efdeportes.com
Consideraciones anátomofuncionales para la elongación
y el fortalecimiento de músculos acortados o debilitados

   
Licenciada en Educación Física y Deportes. Master en Cultura Física Terapéutica.
Profesora Auxiliar de Morfología Funcional,
Instituto Superior de Cultura Física "Manuel Fajardo", La Habana.
 
 
MsC. Silvia del Carmen Manzur Rodés
smanzur@inder.cu
(Cuba)
 

 

 

 

 
Resumen
     Solo a través del conocimiento de la anatomía y función del aparato locomotor, el profesor de educación física está verdaderamente calificado para enfrentar la difícil y paciente tarea de trabajar con las personas, casi siempre niños y adolescentes, que buscan su ayuda con el fin de lograr una postura adecuada. El propósito de esta nota es brindar a los lectores algunas consideraciones anátomofuncionales que deben tenerse en cuenta cuando se elaboran ejercicios para elongar y fortalecer músculos relacionados con el mantenimiento de la postura. Esto ayudará a una actuación profesional creativa y responsable.
    Palabras clave: Músculos. Postura. Ejercicios.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 122 - Julio de 2008

1 / 1

Introducción

    Los resultados de pruebas funcionales musculares aplicadas a niños y adolescentes con desviaciones posturales12 revelan elevados por cientos de músculos acortados o débiles.

    Aquí se exponen algunos aspectos que deben considerarse al seleccionar o elaborar ejercicios para el fortalecimiento o elongación de los músculos relacionados con las curvaturas vertebrales.

    La descripción de la anatomía y funciones de estos músculos puede encontrarse en los atlas y textos de anatomía humana, por lo que solo se abordan los aspectos más generales y que son indispensables para ilustrar los puntos sobre los que se pretende profundizar.


Desbalances musculares

    La relación entre el tono o fuerza y longitud de los músculos que rodean una articulación es conocida como balance muscular. El tratamiento efectivo e integral de las desviaciones posturales requiere atención a los desbalances musculares. "La alineación postural deficiente es casi siempre asociada con un desbalance en la musculatura circundante y la mala alineación mantenida resulta en que algunos músculos se acortan y otros desarrollan un constante sobreestiramiento. Por supuesto, cuando ciertos músculos son usados más frecuentemente (en el trabajo, en los deportes y en otras actividades de la vida cotidiana), ellos se hacen más tensos y fuertes, mientras los músculos opuestos y subutilizados son, en comparación, más débiles. La consecuencia probable es la mal posición de la articulación o articulaciones involucradas.

    La relación entre el tono o fuerza y longitud de los músculos que rodean una articulación es conocida como balance muscular. El tratamiento efectivo e integral de las desviaciones posturales requiere atención a los desbalances musculares. "La alineación postural deficiente es casi siempre asociada con un desbalance en la musculatura circundante y la mala alineación mantenida resulta en que algunos músculos se acortan y otros desarrollan un constante sobreestiramiento. Por supuesto, cuando ciertos músculos son usados más frecuentemente (en el trabajo, en los deportes y en otras actividades de la vida cotidiana), ellos se hacen más tensos y fuertes, mientras los músculos opuestos y subutilizados son, en comparación, más débiles. La consecuencia probable es la mal posición de la articulación o articulaciones involucradas.

    Garbe9 afirma: "la prevención y compensación de la debilidad muscular en los defectos posturales son tareas prioritarias de la fisioterapia. Por lo tanto es usada una gama de ejercicios típicos para fortalecer los músculos debilitados, algunos de esos ejercicios son tradicionalmente incluidos en los deportes escolares. La mayoría de los conceptos terapéuticos se enfocan primariamente sobre el fortalecimiento muscular sin tener en consideración que es crucial compensar los desbalances musculares a través del estiramiento de los grupos musculares acortados también".

