La Educación Física frente a los problemas de salud: pautas de actuación y beneficios en la edad escolar |
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*Maestro especialista en Educación Física (CEIP Manuel Murguía) Licenciado en Ciencias de la Educación **Maestra de Educación Física (CEIP Bergantiños). Licenciada en Ciencias de la Educación (España) |
Rubén José Annicchiarico Ramos* ruben.ef@edu.xunta.es Pilar Barreiro Senra** |
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Resumen En la actualidad, existen numerosos problemas de salud, como por ejemplo el asma, la diabetes, la obesidad, las cardiopatías, la epilepsia, los problemas posturales de la columna vertebral… Es habitual que en los colegios haya alumnado con este tipo de patologías, el cual tendrá que estar integrado en todas las áreas. En este artículo se da cierta información sobre ellas, se citan los beneficios que tiene la práctica de actividad física en las mismas y se aportan unas pautas para saber cómo actuar en caso de encontrarnos con alumnos/as que las tengan. Palabras clave: Actividad física. Educación Física. Asma bronquial. Diabetes. Obesidad. Epilepsia. Problemas posturales. Columna vertebral. |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 125 - Octubre de 2008 |
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Introducción
Debido a que cada vez es mayor la integración de los niños/as en las instituciones escolares ordinarias, y a que cada individuo es diferente, con sus particularidades y limitaciones, es habitual que en las sesiones de Educación Física escolar encontremos alumnos/as con diferentes problemas de salud: problemas respiratorios (como el asma), diabetes, obesidad, dificultades cardíacas, epilepsia, problemas posturales de la columna vertebral…
Hace algunos años, la actuación de las personas con estos problemas de salud se limitaba bastante dentro de la Educación Física escolar, si bien en la actualidad la situación ha cambiado.
Por lo general, el alumnado que presenta asma, diabetes, obesidad, epilepsia… acepta fácilmente la actividad física, pero es importante potenciar una actitud de interés hacia el aprendizaje lúdico y la autosuperación. Esto se consigue rápido en niños/as sanos, pero en aquellos/as con enfermedades crónicas se debe considerar su participación en actividades físico-deportivas y valorar su influencia sobre su salud.
Recordemos que es en la edad escolar cuando se sientan las bases de los patrones y hábitos de actividad física. Es por ello que, a aquellos niños/as que por sus limitaciones tendrían que practicar una actividad física restringida, se les informará y señalarán correctamente las restricciones y las posibilidades y alternativas que fomenten su participación y su relación con los compañeros/as.
El ejercicio físico les ayuda a un mejor crecimiento y desarrollo y, por otro lado, puede tener efectos positivos sobre la enfermedad. De dichos efectos se tratará en este artículo.
Asma bronquial
Concepto
El asma bronquial es una de las enfermedades más comunes del aparato respiratorio, que consiste en el estrechamiento de las vías aéreas. Es una anormalidad en la mecánica respiratoria, donde los pulmones son incapaces de proporcionar suficiente oxígeno a la sangre, lo cual provoca un aumento del trabajo respiratorio y de las necesidades totales de oxígeno para una determinada actividad. La consecuencia es la rápida fatiga de la musculatura respiratoria y del organismo en general. Su tratamiento suele conllevar el uso de aerosoles y de diferentes tipos de inhaladores.
El asma bronquial puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente en las primeras décadas de la vida.
