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Características lógicas de los mensajes prediseñados en el lenguaje no verbal del buceo en término de las máximas conversacionales

 

Traductor Profesional Inglés-Francés-Español

Especialista en la Enseñanza del Inglés

Magíster en Lingüística

Profesor tiempo completo Institución Universitaria de Envigado

David Alberto Londoño Vásquez

dalondono@iue.edu.co

(Colombia)

 

 

 

Presentación

          En el presente trabajo, voy a evaluar las características lógicas de los mensajes prediseñados en el lenguaje no verbal del buceo en término de las máximas conversacionales. El trabajo está compuesto por cuatro pasos fundamentales en la obtención del objetivo anteriormente mencionado. El primero es la definición de comunicación transaccional e interaccional, seguida de su contraste aplicativo, donde se señala las principales diferencias, para dar pie al lenguaje no verbal del buceo como comunicación transaccional. El segundo paso es la definición de mensajes prediseñados éste con base en la comunicación transaccional, donde también se muestra sus principales características y su relación con el lenguaje no verbal del buceo. El tercero es la presentación del acto de habla de referir y predicar con base en Searle1 como acto proposicional del lenguaje no verbal del buceo. Finalmente, en el cuarto paso se evalúan las características lógicas de los mensajes prediseñados en el lenguaje no verbal del buceo con base en la muestra2 para determinar como se materializan las máximas conversacionales.

          Palabras clave: Buceo. Lenguaje no verbal. Mensaje prediseñados.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 122 - Julio de 2008

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Lenguaje no verbal del buceo como comunicación transaccional

    En 1947, los ingenieros de la compañía Bell Telephone elaboraron la teoría de la información, la cual buscaba establecer las condiciones de una transmisión eficaz de un mensaje de cualquier tipo. Éstos tuvieron en cuenta todas las posibles perturbaciones en la transmisión de un mensaje entre emisor y receptor. Aunque tal teoría fue diseñada para la comunicación electrónica, Claude E. Shannon y Waren Weaver desarrollaron su obra “The Mathematical Theory of Communication”3 con base en ésta en 1949. Este modelo está compuesto por cinco elementos: 

  1. una fuente de información; 

  2. un emisor, capaz de transformar el mensaje en una señal para hacerlo transmisible, 

  3. un canal, o medio, que asegura el transporte de la señal; 

  4. un receptor que codifica la señal con el fin de recuperar el mensaje inicial; y por último 

  5. un destinatario que puede tratarse de una persona o soporte físico, al cual el mensaje se dirige efectivamente4

    A las perturbaciones físicas debidas a la transmisión, a la codificación y decodificación del mensaje, se le agregaron dos nociones suplementarias: el ruido semántico5 y el receptor semántico6.

    Así pues, el modelo de la teoría de la información simplificó el proceso de la comunicación centrándolo en tres aspectos: 1) sobre toda intervención exterior al contenido de lo que se quiere decir, pero que puede modificar el sentido; 2) sobre el número de repeticiones necesarias para que un mensaje se transmita correctamente y 3) sobre la capacidad del canal de transmisión. La teoría de la información aplicada a la comunicación fue denominada comunicación transaccional7.

    Por otro lado, en los años cuarenta, desde diferentes procedencias profesionales algunos teóricos mostraban su desacuerdo con la teoría de Shannon, la cual se estaba convirtiendo en el modelo teórico de la comunicación por excelencia. El lugar desde dónde realizaron sus investigaciones pasó a definirlos, la “escuela de Palo Alto”, una pequeña ciudad cerca a San Francisco. Los principales exponentes de esta corriente fueron Ray Birdwhistell, Edward May, Gregory Bateson y Paul Watzlawick.

    Estos teóricos se apartan del modelo de comunicación transaccional y utilizan la concepción circular retroactiva de Wiener8. Pues, consideraban que la teoría matemática debía reservarse para los ingenieros de telecomunicaciones; ya que, la comunicación humana, en palabra de Watzlawick (1977), es asunto de las ciencias sociales a partir de modelos diferentes a los físico-matemáticos; puesto que, es imposible reducir la complejidad de las interacciones humanas y de los mecanismos de comunicación a dos variables estimulo-respuesta y causa-efecto. Esta concepción de la comunicación dio pie para la creación de un nuevo modelo conocido como comunicación interaccional9.

