efdeportes.com
Asertividad, personalidad y deporte

 

Escuela Internacional de Educación Física y Deportes, La Habana

(Cuba)

MsC. María de la Cruz Nápoles Salazar

marians@eiefd.co.cu

 

 

 

Resumen

          Un cambio cualitativo percibimos cuando aprendemos a relacionarnos con las otras personas de manera efectiva, sin daño a nuestra autoestima ni a la de los demás. Es una manera de avanzar en nuestro desarrollo personal, es decir es avanzar hacia nuestras competencias para la profesión y la vida. El artículo aborda las reflexiones de la autora acerca del vínculo de la herramienta de la aserción para el logro de mejoras formas de relaciones interpersonales y una autoestima saludable en la aproximación de la valoración de su importancia en el contexto deportivo.

          Palabras clave: Asertividad. Personalidad. Autoestima. Deporte.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - Nº 123 - Agosto de 2008

1 / 1

    ¿Qué es la personalidad? Es una invitación a la búsqueda y profundización en la complejidad de una temática aún no acabada por la Psicología y de importancia nuclear para aquellos que se adentran en la comprensión del actor principal de la Educación Física y el Deporte: El Hombre.

    Una premisa indispensable del acontecer del individuo humano en personalidad es el proceso de socialización, tesis que en la actualidad ha alcanzado una amplia difusión en el mundo, sin embargo de lo que se trata es de cómo interpretar el mismo proceso de socialización.

    La formación de la personalidad es un largo y polifásico proceso de socialización del individuo, concepto que pertenece al hombre adulto. En sentido general, consideramos, que son indicadores de la definición del concepto personalidad: :complejidad de su estructura, sistema de formaciones psicológicas, nivel de regulación superior de la conducta, determinación socio histórica., estructuración holística de lo psíquico, para regular las formas más complejas del comportamiento humano. (Nápoles 2003,) por ello entender su relación con la aserción invita a concienciar que es un aspecto no poco complejo, al intentar explicar los mecanismos que la implican desde una visión sociopsicológica.

    La asertividad es un estilo de actuación en situación comunicativa de la personalidad, que se manifiesta en la expresión abierta, franca, para exponer sentimientos, opiniones, puntos de vistas, vivencias que permiten la defensa de los derechos personales sin violentar el ajeno, para hacer sentir el valor de los demás.

    Es un término contextual e intermedio entre las conductas agresivas y pasivas de la comunicación. (Nápoles, 2004.)

    Es el equilibrio entre nuestros, sentimientos y derechos y las necesidades, los sentimientos, deseos y derechos de los demás.

    En la praxis esto indica: ser perceptivo para comprender y emplear los seis pasos para convertir la reserva en oro que potencialmente los seres humanos tenemos para comunicarnos adecuadamente. La sistematización que hemos realizados de los criterios de diferentes autores (Zaldivar, 2003; Gil Adí, 2001; Ferrán, 2004), nos permite determinar lo que hemos denominados las REGLAS DE ORO DE LA ASERTIVIDAD:

  • Expresar los sentimientos directamente, positivos y negativos de manera eficaz, sin humillar al otro ni crear vacilación por los sentimientos expresados.

  • Escucha activa.

  • Establecer control de las emociones.

  • Empatizar, reconociendo las emociones y trasmitirlas, lo que es nuestro y lo que de otro.

  • Evaluar, conocer y defender los derechos personales.

  • Examen del reconocimiento y discriminación de: Cuándo, Dónde, Cómo, Por qué emitir una respuesta asertiva. Conscientizando las ocasiones en que la expresión personal es importante y adecuada, estimando que la manifestación individual es exponente del conjunto de las relaciones sociales.

    La asertividad es una característica de la personalidad promotora de autoestima saludable, y contribuye de manera apreciable al desarrollo de relaciones interpersonales facilitadoras de crecimiento personal y satisfacción emocional en los individuos. (Zaldivar 2006:1)

    Los elementos componentes de la personalidad que están relacionados con la aserción, parten de la posición de que su estructura no puede ser descompuesta en elementos aislados o reducidos al temperamento, la esfera afectiva volitiva, cognoscitiva instrumental, es necesario verla en sus unidades integrales complejas; separadas sólo didácticamente para su estudio.