    Los músculos pueden dividirse en dos grupos: movilizadores y estabilizadores. Estos dos grupos de músculos tienen diferentes características. Los movilizadores se encuentran cerca de la superficie corporal y tienden a ser biarticulares. Están formados básicamente de fibras rápidas que producen fuerza pero son poco resistentes. Con el tiempo y el uso tienden a acortarse y tensarse. Participan en los movimientos balísticos y producen gran fuerza. Los estabilizadores, por el contrario, están situados más profundamente, solo cruzan una articulación y están construidos por fibras lentas, para resistencia. Ellos tienden a hacerse débiles y a alargarse con el tiempo. Funcionalmente los estabilizadores participan en el mantenimiento de la postura y trabajan contra la gravedad.

    Inicialmente ambos grupos trabajan complementándose para estabilizar y mover, con el tiempo los movilizadores pueden inhibir la acción de los estabilizadores e intentar cumplir esa función ellos mismos. Esta inhibición de los estabilizadores y reclutamiento preferencial de los motores es fundamental en el desarrollo del desbalance y es la esencia de lo que se quiere detectar y si es posible revertir.


Desbalances musculares comunes

    Según escribe Lewitt, citado por Christensen2, muchas personas desarrollan una configuración de desbalance muscular similar, casi estandarizada. Mientras hay muchas variaciones individuales debidas a las diferencias en las actividades que realiza cada sujeto, hay un patrón consistente que resulta básicamente de la forma en que acostumbramos a usar nuestros músculos posturales. Además parece existir un componente neurológico, ya que estos patrones son muy comunes y extendidos.


Patrones de la parte superior del cuerpo

    Los músculos del cuello, espalda media y superior, y cintura escapular muestran este tipo de configuración: tensión en los músculos extensores del cuello, el trapecio superior y los elevadores de la escápula. Los grupos musculares opuestos (largos de la cabeza y el cuello y trapecio bajo) están frecuentemente laxos y necesitados de ser fortalecidos. En el hombro los músculos anteriores (pectoral mayor y menor) se encuentran usualmente hipertónicos, mientras el infraespinoso, redondo menor, romboides y porción torácica del erector espinal están inhibidos. Estos desbalances musculares desembocan en el muy común patrón postural de los hombros adelantados y la cifosis incrementada, con una inclinación hacia adelante de la cabeza y pérdida de la lordosis cervical.


Patrones de la parte inferior del cuerpo

    Desbalances musculares similares se hallan frecuentemente en las regiones lumbar y pélvica. Los músculos erectores espinales están frecuentemente tensos e hipertónicos, mientras los abdominales están laxos. Los músculos flexores de la cadera tensos, mientras el glúteo mayor se vuelve débil, interfiriendo con la completa extensión de la cadera durante la marcha. Se sospecha que esta combinación es un factor contribuyente en la tirantez y desgarramientos de los músculos posteriores del muslo. Los músculos flexores de la cadera tensos, inhibirán a los posteriores, los que sufren mayor estrés durante la extensión, por la debilidad del glúteo. El resultado es la carga excesiva sobre esos músculos causando su lesión. Los músculos aductores tensos están frecuentemente en relación con debilidad de los glúteos mediano y menor, esto puede llevar a una tirantez crónica en la ingle.

    Lógicamente, después de leer los argumentos anteriores es fácil comprender que es imposible separar los músculos que relacionan segmentos corporales vecinos para analizar correctamente los posibles desbalances, pues las alteraciones en unos provocan cambios en la posición de los huesos donde se insertan otros.


Músculos posteriores profundos del tronco (extensores)*

    *Todas las figuras fueron tomadas de Kinesiology, de K. Wells.

    Entre los músculos posteriores profundos del tronco se distinguen los músculos largos (esplenios de la cabeza y del cuello, erector del tronco y transversoespinosos) y los cortos (interespinales e intertransversarios)17. Los músculos largos se subdividen en partes según su ubicación en las diferentes regiones de la columna vertebral.

    Habitualmente actúan teniendo como punto fijo la cintura pélvica, las vértebras y costillas inferiores, estando estos puntos fijos, la contracción de los músculos tira de las inserciones superiores y provoca el movimiento de las porciones del tronco que se hallan por encima. Así, estando el sujeto de pie con el tronco flexionado, la contracción bilateral de estos músculos provoca la extensión del segmento corporal. La cadera permanece fija y tira de la columna vertebral hacia atrás, con lo que se produce la extensión. Si los músculos se contraen unilateralmente provocan la flexión hacia el lado de la contracción.

