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Consideraciones generales acerca de la formación de valores

 

Instituto Superior de Cultura Física:”Manuel Fajardo”, Camagüey  

(Cuba)

Lic. Prof. Asistente. Moraima Aguilar Benítez

Lic. María del Carmen Burt Stephen

moraima@fcf.camaguey.cu

 

 

 

Resumen

          El tema de la formación de valores viene siendo muy discutido en los últimos tiempos. En nuestros días ha cobrado mucha fuerza llegar a un acuerdo en la discusión de que si se trata de que se encuentran en crisis, deterioro, o se han perdido. Al asumir una posición ante este dilema, bien puede aceptarse la opinión de que lo que se está produciendo es la necesidad de un nuevo alcance conceptual de sus principales componentes, que contengan en sí los rasgos principales del perfil del ciudadano que hoy reclama la sociedad actual.

El siguiente trabajo pretende ofrecer algunas consideraciones generales en torno al tema, sin intentar brindar fórmulas en el trabajo del maestro, pues se conoce que es imposible adoptar una postura absoluta en ello.

          Palabras clave: Valores. Ciudadano. Sociedad.

 

Abstract

          The topic of the formation of values comes being very discussed in the last times. In our days it has charged a lot of force to reach an agreement in the discussion that if it is that they are in crisis, deterioration, or they have gotten lost. When assuming a position before this dilemma, the opinion can be accepted that what is taking place is the necessity of a new conceptual reach of its main components that contains the main features of the citizen's profile that today claims the current society.

The following work seeks to offer some general considerations around the topic, without trying to offer formulas in the teacher's work, because it is known that it is impossible to adopt an absolute posture in it.

          Keywords: Values. Citizen. Society.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 121 - Junio de 2008

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    En nuestros días se hace común la discusión en torno a la concepción sobre los valores humanos, hay quienes afirman que se encuentran en crisis, otros se refieren a su deterioro, mientras que otros aluden a su pérdida.

    Al asumir una posición ante este dilema, bien puede proponerse la alternativa de que lo que se está produciendo es la necesidad de un redimensionamiento de sus principales componentes, que contengan en sí los rasgos principales del perfil del ciudadano que reclama la sociedad actual.

    De manera que se impone conformar un sistema coherente de influencias educativas para el desarrollo de cualidades morales esenciales, teniendo en cuenta las particularidades de las edades, sus necesidades y motivos, puestos todos de común acuerdo para el logro de un accionar sistemático.

    Para el Dr. Cándido Aguilar “valor humano es la significación socialmente positiva que tiene la realidad para el hombre como elemento fundamental de sus relaciones sociales.”(1)

    Lo anterior deja por sentado que el maestro, al resaltar las influencias positivas, debe manifestar su oposición a las negativas a través de ejemplos, de esta manera ayudará a la toma de decisiones adecuadas.

    Por otra parte en el Diccionario Filosófico de Rosental y Ludin, se definen los valores como “propiedades de los objetos materiales y de los fenómenos de la conciencia social, que caracterizan el significado de unos y de otros para la sociedad, para la clase y para el hombre (…) las obras de las personas y los fenómenos sociales pueden constituir un bien moral o un mal (valores morales), pueden ser objeto de aprobación o de condena.” (2)

    En este caso debemos detenernos en un aspecto que no podemos subestimar: lo que puede ser bueno para unos, para otros no lo es; y en el otro extremo, lo que puede ser considerado como inadecuado para algunos, para otros puede verse como natural o normal; por lo que se recomienda actuar de manera muy celosa procurando no entrar en contradicciones que, lejos de ofrecer solución o marcar pautas, propicien un rechazo o apatía hacia el tema seleccionado.

    El deber del maestro, en dependencia de las influencias que ejerza la familia, es el de educar y guiar al alumno por el camino correcto. Lo anterior supone que el conocimiento del sujeto es condición necesaria para su valoración, pues si el hombre desconoce las propiedades de un determinado fenómeno, no puede emitir un juicio sobre él.

    La precisión del filósofo cubano José Ramón Fabelo Corzo respecto a los valores es de necesaria consulta. Para él “valor humano es la significación socialmente positiva que poseen los fenómenos y objetos de la realidad, no cualquier significación, sino aquella que juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad.” (3)

    De allí se infiere que los valores son los que dejan huellas positivas y no negativas. Recordemos la antítesis de valor y antivalor.

    Luego de hacer referencia y realizar algunas valoraciones acerca de diversos conceptos emitidos sobre los valores humanos, y procurando ubicarlos en el trabajo de su formación, es que hoy se priorizan en el sistema educacional cubano, estableciéndose en la Resolución Ministerial 90/98.En esta se asume el criterio emitido por la prestigiosa Dra. Nancy Chacón, quien considera que “el valor moral expresa la significación social positiva, buena, en contraposición al mal, de un fenómeno (hecho, acto de conducta) en forma de principios, norma representación del bien, lo justo, el deber, con un carácter valorativo y normativo a nivel de conciencia, que regula y orienta la actitud de los individuos hacia la reafirmación del progreso moral, el crecimiento del humanismo, y el perfeccionamiento humano.” (4)

    No se apela, de ningún modo, a la transmisión fría y esquemática de valores, más que enseñar valores preestablecidos, se debe enseñar a las nuevas generaciones a valorar por sí mismas.

