Implicación del glucógeno muscular sobre el rendimiento en el fútbol profesional |
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Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Actualmente realizando Tesis Doctoral IES San Daniel, Ceuta |
Luis Enrique Ramos Peula (España) |
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Resumen Para la realización de entrenamientos cada vez mas específicos debemos conocer con mayor profundidad los deportes que vamos a tratar, para poder así controlar las variables que son determinantes en un deporte como el fútbol. Las finalidades de este artículo son las siguientes: - Conocer los requerimientos fisiológicos de un deporte como el fútbol en el cual nos encontramos con una gran variedad de intensidades y esfuerzos. - Comparar los indicadores internos con otro deporte acíclico para ver las posibles similitudes u diferencias. - Conocer hasta que punto la condición física es determinante en este deporte. Palabras clave: Demandas energéticas. Glucógeno muscular. Indicadores internos de intensidad. |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 124 - Setiembre de 2008 |
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Introducción
Cualquiera que observe un partido puede darse cuenta de que el fútbol es un deporte físicamente agotador. Pero, ¿cuánto trabaja realmente un jugador en un partido de fútbol?, ¿qué sucede en el interior del cuerpo cuando se juega a fútbol?, ¿cómo hacen frente los jugadores a las exigencias físicas, como deben prepararse los jugadores para un partido? En los últimos años, estudios científicos han proporcionado una cantidad sustancial de información relativa a estos temas.
De los diferentes deportes hemos elegido el fútbol encontramos diferentes vías energética (aeróbica, anaeróbica), esfuerzos discontinuos, intermitentes, de gran intensidad, y en el que se alternan carreras y periodos de descanso (Ekblom, 1986), aspectos que consideramos de vital importancia para desarrollar nuestro estudio.
Todos los estudios científicos relacionados con el fútbol nos sirven como base para preparar y planificar nuestros entrenamientos los cuales son determinantes en las distintas prácticas deportivas.
Dichas variables (VO2 max, frecuencia cardiaca, distancia recorrida...) nos dan la clave para saber la carga de entrenamiento, la duración las recuperaciones etc., que debemos aplicar a los deportistas para alcanzar su máximo rendimiento.
Las exigencias del fútbol, y más concretamente de un partido pueden dividirse en cuatro componentes: técnicas, tácticas, sociales/psicológicas y físicas. El jugador ideal de fútbol debe tener una buena comprensión táctica, ser técnicamente hábil, medianamente fuerte, funcionar bien socialmente dentro del equipo y tener una elevada capacidad física. Todos estos aspectos pueden influir en la obtención de energía en un encuentro de fútbol.
La distancia que cubre un jugador durante un partido depende de varios factores, tales como el equipo contrario, la importancia del partido, la motivación y las tácticas de fútbol (aspectos que influyen en el desarrollo de las diferentes vías energéticas de un partido). No obstante, se ha descubierto que la distancia total cubierta por la mayoría de los jugadores no varía mas de un km/h, siendo la mayor variación de 1,7 km/h. la intensidad del esfuerzo de un jugador durante un partido depende principalmente de su nivel de condición física y de su función táctica en el equipo.
Para llevar a cabo cualquier modelo de entrenamiento específico en cualquier modalidad deportiva debemos tener en cuenta las necesidades energéticas de dicha modalidad, además de las demandas físicas y fisiológicas. Una vez que conozcamos dichos parámetros podemos empezar a prescribir y programar ejercicios que mejoren cualquiera de las capacidades condicionales de los deportistas (Barbero, 1998).
En nuestro trabajo pretendemos analizar la intensidad que se alcanza en este deporte a través del estudio del glucógeno muscular en un partido de fútbol completo; aunque existen diversos problemas a la hora de analizar los deportes acíclicos; fútbol en nuestro caso:
Variabilidad en las distancias y velocidades.
Coste energético ligado a la perfección del gesto técnico.
Aparición de tiempos de descanso. Por ejemplo cuando se lanza una falta.
Aparición de diversas acciones: saltos, giros, cambios de dirección y de ritmo, etc. Todos ellos se producen a una velocidad e intensidad diferentes.
