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Fútbol infantil

   
Prof. de Educación Física.
Director Técnico de Fútbol A.T.F.A.
(Argentina)
 
 
Pablo Emilio Alippi
palippi@virtualx.com.ar
 

 

 

 

 
     Nuestra idea, es crear la necesidad que el jugador reciba no-solo una formación práxica, sino también conceptual, de manera que el joven entienda lo que hace y no acate simplemente la orden del entrenador. Esto cobrará en el juego, vital importancia ya que estará expuesto a innumerables situaciones-problemas que deberá resolver rápida y eficientemente. Por lo tanto deberemos formar jugadores con capacidad de análisis, para leer rápidamente el juego y tomar la decisión más acertada, para después ejecutarla técnicamente en forma correcta.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 118 - Marzo de 2008

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Introducción

    Lo primero que debemos comprender es como se debe encarar el Deporte, en este caso el fútbol, por tratarse de una realidad social de nuestro país, en edades tempranas.


¿Qué entendemos por Deporte en la infancia?

    Con ésta pregunta debemos entrar en la discusión del deporte moderno, el deporte que se lleva a cabo en nuestro medio.

    La gran mayoría acordaremos que debe ser una actividad formativa y educativa, pero la realidad nos demuestra, que salvo honrosas excepciones, los niños en el deporte son utilizados buscando rendimiento y resultados.

    Entonces deberemos preguntarnos ¿Qué es más importante el Deporte o el niño?

    Históricamente el niño ha atravesado por diferentes períodos, desde donde se lo tomaba como un adulto en miniatura, esperando de él las mismas respuestas y resultados de un adulto, hasta nuestros días, donde se le fue dando el lugar que le correspondía como niño. Niño que juega y que su única actividad importante es el juego. Con él se socializa, aceptando las reglas que el juego requiere, desarrollándose psíquica y motrizmente ya que va adecuando su cuerpo al movimiento que la necesidad requiere, adecuándose constantemente a los problemas que le presenta el medio. (Problemas que deberán respetar las distintas etapas evolutivas).

    En este momento debemos aclarar algunos conceptos a tener en muy cuenta:


1º) ¿Qué entendemos por deportivización temprana?

    Podemos conceptualizar éste término como la minimización del deporte adulto. Esto significa llevar el deporte del adulto al niño, con todas las implicancias del caso, o sea la competencia feroz, el resultado, los sistemas de entrenamiento, el sobreentrenamiento, los riesgos de lesiones físicas y/o psíquicas, las presiones, las frustraciones, la propaganda (entrenadores que engordan currículums, a costa de los niños), sin darnos cuenta que el niño juega y lo único que necesita es jugar al deporte. Tampoco debemos caer en el otro extremo de no al deporte, pero si tener en cuenta que el deporte es un medio muy importante para su desarrollo físico y psíquico. Que durante el período de las etapas sensibles (evolutivas, desde la iniciación deportiva hasta la del máximo rendimiento) se debe estimular correctamente y que cada etapa servirá de base para la próxima y que lo que no se estimula cuando corresponde se pierde ("lo que Juancito no aprendió difícilmente lo aprenda Juan"). Tampoco caer en el extremo de jugar solamente sin el aprendizaje de las habilidades, fundamentos o técnicas correspondientes, ya que esto limitaría las posibilidades posteriores de resolver problemas motrices e incluso las posibilidades superiores.

    Debemos garantizar que el niño adquiera las habilidades básicas y específicas del deporte en el marco de un medio formativo, resguardando su integridad psico-física.


2º) ¿Qué entendemos por especialización temprana?

    Frente a ésta situación propondremos algunos ejemplos a manera de introducción en el concepto de especialización temprana.