    Sin embargo, no hay ninguna razón para que no ocurra lo contrario, es decir, si están fijas las porciones superiores estos músculos halan la cadera desde las costillas o las vértebras. Una bella muestra de esta acción es cuando un gimnasta se encuentra en las anillas, su sustentación tiene lugar a través del agarre de las manos, la cintura escapular juega entonces el papel de base intermedia de sustentación6 y debe halarse el tronco y colocarlo en la posición horizontal; para ello, además de la acción de la musculatura de la cintura escapular, es preciso que los músculos profundos del dorso tomando como punto fijo las vértebras de arriba halen a las que se hayan por debajo y a la cintura pélvica de modo que se logre la posición horizontal.

    Si se pretende fortalecer estos músculos, deben recordarse las acciones que ellos realizan: extensión, flexión y rotación del tronco y deben ejecutarse ejercicios que incluyan estos movimientos. Es importante también usar la acción gravitacional con el doble propósito de dar variedad al programa de ejercicios y aumentar o disminuir la dificultad de los mismos cuando sea necesario. Un ejemplo sencillo se encuentra cuando realizamos ejercicios de fortalecimiento colocando al sujeto decúbito prono, esta posición exige más esfuerzo de la musculatura extensora del tronco pues la extensión del tronco se realiza contra la fuerza de gravedad durante toda la amplitud del movimiento.

    Como los músculos cortos tienen una estructura segmentaria y los músculos largos se dividen según su ubicación en relación con la columna vertebral, puede encontrarse débil una porción de los mismos, entonces se requerirá individualizar en el tratamiento de la región afectada.

    Si se presenta acortamiento de estos músculos (extensores del tronco) y se desea su estiramiento (elongación), debe realizarse el movimiento contrario, la flexión del tronco, que puede estar asociada a rotaciones del mismo, con lo que se consigue actuar sobre las fibras oblicuas. Es importante tener en cuenta realizar la flexión en las diferentes regiones de la columna vertebral: cervical, torácica y lumbar; pues si se realiza manteniendo el tronco extendido y haciéndolo rotar alrededor de la articulación de la cadera, las vértebras mantienen su posición y los músculos posteriores del tronco permanecen con igual longitud y se alargan aquellos posteriores a la cadera, articulación en la que tiene lugar el movimiento.


Músculos isquiotibiales

    También llamados isquiotibioperoneos o del grupo isquiático (semitendinoso, semimembranoso y bíceps femoral), tienen su inserción proximal en la tuberosidad isquiática y su inserción distal en la tuberosidad de la tibia y la cabeza de la fíbula.

    Su ubicación es posterior respecto a la cadera y la rodilla, provocan fundamentalmente la extensión del muslo y la flexión de la pierna. Si se pretende fortalecer estos músculos deben realizarse esos movimientos contra una resistencia que, como para el resto de los ejercicios de fortalecimiento, puede comenzar por ser el peso del propio segmento corporal, luego se pueden añadir resistencias extra. Estos músculos son movilizadores y con el tiempo y el uso tienden a acortarse.

    Para elongar los músculos del grupo isquiático deben realizarse los movimientos contrarios a los que ellos provocan, es decir, la flexión del muslo estando la pierna extendida. De este modo los puntos de inserción de los músculos se alejan y los músculos se estiran. Igualmente, si se realiza la flexión amplia del tronco, como al tocar la punta de los pies estando parados o sentados, manteniendo extendidas las rodillas, la cintura pélvica rota alrededor de la cabeza femoral, aumentando la inclinación pélvica con lo que la tuberosidad isquiática se aleja de los puntos de inserción de los músculos en la tibia y la fíbula, provocando el estiramiento de los músculos.