Así mismo para la elaboración de este trabajo tendremos en cuenta que en la práctica de fútbol existen posiciones específicas para cada uno de los jugadores (portero, defensa central, defensa lateral, medio centro, extremos y delanteros), por lo que las acciones que estos realizan sobre el terreno de juego son diferentes; estando así íntimamente relacionadas con el rol que desempeñan. Por ello no todos los jugadores se encuentran en un momento dado utilizando la misma vía energética; sino que esta se encuentra íntimamente relacionada con el tipo de esfuerzo que hace cada jugador, además de la intensidad y duración del mismo como ya hemos mencionado anteriormente.
En el trabajo trataremos los siguientes indicadores:
Indicadores internos: Son aquellos en los que se debe utilizar un material más específico e intentan valorar el volumen y densidad de la carga y los efectos que producen en el deportista.
A su vez tenemos que tener en cuenta que el fútbol es un deporte que se lleva a cabo en espacios al aire libre generalmente, por lo que los factores externos (climatológicos principalmente), también pueden afectar al uso de una vía energética u otra.
Con esta revisión pretendemos cuantificar las cargas a las que se pueden ver sometidos los jugadores de fútbol durante la consecución de la competición.
Con este trabajo podremos conocer el comportamiento o variaciones que sufren durante un encuentro glucógeno muscular.
También nos gustaría conocer hasta que punto son determinantes, para alcanzar el máximo rendimiento, los diferentes indicadores internos que trataremos durante la revisión.
Pretendemos no obstante, conocer dichos indicadores para después poder transferirlos a nuestros entrenamientos y así conseguir una semejanza con la competición y mejor adaptación a esta.
Indicadores internos
Glucógeno Muscular
Las características de la intensidad requerida en un encuentro de fútbol conlleva la necesidad de utilización de substratos energéticos, siendo entre ellos el glucógeno el substrato decisivo, ya que su almacenamiento tanto en el hígado como en el músculo es muy escaso, pues sus reservas son pequeñas.
Cuando las reservas de glucógeno muscular se han agotado, el ejercicio no puede continuar al ritmo anterior. Según este hallazgo, el tiempo de resistencia es proporcional al contenido de glucógeno de los músculos (Bergströn., 1967).
El músculo esquelético humano tiene una concentración de glucógeno en los márgenes de muestras de 60 - 150 mM/kg de peso húmedo, o de 258 - 645 mM/kg de peso seco. El tamaño de la reserva de glucógeno hepático depende si la persona está alimentada o en ayunas. Cuando está alimentado, un hombre adulto, con un hígado de alrededor de 1.8 kg, tiene una concentración de glucógeno en el hígado de aproximadamente 550 mM (peso húmedo), mientras que tras ayunar durante la noche, la concentración de glucógeno baja hasta unos 200 mM. Tras un número determinado de días siguiendo una alimentación alta en CHO, la concentración de glucógeno en el hígado puede incrementarse hasta 1000 mM (peso seco) (Nilson y Hultman, 1973).
El agotamiento del glucógeno puede hacer que la glucosa en sangre disminuya y ello provoca en los esfuerzos perdidos de concentración y disminución en la efectividad de ejecución de las habilidades tácticas (Granero 1994).
La capacidad para ejecutar ejercicio anaeróbico se reduce con la menor disponibilidad de glucógeno muscular, tal como viene reflejado por la disminución de la concentración máxima de lactato en la sangre después de repetidas sesiones de ejercicio agotador.
La menor reserva de glucógeno en el hígado (alrededor de 100 gr) es especialmente importante para el mantenimiento de una adecuada concentración de glucosa en la sangre. El sistema nervioso central depende casi exclusivamente de la glucosa de la sangre como sustrato de energía.
Durante la realización de un ejercicio prolongado, los músculos que se ejercitan extraen cantidades crecientes de glucosa de la sangre a medida que el glucógeno muscular se va agotando. Ello puede ocasionar una hipoglucemia, que reduce la función cerebral, con una sensación de fatiga general.