    A diferencia de la concepción lineal de la comunicación transaccional, los teóricos de la escuela de Palo Alto propusieron una visión circular donde el receptor desempeña una función tan importante como el emisor. La clave es tener una visión global del proceso comunicativo, en el cual hay que tener en cuenta la interacción. Pues, éstos consideran que lo que lo trascendental, según Birdwhistel (1990) es la relación que se establece entre los elementos mas que los elementos considerados aisladamente.

    En resumen, la comunicación transaccional se basa en la transmisión correcta de información entre emisor-receptor; mientras que, la comunicación interaccional se rige principalmente por la interacción entre éstos. Si vemos el lenguaje no verbal del buceo desde una perspectiva comunicativa, podemos decir que éste cumple satisfactoriamente con los patrones establecidos por la comunicación transaccional; ya que, lo importante durante la inmersión es que el buzo pueda transmitirle a su compañero correctamente el mensaje. El lenguaje no verbal del buceo no busca que los buzos puedan interactuar socialmente durante la inmersión; puesto que, el mismo lenguaje no cuenta con los signos necesarios para realizar preguntas que estén por fuera del contexto del buceo; es decir, no tiene los signos necesarios para preguntar sobre aspectos de una comunicación general como puede ser indagar sobre los altos índices de pobreza en un determinado país o tratar temas cotidianos como los comentarios sobre el partido de fútbol de la semana pasada. Además, este tipo de comunicación no es pertinente durante la inmersión.

    Aparte de la transmisión de información, el lenguaje no verbal del buceo requiere que todos sus usuarios conozcan perfectamente los códigos de signos que lo conforman para poder cumplir con el requisito de la capacidad de transmisión del canal. Pues, si alguno de los buzos durante la inmersión no identifica el significado al cual refiere el signo, la transmisión de información no contará con las condiciones de felicidad10, sin importar cuantas veces se retransmita el mensaje, el receptor estará incapacitado para decodificarlo, dado que no posee ningún código de asimilación significativo.

    Finalmente, el lenguaje no verbal del buceo como comunicación especializada trata de evitar la mala interpretación o la polisemia en alguno de sus signos. En otras palabras, cada signo tiene su significado explicito, cada signo es un mensaje prediseñado11, regulando de esta forma la interacción a sólo actos de transmisión de información.

Mensajes prediseñados del lenguaje no verbal del buceo

    El concepto de lenguaje no verbal del buceo como comunicación transaccional requiere de unidades conceptuales definidas con anterioridad por un conjunto regulador perteneciente al contexto especializado, con el objetivo de homologar el significado que tendrá cada signo en el buceo durante la inmersión. Estas unidades conceptuales son conocidas como mensajes prediseñados.

    Como podemos observar, los mensajes prediseñados en el lenguaje no verbal del buceo se reduce a la relación estrecha e invariable que hay entre el signo su significante y el receptor, en este caso el buzo. Es por esto que considero pertinente abordar el signo para poder entender la relación existente con concepto de mensaje prediseñado y luego detenerme en las categorías de mensajes prediseñados en el buceo.

    Tanto en la vida cotidiana como en los estudios científicos, el hombre utiliza distintas unidades (estímulos, señales, símbolos, números) capaces de transmitir contenidos significativos. Vivimos rodeados de signos naturales12 y artificiales13 que, de modo permanente, emiten mensajes a los individuos. Pero, lo que denominamos signo es algo muy complejo y abarca fenómenos sumamente heterogéneos, que, por otro lado tienen algo en común: ser portadores de una información o de un valor significativo.

    Si prescindimos de sus peculiaridades podremos llegar a una definición general y básica del signo, pese a la sorprendente ambigüedad del término signo, tanto en el lenguaje ordinario, como en los más exigentes estudios del arte de la comunicación.