    Seguramente muchos de nosotros hemos presenciado como un grupo de niños juegan un deporte en el cual no participan. Este juego de palabras grafica perfectamente la siguiente situación: un niño de 6, 7 o 10 años juega fútbol como marcador de punta en un equipo de once jugadores y el mayor tiempo del juego transcurre en el arco contrario, o por el carril central, ¿Cuánto juega el niño? ¿Cuántas veces entra en contacto con la pelota?

    La especialización temprana, se refiere a que muchas veces enseñamos a nuestros niños, una función o puesto dentro del terreno de juego en "servicio del equipo".

    Especializamos en determinadas técnicas buscando su mayor rendimiento. Otro ejemplo es el de un menor con una altura mayor a la del resto y lo ponemos únicamente de arquero, defensor central o delantero, desconociendo las demás funciones del equipo.

    En estos ejemplos se evidencia que el o los niños, no jugaron al deporte fútbol, si no que el deporte lo usó para una función determinada.

    Dejemos que los niños aprendan el deporte desde todas sus habilidades, que aprendan y desarrollen multilateralmente el juego, rotando por todos los puestos y respetando las etapas de su evolución motriz, para garantizar la formación integral del sujeto social con quién trabajamos.


La formación motora

    El niño desde que nace se mueve y adquiere a través del movimiento nociones del medio que lo rodea. Va evolucionando desde los movimientos más rudimentarios hasta las habilidades más complejas (Desarrollo motor). Es un proceso de adaptación que determina el dominio de si mismo y del ambiente, comunicándose de esta manera en la esfera social. Este proceso está dividido por fases que tienen relación con la aparición de conductas y movimientos que marcan la evolución neuro-muscular.

    Así tenemos la fase de movimientos reflejos. En esta etapa los primeros movimientos son respuestas involuntarias.

  • Fenómeno involuntario e inconsciente que es producido por estimulación del medio o del organismo.

  • Fenómeno segmentario que pone en juego una serie de elementos del sistema nervioso, que forman el arco reflejo.

  • Las características de la motricidad refleja son:

    1. Rapidez del fenómeno.

    2. Identidad de la reacción, una reacción produce siempre una misma respuesta.

    3. Carácter involuntario e irreflexivo de la reacción.

    El conocimiento de los reflejos del niño son indicadores de la integridad del sistema nervioso infantil y su estado de madurez, por lo que reflejan si el desarrollo es normal o no. Esta etapa también se la denomina "Estadio de captación de información y de procesamiento.


Fase de movimientos rudimentarios

    A medida que los reflejos van desapareciendo dan lugar a los movimientos del tipo voluntario. Para algunos autores la motricidad refleja no desaparece si no que se incorpora a la voluntaria.

    Siguiendo la división cronológica y cualitativa en términos de motricidad, entre los 2 y los 6 años es un momento capital para el desarrollo motor infantil. Se adquieren las habilidades motrices básicas o movimientos fundamentales.

    ¿Por qué básica o fundamental? Porque son comunes a todos los individuos, porque filogenéticamente hablando han permitido la supervivencia del ser humano y son fundamento de posteriores aprendizajes motrices, deportivos o no. Algunas habilidades son: la marcha, la carrera, salto horizontal y vertical, lanzamientos, recepción, golpeo, pateo. Esta etapa se la denomina también estadio inicial-elemental-maduro.

    La siguiente etapa es la fase de habilidades motrices específicas, que abarca desde los 7 años hasta los 10 años en una primera etapa transicional y luego hasta los 13 años específica. Etapa en donde las habilidades son más complejas, es una etapa de aprendizajes técnicos en términos generales. Etapa también denominada de ideomotricidad. Los aprendizajes deben ser ricos en técnica, debido a un mejoramiento del control motor lo que aumenta la precisión de los movimientos. La multilateralidad es fundamental en esta etapa.

    En este período mejora el rendimiento motor en tareas de fuerza, velocidad, resistencia, agilidad, equilibrio y coordinación, las habilidades básicas se consolidan, refinan y se aplican a diversos aprendizajes motores.


