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Legislación, deporte y segregación. El discurso oculto 

de la colonialidad. (O del cómo pasar de una legislación 

como imposición a una legislación como expresión 

de la democracia en Deporte y Recreación)

 

Doctorando. Docente Universidad de Antioquia

Miembro de la Corporación CIVITAS, Medellín

(Colombia)

Víctor Alonso Molina Bedoya

vmolina@quimbaya.udea.edu.co

 

 

 

Resumen

          Al propiciar una mirada de lo legislativo en los campos de lo deportivo y lo recreativo se constata una preeminencia de lo deportivo sobre un vasto conjunto de manifestaciones propias, originarias de países que se caracterizan por la diversidad. Perspectiva que subalterniza la cultura propia a manifestaciones externas en un juego de saber/poder hegemonizante y de transculturalización.

          Esta dominancia de lo deportivo denota su importancia como dispositivo de la empresa civilizatoria, por el cual se garantiza el autocontrol y el control social de la violencia (Elias y Dunning, 1995).

          Mediante el deporte como manifestación por excelencia se afianza el racismo y la discriminación al desconocer las particularidades y los rasgos diferenciadores de la población colombiana, una población multicultural (1) y pluriétnica como claramente es reconocida en la misma constitución del 91, en su artículo 7, al señalar que el Estado reconoce y protege la diversidad y cultura de la nación colombiana.

          Palabras clave: Legislación. Modernidad/colonialidad. Deporte. Manifestaciones propias. Dispositivo civilizatorio.


Trabajo presentado en la mesa de trabajo sobre legislación en el III Foro Mercosur Latinoamericano.
Democratización del deporte, la Educación Física y la Recreación.
Ministerio del Deporte del Ecuador. Quito, 8 al 11 de octubre de 2008.


 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 126 - Noviembre de 2008

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    A modo de introducción se utilizará aquí la premisa, o mejor si se quiere aún, la pregunta ¿es posible superar la idea del derecho como instrumento de dominación de una facción de la sociedad sobre el conjunto de ella?

    Ahora bien, teniendo como telón de fondo esta interrogación es preciso señalar que para comprender el asunto de la legislación en los campos de la recreación, del tiempo libre y del deporte existen dos marcos necesarios para el análisis que son: una gramática jurídico política2 y unas instancias responsables de la prestación del servicio.

    Respecto a lo primero, existe una normativa expresa en la constitución nacional que incorpora algunos derechos y garantías para el disfrute por parte de los ciudadanos del deporte, el tiempo libre y la recreación, además de la creación de mecanismos para su protección.

    De forma general se observan en la constitución, artículos que consagran la libertad, la igualdad, el libre desarrollo, el buen trato, las garantías procesales y la participación, todos reconocidos como derechos fundamentales de la población, ellos se reconocen en: el derecho a la vida (art. 11); el derecho a la libertad e igualdad (art. 13); el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica (art. 14); el derecho a la intimidad; al buen nombre (art. 15); al libre desarrollo a la personalidad (art. 16); la libertad de conciencia (art. 18); libertad de cultos y religiosa (art. 19); la libertad de opinión, información y de prensa (art. 20); el derecho a la honra (art. 21); el derecho de petición (art. 23); la libertad al trabajo (art. 26); las garantías procesales (art. 28); el debido proceso y el derecho a la defensa (art. 29); el derecho a la segunda instancia (art. 31); y el derecho a no declarar contra sí mismos (art. 33). También se encuentran consagrados el derecho de reunión (art. 37); el derecho de asociación, (art. 38); y el derecho a la participación ciudadana en la conformación, ejercicio y control del poder político (art. 40), entre otros.