    “El signo, dice Reznikov, funciona como vehículo de un significado, como soporte de una información con respecto a un objeto determinado”. Esta relación entre signo y objeto o idea designada se muestra relativamente constante, aunque pueda ser completamente arbitraria o inmotivada. El signo es un objeto (fenómeno o acción) material percibido sensorialmente, que interviene en los procesos cognoscitivos y comunicativos, representando o constituyendo a otro objeto (Eco; 1970) y se utiliza para percibir, conservar, transformar y retransmitir una información al objeto representado o sustituido. El signo es siempre una cosa material, aunque se refleje en el cerebro bajo una forma sensible inmaterial. Su carácter material es primario mientras que su imagen es siempre secundaria.

    El pensamiento humano no se puede formalizar sin objetivarse en signos. Todo intento de querer formalizar un pensamiento sin empleo de signos es tarea totalmente absurda e imposible14. El signo es el elemento mediatizador entre la realidad y el hombre, entre el hombre y los otros hombres; es el instrumento capaz de una cultura y una civilización. De ahí que un semiólogo del rigor metodológico como Umberto Eco llegue a formular estas dos hipótesis de trabajo:

  • Toda cultura se ha de estudiar como un fenómeno de comunicación.

  • Todos los aspectos de una cultura pueden ser estudiados como contenidos de la comunicación.

    Aquí cabe recordar que estas dos hipótesis tienen vigencia en la comunicación general mas no en la comunicación especializada como es el lenguaje no verbal del buceo. La cultura no puede afectar el contexto especializado porque si fuese así la comunicación entre ingenieros alemanes y colombianos al ensamblar una máquina importada sería imposible de llevar acabo.

    El signo siempre debe cumplir con las características principales que lo hace ser un signo, pero un signo dentro de una serie de códigos simbólicos específica se convierte en un mensaje prediseñado dentro de esa área de especialidad, esa es la diferencia entre signo y mensaje prediseñado: el contexto específico. Además, el mensaje prediseñado en el lenguaje no verbal del buceo debe transmitir la mayor cantidad de información con un mínimo de unidades para que se pueda decir que mantiene un alto rendimiento económico; ya que como vimos anteriormente, este lenguaje se clasifica en la comunicación transaccional y por consiguiente, la efectividad y eficacia en la comunicación tienen que ser parte de él15.

    Hay una gran cantidad de mensajes prediseñados en el lenguaje no verbal del buceo, ellos se dividen en tres categorías: 

  1. Señales manuales básicas, 

  2. Vida marina y 

  3. Señales específicas16.

    La primera está compuesta por los mensajes prediseñados relacionados con la comunicación subacuática de mínimo conocimiento por parte del buzo durante una inmersión. Aquí podemos encontrar mensajes como: todo está bien, necesito ayuda, tengo problemas, tengo frío, estoy sufriendo narcosis, ascender, descender, detenerse, permanecer a este nivel, suministro de aire, tiempo de fondo, profundidad actual y otros mensajes prediseñados considerados como elementales en la práctica del buceo17.

    La segunda categoría está compuesta por los mensajes prediseñados relacionados con la vida marina tanto animal como vegetal que acompaña el buceo. En esta categoría se encuentran mensajes prediseñados como pez (en forma genérica) o una gran cantidad de tipo de peces, tiburón (tigre, espada, martillo, gris, etc.), coral, cangrejo, ballena (azul, asesina, orca, etc.), tortuga (gigante, costera, etc.), camarón, delfín, anguila, foca, etc18.

    Finalmente, la tercera está compuesta por los mensajes prediseñados relacionados con comunicación subacuática específica. Es decir, aquí aparecen los mensajes prediseñados que transmiten información sobre movimiento, medidas de presión, problemas, rutas, etc19.

    En conclusión, los mensajes prediseñados del lenguaje no verbal del buceo cumplen con la característica de signo pero no deja su significado a la cultura del receptor, sino que lo delimita en un contexto especializado. En tanto a la transmisión de información entre sus usuarios, los mensajes prediseñados aumentan la efectividad y la eficacia de la comunicación, creando micro conversaciones libres de polisemias y malas interpretaciones; ya que, tales mensajes tienen la única función de referir y/o predicar20 información a otro buzo.

Acto referencial y acto predicativo del lenguaje no verbal del buceo

    Los mensajes prediseñados del lenguaje no verbal del buceo además de tener un significado asignado y estandarizado con anterioridad, también cuentan con un acto proposicional determinado, el cual se divide en acto referencial y acto predicativo según los planteamientos de Searle21. Por consecuencia, en esta parte del trabajo me dedicaré a aplicar los conceptos de acto referencial y predicativo en el lenguaje no verbal del buceo.