Fase de habilidades motrices especializadas

    Esta es una etapa de una especificación motriz, que determinan la mejora de las cualidades motrices, un mayor control motor, mayor intelectualización de las tareas a realizar, mayor nivel de atención, percepción, etc. va desde los 15 años aproximadamente y dura toda la adolescencia.

    Por último entramos en la fase de diferenciación e integración de las habilidades motrices. Esta etapa abarca la madurez y pone de manifiesto en forma integrada a las habilidades adquiridas en las fases anteriores. Una primera etapa de madurez deportiva, de los grandes resultados. (Hasta el retiro del alto rendimiento).


Leyes del control motor

    El desarrollo del control motor progresa en dirección céfalo caudal, ya que va adquiriendo control cefálico primero para luego pasar al control del tronco y posteriormente al de las piernas. También es próximo distal, o sea que lo primero que se controla son los hombros y los grupos musculares próximos a él, para pasar a controlar el codo, la mano y por último los dedos en la prensión fina.

    La motricidad a lo largo de los años se diferencia, se especifica y se especializa y con el tiempo llega a la madurez y a la vejez, los factores que componen el funcionamiento motor van involucionando en sentido inverso al que evolucionaron (Gallahue).


Habilidades motrices

    Es la capacidad adquirida por aprendizaje, para producir con el máximo de seguridad, resultados preestablecidos con el mínimo de gastos de energía y tiempo. También las podríamos definir como: "Secuencia de movimientos altamente específicos y entrenados en una esfera limitada con alto grado de precisión". Éstas pueden ser clasificadas en dos grandes grupos: cerradas y abiertas.

  • Habilidades cerradas: son aquellas en que el patrón motor es preciso, no permite variaciones en su estructura y su forma tiende a mantenerse inmodificable, ya que de ello depende el buen resultado de la acción motriz. (Salto en largo, medialuna, rol, nadar crol, etc.)

  • Habilidades abiertas: en éstas existe un patrón motor básico, pero su forma y el resultado de la acción son variables, pues deben ajustarse a los cambios de situación que se producen en el medio ambiente (modificación espacio-temporal, cambio de velocidad, búsqueda de perfiles, disminución de los espacios) por acción de los demás o por características de los objetos utilizados (lanzamientos libres y en situación de juego como es el caso del fútbol, recepciones y pases, desplazamientos y esquives, frenos, etc.)


La formación conceptual en la iniciación deportiva

    "Tradicionalmente el fútbol ha estado repleto de autoritarismo, donde a través del mando directo el entrenador se hacía fuerte, en muchos casos con ausencia de autoridad, la que da el conocimiento, y esto ocurría desde la iniciación hasta el alto rendimiento" (Horst Wein).

    Del mismo modo la enseñanza y por ende la formación del pequeño era mecanicista, el entrenador ordenaba y el jugador acataba y ejecutaba las órdenes.

    Nuestra idea, es crear la necesidad que el jugador reciba no-solo una formación práxica, sino también conceptual, de manera que el joven entienda lo que hace y no acate simplemente la orden del entrenador. Esto cobrará en el juego, vital importancia ya que estará expuesto a innumerables situaciones-problemas que deberá resolver rápida y eficientemente. Por lo tanto deberemos formar jugadores con capacidad de análisis, para leer rápidamente el juego y tomar la decisión más acertada, para después ejecutarla técnicamente en forma correcta.

    Será función trascendental del "entrenador-formador", hacer pensar a sus alumnos.

    Por lo tanto los objetivos que nos plantearemos se basarán en la búsqueda del protagonismo del alumno-jugador. Desarrollaremos una metodología de enseñanza por y para el alumno-jugador, que pasará de ser un mero receptor a desempeñar un papel eminentemente activo en la selección y procesamiento de su propio aprendizaje. En otras palabras que el pequeño sepa lo que esté haciendo, y para ello deberá poseer la formación conceptual necesaria; lo que le permitirá interpretar correctamente las situaciones de juego en las cuales se encuentra mediante la información que reciba y que procese en forma interna, ejecutando las acciones que el crea más correctas.