Síntomas
Los tres síntomas más comunes en pacientes con asma son: sibilancias (pitos en el pecho con la respiración), tos y disnea (sensación de ahogo). Estos síntomas suelen ocurrir de forma simultánea, aunque la ausencia de uno o, incluso dos de ellos, no descarta el diagnóstico de esta enfermedad. Los tres síntomas más comunes en pacientes con asma son: sibilancias (pitos en el pecho con la respiración), tos y disnea (sensación de ahogo). Estos síntomas suelen ocurrir de forma simultánea, aunque la ausencia de uno o, incluso dos de ellos, no descarta el diagnóstico de esta enfermedad. Los tres síntomas más comunes en pacientes con asma son: sibilancias (pitos en el pecho con la respiración), tos y disnea (sensación de ahogo). Estos síntomas suelen ocurrir de forma simultánea, aunque la ausencia de uno o, incluso dos de ellos, no descarta el diagnóstico de esta enfermedad
Los tres síntomas más comunes en pacientes con asma son: sibilancias (pitos en el pecho con la respiración), tos y disnea (sensación de ahogo). Estos síntomas suelen ocurrir de forma simultánea, aunque la ausencia de uno o, incluso dos de ellos, no descarta el diagnóstico de esta enfermedad. Los tres síntomas más comunes en pacientes con asma son: sibilancias (pitos en el pecho con la respiración), tos y disnea (sensación de ahogo). Estos síntomas suelen ocurrir de forma simultánea, aunque la ausencia de uno o, incluso dos de ellos, no descarta el diagnóstico de esta enfermedad. Los síntomas que provoca el asma dependen, en cierta medida, del tipo clínico de asma bronquial que padece el niño o la niña. El principal de estos síntomas es la fatiga, con sensación de falta de aire, que el asmático/a define como la imposibilidad de introducir aire en los pulmones. Algunos más son:
Disnea de esfuerzo (dificultad para respirar durante el mismo).
Dolor torácico.
Opresión en el pecho.
Aumento de flema con mucosidad.
Sudoración.
Pulso rápido.
Ansiedad severa.
Habla entrecortada.
Tos persistente y violenta tras el esfuerzo.
Pitidos durante el mismo (respiración sibilante).
Dificultad respiratoria (agravada por el ejercicio).
Labios y cara de color azulado.
Exhalación doblemente lenta en comparación a la inspiración.
Pautas de actuación y beneficios de la Educación Física
La práctica de la actividad física en niños/as asmáticos puede ser muy provechosa, sobre todo si se enfoca a ejercicios que mejoren la fuerza y resistencia de los músculos que participan en la respiración (diafragma, abdominales, intercostales, oblicuos...). Con la ejercitación podrán producirse mejoras en el funcionamiento de los músculos respiratorios, su aparato circulatorio se adaptará mejor al esfuerzo y aumentará la tolerancia al ejercicio.
Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio físico mejora la respuesta del organismo frente a los diferentes agentes que producen el asma, permitiendo al niño/a responder cada vez con mayor eficacia a los síntomas de las crisis.
Las ventajas de la práctica de la actividad física y el juego en la persona con asma, entre otras, son las siguientes:
Mejora el desarrollo del niño/a.
Se favorece la integración en el grupo.
Incrementa la condición física y la propia tolerancia al ejercicio.
Se reducen los ataques ocasionados por el esfuerzo.
Se controlan mejor las crisis.
Se disminuye el nerviosismo ocasionado por los ataques.
Diabetes
Concepto
La diabetes es un desorden del metabolismo que se caracteriza por niveles altos de azúcar en la sangre. La insulina (hormona segregada por el páncreas) es el factor más importante en este proceso. Durante la digestión se descomponen los alimentos para crear glucosa, la mayor fuente de combustible para el cuerpo. Esta glucosa pasa a la sangre, donde la insulina le permite entrar en las células.
Las personas con diabetes presentan nivel alto de azúcar en la sangre, debido a que su páncreas no produce suficiente insulina o que sus músculos, grasa y células hepáticas no responden de manera normal a la insulina, o ambos.
Clasificación
Se podría decir que existen dos tipos de diabetes:
Diabetes insípida: Se conoce también como “diabetes del agua”. Se puede definir como una condición ocasionada por la incapacidad de los riñones para conservar el agua, lo cual conlleva a una micción frecuente y una sed pronunciada. Los síntomas que presenta son: sed excesiva (intensa o incontrolable), volumen excesivo de orina, orina diluida y clara, sequedad, deshidratación, etc.
Diabetes mellitus: En ella el cuerpo es incapaz de usar y almacenar apropiadamente la glucosa, lo que provoca su permanencia en sangre en cantidades superiores a las normales. Esta circunstancia altera, en su conjunto, el metabolismo de los hidratos de carbono, de los lípidos y de las proteínas. Se clasifica en:
Dependiente de insulina o TIPO I: Se le solía llamar diabetes juvenil o diabetes lábil. Generalmente se presenta por debajo de los 35 años de edad y frecuentemente en las dos primeras décadas de la vida (0-20 años). El cuerpo no produce o produce poca insulina y se necesitan inyecciones diarias de ésta para sobrevivir. Se controla con insulina, dieta y ejercicio físico.