    Las unidades integrales que conforman la estructura de la personalidad son sus formaciones psicológicas (generales, particulares). ”Llamamos unidades integrales complejas, un producto del análisis que contrariamente al de los elementos, conserva todas las propiedades básicas del total y no pueden ser divididas sin perderlas.” (Vigostki, citado por colectivo de autores)

    Los elementos de la personalidad que están relacionados con la aserción, y que se ilustran a continuación, parten de la posición anteriormente descrita por esta autora, porque el afecto y la cognición aunque distintas son inseparables.

    La autoestima es la columna vertebral de la asertividad,...”puede ser conceptualizada como la valoración que tenemos de nuestra persona, el valor que nos asignamos; se relaciona con qué tanto nos aceptamos, con el grado de satisfacción con lo que somos, hacemos, pensamos y sentimos, (Zaldivar 2006: 1) es la integración de la autoconfianza y el autorrespeto.

    La autoconfianza es conciencia en la evaluación de la eficacia de nuestras acciones en el manejo de las tareas en nuestras circunstancias y realidades. En cambio el autorrespeto es la sensación de valor personal, la capacidad de disfrutar de los recursos de nuestros esfuerzos… La autoestima es la experiencia personal de sentirse apropiado para la vida y las exigencias y retos que ella representa. Disposición de vivir de acuerdo a mis posibilidades de crecimiento y desarrollo. (Gíl Adí, 2001: 110).

    La manera en que un sujeto expresa su asertividad, nos permite inferir como anda su autoestima. Los sujetos con autoestima adecuada muestran respeto y consideración para su persona y se valoran positivamente, mientras que los sujetos con autoestima baja e inadecuada muestran dificultades para expresar su asertividad y pueden comportarse de manera agresiva o pasiva, al tratarse a sí mismos con dureza, con exigencias desmedidas y una desvalorización general de su persona y de todo lo que hacen (Zaldivar 2006: 2). Afín con este autor, la estimulación de las tres áreas principales: el sentimiento de identidad personal, sentido de pertenencia y el sentimiento de autoeficacia, nos posibilita mostrar una asertividad adecuada y una autoestima saludable.

    Estimular el sentimiento de identidad personal implica profundizar en el conocimiento de sí mismo, aceptarnos como seres únicos e irrepetibles que somos; aprender a reconocer y valorar positivamente nuestras cualidades personales positivas, y ocuparnos del mejoramiento de nuestros puntos “anémicos”.

    El yo, sí mismo o autovaloración, se construye como imagen que tenemos los seres humanos de nuestra persona a lo largo de la vida, de los eventos y circunstancias concurrentes, de nuestro entorno sociocultural. La representación del sujeto sobre su propia persona, es una incuestionable realidad psicológica, la cual ha sido estudiada por diferentes teóricos y escuelas psicológicas (William James, Sigmund Freud, E. Erikson, J. Nuttin, McDougall, H. Maslow, Carl Rogers, Gordon W. Allport, L. I. Bozhovich, F. González, Pilar Rico, A. Amador).

    Relevante son los trabajo del psicólogo humanista Gordón W. Allport donde encontramos un análisis detallado de la formación del sentido de sí mismo y de sus componentes: corporal, identidad, autoestima, imagen extensión y esfuerzo orientado. Este autor elige la expresión de propium para significar la integración de dichos elementos al sistema de la personalidad, como un hito principal de desarrollo. “Si nuestro trabajo, nuestros estudios y aficiones no entran en la esfera del propium, no podemos decir que somos personalidades maduras…” (Allport, 1965: 340).