    Ante esta propuesta de trabajo cambiará el rol del entrenador, que pasará a cumplir el rol de mediador y ayudante, guiando al pequeño, y proponiéndole situaciones de juego y marcando los objetivos, pero dejando a los alumnos-jugadores muchas variables individuales y colectivas.

    El principal aspecto metodológico del que hemos de partir es crear situaciones significativas para el alumno-jugador. Para ello resulta imprescindible el respeto por el desarrollo psicomotor del mismo. Ya que si planteamos situaciones por encima o por debajo de sus posibilidades, difícilmente podremos conseguir que este realice un análisis correcto de las situaciones que se produzcan en el juego, ya sea por falta de motivación (situación demasiado sencilla) o por imposibilidad (situación demasiado compleja).

    Hecha esta aclaración que por obvia no deja de tener significativa importancia, avanzaremos con una serie de necesidades metodológicas.

    Según Blázquez (1995) cit. por Hernández Moreno (2000):

  • Partir de la totalidad y no de partes.

  • Hemos de partir de situaciones reales o de juegos, ya que los jugadores deben buscar soluciones para resolver obstáculos.

  • El educador deberá enfrentar al practicante de forma individual o grupal, con situaciones-problema entroncadas en las características del deporte.

  • Evitar la especialización temprana.

  • Diseñar tareas motrices a partir de la estructura y lógica del fútbol.

  • Plantear situaciones motrices en función del desarrollo de la acción de juego.

  • Adaptar las propuestas a las posibilidades del alumno.

  • Convertir en significativa y relevante las actividades de enseñanza.

  • Realizar ofertas motivantes en conexión con los intereses del alumno.

    Comprobamos la importancia del planteamiento de problemas, como el medio más efectivo para fomentar el análisis y la reflexión del alumno-jugador, por lo tanto no debemos caer en el error de darle situaciones solucionadas. Otro aspecto de suma importancia lo constituye la información que el entrenador-formador dará a sus alumnos-jugadores. En este sentido Bonnet (1983) cit. por Hernández Moreno (2000) critica el largo tiempo que dedican muchos profesores a la explicación y demostración de gestos técnicos, al respecto este autor nos dice:

    "El niño no progresa copiando el gesto demostrado o expuesto por el adulto, sino por la reorganización de su bagaje motor. El debutante no puede reproducir un modelo, únicamente reorganizar su vivencia en función de ese modelo, asimilándolo a sus esquemas anteriores".

    Reiteramos la importancia de adaptarse al desarrollo evolutivo del niño y que este, a través de su experiencia, vaya reorganizando su información.

    Recordemos lo que dice al respecto Whitmore:

"Un futbolista recuerda después de tres meses solo un 10 % de lo que le ha hablado o instruido su técnico y un 32 % de lo que el entrenador le ha explicado; ahora si el jugador experimentó propiamente la misma situación con ayuda del técnico recuerda un 65 %".

    Por último hemos de recomendar la utilización de métodos activos, como contraposición a aquellos tradicionales donde el criterio a seguir era primordialmente mecanicista y analítico, en estos el alumno era pasivo. Abogamos así por la adopción de metodologías basadas en la enseñanza mediante la búsqueda, como pueden ser el descubrimiento guiado, la resolución de problemas, etc. Del mismo modo defenderemos los métodos globales, que partan de situaciones de juego y no del tratamiento analítico de gestos o medios técnicos. Esto no significa que en momentos puntuales no se deba trabajar de forma más analítica para mejorar un error técnico.

    En definitiva convertiremos al alumno-jugador en el centro del entrenamiento, siendo él el que nos indique, a través de su análisis y reflexión, las necesidades de nuestra intervención.