    La teoría de los actos de habla (speech acts) de J. L. Austin fue desarrollada en su libro Palabras y acciones, en el que se distinguen tres clases principales de actos que realiza una persona como hablante:

  1. Actos locucionarios. Es decir lo que uno dice. En otras palabras, un hablante produce sonidos (un escritor escribe signos gráficos) que están bien ordenados de acuerdo con el sistema fonológico y la gramática de una lengua particular, y que, además, son portadores de algún sentido en relación con las reglas semánticas y pragmáticas de esa lengua.

  2. Actos ilocucionario. Además de lo anterior, al decir lo que dice, un hablante está realizando un segundo tipo de acto, en virtud de numerosas convenciones que determinan el uso de la lengua en su comunidad lingüística. Por ejemplo, al escribir lo que acabo de escribir, he realizado el acto de afirmar (realizar una aserción.). Podría haber realizado, en cambio, el acto de hacer una concesión, formular una pregunta, dar una orden, etc. Todos estos actos son actos ilocucionarios, y para realizar cualquiera de ellos, debo hacer algo más que hablar (o escribir) en una lengua dada. Debo hablar en un marco de convenciones y circunstancias, y hacerlo en los modos prescritos. Puedo realizar con éxito el acto locucionario de escribir una oración imperativa en inglés, pero fracasar al realizar el acto ilocucionario de dar una orden, si, por ejemplo, mi oración es: «Abraham Lincoln, repeal the Emancipation Proclamation» (Abraham Lincoln, anula la Declaración de Independencia.). Este acto es la base de este trabajo; ya que, éste desarrollará el acto ilocucionario dentro del lenguaje no verbal del buceo como comunicación especializada.

  3. Actos perlocucionarios. Por último, por decir lo que digo, realizo normalmente un tercer tipo de acto. Puedo intimidar, informar, confundir, entristecer a mi interlocutor, etc. Puedo lograr una de estas cosas o todas ellas, pero no tengo garantía de ello. Los actos perlocucionarios incluyen las consecuencias de mi acto de hablar y solamente tengo un control limitado sobre tales consecuencias. Si escribiera ahora (sin «comillas»): «Prometo ofrecer una nueva y válida teoría de la literatura al final de estas páginas», habría realizado con ello el acto ilocucionario de prometer, pero es muy posible que no hubiera realizado el acto perlocucionario de aumentar las esperanzas de ustedes.

    En resumen, y de forma esquemática, considerando el enunciado «Alto, viene un tiburón martillo», el acto locucionario consiste en decir «Alto, viene un tiburón martillo», el acto ilocucionario en informar, y el acto perlocucionario en prevenir al receptor. Esta situación se desarrolla tanto en el lenguaje verbal como en el no verbal. Por ejemplo, cuando el buzo gira rápidamente, estira su mano derecha de forma imponente, manteniendo la palma de la mano en posición vertical (alto) y luego abre los brazos y con la mano derecha en posición vertical toca la parte superior de la cabeza y finalmente baja la mano rápidamente simulando la acción del martilleo (tiburón martillo)22, se habrá alcanzado los tres actos de habla por medio del lenguaje no verbal; siempre y cuando, el receptor conozca el contexto especializado, el cual según Austin, es un factor fundamental en la ejecución válida de un acto de habla. Es decir, que los participantes y las circunstancias sean óptimos. También implica que el acto sea ejecutado de manera apropiada y completa, y con las intenciones correctas.

    Searle destaca la base proposicional del significado como acto lingüístico y corrige al mismo tiempo la división tripartita austiniana del acto lingüístico. Searle distingue entre “acto de emisión”, en el que se emiten palabras, morfemas y oraciones, y el “acto proposicional” o acto de atribuir a esas palabras una referencia y predicación. Estos dos actos corresponden al acto locucionario (locutorio) de Austin. Searle admite también la clasificación de actos ilocucionarios y actos perlocucionario.