    Específicamente en lo concerniente a la recreación y al deporte, en el separado sobre los derechos, económicos, sociales y culturales, se encuentra el artículo 52 que establece el derecho a la recreación, al deporte y al aprovechamiento del tiempo libre, que para el caso colombiano se traduce y se desarrolla en la ley general del deporte, mas conocida como ley 181 de 1995.3

    En lo que tiene que ver con las instancias responsables de la prestación y garantía del servicio, nos encontramos con que a nivel nacional, para el caso colombiano, la instancia responsable de las ejecutorias es Coldeportes4 nacional, a nivel de los departamentos los entes deportivos departamentales y los Inder, como instancias más locales, más cercanas a la población que abordan estos fenómenos a nivel de las municipalidades. Desde ellos se rige y se crean los mecanismos para la promoción y la garantía del derecho a la recreación y el deporte promulgados en la constitución nacional, como carta magna que define la vida en el conjunto del territorio colombiano.

    Varios asuntos se pueden señalar aquí como problemáticos en la garantía de estos derechos. Como primero, está una no referencia a prácticas autóctonas como nacionalidad con una tradición y un acervo ludo creativo propio, destacándose una preponderancia de lo deportivo como práctica por excelencia.5

    Una valoración y promoción de lo deportivo sobre un amplio abanico de manifestaciones propias, que lo que denota es su significación como dispositivo de la empresa civilizatoria, por el cual se garantiza, desde la perspectiva individual, el autocontrol, y desde lo colectivo, el control de la violencia, a partir de las instituciones que representan el Estado (Elias y Dunning, 1995).

    Desde una perspectiva histórica no podemos soslayar que el deporte como lo conocemos hoy día es el producto de un largo proceso gestado en la Inglaterra del siglo XVIII,6 en los albores de la revolución industrial, de la cual toma sus estructuras y funcionamientos,7 lo que lo mantiene atado a la ideología burgueso capitalista. Es este origen el que le permite a Elias hablar de, en el marco de la civilización, de la deportivización. En razón de esto resulta ser hoy, una práctica social avasallante en relación con otras manifestaciones de lo lúdico colectivo.

    Deporte que como instrumento ha sido el baluarte de la higienización y por ella de la eugenesia de la nación Colombiana. Práctica que como dispositivo de la modernidad reproduce los valores y principios de la sociedad liberal burguesa y como instrumento de la formación de hombres saludables para la producción y para el mejoramiento de la raza a partir del mejoramiento de las características físicas de la población. Un mejoramiento de la raza que refleja la tradición histórica nacional ligada a un proyecto de superación del “atraso” por vía del entrecruzamiento con razas más avanzadas, mas desarrolladas como las “europeas”. En las palabras de Santiago Castro:

    En efecto, por su peculiar temperamento psicológico y moral, algunas razas no pueden elevarse a la autoconciencia y desarrollar una voluntad de acción racional, mientras que otras van educándose así mismas (es decir, progresan moralmente) a través de las ciencias y las artes. Los africanos, los asiáticos y los americanos son razas moralmente inmaduras porque su cultura revela una incapacidad para realizar el ideal verdaderamente humano, que es superar el determinismo de la naturaleza para colocarse bajo el imperio de la ley moral. Sólamente la raza blanca europea, por sus características internas y externas, es capaz de llevar a cabo este ideal moral de la humanidad (2005:41).

    Como consecuencia de esta desatención en la legislación se genera un desconocimiento en la práctica, en la cotidianidad de las características de ser una sociedad diversa en lo étnico cultural. Esto, pues los pueblos son lo que han acumulado y prueba de ello, son sus manifestaciones culturales y dentro de ellas lo ludo- creativo.

    En el terreno de lo práctico, se resalta que los responsables de las ejecutorias del deporte y la recreación en las instancias arriba descritas8 desconocen las particularidades y los rasgos diferenciadores de la población colombiana, una población multicultural9 y pluriétnica como claramente es reconocida en la misma constitución del 91, en su artículo 7, al señalar que el Estado reconoce y protege la diversidad y cultura de la nación colombiana.