    Las anteriores consideraciones concuerdan con la secuencia que propone:

1º fase: juego global, dar algunas reglas y jugar inmediatamente.
2º fase: parar después de unos minutos de juego, reunión y discusión entre los jugadores.
3º fase: volver a la práctica del juego, aplicar las decisiones del grupo.
4º fase: parar, explicación de las decisiones, los logros y los defectos.
5º fase: el profesor propone juegos o modificaciones.
6º fase: juego durante 15 o 20 minutos más (Blázquez- 1986).

    A manera de conclusión de este punto nos encontramos con posibles estudios de los siguientes puntos:

  • Aplicación de auto feedback por parte de los alumnos-jugadores en función de sus conocimientos.

  • Comparación entre esta metodología y otras tradicionales.

  • Negociación estratégica entre jugadores y entrenador basada en la formación conceptual de los primeros.

  • Perfil formativo del entrenador para abordar esta metodología de trabajo.


Caracterización de la formación tradicional

Consecuencias:

  • Los niños mejoran la coordinación de los movimientos con la pelota.

  • El niño aprende a hacer las cosas sin comprenderlas.

  • El niño cuando está jugando, depende de las indicaciones del profesor.

  • El paso demasiado brusco de una fase individual a otra colectiva, puede causar desorientación o bloqueo táctico en el jugador, ante el incremento de las posibilidades tácticas que el juego supone.

  • Debe pasar mucho tiempo para que el niño comprenda la lógica interna del fútbol.

  • Puede desarrollar estereotipos tácticos poco adecuados en una situación de juego real con adversarios.

  • Los niños no explican claramente las acciones que se dan dentro del juego.

  • Los niños tardan en adquirir comprensión para actuar sin pelota, y no coordinan adecuadamente los movimientos sin ella.

  • Desconfianza en los entrenadores, hacia los jugadores jóvenes por carecer de experiencia.

  • La pérdida de interés por parte del niño hacia la práctica deportiva.

    En conclusión, el modelo tradicional de enseñanza del fútbol, en nuestro medio, permanece por las creencias generalizadas, se caracteriza por el aprendizaje repetitivo, la enseñanza por recepción, por la utilización del método analítico, por el privilegio que le brinda la experiencia, como única vía de adquisición del conocimiento, de ahí su énfasis en la técnica con pelota, en la dimensión motriz y su afinidad con el conductismo.

    Así nos han enseñado como se aprende y eso hemos reproducido a través de los años.

    Ahora debemos hacernos algunas preguntas al respecto. ¿Las situaciones problemáticas presentan de modo organizado y explícito la información que debe desequilibrar las estructuras existentes y que permiten comprender la lógica interna del fútbol?

    Ricardo Olivos plantea que este modelo privilegia la adquisición del conocimiento con base en la experiencia, pero que a diferencia del modelo técnico, se centra en la dimensión motriz y la del pensamiento, puesto que tiene en cuenta los procesos cognitivos implicados en la acción y su meta es la acumulación de conocimientos tácticos, por medio de la repetición de la percepción de situaciones, así como los pensamientos y acciones que permiten resolverla, entonces los conocimientos están en los pensamientos y acciones que permiten resolverla, entonces los conocimientos están en estrecha relación con un problema concreto y su actualización se produce con la experiencia.

    Debe quedar claro que aunque en las siguientes consideraciones se note una clara preferencia hacia los aprendizajes significativos, eso no impide reconocer que ambos modelos conducen hacia una eficacia y tienen un efecto sobre el dominio por parte del principiante. La intención es reflexionar sobre la posibilidad de una innovación metodológica que esté sustentada por la resolución de otros factores de primer orden, como son:

  • El propósito educativo

  • Los contenidos

  • La secuencia

  • La evaluación

    La resolución de estos factores determina el tipo de deportista que queremos formar, lo que debe aprender y la forma de medir el aprendizaje.

    Reiteramos y ampliamos que en la iniciación deportiva, en su verdadera dimensión, y no la especialización temprana, los niños deben comprender lo que están haciendo.

