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La práctica docente a debate. Inclusión de la Expresión Corporal 

en la programación anual del docente: preferencias personales

y falta de formación profesional frente al deber legal

 

Doctorando en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Diplomado en Maestro: Educación Física

Universidad Autónoma de Madrid

Andrés Montero Gómez

andresmontego@hotmail.com

(España)

 

 

 

Resumen

          Es un hecho, reflejado en diversas investigaciones, que los docentes de Educación Física enseñan unos u otros contenidos curriculares en función de sus preferencias personales o de la inseguridad que les supone no tener una formación inicial adecuada para impartirlos. En este artículo se hace un repaso a algunas de estas investigaciones.

          En la literatura leída observamos como algunos factores influyen decisivamente en la puesta en práctica de los contenidos que lleva a cabo el docente de la materia de Educación Física, lo que hace que éste dé más importancia a un tipo de contenidos que a otros. Este hecho repercute negativamente en la Expresión Corporal debido a que los docentes, en muchos de los casos, evitan enseñar este contenido curricular por diversos motivos.

          Palabras clave: Expresión Corporal. Currículo educativo. Contenidos de Educación Física. Formación inicial docente. Centro educativo.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 126 - Noviembre de 2008

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Introducción

    La Expresión Corporal es un contenido obligatorio en el currículo LOGSE (Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo, LOGSE) de Educación Física en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Está presente en los cuatro cursos lectivos de la misma. Su inclusión en el currículo se produjo en el año 1987 (Quintana Yáñez, A., 1997), dentro de la Ley General de Educación (1970), en la etapa denominada Bachillerato Unificado Polivalente (BUP).

    Sin embargo, NO todos los profesores de Educación Física de esta etapa introducen la Expresión Corporal como un contenido a abordar dentro de su programación anual y de aula:

    En mis prácticas docentes realizadas en un instituto público de la Comunidad de Madrid en 2007, el profesor que me tutelaba las mismas no realizó ninguna unidad didáctica relacionada con este contenido curricular. Observando su Programación Anual comprobé que no había programado una unidad didáctica de Expresión Corporal. Este hecho me hizo pensar en la posibilidad de que este profesor no impartiera sesiones de este campo de la Educación Física en ninguno de los cursos en los que él impartía clase.

    Por ello, busqué acercarme a esa realidad desde una perspectiva diferente a la del docente y decidí preguntar a dos alumnos del Centro que cursaban 3º y 4º de la ESO. Mi pregunta fue directa y concisa: ¿Habéis dado ya Expresión Corporal este curso?, pero entendiendo, por sus respuestas, que no sabían a qué me refería, modifiqué la pregunta y les dije: ¿Sabéis qué es la Expresión Corporal? Su respuesta fue un NO, por lo que les expliqué qué era la Expresión Corporal para volver a reformular la primera cuestión: ¿Habéis dado ya Expresión Corporal este curso? Su respuesta fue tajante, NO.

    Mi intención no era la de realizar una investigación sobre este tema, al menos en ese momento, así que no insistí en profundizar en el mismo, pero la duda quedó ahí y me surgieron preguntas relacionadas con él. ¿Esos alumnos no recordaban haber dado este contenido curricular?, ¿no conocen la Expresión Corporal porque su profesor no ha impartido sesiones de ésta con ellos?, y si es así, ¿por qué el profesor no ha impartido un contenido que está incorporado al currículo oficial de Educación secundaria Obligatoria de manera explícita?, ¿qué factores pueden influir para no impartirlo? Este artículo pretende acercar esta realidad analizándola desde una serie de factores que pueden influir en la decisión del docente de Educación Física para incluir la Expresión Corporal dentro de su Programación Anual.

    Continuando con este asunto, me viene a la memoria el momento en el que un profesor, en la universidad, nos comentaba a todas las personas que asistíamos a su clase: “en una sesión de Educación Física se tiene que sudar, si no se suda es que no se ha hecho Educación Física”, e incluso: “la Expresión Corporal y la psicomotricidad no sirven para nada, deberían desaparecer del currículo”. Por tanto, si en la universidad existen docentes, que forman a futuros profesores/as de Educación Física, que devalúan la Expresión Corporal, es coherente pensar que haya profesores/as en otros niveles educativos que se vean influenciados por esta idea (que pudo ser aprendida en su formación universitaria) y la lleven a cabo. Hilando estas dos experiencias vividas en diferentes niveles del ámbito educativo podemos llegar a pensar que no es un hecho aislado el que sucedió en el instituto. Así, cabe plantearse si todos los profesores/as creen necesaria la Expresión Corporal en dicha materia.