    Siguiendo la estructuración de Searle, el acto proposicional está conformado por dos actos más: referencial (sintagma nominal) y predicativo (sintagma verbal). La relación existente entre el acto ilocucionario y el acto proposicional es la relación de inclusión. Es decir, no todo acto proposicional presenta un acto ilocucionario pero si al contrario. Por consiguiente, el acto ilocucionario se pueda sintetizar como la fuerza que se le aplique a una proposición.

    Todos los mensajes prediseñados del lenguaje no verbal del buceo desde su concepción tienen incluido su acto ilocucionario, el de informar. Recordemos que este lenguaje no verbal es un lenguaje transaccional y especializado, lo cual restringe la interacción de los buzos al mínimo, permitiéndoles informar mensajes prediseñados pertenecientes al contexto especializado, el buceo. Por tanto, haré referencia al acto proposicional; Puesto que, el acto ilocucionario y al acto locucionario del lenguaje ya están definidos.

    El acto proposicional, como anteriormente lo mencione, se compone de dos actos más: referencial y predicativo. El acto referencial, según Searle (1980), cuenta con tres axiomas que se deben cumplir. El primer axioma puede ser denominado como axioma de existencia, el segundo como axioma de identidad y finalmente, el tercero como axioma de identificación.

    El axioma de existencia señala que cualquier cosa a la que se hace referencia debe existir. Esto se ve claramente en los mensajes prediseñados del lenguaje no verbal del buceo; puesto que, al ser una codificación de signos artificiales y al pertenecer a la comunicación transaccional y especialidad, el objeto tiene que existir para poder referirse a él.

    El axioma de identidad dice que: “si un predicado es verdadero de un objeto, es verdadero de todo lo que sea idéntico a ese objeto, independientemente de las expresiones que se usen para hacer referencia a ese objeto.23 Todos los objetos representados por el lenguaje no verbal el buceo deben ser concernientes a la disciplina y no pueden pertenecer a un contexto general.

    En tanto al axioma de identificación, éste nos indica que: “Si un hablante se refiere a un objeto, entonces él identifica o es capaz, si se le pide, de identificar para el oyente ese objeto separadamente de todos los demás objetos”. Con lo que se quiere decir que toda expresión de referencia debe tener un sentido. La identidad del objeto debe ser conocida por los buzos para poder hacer referencia sobre el al utilizar los mensajes prediseñados.

    Como podemos observar, los mensajes prediseñados del lenguaje no verbal del buceo cumplen con los tres axiomas del acto referencial. El acto referencial involucra todos los sintagmas nominales que aparecen en este lenguaje. Es decir, cuando se utiliza el mensaje prediseñado para el “tiburón”24, se esta haciendo referencia a este nombre propio.

    Con respecto al acto predicativo, lo primero que se debe tener en cuenta según Searle (1980) es lo que se predica son las expresiones y no los universales; ya que, las expresiones son las que están directamente relacionadas con su veracidad o falsedad. En otras palabras, lo verdadero o falso del acto predicativo no son los universales sino las expresiones utilizadas para referirse a ellos dado que para “comprender el nombre de un universal es necesario comprender el uso del término general correspondiente”25.

    Aunque el acto referencial y el acto predicativo conforman el acto proposicional existe una diferencia de neutralidad con respecto al acto ilocucionario. La referencia es neutral, mientras que, la predicación depende de la fuerza ilocucionaria del acto ilocucionario dentro de un contenido aplicado. Es por este que ningún mensaje prediseñado del lenguaje no verbal del buceo tendrá significado por fuera del contexto de especialidad del buceo.

    El acto predicativo solamente proporciona el contenido del mensaje prediseñado, pero como observamos anteriormente, todo mensaje prediseñado en el lenguaje no verbal del buceo lleva consigo un acto ilocucionario determinado, el de informar. Ahora, si se variara el acto ilocucionario del mensaje prediseñado en el buceo (es decir, se pudiera aseverar, jurar, prometer, etc.), éste sufriría dos cambios esenciales: 

  1. tendería a la interacción y 

  2. cambiaría el contenido de los mensajes prediseñados, imposibilitando la comunicación entre buzos durante la inmersión.