No dependiente de insulina o TIPO II: Antes se conocía como diabetes del adulto, de la madurez o diabetes estable. Suele aparecer por encima de los 45 años de edad. Habitualmente se controla con la dieta y agentes hipoglucemiantes.
Pautas de actuación y beneficios de la Educación Física
En general, por lo que se refiere al ejercicio físico, el diabético/a que no presenta complicaciones puede participar sin problemas en ejercicios variados, así como en las actividades aeróbicas o anaeróbicas, si la duración es inferior a 15 ó 30 minutos. Sólo en las actividades en que el gasto energético es importante (ejercicios prolongados), la diabetes mellitus es un inconveniente.
Se puede decir que el ejercicio físico regular diario forma parte del tratamiento de la diabetes, junto con la dieta y la insulina o las pastillas. La actividad física es beneficiosa y necesaria para todas las personas, pero para el paciente diabético es indispensable porque:
Se reduce el azúcar en sangre durante y después de su práctica.
Da como resultado mayor eficacia de la insulina.
En algunos casos permite disminuir la necesidad de pastillas o de insulina.
Mejora la presión arterial.
Contribuye al descenso de peso, junto con la dieta, si hay sobrepeso.
Favorece el descenso del colesterol en la sangre.
Contribuye a que mejore el funcionamiento del corazón y de la circulación.
Mejora la función intestinal, aliviando los problemas de estreñimiento.
Aumenta la sensación de bienestar, alivia el estrés y las tensiones.
Contribuye a la elasticidad del cuerpo.
Obesidad
Concepto.
La obesidad es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la masa grasa (especialmente de tejido adiposo) y, en consecuencia, por un incremento del peso. Suele ir acompañada generalmente de falta de actividad física.
Se considera que una persona es obesa cuando tiene un 20% más de peso que el de una persona con la misma edad, sexo y estatura. La obesidad es considerada un problema de salud, más que un simple problema de estética, ya que incrementa los riesgos de padecer algunas patologías, como trastornos cardiovasculares y enfermedades articulares.
Los niños/as que padecen obesidad desde pequeños sufren durante muchos años sus consecuencias físicas, metabólicas, psicológicas y sociales; una situación que se ve reflejada no sólo en su salud, sino también en su estado de ánimo.
La obesidad, tanto en los niños/as como en las personas adultas, es el resultado de ingerir a través de los alimentos más energía de la que se gasta. Ese exceso de energía se almacena en forma de grasa en el tejido adiposo. La obesidad infantil tiene consecuencias negativas para la salud en la edad adulta y en el adulto obeso es más difícil reducir el peso si esta obesidad se inició en la edad infantil.
Pautas de actuación y beneficios de la Educación Física
Desde el área de Educación Física hay concienciar al alumnado de los problemas que puede acarrear la obesidad, ya que el exceso de peso y grasa es una situación que se da con bastante frecuencia en los países desarrollados.
Es evidente que los hábitos en la alimentación, unidos a la vida sedentaria, son factores que contribuyen a la aparición de la obesidad. A esto se añaden las tendencias actuales de “comidas americanizadas” en los/as niños/as, lo cual puede hacer pensar en un progresivo aumento de la obesidad en la población escolar.
Los objetivos que perseguirá la Educación Física hacia los alumnos/as que presentan problemas de obesidad serán los siguientes:
Reducir el peso y la grasa corporal.
Proporcionar un adecuado acondicionamiento físico.
Aumentar la socialización.
Mejorar la autoimagen y autoestima.
En primer lugar se incidirá en la alimentación como fuente salud. Los alumnos/as deben tener unas nociones mínimas de lo que se considera una alimentación sana, y esto se tratará como contenido específico dentro del área de Educación Física.