Edad, sexo, formación y Centro educativo del docente: factores influyentes en la inclusión de la Expresión Corporal en la Programación Anual de Educación Física

    El currículo educativo español, tras muchos años siendo cerrado, llegó a plasmarse de manera flexible con la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) para garantizar, como dice Coll (1991, en Hernández Álvarez y García del Olmo), el derecho de todos los alumnos y alumnas a disfrutar de unas experiencias educativas consideradas esenciales para su desarrollo y socialización.

    La razón para no cerrar el currículo era la de tratar de asegurar la autonomía curricular de los equipos docentes y de los profesores como requisito imprescindible para la mejora progresiva de la calidad de la enseñanza (Coll, 1991, en Hernández Álvarez y García del Olmo). La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE), que está vigente en la actualidad en el sistema educativo español mantiene la flexibilidad del currículo LOGSE.

    Cabe destacar, por tanto, que el fin último de dicho diseño curricular, en el que se basa este artículo, no es otro que el de aumentar la calidad de la enseñanza, implicando en este proceso a los Centros educativos y al profesorado (2º y 3º nivel de concreción curricular respectivamente), que les otorga una mayor autonomía con respecto al currículo de 1970, la Ley General de Educación. Es decir, se presupone una competencia en los profesionales de la enseñanza que parece evidente pensar que todos ellos y ellas concretarán los objetivos, contenidos, etc. del currículo, apoyándose en sus conocimientos pedagógicos. Pero, ¿es cierto que todos los contenidos son vistos en las diferentes materias de las etapas educativas? ¿Se da más atención a una serie de contenidos que a otros? Si ocurre esto, ¿qué razón hay para ello?

    La búsqueda de factores que influyen y condicionan este proceso de concreción curricular, si los hay, es un hecho que me preocupa y uno de los motivos para llevar a cabo este artículo, sobre todo y en particular, en el ámbito referente al profesor/a de Educación Física, pudiendo aplicar las preguntas anteriores a esta materia concreta. Es decir, ¿El profesor de Educación Física da la misma importancia a todos los bloques de contenidos de su materia? ¿Cuáles son los factores que influyen en sus decisiones para realizar una Programación Anual?

    Considero que el deber profesional de un profesor/a en general y de un profesor/a de Educación Física en particular, debe estar por encima de todo lo demás y lo que le debe motivar a cumplir con él es su deber moral de educar a los estudiantes que tendrá a su cargo.

    Sin embargo, como exponía anteriormente, podemos asegurar que hay factores que influyen en la percepción que tienen los profesores/as de Educación Física con respecto a su materia. La lista podría ser muy extensa, ya que se podrían analizar factores personales del profesor/a y ajenos al mismo. La intención de este artículo no es examinar todos ellos sino centrarnos, a priori, en cuatro agentes que pueden influir en el docente de esta asignatura en el momento de introducir un contenido concreto del currículo oficial en su Programación Anual: la Expresión Corporal. Por lo tanto, las preguntas que podríamos formular podrían ser; ¿Es el sexo del profesor/a un factor relevante para que éste/a incluya la Expresión Corporal en su Programación Anual? Esta misma cuestión podríamos plantearla cuando pensamos en el factor edad, formación inicial y Centro de trabajo del profesor/a de Educación Física.

    La pregunta a responder, llegados a este punto, es; ¿por qué estos agentes y no otros? Analizando la literatura referente a esta materia hemos comprobado como estos factores están inmersos, en mayor o menor medida, en cuestiones referentes al ámbito educativo que afectan al propio profesor, a los Centros educativos en los que realizan su trabajo docente e incluso a las editoriales que publican los contenidos a trabajar en la materia. Por ello, consideramos conveniente explicar por qué se han elegido estos factores y no otros.