Materialización de las máximas conversacionales de las características lógicas de los mensajes prediseñados del lenguaje no verbal del buceo

    Los procesos comunicativos están regidos por unos principios de cooperación que garantizan la condición de felicidad entre la comunicación26. Estos principios son propuestos por Grice en su libro “La Lógica y la Conversación”, donde manifiesta una serie de máximas conversacionales, éstas son:

  1. La máxima de calidad: invita a que la contribución comunicativa sea verdadera, evitando decir cosas falsas o faltas de verificación. En el buceo es necesario que esta máxima sea inviolable dado que las consecuencias de una contribución falsa durante la inmersión pueden afectar o poner en peligro la seguridad de los buzos.

  2. La máxima de cantidad: atiende a la precaución de decir simplemente aquella información que requiera el propósito del intercambio, sin pecar por exceso ni por defecto. En tanto a la máxima de cantidad, las micro conversaciones por medio de los mensajes prediseñados tienen que materializar esta máxima para que la comunicación por medio de este lenguaje sea eficiente y eficaz. Además, la verborrea en el lenguaje no verbal del buceo como en la comunicación transaccional y especializada sobra.

  3. La máxima de pertinencia: alude a la contribución de datos pertinentes al contexto comunicativo. Esta máxima es requisito indispensable de toda comunicación transaccional y especializada, como observamos anteriormente.27

  4. La máxima de modo: invita a la contribución de un discurso claro, conciso y exento de ambigüedades. Los mensajes prediseñados del lenguaje no verbal del buceo buscan evitar la aparición de malas interpretaciones o polisemias en las micro conversaciones durante la inmersión, satisfaciendo de esta forma la última máxima conversacional.

    Como se puede ver, las micro conversaciones desarrolladas en el lenguaje no verbal del buceo satisfacen las cuatro máximas conversacionales. Es por esto que a continuación, se evalúan las cuatro máximas en dos ejemplos pertenecientes a la muestra de micro conversaciones proporcionadas por algunas escuelas colombianas de buceo para identificar puntualmente su materialización.

    Seleccioné estos dos ejemplos porque me permiten ahondar en la materialización de las máximas conversacionales en las micro conversaciones del lenguaje no verbal del buceo de una forma simple y muy ilustrativa. La primera micro conversación es la siguiente:

    “Hace un año, estaba buceando en las Islas del Rosario con mi novia, en ese entonces ella no era un buzo muy experimentado; por consiguiente, ella descendió a gran velocidad sufriendo una enfermedad conocida como narcosis. Ella se detuvo y con su mano izquierda y el dedo índice en forma horizontal hizo los giros correspondientes a la narcosis. Inmediatamente, le respondí que teníamos que ascender (con el dedo pulgar arriba)”.28

    Esta micro conversación se compone de dos mensajes prediseñados. El primero informa que el buzo, la novia, está sufriendo de un malestar muy frecuente en el buceo conocido como narcosis. El segundo, le informa que el mensaje inicial fue recibido y le da le informa la solución a su problema.

    Si entráramos a evaluar las máximas en el primer mensaje prediseñado, pudiéramos observar que las cuatro máximas se cumplen a cabalidad. Es decir, ella realmente sentía el efecto de la narcosis (calidad), lo expresó utilizando tan sólo un mensaje prediseñado (cantidad), de una forma explícita (modo) para garantizar su seguridad (pertinencia). Este mensaje prediseñado están tan bien materializadas las máximas, que su compañero recibió satisfactoriamente la transmisión de estos datos.

    Con respecto al segundo mensaje prediseñado, las máximas se materializaron de la siguiente forma: el buzo al responderle que debían ascender le proporcionó la solución adecuada a su problema (calidad y pertinencia) por medio de un solo mensaje prediseñado (cantidad) sin ambigüedad (modo).

    Antes de atreverme a proporcionar la conclusión de este trabajo, deseo que veamos la siguiente micro conversación.

    “Un día en San Andrés, me encontraba con un grupo de buzos en inmersión. Al cabo de 50 mts de descenso, me percaté que habíamos sobre pasado la presión permitida, me detuve y le informe a mis compañeros que nos encontrábamos a 150 bar (tomé el medidor de mi cilindro y se los mostré, luego puse la palma de mi mano izquierda en posición horizontal y mi mano derecha en posición vertical, formando una T (100) y luego cerré mi mano derecha en forma de puño (50))”.29

    Al igual que la micro conversación anterior, ésta está compuesta por dos mensajes prediseñados. El primero referencia sobre qué se va a hablar. El segundo transmite la información que indica el porque deben dejar de descender.