    Un ejemplo que nos puede ayudar a ilustrar el anterior planteamiento, es ver como en la garantía del derecho al tiempo libre, la recreación como reza en el artículo 52, los planificadores educativos y recreativos desconocen las particularidades y la tradición cultural de los diferentes agrupamientos humanos, al promover una serie de prácticas citadinas que son ajenas a los contextos, situación que impera en la lógica –incluso- de la construcción de los emplazamientos físicos para su ejercicio y promoción; todo con un fuerte asiento en la tradición occidental del fenómeno deportivo. Es notorio ver así, en las instituciones educativas y en los escenarios comunitarios y colectivos para el ejercicio de estas prácticas, en las comunidades más alejadas de las grandes ciudades -como expresión de la racionalidad, la industrialización y el urbanismo- las mismas canchas de voleibol, micro, baloncesto y fútbol, que metafóricamente exhiben la colonización y la dominación del espacio. Prácticas que como las conocemos hoy, no han sido, ni son originarias de las comunidades autóctonas, aborígenes.

    Esta condición que instalada en el terreno de los procesos de la planificación ratifica desde el campo, la reproducción de la condición de la modernidad/colonialidad, que de otra forma, no es más que la imposición en esta importante área (educación física, deporte y tiempo libre) para la recreación de lo humano social, de las formas de pensar y de vivir de la sociedad “blanca”. Con esto, además de otras garantías, se desconoce sistemáticamente a las comunidades originarias, comunidades que siempre han vivido la imposición y la dominación desde una cultura hegemónica considerada para muchos, como “sociedad mayor”.

    Con estas maneras de operar en lo legislativo desde lo recreo-deportivo lo que se reproduce es una perspectiva etnocéntrica como única posibilidad de la cultura, entendida ésta como imposición y no como acumulado, como creación de los colectivos humanos y como manifestación de la diferencia.

    Si la legislación deportiva y recreativa se pensara desde la diferencia, debería brindar las garantías para que las comunidades promuevan su acumulado, su acervo ludo-recreativo propio, contrario sensu, lo que se da aquí es una pugna, una tensión entre el saber propio de los colectivos humanos y un saber externo o impropio.10 Solo permitiendo la diferencia, vivir lo diverso se hace posible el conflicto como manifestación de lo social, y se hace posible por tanto, hablar de verdaderas democracias en términos de ser estados garantes11 de los derechos a las personas y sobre todo a las mayorías. Creo que es aquí precisamente donde reside el soporte de la democracia como forma de la organización social, esto para no seguir engañados socialmente con una democracia que se exhibe más bien como seudo democracia. Como no lo ha sugerido desde hace muchos años nuestro filósofo popular Estanislao Zuleta, una sociedad más que medirse por su constitución o por el conjunto de sus normas, se mide por el tipo de relaciones sociales que a su interior se dan.

    Atender desde lo recreo deportivo los intereses de las comunidades no es mas que dar aplicación a la interculturalidad no sólo como reconocimiento de lo diverso sino y sobretodo, brindar las garantías necesarias y distribuir efectivamente el poder, para trascender así el ámbito de la mera buena voluntad y de los actos de generosidad de los dirigentes, de la clase política. Esto se hace posible a partir de la configuración de proyectos ludo-recreativos dialógales, en el sentido de escuchar y atender los intereses de las comunidades para superar así el proyecto imperante monogal propio del modelo social liberal. Al respecto es claro el pronunciamiento de Freire al señalar que “no es posible dar clases de democracia y al mismo tiempo considerar como absurda e inmoral la participación del pueblo en el poder” (2002: 19).

    De otra forma, es que una perspectiva etnocéntrica de lo recreo deportivo para ser superada, debe respetar el pensamiento, las formas de vida y sobre todo el territorio como posibilidad de existir de las comunidades afrodescendientes12 e indígenas -grupos poblaciones importantes en el territorio colombiano13 y allí a todo el conjunto de sus prácticas, las mismas que los hacen ser como son; portadores de un saber ancestral que les confiere la identidad como pueblo y como cultura.

    Y es que para estas comunidades el territorio14 lo representa todo, es lo único, por eso, si todo en él esta integrado, no reconocerles y no estimular el desenvolvimiento de su cultura y por ende sus manifestaciones ludo creativas, es eliminarlos como colectivo, como pueblo. Para estas comunidades tanto el tiempo como la cotidianidad son un constante fluir caracterizado por la integralidad de la existencia, una existencia que es modificada por la perspectiva occidental que comporta la división y el fraccionamiento de todo.