    Las reflexiones de Carl Rogers acerca de la importancia del self (sí mismo), para el correcto desarrollo personal son de lectura beneficiosas para la ciencia fundamentalmente en la psicoterapia. Este proceso permitirá al individuo convertirse en persona que funcionará de manera eficaz e integrada, original y expansiva, confiada en sus potencialidades y capaz de aceptar mejor a los demás. (Rogers, 1989). De ahí la importancia de esta formación psicológica en la autorregulación y regulación del comportamiento por ende componente esencial de la aserción.

    Por otro lado, seguidores de la Psicología de orientación marxista, destacan la célula que distingue a la personalidad como nivel regulador de la subjetividad humana, a la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, “lo cual permite el estudio de lo psíquico regulador y su funcionamiento en el contexto de la personalidad del sujeto concreto o sea con un carácter personológico” (Mitjáns, 1995). Concebir el entrenamiento asertivo considerando los aportes de este enfoque nos invita a una integración valorativa; aspecto que a nuestro modo de ver resulta un encuadre más holístico para la explicación de un fenómeno de la complejidad de la aserción.

    El elemento actitudinal de la asertividad en la personalidad, parte de la consideración de que la actitud como disposición, al unirse a otros factores que también se integran al comportamiento, puede provocar acciones, conductas que no están necesariamente en correspondencia con la disposición actitudinal, es decir esta relación no es lineal, pues las actitudes no pueden predecir el comportamiento de los sujetos en todas las situaciones, ya que esta es multifactorial, ejemplo de esto es el hecho de tener una aceptación de la información acerca de la aserción que por estereotipos, evaluación de las consecuencias que implicarían para las personas, manifiestan determinados comportamientos, su creencia personal de lo que debería hacer en una situación concretas, vivencias, o su opinión acerca del comportamiento esperado en el grupo de referencia

    Juzgar la asertividad como actitud personalizada del sujeto pone la atención en los componentes estructurales de la actitud.

    Lo expresado hasta aquí, no niega la importancia que reviste la movilidad del sistema nerviosos y el tipo predominante del temperamento en los individuos, que por sus manifestaciones psíquicas son más o menos favorecedoras para el autocontrol en un estilo de actuación asertiva de la personalidad en situación comunicativa. “Las Particularidades psicológicas individuales que caracterizan la dinámica de la actividad psíquica del hombre y permanecen relativamente constantes frente a diferentes contenidos, motivos y fines de la actividad.”.Pueden ser educadas, a través de fomentar el desarrollo de rasgos adecuados del carácter; educando el carácter se atenúa particularidades negativas del temperamento y se desarrolla la personalidad; esta idea rompe con teorías reduccionistas y biologicistas.

    El deporte es un medio por excelencia para el logro de lo anterior. ”Así la agresividad que puede sentir una persona con predominio temperamental del desequilibrio por excitación, puede ser controlada si esta ha sido educada con un sistema de valores éticos que le indiquen una conducta motivada consciente, lo cual induce a que afloren cualidades positivas, como la resistencia al estrés, el autocontrol, la paciencia, necesarios para contrarrestar la violencia que se pudiera generar” (Fuentes Parra, 2006: 39).

    En la asertividad se expresa la personalidad del sujeto, en situación de comunicación, se sostiene de todos sus elementos como sistema, a la vez que influye sobre ellos, es decir, la personalidad se vigoriza con la aserción, al brindarle mecanismo de autodesarrollo, permitiendo desplegar el potencial psicológico: autoestima. Autorrespeto, autocontrol. A su vez el grado de desarrollo de estos procesos pueden ser favorecedores o inhibidores de la expresión asertiva, para evitar que la angustia interfiera en lo racional (afecto-cognición) es decir culturizar nuestros instintos.

    La trilogía escuela, familia, comunidad serán facilitadores o bloqueadores de una personalidad segura, autoafirmativa, capaces de crear para él y los demás un espacio de interacción desarrollador. La importancia de su formación desde las edades más tempranas, a partir de las influencias socioculturales es una posición idónea hacia el aprendizaje de esta herramienta para la vida.; las cuales deben ser fomentadas como recursos personalizados, cualidades, que ofrecen al individuo armas para enfrentar los tiempos que le corresponde vivir con mayor éxito intra e interpersonal.

