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Orientaciones para una intervención eficaz
en animación y conducción recreacional

   
Facultad Cultura Física, Matanzas.
(Cuba)
 
 
Lic. Jesús Lantigua Hernández
jesus.lantigua@umcc.cu
 

 

 

 

 
Resumen
     Los profesionales encargados de recrear a las comunidades humanas requieren conocer técnicas de animación y conducción grupal, así como normas elementales de conducta, sin las que sería improbable alcanzar una elevada participación y acceder a la satisfacción de las personas que se divierten. Lo cierto es que muchos de ellos carecen de una adecuada preparación y desconocen algunas de esas prácticas. El presente trabajo comprende orientaciones para el desarrollo eficaz en actividades recreativas, con las que se pretende contribuir a un uso adecuado del tiempo libre en los diferentes individuos.
    Palabras clave: Animación. Animadores. Conducción recreacional. Orientaciones.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 119 - Abril de 2008

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Introducción

    Los avatares propios de la vida moderna establecen necesidades de tipo recreativas entre las diversas personas, no solo dirigidas al restablecimiento de las potencialidades laborales de los individuos de forma agradable, con lo que su futuro aporte productivo sería mayor, sino también al logro y fomento de su autodesarrollo. Los estudiosos del tema que se inclinan de forma exclusiva por la sola posibilidad de restaurar las energías perdidas de esta manera, desconocen en esencia la profusa utilidad aportadora de la recreación al espíritu humano, porque es precisamente a expensas de su carácter socio cultural que dichas expresiones intervienen en el desarrollo de las emociones, sentimientos estéticos y morales, así como en los procesos educativos imprescindibles para la formación de los hombres. Establecer tal pronunciamiento implica en buena medida una forma arcaica de razonar, más interesada en el provecho desmedido e irracional de la fuerza laboral existente, que en el bienestar de las comunidades.

    Corresponde a Pérez (1997) una de las más abarcadoras aproximaciones conceptuales acerca de la recreación: "es el conjunto de los fenómenos y relaciones que surgen en el proceso de aprovechamiento del Tiempo Libre mediante la actividad terapéutica, profiláctica, cognoscitiva, deportiva o artística cultural, sin que para ello sea necesario una compulsión externa y mediante las cuales se obtiene felicidad, satisfacción inmediata y desarrollo de la personalidad".

    La recreación en sus diversas formas no está sustentada por un formulario preestablecido, ni puede asumirse como acción repetida, única o inmutable, pues a expensas de la creatividad y la dinámica es que generalmente llega a alcanzar su propósito elemental de entretener y fortalecer el espíritu. No obstante, aun con sus especificidades, las técnicas de animación y conducción recreacional ocurren ordinariamente de forma análoga cualesquiera que sea su entorno: comunidad, escuelas, centros turísticos, hoteles, etc, de aquí que puedan considerarse sus peculiaridades de manera un tanto convencional. Otro tanto sucede con las normas elementales de conducta que los animadores deben mostrar.

    Muchas veces las limitaciones al animar o conducir actividades obedecen al desconocimiento de las artes recreacionales, dadas ellas por la falta de preparación de esos profesionales.

    El abordar este tema, insuficiente por su carácter menguado y colateral en los textos especializados, permitirá develar cuestiones que por su espíritu globalizado resultan de interés para las personas encargadas de recrear a sus congéneres y favorecer con ello la más alta satisfacción de las comunidades humanas.


Desarrollo

    Las formas de realización de las actividades recreativas suelen ser muy variadas, mientras que en su ejecutoria se habla de opciones pasivas o activas, desde el punto de vista de la animación y conducción, a juicio del autor del presente trabajo, también pudiera hacerse alusión a expresiones autónomas y dirigidas.

    La autonomía está presente en todas las actividades en que los individuos no requieren de una conducción foránea para que las mismas sean inteligibles. Como ejemplos de tales propuestas pudieran citarse las siguientes: lectura de un libro, paseos, disfrute de espectáculos deportivos, audiciones de música, bailes, juegos de mesa, contemplación de la naturaleza, apreciación de las artes plásticas, etc.

