Educación Física y experiencia humana del movimiento. Dos visiones contradictorias en la didáctica disciplinar |
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Facultad de Ciencias de la Educación. Facultad de Turismo - UNCo. UFLO - Sede Comahue. |
Msc. Elías Rolando Schnaidler rolosch@neunet.com.ar (Argentina) |
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Presentado en el 7º Congreso Argentino y 2º Latinoamericano de Educación Física y Ciencia. |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 122 - Julio de 2008 |
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Introducción
Hablar de experiencia del movimiento y establecer su relación con una disciplina tan preocupada por componer su encuadre teórico metodológico propio, parece a simple mirada una tarea sumamente contradictoria, invita al desarrollo de un camino que se enfrenta claramente a los principios históricos de la especialidad.
El enunciado de "cuerpo máquina", perfecta sincronización de miembros y acciones en estado humano, que debe ser ejercitado y estimulado para su desarrollo, en conjunto con las necesidades de disciplinamiento y control de grandes masas humanas que comenzaban a poblar de manera desorganizada y contundente los espacios urbanos, pusieron su sello en épocas de la Revolución industrial y reactualizaron luego sus principios en relación directa con las nuevas necesidades de acomodación al sentido duradero de una práctica que, a fuerza de integrar en sus fundamentos, los elementos de la práctica pedagógica, forjó una especie de legitimidad consiguiendo apoyos en las fuentes de la fisiología y la ciencia biomédica, en primer lugar, para luego integrar las bases de la psicología genética:
"Sobre la base de estas conceptualizaciones, en la educación y la psicomotricidad encontramos conceptos como esquema corporal, entendido como una representación imaginaria actual del propio cuerpo, como conocimiento inmediato, intuición global del cuerpo en estado de reposo y movimiento. Se restituye en la dimensión témporo espacial e incluye la articulación kinestésica, postural, visual, en interrelación con los objetos y con los otros, estructurándose mediante el aprendizaje y la experiencia en ese cuerpo" (Villa, 2003: 136).
Y la misma autora, más adelante, señala los beneficios que brinda este alineamiento en un período de la historia pedagógica en el cual los modos de la reactualización eran de una fuerza incontenible:
"En la Educación Física en el Nivel Inicial y los primeros ciclos de la EGB encontramos el cuerpo de la psicomotricidad, el cuerpo que permite acceder a la estructuración de diferentes estructuras cognitivas" (Villa, 2003: 137).
La formación de profesores en estos últimos años, basaron sus principios pedagógicos en las etapas de la evolución y el desarrollo intelectual, aceptando y disputando el lugar del cuerpo en los espacios de la escolarización.
Bases necesarias, siguiendo este esquema de pensamiento, de la correlativa incorporación futura de los principios del rendimiento corporal, y que tiene como instrumento a la práctica deportiva.
"Ese cuerpo encuentra sus raíces en los principios de la fisiología, característicos de una forma particular de reflexionar sobre el cuerpo, de estudiarlo, en la que el cuerpo es interpretado como algo natural y lo natural considerado como normal" (Villa, 2003: 138).
Ambos marcos entonces establecen un encuadre justificatorio de la identidad disciplinar y a la vez sirven a propósitos reactualizadores en el campo de las exigencias para la adecuación de teorías pedagógicas preocupadas por entender y mejorar el aprendizaje de los niños en edad escolar, claro es que, ciñendo los avances y las nuevas adquisiciones a un estricto marco identitario el cual plantea un claro elemento organizador de la actividad corporal alrededor del estudio de los movimientos eficientes y eficaces.
"Evidentemente, identificamos parámetros en este conjunto complejo de acciones que se presentan como un todo organizado, y en el caso de la actividad deportiva, este conjunto organizado podemos identificarlo con la eficacia y eficiencia de los movimientos corporales, la excelencia de la acción corporal sobre el tiempo, el espacio y los objetos.
Frente al conjunto de la actividad, en este caso la deportiva, aparecen movimientos eficientes y eficaces que le dan unidad y sentido a nuestra visión. Podemos tener mayores o menores conocimientos acerca de la actividad deportiva, podemos contar con diferentes valoraciones en el gusto frente a los diferentes movimientos que estamos presenciando, pero la construcción de nuestras capacidades perceptivas nos permite identificar los "organizadores" que determinan y que pueden ser nombrados en esta "zona común" de experiencias corporales y que, en nuestra sociedad, llamamos deporte. " (Schnaidler, 2003: 173).
