Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital |
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Resumen
El presente trabajo se centra en una discusión crítica de la metodología tradicional utilizada para la enseñanza del judo y en la presentación de una propuesta alternativa en la que se abordan prioritariamente los fundamentos tácticos. Para entrar en materia, esbozamos las características más importantes de la estrategia y la táctica del judo, así como los principios esenciales que las sustentan. Además, puntualizamos la conveniencia de utilizar formas auxiliares en la preparación y formación del judoka. El estudio continúa con una aproximación al concepto del creatividad y un ligero análisis aplicado al judo como una variable relevante en el desarrollo del pensamiento táctico. Por último, se hace hincapié en los juegos de gran potencial táctico como recursos imprescindibles en la enseñanza desde edades tempranas junto con otros de carácter integrador.
Palabras clave: Técnica de enseñanza mediante la indagación. Judo infantil. Juegos y táctica deportiva.
1. Introducción
La idea de abundar en el pensamiento táctico del judo nos surgió tiempo atrás, ante el planteamiento, aún vigente en la actualidad, de enseñar judo a niños con la rigidez y el formalismo típicos de un arte marcial fundamentado en la filosofía oriental. En el extremo opuesto a esta metodología se encuentra el uso del juego sin sentido, sin una planificación ni una programación que justifique y oriente la actividad. Pensamos que es función del docente plantearse el momento en que se encuentran sus alumnos, las etapas por las que van pasando, sus características y sus necesidades para, en función de ellas, intentar responder con eficacia y brillantez. El hecho de presentar una enseñanza dinámica, lúdica y amena no está reñido ni con el aprendizaje correcto de las técnicas, ni con un efectivo desarrollo físico-psíquico; más bien se corresponde con un enfoque adecuado de la táctica deportiva. Este trabajo pretende un acercamiento a la actividad lúdica vinculada al proceso educativo y, a la vez, potenciadora del pensamiento táctico del judoka desde la etapa inicial.El judo es un deporte de combate que se encuentra delimitado por el tiempo (combates de 3 a 5 minutos en función de las categorías) y por el espacio (el tatami o tapiz). Es individual y requiere de gran inteligencia motriz. Las intenciones del adversario deben ser conocidas para diseñar una estrategia de actuación y para dar una rápida solución mental. En consecuencia es necesario intuir sus movimientos contando especialmente con la información obtenida por los mecanismos propioceptivos gracias al contacto con el oponente. Otros factores determinantes son la atención selectiva, la anticipación a la acción del contrario, así como la capacidad de adaptación ante un alto nivel de incertidumbre, lo que le caracteriza como un deporte típico de regulación externa. En este sentido, hay que señalar la importancia de la acción-reacción, es decir, que a un movimiento pueda seguirle otro que propicie una situación favorable para la consecución del objetivo: la proyección tras la reacción del oponente. El éxito de una técnica depende en gran medida del momento exacto del desequilibrio, y este a su vez, de las maniobras anteriores al intento de proyección, de cómo lo movamos. Por todo ello, nos parece cuestionable el método de muchos entrenadores que basan sus entrenamientos en repeticiones de las técnicas sin preocuparse por los mecanismos de percepción y de toma de decisión.
Teniendo en cuenta los dos principios fundamentales del judo, "la agilidad puede vencer a la fuerza" y "la victoria puede obtenerse con un gasto mínimo de esfuerzo", podemos asegurar que para conseguir buenos resultados en competición es necesaria una adecuada preparación psicológica, sobre todo, ante contrincantes de nivel técnico-físico similar. Este desarrollo cognitivo debe ser iniciado en las primeras edades adaptando el proceso a los niveles físico-psíquicos del niño. El juego será el instrumento para incentivar el pensamiento táctico y favorecer el desarrollo de las cualidades físicas desde una dimensión más motivante y divertida. Propugnamos un proceso de enseñanza táctica basado en las transferencia vertical, es decir, en la que los aprendizajes realizados en el pasado sean de aplicación útil a tareas similares pero más avanzadas y complejas.
Diversos autores (Sánchez Bañuelos, 1990; Devís y Peiró, 1992) sostienen que las tareas con una dificultad significativa en los mecanismos perceptivo y de decisión son más susceptibles a planteamientos de enseñanza mediante búsqueda. Así pues, la técnica de enseñanza más eficaz para iniciar al individuo en el pensamiento táctico parece ser mediante la indagación. Otros apuntan que la estrategia en la práctica más recomendable en judo es la combinación: global-analítica-global. Lógicamente, los niños por sí solos o no llegarían a descubrir mediante la búsqueda la realización de las técnicas deportivas específicas o bien, el proceso sería sumamente lento, dada la complejidad de éstas. Sin embargo, parece lógico pensar que este sistema de enseñanza más activo puede ayudar al principiante a utilizar simultáneamente tanto su cuerpo como su mente en la práctica del judo, a discernir en qué momento puede o no hacer un gesto determinado, a combinar sus técnicas con mayor eficacia, a observar los puntos débiles del adversario y a ponerse en lugar de éste para mejorar sus habilidades. Por tanto, este enfoque se centraría en el qué hacer y en el cuándo hacerlo para después llegar al cómo hacerlo.
Por otro lado, educar al niño en una gama variada de técnicas, ejecutadas de manera bilateral, con distintos tipos de agarres puede ser un aspecto más para acelerar el pensamiento táctico. Nos parece más educativo ofertar múltiples posibilidades de movimiento para que cada uno elija los más adecuados a sus características y limitaciones, que adaptar a los individuos a una técnica. No obstante, los randoris (combates) y la eficacia en la proyección de contrarios irán concretando las técnicas más accesibles a cada uno.
Según nuestro criterio, el desarrollo de la inteligencia táctica en los deportes de combate se puede trabajar desde edades tempranas, ofreciendo al principiante un ámbito de juego variado en cuanto a ejecuciones, reglas de juego, percepciones variadas y distintas vías de toma de decisión que le obliguen a ser adaptativo. Claro está, que en estas edades no es posible desarrollar el pensamiento táctico a través de movimientos específicos deportivos que no se dominan, aunque sí podremos inducirlo mediante elementos lúdicos. A nuestro entender el enfoque centrado en la táctica (mediante juegos) proporciona mayor capacidad de concentración y de motivación para la práctica, desarrolla la creatividad y la inteligencia motriz, y favorece la asunción e interiorización de "funciones tácticas" como el de ataque, de defensa, la contraofensiva, etc.
Para concluir esta introducción queremos recordar la importancia que tiene el pensamiento táctico a la hora de poder seleccionar futuros talentos deportivos en edades tempranas. Fernando Navarro, profesor de Teoría de Entrenamiento Deportivo en el INEF de Madrid, señala los siguientes criterios para la selección de judokas: la coordinación, el tiempo de reacción, la inteligencia táctica, la flexibilidad y el diámetro biacromial.
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