    De esta manera, la creación de los diferentes Institutos Nacionales de Educación Física (INEF's) en 1980 (García Galián y Ruiz Navarro), excepto el de Madrid (1967), y la inclusión de la Expresión Corporal en los planes de estudio de la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de las diferentes universidades, que se produjo, por lo tanto, en los años 80, propicia una falta de formación inicial en este contenido de los profesores de Secundaria que actualmente sobrepasan los 40/45 años aproximadamente, motivo por el que me interesan los factores edad y formación inicial. Por otro lado, se observa una diferenciación de contenidos para chicos y chicas (González Pascual, M., 2003) en los libros de la materia de Educación Física de los años 80 y 90 (época en la que muchas personas se licenciaron en Educación Física y comenzaron a trabajar como profesores/as de la materia bajo este prisma), aludiendo al deporte como un juego de hombres y la danza como una actividad orientada hacia las mujeres. Conociendo que estos libros son hechos y revisados por profesionales de la materia (González Pascual, M., 2003), ¿por qué no pensar que este sesgo también se da en la realidad cotidiana escolar del profesor/a de esta asignatura? Y por último, respecto al factor que alude al Centro educativo como elemento influyente en la toma de decisiones del profesor, cabe recordar que existen Centros escolares que están eminentemente orientados hacia la enseñanza de diferentes deportes. ¿Este hecho influirá en el Proyecto Curricular de Centro, reflejándose en él una disminución de los otros contenidos de la materia en este Centro? ¿Cómo influirá esta realidad en la inclusión de la Expresión Corporal en la Programación Anual de estos profesores/as?

    ¿Es apropiado plantearse estas cuestiones que aluden directamente a la manera de entender y llevar a la práctica la Educación Física por parte del profesor/a de dicha materia? ¿Es ético plantearse que un contenido es más importante que otro? ¿Deben prevalecer las preferencias personales del profesor/a de Educación Física para incluir uno u otro contenido por encima de su deber profesional y moral? Considero que el deber profesional debe ser la base que sustente el trabajo docente. Sin embargo, podemos sospechar que existen dos extremos enfrentados cuando se trata de incluir contenidos en la Programación Anual de esta materia; por un lado, está la competencia profesional de los docentes de la asignatura, y por el otro, las preferencias personales de los mismos, marcadas por una serie de factores que inicialmente limitaremos a cuatro en este artículo; sexo, edad, formación inicial y Centro de trabajo del profesor/a de Educación Física.

    El posicionamiento de unos y otras influirá decisivamente en la inclusión de todos los contenidos de Educación Física en su Programación Anual. El docente muy bien formado y que entiende la necesidad de que los niños y niñas conozcan todos los contenidos de la materia, incluirá en su programación los contenidos que marca el currículo oficial. Sin embargo, las preferencias personales de algunos docentes, los principios del Centro en el que desempeña su labor, su sexo y su edad son aspectos que pueden influir en su manera de entender la materia, aspecto que incidirá en su toma de decisiones en lo referente a la introducción e importancia de una serie de contenidos sobre otros.

    Lo que pretendemos reflejar en este artículo es cómo estos factores mencionados anteriormente influyen en la percepción de los contenidos de su materia y, por lo tanto, cómo influye esta percepción en la importancia que otorgan a unos contenidos sobre otros, centrándonos en lo que consideramos una devaluación de la Expresión Corporal por parte de algunos docentes con respecto a los otros contenidos marcados en el currículo oficial de Secundaria para la materia de Educación Física.

La Expresión Corporal: un contenido del currículo educativo. Sesgos y preferencias docentes

    El surgimiento de la Expresión Corporal se produce entre los años 50 y 60 y trata de buscar alternativas a la hegemonía del deporte, pretende “romper moldes, no a la técnica y sí a la libre expresión” (Quintana Yáñez (1997:23). No obstante, tuvieron que pasar muchos años para comprender las posibilidades educativas que ofrecía e introducirlo, décadas más tarde de su aparición, en el currículo educativo español cómo contenido de Educación Física para el Bachillerato Unificado Polivalente (BUP, actualmente considerado como Educación Secundaria Obligatoria) en el año 1987 (Quintana Yáñez, 1997:25).

