Efecto de la ingesta de alcohol sobre la urea en sangre durante la realización de un ejercicio moderado en jóvenes de 18 a 24 años | |||
Diplomado en Magisterio: Educación Física Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Granada (España) |
Pedro Jesús Ruiz Montero |
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Resumen
La ingesta de alcohol es un hábito en aumento
característico cada vez más de la juventud, ya sea debido por la
independencia económica o familiar. Para determinar que efectos tiene
esta práctica, fueron escogidos 10 sujetos voluntariamente con el fin de
que realizaran un trote al ritmo aeróbico de cada uno sobre una pista de
atletismo de cuatrocientos metros durante 30 minutos. La ingesta de
alcohol produce una síntesis de la urea con lo que se le aplicará una
dosis adecuada (no abundante) al peso de cada sujeto. El alcohol
promovía el catabolismo del nitrógeno pero los niveles de urea no
oscilarían en demasía, no produciendo grandes cambios. La ingesta si
limitó un poco la intensidad de la prueba, disminuyendo la capacidad
aeróbica ya que el alcohol hacía su efecto en el hígado colapsando al
amonio. El amonio como se une con la urea para acceder a la sangre y ser
eliminada por la orina, pues obstruía el torrente sanguíneo y este
dificultaba el transporte de oxígeno al músculo. Los resultados nos
muestran cuáles de los tiempos utilizados en los ejercicios fueron más
eficaces en la comprobación de este estudio. También que la urea
aumenta pero siempre se incluye en valores normales o se puede exceder,
aunque no mucho.
Palabras clave: Alcohol. Urea. Ejercicio. Sangre. Amonio. Nitrógeno. Pirúvico. Glucosa.
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 120 - Mayo de 2008 |
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Introducción
En líneas generales, la ingesta de alcohol no es compatible con la práctica de ejercicio físico intenso. El abuso de alcohol perjudica el rendimiento en cualquiera de sus niveles y está totalmente contraindicado en el deporte. Sin embargo, ingerir cantidades moderadas de bebidas alcohólicas parece no ser perjudicial (Vingren y cols., 2005).
En los deportes más exigentes desde el punto de vista de la resistencia física, el consumo de alcohol tiene un efecto especialmente negativo, ya que su ingesta tiene como consecuencia una reducción en los niveles de glucosa en sangre, debido a mal funcionamiento del ciclo de la alanina y trasformación de pirúvico a glucosa. Todo ello disminuirá a su vez el rendimiento en un ejercicio de larga duración (Weitzman y Elissa, 2004). El alcohol se metaboliza muy lentamente y por ello los restos de alcohol tardan más de tres horas en ser eliminados completamente del organismo.
Tras una noche de abuso de alcohol suelen permanecer restos en el organismo durante otras 24 horas aunque el individuo se sienta ya totalmente recuperado. Este efecto post- ingesta puede ser semejante al de otras drogas como el tabaco, tal y como afirma Esma Sürmen-Gür1 y otros (2003), ya que en el post-ejercicio las concentraciones urinarias de alcohol eran perceptiblemente más altas que los comparados que no tomaban.
Según datos de la escuela de Harvard del estudio del alcohol de la universidad citados por Weitzman (2004), describía patrones de la consumición y daños a la larga sobre el hábito abusivo de los jóvenes de su universidad. Mientras que los bebedores que hacían deporte y pesaban más, el riesgo era más grande (aún realizando deporte), a su vez siendo los jóvenes de estas características relativamente pocos e ingiriendo cantidades proporcionalmente pequeñas. El riesgo de daño no era cero entre los bebedores de peso inferior en esta universidad (Toben y cols., 2004).
El efecto que produce la cocaína en el deporte puede tener ciertos factores coincidentes con el alcohol aunque es más agresivo. Ambos toman la sangre como principal vía de expansión y esta repercute en todas las acciones que realicemos. Si el alcohol satura el ciclo de la alanina y este repercute en la glucosa que transcurre por la sangre, la cocaína disminuye el volumen del bazo aunque vuelva a su estado normal en el plazo de 35 minutos después de la administración de la cocaína. Esto nos dice que al igual que el alcohol, solo es un fenómeno transitorio.
Socas y otros (2006) dicen que el alcohol junto a otras drogas como ayudas endogénicas de esteroides pueden ser nocivos para el proceso de la actividad renal (también hígado).
Los esteroides pueden provocar tumores, pero el desarrollo del paciente puede ser mejorable si se le retira este tipo de droga mientras que el alcohol se manifiesta más tardíamente con repercusiones como hepatitis, cirrosis... más difíciles de tratar. De la misma temática se habla sobre la insulina pero está siendo mortal cuando se usa para la práctica deportiva y potenciación de nuestro cuerpo (Evans y Lynch, 2006).