Por otra parte, hay que incidir en la importancia de realizar ejercicio físico para aumentar el gasto de energía. Así, la combinación de una dieta equilibrada (basada en la reducción del contenido energético de los alimentos que se toman) y el incremento del ejercicio deberán ser la estrategia a seguir para evitar la obesidad infantil.
Cardiopatías
Concepto
Las cardiopatías son lesiones anatómicas de una o varias de las cuatro cámaras cardíacas, de los tabiques que las separan, o de las válvulas o tractos de salida (zonas ventriculares por donde sale la sangre del corazón). Afortunadamente, hoy en día la mayor parte de las cardiopatías tiene solución, bien sea clínica o quirúrgica.
Clasificación
Hay varios tipos:
Soplo: La palabra soplo describe un sonido sibilante que hace la sangre cuando fluye a través de cualquiera de las cavidades o válvulas del corazón o incluso a través de un orifico que hay en su interior. Se podría decir que un “soplo” es un tipo de ruido cardíaco que el médico puede oír cuando ausculta el pecho con el fonendoscopio; en algunas ocasiones es la expresión de una anomalía del corazón, pero en otros casos es normal en edad infantil.
Comunicación interventricular (CIV): La comunicación interventricular es un defecto del tabique interventricular; es decir, un orificio en la parte del tabique que separa las cavidades inferiores del corazón (los ventrículos).
Tetralogía de Fallot: Se trata de una patología congénita que se caracteriza por malformaciones (principalmente un defecto del tabique interventricular). Ocasiona niveles de oxígeno demasiado bajos en la sangre, causando cianosis (una coloración azulada y púrpura de la piel).
Ductus arterioso persistente: Es una comunicación anormal entre los dos vasos sanguíneos mayores que sacan sangre del corazón. Se trata de un vaso que conecta la arteria aorta con la arteria pulmonar, ya fuera del corazón. Se permite el paso de sangre oxigenada a la arteria pulmonar y a los pulmones inútilmente, pues ya está oxigenada, mezclándose con la sangre no oxigenada que proviene del ventrículo derecho.
Comunicación interauricular (CIA): Es un defecto del tabique interauricular; es decir, un orificio entre las cavidades superiores del corazón (la aurícula derecha y la aurícula izquierda), permitiendo que se comuniquen.
Pautas de actuación y beneficios de la Educación Física
A diferencia de lo que se creía antiguamente, tener una cardiopatía congénita no debe ser motivo para no practicar actividad física. Se tienen que valorar los efectos beneficiosos que la actividad física produce sobre la fisiología general del organismo, sobre la del aparato circulatorio y como prevención primaria y secundaria de la cardiopatía isquémica.
Así, el ejercicio físico puede ser muy recomendable, pero también se tendrán en cuenta ciertas pautas para reducir la incidencia de complicaciones cardiovasculares durante el ejercicio. Se debe:
Realizar pruebas de esfuerzo.
Contar con la supervisión médica.
Establecer pautas de urgencia.
Poner especial atención en los calentamientos y períodos de recuperación adecuados.
Procurar mantenerse dentro de su rango de frecuencia cardiaca.
Medir el pulso con precisión.
Reducir la intensidad del ejercicio.
Modificar las normas de los juegos de manera que disminuyan o supriman los elementos competitivos.
Adaptar el ejercicio a las condiciones ambientales.
Epilepsia
Concepto
Etimológicamente, la palabra epilepsia significa "ser sobrecogido bruscamente". Partiendo de esto podemos definir la epilepsia como un desorden neurológico que tiene manifestaciones externas, caracterizándose por una alteración (crisis) breve, brusca, repetitiva y estereotipada. Es un proceso crónico que se identifica por convulsiones recurrentes que se repiten a lo largo del tiempo.
Debemos tener en cuenta que la epilepsia no es sinónimo de convulsión. Es decir, que un alumno/a haya sufrido una convulsión no quiere decir que necesariamente sea epiléptico/a.
Puede comenzar a cualquier edad, si bien se inicia más frecuentemente durante la niñez y la adolescencia.