    El primer mensaje prediseñado materializa las cuatro máximas dado que utiliza un solo mensaje predeterminado (cantidad), el cual se transmite sin mala interpretación (modo), la información transmitida es importante (pertinencia) y verídica (calidad). Este mensaje prediseñado es un ejemplo del acto referencial del lenguaje no verbal del buceo.

    En tanto al segundo mensaje, el buzo continúa transmitiéndoles la información de 150 bar (calidad y modo) por medio de tres signos (cantidad), lo cual sus compañeros interpretaran como peligroso (pertinencia). En el mensaje de 150 bar se materializan dos máximas; puesto que la información es verídica y concisa, sin polisemias. Este mensaje prediseñado es un ejemplo del acto predicativo del lenguaje no verbal del buceo.

    Como conclusión, las micro conversaciones desarrolladas en el lenguaje no verbal del buceo por medio de los mensajes prediseñados deben materializar las cuatro máximas conversacionales; ya que si no se alcanza una de ellas, el mensaje prediseñado carecerá de funcionalidad durante la inmersión y así mismo contrariaría lo establecido por la comunicación transaccional y especializada. Cada una de las máximas lleva a cabo un papel fundamental en el mensaje prediseñado. La máxima de calidad asegura que la información es verídica, pues si ésta fuera falsa, la seguridad del buzo se pondría en peligro. La máxima de cantidad permite que el lenguaje no verbal del buceo desarrolle una comunicación transaccional. La máxima de pertinencia facilita que los mensajes prediseñados sean interpretados adecuadamente; ya que si se sale del contexto del buceo, éstos no significarán lo predispuesto. Finalmente, la máxima de modo permite que el lenguaje no verbal del buceo sea un lenguaje de especialidad, evitando todo tipo de mala interpretación y/o posibles polisemias.

    Otras micro conversaciones pertenecientes a la muestra.

  1. “Nos encontrábamos tres buzos en la Isla Galápagos el junio pasado. Llevábamos dos horas de inmersión y ya el oxígeno se estaba acabando. Yo iba en la mitad del convoy y necesitaba informales que iba a subir. Entonces, me detuvo uno de mis compañeros me preguntó si todo estaba bien (hizo el signo de OK), yo le respondí que me había quedado sin aire (mi cuerpo en posición frontal, puse el brazo horizontal con la mano cerrada excepto el dedo índice y empecé a mover mi brazo de izquierda a derecha repetidamente), él me preguntó que si quería que subiéramos los dos (puso el dedo índice y el dedo de la mitad hacia arriba), yo le conteste que no era necesario (moviendo mi brazo derecho en ángulo de 60° inclinado, de izquierda a derecha)”.30

  2. “El mes pasado, Abril 2003, estaba buceando en el Mar Caribe con algunos de mis compañeros de trabajo. Cuando se acercó un tiburón tigre de una forma muy agresiva al convoy, y sólo lo había visto uno de mis compañeros. El de una forma muy suspicaz, llamó la atención de todos nosotros por medio de una linterna moviéndola de arriba hacia abajo (señal de peligro). Nosotros volteamos la cabeza para ver que era lo que pasaba, él se puso la palma de su mano derecha sobre su cabeza (tiburón) y luego con ambas manos simuló el gruñido de un tigre. Afortunadamente, nadie salió ileso”.31

  3. “Estaba en una inmersión de rutina con uno de mis alumnos en la Represa del Peñol, cuando algo golpeó fuertemente mi pierna no alcancé a verla. Entonces, le pregunté a mi compañero qué había sido eso (alce mis hombros en una forma simultanea), él me contestó que era un pez muy grande (primero el mostró el tamaño del pez y luego juntó el dedo índice y el dedo de la mitas en posición horizontal y luego desplazo su brazo en este mismo eje). Después de esto me relaje y continué con la rutina”.