    La importancia de la Expresión Corporal en el ámbito educativo se ve refrendada cuando se mantiene en el currículo LOGSE (1990). Con este currículo, de carácter más abierto que el de 1970 (Ley General de Educación), se proponen desde la Administración una serie de contenidos a trabajar (1º nivel de concreción curricular), los cuales deben ser concretados por los Centros educativos y los profesores/as de los mismos (2º y 3º nivel de concreción curricular), los primeros en Proyectos Curriculares de Centro y Proyectos Educativos de Centro y en Programaciones Anuales y de aula los segundos.

    En el currículo LOGSE de Educación Secundaria Obligatoria se incluye un bloque de contenidos específico de Expresión Corporal, de manera explícita, para cada uno de sus cuatro cursos. Este bloque de contenidos refleja todo lo que el profesor/a debe trabajar con sus alumnos y alumnas a lo largo de la etapa de Secundaria en este campo de la Educación Física. Al igual que los otros bloques de contenidos; Condición Física, Cualidades Motrices, Juegos y Deportes y Actividades en el Medio Natural (LOGSE, 1990), éste viene desglosado en contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales. A través de estos contenidos, el profesor/a debe conseguir que al final de esta etapa los niños y niñas sean capaces de:

  • Reconocer, valorar y utilizar en diversas actividades y manifestaciones culturales y artísticas la riqueza expresiva del cuerpo y el movimiento como medio de comunicación y expresión creativa.

    Este objetivo pertenece a los objetivos generales del área de Educación Física del currículo LOGSE de la etapa de Educación Secundaria Obligatoria. Por supuesto, en el currículo LOE también se concretó un objetivo que alude directamente al campo de la Expresión Corporal:

  • Reconocer, valorar y utilizar el cuerpo como medio de comunicación y expresión creativa, diseñando y practicando actividades rítmicas con y sin base musical adecuada.

    Es decir, podemos asegurar que hay un objetivo curricular de etapa para la materia de Educación Física que está estrechamente vinculado a los contenidos de Expresión Corporal. Por lo tanto, de manera oficial se está obligando desde la Administración a que los docentes de la materia en Secundaria incluyan estos contenidos de Expresión Corporal para que sus alumnos y alumnas sean capaces de adquirir estas capacidades conceptuales (reconocer), procedimentales (utilizar) y actitudinales (valorar). Esto es así porque se entiende que los objetivos son “los que guían la programación y determinan la selección de unos contenidos y unas propuestas de trabajo” (Arráez y Romero, 2000, en Learreta Ramos, 2005: 23).

    Sin embargo, algunos estudios relacionados con la Expresión Corporal en Secundaria reflejan la falta de seguridad de los profesores/as en el momento de impartir este contenido, pues no todo el profesorado “se encuentra cómodo impartiéndolo en sus clases o no se tiene muy claro como realizarlo” (Archilla Prat y Pérez Brunicard, 2003: 333). Esta falta de seguridad para llevar a cabo estos contenidos no resulta extraña cuando observamos que en la misma investigación de Archilla y Prat (2003: 336-337) se concluye que los profesionales de Educación Física perciben una escasa formación inicial en el ámbito de la Expresión Corporal. De esta manera, estos autores (2003: 34) plantean una cuestión muy relacionada con este artículo: “¿Cómo se desarrolla el contenido de Expresión Corporal en Educación Secundaria Obligatoria?”

    Otra de las conclusiones relevantes en este mismo estudio (Archilla y Prat, 2003: 337-338) es que no todos los profesores/as dan la misma importancia a este contenido de la Educación Física e incluso, que algunos de ellos/as consideran que sí es importante, pero en el momento de llevarlo a la práctica le dedican menos tiempo que al resto de contenidos de la materia.

    En otro estudio, llevado a cabo por Álvarez Barrio y Muñoa Blas (2003: 339), se plantean una serie de preguntas como posibles vías de investigación: “¿Cuál es el motivo por el cuál el profesor no se atreve a realizar unidades didácticas de Expresión Corporal? ¿Qué aspecto influye más en la falta de dedicación a su preparación?” Es decir, estos autores aseguran que existen profesores/as de Educación Física en Secundaria que no incluyen la Expresión Corporal en su Programación Anual. En este aspecto, Learreta Ramos (2005: 17) secunda esta afirmación y expone que “el profesorado, carente de formación y experiencia en este ámbito disciplinar, se siente confuso y manifiesta desconfianza y rechazo hacia estos contenidos, llegando a ignorarlos en sus programaciones y como consecuencia, el alumnado no puede beneficiarse de estas enseñanzas”.