Smith y otros (2006) realizan unos estudios sobre los cambios fisiológicos generales en el cuerpo de un maratoniano y se puede apreciar como la urea pre y post ejercicio es cambiante al alza aunque siempre dentro de los valores normales (un incremento de p< 0´001).
En relación de las consecuencias post- ingesta de alcohol, Bartholomew Kay y otros (2005) consideran realmente que su efecto es deshidratante sobre el organismo y por ello debe ser descartado en los momentos inmediatamente posteriores a, por ejemplo, una carrera de maratón, aunque existen corredores que acostumbran a beber cerveza poco después de una carrera. La mayoría de ellos lo hace, simplemente, para estimular la micción y resolver cuanto antes el trámite del control de dopaje. Nada tiene que ver con la hidratación de agua post- ejercicio y el beneficio de esto en la circulación arterial en contra de la hidratación alcohólica.
Con el presente estudio se pretende determinar la influencia que tiene la ingesta de alcohol en el transporte de urea en sangre junto al amonio, para determinar la capacidad de realización de actividad física en los jóvenes de entre 18 y 24 años. Para este estudio nos valdremos de una sola variable independiente ya descrita anteriormente incidiendo directamente sobre el objeto de estudio, la realización de actividad moderada en jóvenes de edades ya reflejadas.
Con todo lo dicho y basándonos en teorías y datos de otras investigaciones planteamos como hipótesis que, la acción de ingerir alcohol antes de realizar un ejercicio moderado en jóvenes de 18 a 24 años, influye sobremanera sobre el nivel alcanzado de urea en sangre.
Metodología
Sujetos
Diez hombres sanos se ofrecieron voluntariamente para este estudio (altura: 174± 5’2cm; masa del cuerpo: 70´2± 7’4kg; edad: 21’3± 2’6 años) (media ± desviación típica), cabe destacar que ninguno de los sujetos tenían una forma física considerable ni entrenaban regularmente la carrera o participaban en alguna competición. Si mencionar que con esas edades pues cierta vigorosidad y base para realizar una tarea si poseen debido a un aumento corporal.
Los sujetos confirmaron la voluntariedad de realizar el estudio de forma libre antes de la participación. Cada sujeto fue informado cuidadosamente sobre los posibles riesgos o malestares implicados en la ejecución del experimento y tras todo esto plasmaron de forma escrita dicho consentimiento.
Diseño
Nos encontramos ante un diseño intra-grupo en el que la interacción que se produce entre ellos es importante, sin dejar de lado la posibilidad de variable extraña. Con todo esto decir que tuvimos en cuenta el efecto orden. Para controlar esta fuente de contaminación empleamos la técnica de contrabalanceo, por lo que se aplicaron los niveles de la variable independiente dentro del mismo grupo.
Aparatos y material
El sistema de medida utilizado para detectar la urea en sangre es el espectrofotométrico, siempre recomendado por las casas farmacéuticas (Modelo UV- Vis Pharmacia, modelo Ultrospec Plus).
Para ello, se produce un aislamiento de leucocitos a partir de sangre periférica, produciéndose las siguientes modificaciones: 10 ml de sangre fresca heparinizada (20 UI/ml) se centrifuga a 3000 g durante 10 minutos. Se aspira la capa blanquecina de leucocitos, se le agregan 6,5 ml de saponina al 0,1% en solución salina y 7,5 ml de solución salina bufferizada, pH 7,2 (PBS o tampón fosfato salino), se mezcla por inversión durante 4 minutos hasta obtener una suspensión libre de coágulos. Luego se centrifuga a 500 g, 10 min a 4ºC.
Se resuspenden las células con 2,0 ml de PBS, se homogenizan en un Vortex durante 30 s y se procede a centrifugar a 500 g, 10 min a 4ºC. El botón se resuspende en 0,8 ml de PBS, se determina la viabilidad de las células con azul tripán al 0,2% y se almacenan a -20ºC hasta su utilización.
La muestra debe tomarse e identificarse correctamente. El momento más apropiado para la toma de la muestra es entre las 7:00 y las 9:00 a.m. debido a que muchos de los componentes de los líquidos biológicos siguen ritmos circadianos. Si no se pueden realizar a estas horas, ello se debe anotar y tener en cuenta al interpretar los resultados, ya que en los sistemas biológicos los cambios ocurren frecuentemente siguiendo ritmos biológicos bien definidos.