La eficiencia y la eficacia de los movimientos, no es exclusiva de la Educación Física, pero sus prácticas, fundamentos y perfeccionamientos actúan muchas veces de modo excluyente de otras maneras perceptivas de organización de los movimientos, los desplazamientos, los sentidos.
La búsqueda de nuevas respuestasLa Búsqueda de nuevas respuestas y nuevos abordajes metodológicos para la Educación Física nos llevan al estudio de otros pensadores, de modelos alternativos de análisis de la actividad corporal. En este caso, la propuesta es la de realizar una tarea de tipo comparativa entre los conceptos volcados por un autor contemporáneo y de amplio uso en nuestro medio como es David Le Bretón, en su texto: "Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones". Nueva Visión: Buenos Aires (Cap. I) y Marcel Mauss1.
Y finalmente, el autor elegido para realizar la amalgama de estos argumentos será John Dewey2.
A partir entonces de estas pequeñas referencias, es posible tomar algunos de los argumentos esgrimidos por estos autores y observar de que manera, conceptos tales como experiencia humana de movimiento, Cuerpo, y Técnicas corporales tiene relación al momento de pensar metodologías de abordaje para la enseñanza de la Educación Física.
La propuestaLa lectura de ambos textos revela una serie de coincidencias en los argumentos y las explicaciones sobre la importancia de la construcción social en la idea de cuerpo y de sujeto, las cuales se vuelven especialmente interesantes si se toma en cuenta la diferencia temporal en la cual los autores han pensado sus análisis.
Ambos autores encuentran en la acción pedagógica sobre el cuerpo una fuerte presencia de la necesidad social de conseguir por medios más o menos arbitrarios, la permanencia y perduración de las formas culturales que se expresan en las convenciones de uso dominante, en espacios y momentos determinados de la historia.
Y ambos autores miran este fenómeno, en la ardua tarea de intentar nuevas explicaciones que superen el determinismo biológico y dualista (de amplio consenso en la sociedad Moderna y capitalista) que indica la dependencia absoluta de las características biológicas de los seres humanos, como una condición de especie transmitida en códigos genéticos, a su vez fundamento contemporáneo del cuerpo concebido como máquina, que puede ser descifrado y estudiado, perfeccionado en el ejercicio cotidiano y permanente de la repetición. El cuerpo vuelto objeto separado, resto carnal visible de la identidad personal, toda una idea dual de la conformación humana.
Ambos autores comparten el momento histórico de su estudio, uno de ellos contemporáneo y el otro en la distancia, pero fijan en fines del siglo XVIII, XIX y principios del XX, el nacimiento, o bien la consumación, de una nueva manera de concebir el cuerpo en la sociedad. Es la construcción de los cuerpos dóciles descriptos por Foucault, construcción que hace base en la tecnología de la repetición, la observación y el examen, es el nacimiento de una nueva anatomía política del cuerpo, el uso de la tecnología disciplinaria para cimentar y sostener la sujeción en las nuevas formas de dominación social.
Pero es también la síntesis de la idea de "experiencia social y humana de Dewey en la formulación de lo que Mauss llamó "técnicas corporales", claramente expresado por él, cuando fundamenta la eficacia de la técnica en su componente "tradicional", o bien en la idea de "simbólica corporal" enunciada por Le Bretón, solamente posible de construir en la afirmación identitaria que produce la presencia de los otros.
Y en estos conceptos en donde es posible advertir el reconocimiento de una conflictiva que nos sitúa en tiempos de la Modernidad, momento clave del nacimiento de la Educación Física y "tironeados" por la necesidad de sostener prácticas dualistas del cuerpo, educarlo y cuidarlo según los dictados de la perduración y el sometimiento, pero también explorar la asombrosa manera en la cual la experiencia de vida social atraviesa y configura no solo actos, posturas y desplazamientos, sino que nuestras capacidades perceptivas, nuestras concepciones, nuestras emociones y hasta nuestras posibilidades de supervivencia. Y es asombrosa también la congruencia con el concepto de "Sujeto de la praxis" de Ana Quiroga, es decir, la noción de sujeto activo, como agente de cambio concreto en el espacio que habita. Es decir, si se discute la idea de determinismo biológico, también se discute la idea de determinismo social, la construcción de lo que nos constituye como ser social, depende de la acción del medio y los otros y también de nuestra "plasticidad corporal", de nuestra "eficacia" en la comprensión global de un movimiento, que es la comprensión de la cultura, apropiación y dominio, adaptación y cambio. La cultura que atraviesa la constitución del yo corporal y la inmanejable variación en la combinación de contextos, sensibilidades y constituciones, que es la génesis del cambio social.
