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Visión de la estimulación cognitiva en personas mayores

 

*Profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte. Universidad de Vigo

Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

AFIPEMA. Asociación para el Fomento de la Investigación en Personas Mayores.

**Doctoranda en ciencias de la Actividad Física por la Universidade de Vigo.

Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Por la Universidade de Vigo.

Suficiencia investigadora mediante el Diploma de estudios avanzados. Departamento de Didácticas Especiales. 

Rama de Actividad Física, Salud y Personas Mayores.

AFIPEMA, Asociación para el Fomento de la Investigación en Personas Mayores. Socia fundadora.

***Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Vigo.

José María Cancela Carral*

chemacc@uvigo.es

Sonia Pariente Baglietto**

soniapariente@uvigo.es

Carlos Iglesias Piñeiro***

krlosiglesias@gmail.com

(España)

 

 

 

Resumen

          A medida que la población envejece, muchos individuos están en riesgo de desarrollar una disminución de su rendimiento cognitivo. Desde nuestro ámbito de actuación, la actividad física, podemos atacar estos problemas desde la base científica de la estimulación cognitiva que, en general, se centra en la capacidad plástica del cerebro, el potencial y reserva cerebral y los principios de rehabilitación neuropsicológica (García-Sánchez, C. 2002). Las investigaciones acerca de los efectos del ejercicio físico en la mejora del bienestar de las Personas Mayores se han centrado generalmente en los beneficios fisiológicos. Sin embargo ha sido recientemente cuando se ha suscitado un mayor interés por la investigación del papel que juega el ejercicio en los aspectos cognitivos, sobre todo los relacionados con las aptitudes mentales primarias (Dishman, R. K. et al. 2006).

          Palabras clave: Personas mayores. Deterioro cognitivo. Estimulación.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 122 - Julio de 2008

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Visión de la estimulación cognitiva en personas mayores

    El incremento de la esperanza de vida preconiza que la proporción de individuos mayores de 65 años de edad será del 20-25% en el año 2020 (Peña-Casanova, J. 1999). El paso del tiempo sobre el sistema nervioso central determina importantes cambios a nivel morfológico y funcional. Neuropsicológicamente, el envejecimiento cerebral se caracteriza por cambios cognitivos difusos poco discapacitantes y que son más acentuados en la esfera de la memoria, rapidez de pensamiento y razonamiento (Petersen et al. 1992).

    Los profesionales de la salud tendemos a enmarcar los trastornos cognitivos en personas mayores en el término negativo del binomio salud-enfermedad. Dentro de estos trastornos estaría ubicado el déficit cognitivo ó pérdida de memoria asociada a la edad. Que si bien es cierto, este problema está más relacionado con el "normal" declive que acontece en la última etapa de la vida, que con el envejecimiento patológico (Lorenzo, J. 2001).

    La base científica de la estimulación cognitiva en el envejecimiento, en general, y las demencias, en particular, se centra en la capacidad plástica del cerebro, el potencial y reserva cerebral y los principios de la rehabilitación neuropsicológica. La neuroplasticidad cerebral hay que entenderla como la respuesta que elabora nuestro cerebro para adaptarse a las demandas y restablecer el desequilibrio secundario a una disfunción cerebral. La neuroplasticidad constituye un concepto básico para comprender procesos tan aparentemente diferentes como el aprendizaje y la recuperación de funciones cognitivas y motoras tras una lesión (García-Sánchez, C et al. 2002).

    En relación al entrenamiento cognitivo, actualmente, los intentos de valoración de programas de intervención realizados y la aplicación de los desarrollos obtenidos en otros sujetos están marcando la dirección a seguir. Cicerone (1997) señala que cada vez se pone más énfasis en entrenar los aspectos metacognitivos como método para aumentar en el sujeto la habilidad para que, de manera independiente, sea capaz de reconocer o anticipar la necesidad que tiene de utilizar estrategias compensatorias para enfrentarse a determinada tarea y para que sea capaz, por tanto, de utilizar sus recursos apropiadamente. También, a la hora de programar un entrenamiento, cada vez se pone más interés en los aspectos emocionales o motivacionales; esto supone reconocer la importancia de la atención y la motivación para conseguir un efecto positivo.

    Resumiendo brevemente los resultados obtenidos hasta la fecha en los diversos trabajos realizados sobre entrenamientos cognitivos en ancianos, podemos afirmar que: las Personas Mayores sanas mejoran significativamente en las habilidades entrenadas, y esta mejora es estructural, o sea, afecta a la habilidad subyacente y se mantiene por un tiempo (Álvarez, M. 2005). Los ancianos mejoran sobre todo cuando el entrenamiento implica una participación activa, metacognitiva e instruccional. También se ha comprobado que es fundamental realizar una evaluación inicial, dada la gran variabilidad interindividual de los efectos conseguidos por el entrenamiento, atribuibles al papel mediador que en la compensación poseen los recursos previos presentes en los sujetos (Bäckman, 1989). Esta evaluación es también necesaria porque para que un entrenamiento tenga éxito se requiere que el individuo sea consciente de sus problemas y de su necesidad de usar estrategias compensatorias para mejorar su disfunción (Josephsson, 1996).