    Las dirigidas, por su parte, son aquellas que requieren de una o más personas con el objeto de crear un clima participativo adecuado y una conducción viable, favorecedores de ese pretendido éxito.

    A menudo, como en este caso, se suelen emplear en torno a las actividades recreativas dos términos muy equilibrados, pero complejos en su acepción: animación y conducción.

    Al primero le son afines sinónimos como agitación, movimiento, excitación y alegría. Hay quienes prefieren definirle como dar vida o dinamizar.

    Cuando se habla de animación recreativa, se hace referencia sobre todo a un conjunto de técnicas mediante las cuáles es posible planificar, promover y desarrollar diferentes actividades las que por lo general contribuyen a crear un ambiente favorable en las personas que las disfrutan, capaz de compulsarles a la ejecutoria con menoscabo de probables preocupaciones o inconformidades, además de beneficiar el incremento de sus relaciones sociales, la satisfacción de intereses y necesidades variadas.

    La animación de las actividades que sirven de recreo a los grupos de personas, deviene en profesión peculiar apegada a los cánones lúdicos, pero igualmente sujeta a una vasta cultura, por demás contentiva de un amplio fundamento autodidacta. Esa ocurrencia en buena medida tipifica la oferta de tipo recreativa y la hace distintiva.

    En el caso de la conducción le son atribuibles vocablos tales como guiar, llevar, dirigir, etc. Pérez (1997), antes citado, describe la conducción recreacional como técnicas especiales que unidas al carisma o don especial de sus profesionales permite la conquista psicológica del grupo, para que responda satisfactoriamente a la propuesta de tareas. Sobre el tema establece una comparación con la conducción militar, a la que dice se responde por temor o convicción de una necesidad y a seguidas expresa: "…en recreación en cambio, el grupo responde a la voz de invitación, porque esta lo conquistó y le hizo sentir el deseo de hacer. Y esto es precisamente lo que debemos lograr como conductores. La tarea no es fácil, pero tampoco es extremadamente difícil".

    La conducción también requiere de una vasta formación integral, pues sin ella sería imposible llevar a las personas a la actuación recreativa, partiendo de ambientes diferentes, apegados a la idiosincrasia y caracteres culturales de las comunidades

    Las actividades, entibadas en las técnicas de animación y conducción recreacional, así como en normas elementales de conducta, asumen un brío tan prominente, que sin desdeñar sus cualidades organizativas, se considera que motivan un ambiente más favorable en los grupos humanos a la par que nutren la satisfacción de los intereses y necesidades presentes en esas personas, con total apego a la ejecutoria agradable, cuya excelencia manifiesta presupone un uso óptimo del Tiempo Libre.

    En la gran mayoría de las ofertas recreativas se advierten indistintamente elementos de animación y conducción y se hace tan peculiar su fusión, que aparecen ellos de manera reiterada, sin que lleguen a predominar claras distancias entre unos y otros. Generalmente, muchas personas hablan de animación para referirse a ambas cuestiones y de igual manera recurren al término "animadores", para definir a los profesionales comprometidos con su desempeño. La generalidad de los buenos animadores, son de hecho excelentes conductores, aunque no siempre ocurra así.

    Los sujetos comisionados para animar o conducir actividades recreativas requieren relacionarse con las demás personas de manera agradable, comunicar ideas positivas, trabajar en equipos y colaborar los unos con los otros, así como mantener conductas adecuadas (exigentes en cuanto a su responsabilidad profesional, pues sin estas difícilmente pudieran lograr un clima adecuado de participación y resultados placenteros entre los que se divierten). Por lo antes expuesto y atendiendo a los criterios expresados por autores como Pérez (1997), Pascual (2006) y Lantigua (2007), se considera que para que los animadores desempeñen su labor con calidad es necesario que respondan a las siguientes exigencias:

  • Ser excelentes comunicadores.

  • manifestar una gran creatividad en su labor.

  • ser alegres, risueños, vivaces y entusiastas.

  • mostrar una elevada disciplina.