    Ya la existencia no se demarca en las posibilidades que brindan los estados naturales del día y la noche, sino que ahora la idea del reloj y consigo la hora, el minuto y el segundo son preocupaciones modernas. Esta presencia del reloj viene acompañada de las nuevas modalidades de trabajo (el asalariado), la escuela oficial y sus horarios, los horarios de las oficinas públicas y la función de los funcionarios; son ahora los nuevos determinadores y estructuradores del acontecer cotidiano. Es a través de las instituciones oficiales externas que se introducen los cambios sustantivos referidos a un supuesto desarrollo con lo cual se trastoca la cotidianidad, figuras como los profesores, los funcionarios, los entrenadores, la alcaldesa, entre otros, encarnan la visión del mundo moderno, un mundo que según el decir de muchos, los puede hacer competitivos (Molina, 2008: 15).

    El territorio debe ser garantizado como espacio y posibilidad autonómica y soberana en su administración. Situación que en muchas de las veces no se permite, pues los sectores o fracciones de la sociedad que desde una posición política administran lo recreo- deportivo, no acceden a las demandas de las comunidades pues así se trastornarían muchos de los negocios económicos de estas entidades con grandes multinacionales del deporte, y por tanto, se estropearía así la posibilidad de seguir obteniendo apoyo político para reproducirse en estos puestos y para desde ellos perpetuar el establecimiento. El deporte como estrategia y dispositivo político para ascender en la burocracia, es la valoración que con claridad tienen los sectores políticos, en muchas oportunidades, mas que los mismos profesionales del campo.15

    El reto y el gran desafío es entonces, pensar y facilitar la emergencia de lo propio de las comunidades como posibilidad de lo multicultural y para ello creemos necesario pensar lo recreo deportivo desde la perspectiva analítica de la modernidad/colonialidad o para estos tiempos de globalización asfixiante, desde la posmodernidad/poscolonialidad, enfoque que encuentra su apoyo en los desarrollos teórico- metodológicos de autores latinoamericanos como el peruano Aníbal Quijano, el venezolano Edgardo Lander, los argentinos Enrique Dussel y Walter Mignolo, los colombianos Arturo Escobar y Santiago Castro y la boliviana Silvia Rivera Cusicansqui, entre muchos otros.

    Se trata pues de pensar lo legislativo16 desde la diferencia colonial que como lo ha propuesto Quijano es la clasificación de grupos o poblaciones según sus faltas o excesos, con lo cual se establece la diferencia y la inferioridad con respecto a quien se arroga el derecho de la clasificación. En este contexto, el dispositivo que hace posible la producción y la reproducción de la diferencia colonial es la colonialidad del poder.

    Colonialidad del poder que no es más que la forma como el mundo fue dividido en razas a partir de la llegada de los ibéricos a América, en el siglo XVI, coincidiendo con la formación del sistema mundo moderno/colonial. Pero es de aclarar que el concepto de raza aquí no se refiere a una condición genética natural ni al color de la piel, es sobretodo la extensión de un modo de vida, de una manera de ser en el mundo. Y fue precisamente este proyecto el que dio origen a la blancura o la limpieza de sangre como el primer y gran esquema de clasificación de la población mundial (Castro, 2005: 54).

    De otra manera, se procura indagar por los procesos que ligados a lo deportivo han coadyuvado en el proceso de limpieza de sangre, un proceso sutil pero no por ello menos impactante en esta gran empresa, donde el deporte no se cuestiona en su esencia, y en el marco de lo legislativo, pareciera ser que lo único que nos queda es su reglamentación y aplicación, como si aceptáramos que fuera un elemento bueno per se. Desde un nivel más amplio del análisis, esta posición es coincidente con una asunción acrítica de la modernidad, como proyecto civilizatorio, sin permitir una mirada desde la periferia, desde un lugar otro y no ya tanto reproduciendo los juicios valóricos que sobre ella se nos ha vendido desde la centralidad.