    Por lo tanto:

  • El maestro debe comenzar por comprender la teoría del aprendizaje significativo.

  • Debe mostrar una actitud positiva hacia el aprendizaje significativo.

  • Considerar seriamente la importancia de complementar el aprendizaje motor con el aprendizaje cognitivo.

  • Reconocer que jugar es una conducta inteligente que requiere de una actividad cognitiva previa a la acción.

  • Crear espacios de enseñanza teórico-práctica.

  • Definir claramente el contenido que debe ser aprendido.

  • Determinar los conocimientos previos de los alumnos.

  • Establecer como la nueva información se relaciona con la estructura cognitiva que posee el alumno.

  • Considerar la organización de la información descubierta por el alumno o la suministrada por el profesor.

  • Determinar la presencia, en la estructura cognitiva del alumno, de nociones y conceptos inclusores que permitan asimilar nuevos conceptos.

  • Establecer una instrucción formal que presente de modo organizado y explícito la información que debe desequilibrar las estructuras existentes.

  • Considerar que la adquisición de habilidades o conocimientos tácticos no garantiza la comprensión. Entendida esta, no como un estado de posesión de conocimientos, sino como un estado de capacitación para hacer ciertas cosas con ese conocimiento. Esas cosas que desarrollan y revelan comprensión, como por Ej. : explicar y ejemplificar, entre otras.

  • Entender que para lograr solucionar los problemas por discernimiento, encontrando relaciones significativas entre los medios y los fines, se necesita tener conceptos y proposiciones claramente diferenciadas que permitan establecer dicha relación.

  • Tener en cuenta que las personas aunque aprenden a resolver las situaciones de juego, no explican claramente las acciones, de acuerdo a la lógica interna del juego.

  • Saber que aunque los conocimientos tácticos se automatizan y se autoperfeccionan mediante la comprobación de los resultados, sigue siendo un aprendizaje repetitivo, puesto que lo que logra es un crecimiento en los conocimientos, de manera que estos se asocian de forma arbitraria con los anteriores, por esta razón, es imprescindible que los jugadores tengan una buena capacidad de de-codificación o lectura del juego.

  • Que se aborden de manera explícita en la formación teórica, contenidos que tengan una relación directa con la realidad del juego, es decir que la asimilación de los mismos sean útiles para la interpretación y actuación de los jugadores.

  • Y lo más importante, es que se presenten de manera simultánea por lo menos las tres siguientes condiciones:

    1. El contenido debe ser potencialmente significativo.

    2. El alumno debe poseer en su estructura cognitiva las nociones, conceptos y proposiciones previamente formadas.

    3. El alumno debe manifestar una actitud positiva hacia el aprendizaje significativo.

    Debe tenerse en cuenta que se requiere estén presentes las tres condiciones de manera simultánea y que su ausencia, así fuera de una sola de ellas, impedirá que se diera un aprendizaje significativo.

Promover este tipo de aprendizaje llevará a lograr jugadores autónomos, con capacidad de decisión propia, de interpretar el juego y de utilizar inteligentemente los recursos técnicos.


Nada es permanente, con excepción del cambio

    El camino al éxito está siempre en construcción, es un proceso permanente y no una meta que se debe alcanzar.

    La meta principal en la formación de técnicos de fútbol crear entrenadores capaces de hacer cosas nuevas y no solo repetir lo que han hecho otras generaciones de técnicos. Necesitamos más maestros creativos con capacidad de innovación, que en vez de enseñar a sus alumnos todo lo que saben, despierten con métodos más eficaces todo el potencial dormido en cada uno de sus discípulos, llevándolos más allá de sus limitaciones.

    En resumidas cuentas deben aplicar otro estilo de enseñanza que no se base en el comando, en vez de ser instructores y entrenadores deben convertirse en creadores, planificadores, observadores y consejeros expertos que alienten a sus alumnos a avanzar y superarse a si mismos y a su maestro.