  • no mostrar miedo escénico.

  • ser solidarios y cooperativos.

  • ser autodidactas y poseer una adecuada preparación en temas diversos.

  • disfrutar de excelente voz y dominar las técnicas de microfonía, en caso de utilizarlas.

  • poseer capacidad para la práctica de deportes, bailes, danzas y juegos de todo tipo.

    Además de todos los requerimientos enunciados hay cuestiones a las que se les debe prestar una especial atención por parte de los animadores y conductores, cualesquiera que sea su entorno de actuación. Ellos no solo deben ser alegres, optimistas y poseer una cultura integral, pues es necesario que profesen respeto por diversas cuestiones de índole profesional, sin las cuales, las actividades ofertadas no llegarían a ser del agrado de las personas convocadas.

    Los elementos abordados como orientaciones para una tarea exitosa de animación y conducción recreacional que ofrece el presente trabajo, son una resultante de la fusión de los criterios de los autores antes citados, investigaciones realizadas por estudiantes de la Facultad de Cultura Física de Matanzas y la labor empírica del que suscribe.


Orientaciones para una intervención eficaz en animación y conducción recreacional

  • anunciar las actividades recreativas precisando la hora y lugar en que se efectuarán las mismas (se deben tener en cuenta siempre varias opciones, pues estos elementos son indispensables para una correcta orientación de las personas)

  • estar listos y en el lugar de la actividad, nunca después de cinco minutos antes de la hora de inicio (la impuntualidad es inadmisible para el desarrollo eficaz en cualquier tarea y las recreativas no son excepciones).

  • tener en cuenta una adecuada presencia personal al presentarse en público.

  • garantizar que mientras existan participantes interesados en desarrollar las actividades, jamás se suspendan las mismas.

  • procurar que en caso de no concurrir ningún participante a la actividad convocada, se espere hasta quince minutos después de la hora de inicio, para retirarse del lugar.

  • promover la participación de las personas en las actividades siempre de manera voluntaria (evitar ser demasiado insistentes y repetitivos en las invitaciones que se hagan para el disfrute de las mismas. Tomar a los participantes de las manos resulta contraproducente y de muy mal gusto. En modo alguno debe compulsarse a los integrantes del grupo a recrearse).

  • mostrar en todo momento las normas de cortesía propias de los buenos profesionales (prestar gran importancia a las formas y maneras de conducirse ante los participantes evitando chasquear los dedos, silbar o hacer aspavientos al llamar a las personas. Entender que los que se recrean jamás molestan, por lo que al realizar las actividades se les debe atender con brevedad, pero con extrema educación y sin dejar de sonreír. Ser descorteses es una actitud reprobable).

  • evitar por resultar de muy mala educación, levantar demasiado la voz o hablar a gritos a las personas que se recrean o a los propios compañeros (una persona educada es capaz de comunicarse sin que medien tales formas).

  • evitar el uso de palabras obscenas (la articulación de frases soeces denota una escasa educación moral del individuo).

  • tener en cuenta que jamás se deben mostrar excesos de confianza o familiaridad con las personas que se recrean.

  • respetar en todo momento las costumbres de los que se recrean y nunca ponerlos en situaciones extremas ante el público (debe tenerse en cuenta que un trato siempre cordial y respetuoso, es la base de una alta calidad en la oferta y satisfacción de los participantes).

  • considerar que los éxitos y progresos de los que se recrean en el desarrollo de las actividades deben ser cuidadosamente reconocidos y ponderados, evitando en cualquier circunstancia las criticas públicas (en su gran mayoría esas expresiones se llegan a considerar como burlescas y provocan actitudes irritables).

  • evitar los sobrenombres y las palabras referidas al físico de los participantes o cualquier otra frase que pueda parecer ofensiva en ocasión del desarrollo de las actividades (tales expresiones suelen considerarse agresivas y generan desconfianza entre las personas que reciben el servicio).

  • insistir en que jamás se debe perder la calma por muy difícil que pueda resultar la relación con un integrante del grupo que se recrea (es preciso ser tolerantes con ellos y extremadamente cuidadosos para no herir susceptibilidades, evitando dejarse provocar).