Músculo cuadrado lumbar

    Situado posterior y lateralmente respecto a la columna vertebral, este músculo ayuda a sorportar el peso de la pelvis cuando se está apoyado sobre uno de los miembros inferiores. Knapp, citado por Wells19, quien ha estudiado extensamente este músculo, afirma que un grupo de fibras de este músculo, que tienen dirección oblicua y se insertan en los procesos transversos de las vértebras lumbares, provocan una curva lateral cóncava hacia el lado contrario y que la principal función de este músculo es la estabilización de la columna lumbar. Por lo tanto es importante el balance en las acciones de los músculos cuadrados lumbares a ambos lados de la columna vertebral.

    El papel de este músculo en la extensión, hiperextensión y en la flexión lateral del tronco, es afectado por la posición, o mejor, por los cambios en la posición del tronco, por lo que para fortalecer este músculo deben realizarse flexiones laterales contra resistencia o estando el cuerpo en decúbito lateral y para elongarlo, igualmente pueden realizarse flexiones laterales pero hacia el lado contrario del músculo que se pretende alargar, intentando lograr y mantener la mayor amplitud de movimientos.


Músculos flexores de la cadera

    Los músculos flexores de la cadera (tensor de la fascia lata, sartorio, pectíneo, recto femoral, aductores largo y breve) se hallan ubicados por delante de la articulación de la cadera. Entre ellos excepto el pectíneo y los aductores, los demás son músculos biarticulares, pues sobrepasan además la articulación de la rodilla, por lo tanto son movilizadores y tienden a acortarse.

    Atención especial merece el recto femoral, pues además de participar en la flexión de la cadera actúa, con el resto de las cabezas del cuadriceps femoral, en la extensión de la rodilla, es decir, en dos movimientos que se realizan en dirección contraria.

    Si se pretende elongar estos músculos deben realizarse ejercicios donde se ejecute la extensión del muslo en la articulación de la cadera, es decir, el movimiento contrario al que ellos provocan, pues de este modo se alejan los puntos de inserción de los mismos, la proximal en la cintura pélvica y la distal en el fémur o en los huesos de la pierna. Para elongar el recto femoral la extensión de la cadera debe acompañarse de la flexión de la rodilla, de manera que sus puntos de inserción queden lo más distantes posible.


Músculos aductores y rotadores mediales del brazo

    Estos músculos se ubican anteriormente a la articulación del hombro; entre ellos se encuentran el músculo pectoral mayor, el coracobraquial, el subescapular, el bíceps braquial. Además se incluyen dos músculos posteriores: el dorsal ancho y el redondo mayor, que por sus características anatómicas (inserción en la superficie anteromedial del húmero) participan también en estos movimientos.

    Atención especial merece el pectoral mayor, cuyo acortamiento forma parte del patrón conocido como hombros redondeados o adelantados2, es necesario realizar la abducción unida a la rotación externa y también el movimiento conocido como extensión horizontal, es decir, el movimiento hacia atrás estando el húmero en posición horizontal. Con estos movimientos se alejan los puntos de inserción de los músculos anteriores a la articulación del hombro.


Musculatura abdominal

    La musculatura abdominal, forma parte del corsé muscular para el mantenimiento de la postura adecuada14. Los cuatro músculos que la integran (recto, oblicuos interno y externo y el transverso del abdomen) forman un fuerte soporte anterior para las vísceras y al mismo tiempo están sometidos a considerable estrés por la presión que estas ejercen sobre ellos. Si la pared abdominal es débil las vísceras presionan más y los músculos cada vez estarán más alagados y débiles19.

    Habitualmente se utilizan ejercicios desde la posición decúbito supino, con lo que se aprovecha mejor la fuerza de gravedad durante toda la flexión y extensión del tronco. Igual que en el caso de la musculatura extensora del tronco, si se desea fortalecer la musculatura abdominal ha de observarse que estos músculos se extienden entre las costillas y la cintura pélvica, por lo que deben realizarse preferentemente movimientos que acerquen el tórax a la pelvis o viceversa.

    Las flexiones amplias del tronco involucran a la articulación de la cadera y los músculos anteriores a ella y no a las articulaciones entre las vértebras, por lo tanto es preferible realizar movimientos "cortos", a nivel de las regiones cervical, torácica y lumbar de la columna vertebral.