    Propiciar una lectura del deporte como manifestación y producción de la modernidad permitirá a legisladores y ejecutores, develar la lógica subrepticia de despotismo imperante en las relaciones intersubjetivas de dominación eurocentradas bajo el manto benigno de la modernidad.

Notas

  1. Una multiculturalidad que persiste a pesar del saqueo y la destrucción de que han sido víctimas muchos pueblos ancestrales de la nación colombiana al igual que otros de América Latina. En la actualidad los pueblos indígenas de Colombia resisten todo tipo de presiones sobre sus territorios para explotar sus recursos. Lo mismo que su disputa por la ubicación estratégica para la movilidad de los grupos armados ilegales y la fuerza pública. Estos enfrentamientos han derivado en desplazamientos, desapariciones y asesinatos de varios miembros de las comunidades. Es gracias a su posición resistente que en Colombia después de cinco siglos de iniciada la colonización existen aproximadamente 750.000 indígenas integrados en 84 etnias con 64 lenguas diferentes (Ruiz y Yagari, 2003:8).

  2. Perspectiva teórica del derecho que para el análisis marxista se reconoce como parte constituyente de la superestructura de la sociedad, y acoge el conjunto de condiciones exteriores de producción que en una sociedad dividida en clases se traduce en normas jurídicas, cuyo sostenimiento está garantizado por la fuerza controlada por el Estado. Desde otro apoyo teórico, que puede ayudar bastante para un mejor entendimiento del escrito, reproducimos la comprensión que del derecho tiene el profesor de la Universidad de Coimbra, Boaventura de Sousa Santos quien reconoce que desde mediados del siglo XIX, éste (el derecho) es asociado con el Estado capitalista opresor, por el cual se produce y reproduce la exclusión y la dominación, convirtiéndose en una herramienta útil de la dominación social y no de la liberación.

  3. Ley por la cual se dictan disposiciones para el fomento de la recreación, el deporte, el aprovechamiento del tiempo libre y la educación física, al igual que se crea el sistema nacional del deporte. Entre los objetivos de la ley se destacan: Integrar la educación y las actividades físicas, deportivas y recreativas en el sistema educativo general en todos sus niveles. Fomentar, proteger, apoyar y regular la asociación deportiva en todas sus manifestaciones como marco idóneo para las prácticas deportivas y de recreación. Coordinar la gestión deportiva con las funciones propias de las entidades territoriales en el campo del deporte y la recreación y apoyar el desarrollo de éstos. Formular y ejecutar programas especiales para la educación física, deporte, y recreación de las personas con discapacidades físicas, síquicas, sensoriales, de la tercera edad y de los sectores sociales más necesitados creando más facilidades y oportunidades para la práctica del deporte, de la educación física y la recreación. Fomentar la creación de espacios que faciliten la actividad física, el deporte y la recreación como hábito de salud y mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar social, especialmente en los sectores sociales más necesitados. Promover y planificar el deporte competitivo y de alto rendimiento, en coordinación con las federaciones deportivas y otras autoridades competentes, velando porque se desarrolle de acuerdo con los principios del movimiento olímpico. Ordenar y difundir el conocimiento y la enseñanza del deporte y la recreación y, fomentar las escuelas deportivas para la formación y perfeccionamiento de los practicantes y cuidar la práctica deportiva en la edad escolar, su continuidad y eficiencia. Formar técnica y profesionalmente al personal necesario para mejorar la calidad técnica del deporte, la recreación y el aprovechamiento del tiempo libre, con permanente actualización y perfeccionamiento de sus conocimientos. Velar por el cumplimiento de las normas establecidas para la seguridad de los participantes y espectadores en las actividades deportivas, por el control médico de los deportistas y de las condiciones físicas y sanitarias de los escenarios deportivos. Estimular la investigación científica de las ciencias aplicadas al deporte, para el mejoramiento de sus técnicas y modernización de los deportes. Velar porque la práctica deportiva esté exenta de violencia y de toda acción o manifestación que pueda alterar por vías extradeportivas los resultados de las competencias. Planificar y programar la construcción de instalaciones deportivas con los equipamientos necesarios, procurando su óptima utilización y uso de los equipos y materiales destinados a la práctica del deporte y la recreación. Velar porque los municipios expidan normas urbanísticas que incluyan la reserva de espacios suficientes e infraestructuras mínimas para cubrir las necesidades sociales y colectivas de carácter deportivo y recreativo. Favorecer las manifestaciones del deporte y la recreación en las expresiones culturales, folclóricas o tradicionales y en las fiestas típicas, arraigadas en el territorio nacional, y en todos aquellos actos que creen conciencia del deporte y reafirmen la identidad nacional. Compilar, suministrar y difundir la información y documentación relativas a la educación física, el deporte y la recreación y en especial, las relacionadas con los resultados de las investigaciones y los estudios sobre programas, experiencias técnicas y científicas referidas a aquéllas. Fomentar la adecuada seguridad social de los deportistas y velar por su permanente aplicación. Contribuir al desarrollo de la educación familiar, escolar y extraescolar de la niñez y de la juventud para que utilicen el tiempo libre, el deporte, y la recreación como elementos fundamentales en su proceso de formación integral tanto en lo personal como en lo comunitario. Apoyar de manera especial la promoción del deporte y la recreación en las comunidades indígenas a nivel local, regional y nacional representando sus culturas.