  • evitar fumar o ingerir bebidas alcohólicas durante el desarrollo de las actividades recreativas o en presencia de las personas que se recrean en ocasión del desempeño.

  • evitar el uso excesivo de prendas y adornos (el profesional de la recreación debe destacar por la perfección de su trabajo y no por su inmodestia. La tenencia de tales objetos pudiera parecer una pedantería).

  • tener en cuenta que la cortesía es indispensable no solo para con los integrantes del grupo para el que se trabaja, sino también entre compañeros de labor y no deberán ser considerados tales gestos, como exagerados o innecesarios.

  • evitar las discusiones entre animadores y por el contrario, mostrarse cooperativos con el resto de sus compañeros, promoviendo una mejor realización de las actividades (un clima donde existan los altercados es inadmisible puesto que estas situaciones además de generar confusiones, son muestras elocuentes de poca solidaridad humana, sin valorar los daños de imagen que tales conductas pudieran traer a la vista de las personas que pretenden recrearse y que merman el prestigio de la instalación o proyecto en cuestión).

  • realizar las actividades según lo programado (en caso de existir un cambio por razones extraordinarias, se debe ofrecer la correspondiente información, además de la debida excusa por parte de los responsables de la actividad).

  • explicar siempre las reglas de la actividad que van a realizar y mostrar sus detalles (es necesario que exista además de la explicación, una correcta demostración).

  • ser árbitros en las actividades, evitar jugar o participar de las ofertas y hacerlo sólo en caso necesario cuando el número de integrantes así lo justifique, nunca con la intención de ganar (todo este tiempo se debe utilizar para narrar convenientemente lo ocurrido, creando un clima agradable de participación).

  • promover constantemente los valores patrimoniales y las tradiciones culturales del país durante el desarrollo de las actividades y fuera de ellas, de manera que cada vez se transmita fielmente lo autóctono.

  • dirigir la mirada alternativamente a todos y cada uno de los integrantes del grupo de personas al animar o conducir, sin que se repare en uno o varios de ellos de manera insistente (permanecer con las manos inmóviles o carentes de movimiento durante la conducción de las actividades, puede incidir desfavorablemente en la atención de las personas que se recrean y por consiguiente en el resultado final de la actividad. Existen además del lenguaje oral otras formas de expresión a través de los gestos y la mímica, las que pueden favorecer considerablemente las relaciones con los participantes. Se debe valorar que un gesto puede ser más elocuente que muchas palabras La comunicación gestual se considera el 60% de toda la comunicación humana y resulta un tema extremadamente importante dentro del fenómeno recreativo).

  • insistir en que durante el desarrollo de las actividades, a espaldas de sus responsables no deben existir objetos móviles, excesivamente iluminados, ni de profusos colores (ello produciría un efecto de desatención en los participantes, con lo que se limitaría el disfrute de la oferta).

  • considerar que de animarse a pleno sol, deben ser los integrantes del grupo ubicados de manera tal, que sobre ellos no incida directamente luz alguna (en esos casos los rayos solares deben proyectarse de manera ligeramente oblicua y frontal sobre el encargado de animar).

  • favorecer que los participantes durante el desarrollo de las actividades sean ubicados de forma tal, que queden todos en el campo visual del encargado de recrear (eso facilitará enormemente el control que se debe tener sobre el público, favoreciendo la labor de arbitraje y la narración de las actividades).

  • considerar como conveniente al trabajar al aire libre, elegir una ubicación que posibilite que a la espalda de los animadores exista un objeto inanimado de gran tamaño, para ser más exactos, un árbol grueso, cerca tupida o pared.

  • considerar al laborar en áreas techadas que es necesario ubicarse en un rincón o contra la pared, mientras el grupo permanece sentado al frente del que anima o conduce.

  • narrar con voz clara, articulando correctamente, procurando una adecuada entonación que transmita los estados más positivos de ánimo.