Notas

  1. Ver SEARLE (1980).

  2. La muestra está compuesta por los manuales utilizados en algunas academias de buceo con sus signos empleados como lenguaje no verbal y 5 ejemplos de comunicación especializada proporcionados por algunas escuelas colombianas de buceo.

  3. Ver Shannon (1949).

  4. Ver BÁEZ (2000)

  5. Ruido semántico es la perturbación que se introduce entre la fuente y el transmisor

  6. Receptor semántico es cuando nuevas perturbaciones se deben a la mayor o menor capacidad del receptor

  7. Comunicación transaccional es un término acuñado por Norbert Wiener.

  8. Norbert Wiener planteó una sociedad futura organizada sobre la base de la información; sin embargo, éste previendo la posibilidad de la entropía comunicativa, Wiener propuso que la información debe circular libremente por la sociedad, generando de esta forma una retroalimentación que mantiene la homeostasis social.

  9. Comunicación interaccional es un término acuñado por la Escuela de Palo Alto, haciendo referencia a la importancia de la interacción en la comunicación.

  10. Condiciones de Felicidad es un término que

  11. Tómese mensaje prediseñado como todo signo que refiere a un significado explícito en un lenguaje de especialidad o contexto especializado.

  12. Signo natural es el signo creado por la naturaleza y tomado por el hombre para representar otro objeto.

  13. Signo artificial es el signo creado y tomado por el hombre para representar otro objeto. Los signos artificiales se dividen a su vez en lingüísticos y no lingüísticos, incluyendo entre los primeros los sistemas verbales (los sustitutivos a partir de ellos: escritura, morse, braille, etc.) de carácter «natural» o tradicional, es decir, las lenguas o idiomas. Los no lingüísticos o signos propiamente dichos, que se oponen a los verbales (base de todo el proceso de la comunicación humana), se dividen en, señales, símbolos e iconos. Los primeros influyen, dice Schaff, de una manera o de otra sobre la voluntad de los individuos mientras que los otros sólo actúan de forma mediata.

  14. Ver galeon.hispavista.com/pcazau/artlin_semio.htm

  15. Los mensajes prediseñados del lenguaje no verbal están disponibles en los manuales de buceo, pero el manual más completo es OPEN WATER disponible en www.padi.com., el cual además tiene valor normativo.

  16. Categorización proporcionada por www.geocities.com/Yosimite/Geyser/5298/senales1.html.

  17. Ver www.geocities.com/Yosimite/Geyser/5298/senales1.html.

  18. En esta categoría por medio de mensajes prediseñados es posible formar micro conversaciones, las cuales refieren y predican.

  19. Ver www.techdiver.com/diver.nsf/7fefb692b96b0b468525689a00521b2a/c5a73880d34bb0

  20. Tómese referir y predicar bajo la conceptualización proporcionada por SEARLE (1980) en su libro Actos de Habla.

  21. SEARLE (1980), Op. cit., pág. 62

  22. www.diveinstruct.org.uk/terms5.html

  23. SEARLE, (1980), Op. cit., pág. 85

  24. Mano sobre la cabeza.

  25. Ver Searle (1980; 126)

  26. Según Grice, el principio de cooperación es “hacer que la contribución a la conversación sea la necesaria en el momento en que se da, con base en el propósito o dirección captado dentro del intercambio de conversación en el cual se está comprometido”.

  27. Ver Lenguaje no verbal del buceo como comunicación transaccional

  28. Ejemplo citado por Julián Sánchez, instructor de la escuela de buceo GIMNASIO LAURELES de la ciudad de Medellín.

  29. Ejemplo citado por Emilio Rodríguez, instructor de la escuela de buceo AQUA MARINA de la ciudad de Medellín.

  30. Ejemplo citado por Alirio Gil, instructor de la escuela de buceo INMERSIÓN de la ciudad de Medellín.

  31. Ejemplo citado por Julián Sánchez, instructor de la escuela de buceo GIMNASIO LAURELES de la ciudad de Medellín.

  32. Ejemplo citado por Alberto Domínguez, instructor de la escuela de buceo INMERSIÓN de la ciudad de Medellín.

Bibliografía y cibergrafía

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revista digital · Año 13 · N° 122 | Buenos Aires, Julio 2008  
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