    Cuando hablamos de la imagen de joven que aspiramos a formar en estos tiempos, hacemos referencia a un tipo determinado y específico de personalidad, basado en un condicionamiento sociohistórico, en una época y realidad concreta de un tipo de sociedad. En esa individualidad se resume el conjunto de cualidades propias del carácter y del contenido de relaciones sociales que imperan, y de la correlación individuo — sociedad, en la que el hombre nace, siente, interactúa, se desarrolla y se forma en la actividad humana.

    La formación de valores es un proceso que guarda estrecha e indisoluble relación con el desarrollo moral de la personalidad en la que se integra de forma coherente el contenido axiológico en todas sus dimensiones, como lo son: política, jurídica, estética, filosófica, religiosa y científica.

    Según la Dra. Nancy Chacón Arteaga, el conjunto de valores morales pudiera verse o conjugarse a partir de la interrelación de tres abarcadores conceptos, a los que llama, incluso “trilogía”. Veamos:

  • Dignidad: se define en el respeto, consideración y estima a la sensibilidad del individuo y sus derechos como ser humano, en el plano personal, en el ámbito nacional y en cualquier lugar del mundo. Este valor humano integra entre sí las cualidades del ser consciente y cumplidor de sus deberes, la laboriosidad, tener una actitud positiva ante el trabajo, ser autorreflexivo y valorativo, amor a la justicia social, espíritu de rebeldía ante las injusticias y humillación humana, antirracista, valentía en la defensa de los ideales sociales y de sus puntos de vista.

  • Intransigencia: derivado de la dignidad, por la connotación histórica del fenómeno de la realidad en que vive, se distingue este valor de la intransigencia e intolerancia ante todo tipo de dominación extranjera, que integra a su vez el valor de la fidelidad a la causa (implica la no traición) patriótica, de independencia, de justicia social y unidad nacional. Este contenido adquiere rango de principio e ideal moral, generando las cualidades de voluntad de lucha ante las dificultades y ante lo mal hecho, la capacidad de resistencia, empleando la inteligencia y creatividad con tesón y optimismo.

  • Solidaridad humana: completando la trilogía rectora de valores y cualidades morales se encuentra la solidaridad humana, que expresa el grado de acercamiento y aproximación en las relaciones interpersonales, individuales o colectivas, sobre la base de sentimientos, aspiraciones, fines u objetivos comunes que los vinculan en diversas circunstancias. La solidaridad se manifiesta en actitudes como el respeto mutuo, ayuda a otros, hospitalidad y altruismo. Entre los valores o conductas que la solidaridad aglutina se encuentra el ser colectivista, honesto, sincero, modesto, receptivo, tener espíritu crítico y ser amistoso.

    No escapan otros rasgos o indicadores que definen la actitud de ser humano en sociedad, como son: la honestidad, y la responsabilidad, por solo citar algunos.

    Se reserva para el maestro la tarea de diagnosticar y precisar dónde radican las más notables deficiencias o irregularidades, por decirlo de algún modo, en la conducta de sus alumnos y proponer el trabajo colectivo o individualizado en función de encauzar esos patrones positivos que hoy por hoy está reclamando el presente y el futuro de nuestras naciones.

    Las juventudes de todos los tiempos han dejado marcadas huellas, dignas de ser imitadas; en los educadores descansa la responsabilidad de que este hecho socio histórico perdure por siempre.

    Se respeta, no obstante, cualquier decisión que el docente prefiera adoptar, pues de ningún modo, puede asumirse una postura absoluta en el tema.

Notas

  1. Cándido Aguilar. La formación de valores humanos: una necesidad de todos los tiempos, p. 3.

  2. Rosental, M. Diccionario Filosófico, p. 477.

  3. José Ramón Fabelo C. Práctica, conocimiento y valores. p. 41.

  4. Nancy Chacón. Resolución Ministerial 90/98.

Bibliografía

  • Aguilar, Cándido. Fortalecimiento de valores humanos: una necesidad para todos los tiempos, 1998.

  • Báxter, Esther. La formación de valores. Una tarea pedagógica. 1989.

  • Colectivo de autores cubanos. Acerca de la educación en el patriotismo.

  • Chacón A., Nancy. Formación de valores morales. Proposiciones metodológicas, 1995.

  • José Ramón Fabelo C. Práctica, conocimiento y valores.

  • Rosental, M. Diccionario Filosófico.

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