El atletismo cubano como el cachumbambé | |||
Estadístico de Atletismo, Holguín (Cuba) |
Lic. Eddy Luis Nápoles Cardoso |
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Si observamos la pirámide de participación se parece al popular cachumbambé: baja, sube y baja. Primero 45, luego 60 para finalizar con 47. Pero la pirámide que si refleja bien la realidad es la referente al logro de medallas, con 21 en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, 18 en los Juegos Panamericanos y cinco en los Juegos Olímpicos, un claro medidor del nivel del atletismo cubano actual. |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 124 - Setiembre de 2008 |
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A pesar de que al atletismo cubano realizó una acertada actuación en la cita de Beijing, también durante el ciclo olímpico 2005-2008 se lograron destacados resultados, entre los que podemos citar la obtención del primer lugar en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro y en los Juegos Centroamericanos de Cartagena y el logro de dos títulos y cuatro preseas de plata en la cita mundial de Helsinki, como lo más sobresaliente en estos cuatro años. Pero hay otros detalles que me gustaría compartir con ustedes.
Yipsi Moreno, Dayron Robles y Yarelis Barrios
Desde que se inició la periodización del proceso de entrenamiento deportivo, motivado sobre todo por la necesidad de que los atletas trataran de lograr sus mejores resultados en las competencias fundamentales, varias son las teorías y métodos empleados para la obtención de las metas propuestas. Pero según Lev Pavlovich Matveev, el llamado padre de la periodización, el periodo de tiempo lógico para la consecución de los resultados deportivos, es de cuatro años, lo que no es más que la culminación del ciclo de preparación. Ahora es partiendo de estas simples definiciones que procedo a valorar el desempeño atlético cubano.
El también llamado ciclo olímpico, se inició con los Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Cartagena de Indias, Colombia en el 2006. A esa urbe que bañan las aguas del Mar Caribe, el campo y pista cubano asistió con alrededor de 45 atletas. Hay que recordar que actualmente se compite en el atletismo olímpico en 47 pruebas, 24 masculinas y 23 femeninas, por lo tanto sacando una simple cuenta, se observa que la comitiva que viajó a Cartagena no cubría el per cápita de un atleta por disciplina. Entonces, si esta es la competencia que abre el camino hacia los Juegos Olímpicos, ¿por qué no llevar un mayor número de atletas sobre todo jóvenes? Donde se le de la posibilidad de ir conociendo un escenario competitivo que le es desconocido y ya de hecho se van vislumbrando los potenciales con que se cuenta para la siguiente etapa; los Juegos Panamericanos.
Para los Juegos continentales realizados en Río de Janeiro el pasado año, se abrió un poco el diapasón, pues la representación nacional anduvo cerca de los 60 atletas. Esto trajo consigo que varios atletas que no asistieron a Cartagena, ahora dieron la cara en la cita panamericana. Claro no se puede ser esquemático en decir “si no fuiste a los Centroamericanos, no puedes ir a los Panamericanos y no irás a los Juegos Olímpicos”. En el deporte siempre tiene que haber margen para los atrevidos y más en los de tiempos y marcas, pero si selección al primer evento del ciclo es todo lo seria, abarcadora y objetiva, es muy poco probable que surjan eléctricos de último minuto.
Adentrándonos en el análisis cualitativo, tenemos que un total de 18 atletas estuvieron presentes en los dos eventos, es decir los Centroamericanos y los Panamericanos, de ellos cuatro lograron el título y otros 10 resultaron medallistas en ambos eventos para un 77.77%, pero de los 12 atletas que hicieron su primera aparición dentro del ciclo en Río de Janeiro, solo cinco fueron medallistas para el 41.66%. Como se observa la eficiencia de las nuevas incorporaciones es inferior al 50 por ciento; claro hay que tener en cuenta que también el nivel de la competencia continental es superior.
Ahora vamos a valorar el último escalón del ciclo, los Juegos Olímpicos. A estos asistieron 47 atletas -todos los que realizaron la marca exigida por la Federación Internacional de Atletismo- dos más de los que asistieron a la cita centroamericana, lo que deja en claro que nos encontraremos atletas que iniciaron y terminaron el ciclo en los propios Juegos de Beijing. En este caso hay siete atletas y de ellos solo uno fue finalista, David Giralt, quien no es un desconocido, pues ha sido finalista en los tres últimos mundiales; en tanto hay otros cuatro que estuvieron en Cartagena, no asistieron a Río y ahora lo hicieron a Beijing, solo uno resultó finalistas y medallista además, Ibrahim Camejo.
Ahora, de los 12 atletas que vimos iniciar el ciclo en la cita carioca, solo dos fueron finalistas, Wilfredo Martínez y Leonel Suárez, este último ganador de una excepcional medalla de bronce en decatlón; en tanto un total de 22 representantes criollos estuvieron presentes en los tres eventos del ciclo, llegando ocho hasta el examen final, con tres medallistas y un titular; Yipsi Moreno, Yarelis Barrios y Dayron Robles.
Solo el fenomenal vallista Dayron Robles resultó imbatible dentro de los tres eventos del ciclo olímpico: triunfó en Cartagena con 13.12, un año después lo repitió en Río de Janeiro con 13.25 para cerrar con el magistral 12.93 marcado en el Nido de Pájaro recientemente; mientras la martillista Yipsi Moreno lo imitaba con 70.22 en la ciudad colombiana, 75.20 en la cita carioca y esa propia marca la valió la presea de plata en Beijing. En tanto la discóbola Yarelis Barrios fue segunda en la lid centroamericana con 56.22, se tituló en Río con 61.72 y logró plata en la capital china con 63.64.
Como vemos, de los 47 atletas que tan dignamente nos representaron en la cita de Beijing, solo el 46.80 % estuvo presente en los tres eventos principales para el deporte cubano, eso quiere decir que más del 50 por ciento de nuestra delegación atlética presente en la cita china, dejó al menos de asistir a un evento previo a la competencia fundamental del ciclo. También hay que tener en cuenta las ausencias que se pueden producir por lesiones y que salvo a los Juegos Olímpicos, donde cada país tiene opciones de enviar a tres atletas por disciplinas, a los restantes solo lo hacen dos.
Si observamos la pirámide de participación se parece al popular cachumbambé: baja, sube y baja. Primero 45, luego 60 para finalizar con 47. Pero la pirámide que sí refleja bien la realidad es la referente al logro de medallas, con 21 en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, 18 en los Juegos Panamericanos y cinco en los Juegos Olímpicos, un claro medidor del nivel del atletismo cubano actual.
Ya estamos en otro estadio dentro del proceso de preparación de los atletas, impuesto más que nada por el propio calendario competitivo, donde se necesita lograr una forma óptima por espacio de casi cinco meses. Este es otro de los argumentos muy de moda y una evidencia de tal vez que ya esos modelos de planificación del entrenamiento a largo plazo han quedado atrás, pero no olvidados y no cabe dudas que una correcta planificación de los ciclos anuales, llevaría a la materialización de excelentes resultados a la par que alargaría la vida deportiva de los atletas.
revista
digital · Año 13 · N° 124 | Buenos Aires,
Setiembre de 2008 |