Depleción glucogénica (ejercicio al 80% VO2 máx)
El ritmo al que se utilizan las reservas de energía depende de la potencia aeróbica máxima del individuo y, tal como se ha indicado antes, del tipo la intensidad y la duración del ejercicio.
A intensidades de ejercicio mayores al 60% de la VO2 máx, la importancia relativa de los hidratos de carbono aumenta. Parece que la utilización del substrato está determinada por las condiciones locales del músculo, que implican la disponibilidad de oxígeno.
Se sabe que durante los ejercicios continuos de intensidad media comprendida entre el 70 y el 80% del consumo máximo de oxígeno y de una duración de 90 minutos, uno de los factores limitantes de dicho ejercicio está relacionado con el agotamiento de las reservas musculares de glucógeno.
G.A. Brooks (1996)
La elevada utilización de energía durante el partido de fútbol, 1000 Kcal en total (Jiménez 1998), da lugar a un vaciamiento de los depósitos de glucógeno muscular del miembro inferior.
Tanto el tipo de movimiento como la duración del partido son factores que influyen directamente en la disminución de las concentraciones de glucógeno en el músculo. Karlsson (1969), gracias a experimentos efectuados en jugadores de fútbol en el transcurso de un partido, ha podido demostrar que la distancia recorrida de forma veloz está relacionada con los depósitos de glucógeno muscular antes y después del partido esto queda demostrado ya que el tiempo de carrera a máxima velocidad fue un 75% menor en los jugadores con bajos valores iniciales de glucógeno muscular.
En un estudio sueco, las concentraciones medias de glucógeno muscular en el muslo de cinco jugadores fueron 96, 32 y 9 mM/kg de peso magro, en el descanso y después de un partido amistoso, respectivamente. También se descubrió que los jugadores con un reducido contenido de glucógeno en sus músculos del muslo al comienzo del partido recorrían 25% menos distancia que los demás. (Saltin, 1973).
Disminución de los depósitos de glucógeno durante un partido:
Karlsson (1969)
Según Ekblom (1996), que realizó biopsias musculares en 6 jugadores de fútbol, observó:
Una disminución importante de las reservas musculares de glucógeno ya en la primera parte, en algunos jugadores casi agotados.
Un vaciamiento casi completo de los depósitos de glucógeno muscular en la mayoría de los jugadores.
Utilización selectiva de los depósitos de glucógeno
El modelo de agotamiento del glucógeno en las fibras ST y FT depende de la intensidad del ejercicio. De acuerdo a lo que podemos apreciar en la gráfica durante la realización de ejercicios de intensidad relativamente baja (40-60% del VO2 máx), las fibras ST aportan el mayor porcentaje de glucógeno y la contribución de las Fta y Ftb es muy baja. A intensidades de esfuerzo más elevadas (75-90% del VO2 máx), las fibras FT se movilizan con mayor frecuencia y el aporte de glucógeno por parte de estas aumenta considerablemente.
Como pudimos comprobar anteriormente el consumo de oxigeno durante un partido de fútbol oscila entre el 70-80% del VO2 máx, por lo que la depleción debería seguir las mismas pautas que ésta última. Este toma relevancia al momento de seleccionar las cargas de entrenamiento para que se produzcan adaptaciones específicas en este caso aumento de los depósitos glucogénicos a nivel muscular.
Utilización del glucógeno en fibras ST – FTa y FTb
Wilmore & Costill (1988)
A continuación vamos a describir el estudio que realizó Rico Sanz y colaboradores sobre la depleción del glucógeno muscular durante un partido de fútbol:
Se tomaron a 17 jugadores profesionales de la liga Suiza.
La edad estaba entorno a 17,4 ± 0,8 años.
Las muestran fueron tomadas a través de un método indirecto como es el de la Resonancia Magnética realizada en la pierna dominante de cada uno de los voluntarios para este estudio.
Se hicieron pruebas antes y después de las pruebas y los resultados fueron:
135 ± 53 mmol· kg Antes de comenzar la actividad
87 ± 27 mmol·kg Después de realizar una actividad de 45 minutos con cambios de velocidades.