Las muestras de la sangre fueron tomadas de vena antecubital usando el sistema del vacío de MonovetteH y una técnica estéril. Aproximadamente 20 ml de sangre eran recogido en cuatro tubos: un tubo coagulado para la bioquímica, un tubo para la hematología, un tubo de la muestra del EDTA del heparin del litio para el panel cardiaco que prueba, y un tubo del citrato para el análisis de coagulación.
Para medir alcohol en sangre también nos vale este mismo método ya que es general a la hora de detectar determinadas patologías o estudios a través de la sangre.
Para eliminar errores de cambios postural en volumen del plasma, todos los sujetos fueron muestreados en una posición sentada verticalmente. Los cambios en el volumen del plasma (DPV) eran calculados usando el método descrito por Van Beaumont et al.7 pre y poste-raza los resultados fueron comparados usando una prueba apareada de t con SPSS 11.0 para Windows.
En cuanto a la ingesta de alcohol se utilizó una botella de whisky de 70 cl con su correspondiente dosificador y la cantidad de alcohol suministrada por sujeto era de 15 cl (aproximadamente tres vasos), siempre acompaña de agua fría.
Procedimiento
Cada sujeto realizó una carrera a su ritmo aeróbico correspondiente en las dos combinaciones de pruebas establecidas (Tabla 1), éstas fueron: actividad de 20 minutos (A20) y una actividad de duración de 30 minutos (A30). El orden de las carreras no fue el mismo para todos, debido al ya citado contrabalanceo para controlar el efecto orden.
La ingesta se produce en un tiempo máximo de 20 minutos, 15 cl de alcohol y se deja 15 minutos hasta la realización de la prueba. Tras la realización de esta, a los seis minutos se le hará la extracción de sangre necesaria para el estudio.
Tabla 1. Características y descripción de las carreras.
Tipos de carrera |
|
Símbolos |
Descripción |
A20 |
Esta consiste en trotar en una pista de atletismo de 400m durante 20 minutos sin descansar y dentro del umbral aeróbico correspondiente del sujeto. |
A30 |
La descripción será exacta a A20 solo que su duración se incrementará en 30 minutos. |
* Para todos las carreras, la forma de salida utilizada por los sujetos fue determinada por ellos mismos con el fin principal de que la actividad fuera lo más sencilla posible.
Destacar que tres días antes, todos los participantes en el experimento fueron perfectamente informados e instruidos sobre cómo era la forma de realización de la prueba. No se les dejó entrenar ni realizar ninguna actividad para que todos estuviesen en las mismas condiciones de ejecución de la prueba. Cada sujeto realizó 1 único intento de cada prueba, lo que nos da un total de 20 pruebas, ya que cada uno realizó dos pruebas diferentes. Entre una y otra descansaron 6 horas (hasta no tener ningún tipo de fatiga) realizándose una al medio día y otra por la tarde.
Resultados
Ahora representamos la estadística descriptiva (Tabla 2) relacionada con los dos tipos de duración de carrera, de tal forma que podemos observar claramente el valor medio y la desviación típica del grupo entero, así como los mismos valores, elegidos al azar, de 3 sujetos del grupo.
Analizando los valores reflejados en la tabla apreciamos cómo en un misma carrera nos podemos encontrar diferencias significativas entre los sujetos que realizan el experimento y también por grupos. Si nos fijamos en los valores medios post ejercicio obtenidos, observamos que la urea en la carrera A30 ( 6.2 mmol/l) es mayor que la que se nos muestra en la carrera A20 (6.00 mmol/l). La diferencia es fácil de apreciar pero tampoco notoria, pudiendo ser la causa la poca diferencia entre una carrera y otra (solo 10 minutos de aumento).
Tabla 2: Estadística descriptiva de la variable urea en sangre.
(A20= Actividad de 20 minutos de duración, A30 = Actividad de 30 mnts de duración).
Carrera |
Sujeto |
N |
Media (mmol urea/l) pre/post ejercicio |
SD |
Error |
A20 |
Grupo |
30 |
5.3 6.00 |
8´735 |
1´697 |
1 |
3 |
5.2 5.9 |
2´543 |
1´2001 |
|
2 |
3 |
5.1 5.7 |
0´867 |
0´393 |
|
3 |
3 |
4.8 5.5 |
1´723 |
0´78 |
|
A30 |
Grupo |
30 |
5.2 6.2 |
6´239 |
1´516 |
1 |
3 |
5.1 5.9 |
1´397 |
0´587 |
|
2 |
3 |
5.1 6.00 |
1´958 |
0´783 |
|
3 |
3 |
4.9 5.7 |
1´274 |
0´4932 |
Tener en cuenta que el rango normal de urea discurre entre los 2.00 a 6.6 mmol/l. Este hecho pudo ser razonado con los datos obtenidos (Tabla 3), de esta manera, vemos como el tipo de carrera A20 se produjo un pequeño movimiento hacia arriba del desplazamiento de US debido al ejercicio e ingesta de alcohol (afectando a la glucosa que pasa a sangre y esta a músculos). Cabe destacar que el aumento aunque sea insignificante, es mayor en la carrera A30. Con todo esto podemos decir que parece ser que la oscilación de los brazos compensa parcialmente la aceleración descendente de la masa corporal que ocurre cuando éstos no son usados.