    Según Rash y Burke16, con quienes concuerda la autora, no es recomendable realizar los llamados abdominales de piernas, pues en estos casos suele presentarse la llamada "paradoja del psoas", la inversión de su función, actuando como hiperextensor de la columna lumbar. Si los abdominales se contraen al mismo tiempo que se elevan los miembros inferiores no se produce la inclinación de la pelvis hacia delante bajo la acción del psoas, pero si los abdominales son débiles la pelvis se inclina hacia delante y las vértebras lumbares se levantan del suelo, exagerando la lordosis lumbar, efecto que no es el deseado. Por eso es un principio de la terapéutica el prestar la mayor atención al desarrollo de los abdominales y reducir al mínimo el desarrollo del psoas ilíaco.


Músculo glúteo mayor

    Este músculo tiene una gran importancia en el mantenimiento de la posición bípeda humana. Forma parte importante de la cadena extensora o antigravitacional6, por lo que en el hombre presenta un desarrollo particular15. Es posterior con respecto a la cadera y por lo tanto participa en la extensión del muslo si el tronco se encuentra fijo. Si se halla fijo el muslo el músculo participa en la extensión del tronco cuando este se encuentra flexionado. El glúteo mayor, debido a la posición de sus fibras respecto a la articulación coxal, todas posteriores, algunas superiores y otras inferiores, puede actuar en casi todos los movimientos del muslo.

    Participa, además, en la estabilización de la cintura pélvica. Cuando se quiere disminuir la inclinación pélvica se indica "apretar los glúteos" uno contra el otro, esta acción se considera como un ejercicio correctivo19; la tensión estática del glúteo mayor así conseguida, junto con la de la musculatura abdominal, forma parte de las acciones musculares isométricas que permiten mantener una postura adecuada como base para realizar ejercicios terapéuticos en las desviaciones de la columna vertebral.

    Este músculo puede fortalecerse realizando cuclillas, asaltos, carreras en distintas formas, saltos, extensiones del muslo desde distintas posiciones (vertical, horizontal y en cuadrupedia). Si se quiere aislar la acción de este músculo se realiza el movimiento de extensión estando la pierna flexionada, para neutralizar la acción de los músculos biarticulares posteriores del muslo (isquiotibiales).


Musculatura de la cintura escapular

    La musculatura de la cintura escapular incluye un gran grupo de músculos que pueden dividirse en dos conjuntos: los que fijan y mueven la escápula y los que mueven el húmero y lo estabilizan en su posición frente a la cavidad glenoidea de la escápula.

    Es importante destacar que la amplitud de movimientos del brazo (húmero) es posible gracias a la movilidad de la cintura escapular (clavícula y escápula); hay entre los movimientos del húmero, la escápula y la clavícula una estrecha relación. Hernández Corvo6 señala que "la posición de la escápula, con independencia de su relación clavicular, obedece a las disposiciones musculares entre este hueso y la columna vertebral… De modo que si desde el punto de vista esquelético- articular no encontramos una relación directa entre la escápula y el eje vertebral, desde el punto de vista funcional tenemos varios elementos que establecen esta relación".

    Los músculos aductores escapulares, o sea, los que provocan la aproximación de la escápula a la columna vertebral (romboides y fibras medias del trapecio, principalmente) tienden a debilitarse y alargarse debido a la posición que se adopta habitualmente en las actividades de la vida cotidiana, con lo que la escápula se separa del eje vertebral y se hace prominente en la espalda (escápulas aladas). Este patrón se ve reforzado por el acortamiento del pectoral mayor, tratado con anterioridad.

    Entre los ejercicios generales para el fortalecimiento de la musculatura de la cintura escapular se encuentran las planchas, las trepadas, las tracciones en la barra. Debe prestarse atención especial a los músculos aductores escapulares, para ello son muy útiles los ejercicios en parejas, donde uno de los compañeros ofrezca resistencia al movimiento de aducción escapular. Para conseguir la acción de estos músculos pueden realizarse movimientos del brazo que impliquen la aducción escapular, por ejemplo, aducción del brazo contra la resistencia de un compañero; desde la posición horizontal, con el antebrazo extendido o flexionado realizar la extensión del brazo (moverlo hacia atrás) con un compañero ofreciendo resistencia al movimiento.