  4. El Instituto Colombiano del Deporte es el máximo organismo planificador, rector, director y coordinador del Sistema Nacional del Deporte y director del Deporte Formativo y Comunitario. Su propósito básico es: el fomento, la planificación, la organización, la coordinación, la ejecución, la implantación, la vigilancia, el control de la actividad del deporte, la recreación, el aprovechamiento del tiempo libre y la educación física. Con la expedición del decreto 1746 de junio de 2003 emanado por el Ministerio de Cultura, adscribe a este ministerio a COLDEPORTES, modificando así la ley 181.

  5. Para ampliar este planteamiento véase la nota dos alusiva a la ley general del deporte, específicamente en lo referido a los objetivos.

  6. Periodo durante el cual avanzaron de forma notable en toda Europa, los procesos de pacificación y domesticidad de las clases terratenientes. Véase en Elias y Dunning, 1995, p. 209.

  7. Mezzaroba, Cristiano, O esporte nos projetos sociais: reflexões através das contribuições de Norbert Elias. Revista EFDeportes.com, año 13, Nº 124, septiembre de 2008.

  8. Véase la página 3 sobre COLDEPORTES y los entes locales del deporte.

  9. Una multiculturalidad que persiste a pesar del saqueo y la destrucción de que han sido víctimas muchos pueblos ancestrales de la nación colombiana al igual que otros de América Latina. En la actualidad los pueblos indígenas de Colombia resisten todo tipo de presiones sobre sus territorios para explotar sus recursos. Lo mismo que su disputa por la ubicación estratégica para la movilidad de los grupos armados ilegales y la fuerza pública. Estos enfrentamientos han derivado en desplazamientos, desapariciones y asesinatos de varios miembros de las comunidades. Es gracias a su posición resistente que en Colombia después de cinco siglos de iniciada la colonización existen aproximadamente 750.000 indígenas integrados en 84 etnias con 64 lenguas diferentes (Ruiz y Yagari, 2003:8).

  10. Que teniendo en el deporte su mayor exponente, destina colosales recursos a su promoción con preponderancia en el deporte de máximos logros como se puede constatar en la destinación de 12 millones de dólares en la preparación y participación de deportistas del país en eventos del ciclo olímpico en los tres últimos años. Recursos que resultan exagerados para una presencia de sólo 68 deportistas y para finalmente unos resultados tan nefastos: dos medallas, una de plata y otra de bronce, en Beijing 2008.

  11. Concepto de Estado social de derecho que a partir de los años ochenta se ha hecho cada vez menos proteccionista e incluyente como seudo estado de bienestar, producto de la imposición del modelo capitalista liberal norteamericano con lo cual se ha favorecido una comprensión del derecho mas como instrumento funcional de la economía de mercado, que como garantía.