Por otro lado, después de realizar el ejercicio, el desplazamiento de la urea en sangre (US) y con ello nada fiable; ello debido al bajo ritmo de carrera y preparación o base que cada sujeto posea.
Sin embargo el uso de los brazos incrementó significativamente (P<0’05) el pico de pre despegue alcanzado por el CG debido a los efectos de éstos sobre la distribución de la masa del cuerpo.
Tanto el alcohol como la realización de carrera continua tuvieron efectos negativos en la velocidad media de carrera. El uso de 20 minutos para la carrera disminuyó la velocidad de esta a la vez que aumento US, todo ello aumenta un 12% el gasto energético producido y dando lugar a una disminución de energía; mientras tanto si corremos durante 30 minutos, el gasto energético será mayor ( aproximadamente un 14 %).
Tabla 3. Variables descriptivas de los tipos de carrera.
(US= Urea en Sangre, NAS= Nivel de alcohol en sangre; + = Ascendente, - = Descendente; p<0’05)
|
20 |
30 |
Desplazamiento del nivel final de US respecto del principio |
0´7+0´1 |
1±0’1 |
Nivel de US post carrera |
6+0´01 |
6´2±0´003 |
NAS |
0`5+0`00 |
0´05±0´01 |
Velocidad media de carrera (km/h) |
6+0´5 |
5´9±0´3 |
Pico energía +(W) |
1357+714 |
1278±789 |
Pico energía - (W) |
-12+15 |
-24±28 |
A continuación (Tabla 4), observamos que las correlaciones nos muestran que la energía media, en contraste el NAS, no está bien reflejada por el pico de energía +. Esto probablemente se debe a que la energía media se encuentra muy afectada por el tiempo total tomado para ejercitar la carrera. El tiempo puede ser alargado o acortado mediante el retraso o la aceleración de las partes del ejercicio aunque esté repartido exactamente en fases.
Las correlaciones justas entre velocidad media de carrera y el tiempo del pico de energía positiva pueden ser explicadas en tramos de la carrera donde se va más rápido como el principio o la recta final.
Tabla 4. Tiempos de las carreras en relación al orden de ocurrencia aproximado.
(US= Urea en Sangre, NAS= Nivel de alcohol en sangre; + = Ascendente, - = Descendente)
Variable |
Las 2 carreras |
A20 |
A30 |
Pico energía + |
0’86 |
0’83 |
0’87 |
Desplazamiento final US |
0’84 |
0’79 |
0’77 |
NAS |
0’70 |
0’84 |
0’72 |
Velocidad media carrera |
0’49 |
0’75 |
0’77 |
Media de energía + |
0’56 |
0’55 |
0’53 |
Discusión
Los resultados de este experimento demuestran que el tiempo añadido en la segunda prueba de 10 minutos contribuyeron a una media del 10% menos de velocidad de carrera, tanto en la primera como segunda prueba.
La carrera tuvo variantes poco significativas ya que una carrera de 20 minutos y otra de 30 no nos aporta igual que una carrera de 20 minutos y otra de 45 minutos, que ya empieza a catabolizarse ácidos grasos, el umbral aeróbico está más limitado y la supresión que el alcohol hace a la glucosa es mucho más notorio en la carrera ( en detrimento del sujeto).
También la ingesta de alcohol pude ser considerable ya que 15 cl puede ser excesivo incluso en situación normal, más si te van a realizar una prueba de resistencia.
En resumen, la ingesta de alcohol a partir de 12-15 cl y su correspondiente aumento de urea en sangre contribuyen a que la realización de un ejercicio aeróbico medio intenso alcance mayor nivel de energía gastada y con ello la situación del sujeto, cayendo en un gran error si afirmáramos que la ingesta de alcohol y no afecta negativamente al ejercicio ni lo procesos fisiológicos que este conlleva, éstos no deberían ser empleados nunca o al menos cercano al momento de una práctica deportiva.
Bibliografía
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revista
digital · Año 13
· N° 120 | Buenos Aires,
Mayo 2008 |