  • evitar las interrupciones mientras se ofertan las actividades por cualquier motivo que sea (el que se recrea debe sentirse atendido e importante en todo momento).

  • entender que la persona encargada de recrear a los demás, bajo ningún concepto se parcializará con algún equipo o jugador, limitándose a resaltar lo que sucede en el terreno al narrar las actividades.

  • conocer que las actividades que se narren deben ser ampliamente conocidas por sus ejecutores, de manera que puedan referirse a ellas con ajuste a sus técnicas y reglamentaciones (en el caso de las actividades deportivas deben ajustarse al reglamento definido en cuestión por los participantes, así como a las reglas especiales de terreno diseñadas por ellos. Debe tenerse en cuenta que esas actividades al convertirse en opciones recreativas suelen adoptar regulaciones muy flexibles).

  • saber que el uso de los micrófonos debe estar destinado solamente a cubrir las actividades, por lo que los encargados de la animación, evitarán utilizarlos en llamadas a los participantes, compañeros de labor o con otros fines.

  • considerar que los encargados de las actividades deben aplicar iniciativas que procuren paliar los aspectos negativos presentes en el desarrollo de las mismas, para lo que pondrán en práctica toda su creatividad.

  • no expresar por motivo alguno interés por recibir propinas, regalos u otras prebendas (tales actitudes resultan igualmente denigrantes).

  • relatar siempre en forma amena quienes fueron los ganadores y como serán premiados (el reconocimiento a los triunfadores permite satisfacer el ansia de ser estimulados y que posee todo ser humano, creando un clima favorable en la realización de todas las actividades convocadas. Al finalizar se debe concluir siempre con la premiación de los integrantes del grupo).

  • expresar a los participantes, concluidas las actividades, el agradecimiento por su participación.

  • proceder a recoger los medios utilizados en el desarrollo de las acciones una vez concluidas estas y cuidar de la limpieza de los locales e instalaciones.


Conclusiones

    Los animadores requieren de una gran profesionalidad y la ejecución de diferentes actividades sería imposible, de no tener ellos en cuenta, determinados aspectos inherentes a la técnica de animación y conducción recreacional, así como a normas elementales de conducta. No basta solo con la tenencia de ciertas características para conformar un buen profesional en esta esfera, pues dichas personas están obligadas a profundizar en otros no menos importantes requerimientos, sí pretenden el logro de una más alta satisfacción entre los que se recrean. Como se aprecia muchos de esos elementos además de estar presentes en la ejecutoria propia del programa, es indispensable que acompañen la proyección particular de sus responsables.

    Resulta inobjetable el seguimiento y crédito que llegan a alcanzar los animadores mejor preparados para el oficio, cuestión que favorece considerablemente los procesos de comunicación entre ellos y los participantes, por lo que considerar los anteriores consejos podría resultar muy provechoso para los que de una u otra forma, están responsabilizados con la noble y humana tarea de recrear a los demás.


Bibliografía

  • ALVAREZ ALVAREZ, Luís. 2007. Hablar y persuadir: El arte de la oratoria. Casa Editora abril. Ciudad de La Habana. Cuba. 76p.

  • DE LA TEJADA, Enrique. 2001. La animación turística como estrategia de desarrollo del turismo sustentable. caribeinside.com

  • INDER. Orientaciones técnicas metodológicas de la Dirección Nacional de recreación. CD Universalización. Ciudad de la Habana. Cuba. 157 p.

  • LANTIGUA, J. 2008. La animación hotelera y los valores culturales autóctonos. Título aprobado para su publicación por la Revista Retos Turísticos. Matanzas.

  • PASCUAL, Inmaculada .s.a. Cómo ser un buen animador, La animación sociocultural y turística, dos salidas profesionales muy jóvenes, pero con mucho futuro. elmundo.es.

  • PEREZ, Aldo. 1997. Recreación y fundamentos teóricos metodológicos. México DF. 180p.

  • SAÍNZ DE ROBLES, Federico Carlos. 2007. Diccionario de sinónimos y antónimos. Tomo I. editorial José Martí. Ciudad de La Habana. 335p.

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