Los párrafos extraídos"Los niños salvajes no son el negativo de la sociabilidad, sino un singular despiste de ésta. Realizan en los márgenes de la vida colectiva variedades de lo posible corporal que la cultura desdeña (visión nocturna, resistencia al frío, marcha en cuatro patas, etc.). No escapan a la humanidad de su cuerpo ni a sus virtualidades. Todas las modalidades físicas que ponen en acción para sobrevivir, lejos de demostrar su idiocia congénita como creía Pinel, ilustran al contrario el sorprendente poder de adaptación de que dispone el hombre, aún cuando esté hundido en una situación extrema. Esta fuerza de resistencia abreva en la plasticidad de su condición corporal" (Le Breton, 1998: 34).
El giro que realiza Le Bretón a la primera afirmación de su texto donde dice que "La criatura humana requiere que los otros la reconozcan como existente para poder plantearse como sujeto" (Le Breton, 1998: 15) se expresa en este párrafo a manera de "plasticidad corporal", como la capacidad de resistencia a la adversidad extrema, que aparece como adaptación al cambio, más que como recurrencia a la repetición. Llevado a espacios más cotidianos, es la absoluta referenciabilidad de los conceptos morales a la resolución del conflicto entre las condiciones de origen y las específicas particularidades que brinda la coyuntura social y el medio físico. La experiencia humana como resultado de la resolución más o menos "eficaz" de un conflicto entre los mandatos de la cultura que conminan su reproducción y las condiciones concretas de existencia.
El autor remata esta argumentación cuando otorga al sostenimiento de las relaciones humanas, la fuerza en la permanencia de nociones, modos, y sensibilidades. La referencia de realidad con la que contamos, es subsidiaria de nuestro origen, pero también de las relaciones que la sostienen o la contradicen.
"La simbólica corporal es una memoria que hay que mantener, alimentar constantemente en el espejo del comportamiento y las palabras de los otros" (Le Breton, 1998: 34).
Y finalmente la idea de "experiencia que va siendo", el "ser en el mundo", desde donde se concibe a la transmisión como cambio permanente y perduración en el intercambio, contradiciendo la idea de experiencia estática, encapsulada, que se adquiere como un objeto, que se recibe de una vez y para siempre.
"El otro, por lo tanto, no es solo el pasador de la criatura humana de su calidad de infans a la de actor social, es también la condición de perennidad de la simbólica que lo atraviesa y que utiliza para comunicarse con los demás. El otro es la estructura que organiza el orden significante del mundo" (Le Bretón, 1998: 35).
Situándose en la lectura de Marcel Mauss es posible observar como el autor concentra en las formas que adquieren las técnicas corporales un verdadero código de lectura de las concepciones culturales de la época, las formas de nado, los modos corporales de la carrera y sus evoluciones, la modalidad en la marcha militar en diferentes ejércitos, hasta el modo de utilizar las manos y los brazos en diversas situaciones sociales. Un análisis de la evolución de los gestos, contemporánea de la explicaciones mecanicistas y evolucionistas, asombrosamente vigentes en el mundo deportivo actual que indican que la evolución en las técnicas de carrera o de nado responden exclusivamente a razones derivadas de la utilización más eficaz de la "máquina corporal", argumento totalmente desprovisto del ingrediente cultural de su constitución.
La presentación de Marcel Mauss del concepto de "hombre total" derivado de lo que el llama una "triple consideración" es el reconocimiento temprano (en términos modernos) de la presencia indiscutible de la identidad cultural en los procesos de la constitución de los movimientos eficaces, utilitarios, estéticos o gimnásticos. Supera la idea muy difundida, hoy instalada en modo de creencia indiscutible, de la universalidad de los buenos movimientos, los bellos movimientos, los saludables movimientos. Esas argumentaciones aparecen como una tendencia que seguramente fue compartida en algún espectro del conocimiento científico de época, pero que perdió espacio en la lucha con los enunciados dominantes derivados del pensamiento positivista, dualista y comprometido con el sostenimiento de la moral cristiana.
Asimismo, el autor realiza una serie de consideraciones en el uso de los términos, que asombran por su vigencia (el mismo Bourdieu los usa desde la misma concepción), los términos "Habitus" y "exis", aquello que se adquiere bajo formas más o menos duraderas y que serán origen y condición de su funcionamiento. Es decir, dependen de su uso y de su confirmación en el espectro del mundo social. Y es en este aspecto donde el autor ubica las formas de la "tradición", todo un concepto que engloba el sostenimiento de la identidad popular. No son decretos, ni reglas de sometimiento esclavo, son verdaderos carteles de identificación corporal y moral en el espectro de la vida cotidiana.
