolor y el tipo de actividad. En las primeras etapas de la recuperación hay que evitar los tipos de movimientos balísticos, para reducir las probabilidades de una nueva rotura.

    Si se opta por la cirugía, el programa de rehabilitación posquirúrgico sigue un curso similar al programa no quirúrgico. Tras la inmovilización, habitualmente entre 6 y 8 semanas, hay que iniciar los ejercicios de amplitud de movimiento. Ésta, específicamente la flexión dorsal, debería ser más sencilla de lograr tras la cirugía que tras un tratamiento conservador. Cuando la amplitud de movimiento vuelve a ser normal, hay que iniciar un programa de ejercicio de resistencia gradual.

    Se debe instaurar un entrenamiento cruzado con actividades que no reagudicen la lesión, como el ciclismo, la carrera y la natación (cadena cinética cerrada). La fase es variable y se pueden intentar un regreso gradual al deporte cuando hayan desaparecido los síntomas. Rara vez se necesita un reposo absoluto, y éste debe minimizarse.

    Cuando el paciente ya está completamente asintomático se instaura un programa de paseo-carrera. Una vez que la carrera no provoca síntomas, se empiezan las tareas específicas del deporte.

Plan básico de entrenamiento paralelo al de fisioterapia

    Proporcionamos el siguiente plan de entrenamiento, el cual debe ser vigilado estrechamente por el entrenador y el fisioterapeuta, quienes desarrollan la progresión de acuerdo a la respuesta individual.

Tiempo

1ª FASE

Objetivos del entrenamiento

Movilización (plantar y dorsal), desarrollo de la musculatura (soporte estático), entrenamiento cardiovascular, inervación (coordinación), estimulación psíquica.

Métodos de entrenamiento

Método isométrico para el entrenamiento de la fuerza, método continuo, intervalos extensivos.

Contenidos del entrenamiento

Ejercicios de contracción, ejercicios de movimiento, gimnasia compleja, entrenamiento con cicloergómetros, ejercicios de caminar, natación/gimnasia acuática, entrenamiento con mínimos.

Frecuencia / volumen/ duración del entrena

a) Deportistas de ocio: 3 x semana, 30-45 min.

b) Deportistas de rendimiento: 3 – 4 x semana, 30-50 min.

c) Deportista de elite: diariamente, 45-60 min.

Particularidades y aplicaciones complementarias.

Es factible el entrenamiento de la fuerza excluyendo el área lesionada; si se dispone de piscina termal o cubierta se ofrece la realización de ejercicios iniciales (efecto reductor del peso en el agua); tratamiento con hielo durante y después del entrenamiento.

 

Tiempo

2ª FASE

Objetivos del entrenamiento

Movilización en todos los niveles de movimiento (incluyendo supinación y pronación), desarrollo muscular, entrenamiento cardiovascular y coordinación (inervación).

Métodos de entrenamiento

Entrenamiento de la fuerza isométrica, entrenamiento de la fuerza dinámica, método de repeticiones, método continuo (ergómetro) método interválico extensivo.

Contenidos del entrenamiento

Ejercicios de contracción, ejercicios de movimientos, ejercicios de caminar, patrones de coordinación, bicicleta, gimnasia compleja, natación/gimnasia acuática, entrenamiento con mínimos.

Frecuencia / volumen/ duración del entrena

a) Deportistas de ocio: 2- 3 x semana, 45 - 60 min.

b) Deportistas de rendimiento: 3 x semana, 50 -70 min.

c) Deportista de elite: diariamente, 50 - 70 min.

Particularidades y aplicaciones complementarias.

Entrenamiento dinámica de la fuerza sólo a nivel de la parte superior del tobillo (flexión y extensión con trayectorias medianas sin alcanzar los límites de amplitud y con cargas ligeras), ejercicios de supinación y de pronación sin cargas adicionales, para el entrenamiento de la coordinación se emplea el método de repeticiones (ejercicios de caminar- apoyos: talón-pie medio-dedos).

 

Tiempo

3ª FASE

Objetivos del entrenamiento

Movilización y potenciación en todos los planos del movimiento para el desarrollo muscular, entrenamiento cardiovascular, coordinación.

Métodos de entrenamiento

Entrenamiento de la fuerza dinámica, método interválico extensivo, entrenamiento isométrico de la fuerza, método de repeticiones, método continuo (ergómetro)

Contenidos del entrenamiento

Contenidos de fuerza dinámica, bicicleta, natación, ejercicios de caminar y de correr (trote) ejercicios de estiramiento (stretching), gimnasia compleja.

Frecuencia / volumen/ duración del entrena

a) Deportistas de ocio: 2-3 x semana, 60-70 min.

b) Deportistas de rendimiento: 3 – 4 x semana, 60-80 min.

c) Deportista de elite: diariamente, 60-80 min.

Particularidades y aplicaciones complementarias.

Para la supinación y la pronación se emplean cargas ligeras a medianas que al principio se controlan con fijación manual, complementariamente se efectúa entrenamiento de la fuerza para todo el cuerpo, teniendo en cuenta el deporte practicado, aplicación de métodos extensivos, sobre todo para el desarrollo de la resistencia muscular local, controlar el calzado.

 

Tiempo

4ª FASE

Objetivos del entrenamiento

Desarrollo de las habilidades de nivel motriz básico completo, práctica específico deportiva de reacción y esfuerzo, plena capacidad de esfuerzo (psíquica y física), todos los objetivos de entrenamiento de la 3ª fase y estabilización de los mismos.

Métodos de entrenamiento

Entrenamiento muscular dinámico, método interválico intensivo, método de repeticiones, método continuo, entrenamiento isométrico de la fuerza.

Contenidos del entrenamiento

Entrenamiento de la fuerza dinámica, peso ligero, correr, bicicleta, estiramientos (stretching), gimnasia compleja, ejercicios procedentes de la modalidad deportiva específica, ejercicios específicos y de competición.

Frecuencia / volumen/ duración del entrena

a) Deportistas de ocio: 2-4 x semana, 60-80 min.

b) Deportistas de rendimiento: 3 – 5 x semana, 70-80 min.

c) Deportista de elite: diariamente 2 x 60-90 min.

Particularidades y aplicaciones complementarias.

Complementariamente se efectúa un entrenamiento específico-deportivo de la fuerza, para el entrenamiento de la reacción y de la velocidad se utiliza el método de repeticiones.

 

Tiempo

5ª FASE

Objetivos del entrenamiento

Fase preventiva (calentamiento y estiramientos), mantenimiento y desarrollo de los niveles de la 4ª fase.

Métodos de entrenamiento

Entrenamiento de la fuerza, ejercicios motrices dinámicos y entrenamiento de la fuerza.

Contenidos del entrenamiento

Contenidos de entrenamiento estandarizados a nivel individual.

Frecuencia / volumen/ duración del entrena

a) Deportistas de ocio: 1-2 x semana, 20-30 min.

b) Deportistas de rendimiento: 2 x semana, unos 30 min.

c) Deportista de elite: 2 – 4 x semana, unos 30 min.

Particularidades y aplicaciones complementarias.

En esta fase se añaden estímulos específico-preventivos externos al entrenamiento del club a los estímulos de la modalidad deportiva.

 Ejercicios de fortalecimiento del tendón de Aquiles

Bibliografía

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