    Posteriormente hay que intentar conseguir la transferencia de la habilidad adquirida a otros dominios del conocimiento por aplicación repetida con diversa y diferente estimulación (Fernández-Ballesteros, R. 1992). En relación al entrenamiento, éste se basa en un papel activo de la persona que es entrenada; es ella la que se enfrenta con la tarea, sólo que se le ayuda, se le guía en este enfrentamiento. El entrenamiento no es mera práctica, es adquisición de procedimiento, es la reflexión sobre la estrategia a seguir. Pensemos que, en la vejez, las creencias sobre auto-eficacia y rendimiento cognitivo, muestran cómo, una disminución en el sentido de la auto-eficacia, favorece la aparición de procesos auto-perpetuadores, que originan un descenso en el funcionamiento cognitivo y conductual; el individuo que se siente inseguro de su eficacia no solo limita el ámbito de sus actividades sino que también disminuye el esfuerzo dispensado a aquellas actividades que emprende, resultando de todo ello una pérdida progresiva de interés y habilidades (Lorenzo, J. 2001).

    Para una mejor comprensión del trabajo cognitivo, debemos saber que las distintas áreas cognitivas del ser humano no funcionan por separado, por lo que a la hora de intervenir en una de ellas, en este caso, el razonamiento espacial, para conseguir unos resultados óptimos, se ha de incluir en el entrenamiento cognitivo las otras áreas: lenguaje, atención, percepción,...,. Este acercamiento global al funcionamiento cognitivo parte de la concepción interdimensional de la persona, en donde la dimensión física, fisiológica, psicológica y social están interactuando, por lo que, al trabajar en una de las áreas se está repercutiendo en las otras, por tanto, una mejora en el funcionamiento cognitivo va a influir también en una mejor autoestima y, por ende, en el estado de salud (Peña-Casanova, J. 1999).

    Duarte, P. (2004), formula que el objetivo principal del entrenamiento cognitivo es incrementar la discriminación y la sensibilidad de los sentidos mediante la estimulación de todos los receptores sensoriales, incrementando así la capacidad y la oportunidad del anciano para interactuar con el entorno. Este enfoque recoge diversas técnicas, principalmente cognitivas y de comunicación las cuales García-Sánchez, C. (2002) denomina como terapias blandas o no farmacológicas.

    Las denominadas terapias blandas, dirigidas a las personas con deterioro cognitivo, son un claro ejemplo de la reorientación que están teniendo los objetivos de intervención en las personas en proceso de envejecimiento y del énfasis puesto en el aumento de la calidad de vida y del bienestar personal. Dichas terapias están teniendo una importante expansión en la actualidad en nuestro país, así como en el resto de comunidad internacional, fundamentalmente impulsada desde el ámbito aplicado, y que necesariamente deberá ir unida, al desarrollo de investigaciones científicas que proporcionen luz y conocimientos que permitan llegar a conclusiones bien documentadas sobre las mismas.

Bibliografía

  • Álvarez, M. A. (2005). La Orientación: Una Herramienta para Contribuir a la Calidad de Vida de Nuestros Mayores. I Jornadas Calidad de Vida en Personas Mayores. Ocio y Animación. Madrid. Facultad de Educación de la UNED.

  • Bäckman, L. (1989). Varietes of memory compensation by older adults in epidodic remenbering. En L.W. Poon, D.C. Rubin & B.A. Wilson (eds.), pp. 509-543.

  • Cicerone, K. D. (1997). Cognitive rehabilitation: learning from experience and planning ahead. Neurore-habilitation, 8, pp. 13-19.

  • Dishman, R. K. et al. (2006). Neurobiology of Exercise. Obesity. nº 14. pp. 345-356.

  • Durante, P. & Pedro P. (2004). Terapia ocupacional en geriatría: principios y práctica. 2ª Edición. Editorial MASSON. Barcelona.

  • Fernández-Ballesteros, R., Izal, M., Montorio, I., González, J. L. & Díaz, P. (1992). Evaluación e intervención psicológica en la vejez. Barcelona. Ed. Martínez Roca.

  • García-Sánchez, C., Estévez-González, A. & Kulisevsky, J. (2002). Estimulación cognitiva en el envejecimiento y la demencia. Rev. Psiquiatría. Fac Med Barna, 29 (6), pp. 374-378.

  • Josephsson, S. (1996). Supporting Everyday Activities in Dementia. International Psychogeriatric, 8, (1), pp. 141-144.

  • Lorenzo, J. & Fontán, L. (2001). La rehabilitación de los trastornos cognitivos. Rev Med Uruguay, 17, pp. 133-139.

  • Peña-Casanova, J. (1999). Activemos la mente. Barcelona: Fundación “La Caixa”.

  • Petersen, R. C., Smith, G. Kokmen, E. & cols. (1992) Memory function in normal aging. Neurology. 42, pp. 396-401.

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revista digital · Año 13 · N° 122 | Buenos Aires, Julio 2008  
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