    Estos últimos ejercicios tienen la ventaja de que además del fortalecimiento de los músculos aductores escapulares se logra la elongación del pectoral mayor.


Bibliografía

  1. Alonso R. (sin fecha). Cultura Física Terapéutica. En: Los ejercicios físicos con fines terapéuticos. La Habana, Unidad impresora José A. Huelga, INDER.

  2. Christensen Kim. (2000) Manual Muscle Testing and Postural Imbalance. Disponible en www.chiroweb.com/archives/18/6/02.htm. Consultado el 16 de febrero 2002.

  3. Garbe G. (1989) Critical observation of selected exercises of power training in relation to prevention of postural damage and physical handicaps. Rehabilitation (Sturrg) Aug; 28(3): 123-8.

  4. George JD, A. Garth, P.R. Vehrs. (1996). Tests y pruebas físicas. Barcelona. Ed. Paidotribo.

  5. Haag H, H Dassel. (1995) Tests de la condición física. Barcelona, Ed. Hispano Europea S.A.

  6. Hernández Corvo R. (1986) Morfología funcional deportiva. La Habana, Ed. Científico Técnica.

  7. Heyward Vivian. (1996) Evaluación y prescripción del ejercicio. Barcelona, Ed. Paidotribo.

  8. Hoeger W., S. Hoeger y G. Ibarra. (1996) Aptitud física y bienestar general. 3ª edición. Morton. Colorado. USA.

  9. Garbe G. (1989) Critical observation of selected exercises of power training in relation to prevention of postural damage and physical handicaps. Rehabilitation (Sturrg) Aug; 28(3): 123-8.

  10. Kendall, H.O, Florence Kendall y Gladys Wadsworth. (1971) Muscles. Testing and function. 2da edición. Baltimore, Ed. Williams and Wilking.

  11. Li Y, McClure PW, Pratt N. (1996.) The effect of hamstring muscle stretching on standing posture and on lumbar and hip motions during forward bending. Phys Ther, Aug;76(8):836-45.

  12. Licht Sidney. (1972) Terapéutica por el ejercicio. La Habana, Ed. Revolucionaria. Instituto Cubano del Libro.

  13. Manzur, S, S. León. Pruebas funcionales musculares para niños con desviaciones de la columna vertebral que asisten a Áreas de Cultura Física Terapéutica. http://www.efdeportes.com. Revista Digital, EF y Deportes - Buenos Aires - Año 10 - N° 79 - Diciembre de 2004. Consultado 3 de diciembre de 2004.

  14. Mathews Donal K. (1973) Measurement in physical education. 4ª ed. Philadelphia, W. B. Saunders. Co.

  15. Popov S.N. (1988). La cultura física terapéutica. La Habana, Ed. Pueblo y Educación.

  16. Prives M., N. Lisenkov, V. Bushkovich. (1984) Anatomía Humana. Tomo I. 5ª edición. Moscú, Ed. Mir.

  17. Rash Philip J.,Roger K. Burke. (1967) Kinesiología y Anatomía Aplicada. 3ª Edición. Barcelona, El Ateneo.

  18. Sinélnikov R.D. (1984) Atlas de Anatomía Humana. Tomo I. 4ª edición. Moscú, Ed. Mir.

  19. Tribastone F. (1991) Educación motora y gimnasia correctiva. En su: Compendio de Gimnasia Correctiva. 2ª Edición. Barcelona. Ed. Paidotribo. Págs.

  20. Wells K. Kinesiology. (1971) 5ta edic. Philadelphia. Ed. W.B. Saunders and Co. Págs. 287, 342.

  21. Wheeler, R, A.M Hooley. (1971) Ejercicios Físicos para la recuperación. Barcelona, Ed. JIMS.

Otros artículos sobre Actividad Física y Salud

  www.efdeportes.com/

revista digital · Año 13 · N° 122 | Buenos Aires, Julio 2008  
© 1997-2008 Derechos reservados