    No obstante a lo anterior, la ciencia reconoce, que el hecho que haya transcurrido el período sensitivo que a decir de Vigotski, provoca la mayor asimilación por los individuos de la influencia de la educación, ello no significa que las personas no puedan aprender en otras etapas de la vida, las investigaciones realizadas así lo corroboran, debemos trabajar en descubrir y fomentar las potencialidades de desarrollo que existe en cada individuo, así como las vías para intentarlo.

    Entender la asertividad como una actuación en situación de comunicación, como proceso y resultado de la influencia e interrelación de múltiples aspectos, nos hacen pensar en dos dimensiones, condicionantes inseparables en la formación y el funcionamiento de la personalidad: Psicológico- Personal: factores actitudinales, rasgos de la personalidad, recursos personológicos. Psicosocial- Ambiental: Macro entorno y microentorno.

    Cuando se buscan métodos para elevar el desarrollo de la inteligencia del ser humano, formar y perfeccionar habilidades que orienten en el individuo determinados sentimientos, cambio de actitud, autoestima sana que les provoque ser mejores seres humanos, para la profesión y la vida; el deporte y la aserción constituyen fuentes inagotables como vías nutricias para una personalidad robusta.

Bibliografía

  • Allport G.W. (1971) “La personalidad. Su configuración y desarrollo”. Ed Instituto Cubano del libro, tomado de edición 1965, La Habana, Cuba.

  • Colectivo de Autores (1995). “Psicología para Educadores”. Editorial, Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana.

  • Ferrán Salmurri (2004) ¿Qué es la asertividad? En Comunicación y educación popular. Selección de lecturas .Editorial Caminos. La Habana. Pág. 175.

  • Fernández Lourdes R. (2005) Pensando en la Personalidad. Tomo I, II Editorial Félix Varela, La Habana.

  • Fuentes Parra; Magalys E. (2006): El temperamento en la formación del deportista. Ed Gente Nueva. Ciudad de La Habana. Pág. 39

  • Gil Adí, Daniel (2001) “Inteligencia emocional en práctica. Manual para el éxito personal y organizacional” Ed. Nomos S. A. Colombia.

  • Smith, J. “Cuando digo no, me siento culpable”. Nuevas ediciones de bolsillo, 2003.

  • Mitjáns Martínez, Abertina (1995): “Creatividad Personalidad y Educación”. Ed. Pueblo y Educación; La Habana.

  • Nápoles Salazar; María (2002): “Un enfoque comunicativo para la educación”. Revista de la EIEFD. Vol 1 No 1, enero- junio. Pág. 17-20; La Habana.

  • Nápoles Salazar; María (2003): “Qué es la personalidad“ En: Psicología, Apuntes para la asignatura. Ed. EIEFD, La Habana, Cuba

  • Nápoles Salazar; María (2000): “ Acercamiento al entrenamiento asertivo en profesionales de la educación” En Tesis de Maestría .U.H. Facultad de Psicología, La Habana. Pág. 100.

  • Rogers, C. R. (1989): El proceso de convertirse en persona, Ed. Paidós S.A.; México.

  • Zaldívar Pérez, D.F. (2003). Manual de entrenamiento asertivo. La Habana, Cuba: Editorial Felix Varela.

  • Zaldívar Pérez, D.F. (2006): Asertividad y Autoestima saludable. Tomado el 8 de marzo http://www.contusalud.com/website/folder/sepa_psicologia_ Pág 1,

  • Zaldívar Pérez, D.F. (1997): “Cómo mejorar las relaciones con los demás”. En periódico Trabajadores. P (13 ). (10-6); La Habana.

Otros artículos sobre Psicología del Deporte

  www.efdeportes.com/

revista digital · Año 13 · N° 123 | Buenos Aires, Agosto de 2008  
© 1997-2008 Derechos reservados