Clasificación
Hay dos tipos:
Pequeño mal: Es una alteración temporal de la función cerebral con breves y frecuentes fases, de unos segundos de duración. Está ocasionada por una actividad anormal en el cerebro y lleva a una pérdida de la consciencia de poca duración. Es característica de la infancia y adolescencia. Suele consistir en confusión mental, pestañeos y en ocasiones sacudidas de brazos, no llegando la persona a caer al suelo.
Gran mal: Es la forma más frecuente. Se producen movimientos de las cuatro extremidades a través de sacudidas de cabeza, brazos y piernas. Suele ir acompañado de pérdida de sentido y también se pierde el control de los esfínteres. Generalmente no dura más de 15' y cuando este ataque persiste más tiempo se denomina “estado epiléptico”.
Pautas de actuación y beneficios de la Educación Física
El principal factor para decidir la participación de un epiléptico/a en la actividad física es el grado de control de la enfermedad. En personas con crisis convulsivas frecuentes se deben restringir las competiciones, pero no la actividad física diaria. Es aconsejable evitar ciertas actividades que supongan riesgo, como trepar, hacer gimnasia con aparatos, natación... por el peligro que supone la aparición de una crisis durante la realización de la actividad.
Además, la actividad física puede disminuir los episodios epilépticos, y el aumento de la ventilación pulmonar que tiene lugar durante el ejercicio no aumenta la frecuencia de las crisis ni el riesgo de su aparición. Los niños/as con epilepsia podrán participar en todas aquellas actividades que, siguiendo una planificación y periodización, no impliquen riesgo o daño al propio practicante o a los demás.
Antiguamente se creía que había un tipo de epilepsia asociado a la actividad física (epilepsia refleja), pero se ha comprobado que es mejor la realización de ejercicio físico, no sólo por los beneficios que produce, sino porque la restricción de éste podría traer al alumnado secuelas psicológicas.
Como docentes debemos conocer los signos que evidencien que un alumno/a está sufriendo un ataque epiléptico para actuar ante esta situación:
Contracciones musculares en forma de sacudidas.
Confusión mental.
Comportamientos infantiles de repente.
Episodios de mirada fija o falta de atención.
Sonidos raros y percepción distorsionada de la realidad.
Movimientos como el masticar alimentos sin estar comiendo, o el abrir y cerrar los ojos constantemente.
Fatiga y cansancio.
Sensación de debilidad.
Incapacidad para responder a preguntas o seguir una conversación.
Convulsiones.
Fiebre.
Para ello se tendrá en cuenta cómo actuar en caso de que se produzca una crisis durante la actividad física:
Proteger al niño/a que convulsiona: si está de pie, lo acostaremos en el suelo, retirando todo aquello que le pueda hacer daño (bancos, radiadores, etc.).
Aflojarle la ropa, sobre todo en el cuello.
Ponerlo de lado: girarle la cabeza suavemente lateralmente por si presenta vómitos.
No reprimir los movimientos.
No darle agua, líquidos o medicinas.
Animarlo/a después de la recuperación.
Dejar suficiente tiempo para descansar.
Problemas posturales de la columna vertebral
Concepto
Los problemas posturales de la columna vertebral son muy frecuentes en los niños y niñas en edad escolar. Generalmente, son producidos por las malas posturas y por el sedentarismo. Deben ser considerados como agentes que pueden favorecer el desarrollo de enfermedades osteo-articulares en miembros inferiores y en la columna vertebral cuando el niño/a alcance la adolescencia. De ahí la gran importancia que presenta la detección precoz.
Entre los problemas posturales de columna vertebral que nos podemos encontrar con más frecuencia en los niños/as en edad escolar están la hiperlordosis, la hipercifosis y la escoliosis.
Clasificación, pautas de actuación y beneficios de la Educación Física
La columna vertebral es el soporte principal de la parte superior de nuestro cuerpo. Nos permite mantenernos erectos, flexionar o girar nuestro tronco. También cubre y protege la médula espinal. Los nervios de nuestra columna se ramifican al resto de nuestro cuerpo. La columna vertebral está compuesta por vértebras; en la parte superior se encuentran las vértebras cervicales, que a su vez están unidas a las articulaciones. Entre cada una de las vértebras están los discos, los cuales proporcionan movilidad y actúan como amortiguadores.