Se realizaron diferentes correlaciones entre:
El descanso y el agotamiento del glucógeno donde los autores encontraron una gran relación. Cuanto mas descanso menor es el agotamiento del glucógeno, por lo que se podrán soportar cargas mayores.
También entre la utilización del glucógeno y el tiempo corriente, esta correlación era menor que la anterior, es decir que la duración de la actividad no es un factor que determine la depleción del glucógeno muscular.
El tiempo de actuación posiblemente podría verse influenciado por la capacidad de utilizar otro glucógeno intramuscular y las fuentes de energía circulantes además del glucógeno.
Restauración de los depósitos de glucógeno post-ejercicio
El restablecimiento de las reservas de glucógeno muscular después de haberse agotado éstas totalmente requiere más de 20 hs. El ritmo de restablecimiento depende de la dieta (Ivy et al., Kirwan et al., 1988)
Algunos investigadores se han interesado en estudiar la recuperación de las reservas musculares de glucógeno en los días posteriores al partido. Los resultados de dichos estudios indican que cuando los futbolistas ingieren una dieta normal de los países industrializados (45-50% de hidratos de carbono), las reservas musculares de glucógeno a las 24 horas de acabar el partido son todavía un 30-40% inferiores a los valores encontrados antes del inicio del partido. Además, las reservas musculares de glucógeno todavía no se recuperan completamente a las 48 horas de haber terminado el partido.
Entrenamiento de 2 hs diarias (dieta normal vs dieta rica en hidratos de carbono)
Costill & Miller (1980)
El conjunto de estos resultados permite concluir que el glucógeno muscular es un substrato que tiene una importancia clave en un partido de fútbol debido a que se utiliza de modo predominante y se puede llegar a agotar precozmente. Además, si tenemos en cuenta que:
Sus reservas en el organismo son muy pequeñas.
Durante un partido se suelen agotar esas reservas.
El agotamiento de dichas reservas se acompaña de una disminución notable del ritmo de juego.
La recuperación completa de estas reservas puede alargarse más de 48 horas.
Diferentes estudios han contrastado que la ingesta de una dieta que contenga como mínimo un 60% de hidratos de carbono y la ingesta de agua con hidratos de carbono durante el calentamiento (unos 70g en 400 mi de agua) y en el descanso (140g en 800 ml de agua) se acompaña de una mejora de las prestaciones físicas (número y duración de carreras a máxima velocidad, mayor distancia recorrida) y de las prestaciones técnicas durante el partido de fútbol y, especialmente, durante la última media hora de partido.
Conclusiones
Las características fisiológicas de los jugadores de fútbol y las respuestas al juego denotan que durante la competición se impone una combinación de demandas sobre los futbolistas.
La naturaleza intervalada y acíclica de la actividad durante la competición hace que sea difícil encontrar protocolos relacionados con el juego en experimentos en laboratorio. Es probable que en futuras investigaciones de la fisiología del fútbol se utilicen más estudios de campo con una mayor especificidad con el juego Los trabajos futuros también deberían considerar los protocolos de entrenamiento más adecuados para optimizar las características físicas y musculares de manera de aumentar el rendimiento durante el juego.
Durante la realización del trabajo de revisión que hemos tratado se puede observar las demandas fisiológicas que son necesarias para el fútbol de alta competición, por lo que podemos hablar de que no es un deporte en el que la condición física y sus variables sean determinantes para obtener un mejor o peor resultado, es decir que correr mas kilómetros que el contrario o tener un mayor consumo de oxigeno que el contrario no nos va hacer ganar la competición, esto en otro deportes si que puede ser mas determinante. Por lo que llegamos a la conclusión que, un mejor nivel de condición física, es una variable que puede mejorar el rendimiento pero nunca podrá ser determinante.
Se puede concluir que se deberá prestar especial interés en elaborar cuidadosamente estrategias desde el punto de vista de la nutrición y del control y la distribución de las cargas de trabajo y recuperación para conseguir que los jugadores:
presenten antes del partido reservas de glucógeno elevadas en el músculo y en el hígado,
presenten un agotamiento retardado de las reservas musculares durante el partido, y
recuperen dichas reservas rápidamente.
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