  12. Población que asciende a los 4,5 millones de habitantes.

  13. Respecto a los grupos indígenas nuestras cifras distan mucho de datos poblacionales como los que registran aún países como Bolivia (50,1%), Ecuador (20%-40%), Perú (30%-45%), Guatemala (60%) y México (12%). Según los datos del último censo poblacional realizado en el año 2005, son 1.378.884 personas equivalente al 3,4% de la población del país.

  14. “El territorio no es simplemente el espacio geográfico delimitado por convenio... El territorio es algo que vive y permite la vida; en él se desenvuelve la memoria que nos cohesiona como unidad de diferencias. El territorio ámbito espacial de nuestras vidas, es el mismo que debe ser protegido por nuestros pueblos del desequilibrio, pues necesitamos de él para sobrevivir con identidad. Existe una reciprocidad entre él y nosotros, que se manifiesta en el equilibrio social que permite un aprovechamiento sustentable de los recursos de que nos provee éste. El equilibrio social debe manifestarse en la protección del territorio, para proveer a las futuras generaciones de un espacio rico en recursos y lleno de memoria” Luís Chepe (2006: 44).

  15. “… un campo puede ser definido como una red o una configuración de relaciones objetivas entre posiciones. Estas posiciones están objetivamente definidas, en su existencia y en las determinaciones que imponen sobre sus ocupantes, agentes o instituciones, por su situación presente o potencial (situs) en la estructura de distribución de especies del poder (o capital) cuya posesión ordena el acceso a ventajes específicas que están en juego en el campo, así como su relación objetiva con otras posiciones (dominación, subordinación, homología, etcétera)” (Bourdieu y Wacquant, 2005: 150).

  16. Que como mecanismos de dominación adquieren la forma de aparatos ideológicos. Entendidos al modo de Louis Althusser como categoría, para referirse a los dispositivos ideológicos del Estado como las realidades que se presentan al observador bajo la forma de instituciones distintas y especializadas, dentro de ellas destaca: la religión, la escuela, la familia, lo jurídico, lo político, lo sindical, la información y la cultura.

Bibliografía

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  • Bourdieu, Pierre y Wacquant, Loic, una invitación a la sociología reflexiva. Buenos Aires, Siglo XXI editores. 2005.

  • Castro, Santiago, La Hybris del punto cero. Ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750- 1816). Bogotá, Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2005.

  • Constitución política de Colombia de 1991.

  • Chepe, Luis, el Consejo Territorial Indígena como equivalente jurisdiccional. “CUES´ KIWE – NUESTRA TIERRA”. Tesis de grado, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Universidad de Antioquia, Medellín, 2006.

  • Elias, Norbert y Dunning, Eric, Deporte y ocio en el proceso de la civilización. México, Fondo de Cultura Económica, 1995.

  • Freire, Paulo, La educación como práctica de la libertad. Madrid, Siglo XXI de España Editores, 11ª edición, 2002.

  • Ley 181 del deporte de 1995. Ministerio de Cultura de Colombia.

  • Mezzaroba, Cristiano, O esporte nos projetos sociais: reflexões através das contribuições de Norbert Elias. Revista EFDeportes.com, año 13, Nº 124, septiembre de 2008.

  • Molina, Víctor. Notas de campo trabajo de doctorado. Medellín, (s. p.), 2008.

  • Santos, Boaventura, De la mano de Alicia. Lo social y lo político en la posmodernidad. Santafé de Bogotá, Ediciones Uniandes, 1998.

  • Ruiz, Jesús y Yagari, Dora, Normas Básicas de la Legislación Indígena. Gobernación de Antioquia, Gerencia Indígena. Medellín, 2003.

Web

  • http://www.dane.gov.co/censo, 05/09/2008.

  • http://bolivia.indymedia.org/node/2465, 05/09/2008.

  • http://matiaslennie.wordpress.com/2008/08/13/por-que-gano-evo/

  • http://www.coldeportes.gov.co/, 05/09/2008.

  • http://sp.beijing2008.cn/news/official/noc/n214469527.shtml. 05/09/2008.

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