En cuanto a las curvaturas, la columna vertebral presenta cuatro curvaturas en el plano sagital: dos de convexidad anterior o lordosis (que son las curvas cervical y lumbar) y dos de convexidad posterior o cifosis (que son las curvas torácica y sacra). En el plano frontal, la columna no presenta ninguna curvatura.
Si los ángulos de las curvaturas superan los valores normales se producen desequilibrios de la distribución de las cargas que a largo plazo pueden crear complicaciones. O sea, que por una mala distribución de las cargas, por una mala colocación de la columna en determinadas posturas, por manejar pesos elevados… puede aparecer una aptitud (predisposición a padecer la lesión); si ésta no se corrige, es cuando se manifiesta la lesión.
Así, las alteraciones de la columna vertebral se pueden ver en dos planos:
En un plano sagital:
La hiperlordosis es el aumento de la concavidad posterior de la columna vertebral, que habitualmente se localiza en la región lumbar, aunque también puede presentarse en la zona cervical. En ocasiones es congénita (durante los brotes de crecimiento, la tendencia a desarrollarla aumenta, porque los cuerpos vertebrales crecen más en la zona anterior; es posible que se deba a una deformación de la quinta vértebra lumbar), aunque en la mayoría de los casos, su causa es desconocida y aparece desde las primeras etapas de formación del esqueleto. Otras veces es adquirida (incorrecta posición de la pelvis por insuficiencia abdominal, esfuerzos demasiado continuados o traumatismos). Esta alteración manifiesta dolor localizado a nivel lumbar que aumenta durante la actividad, y puede producir una hernia discal. No son aconsejables ciertos deportes donde se utilice excesivamente esta zona corporal, como la gimnasia deportiva, el judo o la halterofilia.
La hipercifosis es una exageración de la curvatura de convexidad posterior (torácica y sacra). Es decir, una columna vertebral que padece una hipercifosis presentará una curvatura hacia delante en las vértebras de la parte superior de la espalda. Podríamos decir que parece una “joroba” y que se trata de una deformación de la columna vertebral. A menudo se compensa con una hiperlordosis cervical o lumbar. Sus causas más frecuentes son los fallos musculares (abdominales y dorsales), sobre todo en edad de crecimiento, aunque también son debidas a herencia, sobrecargas, problemas posturales, etc. Pueden provocar alteraciones en la mecánica respiratoria, incontinencias... No son recomendables los deportes que desarrollen más la curvatura (por ejemplo el ciclismo o el estilo de mariposa, en natación).
En un plano frontal:
La escoliosis es una desviación anormal de la columna vertebral (vista de frente) hacia uno u otro lado, ocasionando una curva, que se acompaña de rotación de los cuerpos vertebrales. Esta desviación de la columna afecta aparentemente a los hombros, la espalda y la pelvis. Si miramos desde arriba una persona escoliótica notaremos que la curva de la columna arrastra también a las costillas, por lo que se aprecia una marcada prominencia en la cara posterior del tórax, generalmente hacia la derecha.
Hoy en día aún desconocemos cuáles pueden ser las causas de esta deformidad, aunque se piensa que pueden ser congénitas (nacer con un desarrollo incompleto de un lado de las vértebras, o tener ausencia de discos y deformación articular) o adquiridas (tener un desarrollo demasiado rápido, por ejemplo). Aproximadamente un 10% de la población presenta una leve asimetría del tronco que puede considerarse una variante de la normalidad. Puede provocar dificultades respiratorias, trastornos en la marcha e inestabilidad postural. Si se padece este problema, no se deben realizar deportes asimétricos, como el tenis.
Conclusión
En ocasiones, nos encontramos en las sesiones de Educación Física escolar con ciertas enfermedades que requieren de medidas especiales de actuación (como una parálisis cerebral, un síndrome de Down…). Existen otros pequeños problemas de salud que habitualmente no suponen ningún hándicap, pero es recomendable para el profesorado saber actuar frente a ellos y, en los casos que así lo requieran, saber adaptar la actividad a los mismos. De ahí el sentido de este artículo.
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revista
digital · Año 13 · N° 125 | Buenos Aires,
Octubre de 2008 |