Al igual que en el texto de Le Bretón, al igual que en los escritos de Michel Foucault, al igual que en las reflexiones de Pierre Bourdieu, Marcel Mauss hace centro en la noción de cuerpo para explicar de ahí los diferentes modos que adquiere la cultura en los seres humanos. Una nueva muestra de la asunción de la formulación dualista como conflicto que hace ruido en la reflexión metódica y consecuente y en la observación atenta de los modos del comportamiento corporal.
Lo utilitario, lo estético, lo ritual, conllevan formas de movimiento construidas con diferentes objetivos, pero que habitan la misma zona de experiencias tradicionales corporales, marco de percepción necesario para constituir la nueva forma del movimiento y promover su conocimiento y adquisición colectiva. Técnica corporal y oralidad, vistas en un conjunto pilar para la transmisión y el sostenimiento de la cultura.
"Denomino técnica al acto eficaz tradicional (ven pues, como este acto no se diferencia del acto mágico, del religioso, o del simbólico). Es necesario que sea tradicional y sea eficaz. No hay técnica ni transmisión mientras no haya tradición. El hombre se distingue fundamentalmente de los animales por estas dos cosas, por la transmisión de sus técnicas y probablemente por su transmisión oral" (Mauss, 1971: 342).
La experiencia amalgamaPensar la Educación Física como lugar y escenario de experiencias humanas, nos permite integrar de manera diferente la idea de "acto eficaz" y acto tradicional", "simbología corporal", la cual necesariamente hay que mantener actualizada y en uso, tiene una relación estrecha con el concepto de "Continuidad de la experiencia" en Dewey. Es la idea de pensar la experiencia humana no ya como un acontecimiento, sino como la decisión de vivir e involucrarse con el acontecimiento, motor de la acción, de los gestos y los desplazamientos corporales. La experiencia como el camino de la búsqueda de un equilibrio que, aunque efímero, tranquilice, satisfaga, brinde la sensación de completud.
Nuestra disciplina cuenta con numerosas prácticas sociales en su bagaje y justamente, en esta presentación, no domina la idea de desechar la práctica deportiva o las nuevas gimnasias, la novedad metodológica puede ser la integración militante de la dimensión cultural en la enseñanza de las técnicas y los deportes, y la tarea docente, como la presencia del otro que ordena los modos de significar el mundo, la realidad.
Una Educación Física que se preocupe por la tarea de producir escenarios seguros para la consumación de la experiencia.
Notas
Un verdadero investigador de los hechos sociales, francés, nacido en el siglo XIX y fallecido en 1950, quien trató de orientar su mirada sociológica abarcando las realidades analizadas en su totalidad (Hecho social total), de esta manera, un hecho social conlleva siempre dimensiones económicas, religiosas o jurídicas, y no puede reducirse a uno solo de esos aspectos. El ser humano debe ser interpretado en su realidad concreta, es decir, bajo el triple punto de vista "Fisiológico, psicológico y sociológico". De él tomaremos un pequeño texto que se llama: "Técnicas y movimientos corporales" escrito en "Sociología y Antropología" de 1950
Filósofo, psicólogo y pedagogo norteamericano, contemporáneo de M. Mauss y partidario de la instalación de nuevas formas de educación escolar, de el tomamos el concepto de "Experiencia", como un aspecto de los seres humanos dotado de cualidades como la de totalidad, construcción social y sentido, para él, verdaderas bases de lo que debía ser un modelo de pedagogía nueva.
BibliografíaAproximaciones al campo artístico (Compilación realizada por la Mg. Diana Milstein sobre la base de textos de Calarotta, Gonzales, Humprhey, Mondrián, Schaffer, Selden, Stokoe y Swanwick).
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Le Breton, D. (1998) Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones. Nueva Visión. Buenos Aires - Cap. I
Mauss, M. (1971) Técnicas y movimientos corporales, en Sociología y antropología. Tecnos, Madrid
Milstein D. Mendes H. (1999) La escuela en el cuerpo. Estudios sobre el orden escolar y la construcción social de los alumnos en escuelas primarias. Miño y Dávila Editores, Buenos Aires.
Quiroga, A (1998) Relaciones sociales, procesos de crisis y cambio, y Subjetividad. En Crisis, Procesos Sociales, Sujeto y Grupo Ediciones Cinco, Buenos Aires
Snyders G. (1994) As alegrías de la música. Papirus, Brasil
Vigotsky L. (1996) La imaginación y el arte en la infancia. Akal, Madrid, España.
revista
digital · Año 13
· N° 122 | Buenos Aires,
Julio 2008 |