    Tal vez uno de los problemas con los que se ha encontrado el profesor/a en Educación Física cuando ha tenido que tratar con este contenido es que, como dice Berge (1985, en Villada Huertado, 2001: 237) la Expresión Corporal es “un término comodín que engloba muchas actividades todavía mal definidas”. Para poder agrupar, ordenar e impartir estos contenidos, el profesor/a necesita de una autonomía que le hará sentir competente, como pretende el currículo LOE.

    No obstante, para que el profesor/a alcance esta autonomía que se pretende desde el currículo, es necesario que tenga un carácter investigador, pero este hecho es escaso en el sistema educativo español (Hernández Álvarez y García del Olmo). Éste es un aspecto a mejorar en la formación del profesorado para mejorar su calidad profesional, pues “el Profesor de Educación Física debe ser un profesional reflexivo, portador de conocimientos científicos, pedagógicos y didácticos profundos, con capacidad para realizar las tareas inherentes a la función docente con autonomía y responsabilidad y actuando de una forma crítica según un esquema explícito de valores éticos y morales” (Carreiro da Costa, 2007).

    Además de la formación inicial del profesorado, es conveniente analizar la influencia que tiene el Centro educativo en la introducción de la Expresión Corporal en la Programación Anual del profesor/a. Como exponíamos anteriormente, hay Centros educativos que tienen convenios con algún club o escuela deportiva, asociación cultural, escuela de danza,…que afectan al diseño del Proyecto Curricular de Centro de los mismos y, por ende, también repercute, en mayor o menor medida, en la Programación Anual del profesor/a.

    Es en el Proyecto Curricular de Centro donde se define la oferta formativa y académica del centro, definiendo el estilo docente y metodológico del centro. Por lo tanto, si la Educación Física se articula en torno a un deporte, los contenidos de la materia irán eminentemente enfocados a este deporte, privando al profesor/a de trabajar otros contenidos incluidos en el currículo oficial de la asignatura. De igual manera ocurrirá si el convenio es con una Escuela de danza, asociación cultural, grupo de dramatización,…

    La Expresión Corporal, como dijimos en el inicio de este apartado, es un contenido relativamente reciente en la Educación Física en Secundaria, ya que se incluyó en el currículo oficial de Secundaria en el año 1987. Teniendo en cuenta que la creación de los diferentes Institutos Nacionales de Educación Física (INEF's) fue en 1980 (García Galián y Ruiz Navarro, 1991), excepto el de Madrid (1967), la inclusión de la Expresión Corporal en los planes de estudio de las licenciaturas de Ciencias de la Actividad Física y del deporte se produjo a principios de los años 80.

    Retomando la idea de Berge, Y. (1985, en Villada Huertado, 2001) en la que expone que la Expresión Corporal, en sus inicios, era un cajón desastre en el que se incluía de todo porque no estaba bien definida, es lícito pensar que la escasa o confusa formación inicial de los actuales profesores/as en este contenido de Educación Física que estudiasen esta carrera en los primeros años de implantación de los INEF's, puede haber repercutido en una falta de competencia profesional hacia este contenido curricular, aspecto que afecta en su percepción acerca de la calidad de la enseñanza que pueda ofrecer a sus alumnos y alumnas en el mismo.

    La edad de estos primeros profesores/as que estudiaron la materia de Expresión Corporal para Secundaria en su formación inicial universitaria oscilará, por lo tanto, entre los 40 y 45 años. Por esta razón, podemos encontrarnos con profesores/as que tienen una escasa formación inicial en este contenido y que tienen más de 45 años. Es por esto, por lo que uno de los factores relevante en la inclusión e importancia de este contenido en su Programación Anual sea la edad del docente, marcando un límite de edad de 45 años como inicio del desconocimiento o poco conocimiento, al menos en su formación inicial, de dicho contenido curricular.

    El último agente que analizamos en este artículo es el que hace referencia al sexo como elemento influyente en el docente de Educación Física de Secundaria para incluir la Expresión Corporal en su Programación Anual.