    Nuestra juventud prefiere ser más estimulada que instruida.

    El verdadero aprendizaje solo se cumple, transfiriendo a los alumnos las decisiones que hasta ahora estaban a cargo de los entrenadores. Bloom considera la creatividad como la forma más elevada de actividad mental y de los logros humanos, la creatividad tiene mucho que ver con el juego. ¡Toda la creación es una recreación!

    La función trascendental del técnico es hacer pensar. Cuando un niño realiza un pase en vez de corregirle, preguntémosle que nos describa que le pareció el pase que efectuó. Desarrollemos en nuestros jugadores la habilidad de enseñarse a si mismos. Enseñar por medio de preguntas obliga al alumno a pensar, a juzgar, a mirar y a evaluar.


¿Que es más importante la victoria o la formación del joven talento?

    La cultura de la victoria en el deporte infantil, está causando diariamente en todas partes del mundo mucho daño, no solo a los niños, sino también en los clubes, condicionando negativamente la formación de sus talentos.

    Que la competencia, tomada con la concepción ideológica de éste documento, sea un importante eslabón en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

    Que sea un espacio de placer y diversión para el niño y un elemento válido para el formador, que le permita evaluar en que punto se encuentran sus alumnos.

    Volvamos a la fuente, el fútbol es un referente popular y motivo de reunión, porque en definitiva: "Solo se trataba de jugar".


Conclusiones

  • No se puede jugar al fútbol sin enseñarles a los niños a pensar. Por tal motivo a los niños no se les debe decir siempre como deben resolver los problemas que se le presenten.

  • El buen jugador se siente mejor con buenos futbolistas al lado. Formar grupos homogéneos, de acuerdo al nivel técnico.

  • En la etapa del fútbol base y formativo no se debe esquematizar los sistemas. Orientarlos hacia la creatividad, la obtención de goles. Los sistemas tácticos no deberían ser lo más importante, durante la formación.

  • Entrenamientos lo más simples posibles (en la iniciación), sobre formas jugadas.

  • Desarrollo de los elementos técnicos, se necesitan talentos, para recrear la sensibilidad en el fútbol. Enseñarles a salir jugando, que tengan el mayor número de contactos con la pelota. No anulemos al talento.

  • Meter el fútbol de la calle en el entrenamiento.

  • Educadores, entrenadores, preparadores físicos, padres y dirigentes, no pensemos más en ganar títulos, sino en trabajar con los niños.

  • Tener claras las progresiones en la planificación.

  • Sobre los principales elementos técnicos realizar ejercitaciones, lo más simple posibles: Pase-control, dribling-conducción, recepción-finta, conducción-finta, pase-recepción, recepción-pase, control-salida orientada.

  • En el fútbol base se deben realizar encuentros sin clasificaciones.

  • Que en el fútbol base no se tengan que ganar torneos para ser un buen entrenador.

  • Formar para progresar.

  • EN el fútbol base, educamos desde los 4 hasta los 11 años, después el niño decidirá que hace.

  • Entrenamientos y juego, deben ser reales, e interiorizar en el niño, que lo más importante en el fútbol es la pelota y el adversario.

  • El niño no es un adulto en miniatura, que descubra los problemas, y que haya auto análisis.

  • Debe haber una formación de educadores, el entusiasmo no puede con el educador formado.

  • No fabricaremos futbolistas generaremos condiciones para su desarrollo.

  • Formaremos hombres del mañana.


Bibliografía

  • Escuela Nº 49 "Comahue" de Directores Técnicos de Fútbol de A.T.F.A. Cuaderno. Documentos Dirección de Deportes Pcia. del Neuquén, 2007.

  • GIRALDES, M. Didáctica de la Educación Física.

  • WEIN, H. El fútbol a la medida del niño.

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revista digital · Año 12 · N° 118 | Buenos Aires, Marzo 2008  
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