    A este factor también le quiero dar importancia, ya que como expone González Pascual (2003: 372) “habría que pararse a pensar, y en nuestro caso desde el área de Educación Física, si aún se identifican ciertos contenidos, actividades, ejercicios, más con un sexo que con el otro, y en base a ello reciben un tratamiento diferente”, entendiendo que este tratamiento lo da el profesor/a.

    La investigación realizada por esta autora (2003) pretende analizar si los libros de texto de esta materia transmiten sesgos relacionados con el sexo, despreciando o eliminando desde la editorial contenidos que han sido tradicionalmente femeninos como la Expresión Corporal. Como exponía en la introducción de este documento, tal vez los profesores/as incluyan los contenidos en sus programaciones anuales en función de sus preferencias personales.

    Esto ocurre, de la misma manera, con la introducción de los contenidos en los libros de texto, pues estos están creados por profesionales de la materia de Educación Física, que basándose en sus creencias personales de lo que debe ser la materia, incluyen unos contenidos y desechan o menosprecian otros, dándoles menos importancia que al resto. González Pascual (2003: 373) se plantea una pregunta: “¿Continúan siendo los contenidos asociados tradicionalmente al sexo masculino los prioritarios reflejándose en un mayor número de páginas dedicadas a ellas en los libros de texto?”

    Las respuestas a este estudio son las siguientes (González Pascual, 2003: 375):

  • En ningún libro de texto, los contenidos relacionados con la Expresión Corporal supera los contenidos relacionados con la Condición Física ni los Juegos y Deportes.

  • En 9 de los 17 libros de texto analizados, es mayor el número de páginas dedicadas a los deportes colectivos, muy asociado al sexo masculino, que el de páginas dedicadas a los contenidos de Expresión Corporal, muy asociada al sexo femenino.

    Hemos tratado de analizar la realidad de la Expresión Corporal en la Educación Secundaria Obligatoria desde diferentes perspectivas, aportando datos, opiniones de expertos de la materia, conclusiones de investigaciones, experiencias vividas,…para tratar de demostrar el grado de necesidad de este tipo de investigaciones para entender que la Expresión Corporal forma el cuerpo de la materia de Educación Física y como tal se debe tratar, sin sesgos producidos por incompetencias profesionales ni preferencias personales de los profesores/as, sino con respeto por el deber profesional que confiere el que tenga un bloque explícito en el currículo oficial y por el deber moral de enseñar a los alumnos y alumnas, que están desamparados ante las decisiones del profesor/a.

Conclusiones

    Como hemos comprobado, hay diversas investigaciones que aluden a factores que influyen en la inclusión de la Expresión Corporal dentro de las Programaciones Anuales por parte de los docentes de Educación Física. Éste es un problema real que, lejos de esconderlo, debe salir a la luz para poder investigar en qué manera se puede solucionar, ya sea mediante programas de formación específicos para los docentes en este contenido curricular, la realización de seguimientos más exhaustivos por parte de la Administración para que los docentes cumplan con lo que establece la ley educativa vigente, etc.

    La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) concreta en el currículum un objetivo general para el área de Educación Física que el alumnado debe conseguir y unos contenidos, secuenciados curso a curso, que el docente debe trabajar por medio de la Expresión Corporal. En este sentido, el docente, como “ejecutor” de dicha ley, está obligado a cumplir con ella. Si no es así (como ocurre actualmente en muchos casos), el docente no tiene el derecho moral de reprochar a los alumnos/as que no cumplan con las obligaciones que tienen como discentes.

    La calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje se fundamenta en la formación y profesionalidad de los docentes, aspectos que facilitan que la actuación docente sea coherente entre lo que sabe hacer, gracias a su formación, y lo que debe hacer, tanto moral como legalmente. Es decir, el docente debe tener muy claro que, en su papel de educador, la coherencia debe ser el pilar en el que se sustenten todas sus actuaciones pedagógicas. Esta coherencia permite, no sólo llevar a cabo su labor profesional de manera correcta con su alumnado, sino también cumplir con la ley educativa. En este sentido, el docente podrá convertirse en un referente positivo para su alumnado en su proceso de formación.

Bibliografía

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